lunes, 31 de octubre de 2011

La única guerra que nunca promueven

Hamlet Hermann

La señora Hillary Rodham Clinton, ministro de relaciones exteriores de Estados Unidos, estuvo brevemente en Libia. Se enteró de primera mano sobre el bárbaro linchamiento y asesinato de Muamar al Gadafi. Recordaría entonces su experiencia directa cuando, desde Washington, siguió sin inmutarse el asesinato de Osama Ben Laden. Supo entonces que el cadáver de Gadafi fue expuesto cual espectáculo de circo macabro, vulnerando la ley islámica y cualquier otra norma de convivencia humana. Apreció los resultados de los masivos bombardeos criminales de la OTAN sobre la población civil que decían defender. Entonces surgió la grotesca sonrisa de la funcionaria al hacer el obsceno comentario: “Llegamos, vimos y él murió”. Supervisaba así el asesinato del líder libio, hecho que estuvo en el libreto de la agresión contra Libia, desde el primero hasta el último día.

En viaje de vuelta a su país, atravesó varios océanos y pareció “montarse” en el espíritu de Golda Meir al tiempo que abrazaba los eternos rencores de la Thatcher y la Merkel contra los pueblos que buscan su independencia. Empapada por la euforia guerrerista y los asesinatos selectivos que parece disfrutar, bramó entonces Rodham Clinton contra Cuba. "Nuestra posición ha sido la misma durante más de cincuenta años. Creemos que Fidel Castro debe irse", dijo ante una audiencia del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes. Ella misma se respondió al decir: "Por desgracia, no parece que vaya a ir a ninguna parte", refiriéndose al importante rol de orientador que Fidel mantiene en la vida política del país pese a no estar desempeñando funciones de Estado desde 2006.

La Ministro sabe que la ultraderecha de Estados Unidos vería con muy buenos ojos que se repitiera en Cuba, así como en Venezuela, Bolivia y Ecuador, la receta guerrerista que con tanto afán ha aplicado en Irak, Afganistán, Pakistán, Yemen y Libia. Pero los estrategas militares que han asesorado a once ocupantes de la Casa Blanca en medio siglo saben el alto precio que tendrían que pagar para enfrentar una guerra de todo el pueblo en el continente americano. Si de verdad creyera en la democracia, Estados Unidos debiera emprender por todo el mundo la necesaria guerra contra el hambre, el analfabetismo, la incultura y la pobreza para, efectivamente, democratizar la democracia, proteger a los excluidos y cambiar el actual orden mundial.

Los sectores más recalcitrantes del gobierno de Estados Unidos quieren que Cuba cambie. Y nosotros, los excluidos, queremos que Estados Unidos cambie y deje de hacer tanta guerra sucia para apoderarse del petróleo por todo el mundo. Y deje de enriquecer aún más a los banqueros, culpables de la más grande crisis de la historia del capitalismo. Y deje de hostigar a los inmigrantes latinos mientras se confabula con el crimen organizado para explotarlos.

Estados Unidos debía cambiar y practicar la libertad de expresión. No es cierto que en esa nación, donde predomina el Patriotic Act, cualquier ciudadano podría publicar, aparecer en los medios de comunicación y opinar libremente lo que le dicte su conciencia. Como comprobó Ben Bagdikian, sólo seis corporaciones monopolizan la totalidad de los periódicos, revistas, radiodifusoras y canales de televisión en un país de más de 300 millones de habitantes. Allí se difunde lo que conviene al insaciable complejo militar industrial que enriquece sólo al uno por ciento de la población mientras empobrece al restante 99%.

Mejor sería que la señora Rodham Clinton dejara tranquila a Cuba y pusiera más atención a lo que ocurre dentro de las fronteras estadounidenses. A un año de la celebración de otras elecciones presidenciales, un profundo sentido de ansiedad económica y desconfianza frente al gobierno presidido por Barack Obama ha llegado a su nivel más alto. Según una encuesta, realizada para The New York Times y la cadena CBS, el 89% de los estadounidenses desconfía del gobierno, 74% opina que el país va por un camino equivocado y 84% desaprueba tanto la labor de los demócratas como de los republicanos en el Congreso.

Mejor sería que iniciaran la necesaria guerra contra el hambre, el analfabetismo, la incultura y la pobreza para, efectivamente, democratizar la democracia y cambiar el actual orden mundial.


sábado, 29 de octubre de 2011

De Antonio Guerrero, sobre los panamericanos y el deporte

Queridos amigos:

En este amanecer, bastante frío en Florence, me llega la agradable noticia de que nuestros deportistas ya han alcanzado 52 medallas de oro en los Juegos Panamericanos y se ubican, con siete medallas mas de este tipo que Brasil, en el segundo lugar de esta competencia deportiva, que, como saben, reúne a todos los países de nuestro continente americano y se lleva a cabo en Guadalajara, México.

Los grandes medios de este país, que esta ocupando el primer lugar en títulos por un margen amplio, nada dicen de estos juegos. 

Amigos solidarios nos han subscrito a varios periódicos y recibo uno de los mas importantes en este país, el The New York Times. Chequeo a diario la sección deportiva y en ella los Panamericanos no existen.

Los canales de televisión hispana en sus comentarios deportivos han silenciado la existencia de esta competencia deportiva, la mas importante de nuestra región. Es inconcebible.

He tratado de ver si pasan algo por los canales deportivos y solo, milagrosamente, pude ver el juego de voleibol de nuestras criollitas contra las estadounidenses en la semifinal. 

Y no es que no se hable de deportes, es que sólo se habla de los deportes que dejan dinero, los otros son todos secundarios. 

Amplia cobertura ha tenido por estos días la mal llamada Serie Mundial de Baseball, que no es otra cosa que la final de la Liga Profesional, la cual termino ayer. El jugador mas relevante del equipo ganador, los Cardenales de San Luis, Albert Pujols, quien ha jugado por 11 años con ese equipo, queda para la próxima temporada como agente libre. No ha decidido que hacer. Se irá para el equipo que le ofrezca el mejor contrato, es decir, mas dinero.

Por supuesto, no falta la constante transmisión de los juegos del futbol americano, casi desconocido fuera de este país. Aquí tienen un torneo mayor y otro de universidades. Las apuestas son millonarias cada fin de semana. Es un habilidoso negocio que incluso funciona en las prisiones.

Hace dos semanas debió comenzar el flamante torneo de la NBA, el baloncesto profesional, que como la pelota compra a precios inimaginables deportistas por el mundo. Pero resulta que los dueños del negocio no se ponen de acuerdo con los baloncestistas en la repartición del dinero. Los que sudan la camiseta en el tabloncillo quieren mas de la tajada que deja este otro "negocito". Constantemente se habla de esta disputa. Es algo como los escándalos de la farándula. Todo indica que es para atraer mas publico, es decir, hacer mas billetes. Ya llegaran a un acuerdo sobre la millonada.

Doy mis gracias a los amigos que me hacen llegar las noticias de los Juegos Panamericanos.

Cuba continua siendo un ejemplo. La Revolución sigue demostrando la grandeza de su obra, bajo un bloqueo que se empeña en estrangularla y que es mundialmente repudiado.

Reitero, !Venceremos!

Antonio Guerrero Rodriguez
29 de octubre de 2011
FCI Florence

miércoles, 26 de octubre de 2011

Sobre la prensa en Cuba

                                               por Guillermo Rodríguez Rivera 


Los amigos de Espacio laical(*) me han distinguido llamándome, otra vez, para tomar parte en un dossier de esos que pueden contribuir a aclarar algunas cosas que hace mucha falta aclarar. Quieren mi opinión para que se incluya en lo que, sin duda, será un debate sobre la prensa en general y, específicamente, sobre la prensa en Cuba.

Quisiera empezar por decir que alguna vez, allá en mi ya lejana adolescencia, acaricié el propósito de ser periodista. Nunca llegué a matricular en la Escuela de Periodismo que existía en Santiago de Cuba, la ciudad donde nací y crecí. Y cuando, casi al triunfo de la Revolución mi familia decidió mudarse a La Habana –donde ya vivían mis hermanos médicos-- , tampoco quise estudiarlo porque, leyendo las crónicas del mayor de los periodistas que ha dado Cuba, José Martí, y que nunca había estudiado periodismo, comprendí que el periodismo no era un saber sino una habilidad, un oficio que hay que desarrollar desde una formación humanística. Hacer una crónica o un reportaje (más aún un artículo de opinión) se aprende a hacer leyendo a los maestros y, ante todo, escribiendo. Claro, si uno tiene la capacidad para hacerlo.

Lo cierto es que casi mi primer trabajo fue de periodista. Digo casi porque inicialmente trabajé en una oficina a mis diecisiete años, pero rápidamente me vinculé a la Dirección de Cultura de la Asociación de Jóvenes Rebeldes. Allí conocí a Ines Martiatu y  a Sara Gómez, entonces tan jóvenes como yo, y no sé ni cómo empecé a escribir crítica de cine para la revista Mella, el órgano oficial de la AJR. Esther Ayala, que entonces era su jefa de redacción, me convenció para encargarme de otros trabajos, y al rato andaba yo escribiendo crónicas y hasta reportajes sobre casi todo lo humano y casi nada de lo divino.

Todavía, mientras cursaba mis estudios de filología, fui periodista en Radio Reloj Nacional, por invitación de mi amigo Edel Suárez y en la Revista Cuba, donde fui secretario de redacción y tuve como jefe a Darío Carmona, periodista republicano español, con quien aprendí casi todo lo que sé del oficio. Pero preferí dedicarme a la más desasida, a la más intemporal literatura porque empecé a comprobar que el periodismo socialista se regía por normas muy peculiares.

Si uno hurgaba en una bibliografía al alcance de todos, empezaba a descubrir que las reglas que establecían las coordenadas del periodismo socialista eran las que había establecido Lenin en diversos artículos. Lo que ocurría es que, si uno miraba los años cuando se escribieron, las fechas de esos artículos de Lenin eran 1910 ó 1911. Esto es: eran normativas para la prensa socialista clandestina.

Esas fueron las normas que Stalin –gran maestro de la descontextualización– escogió para regir la prensa del socialismo en el poder. Ese es uno de los signos del dogmatismo y la manipulación: la afirmación que se hizo en una circunstancia, pretende establecerse como válida para todas las circunstancias.

La prensa socialista clandestina, que debía defender contra sus enemigos la supervivencia de una organización perseguida, se convirtió, en el poder, en la reina del secretismo: que se diga lo menos posible, que es lo que prefiere el que hace las cosas mal y quiere ser inmune a los reclamos.

Los partidarios del “secretismo” han tratado de hacer creer que a una revolución, que afecta los intereses de los poderosos y por ello siempre tiene  enemigos de cuidado, no le hace bien airear las imágenes de lo negativo que pueda existir en el ámbito donde gobierna, pero esto jamás podrá esgrimirse como un principio legítimo. Los males deben conocerse para poder combatirlos y eliminarlos.  Cualquier médico sabe que sin diagnóstico no hay curación. Lo que se precisa es que la caracterización de lo mal hecho se realice con honestidad y precisión.

Cuando único cabe el control y el invocar la seguridad nacional para que la prensa actúe con absoluta disciplina, es cuando la patria está siendo atacada y no debe decirse nada que pueda ser usado por el agresor. Ese principio legítimo puede también pervertirse: la administración del expresidente George W. Bush militarizó la prensa en las guerras de Afganistán e Irak, pero estaba claro que esas guerras eran injustificadas, porque no se combate a un grupo terrorista bombardeando e invadiendo una o dos naciones y estaba claro que la seguridad de los Estados Unidos no estaba en peligro.

No es lo mismo una guerra en la que un país se defiende de una agresión, que la guerra en que el gobierno de una potencia está agrediendo a otro pueblo.

El invocar la defensa de la unidad del país para ocultar el mal manejo de una administración o de cualquier hecho de la vida civil, es también pervertir peligrosamente el que debía ser un principio sagrado. Es devaluarlo, porque se le está usando para ocultar lo mal hecho y así, se le hace cómplice de ello. 

La defensa de la Revolución y de la patria no es la defensa de las administraciones que funcionan mal.

El presidente Raúl Castro ha invocado la necesidad de un cambio de mentalidad que nos permita reencauzar la Revolución.  Hay que pensar de otra manera para poder cambiar las cosas.

Yo creo que la prensa constituye un instrumento esencial para ello y que, por ello mismo, la burocracia que se opone a los cambios hará todo lo que pueda para evitar que nuestros medios informativos participen de ese cambio. Y los que temen por la seguridad de su cargo, tratarán de no arriesgarse. La burocracia tiene muchas maneras para coartar, atemorizar, retardar lo que no quiere que ocurra.

Hace apenas unos meses, el Dr. Esteban Morales, eminente politólogo y hombre de probada trayectoria revolucionaria,  escribió un artículo valorando el peso negativo que tiene la corrupción en el país y explicando cómo ello puede ser más dañino para la Revolución que las mismas actividades de la disidencia interna. Invocaba el caso de muchos de los antiguos países socialistas, donde los socialistas corruptos fueron esenciales para la restauración del capitalismo.

El comité del PCC en su municipio sancionó a Esteban a la máxima pena: nada menos que separándolo como militante comunista, lo que nos pareció escandaloso a muchos. Él apeló a las instancias que correspondían y finalmente fue suprimida la sanción y le fue devuelto su carné de militante. Fue una hermosa y necesaria victoria. Pero la página web donde publicó su opinión no ha vuelto a ser la misma. Se ha cargado de una prudencia que está a un paso del temor, porque entre la prudencia y el miedo, media el mismo paso que va de lo sublime a lo ridículo. En este sentido, la sanción surtió efecto.

El Dr. Morales, uno de nuestros mayores conocedores de la política de los Estados Unidos y frecuente invitado a la Mesa Redonda, no ha vuelto a aparecer en el programa, cuando se han tratado temas en los que es una autoridad. A mí me parece que su reivindicación debía ser completa.

La perversión del uso del principio de unidad degrada la defensa de la patria a la defensa de los funcionarios y, generalmente, de los funcionarios que no merecen ser defendidos.

El “secretismo” crea una ley no escrita mediante la cual las noticias no existen hasta que la instancia pertinente aut-*orice su existencia, si pensaba que la existencia de esa noticia era conveniente a la política del país, o para lo que el censor piensa que son los intereses de la nación.

Cuando la información se publicaba, hacía mucho rato que todo el mundo la sabía, porque en el mundo en que vivimos, el de la Internet y el email, es fácil propagar la mentira, pero casi imposible ocultar la verdad.

La excusa para ocultar una noticia es, casi siempre que, el saberla, laceraría la conciencia revolucionaria de nuestro pueblo. Y ello es subvalorar al pueblo que tenemos, instruido, con una verdadera cultura política y hondamente identificado con nuestra revolución, veterano de todas las batallas de estos cincuenta años; un pueblo que ha sabido asumir a fondo profundos sacrificios. Hay muy pocos pueblos que sean más capaces de conocer  todas las verdades sin flaquear que el cubano.

Cometen una gran injusticia o un gran error de apreciación por no conocer por dentro los órganos informativos cubanos,  los que juzgan a los periodistas  como cómplices del silencio que hace la prensa ante muchas realidades negativas. La autocensura es casi siempre la consecuencia de la censura. Cuando a un periodista le rechazan continuamente sus artículos críticos, termina por aprenderse la lección: la dirección del periódico no quiere que se hagan esas valoraciones, así que lo mejor es ni escribirlas, porque estoy obligando a los jefes a censurarme y, no sólo lo harán, sino que además me culparán de ello porque, con mi insistencia, los estoy obligando a ejercer el feo oficio de censores. Estoy obligándoles a que hagan explícita su posición.

Es cierto que hay algunos que averiguan cómo procede el jefe y  actúan en consecuencia, pero son los menos y de todos modos, son también un producto de la censura.

Yo espero que esté al producirse un cambio en el funcionamiento de nuestra prensa. No podrá ser sólo un cambio de figuras, aunque ese cambio pueda estar incluido. Si el sistema sigue siendo el mismo, los resultados serán iguales o muy parecidos.

El socialismo ha demostrado tener, para la información que lo critica, eso que se llama en el boxeo “poca asimilación”. El boxeador tiene que golpear pero, a la vez, asimilar los golpes del contrario. El boxeador que se cae al primer golpe, dicen los especialistas que tiene “mandíbula de cristal”. El socialismo tiene que aprender a asimilar porque ello le es imprescindible para mejorar. Puede hacerlo, pero tiene, como pide Raúl, que cambiar la mentalidad, o la mandíbula.

No debería atemorizarse, aunque es cierto que cualquier problema de la sociedad cubana es enfocado y magnificado por sus enemigos, pero es hora de que dejemos de darle importancia a lo que no lo merece.  No podemos vivir subordinados a la apreciación del enemigo.

Si un gobierno detestado por el poder de los Estados Unidos hubiera tenido la cuarta parte de los conflictos que está viviendo y las violaciones de derechos que comete el régimen derechista de Sebastián Piñera en Chile, estarían las Naciones Unidas –incitadas ya se sabe por quién-- buscando mecanismos para decretar desde un embargo económico, hasta ese eufemismo que se llama “zona de exclusión aérea”, mediante la cual impido que otro bombardee a los civiles y los mate, bombardeándolos y matándolos yo.

No hay defensa alguna de los derechos humanos.

No hay casi prensa en el mundo que no este visiblemente manipulada y controlada y no responda a determinados intereses que no son necesariamente los de la legítima información.

La prensa del mundo capitalista es prensa privada y responde a los intereses de sus propietarios, o a los que sus propietarios se alían.

La prensa socialista ha sido manejada por un partido único que se ha fundido con los concretos intereses de los organismos de gobierno actuantes o, más exactamente, con las personas que rigen esos organismos, porque aunque ello no está en  el programa, la mayor parte de las alianzas no son entre las instituciones, sino entre los funcionarios que las dirigen, que se relacionan y se protegen. 

El Comandante Fidel Castro dijo no hace mucho que un problema muy grave es que nadie sabía cómo se construía el socialismo. Me pregunto: ¿y alguien sabía cómo se organizaba la prensa del socialismo?

Yo pienso que el sistema que tenemos no funciona adecuadamente. El Granma debería hacer los enfoques oficiales que son los que aprueba y respalda con responsabilidad el CC del PCC, del cual es órgano oficial. Su director sería nombrado, tal como ahora, por esa entidad. Pero en la prensa en su conjunto, no pueden circular únicamente aquellos criterios que se consideren como “política oficial”. Tienen que circular valoraciones que enriquezcan el pensamiento, e incluso contribuyan a modificar lo que es hoy la “política oficial”: ese es un acervo del que la sociedad no puede prescindir porque la nutre y la desarrolla.

Yo creo que debía haber un cuerpo colegiado integrado por dirigentes partidarios e institucionales pero también por trabajadores y personalidades de suficiente y probada autoridad como para no disponer algo que vaya contra su conciencia y su  prestigio.

Este órgano debía proponer los directores de los otros periódicos, las revistas y los espacios noticiosos radiales y televisivos de alcance nacional, que serían electos por período de tres años, prorrogables a otros tres.

Esos directores tendrían plena autoridad para disponer  lo que se publica y sólo serían impugnables por tres razones: 1) porque publicaran información falsa bien por mala intención y/o por probada negligencia en la indagación  2) por ocultar informaciones que deben ser divulgadas; y 3) porque publicaran información que atentara contra la seguridad de la nación.

Esta propuesta habría de discutirse y, seguramente, ser mejorada.

¿Es esto una propuesta descabellada? ¿Es esto un desvarío imposible de concretar? Tendrían que demostrármelo tanto los dueños de periódicos que publican lo que les interesa, cómo los que apoyan la prensa  controlada del socialismo, que no cumple las funciones que debía cumplir. 

Creo que vale la pena ensayar lo que parece imposible porque, como dijo mi amigo Silvio Rodríguez, “de lo posible se sabe demasiado”.

(*) Espacio laical: órgano del Consejo arquidiocesano de Laicos de La Habana: http://espaciolaical.org/

domingo, 23 de octubre de 2011

Viaje de ida a Santiago

En los tramos en que no manejaba, tuve ocasión de hacer algunas fotos.
La del perro vampiro y la de los misteriosos zapatos en un trasformador
de electricidad, fueron en paradas para echar combustible y estirar las piernas.
Las otras tuvieron que ser rápidas, a lo que iba apareciendo en la carretera y en los pueblos.

Perro vampiro

Loma que se asoma





Estudiante y mamá

Carretón


Guajiro y su perro

Hacia el trabajo


Joven con el Che al hombro

Saliendo de la escuela

Bromas

Paisajito con charca

Alumnos de primaria

Tienda del pueblo

¡Mi hermano!

Yunta de bueyes

Zapatos eléctricos




Los Cinco, vistos por el pueblo

miércoles, 19 de octubre de 2011

Sea señora

Sea señora la que fue doncella.
Hágase libre lo que fue deber.
Profundícese el surco de la huella;
reverdézcanse sol, luna y estrellas
en esta tierra que me vio nacer.

A desencanto, opóngase deseo.
Superen la erre de revolución.
Restauren lo decrépito que veo,
pero déjenme el brazo de Maceo
y, para conducirlo, su razón.

Seguimos aspirantes de lo mismo
que todo niño quiere atesorar:
una mano apretada en el abismo,
la vida como único extremismo
y una pequeña luz para soñar.

Las fronteras son ansias sin coraje.
Quiero que conste de una vez aquí.
Cuando las alas se vuelven herrajes,
es hora de volver a hacer el viaje
a la semilla de José Martí.

2008


El Maceo de Lescay







Acercamiento

Parte del conjunto escultórico, con la senda de machetes

Mausoleo a José Martí (obra de Benavent - Santí), en el cementerio de Santa Ifigenia, Santiago de Cuba.

domingo, 16 de octubre de 2011

¡Bienvenido el G7, 000, 000, 000!


El 15 de octubre, unidos y unidas en nuestra diversidad por un cambio global, exigimos democracia global: un gobierno global del pueblo y para el pueblo. Inspirados en nuestros hermanos y hermanas en Túnez, Egipto, Libia, Siria, Bahrain, Palestina-Israel, España, Chile y Grecia, también exigimos un cambio de régimen: un cambio de régimen global. En las palabras de Vandana Shiva, la activista india, exigimos el remplazo del G8 por la humanidad completa- el G7,000,000,000.

Las instituciones internacionales no democráticas son nuestro Mubarak global, nuestro Assad mundial, nuestro Gaddafi internacional. Estas incluyen: el FMI, OMC, el comercio internacional, los bancos multinacionales, el G8/G20 y el Consejo de Seguridad de la ONU. Como Mubarak y Assad, no permitiremos que dirijan nuestras vidas sin nuestro consentimiento. Todos nacimos iguales, pobre o rico, mujer o hombre. Africanos y Asiáticos son iguales a Europeos y Americanos. Nuestras instituciones deben reflejar esto o ser derrocadas.
Hoy, más que nunca, fuerzas globales determinan nuestras vidas. Nuestros trabajos, nuestra salud, nuestra vivienda, nuestra educación y nuestras pensiones están controladas por los bancos internacionales, el mercado, los paraísos fiscales, las corporaciones y las crisis financieras. Nuestro medio ambiente está siendo destruido por contaminación en otros continentes. Nuestra seguridad la determinan las guerras y el comercio de armas, drogas y recursos naturales que benefician a personas fuera de nuestras fronteras. Estamos perdiendo el control sobre nuestras vidas. Esto debe terminar. Esto va a terminar. Los ciudadanos del mundo debemos recuperar el control sobre las decisiones que nos afectan a todos los niveles – de global a local. Esto es democracia global. Esto es lo que hoy exigimos. [Este párrafo fue agregado siguiendo las sugerencias de las asambleas]
Como los zapatistas mexicanos, hoy decimos “¡Ya basta! Aquí el pueblo manda y el gobierno obedece” - ¡Ya basta! Aquí el pueblo manda y las instituciones globales obedecen. Como los indignados españoles decimos “¡Democracia real ya!”- Democracia global real ya.
Hoy hacemos un llamado a los ciudadanos del mundo: ¡Globalicemos la Plaza Tahrir! ¡Globalicemos la Puerta del Sol!

martes, 11 de octubre de 2011

Imágenes de hoy de Indignados de Nueva York

Víctor Casaus, corresponsal de Segunda cita (además), nos envió algunas exclusivas de esta tarde, cuando los Ocupas de Wall Street efectuaban un mitin en la llamada Zona Cero de Nueva York.




      Casaus saludando a Segunda cita (ver sus dedos)




sábado, 8 de octubre de 2011

la prisión

                             A Fidel y sus compañeros de cárcel.
                             A René, a Los Cinco.

La prisión termina
la prisión malvada
pero continúa
la prisión del alma.

La prisión se deja
la prisión del hombre
pero continúa
la prisión insomne.

La prisión acaba
la prisión amarga
pero continúa
la prisión del alma.

La prisión se aleja
la prisión de hierro
pero continúa
la prisión del sueño.

                        (década de 1980)

miércoles, 5 de octubre de 2011

Declaración de Ana Belén Montes en la corte Federal

El 16 de octubre de 2002 Ana Belén Montes leyó la siguiente declaración en la corte Federal de Estados Unidos. Ella recibió una condena de 25 años de prisión por entregarle a Cuba "información clasificada para que pudiera defenderse". Antes de su arresto, en Septiembre del 2001, Ana Belén era analista de primera categoría en la Agencia de Inteligencia para la Defensa, en el Pentágono. Su especialidad era Cuba.

"Existe un proverbio italiano que quizás sea el que describe de la mejor forma en lo que yo creo: Todo el Mundo es un solo país. En ese "país mundial" el principio de amar al prójimo tanto como se ama a uno mismo resulta una guía esencial para las relaciones armoniosas entre todos nuestros "países vecinos".

"Este principio implica tolerancia y entendimiento para las diferentes formas de actuar de los otros. El establece que nosotros tratemos a otras naciones en la forma en que deseamos ser tratados- con respeto y consideración. Es un principio que, desgraciadamente, yo considero nunca hemos aplicado a Cuba.

"Honorable, Yo me involucré en la actividad que me ha traído ante usted porque obedecí mi conciencia más que obedecer la ley. Yo considero que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa, me consideré moralmente obligada de ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político.

"Nosotros hemos hecho gala de intolerancia y desprecio hacia Cuba durante las últimas cuatro décadas. Nosotros nunca hemos respetado el derecho de Cuba a definir su propio destino, sus propios ideales de igualdad y justicia. Yo no entiendo como nosotros continuamos tratando de dictar como Cuba debe seleccionar sus líderes, quienes no deben ser sus dirigentes y qué leyes son las más adecuadas para dicha nación. ¿Por qué no los dejamos decidir la forma en que desean conducir sus asuntos internos, como Estados Unidos ha estado haciendo durante más de dos siglos?

"Mi forma de responder a nuestra política hacia Cuba quizás no fue la más adecuada moralmente. Es posible que el derecho a existir de Cuba, libre de la coerción política y económica, no justifique el haber entregado a la isla información clasificada para que pudiera defenderse. Yo solamente puedo decir que hice lo que consideré más adecuado para contrarrestar una gran injusticia.

"Mi mayor deseo sería ver que surja una relación amistosa entre Estados Unidos y Cuba. Espero que mi caso, en alguna manera, estimule a nuestro gobierno para que abandone su hostilidad en relación con Cuba y trabaje conjuntamente con La Habana, imbuido de un espíritu de tolerancia, respeto mutuo y entendimiento.

"Hoy vemos más claro que nunca que la intolerancia y el odio – por individuos o gobiernos- lo único que disemina es dolor y sufrimiento. Yo espero que Estados Unidos desarrolle una política con Cuba fundamentada en el amor al vecino, una política que reconozca que Cuba, como cualquier otra nación quiere ser tratada con dignidad y no con desprecio.

"Una política como esa llevaría nuevamente a nuestro gobierno a estar en armonía con la compasión y la generosidad del pueblo estadounidense. Ella permitiría a los cubanos y estadounidenses el aprender como compartir unos con los otros. Esto permitiría que Cuba abandone sus medidas defensivas y experimente cambios más fácilmente. Y esto permitiría que los dos vecinos trabajen conjuntamente y con otras naciones para promover la amistad y cooperación en nuestro "país mundial" y en nuestra única "patria mundial".


UN TRATO HUMANO PARA ANA BELEN MONTES

lunes, 3 de octubre de 2011

El Canal, en El Cerro

La barriada de El Canal, ubicada en El Cerro, toma su nombre por el segundo acueducto que se construyó en La Habana (*). Está compuesta por una población básicamente obrera. También por allí viven la poeta Juana García Abás y su hijo el pintor José Luis Fariñas, además del editor cinematográfico Manuel Iglesias.

En El Canal nació Alberto Tosca, un excelente trovador que comenzó a destacarse en la segunda mitad de la década de 1970. Tosca ganó, si mal no recuerdo, una mención en un concurso de composición musical Adolfo Guzmán. En sus inicios formaba un dúo con la que por entonces era su compañera de vida, Xiomara Laugart. Xiomara es una de las grandes revelaciones vocales de la segunda generación de la Nueva Trova. Ella ha hecho una notable carrera en los Estados Unidos.

Anoche tuvimos la suerte de que el muy popular Kelvis Ochoa y su grupo nos acompañaran. En algún momento subió a echarle no una sino dos virtuosas manos el talentoso Harold López-Nussa.

Juan Nicolás Padrón entregó los libros al barrio.

PD: A veces tengo escasas condiciones para hacer fotos y sólo alcanzo a unas pocas, desde los lugares (siempre cedidos por amables vecinos) donde nos preparamos para la actuación.


(*) http://www.ecured.cu/index.php/El_Canal_(Cerro)