José Martí Pérez
La Edad de Oro se despide hoy con pena de sus amigos. Se puso a escribir largo el hombre de La Edad de Oro, como quien escribe una carta de cariño para persona a quien quiere mucho, y sucedió que escribió más de lo que cabía en las treinta y dos páginas. Treinta y dos páginas es de veras poco para conversar con los niños queridos, con los que han de ser mañana hábiles como Meñique, y valientes como Bolívar: poetas como Homero ya no podrán ser, porque estos tiempos no son como los de antes, y los aedas de ahora no han de cantar guerras bárbaras de pueblo con pueblo para ver cuál puede más, ni peleas de hombre con hombre para ver quién es más fuerte: lo que ha de hacer el poeta de ahora es aconsejar a los hombres que se quieran bien, y pintar todo lo hermoso del mundo de manera que se vea en los versos como si estuviera pintado con colores, y castigar con la poesía, como con un látigo, a los que quieran quitar a los hombres su libertad, o roben con leyes pícaras el dinero de los pueblos, o quieran que los hombres de su país les obedezcan como ovejas y les laman la mano como perros. Los versos no se han de hacer para decir que se está contento o se está triste, sino para ser útil al mundo, enseñándole que la naturaleza es hermosa, que la vida es un deber, que la muerte no es fea, que nadie debe estar triste ni acobardarse mientras haya libros en las librerías, y luz en el cielo, y amigos, y madres. El que tenga penas, lea las Vidas Paralelas de Plutarco, que dan deseos de ser como aquellos hombres de antes, y mejor, porque ahora la tierra ha vivido más, y se puede ser hombre de más amor y delicadeza. Antes todo se hacía con los puños: ahora, la fuerza está en el saber, más que en los puñetazos; aunque es bueno aprender a defenderse, porque siempre hay gente bestial en el mundo, y porque la fuerza da salud, y porque se ha de estar pronto a pelear, para cuando un pueblo ladrón quiera venir a robarnos nuestro pueblo. Para eso es bueno ser fuerte de cuerpo; pero para lo demás de la vida, la fuerza está en saber mucho, como dice Meñique. En los mismos tiempos de Homero, el que ganó por fin el sitio, y entró en Troya, no fue Ajax el del escudo, ni Aquiles el de la lanza, ni Diómedes el del carro, sino Ulises, que era el hombre de ingenio, y ponía en paz a los envidiosos, y pensaba pronto lo que no les ocurría a los demás.
Con esta última página está sucediendo lo que con el primer número de La Edad de Oro; que no va a caber lo que el amigo de los niños les quería decir, y es que en el número de agosto se publicará una “Historia del hombre, contada por sus casas” que no cupo esta vez, historia muy curiosa, donde se cuenta cómo ha vivido el hombre, desde su primera habitación en la tierra, que fue una cueva en la montaña, hasta los palacios en que vive ahora. Ni cupo tampoco una explicación muy entretenida del modo de fabricar Un cubierto de mesa. Porque es necesario que los niños no vean, no toquen, no piensen en nada que no sepan explicar. Para eso se publica La Edad de Oro. Y para todo lo que quieran preguntar, aquí está el amigo.
Estas últimas páginas serán como el cuarto de confianza de La Edad de Oro, donde conversaremos como si estuviésemos en familia. Aquí publicaremos las cartas de nuestras amiguitas: aquí responderemos a las preguntas de los niños: aquí tendremos la Bolsa de Sellos, donde el que tenga sellos que mandar, o los quiera comprar, o quiera hacer colección, o preguntar sobre sellos algo que le interese, no tiene más que escribir para lograr lo que desea. Y de cuando en cuando nos hará aquí una visita El Abuelo Andrés‚ que tiene una caja maravillosa con muchas cosas raras, y nos va a enseñar todo lo que tiene en La Caja de las Maravillas.
______________________________
*de la primera revista La Edad de Oro
4 comentarios:
Israel lanza otra invasión terrestre en Gaza para ocupar nuevo territorio de forma permanente
El infierno que desde hace 19 meses vive la población de Gaza sigue un guion que, desde el martes, se ha repetido de nuevo: bombardeos contra edificios, escuelas, hospitales, tiendas de campaña —o palestinos que huyen por la calle—; órdenes de desalojo masivas y, por último, operaciones con fuerzas terrestres y tanques como los que este viernes entraron en el norte de la Franja. El ejército de Israel ha confirmado este sábado el inicio de una nueva invasión terrestre de Gaza para ocupar de forma permanente nuevas zonas del territorio palestino. Los más de 350 muertos -58 de ellos en la madrugada de este sábado- que fuentes sanitarias palestinas denuncian en el enclave, han sido, como se temía, el preludio de esa nueva operación terrestre bautizada, como es costumbre en Israel, con un nombre de resonancias bíblicas: Los carros de Gedeón.
El anuncio, divulgado en la cuenta de Telegram del ejército, asegura que, “durante las últimas 24 horas”, el ejército israelí “ha lanzado ataques extensivos y movilizado fuerzas para apoderarse de áreas controladas en la Franja de Gaza, como parte de los movimientos iniciales de la operación Carros de Gedeón y la expansión de la campaña en Gaza, para lograr todos los objetivos de la guerra".
Esos objetivos son, recoge el comunicado, “la liberación de rehenes y el desmantelamiento de la organización terrorista Hamás”.
La nueva operación que confirma el comunicado militar de esta madrugada es la que el gabinete de seguridad israelí anunció el pasado día 5 para expandir progresivamente la ofensiva en Gaza hasta ocupar nuevos territorios sin vuelta atrás. Esta nueva invasión terrestre supone un salto cualitativo, como explicó entonces el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que aseguro que su ejército abandonará “el método de incursiones” para pasar “al de la conquista de territorios y la permanencia en ellos”.
El viernes, horas antes de Trump concluyera una gira por Oriente Próximo de la que Israel ha quedado excluido, los tanques israelíes empezaron a avanzar en tres puntos del área septentrional de Gaza: el este de Yabalia, el norte de Beit Lahia y una tercera zona en el noroeste de la Franja. Esas dos localidades, Yabalia —especialmente su campo de refugiados— y Beit Lahia habían concentrado buena parte de los bombardeos de esa jornada, que también golpearon otras zonas de la Franja.
Cuatro de esos tanques rodearon y atacaron una escuela en Beit Lahia, convertida en refugio para decenas de familias desplazadas, informaron fuentes locales a Efe.
El avance de esta nueva invasión está siendo rápido, según fuentes palestinas, por el pequeño —poco más de 40 kilómetros cuadrados— y arrasado territorio palestino. Este sábado de madrugada, los vehículos blindados israelíes avanzaban ya hacia Deir al Balah, en el centro de la Franja. Su avance iba acompañado del estruendo de unos bombardeos sin tregua, sobre todo en el norte. Las fuentes han informado de nuevos ataques esta noche en el campo de refugiados de Yabalia y contra dos hospitales, el Awda, en esa misma localidad septentrional, y el Hospital Indonesio, en Beit Lahia.
“Desde medianoche, hemos recibido 58 mártires [fallecidos], mientras que un gran número de víctimas permanecen bajo los escombros. La situación dentro del hospital es catastrófica”, ha dicho esta mañana Marwan al Sultan, director del Hospital Indonesio. Los ataques israelíes de las últimas 24 horas han matado en total al menos a 146 personas, han dicho fuentes palestinas este sábado.
Israel lanza otra... (2 y fin)
Esta nueva operación militar conlleva una de las pesadillas recurrentes de los gazatíes: un nuevo desplazamiento masivo a la que se verán forzados en medio de una situación humanitaria especialmente catastrófica. La población de la Franja se asoma a la hambruna cuando han transcurrido ya más de dos meses y medio desde que Israel cerrara a cal a canto la frontera impidiendo totalmente la entrada de ayuda humanitaria. Ese bloqueo incluye la comida, los suministros médicos y otras mercancías vitales sin las cuales “estamos presenciando en tiempo real, la creación de las condiciones necesarias para la erradicación de la vida palestina en Gaza, afirma Médicos sin Fronteras (MSF) en un comunicado.
Cuando los muertos superaban ya el centenar este viernes, según la Defensa Civil del territorio, bien entrada la tarde, el ejército israelí empezó a lanzar octavillas sobre varios vecindarios de Beit Lahia, dos escuelas que albergaban a desplazados y un sector del campo de refugiados de Yabalia.
“A todos los presentes en esta zona, esté usted en un refugio, una tienda de campaña o un edificio, se encuentra en una peligrosa zona de combate, por lo que corre riesgo su seguridad”, rezaba un texto que terminaba sentenciando a esos habitantes a acatar una enésima orden de desalojo. “Diríjanse inmediatamente al sur”, decía el texto en árabe.
Este sábado también han llovido octavillas, esta vez en el centro de Gaza, en Deir al Balah, según han denunciado palestinos del enclave en sus redes sociales. En ellas, se cita al Corán: “Dios el exaltado dijo: ‘Entonces revelamos a Moisés: golpea el mar con tu bastón, y se partió, cada lado como una alta montaña”.
Esa frase va seguida de otra que fuentes palestinas han descrito como parte de una guerra psicológica: “Residentes de Gaza, el ejército israelí está llegando”. La mayoría de los al menos 350 gazatíes que han perecido bajo las bombas israelíes en los tres últimos días eran mujeres y niños.
Continúa aquí: https://elpais.com/internacional/2025-05-17/israel-amplia-las-operaciones-en-la-franja-de-gaza-para-ocupar-y-conquistar-nuevo-territorio.html
CAPITALISMO DE GUERRA
Por Héctor Illueca Ballester
“Los países miembros de la Unión Europea deben reforzar y unir sus fuerzas militares, porque de lo contrario dejarán de contar políticamente en un mundo en proceso de cambio geopolítico y en desintegración”. La frase es de Jürgen Habermas, uno de los intelectuales más importantes de Europa, y pertenece a un artículo que se publicó hace unas semanas coincidiendo con el anuncio del proyecto de rearme europeo. Conviene tomarse en serio al eminente filósofo de la Escuela de Frankfurt, pues se trata de uno de los principales referentes de la socialdemocracia en nuestro continente. Sus palabras suelen tener influencia. No es casual que en las semanas siguientes a su publicación se hayan celebrado manifestaciones en favor de la UE en capitales importantes, como Madrid o Roma. La de Callao del pasado sábado no fue, desde luego, una marea ciudadana, pero dicen que los asistentes corearon con convicción las viejas letanías de la “Europa social” y la “autonomía estratégica”. En tiempos de rearme, todo gesto cuenta.
Las cifras que vamos conociendo son fabulosas. Los planes europeos pretenden movilizar 800.000 millones de euros en los próximos años, y el Gobierno de España se ha comprometido a elevar el gasto militar hasta alcanzar el 2% del PIB este mismo año, lo que supone una inversión en defensa de 10.471 millones adicionales. Y es previsible que en los años venideros se produzcan nuevos incrementos debido a la presión de EEUU. Los datos hablan por sí solos. No se trata de una decisión circunstancial o meramente coyuntural, sino de una apuesta estratégica, de una transformación estructural que afecta al modelo de sociedad, al papel del Estado y a la calidad de nuestra democracia. En definitiva, un nuevo orden presupuestario que expresa la transición hacia un capitalismo militarizado donde la guerra se convierte en motor del crecimiento económico y el Estado en garante del beneficio empresarial en sectores estratégicos, especialmente el armamentístico. Parece que Pedro Sánchez ya está buscando un campeón nacional que pueda codearse con las grandes corporaciones de defensa en el reparto del pastel bélico-militar.
Las consecuencias sociales serán devastadoras. La expansión del gasto militar no se produce en un vacío financiero, sino en un contexto de ortodoxia fiscal y presión inflacionaria, lo que permite anticipar una masiva transferencia de recursos públicos desde el campo de los derechos sociales al complejo militar-industrial. Aunque el Gobierno de coalición se empeñe en negarlo, el rearme se financiará a costa del gasto social (sanidad, educación, pensiones…) e implicará un gigantesco desvío de recursos hacia la industria de guerra. Si alguien tenía alguna duda, la Airef se encargó de despejarla esta misma semana, advirtiendo al Gobierno que el rearme tendrá un “impacto completo” sobre la deuda y el déficit públicos. Es decir, que más temprano que tarde el rearme se traducirá inevitablemente en recortes sociales. “¿Cañones o mantequilla?”, se preguntó una vez Hermann Göring. “Los cañones nos harán más fuertes; la mantequilla sólo nos hará más gordos”, fue su respuesta.
Capitalismo de guerra... (2 y fin)
Pero aún hay más. El discurso oficial presenta el rearme como una defensa de la autonomía y de la “independencia geopolítica” de Europa, por emplear las palabras de Habermas en el artículo de referencia. Se omite que el Viejo Continente sigue siendo un protectorado norteamericano con cerca de 300 bases militares y decenas de miles de soldados estadounidenses desplegados en su territorio. Se ignora que, desde hace décadas, cualquier proyecto de política exterior autónoma ha sido sistemáticamente neutralizado por los EEUU con la complicidad de los dirigentes europeos. Se oculta, en fin, que las decisiones fundamentales de la política militar no se toman en Bruselas, se toman en Washington, e implican la alineación automática de los países europeos con las directrices del Pentágono. En realidad, lejos de constituir un desafío al liderazgo estadounidense, el rearme refuerza el dispositivo atlantista e institucionaliza la dependencia de los intereses de EEUU, liquidando cualquier atisbo de autonomía, y no digamos ya de neutralidad, en la política exterior europea.
Rusia es sólo una excusa. Hoy sabemos que el ataque a Ucrania solo fue el último eslabón de una cadena que empieza con la expansión de la OTAN hacia el este, las promesas incumplidas tras la Guerra Fría y una lógica de cerco que alimentó la tensión hasta límites insoportables. El rearme europeo no responde a un imperativo de seguridad, y mucho menos a la defensa de unos supuestos valores europeos, como parece sugerir Habermas. Basta recordar el silencio atronador ante el genocidio del pueblo palestino para comprobarlo. La verdad es que Europa no acepta el resultado de la guerra porque implica un cambio estructural en términos de encarecimiento energético y pérdida de competitividad que está golpeando de lleno al corazón industrial europeo. Alemania ya sufre las consecuencias: caída de la producción, desempleo y riesgo de deslocalizaciones. La respuesta de la UE es prolongar el conflicto y organizar una economía de guerra en detrimento de los sectores medios y populares. El llamado Occidente colectivo no acepta su declive y rechaza abiertamente un mundo multipolar. Se niega a asumir que su hegemonía ha terminado y el pasado jamás volverá.
En definitiva, el rearme europeo es un proyecto de gran calado que redefine el papel del Estado, reconfigura la economía y clausura espacios fundamentales de soberanía. Podría decirse que implica una alteración de la constitución material en el sentido que Mortati daba a esta expresión: subvierte el equilibrio de fuerzas que permite anudar cohesión social y estabilidad política, abriendo una profunda brecha entre el país real y las élites rearmadas. El proceso de desposesión ha empezado de nuevo y golpeará especialmente a las mayorías sociales subordinando sus necesidades a las exigencias del capital bélico. Pero cuidado, también abre un horizonte que no debería infravalorarse: un nuevo ciclo de movilización democrática que ponga en el centro la soberanía popular como fundamento de un orden republicano más justo y más solidario. Un nuevo impulso que persiga la democratización del poder, la defensa de la paz y la emancipación de los pueblos.
Algunos seguimos llamando a eso proceso constituyente.
https://www.publico.es/opinion/columnas/capitalismo-guerra.html
Publicar un comentario