martes, 27 de mayo de 2025

Cuando el silencio complica y apaga todo...

 Por Félix Sautié Mederos

Hemos arribado al mes 5 del 2025 y la situación general del país se complica por días con una incidencia de apagones que continúan angustiando a la población que los sufre con una perspectiva de nunca acabar a pesar de las soluciones que se anuncian sin convertirse en realidades efectivas, porque no transcurre mucho tiempo sin que una nueva rotura o incidente no previsto arruine todo  lo positivo anunciado. Así las cosas, el pesimismo anula las esperanzas anunciadas; y como dice una vieja canción muy famosa en mis años juveniles, el cuartico está igualito.

En mi criterio el silencio no es respuesta porque la realidad del día a día, no se puede negar ni tampoco acostumbrarse a ella en sus aspectos negativos. Lo que para algunos en cambio es una salida que lo resuelve todo sin resolverse en realidad.

Hago una alerta de una situación que el silencio y la costumbre nunca podrán resolver; y que nunca quisiera que fuera LA ÚLTIMA VEZ

En este orden de cosas, quiero alertar sobre algo que está surgiendo imperceptiblemente: una realidad virtual  negativa que se manifiesta en el transcurso de los días que se suceden sin nada positivo que alimente las esperanzas porque los anuncios se anulan muy temprano. 

Eso hay que asumirlo y enfrentarlo pasando por encima de las costumbres y de la razón incluso, así  como de la tranquilidad espiritual para asumir que nos hacen una guerra sin cuartel, que en guerra debemos responder; y  que para enfrentarla adecuadamente lo primero que tenemos que hacer es asumir la responsabilidad que recae en nuestros propios errores no reconocidos, sin solución efectiva ni propósito de la enmienda.

Esto lo escribo porque así lo pienso y creo por sobre todo en la Revolución triunfante, que encabezó siempre Fidel.  Mi espíritu revolucionario engendrado en la lucha tras huellas de Fidel muchas veces apaga mi sueño y no me deja dormir porque con 86 años cargado de achaques diabéticos que impiden mi caminar, lo más efectivo que puedo hacer es tratar de revivir la esperanza, alertar cuando veo que todo puede venirse abajo, y estimular la lucha con que considero  podemos vencer.

Así lo pienso y así lo expreso, con mis  respetos por el pensamiento diferente con mi apoyo total a la Revolución triunfante y sin querer ofender a nadie en particular  

https://felixsautie.com/articulos.php?cuando-el-silencio-lo-complica-y-apaga-todo

6 comentarios:

silvio dijo...

Enviado por RenéRR:

Mira este escrito de Freddy Nuñez, el director del Teatro del Viento, en Camagüey.
Extremo...!!!

22 horas sin electricidad cada día..., así de simple, así de duro..., y de pronto parece que no ocurre nada..., o tal vez ocurre, tal vez alguien informe y diga algo que se parezca a una nota oficial, pero sin acceso a la información por falta de electricidad pareciera que se ha normalizado este desastre.
22 horas sin electricidad cada día... Qué sentido tiene que continúen las clases en semejante situación..., qué sentido tiene que la gente salga de casa a representar la tragicomedia de que trabaja..., he visto a una anciana desmayarse por hambre en la cola de un banco después de pasar tres días intentando obtener efectivo para comprar alimentos, qué sentido tiene que sigamos jugando el juego de que algo funciona cuando en realidad todo está hecho mierda..., NADA FUNCIONA, NADA..., solo queda el espíritu de algunos románticos que insistimos en creer que este cadáver se puede reanimar..., pero lo muerto, muerto se queda y no se puede utilizar un desfibrilador para traerlo de vuelta, lo muerto, muerto está.

22 horas sin electricidad cada día... A estas alturas creo que se ha perdido la coherencia, el sentido común, la lógica, la vergüenza, el respeto por lo que fuimos como nación y lo que somos ahora..., una sociedad marchita, con jóvenes que solo piensan en hacer las maletas, con adultos que maldicen el tiempo perdido, robado, secuestrado..., con buitres que desde lo alto pelean y se reparten la carroña, con ancianos mendigando comida en cada esquina..., con niños que se pierden en montañas de basura intentando encontrar algo que estimule una sonrisa, con maestros ojerosos de no dormir, de no vivir..., cómo podrán desde ese estado enseñar los versos del maestro..., "Tiene leopardo un abrigo..."

22 horas sin electricidad cada día... Hemos incorporado este desastre a nuestras vidas y ya parece normal ver a un brillante cirujano agachado (en cuatro patas, como en tiempos de la caverna) en la acera intentando encender el carbón..., un cirujano que en breve tendrá en sus manos negras por el carbón la responsabilidad de la vida de nuestros padres, de nuestros hijos.
Hemos aceptado que es normal nuestra agonía..., que la única opción es la resignación..., que el futuro no nos pertenece, que el futuro solo se reduce a envidiar o admirar un par de fotos de amigos y conocidos que en Instagram suben cenas, viajes y autos adquiridos con el sudor de su trabajo.

22 horas sin electricidad cada día... Cuándo termina esta carrera de desgaste..., esta agonía??? Cuándo la vida en esta Cuba que duele como un clavo clavado en el centro del pecho..., será más o menos normal..., cuándo la palabra dignidad podrá ser aplicada fuera de los estándares políticos que piden resistencia..., y podremos utilizar la palabra DIGNIDAD..., con apego a estándares de vida, seguridad, confort..., no se hizo una revolución para este desastre, no se peleó tan duro para este desastre..., NO SE ALFABETIZÓ a un pueblo para este desastre.
Seis décadas después en que punto de la historia nos encontramos? Qué somos como nación..., a dónde se derige este naufragio anunciado, esta muerte sin árbitros ni mediadores..., muerte por orden, muerte por falta de fe.

silvio dijo...

22 horas... (2 y fin)

22 horas sin electricidad cada día... Y de pronto aparecen algunas notas de prensa..., TRIUNFALISTAS..., sobre redadas contra coleros en bancos, ejercicios de control de precios, distorsiones..., notas TRIUNFALISTAS que si las lees sin interiorizar mucho te hacen creer que algo se está haciendo por el bien colectivo..., pero todo eso no es más que una distracción..., si no hubieran implementado un reordenamiento económico basado no en el entusiasmo sino en el estudio real de los pro y los contras no hubiera coleros en los bancos, ni ancianos desmayandose en eternas colas para obtener dinero en efectivo..., si tuviésemos una oferta y un mercado vigoroso no habría necesidad de impectores y operativos de precios, la oferta regula el mercado, así de simple..., si el sentido común nos desbordara otras serían nuestras preocupaciones y nuestras demandas. Si existieran espacios reales y plataformas de opinión donde pudiéramos proponer, discutir y construir JUNTOS el país que queremos, el país que nos merecemos..., quizás llegaría la definitiva primavera a las costas de esta hermosa pero marchita isla.

22 horas sin electricidad cada día... Mientras escribo esto imagino el horizonte habanero con la imponente TORRE K, desafiando toda cordura..., todo atisbo de respeto. LA IMPONENTE TORRE K..., es el testimonio, el certificado de que otros son los intereses..., que 22 horas de apagón cada día son irrelevantes y que el futuro pertenece a unos pocos elegidos.

LES ASEGURO QUE NO EXAGERO..., aquí llevamos más de dos semanas viviendo un infierno con apagones que oscilan entre 17 y 23 horas diarias. Declaren estado de emergencia, crisis, tomen medidas dignas de una situación como esta..., 22 horas de apagón cada día, las familias han perdido sus alimentos, falta el agua..., las personas no pueden acceder a dinero en efectivo y muchas familias no logran comprar alimentos básicos, los escasos establecimientos que aceptan transferencia están imposibilitados porque sin electricidad la conexión es pésima y no se puede acceder a tranfermovil y Enzona.
22 horas sin electricidad cada día..., la elaboración de los alimentos depende en su gran mayoría de la electricidad, hay niños que se van a la cama solo con agua de azúcar si acaso logran sus padres pagar el azúcar..., el precio del pan se ha triplicado, si no hay electricidad no hay pan y los pocos que logran producirlo especulan con los precios..., en las escuelas internas falta el agua y la alimentación es precaria..., que sentido tiene mantener los alumnos allí..., por favor solo se trata de sentido común. Si esto no es una emergencia que otro nombre tiene???

•⁠ ⁠Quién dijo que todo está perdido. EL CORAZÓN!!!

(Sé que hay mucha gente buena y decente..., luchando por sacar alante este país..., esos tienen mi respeto..., los otros... )

Freddy Núñez Estenoz, Director de Teatro del Viento. Camagüey.

silvio dijo...

EL ESTADO CUBANO: LOS TROPIEZOS DEL REGULADOR
Por Ricardo Ronquillo / Juventud Rebelde

Cuando en un análisis público en el año 2017, todavía en fase de despegue el sector privado en el país, un funcionario apostillaba, como quien eleva a los elementos una plegaria divina: «El único que no puede perder es el Estado», algunos en el auditorio ponían caras de «poema». Si el único que no puede perder es el Estado, ¿a quién le corresponde hacerlo entonces, a nosotros?, parecían preguntarse…

Unos ocho años después aprendimos que en el complejo reajuste que vive nuestro Estado socialista a veces este hasta puede perder, desde distintas perspectivas, y que al hacerlo esa estructura esencial para la libertad y la justicia en Cuba perdemos quienes lo hemos elegido para representar nuestros sagrados intereses y los de la nación.

Ahora mismo, en medio de las duras disyuntivas de asfixia despiadada y reconfiguración socialista profunda, podemos apreciar, sin mayores profundizaciones académicas o de otra naturaleza, solo con el ojo del periodista atento a los dilemas nacionales y de la cotidianidad, algunas circunstancias en que nuestro Estado sufre pérdidas:

—Cuando toma decisiones sin suficiente consenso que no dan en la diana de la solución de los problemas.

—Cuando establece disposiciones, sin medir todos los alcances y circunstancias, y que luego deben ser revertidas.

—Cuando se adoptan normas que luego son violadas sin que se ejerza suficiente control.

—Cuando en un escenario donde se favorece y requiere de la convivencia y articulación de diversos actores económicos se pierde la capacidad de concertación.

—Cuando se evade el fisco, importante mecanismo de redistribución de la riqueza.

—Cuando se falla en la atención diferenciada a los más impactados por la crisis.

—Cuando se difumina su capacidad reguladora…

—Cuando adopta medidas para proteger la capacidad adquisitiva de las familias de menos ingresos que terminan por perjudicarlas.

—Cuando anuncia medidas circunstanciales que se extienden en el tiempo y permanecen sin explicación alguna…

Solo nombro algunas de las que son más evidentes y de las que más preocupación pública suscitan por el momento, sobre todo entre esa mayoría de cubanos con plena conciencia de la responsabilidad esencial de nuestro Estado en la preservación de la independencia nacional y la justicia social como principios irrenunciables.

No faltan quienes, para intentar defender las rectificaciones y transformaciones actuales, o con su guerra sucia comunicacional, pretenden levantar un extraño muro entre los intereses de los trabajadores y de los ciudadanos con los del Estado que estos eligieron para representar la soberanía de sus intereses y los de su país.

Lo anterior, como afirmé en otro momento, resulta una seña difusa e inquietante en tiempos en que reconfiguramos los alcances y papeles del Estado. Nuestro debate nacional incluye, entre otros dilemas, cuál debería ser el cuerpo exacto y la función de esa institución, cuyo origen y atribuciones fueron analizados por numerosos estudiosos del socialismo, desde Carlos Marx y Federico Engels, autor este último de un texto emblemático como El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, hasta nuestros días.

Lo cierto es que la teoría y la práctica socialistas han tenido en esa interrogante una prueba de generaciones. Lo acabamos de comprobar durante el 6to. Seminario Teórico entre el Partido Comunista de Cuba y su homólogo vietnamita que tuvo lugar hace unos días en La Habana, en la que el tema de la propiedad y el papel del Estado en las desafiantes condiciones del siglo XXI suscitaron las mayores inquietudes y los debates.

silvio dijo...

El estado cubano... (3)

La disyuntiva no se decide solo en el avance, o las retrancas, de las políticas públicas que determinan la suerte de la profunda transformación estructural del país, una de las más notables del mundo actual, aunque no falten los interesados en pasarlo por alto. También se da en la subjetividad individual y en la social, razón por la cual se manipula para la combustión política, precisamente para demeritar, hasta caotizar y desarmar ese Estado.

Con tantos años de preminencia estatal en casi todos los ámbitos, acostumbrados a esperar que parte importante de las soluciones a nuestros dilemas surgieran de esa estructura, no tenemos siempre la predisposición «genética» para asimilar el cambio hacia un Estado cuyo peso y valor no dependerá tanto de su intervención directa en nuestra existencia como de su capacidad para erigirse en un potente y eficaz regulador de toda la sociedad.

Es lógico que ello ocurra, porque, pese a sus deformaciones, ese Estado ha sido esencial para promover la justicia, la dignidad personal y nacional, la equidad, la libertad, la solidaridad social e internacional y derechos fundamentales, entre otros atributos dignos de reconocerse y sin los cuales, sin duda, hubiera colapsado entre tantas tempestades propias e impuestas.

Pero si para ese cambio no están suficientemente preparados segmentos significativos de la ciudadanía, tampoco los responsables de hacer avanzar el Estado hacia dicho puerto, es previsible que las actuales confusiones entre Partido y Estado, entre funciones estatales y empresariales y otras interferencias, que enrarecen los límites y los terrenos de competencia de cada actor en el nuevo diseño institucional de la República se repetirán por un tiempo todavía imprevisible.

No por casualidad esta se recoge entre las principales transformaciones que fundamentan la actualización del modelo, incluidas dentro de la llamada Conceptualización de este. En el documento se establece que aspiramos a perfeccionar el Estado, sus sistemas, órganos y métodos de dirección, como rector del desarrollo económico y social, coordinador y regulador de todos los actores. Ello implica, se acentúa, que el Estado se concentre en las funciones que le son inherentes.

Entre las que la Conceptualización le atribuye se encuentran consolidar las políticas sociales universales y focalizadas con sostenibilidad, relevantes en la salud, la educación, la seguridad y asistencia sociales, la cultura, el fomento de la actividad física y deportiva, la formación en valores y la calidad de los servicios públicos; modernizar la administración pública; descentralizar facultades a los niveles territoriales y locales con énfasis en el municipio; aplicar de manera más efectiva la política de cuadros del Estado y del Gobierno y sus reservas, y perfeccionar el sistema de normas jurídicas sustentado en la Constitución de la República, asegurando los derechos de los ciudadanos.

En la proyección del modelo se adiciona que las funciones estatales en el ámbito económico y social —incluyendo las gubernamentales—, se derivan del carácter socialista del Estado cubano, rector de todos los actores económicos y sociales. Incluyen la elaboración, aplicación y perfeccionamiento de las políticas del Estado y el Gobierno, realizar su función de fisco, dictar regulaciones oficiales, así como dirigir su implementación y controlar su cumplimiento.

Ni los más connotados oponentes de nuestro Estado podrían negarle que parte importante del esfuerzo transformador de los últimos años en Cuba —pandemia coronavírica y obsesión enfermiza y oportunista anticubana de por medio—, se dirigió precisamente a este propósito, gracias a lo cual tenemos, además de una nueva estructura de este, enriquecida, equilibrada y compensada con el surgimiento del Gobierno, así como una amplia gama de políticas que promueven una singular metamorfosis de toda la sociedad.

silvio dijo...

El estado cubano... (4 y fin)

Bastaría mirar el giro de 180 grados que ocurre en el ámbito de la propiedad, a partir de definiciones como la de que una cosa es el Estado como propietario, en representación del dueño colectivo, que es el pueblo, y otra los diferentes modelos en que esta puede gestionarse.

La ampliación acelerada del sector privado nacional, asociada al fomento de las pequeñas y medianas empresas y el trabajo por cuenta propia, el estímulo a otras formas económicas asociativas, la liberación de ataduras a las empresas estatales para favorecer su despegue autónomo, aún sin cuajar favorablemente, y la ya para nada «invisible» mano del mercado, por momentos exageradamente visible, decidiendo en la economía, acento de la ciencia y la innovación en la gestión y en el contacto sistemático con las bases, testimonian sobre un Estado que cambia dramáticamente sus roles en las nuevas reglas del juego legales e institucionales que se derivan de la nueva Constitución.

Es una prueba de confianza en el Estado revolucionario que una mayoría de ciudadanos miremos sus reacciones, y hasta las exijamos, frente a nuestros dramas cotidianos: inflación e inflazón galopantes azuzadas no pocas veces por los actores públicos y privados, desde lo básico en los mercados de alimentos hasta otros productos, servicios que se resienten, insolidaridad y desorden social, creciente migración, y otros demonios menos objetivos, aunque mediados por estos, como la pérdida de perspectiva o de fe en algunos segmentos.

Como subrayamos en otros momentos, lo único que no podríamos permitirnos es que en la readecuación y acomodo de sus funciones y responsabilidades se transforme de omnipresente a ausente, que la ciudadanía, sobre todos los segmentos más humildes y golpeados por la situación actual, perciban sicológica y sociológicamente que se les está dejando a su suerte. Sería ir contra la naturaleza misma de nuestro Estado.

Es bueno recalcar que ello no depende únicamente de las reacciones del Estado y del Gobierno centralmente —también esencial—, en la misma medida en que muchas atribuciones y decisiones se trasladan a otros escalones y se comparten competencias con otras instancias, para acabar con los verticalismos excesivos.

Un problema ya a la vista, que se deriva de lo anterior, es la falta de congruencia que está suscitándose entre las políticas, programas y planteos que se hacen desde las instancias de dirección principales del país y la recepción y concreción de estas en la vida práctica hacia las bases.

También es evidente que muchos años de decidir desde arriba atrofiaron la capacidad de maniobra política de nuestras instituciones y sus dirigentes, desentrenados para una sociedad mucho más diversa y plural, donde los intereses ya no son tan lineales u homogéneos. Ello reclama dominar los terrenos de la concertación, una palabra casi olvidada cuando se discute sobre las nuevas formas de participación en nuestro socialismo.

La intelectual Graziella Pogolotti aconsejaría aprender a tener «dos orejas y una boca», como en la moraleja de cierta fábula, escuchar dos veces y hablar una única vez. Que las decisiones sean tales, como decía un grande de nuestra historia, que se puedan hacer cumplir, para que no vuelvan a reproducirse las diferencias que se nos dieron entre lo legal y lo legítimo. Y una vez que las decisiones se concertaron justa y democráticamente, exigir por su cumplimiento y su control.

No hay nada mansamente paternal en todo lo anterior, como tampoco lo será alcanzar el Estado deseado. Como bien vaticinó el Gran Vladimir la pregunta aún nos persigue…Y nos perseguirá…

https://www.juventudrebelde.cu/cuba/2025-05-24/estado-cubano-los-tropiezos-del-regulador

silvio dijo...

Enviado por Giordan Milanés:

Querido Silvio:
Te envío la última crónica que he escrito.
Un abrazo.

Hasta los 48 años sólo había vivido en dos casas. Aquella donde nací y mataperreé hasta los 14 años en el barrio manzanillero de San Nicolás, frente a la mata de coco a la cual le cayó un rayo que por poco mata a mi madre; y la otra, cercana a la bodega La Cima, en la zona alta donde aun viven mi padre y mi hija. Porque el tiempo que trabajé en Bayamo no puede decirse que viviera en algun sitio. La mayoría de las veces de aquel terrible 1994, iba a la emisora provincial y venía en bicicleta o en el tren de Guamo. Siempre a casa.

Pasé temporadas mas o menos largas en otras casas ajenas por disímiles razones y, salvo cuando disfruté de la hospitalidad de los entrañables Rosa Más Calaña y Juan Murat Salas en la calle San Gervasio de Centro Habana, siempre he sentido que me ha faltado algo. Algo que, quizás sin tener conciencia de eso, ha sido trascendente en mi vida: los libros.

Nací literalmente entre libros. La habitación donde pusieron mi cuna estaba rodeado de volúmenes. El primer recuerdo que tengo de mis padres es de ellos acostados sobre su lecho matrimonial: leyendo. Siempre leyendo. Creo que antes de ir a una heladería, o al Parque Masó, me llevaron a una librería que quedaba en la esquina donde ahora se encuentra la funeraria de Manzanillo, y luego al cine Rex.

Cada vez que uno se muda va dejando atrás un pedazo de vida en forma de equivocaciones, aciertos, frustraciones, anhelos... Y va dejando libros. Y a cada casa que llegué, ahora me doy cuenta, lo primero que hice fue buscar libros.En La Coronela estaban La gran estafa y La Hora 25. En Altahabana me saludó la trilogía acerca de la defensa de Moscú en 1941 y La Consagración de la Primavera. Aquí, en Regla, me reencontré con Salida 19 de Wiliam Gálvez y Rayuela. Libros que dejaron sus dueños anteriores o los caseros cuando he estado alquilado. Pero cada vez encuentro menos lo cual, quizás, pueda explicar el vacío que siento con cada nueva mudanza porque nunca más como aquella habitación donde nací o los estantes de mi casa en Manzanillo.

Hace dos o tres dias, durante mi mas reciente visita a los míos, le pregunté a La Caro qué hacía para soliviantar la tortura de los apagones. El novio respondió por ella: "Leer, jugar ajedrez y estudiar. Ella solo lee, juega ajedrez y estudia" "¿Qué otra cosa voy a hacer para aprovechar la molicie y la desesperanza?" Preguntó mi hija. ¿Y qué estás leyendo ahora? "'País de Nieve', de Yasunari Kawabata, un Premio Nobel japonés".

Ahora los jóvenes pueden traer los libros en los teléfonos. Pueden tomar posesión de toda la riqueza del mundo, asirla con los ojos y los dedos. Y, de paso, quizás se ahorren la nostalgia y la tristeza de ir dejando en el tortuoso camino de la vida esos trozos de árboles convertidos en sabiduría... ¿Quién sabe?