jueves, 30 de junio de 2016

Nuevas pistas hacia la unificación monetaria

Por Fidel Vascós González

La reciente rebaja de precios en las tiendas que operan en Pesos Cubanos Convertibles (CUC), unido al aumento de salarios en Pesos Cubanos (CUP) ya aplicados en sectores económicos priorizados, devela parte importante de la política del Gobierno Revolucionario con vistas a lograr la unidad monetaria y cambiaria en nuestro país: bajar precios minoristas y aumentar salarios en CUP.

En la continuación de esta política se abren varias alternativas, en lo que hay que analizar también el efecto social que conllevarían, teniendo en cuenta que se ha proclamado, correctamente, no aplicar la llamada “terapia de choque”, de funestas consecuencias para el pueblo.

Una de las variantes de solución podría seguir los pasos siguientes:

- suprimir la circulación en CUC en un solo día –el  “día D”-, tanto en la población como entre las personas jurídicas, lo que se facilita, en el caso de la población, por el hecho de que todos los productos que se ofertan en CUC también exhiben los precios en CUP;

- convertir ese mismo día, automáticamente, los depósitos bancarios en CUC de la población por la cantidad de CUP que resulte al aplicar la tasa 1CUC = 24 CUP, que identificamos como “la tasa del día D”;

- el mismo procedimiento bancario se realizaría con las personas jurídicas, respetando las diferentes tasas de cambio existentes en el momento de la eliminación del CUC de la circulación y aplicando la “tasa del día D” establecida en cada caso -las cuales son varias-: de 1 CUC = 1 CUP; 1 CUC = 5 CUP; 1 CUC = 10 CUP, etc.

- se establecería un período suficientemente largo (por ejemplo, dos años) para cambiar los CUC en manos de las personas naturales y jurídicas que circulan fuera del banco en el momento de retirar esa moneda de la circulación, aplicando, en cada caso,  la misma “tasa del día D”;

- con estas decisiones se logra que toda la población y todos los actores económicos realicen sus operaciones solamente en CUP a las tasas de cambio que en cada caso correspondía en el “día D”, alcanzándose, en ese momento, la unidad monetaria que tanto se reclama;

- el problema pasaría, entonces, a lograr la unidad cambiaria del CUP con las distintas divisas internacionales mediante un proceso en el cual se vinculara el valor del CUP a una sola divisa o a una canasta de varias de ellas;

- a partir de aquí, la unificación cambiaria pudiera alcanzarse programando el acercamiento paulatino de las múltiples tasas existentes del CUP con las divisas internacionales en el “día D”, hasta alcanzar una misma tasa para todos (tanto para personas jurídicas como naturales);

- en el caso de la población, la modificación de la tasa fortalecería el CUP, hoy  devaluado, y en el caso de las personas jurídicas, se debilitaría el CUP, hoy sobrevaluado en ese sector.

Está claro que la solución así lograda de la unidad monetaria y cambiaria no resolvería los problemas económicos y financieros que enfrentamos; pero crearía las condiciones para que los ciudadanos y los actores económicos se orienten mejor en el entramado económico, comercial, financiero y bancario cubano, así como elevaría la calidad del registro contable y de las estadísticas nacionales.

 La Habana, 29 junio 2016

lunes, 27 de junio de 2016

Muy temprano

Tengo manos,
tengo pies:
mis tesoros,
mi por qué.
Pero al cabo de mí
comienza el sol
que es mi padre,
mi señor.

Uno busca
su lugar,
sea volando
sea en el mar.
Mas ni pájaro o pez
nos sabe dar
lo que espera
tras andar.

Una piedra,
una flor,
una estrella,
un color.
Cada uno cantó
la misma voz:
¿Dónde vamos,
dónde estoy?

Hubo rey,
senador,
presidente
y hasta Dios,
y su coro llenó la eternidad:
¿qué es mentira,
qué es verdad?

Tengo manos
tengo pies:
mis tesoros,
mi por qué.
Pero al cabo de mí
comienza el sol
que es mi padre,
mi señor.


1992

martes, 21 de junio de 2016

Inti Illimani clandestino en Cuba

                                                     Por Iroel Sánchez

Inti Illimani, la legendaria banda musical chilena con casi cincuenta años de historia, una de las agrupaciones míticas de la música latinoamericana, vinculada a las luchas sociales y antiimperialistas del continente, y conocida en el mundo entero, vino a Cuba este mes de junio, grabó un disco en los Estudios Abdala y dio un concierto junto a Pancho Amat en la Fábrica de Arte Cubano pero no ocupó un solo titular en la prensa de esta Isla. Igual suerte que Inti Illimani han corrido antes entre nosotros conciertos de Lila Downs e Ismael Serrano.

El cambio en la política estadounidense hacia Cuba ha convertido lo que era herejía en moda y la visita a la Isla ha pasado de estar prohibida a ser un buen negocio para la gran industria cultural. Las instituciones cubanas se implican pero a juzgar por lo publicado no parecen llevar la ofensiva en una relación en la que ya han aflorado contradicciones entre el discurso y los hechos como las ocurridas con una pasarela de Chanel en el Paseo del Prado de La Habana, o la filmación de la octava parte de la saga de Fast and  furious en el malecón habanero. 

Si a la escasez de recursos para generar acciones de relación cultural con la producción artística de alta calidad no favorecida por la maquinaria hegemónica se suma el no promover las oportunidades que genera la presencia en el país de grandes artistas con estéticas alternativas al canon dominante, la hiper oferta de lo que viene del Norte -siempre favorecida con todo el respaldo mediático global-  terminará deglutiendo lo que precisamente nos hace diferentes y, por ende, atractivos.

Basta ver las secciones “desde internet” de nuestros espacios informativos y culturales para percatarse de que en vez de buscar en la red de redes los contenidos excluidos de los grandes circuitos mediáticos, estos son la fuente para presentar acríticamente a las audiencias nacionales eventos como la exposición de autos utilizados por el Agente 007 en sus películas o un sinfín de “noticias” procedentes de las mismas fuentes que hegemonizan las informaciones fuera de la web.

Paradójicamante, en los mismos espacios, no se cansan de denunciar la “seudocultura” y reseñar reuniones donde se habla del tema y de las intenciones de la política norteamericana que “mantiene sus objetivos cambiando de métodos…” pero una vez más la clave está en lo que hagamos nosotros y, sobre todo, en lo que dejamos de hacer.  

miércoles, 15 de junio de 2016

El sitio de América Latina

Por Guillermo Rodríguez Rivera

América Latina parece sitiada por sus enemigos de siempre:  el sitio más evidente es al chavismo venezolano: el señor  Almagro al frente de la benemérita OEA, la que promovió el derrocamiento del demócrata Árbenz, la que estuvo en los orígenes de los treinta años de tiranías militares en Guatemala, la que expulsó a Cuba por orden de los Estados Unidos; la que nunca le hizo siquiera un gesto de disgusto a Somoza, a Pinochet, a Pérez Jiménez, a Videla, a Batista, la cómplice descarada de todos los tiranos del continente, pretende enjuiciar al presidente Maduro.

Existe además un reportero al servicio de BBC Mundo que afirma que Raúl Castro ha declarado que no regresará a la OEA por solidaridad con Venezuela. La Cuba antimperialista, que hace más de medio siglo fue expulsada de lo que el canciller Raúl Roa bautizó como el “Ministerio de Colonias Yanqui”, no tiene el menor interés en regresar a tal organización. Nunca volverá a la OEA. La OEA no tiene la menor posibilidad de tener a la Cuba revolucionaria entre sus socios.

Los argentinos casi habían perdido su país por la gestión de aquel administrador neoliberal que se llamó Menem y los que le sucedieron, hasta que llegaron los gobiernos de Kirchner y Cristina Fernández; creo que por la inmadurez de los votantes, por su ingenuidad, eligieron a un típico ejemplar de gerente capitalista que llegó prometiendo programas de beneficio popular para desconocerlos una vez en el poder, y hacer todo lo contrario.

En Brasil están llevando adelante el golpe parlamentario contra la presidenta Dilma Roussef, electa por el voto popular. Lo lideran los corruptos Cunha y Temer.

Un dirigente de la cámara de representantes yanqui, mr. Paul Ryan, impugna el restablecimiento de relaciones con Cuba y, para proseguirlos, le exige a Cuba, nada menos que el cumplimiento de las exigencias de la ley Helms-Burton, todavía más imperial que la enmienda de mr. Orville Platt.

La noticia es que América Latina ha cambiado y ha reencontrado su propia fuerza: doscientos años la han gobernado los servidores del capital norteamericano para sumirla en la dependencia y en la pobreza. La obra de Fidel, de Chávez, de Lula, de Kirchner, de Correa y de Evo, no se puede olvidar. El avance no será lineal y sin obstáculos, pero la época cambió: será peor para quienes no sean capaces de advertirlo.

jueves, 9 de junio de 2016

La necesaria apertura a un debate inteligente, comprometido, desprejuiciado y sin temores

Entrevista a Aurelio Alonso

En las circunstancias actuales de Cuba y del mundo, el interés por buscar y encontrar formas renovadas de hacer posibles los anhelos históricos y contemporáneos del país constituye un empeño de diferentes actores, colectivos y personas con vocación por pensar la nación sin desconocer sus diversidades. Esa voluntad plantea desafíos de diferente orden; quizás uno de los más grandes es el de repensar las necesidades de debate que, desde diferentes espacios, tributen a un mayor y mejor entendimiento de los presentes y los futuros plausibles y deseados. Con el propósito de contribuir con ello, Cuba Posible ha invitado a intelectuales cubanos a reflexionar sobre la necesidad de debate, y sus mejores caminos, en el actual contexto nacional. Estas son solo algunas voces de las muchas que pueden encontrarse en Cuba, que acompañan y construyen ideas y propuestas para nuestro país.

En esta entrega, compartimos los criterios del sociólogo y pensador Aurelio Alonso, Premio Nacional de Ciencias Sociales.

1. ¿En qué medida la política cubana actual identifica la necesidad del debate sistemático y público de nuestros problemas? ¿Escucha propuestas para solucionarlos?

Como sucede ante casi todos los problemas que confrontamos, la respuesta afirmativa o negativa en términos absolutos se haría simplista, y las dos se alejarían por igual de la realidad. Los espacios de debate para intercambiar criterios sobre los problemas de nuestra sociedad, y sobre temas teóricos que la trascienden, si bien resultan decisivos en la definición de caminos y opciones, se muestran todavía insuficientes, cargados de trabas e incomprensiones que debieran estar superadas. Aunque –hago un paréntesis— sería erróneo pensar que alguna vez desaparecerán las dificultades, y que la óptica política podría dejar de ser restrictiva del todo hacia el disenso teórico, ya que incluso en el seno mismo de la esfera de toma de decisiones creo sano que se reflejen mejor las diferencias y la discusión cuando se confrontan puntos de vista, como se supone que suceda. La unidad es señal de salud política, pero la uniformidad no puede serlo.
 
A pesar de lo dicho, se hace evidente también que esos espacios son hoy mayores que hace diez o veinte años. No hay que verlo como un incremento lineal, pero hoy se cuenta con mayor libertad, en los medios intelectuales y más allá de ellos, para disentir de posturas oficiales, o impropiamente oficializadas, que obstaculicen el debate. En general, mejoran las actitudes para reclamar el respeto del otro, reciprocándolo, cuando  afloran las diferencias. Tampoco afirmaría que hayamos llegado a un punto en que el pensamiento crítico pueda ejercerse y difundirse exento de presiones, políticas o sociales, cuando discrepa del discurso político reconocido. En unos casos por celo oficioso, pero en otros por simple superficialidad. Aclaro una distinción que hice: considero presiones políticas la sanción o la condenación explícita, una limitación abierta, el cierre de una revista, una acusación injusta o parcial, por ejemplo. Además, el rechazo a ser publicado, la proscripción para disertar en el aula, para participar en debates, la exclusión profesional, las restricciones para ejercer con espontaneidad una iniciativa de asociación dentro de las proyecciones mismas de la transición socialista, y las campañas contra el prestigio del oponente, se den al amparo de una autoridad o se produzcan entre simples polemistas, prefiero calificarlas de presiones de carácter social y creo que ponen de manifiesto la dimensión cultural de deformaciones autoritarias que no han quedado atrás. 
 
Considero que los cubanos hemos vivido décadas de tensión entre la lealtad al proceso de construcción socialista y la aceptación obligada de posturas canonizadas indebidamente. Nos sometimos a prolegómenos extraídos, como matriz, de lecturas fundacionales y de una metabolización ajena, como si fuesen verdades universales.  El debate mismo sobre los espacios de debate –que es lo que intentamos hacer aquí en minúscula contribución– todavía es un camino con mucho trecho a seguir. A veces quisiera creer que hemos superado más, pero me sorprendo a cada rato con muestras palpables de intolerancia, veo más descalificación que polémica, y desechar argumentos sobre asuntos puntuales por invectivas contra el contendiente, incapacidad para razonar sobre lo expuesto por el otro y, por supuesto, de admitir que el otro pudiera tener razón. Esto último parecería descartado de entrada. Esa incomunicación se hace más sensible cuando se analiza desde la perspectiva generacional, asunto que no ha sido estudiado o, al menos, debatido a profundidad. La escala vigente de aceptación de propuestas está sometida a una regimentación estricta en tanto se despliega básicamente sobre postulados salidos de la autoridad institucional. En mi experiencia personal los espacios para reconocer méritos y posibilidades de asimilación a la espontaneidad del pensamiento, son muy limitados o, al menos, poco visibles hasta ahora.

2. ¿Cuáles son los temas que más se debaten? ¿Cómo evalúa la calidad de esos debates? ¿Su diversidad o representatividad?

Es obvio que el centro del debate lo componen hoy en Cuba los temas vinculados con el socialismo, con las reformas necesarias, con la necesidad de transformar la economía sin que crecimiento y desarrollo impliquen que se pierdan los objetivos de justicia y equidad que han regido, desde sus inicios, un proyecto cubano de nación, que  reconocimos socialista en 1961. Y de realizar, al mismo tiempo y en sintonía con los cambios en la economía, las transformaciones institucionales capaces de proporcionar un sistema de participación democrática efectivo, sin el cual la transición al socialismo se haría incierta, aun si los indicadores económicos nos mostraran los resultados más satisfactorios. También se hace vital debatir cómo nos toca el desafío de la adopción de políticas orientadas a la restitución del medio ambiente de manera coherente. Una cosa es aprenderse un discurso ambientalista y otra ponerlo en práctica mediante políticas específicas, acompañadas de un obligado espíritu de discusión permanente, pues sobre esta cuestión descansa el dilema de la alimentación presente y futura. Universo discursivo que queda atravesado todo, desde diciembre de 2014, por la intensificación del tema de las relaciones con Estados Unidos, que de ningún modo puede mirarse con independencia de lo anterior, pero que lo complica de manera extraordinaria. La apreciable cantidad de artículos y comentarios digitales generados tras la controvertida visita a Cuba de Barack Obama es demostrativa de la lucidez y la diversidad de la reflexión, de la espontaneidad libérrima y de la valentía política de los cubanos para manifestarse, desde la intelectualidad hasta la ciudadanía de a pie (de la cual la intelectualidad también es parte, claro está). 

Creo que sería imposible negar que, en la actualidad, el espíritu de debate se abre paso, y que debe consolidarse en nuestra cultura revolucionaria. Del debate en todas las esferas, las institucionales, las académicas, y las del pueblo en general. Y, por supuesto, de todas estas esferas entre ellas. Todo lo otro que podamos precisar temáticamente de manera más específica podría considerarse o no legítimo, pero también secundario en tanto no se vincule con lo que popularmente llamamos “la cosa”. Sabemos que el debate sobre cada juego de pelota se produce cotidianamente con opiniones encontradas, y debiera ser ese dato motivo suficiente para saber que así ha de ser de desprejuiciado en cualquier terreno. Probablemente lo que acabo de expresar sea interpretado desde posiciones muy distintas, y me alegraría mucho porque ese simple detalle formaría parte ya de la continuidad del debate.

3. ¿Cuáles son los principales foros donde se discuten los problemas actuales del país? ¿Qué características tienen? ¿Sus cualidades y limitaciones?

Sin la seguridad de hallarme en condiciones de aportar un criterio definitivo al respecto, quisiera comenzar con una apreciación que tal vez hubiera cabido mejor al principio. La coyuntura histórica que marca nuestra actualidad, y lo hace de manera contradictoria, es el derrumbe del sistema soviético, que reveló que la “irreversibilidad del socialismo”, aceptada como ley económica, de ley no tenía nada, ya que el socialismo había fracasado. O, visto desde otra perspectiva, que el centro del que habíamos reconocido como sistema socialista mundial no lo era, aun siendo la cuna de la revolución pionera de la época, la cual logró, entre acoso exterior y deformaciones internas, crear un poder mundial paralelo al de Occidente. Es decir, osó retar al poder del capital. Considerable avance pero, por alguna razón, no era el socialismo (y la famosa irreversibilidad quedó engavetada para cuando el sistema socialista se consolide como tal en la historia). 

Semejante derrumbe nos tocó en profundidad, aunque resistiéramos a ser arrastrados en el torrente. Como se sabe, en el experimento cubano algunas de las primeras muestras de intolerancia y limitación de espacios se produjeron en torno a posiciones que se distanciaban de líneas, políticas, doctrinas económicas, sociales, filosóficas y hasta estéticas, de aquel centro moscovita que debíamos respetar como pionero en la descomunal empresa de eliminación del dominio del capital. ¡Qué trabajo cuesta todavía reconocer la medida del costo de cuánto nos equivocamos con ellos! Es cierto que otros se equivocaron más (y todos ellos, casi sin excepción, vivieron el mismo retroceso hacia la selva del capital que revolvió a Moscú), que nosotros fuimos más autónomos como proyecto de nación (y sin duda esa identidad nos apuntaló para resistir los efectos de aquella caída que nos dejó atrapados “entre dos bloqueos”). Pero asimilamos más lastre que el que hemos sido capaces de soltar. 

De manera paradójica, la tragedia del derrumbe favoreció la activación de la crítica y el debate en todos los planos, que se ha dado desde entonces entre avances y retrocesos, debido en gran medida a los lastres. Pero se generaron foros culturales de debate que han funcionado con suerte diversa, unos por cortos períodos y otros que logran mantenerse. La disposición a expresarse con cabeza propia y defender criterios “a contracorriente” es ya una ganancia cultural; quiero pensarlo así. No obstante, mi primera observación sería que los foros de debate tienen que ser de debate, no de complacencias, como a veces sucede.

Un factor esencial al hablar de los foros es el tecnológico, el de la digitalización de las comunicaciones, que entre otros beneficios ha contribuido a levantar una barrera a la intolerancia. También sabemos que, en sentido adverso, abre espacio a la banalidad informativa, portadora de tantos riesgos, pero se trata de costos que hay que afrontar. Del reto, además, de hallar antídotos que contribuyan a despejar caminos sin devolvernos a esquemas superados. Algunos intelectuales prestigiosos contribuyen a llevar a la prensa aires de apertura y también se han producido iniciativas para que la población haga uso de ella para elevar sus críticas, descontentos, y reclamos. Pero la diversidad de criterio y la capacidad de respuesta me parecen insuficientes en sentido general. En todo caso, son espacios valiosos que no deben perderse sino revisarse y perfeccionarse. Para completar esta respuesta, celebro el incremento de la iniciativa espontánea que ha mejorado cuantitativa y cualitativamente el panorama de las publicaciones culturales y de pensamiento, las que promueven a veces importantes actividades colaterales. Tanto en las que ya existían, que un buen manejo ayuda a activar, como en las creadas en el nuevo escenario. Las revistas impresas, las digitales, los eventos con contenidos puntuales, nacionales e internacionales, fuera y dentro del país, son foros que se multiplican y de los que la creatividad revolucionaria, el análisis, la crítica, la proyección social y el pensamiento todo tienen que aprender a valerse. 

4. ¿Cree que esos foros son aprovechados por la política? ¿Por la sociedad? ¿Qué propondría para hacerlos más útiles? 

¿Ser aprovechados por la política significa por las instancias de dirección del país? Presumo que la respuesta a mi pregunta sea afirmativa y entonces me planteo otra  cuestión, que sería: cómo son aprovechados, cómo pueden mejorarse. Para responder en estos términos, la política los aprovecha mal hasta ahora, porque no le concede espacio suficiente a la diversidad. No lo hace en el plano de las ideas, ni tampoco en el plano de las acciones. Prevalece, a mi juicio, una comprensión errónea de la relación entre la unidad y la diversidad, que la mira como subordinación de antípodas, una mirada digna de la lógica aristotélica. No como un condicionamiento mutuo impuesto por el sentido dialéctico mismo de la historia: creo que si pensáramos la unidad como síntesis, imposible en profundidad si no se parte del reconocimiento de la diversidad real, se avanzaría con menos prejuicios.

Quiero subrayar aquí mi opinión de que las estructuras de gobierno, en particular las instancias del Poder Popular desde la base a la nación, debieran aportar los foros de debate más activos y constantes, que llegarían a proveer, de lograrse, los debates más audaces y más provechosos. Y harían del Poder Popular un poder más real.

No querría terminar estas reflexiones sin decir que estoy convencido de que Cuba, su socialismo, va a hallarse en mejores condiciones para hacer frente a sus nuevos desafíos, en la medida en que seamos capaces de incorporar la necesaria apertura a un debate inteligente, comprometido, desprejuiciado y sin temores. Una apertura que en ocasiones se ha esperado y ha terminado por frustrarse con bemoles y retrocesos, y que se muestra ya inaplazable.


Fuente:  http://www.cubaposible.net/articulos/la-necesaria-apertura-a-un-debate-inteligente-comprometido-desprejuiciado-y-sin-temores-2016-06-08-03-06-00

martes, 7 de junio de 2016

Adios al maestro Zumbado

Por Laidi Fernández de Juan

En la tarde de hoy, 6 de junio de 2016, ha fallecido el maestro del humorismo literario cubano, el insuperable cronista durante más de veinte años de la realidad compleja de Cuba, inspirador de varias generaciones de escritores, Héctor Zumbado. Con profunda consternación recibimos la noticia.

Nacido en 1932, pasó gran parte de su vida dedicado a la publicidad y al periodismo, laborando en disímiles tareas en las cuales desarrolló su increíble talento para la sátira, la crónica, la literatura humorística. Sus compañeros de trabajo, sus amigos de correrías, sus colegas lo recuerdan como el ser maravilloso y solidario que siempre fue. Luego de transitar por agencias donde era el encargado de redactar textos publicitarios, pasa al periodismo. Colaboró en Prensa Latina, en la revista Cuba, en Cubaexport, y creó secciones de crítica en Juventud Rebelde, como las memorables columnas “Limonada” y “Riflexiones”, cuya popularidad no ha sido nunca superada.

En la década prodigiosa para el Humor, los ochentas, tuvo a su cargo la creación y dirección de la sección “La Bobería”, en la revista Bohemia, con el emblema del personaje El Bobo, de Abela. Gracias a la generosidad de Zumbado, en dicha publicación se dieron a conocer nombres hasta entonces poco conocidos en el corpus literario cubano, y que hoy gozan de justo reconocimiento dentro del humorismo literario (Jorge Fernández Era, Eduardo del Llano, entre otros). Cerca de diez volúmenes recogen las crónicas salidas del ingenio insuperable de quien obtuviera en el año 2000 el Premio Nacional del Humor, otorgado por el Centro Promotor del Humor, entonces bajo la égida del gran amigo de Zumbado, Osvaldo Doimeadiós.

Cabe mencionar la lista (aun sabiendo que un frio listado no puede ofrecer la intensidad, la llamarada de lo que significa este originalísimo artista) de sus libros: “Amor a primer añejo” (1980); “Riflexiones” (1980); “Limonada” (1981); “!Esto le zumba!” (1981); “El american way” (1981); “Prosas en ajiaco” (1984); “Nuevas riflexiones” (1985); “Kitsch, kitsch, ¡bang bang!” (1988) y “Una de cal..” (1991).

Varios investigadores, amigos, admiradores de la obra zumbadiana han recopilado textos de y sobre Zumbado, entre los que sobresalen Ana Maria Muñoz Bachs, que publicó en el año 2012 la excelente antología “!Aquí está Zumbado!” y Antonio Berazaín, quien en ese mismo año dio a conocer “Un zoom a Zumbado”. Actualmente, jóvenes periodistas, filólogos, sociólogos estudian la obra de este extraordinario escritor, y sabemos que en el venidero evento teórico del Aquelarre será analizado el uso del lenguaje en la obra de Zumbado. Asimismo, en el año 2014 se llevó a cabo un ciclo de análisis del humor en Cuba, convocado por la Fundación Alejo Carpentier, bajo la dirección de Graziella Pogoloti, llamado precisamente “Los ochenta que zumbaron”. Todo ello da fe de la impronta que deja Héctor Zumbado entre nosotros.

Considerado un maestro imprescindible del humorismo literario, Zumbado queda para siempre como el iniciador de un nuevo período dentro del costumbrismo cubano. Sus textos, admirables, combinan con especial sutileza el lenguaje más refinado con lo más popular del habla coloquial. Heredero de una gran tradición (recordemos a Emilio Roig, a Jorge Mañach, a Eladio Secades, a Enrique Núñez Rodríguez), Zumbado marca una nueva etapa: la sátira dentro del proceso de cambios sociales que vivió Cuba a partir de 1959, con particular énfasis a partir de los años setenta. Los logros y los desaciertos, las hazañas y los errores, todo está a flor de piel en su obra. Fue osado, culto y encantador a la vez. Su legado, afianzado en varias generaciones de narradores que defendemos el humor como expresión artística de inteligencia, resulta inmensurable.

Adiós, maestro. Aquí está Usted, en el panteón de los inmortales.

lunes, 6 de junio de 2016

Llega este lunes 6 de junio...

Llega este lunes 6 de junio, están pasaditos los 200 comentarios con que  blogspot cambia automáticamente la página de sus bitácoras, me tengo que ir a trabajar y no encuentro qué poner como entrada. 

Las elecciones en Perú y en México recorren caminos trillados; el golpe en Brasil sigue su curso; Argentina continúa el proceso que escogió la mayoría de sus votantes; Podemos vuelve a cambiar el escenario político de España, ahora con la esperada alianza de Izquierda Unida; en Cuba seguimos “sin prisa pero sin pausa”, salvo que se nos acaba de formar una depresión tropical casi en la cola del caimán. 

Por eso estos últimos días han sido de intensas lluvias en la tarde. Y también por eso ayer nos fuimos bajo un denso aguacero hacia el teatro Martí, a ver a una bielorusa y a un chinito de 17 años interpretar, respectivamente, el impresionante concierto Emperador de Beethoven y las ingeniosas Variaciones para un tema de Paganini, de Serguéi Rajmáninov. Les acompañaba la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por el maestro Enrique Pérez Mesa. Un programa de lujo. 

Sólo las Variaciones hubieran bastado para hacer trascender a un músico aunque, afortunadamente, en el caso de Rajmáninov, fue una obra sumada a su inspirada producción. Siempre he pensado que mucha música orquestal de los Estados Unidos, sobre todo para cine, es deudora de aquel ruso genial.

Bueno, me voy a trabajar.

miércoles, 1 de junio de 2016

Intercambio con el poeta Waldo Leyva

El 31 may 2016:

Poeta, ayer entré en F… y vi tu comentario sobre la amistad y seguí tus recomendaciones después de leerlo íntegramente no sé si lo hice como corresponde pero lo intenté. Creo que te comenté en ese momento que hace algún tiempo escribí varios poemas donde reflexionaba sobre ese asunto de la amistad y ciertos “amigos”. Fue un tema que siempre me preocupó. En uno de esos textos, breve por cierto,  decía: 

Hoy me senté a la puerta de mi casa
A ver pasar la gente.
De cada tres, dos eran conocidos.
De cada dos me saludaba uno.

A veces no resulta fácil saber cuándo estás en presencia de alguien que es, por encima de cualquier circunstancia, un amigo, ese que no aplaude tus errores y te critica si lo considera necesario, pero que tú sabes que será capaz de morir contigo. En la nota de ayer hice referencia a un soneto que quise montar en F.. pero creo que lo hice pésimo. Al final de esta nota te lo dejo. Antes quería comentarte que durante los días 8 , 9  y 10 de Junio juntaré en la Casa del Alba cuatro poetas mexicanos, entre los que estará Eduardo Langagne. El motivo es propiciar una jornada poética Cuba-México. Tenemos pendiente tu lectura de poesía en La Casa del Alba. ¿Te gustaría compartirla con Eduardo y yo los acompañaría solo para facilitarles la palabra?  Si no te parece bien seguimos con la idea de, cuando te parezca oportuno, hacer tu recital de poesía. 
Y ahora sí el soneto prometido:

NADIE PUEDE SABERLO

Es difícil saber qué es un amigo
descubrir en sus ojos la lealtad,
saber cuándo te ofrece su amistad
sin otra condición que estar contigo.

Nadie puede saberlo, eso lo digo
con el pecho partido a la mitad;
estoy pagando aún la ingenuidad
de confundir abrazo con amigo.

Yo nací para dar sin condiciones,
y me duele saber que nada es cierto
que si te busca alguien, sus razones

sólo conducen a su propio puerto.
Me cansé de bregar con falsos dones
para cierta “amistad” estoy ya muerto.

Otro abrazo, poeta, y disculpa lo extenso del mensaje.
Waldo Leyva

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Waldo, el poema, el soneto tuyo me ha removido por su desnudez. Algo se me atragantó, leyéndolo. Si tú me lo permites voy a publicarlo en Facebook a tu nombre, pero también me gustaría que sirviera como entrada a mi blog. Incluso con este intercambio nuestro sobre la amistad. Pero esperaré a que me autorices.

Te anticipo que para mi será un honor compartir esa tarde a la que me invitas con Eduardo y contigo en la Casa del Alba.

Lo que publiqué en Face fue siguiendo instrucciones de una vieja amiga que vive en Orlando, llamada Dania, a la que quiero mucho, a ella y a su marido Pancho. Para tratar de evitar que se pensara que el escrito era mío, al final puse unas palabritas que al parecer no dieron resultado.

Yo le he cantado a la amistad. Recuerdo la canción Amigo mayor, compuesta al servicio del engranaje rítmico del grupo Afrocuba. Pero unos años antes había hecho otra sobre el mismo tema que siempre me gustó más y que después dediqué a mi amigo puertorriqueño Roy Brown:

Si tengo un hermano


Si tengo un hermano
hermano de suerte
hermano de vida
de historia y de muerte
no mido sus años
su poca fortuna
no mido su facha
ni mido su altura

si tengo un hermano

Si tengo un hermano
hermano que arde
hermano mestizo
hermano de hambre
empapo mis himnos
con luz de su aire
tiño mi bandera
también de su sangre

si tengo un hermano

Si tengo un hermano
hermano de sueños
hermano de bala
hermano de empeños
le entrego mis libros
le entrego mis manos
sin un humillante 
recibo de pagos

si tengo un hermano

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Silvio, puedes hacer lo que consideres más apropiado con el poema.  Yo también cuando lo escribí algo se me había atravesado en el pecho y no me quedó otra que sacármelo. Se escribió en una época en que cada palabra dolía, como ahora, aunque ahora duele de otra manera, más hondo o se le siente más hondo. Recuerdo que un día, de esos en que no parecía que hubiera salida ni respuesta que calmara ciertas angustias escribí:

No sé si un tigre loco
O un escorpión cercado por el fuego
Es lo que llevo hoy dentro del pecho.
A dónde ir, contra que muro romper mi sangre.
Me mata ese aguijón encarcelado
Ese rugido que no logro sacarme por la boca.

Ahora, tal vez sea por la edad, o por lo ya vivido intensamente, me mueve más la reflexión.

Pasando al tema de la lectura con Eduardo Langagne. Te cuento sobre la jornada en general y en particular sobre tu lectura: Será un encuentro Cuba-México de poesía. Sesionará en la Casa del Alba los días 8,9 y 10 de junio.

El 8 a las seis de la tarde se inaugurará una exposición de fotografía de un poeta, ensayista y Diplomático Mexicano, Andrés Ordoñez. A las 6:30 se hará un recital de apertura con poetas cubanos y Mexicanos.

El día 9 a las diez de la mañana comenzará una mesa de reflexión sobre la poesía con ponentes de los dos países. Eso durará hasta las doce del día.

A las cinco de la tarde de ese día 9 podríamos hacer la lectura tuya con Eduardo Langagne. Dispondríamos de una hora para esa lectura y yo los acompañaría.

A las 6:30  haríamos otra mesa de lectura con otros poetas de ambos países.

El día 10, a las seis de la tarde un encuentro de trovadores y poetas, cerraría el evento. En ese programa Augusto Blanca, con Pepe Ordás , Rochy y Corina Mestre harían un pequeño recital con canciones compuesta por Augusto sobre Carlos Pellicer, Poeta Mexicano y Nicolás Guillén. Participarían otros trovadores y varios poetas.
Te doy toda la información para que sepas pero solo tendrías que llegar el nueve.

Otro abrazo

Waldo