jueves, 30 de septiembre de 2010

miércoles, 29 de septiembre de 2010

carta de alfredo guevara a amaury pérez

La carta es de hoy mismo y se explica sola. Le he pedido permiso a los dos para publicarla, porque lo que le cuenta Alfredo a Amaury se parece mucho a mis propias vivencias en este blog.

Espero que la disfruten y también sus comentarios, que tendré el gusto de hacerle llegar a estos dos amigos.



La Habana, 29 de septiembre, 2010


Mi querido Amaury:

Pasaron siete días desde la entrevista que nos unió una vez más en tu Con dos que se quieran.

La entrevista en sí y este reencuentro televisivo han sido, para mí, experiencia singular. Eres sin duda un entrevistador que sabe lo que se trae entre manos; pero eso no resultaba novedad alguna. Aprecio, y mucho, que no olvides (no puedes) la condición de intelectual-artista. Y que ese espíritu se transparente en el Programa.

Me has regalado otra experiencia y esta vez sí que inesperada. Cubadebate ha sido sorpresa inédita y lección que aún no he asimilado en todas sus aristas. Hasta hoy 287 mensajes; para mí, sobre la entrevista muchos, otros sobre el Programa, algunos reflejando controversias entre los opinantes (y hasta entre opinologos profesionales-profesionantes-profetas y quizá etcétera, etcétera). Aprecié pocas firmas. El Anonimato me desconcierta.

El espacio abierto por Cubadebate me introduce en ese mundo de democracia participativa que debía entusiasmarme. Esa Democracia de apariciones anónimas no logra provocar tal entusiasmo en mi persona pero obliga a reflexionar porque este clima de desconocidos actuantes aparece por aquí y por allá a partir de las tecnologías de punta y sus variantes, ver Facebook y etcétera. Es por esa desazón, seguramente ética, que rechazo avergonzado y militante que algunas organizaciones político-sociales acepten sin horror y hasta estimulen el anonimato. Sé de un caso, solo de uno, de un anónimo sub-sucio que paralizó un Departamento y sus dependencias porque debían discutir semejante engendro símbolo de cobardía ante la persona afectada y sus subordinados con participación de las organizaciones político-sociales. ¡Dios mío! (y el mío es el que es) ¡ que vergüenza ¡ Y que falta de previsión.

Como aspiro, Amaury, a que el anonimato parece que imposible de evitar en Internet no encuentre justificación o dignificación en la Práctica que promueven organizaciones políticas no me importa decir (decirte) lo que sigue. Bastaría a la Contra enviar anónimos a tutiplén para paralizar el país. ¿Te das cuenta? siempre lo indigno es dañino, ineficiente y malvado. Es como adentrarse en una tembladera de lo que puedes suponer. Y entonces, ¿es que puede compararse el Anónimo-político o Laboral con esta profusión de anónimos, pseudónimos y máscaras? Ni lo hago ni me atrevo a dar respuesta y menos a dármela ante un fenómeno mundial de intercambios y prudencias que invade Internet, Facebook y etcétera, etcétera. Introduje la palabra Prudencia ¿Será esta la clave de todo?

Cuando era muy joven me encantaba el Carnaval habanero de entonces, todos enmascarados y gozando de aquella pequeña, suave orgiástica fiesta en que el anonimato facilitaba por un día una forma de libertad dionisiaca de corte tropical: ni muy refinada ni muy extralimites. Si así es en el recuerdo, si así fue, parece Amaury que no tendría derecho a preocuparme por esta incursión entre etéreas figuras y nombres más o menos fantasmales (¡gracias!) en que me ha tocado vivir por siete días. Me incitan a pensar, repensar y tal vez “ya”, después de tanto opinar, que a partir de esta carta-nota conviene un periodo de silencio. El mío y propongo que del Debate desencadenado desde nosotros, Amaury-Alfredo, por Cubadebate.

Gracias amigas y amigos, a los que firman y a los que no; gracias por sus opiniones; me habéis entregado frases que respeto y tomo en cuenta; como podéis apreciar algo que me faltaba, es por eso que solo me atrevo a dar un criterio de aproximación.

Todo cuanto incita a la reflexión es un tesoro y no puedo sino agradecerlo; confieso que algo turbado.

Saludos cordiales,


Alfredo Guevara

martes, 28 de septiembre de 2010

si te viste en el agua

Si te viste en el agua,
no tendrás que tapar el espejo
ni deberás pedir permiso.

Será un alivio,
oxígeno devuelto,
bocado compartido.

Será lo impronunciado,
lo nunca visto
o la leyenda.

Para eso no hay edad
ni sensatez ni pretensión.
Ni siquiera el pretexto que imaginas.

No te molestes en nombrarlo.
Canta.

viernes, 24 de septiembre de 2010

banquete de tiranos

Hay una raza vil de hombres tenaces
De sí propios inflados, y hechos todos,
Todos del pelo al pie, de garra y diente;
Y hay otros, como flor, que al viento exhalan
En el amor del hombre su perfume.
Como en el bosque hay tórtolas y fieras
Y plantas insectívoras y pura
Sensitiva y clavel en los jardines.
De alma de hombres de unos se alimentan:
Los otros su alma dan a que se nutran
Y perfumen su diente los glotones,
Tal como el hierro frío en las entrañas
De la virgen que mata se calienta.

A un banquete se sientan los tiranos,
Pero cuando la mano ensangrentada
Hunden en el manjar, del mártir muerto
Surge una luz que les aterra, flores
Grandes como una cruz súbito surgen
Y huyen, rojo el hocico, y pavoridos
A sus negras entrañas los tiranos.
Los que se aman a sí, los que la augusta
Razón a su avaricia y gula ponen:
Los que no ostentan an la frente honrada
Ese cinto de luz que en el yugo funde
Como el inmenso sol en ascuas quiebra
Los astros que a su seno se abalanzan:
Los que no llevan del decoro humano
Ornado el sano pecho: los menores
Y los segundones de la vida, sólo
A su goce ruin y medro atentos
Y no al concierto universal.

Danzas, comidas, músicas, harenes,
Jamás la aprobación de un hombre honrado.
Y si acaso sin sangre hacerse puede,
Hágase... clávalos, clávalos
En el horcón más alto del camino
Por la mitad de la villana frente.
A la grandiosa humanidad traidores,
Como implacable obrero
Que un féretro de bronce clavetea,
Los que contigo
Se parten la nación a dentelladas.


José Martí

del miami herald

jueves, 23 de septiembre de 2010

yo te invito a caminar conmigo

Yo voy a amarte sin palabras,
sin una coma, sin puntuación.
Quiero sumarte a mi bandada
de cuervos muertos, sin ilación.
Y hacer historia con mis actos llenos,
y repetir la misma escena luego,
para poder decir mañana:
no fui malo ni fui bueno.

Estoy en deuda con lo nuevo,
con la verdad, con la aventura y el placer.
Siento una rabia que me enfermo
cuando me dicen lo que debo hacer.
Con el oportunismo tengo un duelo,
con las cabezas como el hierro viejo,
y sin embargo estoy amando
y abro un trillo sobre el fango.

Quisiera ahora desgajar
mi larga rama de palabras
y echarlas todas a volar
sobre las almas de las almas.
Y que estallen y que muerdan
y que sus semillas prendan
y que todo sea mejor.

Yo voy a amarte como a un puerto
y como a un disco volador.
Sólo podrás cantar conmigo,
pues no sé hacer algo mejor.

Pero recuerda que yo odio y quiero,
que tengo un prisma de colores nuevos,
y que me iré a soñar al trueno
de un país desconocido.

Yo te invito a caminar conmigo.
Aunque siempre sea un perseguido,
yo te invito a caminar conmigo.


1968

martes, 21 de septiembre de 2010

jalapa, veracruz

Jalapa, Veracruz,
20 de septiembre de 2010.

Sr. Rector Raúl Arias Lovillo;
autoridades de la Universidad de Veracruz;
compañeros cubanos;
amigas y amigos todos:

Perdonen estas palabras improvisadas, porque lo que realmente quiero decir, mi gratitud, lo voy a expresar mañana, en el concierto.

Es curioso pero, para ser franco, yo empecé a cantar por aburrimiento. Sentirme aburrido fue lo que me hizo descubrir que tenía la necesidad de expresarme. Por entonces me encontraba pasando mi Servicio Militar, en una unidad cercana al pueblecito de Managua, en la antigua provincia de La Habana. Por mi condición de soldado tenía un programa diario que cumplir, muy diferente a la actividad secreta que me esperaba al final de cada dura jornada. Porque todas las noches, cuando mi barraca se entregaba al sueño, yo me escurría por una ventana hasta una arboleda que quedaba a quilómetros de distancia. Tenía que retirarme lejos, porque en la noche campestre los sonidos caminan, mucho más los que salen de una guitarra.

En aquel bosquecito de mangos aromáticos, había un árbol nudoso que me servía de asiento. Desde allí trataba de poner mis dedos sobre aquellas cuerdas huidizas, que apenas sonaban. Sesenta pesos me había costado mi primer instrumento, lo que al cambio de hoy no serían ni tres. Sin embargo, unos meses más tarde, un pequeño grupo de soldaditos nocturnos, como yo, buscábamos rincones para susurrar canciones de moda y, a veces, alguna de las mías.

Al principio yo no me atreví a mencionar el origen de mis temas. Me limitaba a infiltrarlos entre las canciones conocidas por la radio y, si algún compañero me preguntaba, decía que eran del mismo que me había enseñado a tocar la guitarra.

Eran gotas personales que dejaba caer en mi repertorio, siempre con mucho nerviosismo. Lo hacía con remordimientos, por aprovecharme de la necesidad de música de mis confiados amigos. Pero más que eso, sentía temor de que mis hijas con la oscuridad fueran rechazadas. Tanto fue así, que un día decidí no continuar cantándolas.

Pero sucedió que aquella extraña noche en que no canté mis canciones, fue la primera vez que un mínimo grupo de personas me preguntó por ellas.

Desde aquellas veladas hasta la de hoy no ha pasado mucho tiempo, pero han ocurrido muchas cosas --vidas enteras, inclusive--. Algunos de mis primeros títulos fueron conocidos gracias a la generosidad de un gran Maestro musical, como Mario Romeu. Y siempre que evoco mis inicios me resulta imprescindible mencionar a Juan Vilar, Haydee y Aida Santamaría, Santiago Álvarez, Alfredo Guevara, Federico Smith, Juan Elósegui, Leo Brouwer. Amigos y maestros que me ayudaron a ver, a escuchar y a crecer.

¿Quién me iba a decir a mi, debajo de aquellos mangos, que mis dedos rotos y mis deseos de combinar palabras y melodías iban a llegar a estar entre las más constantes y exigentes aventuras de mi vida? Y mucho más: que una gran casa del conocimiento, como la Universidad Veracruzana, lo iba a tomar en cuenta.

No sé si decir milagro, o decir maravilla. Pero algo de eso hay sin duda en este acto, en esta noche.

Felicidades, Eusebio, hermano mío.

Viva México.

Viva Cuba.

domingo, 19 de septiembre de 2010

somos

(José Antonio Labordeta)

Somos
como esos viejos árboles
batidos por el viento
que azota desde el mar.

Hemos
perdido compañeros
paisajes y esperanzas
en nuestro caminar.

Vamos
hundiendo en las palabras
las huellas de los labios
para poder besar

tiempos
futuros y anhelados,
de manos contra manos
izando la igualdad.

Somos
como la humilde adoba
que cubre contra el tiempo
la sombra del hogar.

Hemos
perdido nuestra historia
canciones y caminos
en duro batallar.

Vamos
a echar nuevas raíces
por campos y veredas,
para poder andar

tiempos
que traigan en su entraña
esa gran utopía
que es la fraternidad.

Somos
igual que nuestra tierra
suaves como la arcilla
duros del roquedal.

Hemos
atravesado el tiempo
dejando en los secanos
nuestra lucha total.

Vamos
a hacer con el futuro
un canto a la esperanza
y poder encontrar

tiempos
cubiertos con las manos
los rostros y los labios
que sueñan libertad.

Somos
como esos viejos árboles.

Tomado de: http://www.cancioneros.com/aa/480/0/canciones-de-jose-antonio-labordeta

viernes, 17 de septiembre de 2010

ciudad juárez

Quiero hacerles un saludo desde Ciudad Juárez. Como cuando estuvimos en Tijuana, aquí también hay una cerca. Del otro lado queda el famoso Río Bravo, que por esta zona es más bien un arroyo, y la muy fotografiada ciudad de El Paso. El concierto de esta noche lo estructuramos con el criterio de personas muy lindas que hemos conocido en estos dos días. La atmósfera es luminosa. Saber que este aire lo respiró Benito Juárez, sobrecoge.

lunes, 13 de septiembre de 2010

los caminos del viento

Tomado del diario mexicano La Jornada


Eduardo Galeano
(Palabras de agradecimiento, al recibir el Premio Stig Dagerman, en Suecia, el 12 de septiembre, 2010)

Querido Stig:

Ojalá seamos dignos de tu desesperada esperanza.

Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.

Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.

Ojalá podamos merecer que nos llamen locos, como han sido llamadas locas las Madres de Plaza de Mayo, por cometer la locura de negarnos a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.

Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.

Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.

Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo.

lo dice ravsberg

Democracia a la cubana
Fernando Ravsberg | 2010-09-09, 15:04

Hace unos años, participe de un debate en una radio europea y uno de los cubanos que se encontraba en el panel nos habló maravillas de la Cuba pre revolucionaria, de su desarrollo económico, social y sobre todo de su solidez política.
Lo que mi contertulio nunca nos pudo explicar es como en ese "paraíso" se produjo la primera revolución comunista de América, por vía violenta y contando además con el apoyo masivo de la población, por lo menos durante sus primeros años.
Entre los muchos tópicos que se oyen sobre Cuba el que parece más alejado de la realidad es el que afirma que antes de 1959 se había alcanzado un alto nivel de democracia política y que la Constitución de 1940 es la mejor prueba de ello.
Los 57 años previos al triunfo de la revolución nos muestran una historia muy diferente.
Desde que Cuba nace y hasta que pasa los años 30 vive como un protectorado de EE.UU., con una enmienda constitucional que les permitió incluso invadir la isla de forma "legal".
Washington no desaprovecha este estatus, se adueña del 20% de las tierras, del 90% de las minas y del 40% de la industria azucarera (1). Al nacer Fidel Castro 2/3 partes de todas las producciones agrícolas cubanas eran de propiedad estadounidense. (2)
Es por esos años que el presidente Gerardo Machado decide saltarse las elecciones y continuar al mando. Se afianza en el poder a sangre y fuego, reprime, encarcela y asesina a sus oponentes, mientras hambrea a la mayoría de los cubanos.
Machado no entendía de razones, así que la gente se lanzó a las calles y se convirtieron en una nación ingobernable hasta que derrumbaron la dictadura. Fue tal vez la primera revolución que hubo en Cuba y, sin la menor duda, la más espontánea y masiva.
De 1933 a 1936 Cuba tuvo nada menos que 8 presidentes, la mayoría de ellos duraban unos pocos meses pero el record de permanencia en el cargo lo tuvo Carlos Manuel Márquez, quien ejerció la primera magistratura solo por unas horas.
En medio de este caos surge la famosa Constitución de 1940, "la más avanzada de América", según sus orgullosos defensores. Y tal vez lo fuera pero lo cierto es que no pasó de ser un papel que nunca reguló la vida real de los cubanos.
La flamante Constitución, no pudo impedir que el presidente Ramón Grau llegara a negociar con los grupos de gansters que asolaban el país y terminara ¡integrándolos en la policía! , según nos cuenta el historiador Carlos Márquez Sterling (3).
La corrupción era tan general que el Partido Ortodoxo, crece vertiginosamente gracias a las promesas de combatirla. Su presidente, Eduardo Chivás, tenía un programa de radio que se dedicaba casi exclusivamente a denunciar a los políticos venales.
En 1952 se produce un golpe de Estado que encierra una doble paradoja. Lo encabeza Fulgencio Batista, quien fuera uno de los promotores de la Constitución de 1940 y tiene el apoyo de las Fuerzas Armadas, supuestas garantes de ese orden institucional.
Si el gobierno de Grau "legalizó" a los gansters locales, el de Batista internacionalizó el problema al permitir que la mafia de EE.UU. -encabezada por Meyer Lanski y otros personajes notables- tomara el control de los casinos y del juego en general.
Habían llegado unos años antes y se sentían tan a gusto que en 1946 realizaron aquí una de sus más importantes reuniones. La presidió el capo Lucky Luciano, la amenizó "la voz" de Frank Sinatra y asistieron "personalidades" de la talla de Anastasia, Costello, Gambino y Genovese.
Y mientras en La Habana construían canales de televisión, casinos, hoteles, marinas y hasta helipuertos, en 1957 solo el 4% de los trabajadores agrícolas comía habitualmente carne, pescado menos del 1%, apenas un 2% consumía huevos y el 90% no tomaba leche.
Los datos pertenecen a una encuesta de la Agrupación Católica Universitaria (4), en la que se registra además que el 80% de sus viviendas eran de madera con techo de guano, el 90% no tenían luz eléctrica y el 64% no disponían de baño ni letrina.
Recuerdo que en una fiesta privada en la que el trovador Pedro Luis Ferrer cantó algunas de sus canciones más críticas, uno de los cubanos participantes le dijo entusiasmado: "eso es, debemos reconstruir la Cuba que teníamos antes de que llegara este hombre".
El cantante dejó de tocar, se puso serio y le respondió: "ustedes ya fueron derrotados en 1959. No te equivoques, yo miro hacia el futuro, en busca de una sociedad mejor que esta y estoy seguro de que no la voy a encontrar en ese pasado que tanto añoras".

(1) Diccionario enciclopédico Grijalbo
(2) Volker Skierka en su biografía de "Fidel Castro"
(3) http://eddosrios.org/obras/historia/bando_5htm
(4) http://www.cubanag.ifas.ufl.edu/pdf/acusp.pdf

sábado, 11 de septiembre de 2010

hace 37 años

SANTIAGO DE CHILE

Allí amé a una mujer terrible,
llorando por el humo siempre eterno
de aquella ciudad acorralada
por símbolos de invierno.

Allí aprendí a quitar con piel el frío
y a echar luego mi cuerpo a la llovizna,
en manos de la niebla dura y blanca,
en calles del enigma.

Eso no está muerto:
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el vil soldado.

Allí, entre los cerros, tuve amigos
que entre bombas de humo eran hermanos.
Allí yo tuve más de cuatro cosas
que siempre he deseado.

Allí nuestra canción se hizo pequeña
entre la multitud desesperada:
un poderoso canto de la tierra
era quien más cantaba.

Eso no está muerto:
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el vil soldado.

Hasta allí me siguió, como una sombra,
el rostro del que ya no se veía.
Y en el oído me susurró la muerte
que ya aparecería.

Allí yo tuve un odio, una vergüenza,
niños mendigos de la madrugada.
Y el deseo de cambiar cada cuerda
por un saco de balas.

Eso no está muerto:
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el vil soldado.



La Habana, 11 de septiembre de 1973

viernes, 10 de septiembre de 2010

invitación

Creo que la Revolución Cubana dignificó a nuestro país y a los cubanos. Y que el Gobierno Revolucionario ha sido el mejor gobierno de nuestra Historia.

Sí: antes de la Revolución La Habana estaba mucho más pintada, los baches eran raros y uno caminaba calles y calles de tiendas llenas e iluminadas. Pero ¿quiénes compraban en aquellas tiendas? ¿Quiénes podían caminar con verdadera libertad por aquellas calles? Por supuesto, los que "tenían con qué" en sus bolsillos. Los demás, a ver vidrieras y a soñar, como mi madre, como nuestra familia, como la mayoría de las familias cubanas. Por aquellas avenidas fabulosas sólo se paseaban los “ciudadanos respetables”, bien considerados en primer lugar por su aspecto. Los harapientos, los mendigos, casi todos negros, tenían que hacer rodeos, porque cuando un policía los veía en alguna calle “decente”, a palos los sacaban de allí.

Esto lo vi con mis propios ojos de niño de 7 u 8 años y lo estuve viendo hasta que cumplí 12, cuando triunfó la Revolución.

En la esquina de mi casa había dos bares, en uno de ellos, a veces, en vez de cenar, nos tomábamos un batido. En varias ocasiones pasaron marines, cayéndose de borrachos, buscando prostitutas y metiéndose con las mujeres del barrio. A un joven vecino nuestro, que salió a defender a su hermana, lo tiraron al suelo, y cuando llegó la policía ¿con quién creen que cargaron? ¿Con los abusadores? Pues no. A patadas por los fondillos se llevaron a aquel joven universitario que, lógicamente, después se destacaba en las tánganas estudiantiles.

Ahí están las fotos de un marine meando, sentado en la cabeza de la estatua de Martí, en el Parque Central de nuestra Capital.

Eso era Cuba, antes del 59. Al menos así eran las calles de la Centrohabana que yo viví a diario, las del barrio de San Leopoldo, colindante con Dragones y Cayo Hueso. Ahora están destruidas, me desgarra pasar por allí porque es como ver las ruinas de mi propia infancia. Lo canto en “Trovador antiguo”. ¿Cómo pudimos llegar a semejante deterioro? Por muchas razones. Mucha culpa nuestra por no haber visto los árboles, embelesados con el bosque, pero culpa también de los que quieren que regresen los marines a vejar la cabeza de Martí.

Estoy de acuerdo en revertir los errores, en desterrar el autoritarismo y en construir una democracia socialista sólida, eficiente, con un funcionamiento siempre perfectible, que se garantice a sí misma. Me niego a renunciar a los derechos fundamentales que la Revolución conquistó para el pueblo. Antes que nada, dignidad y soberanía, y asimismo salud, educación, cultura y una vejez honorable para todos. Quisiera no tener que enterarme de lo que pasa en mi país por la prensa de afuera, cuyos enfoques aportan no poca confusión. Quisiera que mejoraran muchas cosas que he dicho y otras que no.

Pero, por encima de todo, no quiero que regrese aquella ignominia, aquella miseria, aquella falsedad de partidos políticos que cuando tomaban el poder le entregaban el país al mejor postor. Todo aquello sucedía al tibio amparo de la Declaración de los Derechos Humanos y de la Constitución de 1940. La experiencia pre-revolucionaria cubana y la de muchos otros países demuestra lo que importan los derechos humanos en las democracias representativas.

Muchos de los que hoy atacan la Revolución, fueron educados por ella. Profesionales emigrados, que comparan forzadamente las condiciones ideales de “la culta Europa”, con la hostigada Cuba. Otros, más viejos, quizá algúna vez llegaron a "ser algo" gracias a la Revolución y hoy se pavonean como ideólogos pro capitalistas, estudiosos de Leyes e Historia, disfrazados de humildes obreros. Personalmente, no soporto a los "cambiacasacas" fervorosos; esos arrepentidos, con sus cursitos de marxismo y todo, que eran más papistas que el Papa y ahora son su propio reverso. No les deseo mal, a nadie se lo deseo, pero tanta inconsistencia me revuelve.

La Revolución, como Prometeo (le debo una canción con ese nombre), iluminó a los olvidados. Porque en vez de decirle al pueblo: cree, le dijo: lee. Por eso, como al héroe mitológico, quieren hacerle pagar su osadía, atándola a una remota cumbre donde un buitre (o un águila imperial) le devore eternamente las entrañas. Yo no niego los errores y los voluntarismos, pero no sé olvidar la vocación de pueblo de la Revolución, frente a agresiones que han usado todas las armas para herir y matar, así como los más poderosos y sofisticados medios de difusión (y distorsión) de ideas.

Jamás he dicho que el bloqueo tiene toda la culpa de nuestras desgracias. Pero la existencia del bloqueo no nos ha dado nunca la oportunidad de medirnos a nosotros mismos.

A mí me gustaría morir con las responsabilidades de nuestras desdichas bien claritas.

Por eso invito a todos los que aman a Cuba y desean la dignidad de los cubanos, a gritar conmigo ahora, mañana, en todas partes: ¡Abajo el bloqueo!

jueves, 9 de septiembre de 2010

aclaro...

partirse en dos

Quiero dar gracias a los que me quieren como soy, por decirme una y otra vez que no me partiera en dos. El camino que estaba tomando este blog me tenía inquieto, porque hace años exploré la posibilidad de dividirme y no fue nada grato. Aquella vez, para que cada mitad tuviera vida, tenía que dejar medio yo en cada parte: medio cerebro, medio corazón, medio lo que fuera. Y ¿cómo podía agradar del todo, siendo la mitad de mi mismo? Por suerte sucedió que los grupos en pugna se partieron en cuatro, después en ocho y luego en dieciséis. Ahí mismo decidí despejar la incógnita y aferrarme al único e indivisible yo que era, porque ya iba camino a atomizarme.

Pero no saben lo que me costó volver a centrarme en mi mismo. Tratar de partirse es mucho más complicado que la suerte de esos prodigiosos malabaristas que se sientan sobre sus cabezas y caminan como cangrejos. Primero tienes que hacer una regresión molecular a la ameba que fuiste, para reaprender a separarte limpiamente. El chasco te lo llevas cuando constatas que la bipartición consiste en ser dos mitades idénticas. Nunca logras poner lo bueno a un lado y lo malo al otro, como algunos suponen. Si eres el Dr. Jeckyll, después de partirte lo que queda son dos doctores Jeckyll, con sus correspondientes señores Hyde al acecho. O sea, dos uno mismo, pero pequeñitos.

Eso trae como consecuencia que los que te exigen que cambies se sienten estafados e intensifican aún más sus reclamos (ahora porque ya ni siquiera eres lo que eras). Por eso en tales etapas son frecuentes las crisis de identidad y los brotes de paranoia que, unidos al tironeo externo, dejan la ameba (es decir, la persona) en deplorable estado.

Visto el caso y comprobado el hecho, la experiencia de partirse en dos, al contrario del célebre decir del profesor Manuel Calviño, no vale la pena.

Les doy mis palabras.

lunes, 6 de septiembre de 2010

el necio

Para no hacer de mi icono pedazos,
para salvarme entre únicos e impares,
para cederme lugar en su Parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares
me vienen a convidar a arrepentirme,
me vienen a convidar a que no pierda,
me vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda.

Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino:
yo me muero como viví.

Yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que diestro,
yo quiero hacer un congreso del unido,
yo quiero rezar a fondo un hijonuestro.
Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece,
mas yo partiré soñando travesuras
(acaso multiplicar panes y peces).

Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino:
yo me muero como viví.

Dicen que me arrastrarán por sobre rocas
cuando la Revolución se venga abajo,
que machacarán mis manos y mi boca,
que me arrancarán los ojos y el badajo.
Será que la necedad parió conmigo,
la necedad de lo que hoy resulta necio:
la necedad de asumir al enemigo,
la necedad de vivir sin tener precio.

Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino:
yo me muero como viví.


1991, La Habana

sábado, 4 de septiembre de 2010

resumen de noticias

He estado al alcance de todos los bolsillos,
porque no cuesta nada mirarse para dentro.
He estado al alcance de todas las manos
que han querido tocar mi mano amigamente.

Pero, pobre de mí, no he estado con los presos
de su propia cabeza acomodada.
No he estado en los que ríen con sólo media risa,
los delimitadores de las primaveras.

No he estado en los archivos ni en las papelerías
y se me archiva en copias y no en originales.
No he estado en los mercados grandes de la palabra,
pero he dicho lo mío a tiempo y sonriente.

No he estado enumerando las manchas en el sol,
pues sé que en una sola mancha cabe el mundo.
He procurado ser un gran mortificado,
para si mortifico no vayan a acusarme.

Aunque se dice que me sobran enemigos,
todo el mundo me escucha bien quedo cuando canto.
Yo he preferido hablar de cosas imposibles,
porque de lo posible se sabe demasiado.

He preferido el polvo, así, sencillamente,
pues la palabra amor aún me suena a hueco.
He preferido un golpe, así, de vez en cuando,
porque la inmunidad me carcome los huesos

Agradezco la participación de todos
los que colaboraron con esta melodía.
Se debe subrayar la importante tarea
de los perseguidores de cualquier nacimiento.

Si alguien que me escucha se viera retratado,
sépase que se hace con ese destino.
Cualquier reclamación, que sea sin membrete.
Buenas noches, amigos y enemigos.


enero de 1970, océano Atlántico