Por Manuel Alberto Ramy, 30 de julio de 2014(*)
LA HABANA
– A partir de la nota publicada ayer en Progreso Semanal/Weekly, muchos
lectores, en las redes, o fuera, se me acercaron a preguntar si yo sabía algo
más de la visita de Eric
Schmidt a La Habana. El presidente de Google ha estado aquí y todos
quieren saber a ciencia cierta para qué ha venido y qué resultados tendrá su
visita.
Si se
considera que Google es una de las empresas “dueñas” del mundo, no solo por sus
ingresos y activos, sino por su influencia en la economía mundial y en la
política norteamericana especialmente, es fácil advertir que este viaje ha
tenido propósitos poderosos y podría tener consecuencias.
No sé
mucho más que lo que ya escribí. Pero sí sé lo que él escribió, su testimonio,
publicado hace apenas unas horas en su perfil de Google+ ¿dónde si no?. Y les
digo que vale la pena leerlo ahora, así que aquí se los dejo:
Atrapada
en su historia, la hermosa Habana recuerda el desvaído esplendor de Argentina y
un filme de automóviles de Dick Tracy. Con el objetivo de promover una Internet
libre y abierta, Jared Cohen yo, además de otros dos viajeros, viajamos a La
Habana con una visa de negocios (vea más adelante). Al aterrizar en el
aeropuerto de La Habana, el primer avión que se ve es uno a reacción de Líneas
Aéreas Angolanas. El pueblo cubano, moderno y muy bien educado, define la
experiencia con la calidez que solo expresa la cultura latina: una música
tremenda, comida y entretenimiento (la mayor parte de los cuales no pudimos
disfrutar; más acerca de esa visa en un minuto.) Bajo Raúl, el hermano menor de
Fidel Castro, las difíciles condiciones económicas han traído muchas pequeñas
medidas liberalizadoras en los últimos años. Ahora hay 187 profesiones donde se
permite el empleo privado (otros trabajos privados no son permitidos), y
comienza a ser posible comprar y vender, con restricciones, autos y
apartamentos.
Los dos
mayores logros de la Revolución, como ellos lo llaman, es el sistema universal
de salud gratuito para todos los ciudadanos, con médicos muy buenos, y la clara
mayoría de mujeres en niveles ejecutivos y de gerencia en el país. Casi todos
los líderes que conocimos eran mujeres, y una bromeó con nosotros con una amplia
sonrisa que la revolución prometió la igualdad, a los hombres machistas no les
gustó, pero “se han acostumbrado”. La parte menos exitosa de la Revolución ha
sido el desarrollo económico (no es una sorpresa) y nos pareció que un descenso
del turismo y recientes problemas en la agricultura han empeorado un tanto las
cosas en Cuba.
Un amplio
tema de conversación en el país es la constante especulación de lo que hará el
gobierno y cuáles serán el rumbo y el camino de la liberalización. Nos dijeron
que hay una lucha entre los líderes más liberales y los más conservadores bajo
Castro, y alguien dijo que los militares están participando más en el
desarrollo económico. Un número de personas dijo que el posible modelo de Cuba
sería más como el de China o Vietnam que como el de Venezuela o México.
El
embargo, ahora codificado en la Ley Helms-Burton de 1996, define todo para
EE.UU. y Cuba. (Los cubanos lo llaman un “bloqueo” y una valla lo describe como
genocidio.). El gobierno de EE.UU. califica a Cuba de “estado patrocinador del
terrorismo”, en el mismo plano que Corea del Norte, Siria, Irán y Sudán del
Norte. Los viajes al país están controlados por una oficina norteamericana
llamada OFAC y bajo nuestra licencia no se nos permitía hacer nada, a no ser
tener reuniones de negocios, y nuestro hotel debía costar menos de $100 dólares
por día y los gastos totales diarios $188. No es sorprendente que en La Habana
haya muchas habitaciones de hotel que cuestan $99.
Estas
políticas no parecen razonables: hay decenas de países a los que consideramos
aliados y a donde se nos permite viajar y que significan una amenaza mucho
mayor que Cuba para EE.UU. en esta década. Los cubanos creen que esto es en
gran medida un asunto de política local de la Florida y que la juventud cubanoamericana
toda apoya la normalización junto con el resto de la comunidad de negocios de
EE.UU.
Si Cuba
está atrapada en la década de 1950, la Internet de Cuba está atrapada en la de
1990. Aproximadamente 20-25% de los cubanos tienen línea telefónica, pero mayoritariamente
son líneas fijas subsidiadas y la infraestructura de telefonía celular es muy
débil. Aproximadamente 3-4% de los cubanos tienen acceso a Internet en cafés de
internet y en ciertas universidades. La internet está muy censurada y la infraestructura,
la cual visitamos, es conformada con componentes chinos. El “bloqueo” no tiene
ningún sentido para los intereses de EE.UU.: si uno desea que el país se
modernice, la mejor manera de hacerlo es empoderar a los ciudadanos con
teléfonos inteligentes (casi no existen en la actualidad) y alentar la libertad
de expresión y poner herramientas de información directamente en manos de los
cubanos. El resultado del “bloqueo” es que la infraestructura asiática será
mucho más difícil de desplazar. La comunidad técnica utiliza versiones no
licenciadas de Windows (EE.UU.no permite la compra de licencias) y GNU Debian
Linux en hardware asiático con Firefox. Existe una pequeña comunidad técnica
alrededor de Android gratuito que se espera que en definitiva crezca. Como las
firmas norteamericanas no pueden operar en Cuba, su Internet está conformada
por estrechos intereses cubanos en vez de por plataformas abiertas globales.
Hemos oído
que los jóvenes cubanos están conformando redes informales de enrutadores de
Wi-fi, y miles se conectan a estas redes para compartir archives y mensajes
privados. Las memorias flash forman una especie de “red de contrabando” en la
que la gente se pasa información difícil de obtener sin acceso real a Internet.
Las
restricciones de información tienen aún menos sentido cuando se sabe que Cuba
importa de EE.UU. una gran cantidad de alimentos bajo la rúbrica de “comercio
compasivo”. Las importaciones de alimentos son importantes para Cuba, pero
también lo es la importación de herramientas a Cuba para el desarrollo de una
economía del conocimiento.
Cuando uno camina por La Habana Vieja, uno ve fachadas hermosamente restauradas que evocan el importante papel de La Habana en las décadas de 1940 y 1950. Los autos norteamericanos de la década de 1950 pintados de vivos colores, convertidos a diesel y reparados por mecánicos cubanos, dan una idea de lo que Cuba debe haber sido antes de la Revolución. Caminando por La Habana es posible imaginar una nueva Cuba, quizás una líder en educación, cultura y negocios en Latinoamérica. Cuba tendrá que abrir su economía política y comercial, y EE.UU. tendrá que superar su historia y eliminar el embargo. Ambos países tienen que hacer algo que es difícil de hacer desde el punto de vista político, pero valdrá la pena.
Cuando uno camina por La Habana Vieja, uno ve fachadas hermosamente restauradas que evocan el importante papel de La Habana en las décadas de 1940 y 1950. Los autos norteamericanos de la década de 1950 pintados de vivos colores, convertidos a diesel y reparados por mecánicos cubanos, dan una idea de lo que Cuba debe haber sido antes de la Revolución. Caminando por La Habana es posible imaginar una nueva Cuba, quizás una líder en educación, cultura y negocios en Latinoamérica. Cuba tendrá que abrir su economía política y comercial, y EE.UU. tendrá que superar su historia y eliminar el embargo. Ambos países tienen que hacer algo que es difícil de hacer desde el punto de vista político, pero valdrá la pena.
Fuente: http://progresosemanal.us/20140630/presidente-de-google-el-bloqueo-tiene-ningun-sentido/