"Seguimos siguiendo, como sea", Doris, como dijo hace poco Víctoriano de las Causas.
srd
Queridos Silvio, herman@s tod@s:
Hoy para mi es un día especial. Es el día de mi jubilación. Que conste que me jubilo, no me retiro, eso sólo lo haré el día que me incineren. Pero voy a iniciar una nueva etapa de la vida, donde acogeré emprendimientos interesantes pero más adecuados a mi edad y posibilidades, y que me permitan una vejez “sustentable y sostenible”, para estar en la onda actual. Quizás no pueda interactuar con ustedes todo lo que querría, pero ya buscaré la vía de no desconectarme totalmente, eso se los aseguro.
El sábado, escuchando a Marino Murillo en su ejercicio de macro economía, y diciendo que la nueva Ley no permitiría la concentración de la propiedad en manos de personas naturales, me asaltaron muchas interrogantes (menos mal que como no tengo un quilo no se llevaron nada), y la más importante es ¿cómo se conceptualiza el término “concentración de propiedad o capital”? ¿Entra el dinero en ese concepto de propiedad que están manejando? Si es así, estamos muy jodidos, y muy divorciados de la realidad circundante, porque hoy, aquí mismo, en este momento, hay unas cuantas gentes en Cuba que son cuasi millonarios y no precisamente producto de su trabajo o su talento; lo que pasa es que como no tienen su dinero y bienes en ningún Banco, y como no tienen que hacer declaración de bienes para rentas, siguen como el gato, libre y atrapando ratones. Entonces ¿de qué estamos hablando? Que me disculpen, pero yo prefiero el ordenamiento de la circulación monetaria con transparencia, a estos oscuros capitales que se mueven en nuestro país. Y por eso no puedo entender las razones de que las personas naturales, como dije antes, que tengan bienes lícitamente adquiridos, no puedan participar en los nuevos caminos que se abren.
Con el Alzheimer lógico de la edad, ya se me van olvidando algunas cosas, pero si algo me quedó fijado desde mi época de estudiante de Economía, fueron las leyes de la dialéctica marxista, y según enuncian estas leyes, y no por capricho de nadie, las condiciones cambian: lo que ayer fue, ya hoy no es y hay que adaptarse a los cambios o sufrir las consecuencias. Y dentro de esta filosofía la teoría del desarrollo en espiral ocupa un lugar importante. No les voy a abundar sobre este tema, aquellos interesados lo pueden encontrar en cualquier texto o sitio de Internet. Pero sí entiendo, comparto y defiendo la aplicación de normas que están científicamente demostradas, y que cada vez que hemos violado alguna ha significado un retroceso en el desarrollo de la sociedad. Aunque nos moleste, aunque nos duela, aunque nos rechinen los dientes, tenemos que asimilar, como en espiral, lo que las sociedades capitalistas pueden enseñarnos en materia de disciplina, de orden, de responsabilidad civil y ciudadana, y poner este conocimiento en función de los nobles objetivos que nos trazamos para nuestra sociedad.
He visto en todos estos años tantas infracciones de las doctrinas que nos deberían sostener, entre ellas la aplicación de fórmulas comunistas de distribución sin haberse construido la Base Técnico Material del Socialismo, a mi juicio una de las más incongruentes, que me parece es el momento adecuado para “cambiar lo que debe ser cambiado” y que no se quede en una simple consigna.
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En un barriecito entre el DF y Puebla, México |