La República Dominicana fue el segundo país de América Latina que visité, y me es
entrañable. La primera vez que estuve allí, en 1974, resultó un azaroso
viaje por las Antillas, junto a Noel Nicola, para asistir a aquel Festival que
organizó la Central General de Trabajadores, el histórico 7 Días con el
Pueblo.
No sabría decir cuántas veces he vuelto
en cuatro décadas.
El viaje del que acabo de regresar ocurrió
porque el año pasado fui a Baní, con mi viejo amigo Hamlet Hermann, a conocer
la tierra que había parido a un dominicano particularmente querido en Cuba, el
General en Jefe de nuestro Ejército Libertador, Máximo Gómez Báez. En el parque
que conserva un pedazo de muro de una vivienda en que habitó, me enteré de que en
2014 se cumplirían 250 años de la fundación de la villa, para lo que me tomé la
libertad de ofrecer un concierto, si me lo permitían.
La idea fue bien acogida por los naturales
de Baní y por mi amigo trovador José
Antonio Rodríguez, hoy Ministro de Cultura, y desde principios de año la mantuvimos
en la mira.
Coincidía con que, desde hacía tiempo, el
Maestro José Antonio Molina, Director Titular de la Orquesta Sinfónica Nacional
de Santo Domingo, había invitado a mi esposa, la flautista Niurka González, a
trabajar con ellos. Este concierto resultó
ser el penúltimo de la temporada 2014, y
lo dirigió el austríaco Christoph Ehrenfellner.
Agradezco que la suerte me hiciera
testigo de aquella noche de buena música y buenos músicos. El programa
consistió en la Obertura En un día oscuro, del mismo Ehrenfellner; el
Concierto de Jacques Ibert, para Flauta y Orquesta, interpretado por Niurka; y
la Sinfonía nº 9 en Do mayor, de Franz Schubert.
Las tres hermosas y difíciles obras
fueron memorablemente interpretadas por los artistas.
Si cupiera observación, la única que haría es que hubiera sido mejor
comenzar con Shubert y terminar con Ibert.
En días posteriores, mientras llegaban
mis compañeros músicos, fuimos distinguidos con la oportunidad de saludar al
Presidente Medina. Este tipo de visita generalmente me resulta incómoda, por el
protocolo, pero lo cierto es que tanto el mandatario como sus colaboradores
fueron sencillos y amables.
Me agradó el afecto y el respeto con que
se habló de Cuba, y de toda Latinoamérica, y fui testigo del gusto con que
el Presidente dominicano se sitúa entre los liderazgos de izquierda de los
últimos años de nuestra región.
Mención especial merece la visita que
hicimos a la Fundación “Nido Para Ángeles”, para niños con parálisis cerebral.
Fuimos testigos del nacimiento de esta
idea de Mónika Despradel y hemos seguido su desarrollo, dirigido sobre todo a
familias de bajos recursos. Un alto porciento del personal de atención a los
niños son sus propias madres, que después de mucha práctica guiada resultan
naturales rehabilitadoras.
Estratégica para esta humanísima
Fundación ha sido la presencia de la Dra. cubana Solangel Hernández Tápanes, Presidenta de CLAGIR.
Véase además este enlace: http://elnacional.com.do/fundacion-nido-para-angeles-presenta-estudio/
El concierto en Baní se realizó el sábado
25. Por la tarde volvimos a estar en el parquecito donde guardan las ruinas de
aquella casita de Máximo Gómez, porque se estaba inaugurando una Feria del Libro.
Allí me hicieron visitante querido de la ciudad y me entregaron llaves.
Un par de horas después, en el estadio, tuvimos
el privilegio de tener a Maridalia Hernández abriéndonos la noche. Mucho se ha
dicho sobre las dotes vocales de esta gran cantante dominicana. Sólo agregar
que es una persona sensible, inteligente y preparada, de una espiritualidad muy
especial.
Mis compañeros fueron el aguerrido trío
Trovarroco, con quienes ya comparto 10 años de brega, Oliver y Niurka, más el
cuarteto de jazz con el que he trabajado Amoríos.
Al final del concierto no pude despedirme
sin expresar una sensación que me daba vueltas desde que pisé la tierra hermana:
en cuatro décadas era la primera vez que visitaba ese país sin la presencia
física de Sonia Silvestre. Cuánta ausencia. Que en gloria esté.
Así fue el orden de nuestro programa:
una canción de amor esta noche
tu soledad me abriga la garganta
Así fue el orden de nuestro programa:
una canción de amor esta noche
tu soledad me abriga la garganta
día de agua
mujeres
el papalote
tonada del albedrío
mariposas
unicornio
exposición de mujer con sombrero
(tetralogía)
la gota de rocío
quién fuera
hoy mi deber
el mayor
el necio
la era esta pariendo un corazón
ojalá
te doy una canción
Gracias, Santo Domingo. Y que viva Gómez, eterno compañero de Maceo y Martí.
Gracias, Santo Domingo. Y que viva Gómez, eterno compañero de Maceo y Martí.
El Maestro José Antonio Molina, dirigiéndose a la Sinfónica |
Niurka saluda al público |
José Antonio Rodríguez, trovador y ministro |
Palomas dominicanas |
La Dra Solangel nos explica un procedimiento magnético |
Fundación Nido Para Ángeles |
Angelito |
Angelito con su mamá |
Público de Baní |
Abigaíl y Julián |
Sol del regreso |