martes, 30 de diciembre de 2025

Conceden el Premio Nacional de Música 2025 a Amaury Pérez Vidal

 El cantautor, compositor y productor cubano Amaury Pérez Vidal fue distinguido este lunes con el Premio Nacional de Música 2025, uno de los reconocimientos más importantes que se otorgan a la creación musical en Cuba, según informó el Instituto Cubano de la Música (ICM).

Nacido en La Habana el 26 de diciembre de 1953, Amaury Pérez es hijo de Amaury Pérez García y Consuelo Vidal, figuras emblemáticas de la cultura cubana. A lo largo de su extensa trayectoria ha desarrollado una obra multifacética como cantautor, guitarrista, poeta, conductor de radio y televisión, productor discográfico, guionista y director de espectáculos, consolidándose como uno de los compositores más relevantes de la segunda mitad del siglo XX en la isla.

Miembro fundador del Movimiento de la Nueva Trova, su creación musical ha transitado por diversas sonoridades, con canciones que dialogan con el jazz, el pop y el rock, y una línea más reciente centrada en la canción romántica. Parte de su obra incluye la musicalización de poemas de autores cubanos como José Martí y Nicolás Guillén, así como de poetas internacionales entre los que figuran Miguel Hernández y Antonio Machado.

Desde temprana edad mostró inclinación por el arte. En 1963 compuso el himno de su escuela primaria, Augusto César Sandino, y comenzó su trabajo como actor en programas infantiles de la Televisión Cubana. Su formación musical fue inicialmente autodidacta: aprendió a tocar la guitarra y escribió sus primeras canciones antes de integrarse, en la década de 1970, al entorno creativo de la Nueva Trova, tras conocer a figuras como Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Sara González y Noel Nicola.

En reconocimiento a su trayectoria artística, Amaury Pérez recibió anteriormente la Orden Félix Varela, una de las más altas distinciones culturales otorgadas en Cuba.

El otorgamiento del Premio Nacional de Música 2025 tuvo lugar en la mañana de este lunes, con la presencia de Indira Fajardo, presidenta del Instituto Cubano de la Música, miembros de su Consejo de Dirección y representantes de la prensa.

El jurado estuvo presidido por Digna Guerra, Premio Nacional de Música 2006, e integrado por José María Vitier, Premio Nacional de Música 2021; la musicóloga Martha Bonet; la compositora, productora y directora coral Beatriz Corona; y el músico César López.

https://oncubanews.com/cultura/musica/conceden-el-premio-nacional-de-musica-2025-a-amaury-perez-vidal/

domingo, 28 de diciembre de 2025

Centenario de un poeta escandaloso: El alma rusa de Serguéi Esenin

 Por Jorge Bustamante García 

Cuando era estudiante de geología en los años setenta, en Rusia hubo muchos momentos, para mí, relacionados con Serguéi Esenin. A otros estudiantes de distintos lares quizás les ocurrió lo mismo. Creo haber escuchado su nombre en los primeros meses de mi estadía moscovita. Su apellido me gustó desde el principio por lo breve, fácil y sonoro. Debí descubrir su poesía con el tiempo, pues tenía un amigo caleño estudiante de física, Gustavo Z, que amaba sus poemas. Cada vez que tenía alguna decepción con alguna chica, me buscaba y los dos nos íbamos a un rincón de la residencia estudiantil a leer los poemas del cantor de las estepas: “Arce mío deshojado”, “Tú no me amas, ni me extrañas”, “Carta a una mujer”, “La vida es un engaño, que adorna a veces con alegrías la mentira”… Hoy ese amigo, extrañamente, sigue vibrando en ese espíritu eseniano, al igual que yo.

 

Todavía tengo fresca la imagen de una fría noche de invierno moscovita: me encuentro en mi cuarto, bebo té caliente y leo los cuentos de El reloj de arena de Borges, y allá... en la calle, en alguna parte, entre la nieve y la brisa, escucho un murmullo, un coro de hombres y mujeres cantando una canción de Esenin: “No lloro, ni imploro, ni me quejo/ todo pasa, como del manzano blanco, el humo...” En otra ocasión, un 31 de diciembre, con mi amiga Olga YIiná nos apresurábamos para llegar a tiempo al apartamento de nuestro amigo Gioaquino d’Feo para celebrar el Año Nuevo. No tuvimos suerte. La medianoche nos agarró a la salida de la última estación del Metro esperando un taxi en una calle solitaria y semioscura donde, tiritando de frío, como dos huérfanos, no nos quedó más remedio que abrazarnos y felicitarnos mutuamente. Muy lejos alguien cantaba, tal vez un borracho tan solitario como nosotros, una canción con letra de Esenin: “No dejes nunca a tus ojos,/ mirar con tristes miradas…”

 

Con el paso de los años, ya fuese en Rusia, en Colombia o en México, algo siempre inexplicable me atraía a sus poemas, a su figura de poeta siempre joven, inacabado, indómito, que había extraviado sus miradas en la bruma. Lo imaginaba como un perpetuo viajero adolescente, alguien que va de paso y que con sus ojos infantiles desentraña el mundo preguntándose, incauto, abierto, ingenuo, por la fugacidad de las cosas y las criaturas de la vida. Y así, a la intemperie, como una vela prendida en una estepa en pleno invierno, vio a los abedules como huesos peregrinos, desnudos, y no alcanzó nunca una mirada serena. No quiso reservarse para una vida tranquila, anduvo pocos caminos y cometió muchas faltas, bebió trago y fue feliz porque besó a las mujeres, prefirió arder al viento que pudrirse después en las ramas. Sus ojos delataban lejanas ausencias y ansias de conocerlo todo. Evgueni Evtushenko, el poeta rebelde de los años sesenta, escribió que la poesía de Esenin “no parece haber sido escrita con una pluma, sino con la propia naturaleza rusa”. Era, tal vez, el más ruso de los poetas rusos.

 

Este 2025 se cumplen 130 años de su nacimiento y cien de su muerte. Serguéi Esenin (1895-1925) es uno de los poetas más populares de Rusia junto con Pushkin, Anna Ajmátova, Alexandr Blok, Maiakovski y Volodia Vysotski, que murió en 1980 a los cuarenta y dos años. Esenin se llamó a sí mismo “el último poeta del campo”. Empezó a escribir en la adolescencia en su aldea de Konstantinovo, a orillas del río Oká, 200 km al sureste de Moscú, donde leyó a Pushkin, Lérmontov, Nekrásov, y le gustaba escuchar a su madre cantar canciones populares. Llegó a Moscú en 1912, donde trabajó como corrector en una tipográfica: “se la pasaba leyendo en el tiempo libre, gastaba generosamente en libros y revistas, sin pensar siquiera si le alcanzaba el dinero para vivir” –recuerda su primera esposa Anna Izriadnova, con quien se conoció en esa tipográfica. En marzo de 1915 visitó Petrogado cargando más de sesenta poemas que presentó al gurú literario de la época, Alexandr Blok, quien valoró altamente la poesía desconocida de este “poeta campesino de talento nato” exaltándola por su “frescura, limpidez, sonoridad y gran riqueza verbal”. Blok le abrió la puerta, le presentó escritores y editores, y muy pronto ese jovencito, rubio y de ojos azules, se haría un poeta reconocido y famoso. El resto de su vida, diez años, fue tumultuoso, viajero, apasionado, pendenciero, lleno de amor y desamor entre el alcohol y la escritura.

 

Dueño de un don extraordinario, la fuerza de su poesía radicaba en su naturalidad, su aparente sencillez y una sinceridad sometida a toda prueba. Su poesía surge ahí, donde nadie puede explicarla. Esenin podía hablar de rosas que susurran como robles y lo podía decir con una llaneza pasmosa que nadie podía dilucidar. Aunque su obra está colmada de campos y abedules, álamos, llanuras y hojas de arce, acompañantes taciturnos en su peregrinaje por el mundo, su verdadero combustible creativo era la despedida, los adioses: “Ahora nos vamos poco a poco/ A un mundo de ventura y sosiego./ Tal vez deba preparar mi equipaje/ Para tener un aire pasajero.”

 

Un alma viva y palpitante

 

Esenin publicó varias colecciones de poemas: Relicario, Confesión de un granuja (ambos de 1921), Poemas del escandaloso (1923), Moscú de taberna (1924). Escribió alrededor de 450 poemas, cuarenta y cuatro de ellos extensos (“Pugachev”, “Anna Sniegina”, “El país de los canallas“ -‒una pieza dramática en verso‒-, “Hombre Negro”, etcétera). Su poesía entusiasmaba, conmovía. Cien años después sigue teniendo el mismo efecto. Existen innumerables canciones con sus versos, debidas a cantantes famosos, grupos de pop y hasta raperos recientes. Sus poemas vueltos canciones se escuchan en la radio, en las redes sociales, en Tik Tok, en las calles, en conciertos. Ha sido llevado al cine muchas veces desde la época soviética y en los últimos lustros han aparecido incontables documentales sobre su vida, se reedita su obra, se escriben monografías y voluminosas biografías críticas, como la del reconocido y prolífico novelista Zajar Prilepin (1975), una indagación exhaustiva de cerca de quinientas páginas, con conclusiones inesperadas, publicada en 2021, todavía no traducida al castellano.

 

En su libro, Prilepin parte del supuesto de que a Esenin lo aman los lectores, probablemente, como a ningún otro poeta en el mundo, aman tanto sus versos, como los imanta su propia figura. Pero si miramos su vida y su obra con más atención, surgen preguntas duras, extrañas y paradójicas: ¿era o no un poeta soviético? ¿Un poeta para cierto tipo de público y chicas melancólicas o un innovador que aún influye en la poesía de nuestro tiempo? ¿A quiénes consideraba sus rivales y por qué? ¿Quiénes eran realmente sus amigos? ¿Cuál era su relación con los lideres bolcheviques? ¿Cuántos hijos tuvo y cuántas esposas? ¿Bebía o era un invento de los envidiosos? Y si bebía, ¿quién lo embriagaba? ¿Por qué se iniciaron procesos penales en su contra? ¿Era un alborotador, un granuja, como él mismo escribía sobre sí, o una víctima de las circunstancias? Y, finalmente, ¿su muerte fue suicidio o asesinato? El libro ofrece respuestas no sólo a todas las preguntas mencionadas, sino también a muchas otras. Zajar Prilepin relata de manera detallada, día tras día, la vida de Serguéi Esenin, sacando conclusiones insospechadas y haciendo que el lector sienta intensa empatía. 

Isadora Duncan y Esenin


De carácter bronco y tímido a la vez, en su corta vida de poeta activo (1915-1925) tuvo relaciones casi siempre conflictivas y difíciles con sus colegas, que con el paso del tiempo conformarían lo que se llamó el Siglo o Edad de Plata de la poesía rusa. Iván Bunin, Premio Nobel 1933, que se sentía el único justo entre pecadores, odiaba a Bábel, Blok, Pilniak, Maiakovski, por considerarlos cercanos a la revolución. Y a Esenin no le perdonaba su destino póstumo, el hecho de que, ante sus propios ojos, el poeta de Confesión de un granuja se inscribiera en el panteón inmortal, simplemente lo enfurecía. Con Boris Pasternak, quien sería Premio Nobel 1958, sus encuentros siempre terminaban en arrebatos: “A veces, entre lágrimas, nos jurábamos lealtad mutua; otras veces, comenzábamos peleas hasta sangrar, y nos separaban a la fuerza personas ajenas”, recordaba Pasternak. Una vez se pelearon en la redacción de una revista ante los ojos de todos. Sin embargo Pasternak, con inmensa generosidad, escribió alguna vez: “desde la época de Koltsov (1809-1842), la tierra rusa no había producido nada más auténtico, natural y propio que Serguéi Esenin… fue un alma viva y palpitante de artista”. Con Maiakovski solían injuriarse en público. “Aprendiz juerguista y sonoro”, dijo de él una vez Maiakovski. Esenin, citando los versos de propaganda de Maiakovski en los que figuran los campesinos Tit y Vlas, le comentó una vez a Ehrenburg: “Tit y Vlas... ¿Qué entiende él de esto? Y aunque comprendiera ¿hay poesía en

ello?... Maiakovski es poeta para algo, mientras yo soy poeta por algo.”


Anna Ajmátova, por su parte, lo miraba por encima del hombro. En una conversación con Pável Luknitski, que él registró en su diario, la poeta le dijo en febrero de 1925: “Al principio, cuando Esenin era imaginista , 1 no se le podía descifrar, porque era innovador. Y luego se notó que era un mal poeta. A veces iletrado. No entiendo por qué lo inflaron tanto. A veces tiene algo de ímpetu, pero es insulso… ¡Antes era un chico lindo, y ahora su rostro es vulgaridad!” Se habían conocido diez años antes en casa de Ajmátova, en la Navidad de 1915. El muy joven Esenin regresó de ese encuentro un tanto decepcionado de la poeta que había leído con cierto interés. Hacia Osip Mandelstam sentía una amistad superficial, no se llevaban mal. El problema comenzó cuando Mandelstam lanzó críticas hacia el imaginismo y al propio Esenin: “No tiene nada que decir. ¿Sobre qué escribe? ‘¡Yo soy poeta!’ Se para frente al espejo y se admira: ‘Yo soy poeta’. Y quiere que todos nosotros admiremos que él es poeta.” La reacción de Esenin no se hizo esperar. Iván Gruzínov recuerda un episodio acontecido en 1920: “En la puerta abierta de la sala de dirección de la Unión de Poetas estaban Esenin y Osip Mandelstam. Esenin, erizado, de pie, girado parcialmente hacia Mandelstam le dice: ¡Usted es un mal poeta! ¡Maneja mal la forma! ¡Tiene rimas verbales! Mandelstam protestaba. Se inflaba. Rojo de indignación y enojo.”

El alma pura y el hombre negro

Uno de los temas principales de la poesía de Esenin es el desamor. Sus poemas están salpicados de referencias al amor huidizo, a la falta de correspondencia en los afectos. Se intuye una leve ironía al constatar con lucidez las peripecias de los sentimientos y el poeta no puede escapar a la aspereza de sus conclusiones: “No llames a este amor destino,/ siendo frívola unión de arrebato./ Si al acaso me encontré contigo,/ tranquilo sonreiré al separarnos.” El desamor como algo intrínseco en la relación de los amantes, algo tan palpable y real como el propio amor, que existe y persiste y nunca se resuelve en el corazón humano: “El amor murió hace tiempo/ en tu corazón y el mío,/ por eso, no nos importe/ jugar a este amor barato.” Con parecida sonoridad tocó los diversos paisajes de la vida, no parecía entender nada sin la música de sus versos y se dedicó a volcar toda su existencia en canto, a transformar su experiencia en expresión. Lo único que quiso y supo hacer en la vida fue escribir poemas. Amó y añoró, bebió sin término, se entregó a la nostalgia de sus campos y todo lo puso ahí, en sus versos decantados.“Soy despreocupado, nada necesito,/ sólo oír canciones y hacerles yo coro.” El poeta Serguéi Gorodetski, amigo suyo en Petrogrado, señaló en alguna ocasión: “Esenin dedicó toda su vida a la escritura de poemas. Para él no había otra finalidad en la vida que sus versos. Pero su creación tempestuosa no encontró su Belinski.”2

Dentro de su obra un poema capital es Hombre negro. Es uno de sus textos más enigmáticos y ambiguos. En él se percibe un estado de desesperación y horror ante la realidad incomprensible, una sensación dramática de frustración de cualesquiera tentativas de penetrar en el misterio de la existencia. La idea del poema nació en un viaje con su mujer, la bailarina y coreógrafa Isadora Duncan, por Europa y Estados Unidos. Una lectura por parte de Esenin de “Mozart y Salieri” de Pushkin fue, quizá, la mecha que detonó la primera versión terminada en el otoño de 1923. La última versión la trabajó entre octubre-noviembre de 1925, en estado febril, en días y noches de escritura frenética: “Casi no dormía. Cuando acabó me lo leyó de inmediato. Era terrible. Parecía que se le rompería el corazón”, recuerda su última esposa Sofía Tolstaia, nieta del inmenso autor de Guerra y paz. El poeta no sabía de dónde le venía el dolor de la existencia, cada día parecía vivir a la intemperie: “No sé de dónde viene este dolor/ O será el viento que silba/ sobre el campo vacío y desierto,/ o es el alcohol que espesa la cordura/ como el otoño la arboleda.”

Los recursos artísticos empleados en Hombre negro desarrollan la idea de dualidad entre el personaje y su doble, el hombre negro, el otro detrás del poeta. Es el tema del alma atribulada, de la personalidad escindida en dos, algo recurrente en la literatura rusa. El tema de la dualidad se expresa en el nivel mismo de la composición. Ante nosotros hay dos figuras, dos presencias –un alma pura y un hombre negro–, y el fluir del monólogo del héroe lírico en diálogo con el doble es una expresión poética del subconsciente. La correlación del habla monologada y dialogal se revela en la estructura rítmica y de entonación, y al final del poema la metáfora del espejo roto se lee como la alegoría de una vida arruinada. Se expresa ahí la melancolía penetrante por la juventud que se va, y la toma de conciencia de la propia insignificancia y la sensación de trivialidad de la vida misma. En un ensayo sobre Hombre negro, Alina Dadaieva, ensayista y estudiosa literaria residente en México, refiere que si Jacques Lacan hubiese conocido el poema de Esenin le habría confirmado su idea de que “el artista siempre rebasa al psicoanalista”.

“El destino póstumo de Esenin es de una extrañeza mágica –escribía a mediados del siglo pasado el cronista y poeta Gueorgui Ivanov en su libro Serguéi Esenin en sus versos y en la vida–. Pereció ya hace un cuarto de siglo, pero todo lo vinculado a él pareciera continuar viviendo, como si estuviera desconectado de la ley general de la muerte, el apaciguamiento, el olvido. Viven no sólo sus versos, sino todo lo 'eseniano', si es posible expresarse así. Todo lo que a él le inquietaba, le atormentaba o le alegraba, todo lo que lo tocaba de alguna manera, continúa respirando con la vida palpitante del día de hoy.” Estas palabras, parece, no pierden su vigencia en la Rusia actual. Formular una respuesta a la pregunta que continúa agitando a los compatriotas de Esenin un siglo después de su muerte, es imposible en pocas palabras. Pero aun así me atrevo a expresar la siguiente: Esenin es singularmente próximo a nuestra época brumosa, ya que su poesía es un espejo de las zozobras rusas actuales.

 

En los versos de Esenin se reflejan tanto la transparencia de la naturaleza, como la inestabilidad trágica, la amargura de la caída, el dolor del desgarro y la profundidad de la desesperación, todo lo que a lo largo de un siglo le ha sido propio. No por casualidad uno de los artículos críticos más profundos sobre la obra del poeta, perteneciente a su contemporánea, la escritora Zinaida Gippius, se llama: “Destino de lo Eseniano”. Tal vez, el secreto de la popularidad póstuma de Esenin radique en que detrás de él hay millones de destinos parecidos, semejantes, quizás no en lo relacionado a su biografía personal, sino a la experiencia interior y de vida expresada a través de su poesía: “Así fue y será la vida/ un constante desconcierto./ Ramas roídas de abedul/ en el jardín se desparraman”, escribió en un poema de 1923.

 

Esenin murió joven. El 28 de diciembre de 1925, cuando apenas contaba treinta años de edad, decidió quitarse la vida en un pequeño hotel de Leningrado. Es la versión más difundida y aceptada, una leyenda trágica y romántica a la vez, de la que muchos de sus lectores no se quieren desprender porque es algo que tiene que ver con la sustancia más genuina de su propia poesía. Amarró una soga al techo y la puso en su cuello. Hay quienes afirman que se cortó las venas y escribió con sangre su último poema. Luego se ahorcó. Eran versos de partida y despedida; como me escribió el poeta colombiano Robinson Quintero Ossa, “todo es adioses en Esenin”. “Hasta pronto, amigo mío, hasta pronto/ Querido mío, en mi pecho yo te llevo”, un poema de despedida de un amigo, de una amiga; se despedía del ser humano en general, no de alguien en particular; de todos aquellos (mujeres y hombres) que habían sido sus compañeros en el viaje de la vida, que habían padecido y gozado como él, con los ojos abiertos. Vino al mundo para arder al viento y disfrutarlo y padecerlo todo mientras durara.

 

La obra de este magnífico muchacho, a veces bellaco, a ratos tierno y solidario, a intervalos pendenciero, amado por las muchachas y repudiado por algunos de sus colegas que envidiaban los límpidos dones de su palabra, encarna siempre una profunda verdad de estar en el mundo. El poeta se fue temprano. No importa que sea a los treinta o a los cien años, siempre es temprano para los poetas. Siempre tendrían algo que agregar. Pero lo que escribieron es nuestro patrimonio, es lo que nos pertenece, con todos sus territorios de sueño, esperanza y olvido. Como lo expresó en un cuarteto de Hombre negro: “¡Ah cuánto quiero a los poetas!/ Son gente tan divertida./ En ellos siempre encuentro/ una historia conocida al corazón.” ●

__________________________

 

Notas:

1 Del Imaginismo, corriente poética a la que Esenin perteneció por un breve tiempo. El principal medio expresivo de los imaginistas era la metáfora, la alegoría.

2. Vissarion Belinski (1811-1848) considerado el crítico literario más importante del siglo XIX en Rusia. Fue el primero en apreciar la importancia de las obras de Gógol, Pushkin, Nekrásov, el primer Dostoievski y muchos otros.

 

https://www.jornada.com.mx/ndjsimg/images/jornada/jornadapdf/pdf/831825c8-65d2-4c42-af86-f6d2325bbdde/831825c8-65d2-4c42-af86-f6d2325bbdde_e58c210c-2102-4765-a188-9d2e962d1af7_pdf.pdf

 

sábado, 27 de diciembre de 2025

El mercado cambiario, los nuevos incentivos a la inversión extranjera y el Programa de Gobierno para la economía. El todo y las partes

 Por Julio Carranza

Nadie podría negar que la economía cubana ha tenido importantes cambios durante los últimos 10 años. Hoy está caracterizada por una mayor diversidad en sus formas de propiedad y de gestión, tiene mayores niveles de descentralización, más apertura a la inversión extranjera, mayores espacios de mercado, etc. Sin embargo, los problemas más profundos que causan la actual crisis, más allá del duro e innegable impacto de la política de agresión, están aún lejos de haberse transformado en la medida y con la integralidad posible y necesaria.

Recientemente se ha establecido un nuevo intento de mercado monetario, con el propósito de poner bajo control y regulación del Banco Central las transacciones de monedas en el territorio nacional. Algunos de sus objetivos son desplazar la dinámica de los mercados paralelos, actuar sobre la inflación y captar una mayor cantidad de las divisas que por diferentes vías entran al país y que hasta el momento circulan básicamente por circuitos paralelos a una tasa de cambio reportada desde el exterior.

Esta última decisión ha dado lugar a la coexistencia de varias tasas de cambio oficiales, y al establecimiento de espacios de concurrencia diferenciados para los distintos actores económicos, incluyendo a los ciudadanos como individuos.

En realidad, lo nuevo respecto a la situación anterior es la incorporación de una tercera tasa oficial, su carácter flotante y la determinación de los actores que concurren a ella. El diferencial entre las actuales tasas oficiales es enorme: 24, 120 y 410 (esta última se supone bajo flotación permanente, respondiendo al movimiento de la oferta y la demanda y la regulación del Banco Central).

Su funcionamiento como lugar de transacciones tanto de venta como de compra de divisas está sin demostrarse en la práctica; esto último es fundamental porque, mientras así no suceda, los espacios a un mercado paralelo que paga mejor la divisa no se habrán cerrado.

En nuestra opinión, la gradualidad en el avance de estos procesos, hasta su necesaria convergencia en una tasa única económicamente fundamentada, es una necesidad, porque de lo contrario se generarían impactos muy fuertes y abruptos sobre amplios sectores de una población fatigada que recibiría aún mayores golpes inflacionarios.

Sin embargo, esa gradualidad no debe ser sinónimo ni de lentitud y mucho menos de parálisis, debería ser parte de una ruta clara y transparente en el manejo articulado de la política económica del país, incluida la política tributaria, la política social, etc.

Efectivamente, esta diversidad de tasas de cambio permite sostener un subsidio a las empresas del Estado y evita mayores impactos inflacionarios; una devaluación fuerte y abrupta del tipo de cambio empresarial volvería, como sucedió con el ordenamiento, a un nuevo incremento y mayor subida de los precios relativos.

Sin embargo, a pesar o quizás también como consecuencia, la gran mayoría de las empresas estatales continúan entre la irrentabilidad o niveles muy bajos de rentabilidad, lo cual, entre otras cosas, impide su mayor aporte a los ingresos y presupuestos del gobierno central y acentúa el actual déficit de oferta de bienes y servicios y con esto profundiza la recesión.

Esta alternativa para sostener los subsidios temporales y puntuales que requiere el sector empresarial a través de la aplicación de tasas de cambios diferenciadas, con un cambio sobrevaluado para estas, no es la única forma de hacerlo, tampoco necesariamente la más conveniente. Es algo que se debería discutir con mayor profundidad, pero los serios problemas del sector empresarial van más allá de los subsidios de que son objeto a través de la política cambiaria o de cualquier otra forma que se pudiera establecer.

El problema de la baja productividad y eficiencia de las empresas no es la consecuencia de un único factor económico; es el funcionamiento general del sistema empresarial el que es obsoleto y debe ser objeto de cambios profundos, incluidos los efectos de la actual planificación burocrática, la insuficiencia de los mercados, la real y efectiva autonomía empresarial, etc.

El establecimiento de un mercado monetario bajo control y respaldo del Estado es un factor necesario de la reforma económica que debe ser. Así lo han (hemos) venido reclamando una buena parte de los economistas más destacados del país. Sin embargo, esto no es efectivo de cualquier forma.

Las evidencias han demostrado hasta la saciedad cómo medidas fundamentales quedan anuladas o tienen efectos contrarios a sus objetivos preestablecidos cuando se violan factores como la integralidad de las transformaciones y la secuencia que estas deben llevar. Como hemos señalado, el ejemplo más notorio de estos errores, aunque no el único, ha sido el “ordenamiento” monetario largamente estudiado por el equipo de Gobierno al que se le asignó esa tarea y su implementación de golpe a principios del año 2021. Sus negativos resultados han estado y están presentes hasta hoy.

La diversidad de tasas de cambio ha sido empleada en diferentes países en condiciones que se han requerido, pero, dadas las distorsiones que esto crea, es imprescindible una gran capacidad por parte del Estado para conducir y controlar la complejidad de este proceso y un explícito plan de salida hacia una tasa única.

Otra medida importante y positiva, según fue declarado muy recientemente por el Gobierno en la última Feria de La Habana, ha sido el establecimiento de mayores incentivos y espacios a la inversión extranjera.

Un mayor flujo de recursos es vital para la recuperación de la economía. Sin embargo, están presentes y casi petrificados otros factores en el funcionamiento general de la economía interna que con frecuencia anulan los posibles efectos de los mayores incentivos a la inversión foránea. Claro que la falta de capacidad de pago del país es uno de ellos, pero no es el único ni el único importante.

En el caso de Cuba, medidas relevantes como las aquí tratadas —el establecimiento de un mercado monetario bajo control y respaldo del banco central y los mayores incentivos a la inversión extranjera— difícilmente tengan el impacto positivo y prolongado que se pretende si no están conectadas con un programa integral de reestructuración del modelo económico y también de la estrategia de desarrollo del país. Al día de hoy nada de eso está claro.

Sin el avance de estas transformaciones internas, tampoco sería posible aprovechar los nuevos espacios que se abren a nivel internacional como resultado de la clara emergencia de un mundo multipolar.

Las recientes medidas que aquí hemos comentado derivan del también recién presentado y discutido programa de gobierno para “corregir distorsiones y reimpulsar la economía”. Sin embargo, como hemos expresado y argumentado en otros textos, este está aún lejos de ser el programa necesario para la conducción certera y sistemática de las profundas transformaciones que con urgencia requiere la economía nacional.

Nada de esto está reñido con la necesidad de atender las prioridades, como es, por ejemplo, la gran crisis energética que sufre el país y que se ha acentuado notablemente. Es obvio que sin energía casi nada funciona y la economía no puede crecer. Hay también otras prioridades a las cuales nos hemos referido en otros textos, pero esto no puede ser un argumento para perder lo que debe ser la perspectiva estratégica de la transformación, sin eso no habrá nada perdurable ni salida posible de le crisis. A pesar de la gravedad de la situación, no se debe mantener una mentalidad de simple supervivencia. 

No hay dudas de que la economía cubana está en condiciones muy recias, sometida a una política de agresión que se plantea abiertamente derrotar al actual gobierno y cambiar el sistema político al cual dio lugar un proceso revolucionario que se acerca a cumplir siete décadas de difícil existencia.

Pero su posible recuperación no depende únicamente del cese de esa política de hostilidad, cuya dinámica está fuera del alcance del Gobierno cubano. Depende también y en gran medida, como hemos argumentado en extenso en diferentes textos y espacios, de la rápida, bien diseñada, profunda e integral reestructuración de la economía nacional.

El tiempo apremia y aprieta. La economía continúa en caída libre. La contracción en este año 2025 que termina lleva el producto a un nivel muy por debajo del alcanzado hace ya 6 años. ¿Hay soluciones fáciles? Obviamente no, pero la inercia, la insistencia en una ruta claramente agotada, las medidas parciales e inconexas no deben ser una opción; las partes deben integrar de manera articulada y coherente el todo. Es la economía y es la política y es también la economía política. Sin esa perspectiva integral no hay avance posible.

https://oncubanews.com/cuba/economia/el-mercado-cambiario-los-nuevos-incentivos-a-la-inversion-extranjera-y-el-programa-de-gobierno-para-la-economia-el-todo-y-las-partes/

jueves, 25 de diciembre de 2025

Muestra el MoMA la retrospectiva más amplia en EU de Wifredo Lam

 Por Merry MacMasters

Existe una “paradoja” en torno a la figura del pintor surrealista cubano Wifredo Lam (1902-1982): aunque su nombre es “bien conocido”, al mismo tiempo “no se le conoce”, afirma su hijo Eskil Lam con motivo de la exposición When I don’t sleep, I dream (Cuando no duermo, sueño), organizada por el Museo de Arte Moderno (MoMA) en Nueva York.

Anunciada como la retrospectiva “más amplia dedicada al artista en Estados Unidos” y “la primera en mostrar su trayectoria completa”, comprende más de 130 obras entre pinturas, dibujos colaborativos, libros ilustrados, grabados, cerámicas y material de archivo, desde los años 20 hasta los 70. La jungla (1943), cuadro emblemático de Lam, forma parte del acervo del recinto.

“Es difícil describir a mi padre a alguien que no lo conoce”, puntualiza el responsable del legado de su progenitor en un documental del MoMA. “La historia del arte necesita cajones para clasificar a las personas, como artista latinoamericano o cubano. Para mí esa fue una de las razones por las que no se le ubica tanto como su obra en sí”.

La retrospectiva gira en torno a la idea de cómo Lam, un artista nacido en Cuba, que pasó la mayor parte de su vida en España, Francia e Italia, “llegó a encarnar la figura del artista trasnacional en el siglo XX”. De ascendencia china y africana, en cierto momento declaró que su arte era un “acto de descolonización”, en la medida que su afinidad por la poesía y las colaboraciones le permitieron trastocar y sobreponerse a las estructuras coloniales a las que se enfrentó en el arte y en la vida. Consciente de que “corría el riesgo de no ser entendido”, para Lam “una verdadera pintura tiene el poder de echar a andar la imaginación, aunque tome tiempo”.

El Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, en La Habana, fue tomado en cuenta en los preparativos de la exposición. “Uno de nuestros especialistas, José Manuel Noceda, experto en Lam, participó en las primeras jornadas de preparación de la muestra”, indica Lisset Alonso Compte, subdirectora artística del Centro.

Nacido en Sagua La Grande, a los 21 años Lam obtuvo una beca para continuar sus estudios en España para formarse como retratista. Inmerso en un ambiente de intelectuales de Europa y América Latina, Lam empezó a interesarse en el modernismo. “Eran tiempos difíciles”, acota Eskil Lam. El estallido de la guerra civil española removió su conciencia política. “Mi padre tenía fuertes sentimientos respecto a pelear en contra de un régimen opresivo: el fascismo. Era la primera vez que había experimentado la guerra y se unió a la batalla. Allí es donde conoció a un amigo de Pablo Picasso, quien lo animó a irse a París, para lo que le dio una carta de introducción”.

El artista cubista lo tomó bajo su tutela y le ayudó a encontrar su primera galería. “Picasso me presentó con André Breton. Luego, encontré que había tocado algo muy importante y me uní al movimiento surrealista”, señala Lam en el documental del MoMA. El estallido de la Segunda Guerra Mundial provocó una nueva diáspora. Justo antes de la llegada de las tropas alemanas a París, Lam pidió a un fotógrafo que fuera a su estudio y retratara toda su producción, luego la enrolló y se la llevó a Picasso para que la resguardara hasta después del conflicto bélico, “cosa que hizo”.

Lam logró llegar a Marsella. Allí encontró a una multitud de personas que intentaban salvarse, pero al mismo tiempo dibujaban como una manera de superar sus problemas mediante la creación. Ese espíritu y esta práctica permanecieron con Lam a lo largo de su carrera. Éste, además, era un momento relevante en lo estilístico, en la medida que sus dibujos cambiaron de forma radical para producir una hibridación de figuras mitad animal y mitad humano.

De vuelta a la isla

En esta nueva diáspora el artista no tuvo la suerte de ser admitido en Estados Unidos ni en México. Su país natal, en cambio, le dio la bienvenida tras una ausencia de casi 20 años. Instalado en La Habana, Lam reflexionó sobre su propia tradición y cultura, y cómo podría mezclarlas con la idea del modernismo. Su proyecto inmediato fue pintar La jungla.

“Esta pintura fue inspirada por la naturaleza; sin embargo, las sombras son casi mitad animal y mitad vegetal. Del lado izquierdo está una mujer terrible con tijeras. La utilicé para sugerir que la naturaleza producirá una mutación del deterioro pragmático y mecánico que no concordaban con mi país en ese momento”, señaló Lam.

La calidad de la luz y la intensidad de los colores de Cuba le impresionaron. La jungla parece iluminarse por dentro. Aunque parezca un lienzo, está realizado sobre papel kraft. La situación financiera de Lam no era buena, tampoco su acceso a los materiales. Para trabajar, Lam tuvo que adelgazar la pintura de óleo, aunque el papel estaba tan mojado que escurría sobre la superficie, algo que se observa en diferentes áreas del cuadro.

Lam pintaba de manera “intensa y concentrada” por medio de “explosiones de actividad”. En el día recibía visitas y por la noche se dedicaba a un estudio ininterrumpido.

En Cuba, Lam reinventó su práctica y creó un nuevo imaginario de símbolos visuales que constituye un paso adelante respecto a sus influencias e intereses en prácticas espirituales afrocaribeñas. Una imagen recurrente es la de un pájaro, en un principio un murciélago; no obstante, se convirtió en “símbolo de mis cosas. El pájaro que me ha animado, que soy yo mismo, que corre detrás de algo que intento encontrar”.

Wifredo Lam:When I don’t sleep, I dream se exhibe hasta el 11 de abril de 2026, en el Museo de Arte Moderno en Nueva York.

https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/12/24/cultura/muestra-el-moma-la-retrospectiva-mas-amplia-en-eu-de-wifredo-lam

miércoles, 24 de diciembre de 2025

Publicación de Yuliet Teresa

 La polémica desatada tras la intervención del diputado Emilio Interián Rodríguez en la Asamblea Nacional del Poder Popular no puede leerse como un simple desacuerdo económico ni como una reyerta ideológica entre “buenos” y “malos” revolucionarios. Lo que está en juego es mucho más serio: la relación real entre poder, verdad y crítica dentro del proyecto político cubano, y las condiciones —objetivas y subjetivas— que hoy limitan su capacidad de reproducirse como Revolución.

Interián no habló desde la abstracción. Habló desde la experiencia productiva, desde la práctica agrícola, desde la contradicción cotidiana entre plan, normas y realidad. Esa localización de la palabra importa. No es lo mismo opinar desde un despacho que desde el surco. Tampoco es lo mismo cuestionar por oportunismo que hacerlo con la autoridad moral que otorgan años de trabajo y resultados concretos. Por eso resulta intelectualmente deshonesto reducir su intervención a una defensa del capitalismo o del pasado prerrevolucionario.
Sin embargo, tampoco basta con reivindicar la “sinceridad” del discurso. El rigor revolucionario exige ir más allá de la anécdota y analizar las causas estructurales que hacen posible tanto su intervención como las reacciones que provocó.
El punto de partida es ineludible: la economía cubana atraviesa una crisis profunda y prolongada, con especial gravedad en la agricultura. Bajos niveles de productividad, desestimulación crónica al productor, distorsiones de precios, ruptura de encadenamientos productivos, tierra ociosa y una empresa estatal que, en muchos casos, no logra cumplir eficazmente su función social.
Nada de eso es resultado del “mercado” ni de las mipymes. Es consecuencia de decisiones políticas acumuladas: hipercentralización, desconfianza histórica hacia la autonomía, burocratización de la planificación y una separación creciente entre quienes deciden y quienes producen. Cuando el Estado fija precios que no cubren costos, cuando penaliza el éxito productivo, cuando impide escalar a quienes demuestran eficiencia, está produciendo su propia ineficiencia.
En ese contexto, que actores no estatales resuelvan problemas concretos no es una victoria ideológica del capitalismo, sino una señal de fracaso del diseño institucional socialista. El problema no es reconocerlo; el problema es no preguntarse por qué ocurre.
Lo más revelador de este episodio no fue el contenido de la intervención, sino el modo en que se respondió. En lugar de discutir datos, estructuras, incentivos o modelos de gestión, el debate se desplazó rápidamente al terreno de la pureza ideológica. Se juzgó la intención antes que el argumento. Se acusó de “burgués” antes de refutar. Se sustituyó el análisis por la sospecha.
Este desplazamiento no es casual. Responde a una cultura política que ha aprendido a gestionar la crisis cerrando filas simbólicas en lugar de abrir debates reales. Cuando el socialismo deja de defenderse con resultados y comienza a protegerse con etiquetas, algo esencial se ha erosionado.
La lealtad revolucionaria no puede medirse por la obediencia discursiva. Esa lógica conduce inevitablemente a la falsa unanimidad: parlamentos que aplauden, informes que maquillan, diagnósticos que no transforman. La historia del socialismo —incluida la cubana— demuestra que ese camino no conduce a la fortaleza, sino al estancamiento.
Defender la Empresa Estatal Socialista como sujeto principal de la economía no significa convertirla en un dogma intocable. Significa exigirle eficiencia, control popular, transparencia y capacidad real de satisfacer necesidades. Cuando la empresa estatal pierde esas cualidades, deja de ser socialista en la práctica, aunque lo sea en el discurso.
El error más grave del debate actual es plantear una oposición mecánica entre propiedad estatal y propiedad privada, sin analizar las relaciones sociales que las atraviesan. La pregunta marxista no es quién administra formalmente, sino quién decide, quién se apropia del excedente, quién controla y para quién se produce.
Si hoy existen procesos de concentración de riqueza, opacidad del capital y reproducción de desigualdades, la responsabilidad no es de quien lo señala, sino de un sistema de regulación que no ha sabido —o no ha querido— establecer límites claros, contrapesos efectivos y control social real.
Hay una verdad que incomoda a muchos: sin crítica interna no hay socialismo posible. La Revolución cubana avanzó cuando fue capaz de cuestionarse, de rectificar errores, de escuchar a su pueblo y de actuar en consecuencia. Retrocedió cuando confundió disciplina con silencio y unidad con uniformidad.
Atacar a quienes dicen lo que piensan desde dentro del proceso, con argumentos y desde la experiencia concreta, no es defensa ideológica: es empobrecimiento político. Es cerrar las válvulas de corrección en un sistema que ya enfrenta presiones externas enormes.
El caso Interián no trata, en última instancia, de leche, mipymes o hectáreas. Trata de si Cuba será capaz de construir un socialismo con pensamiento crítico, participación real y diversidad de criterios, o si se refugiará en un modelo defensivo donde pensar diferente se castiga y repetir se premia.
Una Revolución que no soporta la verdad termina temiéndole a su propio pueblo. Y una Revolución que teme al debate ha empezado a perder la brújula. Decir la verdad no es traición. Callarla, sí puede serlo.

lunes, 22 de diciembre de 2025

Para el año que viene

 Laidi Fernández de Juan / de su fb

Termina un año particularmente difícil en todo sentido. Nosotros, los sobrevivientes, tenemos el deber de ser optimistas y esperar que el 2026 sea sino mejor que el 2025, al menos no tan catastrófico.  

Quizás la muestra más fehaciente de nuestra resistencia no radica en creatividad ni en testarudez, no en triunfalismos ni en alejarnos de la realidad, sino en el empeño de no dejarnos vencer, y en continuar realizando actividades culturales como si fuera la primavera, aunque no seamos tanto. 

Matanzas, la ciudad que le faltaba al mundo según la inolvidable Marta Valdés, es ejemplo de ello. Emocionada asistí al festejo por la fundación de esa ciudad entrañable, y a pesar de que nos recibieron con la  calidez habitual, y se cumplió el programa tal como se planificó, y aunque todos sonreíamos como si no pasara nada, los detalles en cuanto a asistencia de jurados y premiados en el certamen literario, y las variadas actividades que se prepararon con delicadeza de relojero suizo, evidenciaban cuánto nos golpea la epidemia de Chikunguya. Para empezar, los organizadores, los funcionarios y el público general mostraban, sin que fuera posible ocultarlo, los estragos. Quien no cojeaba tenía inflamadas las manos, o los tobillos, o tenía entumecidos los dedos. Un cuarteto musical se transformó en un dúo, el propio festejo, que suele durar tres días, se redujo a una jornada, los jurados que asistimos no éramos ni la mitad de quienes evaluamos las obras en concurso, y de los premiados, asistieron apenas unos cuantos. Quienes no atraviesan la etapa aguda de la enfermedad, sufren las secuelas de la etapa crónica, que los invalida. 

Todo esto observé, yo misma adolorida, mientras los artistas leían poemas, debatían en paneles el curso de nuestra literatura actual, varios músicos nos deleitaban con canciones, melodías y temas conocidos, se obsequiaban presentes, se vendían libros nuevos publicados por la exquisita casa editorial Ediciones Matanzas, todo en un esfuerzo no confesado de aparentar normalidad. Admirable, realmente. 

Me percaté de que ahí radica nuestra fuerza mayor: Continuar a pesar de los pesares. 

Está  claro que nuestra cotidianidad, más que corrosiva es un esmeril. Los apagones, los precios, la escasez de productos de primera necesidad, la crisis higiénica, todo nos conduce hacia la tristeza, misma que espantamos solidarizándonos entre nosotros mismos. Porque no todo está perdido. Nos quedamos con la ilusión de que el año próximo sea menos tormentoso, menos agresivo, más satisfactorio básicamente. Porque no aspiramos a que se solucionen los incontables problemas que tenemos ahora mismo, sino a que dejen de asfixiarnos, y nos permitan una vida plena. 

Mantenemos la dignidad de no dejarnos vencer. Aunque estemos mermados, enfermos y con escasas horas de electricidad, seguimos empujando una carreta donde se guardan las esperanzas y el reclamo de que nos permitan continuar trabajando, viviendo y creando. Como dijo el poeta: “Que nos dejen un sitio en el infierno, y basta.” Hablando en plata, no pedimos demasiado. 

Diciembre, 2025

domingo, 21 de diciembre de 2025

El crimen azul: América Latina frente al tráfico de especies marinas

Por Diego García-Sayan

El tráfico ilegal de especies marinas protegidas se ha convertido en una economía criminal extremadamente lucrativa y una de las menos castigadas del planeta. En América Latina, el fenómeno alcanza niveles alarmantes: tiburones, tortugas marinas y, en menor medida, cetáceos son explotados por redes transnacionales que combinan pesca ilegal, corrupción y rutas de exportación hacia mercados lejanos, principalmente en Asia.

La Wildlife Justice Commission (WJC) ha sido clave para desmontar la narrativa de que se trata de delitos “aislados” o “de subsistencia”. Sus investigaciones revelan estructuras criminales jerarquizadas, con financistas, intermediarios y empresas de fachada, que operan con la misma lógica que el narcotráfico.

El océano se ha convertido así en una nueva frontera del crimen organizado: el llamado crimen azul.

Tiburones: el eje del negocio ilegal

El tráfico de tiburones es hoy uno de los problemas más graves en los océanos. América Latina cumple un rol central como zona de captura y salida de aletas, carne y aceite de hígado, productos de alto valor en mercados internacionales. Las redes utilizan permisos adulterados, subdeclaración de especies y ocultamiento de productos ilegales dentro de cargamentos legales.

La WJC ha documentado cómo estas organizaciones diversifican especies y rutas, y cómo el riesgo penal sigue siendo bajo en muchos países de la región. El resultado es un colapso acelerado de poblaciones de tiburones, especies clave para el equilibrio de los ecosistemas marinos.

El delito invisible de las tortugas y los riesgos para las ballenas

El tráfico de tortugas marinas adopta otra forma: la de la normalización social. Huevos y carne se comercializan en comunidades costeras y zonas turísticas bajo la apariencia de tradición o consumo local. Sin embargo, la WJC advierte que estas prácticas sostienen cadenas ilegales persistentes, con intermediarios y corrupción local.

Aunque cada operación sea pequeña, el daño acumulado es devastador. Varias poblaciones de tortugas están en declive crítico, mientras la impunidad refuerza la percepción de que se trata de un delito menor.

Por su lado, el comercio internacional de ballenas está hoy más restringido, pero no exento de amenazas. Capturas incidentales encubiertas, mercados grises de carne de cetáceos

menores y el uso de rutas compartidas con otros productos ilegales mantienen abierta la puerta al abuso. Para la WJC, la lección es clara: las redes criminales no respetan categorías biológicas, sino oportunidades.

Cuando sí funciona: lecciones desde África

La experiencia africana ofrece un contraste revelador. Frente al colapso de elefantes y rinocerontes, varios países cambiaron de enfoque: tratar el tráfico de fauna como crimen organizado, no solo como infracción ambiental. Investigaciones financieras, cooperación judicial internacional y condenas contra los eslabones altos de la cadena —documentadas por la WJC— permitieron desmantelar redes completas.

En el ámbito marino, operaciones conjuntas en puertos y aduanas han demostrado que el control inteligente de rutas y la persecución del dinero pueden reducir de manera efectiva el tráfico de productos ilegales.

América Latina ha dado algunos pasos en la dirección correcta, pero el problema sigue siendo estructural. Mientras el tráfico de especies marinas continúe siendo un delito de bajo riesgo y alta rentabilidad, las redes criminales seguirán operando con ventaja. La respuesta eficaz pasa por elevar estos delitos al nivel de crimen organizado transnacional, con investigaciones financieras, cooperación judicial y sanciones proporcionales al daño causado.

Esta no es solo una agenda regional. Europa —y España en particular— tiene un papel que desempeñar, tanto como actor político global como mercado relevante en las cadenas de comercio marítimo. Reforzar controles portuarios, cerrar vacíos legales y apoyar la cooperación judicial internacional forma parte de una responsabilidad compartida frente a la protección de bienes públicos globales.

Como jurista y miembro activo de la Wildlife Justice Commission, participo con orgullo en una labor colectiva que ha demostrado que el tráfico de especies protegidas -las marinas, entre ellas- puede y debe ser enfrentado con las herramientas del Estado de derecho.

La investigación rigurosa, la cooperación internacional y la voluntad política han probado ser eficaces cuando se aplican con coherencia en países como Nigeria. La manera en que la comunidad internacional responda al crimen azul será, en última instancia, una prueba de su compromiso con la legalidad, la gobernanza global y la protección del océano como patrimonio común de la humanidad.

https://elpais.com/america/2025-12-20/el-crimen-azul-america-latina-frente-al-trafico-de-especies-marinas.html

sábado, 20 de diciembre de 2025

El maltrato animal, la cacería ilegal de aves silvestres y el tráfico ilegal de fauna

Por Giraldo Alayón García / Fundación Ariguanabo 

El maltrato animal y el tráfico ilegal de fauna constituyen dos de los problemas más graves que enfrenta la humanidad en su relación con la naturaleza. Estas prácticas reflejan una contradicción profunda: mientras la ciencia y la ética reconocen cada vez más el valor intrínseco de los animales y su papel en los ecosistemas, persisten conductas humanas que los reducen a objetos de explotación, lucro o entretenimiento. La cacería ilegal de aves silvestres y su mutilación, junto con el comercio clandestino de especies, son expresiones de una crisis ecológica y moral que amenaza la biodiversidad y cuestiona nuestra responsabilidad como especie.

El maltrato animal se refiere a cualquier acción que cause sufrimiento físico o psicológico a un animal, ya sea por negligencia, abuso intencional o explotación sistemática. Se manifiesta en múltiples formas:

  • Violencia directa: golpes, mutilaciones, abandono.
  • Explotación económica: uso en espectáculos, peleas clandestinas (las peleas de gallos y perros), cría intensiva sin bienestar.
  • Negligencia: falta de alimento, agua, atención médica.

Desde la antigüedad, los animales han sido vistos como recursos. Aristóteles los clasificaba como seres inferiores destinados al uso humano. En la Edad Media, la visión teológica reforzó la idea de dominio humano sobre la naturaleza. Sin embargo, también existieron tradiciones que reconocieron su valor intrínseco: el budismo y el jainismo, por ejemplo, promovieron la compasión hacia todos los seres vivos.

La ética contemporánea ha cuestionado el antropocentrismo. Filósofos como Peter Singer (con su teoría de la liberación animal) y Tom Regan (con la noción de derechos animales) han argumentado que los animales poseen intereses y dignidad moral. El maltrato, por tanto, no es solo un problema ecológico, sino una injusticia ética.

El maltrato animal está vinculado a la violencia social. Estudios criminológicos muestran que quienes ejercen crueldad hacia animales suelen reproducir patrones de violencia hacia humanos. Así, combatir el maltrato animal es también una forma de prevenir la violencia estructural.

La cacería ilegal de aves silvestres y su mutilación

 La importancia de las aves en los ecosistemas

Las aves cumplen funciones esenciales:

  • Polinización y dispersión de semillas.
  • Control de plagas.
  • Indicadores de salud ambiental.

Su desaparición altera cadenas tróficas y reduce la resiliencia de los ecosistemas.

 Causas de la cacería ilegal

  • Demanda comercial: aves exóticas como mascotas.
  • Tradiciones culturales: captura para fiestas o rituales.
  • Mercado negro: tráfico hacia coleccionistas y zoológicos clandestinos.

La mutilación como práctica cruel

En muchos casos, las aves capturadas son mutiladas: se les cortan las alas o se les arrancan plumas para impedir el vuelo. Esta práctica no solo les causa dolor físico, sino que destruye su identidad biológica, pues el vuelo es parte esencial de su comportamiento y supervivencia. En casos extremos y recientes se le ha amputado ambos ojos con la finalidad de que canten más alto y frecuente, en una suerte de competencias entre aves canoras (fundamentalmente Azulejos,  Negritos y Tomeguines). 

 Consecuencias ecológicas

  • Reducción de poblaciones silvestres.
  • Alteración de migraciones.
  • Pérdida de diversidad genética.

 Ejemplos emblemáticos

  • Guacamayas y loros en América Latina: capturados para el comercio ilegal.
  • Cernícalos y halcones: usados en cetrería clandestina.
  • Canarios silvestres: explotados por su canto.
  • Degollados, Azulejos, Azulejones, Negritos, Tomeguines, Mariposas y Cabreros: de intensa cacería en Cuba y objetos de mutilaciones y condiciones de cautiverio terribles.

 El tráfico ilegal de fauna: un mercado global

El tráfico ilegal de fauna es el tercer mercado ilícito más lucrativo del mundo, después del narcotráfico y el tráfico de armas. Se estima que mueve miles de millones de dólares anuales y afecta a millones de animales.

 Actores involucrados

  • Cazadores furtivos: capturan en zonas rurales.
  • Intermediarios: transportan y falsifican documentos.
  • Compradores finales: coleccionistas, zoológicos privados, mercados de mascotas.

 Métodos de tráfico

  • Ocultamiento en maletas, contenedores e incluso dentro de la ropa de los viajeros perpetradores(en el caso de aves viajan anestesiadas, una apreciable cantidad muere en la travesía).
  • Venta en mercados clandestinos, ferias ilegales y sitios de internet (facebook).
  • Uso de rutas del narcotráfico.

 Impactos

  • Ecológicos: pérdida de especies, desequilibrio de ecosistemas.
  • Sanitarios: transmisión de zoonosis (ej. COVID-19, gripe aviar).
  • Sociales: corrupción, violencia en comunidades rurales.

Ejemplos globales

  • Elefantes y rinocerontes: cazados por marfil y cuerno.
  • Tigres y leopardos: traficados por pieles y huesos.
  • Aves tropicales: vendidas como mascotas en América Latina, Europa y Asia.

 

Perspectivas filosóficas y sociológicas

 El antropocentrismo y sus límites

La visión de que los animales existen para servir al ser humano ha justificado el maltrato y la explotación. Sin embargo, la crisis ecológica actual demuestra que esta perspectiva es insostenible.

 El biocentrismo y la ética de la vida

El biocentrismo propone que todos los seres vivos tienen valor intrínseco. Desde esta perspectiva, mutilar aves o traficar fauna no es solo un crimen ecológico, sino una violación de la dignidad de la vida.

 Dimensión sociológica

El tráfico de fauna refleja desigualdades sociales: comunidades pobres recurren a la caza ilegal como medio de subsistencia, mientras élites urbanas consumen animales como símbolos de estatus. Esto revela una injusticia estructural que debe abordarse.

 Estrategias de solución

 Educación y sensibilización

  • Programas escolares sobre biodiversidad.
  • Campañas mediáticas contra el tráfico de fauna.
  • Promoción de valores éticos hacia los animales.

 Legislación y aplicación de la ley

  • Fortalecer leyes de protección animal.
  • Aumentar sanciones contra cazadores y traficantes.
  • Capacitar cuerpos policiales y judiciales.

 Conservación y alternativas económicas

  • Fomentar ecoturismo sostenible.
  • Apoyar a comunidades rurales con proyectos alternativos.
  • Crear reservas naturales y programas de reproducción controlada.

 Cooperación internacional

El tráfico de fauna es un problema transnacional. Requiere cooperación entre países, intercambio de información y coordinación de políticas.

El maltrato animal, la cacería ilegal de aves silvestres y el tráfico de fauna son síntomas de una crisis más amplia: la incapacidad humana de reconocer su lugar en la red de la vida. Superar estas prácticas exige un cambio cultural profundo, basado en la ética del respeto, la educación y la cooperación global.

La defensa de los animales no es un lujo moral, sino una necesidad ecológica y social. En ellos se juega no solo la supervivencia de especies, sino la dignidad de la humanidad misma.