Por Jorge Fuentes
viernes, 30 de agosto de 2024
La esquina
jueves, 29 de agosto de 2024
Justicia a Berta Cáceres
Asunto: Atención Silvio Rodríguez- Caso Berta Cáceres
Fecha: 29/08/2024 14:15
Querido Silvio:
Mi nombre es Bertha Zúniga, soy una de las hijas de Berta Cáceres
luchadora social hondureña que dedicó su vida a trabajar por los
derechos del pueblo Lenca y la protección de los ríos. Por su lucha
ella fue vilmente asesinada el 3 de marzo del año 2016 en su casa de
habitación.
Durante estos años desde su crimen junto a mis hermanas, hermano y
COPINH, la organización que ella fundó, hemos estado demandando
justicia y trabajando arduamente para que su crimen no quede impune. En
estos años logramos la condena por un tribunal de primera instancia
declarara culpables a 8 hombres, entre ellos el presidente de la empresa
privada constructora del ilegal proyecto hidroeléctrico que iba a
afectar las sagradas aguas del río Gualcarque.
En estos momentos la Corte Suprema de Justicia de Honduras, como
tribunal superior debe pronunciarse para ratificar estas sentencias, sin
embargo el grupo económico que ordenó y pagó por el crimen está
interfiriendo activamente en la decisión de la Corte buscando afectar
negativamente esta decisión.
Entendemos que la justicia para Berta es un compromiso no solamente para
las hondureñas y hondureños por eso llamamos a la solidaridad de la
comunidad internacional, sensible ante las causas justas.
En ese sentido queríamos pedirle el enorme favor de publicar un breve
mensaje de solidaridad en su cuenta de X.Sin más, le mando un fuerte
abrazo esperando que lleguen buenas
energías a usted y a Cuba.
Att:
Bertha I. Zúniga C.
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Estimada Berta Zúñiga, como a muchos en el mundo me indignó el asesinato de su mamá, consecuente luchadora por los derechos de los pueblos originarios y la naturaleza. No tengo cuenta en X, pero tengo un blog en el que apoyo sin reservas vuestro reclamo.
miércoles, 28 de agosto de 2024
Resulta Penoso: Convención Demócrata
Por Luz Helena Cordero Villamizar
Sí, escuché todo el discurso de Michelle Obama en la convención demócrata y la intervención de su marido, el portador del desprestigiado Premio Nobel de La Paz. La puesta en escena era perfecta. Una mujer negra elegantemente vestida, expresiva, sonriente y enfática, cargada de energía. El guion tenía un foco central y un objetivo. El foco era el público femenino. El objetivo, tocar la fibra emocional de sus escuchas. El tema de la madre, de la vieja, del cuerpo de la mujer, el supuesto origen humilde de Kamala Harris, la niña negra que se levanta de la nada y se limpia la ceniza, su presunta superación personal para levantarse de la pobreza, la lucha por escalar, la ninfa contra el monstruo, el bien versus el mal, representado por Trump. Un guion sentimentaloide calcado de los cuentos infantiles, de las historias de hadas, para tocar muchedumbres cándidas, casi estúpidas.
Basta ver los gestos de aprobación, los gritos, las risas, la histeria, el paroxismo de su auditorio. Esas personas que estaban ahí, tan buenas, luchando contra el mal, consumidores de versiones edulcoradas necesitan creerse todo lo que ella les dijo. El discurso, la puesta en escena de Michelle, no pudo ser mejor ni más convincente. Una mujer empoderada, una esposa llena de virtudes, llamando a sus feligreses a seguirla.
Después de ablandar a la multitud, que ya estaba a punto de efervescencia, vino el Pastor. El carismático Obama, con sus apuntes humorísticos, echando mano del ser femenino, la imagen de la suegra, de la abuela, aludiendo a los derechos de las mujeres como si promocionara una marca, tomando la batuta para dirigir los gritos de sus aclamadores. Obama, la bandera de la equidad entre negros y blancos, símbolo de liberalidad y de una falsa paz mundial. Ensalzó a su presidente Biden, el defensor de los derechos humanos, el adalid de la justicia, el gran sionista, cómplice y autor intelectual del genocidio del pueblo palestino, de todos los crímenes de guerra y crímenes políticos de Estados Unidos, incluidos los liderados por Obama.
Tuve que aguantar la furia al escuchar estos discursos. Mi escepticismo ante las palabras de esta pareja es tal que al ver las reacciones del público no lograba entender si todo esto era parte de la escenografía, si eran los pregrabados típicos de los gringos, o si solo se trata de una multitud de idiotas que no ven más allá de su ombligo. No quise ver la convención de proclamación de Donald Trump porque el asco me lo impidió. Pero adivino que la puesta en escena y el fenómeno de imbecilidad multitudinaria son los mismos. Cambian los bufones y sus guionistas. Pido perdón a los payasos por compararlos con estos políticos.
Sé que soy ingenua al no querer aceptar que todo esto es cierto, que así se desarrollan los acontecimientos preelectorales en Estados Unidos en donde el entramado se monta sobre millones de dólares “donados” por los más ricos, muchos de ellos sionistas. Porque la farsa de la democracia norteamericana se fabrica con millones de dólares recaudados por los partidos. Podríamos decir que el mejor postor es el que elige. Y el gran público de consumidores aclama y vota por el que más dinero recolectó. Por eso resulta una desfachatez que se sientan con autoridad de cuestionar campañas electorales de otros países alegando una supuesta financiación ilegal. ¿Acaso es limpio el dinero recaudado por candidatos demócratas o republicanos? Un dinero proveniente de la industria armamentística, de guerras y genocidios, de su depredación al ecosistema, a costa de chantajes económicos y del hambre a la que someten al resto del mundo.
Estos personajes envalentonados y ridículos son los que hoy gobiernan el mundo. Y no creo un ápice de sus palabras cuando se auto proclaman adalides del bien. No creo en su democracia de escenografía y libreto, fundada sobre la manipulación de las conciencias y el desconocimiento de la historia. Y cuando la simpática Michelle, la sonriente Kamala, el carismático Obama o el ladino Biden pretender convencer a sus votantes de que ellos son la mejor opción para erradicar el mal de los Estados Unidos y del mundo, diciendo que su país es el modelo de la democracia perfecta y el que más hace por la defensa de los derechos humanos, siento repulsión por su descaro.
Solo puedo pensar en sus armas, sus misiles, sus bombas nucleares y sus millones de dólares manchados de sangre. Solo puedo ver a los niños y niñas masacrados o muriéndose de hambre en Gaza o en África; a las mujeres y hombres destrozados en Palestina, en Irak, en Vietnam, en Hiroshima, en América Latina, o donde quiera que hagan presencia sus ejércitos; solo puedo recordar el arrasamiento de ciudades y países, los entrampamientos judiciales, sus prisiones de Abu Ghraib, de Guantánamo, de su aliado Israel; no puedo dejar de ver los torturados, las tumbas, los océanos muriendo, los despojos de culturas milenarias y las ruinas. Las palabras de estos políticos y de estos gobernantes gringos me salpican sangre, apestan a muerte, resuenan en el dolor.
Como escribe el poeta Raúl Zurita: «Pero todo esto es penoso. Prefiero hablar de amor».
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https://liberacion.cl/2024/08/23/resulta-penoso-convencion-democrata/
Claudia Aranda, desde Chile
Querido Silvio:
Ahora que soy una segundacitera de lectura, te quiero compartir mi opinión y sentir de la situación entre Chile y Venezuela y la postura de nuestro gobierno, que me avergüenza e indigna. Espero que al menos los de mi generación no compartan una actitud tan infame, con el pueblo venezolano, que alguna vez les tendió la mano. Porque no puedo dejar de sostener que la historia la hacen los pueblos, aunque a nuestros políticos se les olvide.
La respuesta de Chile debiera estar a la altura de su Historia. Pero la política exterior no la hacen los pueblos, a nuestro pesar.
Para alguien como yo, que vivió de punta a cabo la dictadura militar en Chile, sin haber sido víctima directa de la infamia que se apoderó de la política chilena, resulta paradojal la situación que se ha generado en Chile respecto a Venezuela.
Para alguien que vivió la confabulación de la prensa y el poder económico, ya como víctima, porque lo fuimos gran parte de chilenas y chilenos, como niños o adultos, resulta aún más paradojal.
Sí, como niños y niñas vivimos un planificado engaño. Se nos exhibió un mundo de mentira, recordarán el documental El diario de Agustín, que trata justamente de la manipulación de la prensa para justificar el golpe de Estado y encubrir crímenes políticos con titulares como “Los mataron como ratones”. Recordaran también los desclasificados archivos de la CIA y tantas otras pruebas.
Cuando volvió la democracia -la transición a la Democracia, para ser más precisos-, se iniciaron procesos de búsqueda de la verdad y la justicia, que aunque no fueron lo suficientemente exitosos y profundos, abrieron una puerta donde a mucha gente que vivió la dictadura, se le devela la crueldad del régimen militar. Hasta el día de hoy, el proceso no termina.
Pero hasta el día de hoy, la prensa no es un espacio democrático, que represente todas las visiones y sentires, ni trabaja en búsqueda de la verdad, la justicia, ni la democracia. Basta con ver a cualquier hora del día la televisión o la prensa digital y todos al unísonos hablan de lo mismo, muestran lo mismo y salvo contadas excepciones dicen lo mismo.
Todos al unísonos, diciendo qué es moral, qué es ético y cómo debemos hablar respecto a lo que sucede fuera de nuestras viviendas, en nuestras calles, en Gaza, en Israel, en Venezuela.
No importa que gran parte del pueblo chileno tenga una alta escolaridad, tenga acceso a la información y tenga la posibilidad de estudiar y pensar. Porque cada día insisten en que seamos unos ignorantes del acontecer del mundo, sin mostrar las pruebas de lo que declaran o denuncian.
Nos invitan a pinche el enlace y encontraremos las actas que rescató supuestamente la oposición venezolana, pinche el video y verá la represión. Pero el enlace, el video nunca muestra eso que dicen es una prueba irrefutable.
Siguiendo la escuela de don Agustín, los años de Universidad de sus periodistas, se van a la basura e insisten en hacernos ver, una imagen borrosa de los hechos, que hoy día me resisto a convertirlo en Verdades. Porque la otredad corre para algunos.
Para alguien que vivió de punta a cabo la Dictadura, sin ser víctima directa de los crímenes, me resisto a creerles sin pruebas irrefutables, porque viví ya sus mentiras, viví ya el desencanto de sentirse engañada, de sentir que ese fraude fue el alimento de tantos crímenes.
Respecto a la casta política. Si pusieramos en revisión nuestra Democracia, sólo basta con decir que nuestra Constitución fue el producto de un acto ilegítimo, para demostrar que se sostiene sobre un abismo. Que fuimos a las urnas para pedir una nueva y sólo por no aprobar la propuesta, se cerró el proceso y se retrocedió una vez más a la política de las cúpulas. Pero mientras no tengamos una Constitución soberana, que sea el producto de un acto soberano, esta Constitución que nos rige es ilegítima, porque en las urnas ya pedimos soberanamente cambiarla.
Lo que sucede en Venezuela es grave y complejo, inevitablemente me abre recuerdos, quisiera que como chilenas y chilenos coherentes con nuestra historia, actuemos a partir de nuestra memoria, que seamos más responsables en nuestra política exterior, tendiendo puentes, no muros y que contribuyamos a procesos de verdadera paz, de verdadera justicia. No con posturas de manoseados principios morales. De esas supremas autoridades morales que creen ser, manoseando la dignidad. Porque la verdadera ética se vive en la calle, en la vida misma, en la complejidad de la vida.
Por todas y todos los que murieron en Chile, me rehúso a condenar a otro pueblo que lucha.
Otros caminos de Paz se deben abrir en nuestra América.
Un abrazo
Claudia Aranda
lunes, 26 de agosto de 2024
La esperanza, el arma secreta del filósofo Byung-Chul Han
Por Francesc Miralles
Ha sido una sorpresa, hasta cierto punto, que el célebre pensador surcoreano Byung-Chul Han eligiera la esperanza como tema del libro que se publica en España en septiembre. Afincado en Berlín, este filósofo que escribe sus breves obras en alemán se había caracterizado por la crítica al capitalismo y al neoliberalismo, con libros como La sociedad del cansancio o No-cosas. Elegir la esperanza, un sentimiento o visión que parece ir a contracorriente, pero que necesitamos para sentirnos vivos, es mirar a la luz al final del túnel. Sin embargo, El espíritu de la esperanza —libro de menos de 150 páginas publicado por Herder— no refleja la visión del ingenuo que cree que, al final, todo se arreglará sin más. Se refiere a una esperanza que nace de la proactividad, ya que ilumina caminos nuevos que nadie recorrerá por nosotros. Tal como lo plantea el pensador, la esperanza nace justamente de la desesperación, de la negatividad, pero es una brújula que nos lleva a situaciones y territorios nuevos, a aquello que aún no existe.
Winston Churchill, un hombre que era muy proclive a las depresiones, dijo: “Si estás pasando por un infierno, sigue adelante”. Esa recomendación encierra que todo, lo bueno y lo malo, es provisional, como la vida misma.
Lo que mata la esperanza, según Byung-Chul Han, no es la desesperanza; bien al contrario, esta última es su punto de partida, el inicio del viaje. Tal como lo expone en el preludio del ensayo, lo contrario a la esperanza es el miedo. En sus propias palabras: “Pasamos de una crisis a la siguiente, de una catástrofe a la siguiente, de un problema al siguiente. De tantos problemas por resolver y de tantas crisis por gestionar, la vida se ha reducido a una supervivencia”. Para el coreano, vivir en esa mera supervivencia nos ancla a la depresión y al miedo. Este último nos cierra puertas y nos roba la libertad, ya que imposibilita que nos pongamos en marcha. Alguien con miedo al futuro será incapaz de organizar y crear su propio futuro. Entra en una especie de profecía de autocumplimiento.
Como señala Byung-Chul Han, en alemán la palabra miedo —Angst— procede, al igual que en latín, del término angostura. Es decir, cuanto mayor es nuestro temor, más angosta será nuestra área de acción. Por eso quien se angustia se siente, de un modo u otro, acorralado.
El antídoto es la esperanza ya que, en sus propias palabras, “va dejando indicadores y señalizadores de caminos. La esperanza es la única que nos hace poner en marcha. Nos brinda sentido y orientación (…) Y las acciones necesitan un horizonte de sentido”. Así como el miedo imposibilita, la esperanza, como la definía el filósofo danés Søren Kierkegaard, es la pasión por lo posible.
Resumiendo, en clave práctica, estas reflexiones, podemos concluir tres cosas:
1. Tener esperanza es ver nuevas posibilidades. Es decir, adelantarnos a otros escenarios que nos esperan, aunque estén lejos de nuestra situación actual. Byung-Chul Han cita, en este sentido, una Epístola a los Romanos del Nuevo Testamento: “Si lo que se espera ya está a la vista, entonces no es esperanza, porque ¿para qué esperar lo que ya se está viendo?”. Por lo tanto, hay algo de visionario en ello.
2. Hay esperanza pasiva y esperanza proactiva. La primera nos pone a merced de los acontecimientos. La segunda supone trabajar para que se materialice la nueva posibilidad. De hecho, el dramaturgo francés Gabriel Marcel decía que la esperanza está trenzada: “En el tejido de una experiencia en curso (…) está metida en una aventura que aún no ha terminado”. Es decir, supone estar en el proceso de dirigirnos hacia algo mejor.
3. La esperanza es asumir que todo es temporal. Por consiguiente, es solo cuestión de tiempo que salgamos de este trance. El problema de los desesperados es que creen haber ingresado en una condición permanente. La persona deprimida se convence de que no saldrá del pozo, mientras que quien siente que el mundo se ha vuelto en su contra cree estar condenado de por vida. Para escapar de esa angostura hay que evitar tomar la parte por el todo. Todo mal momento es solo un capítulo de la historia. El próximo puede ser distinto. Con las acciones adecuadas, los acontecimientos y las circunstancias cambiarán.
La poeta Emily Dickinson definía el asunto de este artículo con esta bella imagen: “La esperanza es esa cosa con plumas que se posa en el alma, y entona melodías sin palabras, y no se detiene para nada, y suena más dulce en el vendaval”.
Esperanza versus optimismo
En su último ensayo, Byung-Chul Han establece una diferenciación clara entre esperanza y optimismo, que este filósofo ve como algo pasivo y limitado. Tal como lo explica en El espíritu de la esperanza: "El optimismo carece de toda negatividad. Desconoce la duda y la desesperación (…) El optimista está convencido de que las cosas acabarán saliendo bien", aunque al mismo tiempo, señala el coreano, "desconoce el futuro como campo abierto a las posibilidades".
En su crítica al optimismo a ultranza entraría la ley de la atracción mal entendida: el hecho de considerar que basta con pensar en un resultado positivo para provocarlo, sin "picar piedra" para conseguirlo. Y ese esfuerzo empieza por alimentar la misma esperanza, que según Byung-Chul Han "muchas veces hay que suscitarla y concitarla expresamente".
https://elpais.com/eps/2024-08-22/la-esperanza-el-arma-secreta-del-filosofo-byung-chul-han.html
Festival de Cine Latinoamericano, más de 2 mil cintas para próxima edición
PL, La Habana. El Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano que cada año se desarrolla en la capital de Cuba tiene inscritas hoy más de dos mil obras para la 45 edición, prevista del 5 al 15 de diciembre.
Según informó el presidente del Instituto Cubano del Arte e Industrias Cinematográficas (Icaic), Alexis Triana, las producciones contempladas suman hasta el momento, específicamente, dos mil 17, y más de la mitad son filmes.
Se registraron, además, cerca de 230 realizadores en la especialidad de guion y un centenar de carteles, comentó el funcionario del Icaic en sus redes sociales.
El año pasado concursaron 199 películas de 19 países, entre ellos, México, Argentina, Brasil y Chile, de acuerdo con el informe de sus organizadores.
La cita anual cinematográfica de La Habana abrió sus puertas por primera vez el 3 de diciembre de 1979 y desde entonces convoca a prestigiosos cineastas cubanos y de otras partes del mundo en torno a la filmografía latinoamericana.
Durante años el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano ha sido considerado uno de los referentes del sector en América Latina.
Historia del Festival
«Queridos hermanos de Nuestra América: en La Habana, capital de Cuba, iniciamos hoy, 3 de diciembre del año 1979, el primer Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano».
Con estas palabras de inauguración pronunciadas por Alfredo Guevara, gestor y presidente del Festival, comenzaba a hacerse realidad un sueño del cine latinoamericano.
Concebido como una continuación de los festivales de Viña del Mar (1967 y 1969), Mérida (1968 y 1977) y Caracas (1974), en los que se dieron cita filmes y cineastas representativos de las tendencias cinematográficas más renovadoras de América Latina, el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano venía a ser la respuesta definitiva al urgente reclamo de un espacio que garantizara el encuentro sistemático entre las cinematografías del continente y sus creadores.
Como expresaba su convocatoria fundacional, el Festival se proponía «promover el encuentro regular de los cineastas de América Latina que con su obra enriquecen la cultura artística de nuestros países … asegurar la presentación conjunta de los filmes de ficción, documentales, dibujos animados y actualidades … y contribuir a la difusión y circulación internacional de las principales y más significativas realizaciones de nuestras cinematografías».
Durante todos estos años el Festival se ha propuesto reconocer y difundir las obras cinematográficas que contribuyen, a partir de su significación y de sus valores artísticos, al enriquecimiento y reafirmación de la identidad cultural latinoamericana y caribeña.
Anualmente el evento convoca a los Concursos de Ficción, Documental y Animación, Óperas Primas, Guiones Inéditos y Carteles. Además, se organizan encuentros y seminarios sobre diversos temas de interés cultural y, en especial, cinematográfico. Asimismo, el programa del Festival acoge una amplia y representativa muestra de cine contemporáneo proveniente del resto del mundo.
domingo, 25 de agosto de 2024
Elon Musk y la manipulación de la opinión pública
Por Hipólito Rodríguez*
Habermas mostró, hace ya 60 años, cómo se construyó la esfera de lo público o ámbito de la opinión pública. Su análisis jugó un papel importante cuando en Alemania se debatían las posibilidades de contar con una prensa crítica de cara a una polarización que paralizaba o desorientaba la reflexión en los espacios públicos. Gracias a la obra de Habermas, hoy nos percatamos de cómo la prensa impresa desempeñaba un papel fundamental en la construcción de una ciudadanía reflexiva y crítica en la época de la guerra fría.
De ese tiempo a nuestros días, es claro que la proliferación de medios de comunicación digitales han venido a trastornar severamente el porvenir de la prensa impresa: sus lectores se han trasladado a las pantallas digitales. Así, se abrió una esfera de acumulación de capital que sacudió seriamente la economía y la tecnología de los principales diarios del mundo.
Aquellos que entendieron la importancia de ese nuevo canal de comunicación –las redes– pudieron transitar hacia el nuevo escenario de información y sobrevivieron al derrumbe de los medios impresos en papel. Los montos de capital en este nuevo campo tecnológico permitieron una nueva etapa de centralización y concentración económica.
Las benditas redes sociales tienen por esa razón un papel ambiguo. Son una superficie donde transita todo tipo de mensajes, pero su dueño puede inhibir o potenciar los mensajes que mejor convengan a su negocio. Si en la época de Habermas era válido recuperar el mensaje de la ilustración –“atrévete a pensar por tu cuenta”–, en el siglo XXI asistimos a una regresión de consecuencias aún poco claras.
Con esto quiero decir que los medios digitales, a diferencia de los impresos, juegan en una escala distinta: son por su naturaleza potencialmente globales y, por ende, sus mensajes se desplazan sobre un campo estratégico más potente. Quien controla la red, puede en suma dirigir el flujo de la comunicación y marcar límites a las opiniones y a la reflexión colectiva global. La opinión pública experimenta en este sentido una situación ambivalente: puede contar con un territorio más libre, pero también más controlable o manipulable.
Snowden mostró que los lectores de pantallas también son, a su vez, leídos. Que el usuario de un teléfono móvil está siendo observado y sus gustos e inclinaciones son objeto de un inventario que las empresas aprovechan para vender mejor sus productos. En este contexto, no es difícil entender por qué Elon Musk decidió finalmente hacerse de Twitter. Su capacidad para hacer negocios en el nuevo campo abierto por las comunicaciones digitales se manifestó desde muy pronto: él fue de los primeros en instalar mecanismos para hacer pagos vía Internet (PayPal).
Ahora prosigue con esa lógica: subsumir las redes de comunicación a las lógicas de comunicación de capital. Sin embargo, ahora cruza una frontera y va ya abiertamente más allá de la economía: al adueñarse de la red que bautizó como X, se apropia de un instrumento para promover sus negocios y a aquellas entidades de poder que sean favorables a sus proyectos empresariales. Esto es lo que está ocurriendo en este momento: al extender su influjo al campo político, promueve a Trump, sabotea a Kamala Harris, prohíbe los mensajes pro Palestina, apapacha a Milei, por mencionar sólo a algunos de sus mensajes más vistosos.
El hecho de que la Unión Europea le haya recordado que hay códigos de conducta en el campo de las comunicaciones, normativas que él tendría que acatar en el viejo continente, y que haya respondido a los emisarios con un tono burlón, sólo nos da muestras de lo simpático que puede llegar a ser este tipo de autoritarismo digital. Si él puede censurar, ¿habrá quién pueda marcarle un límite? ¿No está en riesgo la democracia con este tipo de millonarios manipulando abiertamente los canales donde fluyen los mensajes políticos?
* Doctor en ciencias sociales
jueves, 22 de agosto de 2024
John Mearsheimer: "Súper halcones siguen dominando la política exterior demócrata"
Por David Brooks y Jim Cason
Chicago. Los súper halcones del gobierno de Joe Biden están ahora trabajando intensamente para asegurar que la candidata presidencial Kamala Harris continúe canalizando miles de millones de dólares a las guerras que están fracasando en Ucrania y Gaza mientras amenazan un mayor conflicto con China, afirma el profesor politólogo John Mearsheimer de la Universidad de Chicago.
“Joe Biden es un belicista. Cree que Estados Unidos es ‘la nación indispensable’, y cree que deberíamos ser el policía mundial y usar la fuerza militar para hacerlo”, explicó Mearsheimer en una entrevista con La Jornada en su oficina en la universidad mientras llegaba la cúpula del Partido Demócrata para su Convención Nacional en esta ciudad.
El reconocido profesor, cuyos discursos trasmitidos por YouTube han captado hasta más de 30 millones de visitantes, explica que “en Estados Unidos hay mucha gente que favorece una política exterior de moderación más realista, con objetivos más limitados… Y hay gente que cree que Estados Unidos debería dominar el planeta, que deberíamos estar aquí y allá y en todos lugares. Que tenemos un derecho y una responsabilidad para ser policía del mundo”. Estos halcones han mantenido el control del Partido Demócrata en el gobierno y hoy son los que están detrás del apoyo incondicional a Israel y Ucrania
Progresistas y sobre todo los jóvenes, dentro y fuera del partido, argumentan contra esta política bélica, y de hecho, tienen el apoyo de una mayoría en la opinión pública, pero Mearsheimer señala que “han sido rechazados categóricamente en cada momento por los súper halcones del Partido Demócrata”.
Notablemente también hay un debate interno en el Partido Republicano sobre estas políticas bélicas, indica el analista experto, el cual se puede ver en la renuencia entre algunos líderes en el Congreso como el propio candidato a la vicepresidencia J.D. Vance de seguir enviando armas a Ucrania. Pero las líneas del debate entre los republicanos son menos claras y predecibles porque Donald Trump vacila entre amenazas de uso de fuerza militar y el aislacionismo en el plano internacional.
Quien sea que gane la elección presidencial, todo esta dinámica política no cambiará, y hasta podría empeorar. “Creo que Estados Unidos está en apuros en tres áreas diferentes del mundo. Uno es Europa, y aquí estamos hablando de la guerra en Ucrania. Segundo es Asia del este, y ahí estamos hablando de la competencia entre Estados Unidos y China.
Tercero es Medio Oriente, y ahí estamos hablando principalmente sobre el apoyo estadunidense del genocidio en Gaza realizado por Israel”, afirma Mearsheimer.
En torno a Ucrania, hay el potencial de un triunfo militar significante para Rusia. “Si suponemos que el ejército ucraniano en Donbás se colapsa y que Ucrania perderá aún más territorio del 20 por ciento ya perdido, ¿qué hará Estados Unidos? ¿Estamos dispuestos a enviar a tropas estadunidenses a combatir y morir?”, pregunta Mearsheimer. Concluye que este conflicto es resultado de decisiones erróneas de sucesivos presidentes estadunidenses.
Indica que la guerra en Ucrania es consecuencia de la expansión de la OTAN iniciada después del fin de la guerra fría. El entonces presidente Bill Clinton creía que Estados Unidos era “la nación esencial” que tenía que imponer su voluntad sobre el mundo, y fue la decisión de su gobierno de ampliar a la OTAN hacia el este. Años más tarde, la decisión de abril de 2008 de ampliar la OTAN a Ucrania y Georgia fue el antecedente de la guerra actual. Mearsheimer enfatiza que el gobierno ruso había dejado más que claro que percibía la expansión de la OTAN a Ucrania como una amenaza existencial y explícitamente dijo que no lo podría permitir. De hecho, en 2008 tanto Francia como Alemania se opusieron a la expansión de la OTAN porque entendían la posición de Rusia.
Sin embargo, el gobierno estadunidense, entonces bajo Barack Obama, persistió en lograr la integración de Ucrania a la alianza occidental. Para Mearsheimer, fue predecible el resultado. “Al final, los rusos anexaron a Crimea y brotó una guerra civil en el Donbás en 2014. Estados Unidos reaccionó a eso redoblando su esfuerzo, lo cual eventualmente llevó a que Rusia invadiera a Ucrania el 24 de febrero de 2022”.
Preguntado del por qué de la insistencia de Estados Unidos de continuar con estas políticas a pesar de los resultados, respondió: “Estados Unidos pensó que es tan poderoso que podría hacer que Rusia tragara la expansión adicional de la OTAN”. Agregó que “los estadunidenses no entendieron la política del equilibro de poder y sobre estimaron lo que se puede lograr con fuerza militar”, explicó, “Y el resultado final es que ahora están perdiendo esa guerra”.
Los problemas para un gobierno potencial de Harris no se limitan a Ucrania en el plano internacional. El gobierno de Israel no sólo está llevando a cabo un genocidio en Gaza con armas estadunidenses, señala Mearsheimer, también está intentando ampliar la guerra a Líbano e Irán. “Esta es un guerra que no queremos, una guerra que no quiere Irán, pero Israel sí. Entonces la pregunta es, ¿cómo fue que permitimos ser involucrados en ese conflicto? Y la respuesta es muy sencilla: los israelíes pueden hacer lo que quieran y nosotros los vamos a apoyar”, critica Mearsheimer.
La razón de esto, enfatiza, es el poder del “lobby israelí” en Estados Unidos. Mearsheimer es coautor del libro The Israel Lobby and U.S. Foreign Policy, publicado en 2007 que documenta a fondo la enorme influencia política de este cabildeo sionista a lo largo de 50 años. “Estados Unidos tiene una relación con Israel sin paralelo en la historia. Estados Unidos otorga apoyo incondicional a Israel a quien le ofrece un monto notable de apoyo económico, diplomático y militar”, dijo. Aunque reconoce que la brutal guerra de Israel en Gaza ha obligado a políticos en Estados Unidos a adaptar sus posiciones, sigue pensando que Israel sigue teniendo un cheque en blanco y que eso podría llevar a Estados Unidos a una guerra más amplia y peligrosa en Medio Oriente.
El reto más grande, opina Mearsheimer, tal vez está en Asia donde los fracasos tanto de demócratas como republicanos están llevando a una peligrosa confrontación con China. La lógica de la competencia con China es diferente a la que hubo durante la guerra fría con la Unión Soviética, pero en ambos casos el riesgo de errores que están llevando a un conflicto no serían sólo una guerra más, sino el fin del mundo.
Casi como para comprobar este punto, el New York Times reportó esta semana que el presidente Biden aprobó un “plan nuclear estratégico altamente clasificado para que Estados Unidos, por primera vez, reoriente su estrategia de disuasión para enfocarse sobre la rápida expansión del arsenal nuclear de China”.
Para Mearsheimer, todo esto demuestra que dentro de la cúpula encargada de política exterior, “es que casi nadie entiende la lógica realista básica, lo cual es otra manera de decir que no entienden cómo funciona el mundo”.
martes, 20 de agosto de 2024
Política de interés bancario versus política de bancarización obligatoria
Por Joaquín Benavides Rodríguez
La Política de Bancarización Obligatoria propuesta por el Banco Central, aprobada y apoyada por las autoridades financieras estatales y gubernamentales del País, ha resultado un fracaso. Esta afirmación no debe ser del agrado de la Dirección del Banco Central, pero tampoco de las autoridades económicas y gubernamentales. Pero es la realidad objetiva. Debimos haber aprendido hace mucho tiempo, quizás desde 1968, que los intereses económicos de las empresas y las personas no se pueden afectar impunemente. Al final pasan la cuenta. Y en el asunto de la bancarización obligatoria, posiblemente, la mayor afectación se ha producido en la producción de los campesinos.
Los productores agrícolas en general, pero especialmente los campesinos cubanos, necesitan dinero en efectivo para poder pagarlo todo. Y necesitan que se les pague por la venta de sus productos, principalmente en efectivo. Ha sido un error importante obligarlos a aceptar las reglas impuestas por el banco, no solo de tener que bancarizar todos sus ingresos, sino de tener que aceptar límites en la extracción de efectivo para sus pagos tanto de salarios, como de otros gastos imprescindibles para poder producir y vender su producción.
Hace unas semanas coincidí, esperando en una agencia bancaria, con un campesino amigo mío, desesperado, y diciendo cosas que no pensé que el dijera, dada su condición de revolucionario. Sin que me diera tiempo a preguntarle, me dijo que así no podría seguir produciendo; que él tenía en su cuenta bancaria cientos de miles de pesos depositados por él, por los resultados de su trabajo, y que el banco solo le permitía extraer 5 mil. Que con eso el no hacía nada. Que el necesitaba de momento unos cuantos miles más de su dinero, no el del banco, y que así no podría seguir. Estaba tan molesto que le sugerí que se calmara para que pudiera explicarle bien a la directora del banco su situación, a fin de que tratara de entenderlo. Yo sabía que la funcionaria del banco no podría hacer mucho más, porque esas son sus instrucciones. Ignoro si mi amigo pudo lograr que le permitieran extraer mucho más de los 5 mil pesos. Pero lo dudo. He oído esa misma queja de muchos campesinos en la reunión de la cooperativa de créditos y servicios en la que participo. También ignoro por qué la Dirección de la ANAP ha permitido que esas reglas se las impongan a los campesinos. Conocí bien a Pepe Ramírez, con el que tuve mucha relación desde los mismos inicios de la Revolución. Lo vi actuar en situaciones difíciles y complicadas. Él no hubiese permitido que les impusieran esas reglas de bancarización obligatoria con extracción limitada de su dinero a los campesinos, de los cuales era su dirigente. Él no era un burócrata, él era y actuaba conscientemente de que era el dirigente de los campesinos cubanos. Y había que oírlo y respetarlo. Tanto Fidel como Raúl siempre lo oyeron y respetaron sus opiniones en defensa de los campesinos.
No hay dudas de que el dinero en circulación hay que controlarlo, que su exceso provoca no pocas distorsiones en el funcionamiento de la economía, y que es el Banco Central el Organismo encargado por la Ley de regular la circulación monetaria. Pero una cosa es obligar a bancarizar a las empresas estatales, y otra a los actores económicos no estatales, y sobre todo a los campesinos. Es también una función rectora del Banco Central, regular la tasa de interés y el crédito. Ambas funciones están muy relacionadas. Los campesinos cubanos, desde el crac bancario de principios del siglo XX, en que perdieron todo el dinero que tenían en los bancos, se arruinaron y perdieron sus tierras que tenían hipotecadas y hasta sus viviendas, quedaron muy recelosos de guardar su dinero en los bancos. De ahí surgió la costumbre, que aún se conserva en los campesinos, de guardar el dinero en sus casas ¨debajo del colchón¨, cómo se conoce comúnmente. Desconocer esa realidad, junto a otra, que las instalaciones bancarias están en los pueblos y alejadas de las tierras en que son propietarios o usufructuarios, les crea muchas dificultades, sin que además reciban ningún estímulo por tener su dinero guardado en el banco, que a su vez lo utiliza para financiar a otros objetivos que no son los suyos.
A los campesinos habría que hablarles, en vez de bancarización obligatoria, de tasa de interés que se les va a pagar por el dinero que mantengan sin extraer de sus cuentas bancarias. Y que esa tasa de interés sea suficientemente alta para que esté estimulado en ingresar en su cuenta bancaria y lo piense dos veces antes de extraerlo. Así debe funcionar el mercado entre los bancos y los campesinos. También debería funcionar así con el resto de las empresas estatales, privadas y cooperativas, pero eso sería objeto de otro artículo, pues la complejidad es distinta.
También habría que hablarles de crédito. La producción agrícola, y sobre todo la campesina, no pueden desarrollarse y crecer sin crédito. Eso es casi una regla para el mundo entero, menos para nuestra agricultura. Si se quiere que los campesinos y también los productores estatales, especialmente de caña, mantengan el dinero depositado en sus cuentas bancarias, que el Banco establezca y aplique una política de tasas de interés estimulante y de crédito bancario, para financiar principalmente sus siembras, y a partir del monto de sus cuentas, como garantía para sus inversiones. No es con bancarización obligatoria como se va a lograr que los campesinos mantengan su dinero en cuentas bancarias, que además se las mantienen intervenidas porque les permiten extraer solo una cantidad insignificante para ellos poder producir. La norma de 5000 pesos por extracción, que pudiera ser suficiente para un jubilado, es claramente insuficiente para un productor privado, sobre todo un campesino. Con esa regla no podrán evitar jamás que muchos acumulen dinero ¨bajo el colchón¨ y al que cumpla las reglas le pasara como a mi amigo campesino.
Toda la industria alimentaria que compra las producciones, por ejemplo de leche y carne, a los campesinos y a los productores estatales, debería ser financiada por crédito bancario. No debe ser el Presupuesto quien financie el llamado acopio estatal que les compra a los campesinos para procesar los productos y venderle a las empresas que le suministran al llamado consumo social, principalmente a las instalaciones de salud y educación. Las instalaciones de salud y educación sí deben ser financiadas por el Presupuesto, sea local o nacional, pero a los precios oficiales que deben incluir los márgenes necesarios para que los productores puedan producir a partir del crédito bancario. Toda la producción debe operar con crédito bancario. Las entidades vinculadas a la educación y a la salud deberían ser solo las financiadas por el presupuesto.
La bancarización no debe ser impuesta por el Banco, y menos por la autoridad estatal. Debe convertirse en un proceso donde para todos los actores de la economía, y también para la población, sea beneficioso y no una traba más en el imprescindible funcionamiento estable e ininterrumpido de la economía cubana. No es la bancarización obligatoria quien puede evitar la inflación descontrolada, y menos sustituir la ausencia de una tasa de cambio oficial. Ambos negativos problemas tienen que resolverse utilizando otros instrumentos.
18/08/2024
domingo, 18 de agosto de 2024
Gracias y buen viaje, hermano
Hace dos horas falleció José Antonio Medina (Pepín el obrero), jefe de escena y fotógrafo holguinero que desde hace innumerables años nos acompaña en conciertos, a cargo siempre de la parte más dura del trabajo: la de montar y desmontar el complejo andamiaje de luces y sonido, además de facilitar los accesos, desplazamiento y salidas de escena.
En este siglo nos acompañó en un memorable concierto en un parque de Ciudad Panamá. Antes y después trabajamos juntos en cientos de presentaciones en el teatro Karl Marx, en varios recorridos por prisiones y en cada uno de nuestros muchos conciertos por los barrios.
Pepín: tus compañeros de Ojalá nos quedamos con tu ejemplo de obrero y de artista. Gracias a ti pudimos ser mejores. Gracias y buen viaje, hermano del alma.
sábado, 17 de agosto de 2024
Remedios: conciertos compartidos, con petardos y otros lujos...
Por Malva Rodríguez González
El pasado 6 de julio me embarqué en un viaje que resultaría en un compendio de recuerdos maravillosos… y un poco de dolor en la cervical. En la mañana salí rumbo a Villa Clara junto a mi abuela y unas amigas. Estamos de vacaciones y qué mejor excusa para visitar Remedios que un concierto de Raptus acompañados por Barbarita Llanes y Niurka González (mi mamá). ¿Chovinismo? Quizás; pero no podía dejar de contar una noche espléndida.
Llegamos a Remedios ya bien entrada la tarde, luego de habernos pasado todo el día recorriendo Santa Clara; cansadas pero felices.
En la noche salimos del Hotel Barcelona, caminamos tranquilamente rodeando la Iglesia de San Juan Batista —a la que tristemente no pudimos entrar “porque el cura no estaba”— y llegamos en pocos minutos a la Casa Bausa, epicentro del concierto. Esta es una de las bellezas de esa ciudad: todo queda cerca caminando.
Desde la acera ya se podían ver las butacas y sillas cuidadosamente colocadas adentro, la “sala” estaba completamente abierta. Al sentarnos y mirar para la derecha teníamos la vista del Parque José Martí y de la iglesia. Las lámparas que colgaban del techo estaban rodeadas de gorriones que revoloteaban de un lado a otro. He ido a muchos conciertos, pero, que recuerde, esta es la primera vez que me he sentado en primera fila, justo en el medio; lo cual me permitió tener una perspectiva completamente simétrica y sin distracción visual que me encantó.
La presentación de Raptus Ensemble, encabezada por su fundador Alejandro Yera Tejada (clarinete) junto a Niurys Moreno del Pozo (fagot y arreglos), Williams machado Montenegro (clarinete), Osbel Vizcaino (fliscorno), Jonattan Castillo (trombón), Axel Yera Tejada (batería), Alexei González (tambores batá) junto a Niurka González (flautista) y Bárbara Llanes (cantante) fue la tercera de cuatro que se realizaron como parte del proyecto Conciertos Compartidos. Se trata de una iniciativa de Eliot Porta, quien además de ocuparse de la organización siempre se asegura personalmente de que los músicos estén bien atendidos antes, durante y después de las presentaciones.
foto: Lilien Trujillo |
Fue él quien dio inicio al evento con unas palabras llenas de cariño y admiración hacia los intérpretes —la provincia natal de Raptus es Villa Clara, por lo que todo el desarrollo de su carrera en ascenso es celebrado y atesorado con un cariño especial en la zona—. Presentó a las solistas de la noche, haciendo particular énfasis en la labor pedagógica de las intérpretes, y es que Bárbara y Niurka no solo son grandes profesionales en sus respectivas materias, sino que siempre han contribuido a la educación de los músicos más jóvenes. Recibir clases de un músico activo a quien admiran, es siempre extremadamente enriquecedor para los estudiantes.
Alrededor de las nueve de la noche, Bárbara Llanes y el ensemble rompieron el silencio con el Motete Exsutate Jubilate, del compositor austriaco W. A. Mozart. Esta obra es originalmente para formato orquestal y cantante; en este caso la parte de la orquesta fue adaptada para Raptus. Quienes conocen el trabajo de la soprano no se sorprenderían al escuchar el derroche de técnica y expresividad que fue esta presentación. Cada parte de su cuerpo estaba en función de transmitir las intenciones de la música. Viéndola, no hace falta saber latín para comprender el júbilo que invoca la pieza.
Luego vino un bello arreglo de la obra Reencuentro, original para piano de Ernán López-Nussa, por el ensemble solo. Como pianista que soy, siempre me resulta interesante escuchar obras de nuestro repertorio habitual llevadas a otros instrumentos, ya que la diversidad de timbres que se pueden lograr en un conjunto variado permite percibir detalles en los que normalmente no nos fijaríamos. Explorar y conocer nuevas formas de interpretar, no solo por el mundo diferente que es cada músico, sino por las mismísimas posibilidades o limitaciones de su instrumento, es una experiencia necesaria.
Posteriormente se incorporó a la escena Niurka González para interpretar una versión única de la Sonata en si m BWV. 1030 de J.S. Bach, no solo por el sonido sublime de su flauta, sino por el descomunal arreglo. Desde el ajuste al formato hasta las licencias creativas y variaciones, nos hicieron deleitarnos con un I. Andante enriquecido con la sabrosura del son cubano, un II. Largo e dolce que nos transporta directamente a New Orleans y un III. Presto con influencias africanas y latinoamericanas. Niurka y Raptus nos mostraron a un Bach fresco e interesante, nutrido de nuevas influencias, pero sin perder su esencia. La flauta realizó una interpretación dotada de precisión y lirismo, indispensables para que el resultado final fuera expresión de un altísimo valor artístico.
Casualmente, el aniversario de la ciudad había tenido lugar la noche anterior. Estas celebraciones remedianas están marcadas por un tradicional espectáculo de fuegos artificiales, por lo que las calles estaban todavía llenas de sus restos, que los niños usaban como petardos. En más de una ocasión los pequeños estruendos de las explosiones —que sonaron entre piezas y durante— nos desconectaron de lo que estábamos escuchando. Recuerdo específicamente la cara de sorpresa de los músicos cuando estalló uno al principio del primer movimiento de Bach, aunque hicieron lo posible por continuar tocando como si no hubiera pasado nada. Esto me pareció verdaderamente admirable, porque el sonido de los petardos asustaba. No era el tipo de ruido ambiente al que te acostumbras al punto de casi ni notarlo; parecía que de repente disparaban un fusil en la oscuridad de la noche.
Para cerrar, Niurka se unió al ensemble en el Epílogo de Aldo López-Gavilán y, justo cuando pensábamos que ya no podía haber más sorpresas, se sumó la voz de Bárbara, quien cantó asomada por la ventana desde la acera. Los arreglos de cada una de estas obras, a cargo de Niurys Moreno del Pozo, fueron simplemente espectaculares, de una creatividad increíble y —desde mi subjetividad— un muy buen gusto. Le sabe sacar provecho al formato y hacer brillar a cada instrumento en el momento que le corresponde, siempre en función de la música. Raptus logra un acabado en sus propuestas que las dota de un sello característico, donde se destaca el buen gusto y el notorio trabajo de la música de cámara. Sin lugar a dudas se merecen todos los recientes éxitos y los que están por venir.
El último acorde se pierde en el eco de los aplausos. Barbarita da la vuelta corriendo para volver a entrar a la sala y saludar junto a sus compañeros (a pesar de la disposición de Eliot para ayudarla a trepar por la ventana). Llegan las flores seguidas de un saludo final, y así concluye la noche.
Mientras paseaba de regreso bajo la luna remediana solo podía pensar: en momentos como este, por conciertos así, me siento afortunada. No todos los días una tiene la oportunidad de caminar por las calles de esta bella e histórica ciudad y, casi por casualidad, por la inevitable atracción hacia la música, disfrutar de estos maravillosos seres compartiendo lo que hacen.
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jueves, 15 de agosto de 2024
El mundo en la mano y otras creencias
Por Rafael Hernández
Cuando yo era chiquito me hice adicto al Tesoro de la Juventud, la enciclopedia juvenil en 20 tomos que guardaba mi abuelo Benito en su librero. Aunque tenía puertas de cristal con llaves, me dejaban abrirlo a mí solo, e ir sacando los tomos uno a uno, como en una biblioteca circulante, para escudriñar con cuidado sus hojas, en busca de mis secciones favoritas. Juegos y pasatiempos; el libro de los por qué; costumbres, países y maravillas del mundo; narraciones extraordinarias; biografías de personajes ilustres; mitologías griegas, germánicas, nórdicas; avances de la ciencia.
Entre mis recuerdos indelebles está cómo hacer un globo aerostático de papel de China, perfume de pétalos de rosa, un periscopio con espejos y un tubo de cartón, un telescopio con espejuelos y lupas viejas, un botecito que se movía solo. Casi todos, menos el periscopio, fueron un fracaso. Pero aprendí muchísimo, incluyendo lo que no me salió bien. Por cuenta propia, como se diría hoy.
En aquella época remota ya había radio y televisión, cualquier cantidad de periódicos, infinidad de muñequitos (historietas, tebeos o cómics), cines de barrio donde estrenaban películas americanas, mexicanas, argentinas, y a veces, italianas y francesas (nunca aprobadas para menores). Pero leer aquellos periódicos diversos, oír radio y ver televisión cada día, ir al cine todas las semanas, devorar toneladas de muñequitos, no se consideraban estar aprendiendo, ejercitando las mentes ni fomentando cultura. Para eso estaban los libros.
No estoy por “aquel mundo feliz”, “los valores de entonces”, “mi maestra de quinto grado” y otras memorias selectivas que trillan el pasado, idealizándolo y olvidando restricciones, rigideces, prejuicios. Si los avances de la ciencia nos han traído un presente automatizado y fácil, donde la Inteligencia Artificial amaga con reemplazar el ejercicio de la otra, tampoco hay que tirar por la ventana, digamos, leer libros y revistas en pdf o epub, o escucharlos en audio; ver documentales, series y películas; consultar enciclopedias en cuestión de segundos; todo eso sin moverse de donde uno está ni pagar lo que costaban. Claro que no.
Vale la pena, sin embargo, volver sobre otras diferencias más profundas en las experiencias de aprender el mundo.
El sujeto lector del Tesoro buscaba, seleccionaba, volvía atrás, revisaba, se iba abriendo su propio camino, abría y cerraba a voluntad aquel océano de cosas que permanecían ahí, dispuestas a dejarse ver y leer. En aquellos libros estaba el mundo, fijado en imágenes y textos escogidos. Si alguien le preguntaba lo que estaba haciendo, podía explicarlo, porque sus descubrimientos seguían una ruta, un orden de afinidades y preferencias.
Digamos que dos lectores de la misma edad no estaban predeterminados a escoger los mismos países, tradiciones, héroes, aventuras, historias, mitologías, culturas. Aunque esas diferencias estaban condicionadas por cómo ellos se socializaban, en sus familias, barrios, escuelas, grupos de amigos, sus búsquedas eran activas, según rutas que ellos elegían y seguían.
En cambio, la mayoría de los espectadores de medios digitales reciben sin quererlo avalanchas de imágenes que supuestamente “dicen más que mil palabras”, con asuntos que los arrastran y distraen constantemente de lo que buscaban —si es que buscaban algo. En efecto, aunque la metáfora de “la navegación” sugiere timonear, orientarse, elegir una ruta, el navegante digital a menudo es llevado por la corriente, o está a la deriva, en un flujo constante de imágenes y acontecimientos que le narran el mundo.
Los expertos en este fenómeno enfatizan en la mecánica que lo gobierna, el “algoritmo” que asigna temas e induce visiones privilegiadas, en oposición a la masa de información disponible que está ahí esperando para ser libremente escogida. Este enfoque alerta sobre cómo los medios digitales están diseñados, y convoca a una conciencia crítica para lidiar con ellos. La pregunta de fondo, en términos prácticos, es si esa conciencia basta para modificar el patrón de fuentes y enfoques con que la mayoría, incluidos muchos intelectuales, se representan el mundo.
Quiero decir que, más allá de las mañas de los medios para colarse en nuestras mentes, el problema de base es la pasividad del sujeto, que condiciona su capacidad para reaccionar, discernir, dudar, comparar. Me dirán que esa pasividad se deriva de la hegemonía, remachada por la globalización, que hace prevalecer medios de alcance mundial, e instituciones que reproducen la cultura política del sistema capitalista y sus valores. Etcétera.
Por supuesto, diría yo; pero, ¿cómo hacemos para no quedarnos en ese momento crítico antihegemónico? ¿En qué medida es posible armar y consolidar una representación alternativa del mundo en que vivimos? Digamos, ¿cómo pensarlo con otras cabezas?
Serían preguntas en un debate que despejara ideas útiles para entender el mundo. Me limitaré a glosar un ángulo de ese debate, relacionado con la geopolítica, los intereses que la gobiernan, y su reconfiguración. Para aterrizar, usaré un par de casos de actualidad.
Acaban de pasar, o más bien están pasando las elecciones en Venezuela. A reserva de poder comprender los entresijos de la política interna, sus corrientes, manejos y forcejeos, entre los dos bandos y también dentro de cada uno, visibles e invisibles, el contexto internacional está jugando un papel inusitado, quizá mayor que en ninguna otra elección anterior en nuestro hemisferio.
¿Por qué “este fraude electoral” es más virulento que, digamos, el de México en 1988 (o 2006)? ¿Qué el de Perú, en 2000, donde las propias encuestadoras estuvieron involucradas y manipularon sus resultados ostensiblemente? ¿El de las elecciones de Haití en 2010, con arrastre de violencia y descrédito internacional? ¿El del estado de Florida en 2000; o la acusación de fraude del candidato oficialista en 2020, que desembocó en el asalto al Congreso en 2021?
Una parte del mundo se ha alineado ante el proceso venezolano según intereses muy políticos. En primer lugar, un número de Gobiernos se han adelantado a declararlas fraudulentas antes de que se cumpla el periodo establecido por la ley para el fallo —lo que constituye un acto de injerencia—, incluidos EE.UU., la UE, y algunos con imagen de centro-izquierda, como Chile.
Las dinámicas internas de cada país, y en particular el temor ante sus derechas opositoras —algunas muy poderosas— han influido en estas reacciones. En especial cuando los consensos han estado expuestos al efecto de grandes emporios informativos, como CNN, que suscitaron recelo sobre el proceso electoral desde antes que se iniciara.
La mayoría abrumadora de las visiones que circulan en los medios internacionales no han sido obra de venezolanos que residen en Venezuela, u observadores internacionales que accedieron al proceso electoral, o de expertos en votación electrónica conocedores del sistema venezolano y sus características, o de analistas políticos que no sean opositores abiertos al Gobierno.
En lo que atañe al tema de este artículo, la cuestión podría resumirse así: ¿De qué fuentes disponen los simples ciudadanos para formarse una visión crítica e informada de lo que ha estado pasando? Es decir, fuentes al margen de las declaraciones oficiales en contra o a favor, de los grupos de solidaridad y de las acciones injerencistas.
Digamos, en Cuba, ¿cómo pueden los cubanos, contrastar ese barraje antichavista que domina las redes sociales? ¿Cómo disponer de visiones analíticas y documentadas sobre el proceso, que incluyan sus déficits y discrepancias, sin “llevar agua al molino del imperialismo y sus secuaces”? Por ejemplo, de analistas como el profesor venezolano Sergio Rodríguez Gelfenstein, el argentino Claudio Katz, el español Juan Carlos Monedero, útiles para quienes buscan formarse una opinión, aunque no coincidan con todas las políticas del Gobierno venezolano, ni oculten sus fallas.
Pues en el mundo de hoy construir una interpretación alternativa creíble exige que sea crítica y se fundamente en algo más que lealtades ideológicas.
Mi segundo ejemplo se refiere al probable desenlace de las elecciones en EE.UU., desde la perspectiva de otro aliado de Cuba, la República Popular China (RPCh).
Al parecer, la preocupación por las elecciones estadounidenses no solo es nuestra, como creen algunos amigos míos, que le atribuyen a Cuba una especie de “fijación” o “dependencia” de lo que pase al Norte. Países de tamaños y pelajes políticos muy diversos parecen coincidir en esa “fijación”, sin bien de manera a veces muy diferenciada.
Digamos, los comentaristas chinos no esperan que el candidato a vicepresidente demócrata que ha enseñado cursos sobre la RPCh, residido e impartido clases en Cantón, coordinado programas de estudiantes estadounidenses a ese país, y que puede conversar en su idioma, incline la balanza a una mejor relación. No solo por la virulencia del clima de la campaña, sino porque su selección como candidato no parece indicar que sus nexos con China cuenten para nada.
Según Zha Doijong, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Beijing, la política hacia China debe “seguir su curso”, que es el mismo de Trump y de Biden; más marcado por la preocupación de las exportaciones chinas al mercado de EE.UU. y otros tópicos económicos que por ningún otro.
En otras palabras, a pesar de que Tim Walz, según Trump y los suyos, es un “agente comunista de China”, el consenso entre profesores que estudian esas relaciones en la Universidad Renmin y la Academia de Ciencias, es que no será un issue en la campaña.
El propio Zha apunta que “los conflictos en Medio Oriente y Ucrania parecen preocupaciones más inmediatas en política exterior” que las relaciones con RPCh. En esa dimensión no económica, sino geopolítica, la visión china puede ser más distinta y diferente que las de muchos.
En efecto, según Wang Xiangwei, profesor universitario en Hongkong, veterano analista internacional y exdirector de South China Morning Post, la probabilidad de “un Trump 2.0 tendría profundas ramificaciones en cómo China conduciría la visión de Xi acerca de la Reforma y apertura” (avaladas en el III Pleno del PCCh), pero también “podría operar geopolíticamente a favor de Beijing”.
Ese tópico, discutido a puerta cerrada en el III Pleno, implicaría que aunque las relaciones bilaterales bajo Trump no mejoraran, su proyección global de política exterior podría repercutir a favor de China. Entre otros puntos, por el enfriamiento del apoyo estadounidense a Taiwán en materia de seguridad nacional; las tensiones en torno a los gastos de la OTAN con la UE, que debilitarían políticamente al bloque, dándole a la RPCh oportunidad de mejorar relaciones con Europa, recuperando el espacio perdido por su postura ante el conflicto ruso-ucraniano; y finalmente, legitimar su rol de mediador, por el que parece estar transitando con la anuencia de EE.UU., sin afectar su alianza con Rusia.
Según esta visión muy de realpolitik china, a diferencia de los creyentes en encuestas y mítines que celebran el ascenso de Harris y Walz, el PCCh no solo estaría preparándose para un triunfo de Trump, sino para jugar con las piezas negras en el tablero geopolítico que emergería de esa alternativa.
Estos dos casos, ambos aliados de Cuba, nos recuerdan que el mundo no se reduce a un vecindario; ni las relaciones entre Estados responden a las que rigen entre las personas. En el vecindario tenemos amigos, conocidos, extraños o recién llegados, confiables y decentes, o lo contrario. El mundo real, en cambio, abarca un abanico diferenciado de aliados, socios, interlocutores, y también, naturalmente, enemigos y amigos. Y los intereses, no solo los valores, juegan un papel clave en la conducta de países grandes y chiquitos.
Leer ese mundo como un gran teatro, por donde desfilan ideologías y personajes, jugando a que lo tuviéramos en la mano y pudiéramos predecirlo, es un ejercicio fútil y pretencioso.
Indagarlo con la mente abierta para descubrir cosas y visiones distintas, como en aquellos libros inacabables de antaño, sigue siendo el camino hacia su dinámica incesante, más allá de nosotros y nuestras creencias. Y para aprender a navegar en ella.
https://oncubanews.com/opinion/columnas/con-todas-sus-letras/venezuela-china-cultura-politica/