Compañeros y amigos:
¿Queremos que la tasa de El Toque desaparezca y se le pueda declarar ilegal?
Solución:
Que el Banco Central establezca una tasa oficial y que la respalde. Es la única forma, no solo de que desaparezca, también de que pueda declararse ilegal.
La única forma de regular legalmente el mercado de divisas es estableciendo por el Banco Central una tasa oficial cada día.
El Toque ha organizado un negocio millonario ilegal en divisas, porque el Banco Central y la Dirección de la economía no han sido capaces de hacerlo, a pesar de que se lleva años advirtiéndoles.
En una economia como la cubana hay pocas cosas más importantes que establecer una tasa oficial de cambio, respaldarla y publicarla todos los días.
Hagamos en esto, y en otras cosas de la economía, lo que hay que hacer; démosle la prioridad requerida y podremos avanzar más rápido de lo que algunos piensan en la solución de los problemas de la economía.
El enemigo se aprovecha de nuestros errores, y debemos aprender a no cometerlos.
Saludos,
Joaquin Benavides Rodríguez
8 comentarios:
De René RR:
Leo a Benavides y para mi se hace evidente que algunos en el gobierno no quieren hacer lo que hay que hacer en la economia del pais; ya eso para mi es mas que evidente. R3
Trump en pos de la verdad
Por David Torres
La posverdad, uno de los grandes inventos semánticos de nuestro tiempo, no es más que la paparrucha de toda la vida aderezada con un componente afectivo que retuerce la realidad a gusto del poder. Con Trump la posverdad ha alcanzado la categoría de "hecho alternativo", un concepto que le permite decir, por ejemplo, que a su primera investidura presidencial asistió más gente que a la de Obama, cuando los vídeos, las fotos y los testigos demuestran exactamente lo contrario. Uno cree lo que le da la gana, ya sea la ineficacia de las vacunas, la patraña del calentamiento global, la planicie del globo terráqueo, la maldad esencial de los inmigrantes o la sinceridad de Trump, aunque su fe tenga muy poco que ver con la medicina, la investigación científica, los datos estadísticos o la simple aritmética. Lo de "dato mata relato" funciona más bien al revés, entre otras cosas porque la mentira suele ser más atractiva que la verdad y porque para creer no se necesitan estudios.
Como tantos otros artilugios inútiles, pareciera que la posverdad es una novedad made in USA, pero lo cierto es que los historiadores están acostumbrados a bregar con ficciones, mitos y sambenitos que a estas alturas resulta imposible arrancar del inconsciente colectivo: del incendio de Roma mientras Nerón tocaba la lira a las cifras de víctimas completamente falseadas del estalinismo o de la Inquisición Española. Hablando de España, en tiempos recientes no hemos tenido otro remedio que tragarnos varias posverdades más gordas que una noria, como que el rey Juan Carlos trajo la democracia bajo el brazo o que el PSOE es un partido de izquierdas. Poco antes de Trump, la posverdad marchó a tope durante el brexit gracias a una campaña de desinformación y propaganda llena de datos fraudulentos que los británicos aceptaron como ciertos. En El hombre que mató a Liberty Valance, una de las obras maestras de John Ford, un periodista tiraba al fuego el testimonio del senador Ransom Stoddard con una frase terrible y bellísima: "Cuando la leyenda se convierte en verdad, se imprime la leyenda".
Aunque no tiene nada que ver con el senador Ransom Stoddard (menos aun con James Stewart), Trump ha construido su exitosa carrera política a base de leyendas, hipérboles y mixtificaciones de todo tipo, arremetiendo como un elefante en celo contra cualquiera que las pusiera en duda, en especial periodistas. Los periodistas están ahí para hacerle un monumento a Trump, no para escarbar en el pedestal del monumento y descubrir la mierda que hay debajo. Tirar para adelante es su consigna vital y golpear con lo primero que tenga a mano, como aquel matón de mi barrio que en mitad de una pelea nunca miraba si llevaba encima un ladrillo o una navaja.
Intentar discutir con gente así es como arar en el mar, porque una discusión para ellos sólo es una excusa para el berrinche, la amenaza, la querella o las hostias. Ya no se trata de alcanzar la verdad mediante el examen de los distintos puntos de vista -como pretenden los científicos, los filósofos, incluso los políticos veraces y los poetas ingenuos-, sino de estrujar los distintos puntos de vista en el eslogan de un ramillete y metérselo por el culo al disidente. Aquello de "venceréis, pero no convenceréis", que le dijo Unamuno a Millán-Astray en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, a Trump le hubiera hecho reír a carcajadas. Con vencer le basta y le sobra.
Trump en pos ... (2 y fin)
Por eso no deja de ser cómico (con esa comicidad escalofriante propia de los déspotas engorilados), que Trump haya amenazado a la BBC con una demanda millonaria ante la evidencia de que la cadena hizo un montaje adulterado del discurso que pronunció poco antes del vergonzoso asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. Trump puede descoyuntar la verdad a su capricho, pero no va a tolerar que sus críticos hagan lo mismo. La posverdad va de arriba abajo, pero no viceversa, con lo que los periodistas quedan con las manos atadas: ya sólo pueden aplaudir, como los cortesanos de Calígula. Es toda una lección de estos tiempos que corren y en España estamos viendo una maqueta a escala con el escandaloso juicio al fiscal general del Estado: una mentira publicada en unos cuantos periódicos desemboca en un proceso en el Tribunal Supremo. Cuando la leyenda se convierte en verdad, se imprime la leyenda.
https://www.publico.es/opinion/columnas/trump-pos-verdad.html
De Fidel Vascós:
La tasa de cambio única y flotante del dólar es el precio del dólar medido en CUP y se forma como el precio de cualquier producto en base a la relación oferta- demanda. En mi opinión no hay condiciones en la economía cubana hoy para poner a flotar la tasa única del dólar. Las dificultades para ello, son las siguientes:
- los bancos no tienen suficientes dólares para vendérselos libremente en CUP a quienes acudan a comprarlos;
- el BCC ha declarado que tampoco tiene suficientes CUP y son muy caros imprimirlos;
- si se pone esa tasa flotante sería muy superior a 24x1y el CUP sufriría una brutal devaluacion que dispararía la inflación;
- se afectaría gravemente la capacidad de compra de la población, sobre todo los millones de personas vulnerables;
- para evitar esto último habría que incrementar salarios y jubilaciones a la misma tasa de la tasa de cambio del dólar;
- la respuesta productiva y de exportación de las empresas no sería inmediata debido al obsoleto sistema de planificación centralizada de asignación de recursos vigente;
- habría graves consecuencias políticas y sociales en la población.
La única forma que yo veo para iniciar un proceso que en el mediano plazo conduzca a tener una tasa única flotante del dólar es mediante un Programa integral y aplicado paulatinamente y por etapas que abandone la planificación centralizada de asignación de recursos; establezca el mercado como regulador de la economía; libere a las empresas de las trabas que limitan su libertad de gestión para producir, exportar e importar; se facilite la creación de nuevas cooperativas y empresas no estatales; se transformen las empresas estatales y se conviertan en empresas públicas con emisión de acciones donde los trabajadores decidan de manera vinculante el plan de negocios de la empresa, su ejecución y control y elijan a los principales dirigentes empresariales. Comprendo que es muy complejo este Programa pero mientras más lo demore el gobierno en diseñarlo y aplicarlo, peores serán las condiciones para hacerlo.
El gobierno no puede reprimir penalmente el mercado cambiario informal declarándolo ilegal. La solución del mercado cambiario es económica y no penal.
Fidel Vascós
LA GRAN APUESTA ROJA DE MAMDANI
Por Slavoj Zizek
Los movimientos de emancipación en todo el mundo se alegraron, y con razón, por la elección de Zohran Mamdani como alcalde de Nueva York. Está claro que la actual derecha populista no monopoliza la capacidad de movilizar multitudes y atraer a votantes nuevos o desilusionados. Los socialistas democráticos también pueden hacerlo.
Pero como bien sabe Mamdani, su victoria será recibida con intentos de sabotaje económico y financiero. El aparato político estadounidense (el “Estado profundo” republicano o demócrata) tiene un interés básico en que su gobierno resulte un fiasco. Incluso el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llamó a los neoyorquinos a votar por el principal contendiente de Mamdani, el exgobernador demócrata de Nueva York, Andrew Cuomo. Con Mamdani en el poder, el populismo trumpista y la ortodoxia demócrata comenzarán de pronto a hablar el mismo idioma. Harán todo lo posible para que Mamdani parezca un fracaso, lo que, en el caso de Trump, puede incluso implicar otra declaración de “emergencia” para justificar el envío de la Guardia Nacional.
De modo que, para la izquierda, no es solo un momento para actuar, sino también para pensar en el contexto más amplio. Estados Unidos está pasando de ser un sistema político bipartidista a otro con republicanos ortodoxos, demócratas ortodoxos, populistas de derecha alternativa y socialistas democráticos. Comienzan a verse los gérmenes de nuevas coaliciones trazadas por encima de las viejas líneas partidarias. Ya en 2020, Joe Biden insinuó la posibilidad de nominar a una figura republicana moderada para la vicepresidencia, mientras que Steve Bannon, exjefe de Estrategia de Trump, instó a los partidarios de Bernie Sanders, senador independiente por Vermont y socialista democrático, a votar por Trump cuando Biden obtuvo la candidatura del Partido Demócrata.
La gran diferencia es que al populismo de Trump no le costó obtener la hegemonía sobre el aparato republicano (prueba evidente, si se necesitaba alguna, de que el interés de Trump por los trabajadores de a pie era mentira), pero la división dentro del Partido Demócrata es cada vez más profunda. De hecho, hoy la única batalla política real en Estados Unidos es entre el establishment demócrata y el ala de Sanders. Como dijo la periodista Emma Brockes en The Guardian: “El mayor peligro para Mamdani no es Donald Trump, sino la vieja guardia demócrata”.
Estamos ante dos antagonismos (“contradicciones”): uno entre Trump y el establishment liberal y otro entre el ala de Sanders dentro del Partido Demócrata y el resto de las fuerzas políticas. Los procesos para juzgar políticamente a Trump mediante impeachments durante su primer mandato fueron intentos desesperados del poder establecido por recuperar el liderazgo moral y la credibilidad; pero todo terminó siendo un ejercicio cómico de hipocresía, ya que también las deficiencias de la clase dominante quedaron al descubierto. La obscenidad declarada de Trump no hizo más que poner de manifiesto lo que ya existía.
Los seguidores de Sanders lo ven claro. Saben que ya no hay vuelta atrás y que es necesaria una reinvención radical de la vida política estadounidense. Mamdani ha ganado porque ha hecho por la izquierda lo que Trump hizo por la derecha. Expresó con claridad su postura radical, sin preocuparse por perder a los centristas.
Pero las cuatro fuerzas que existen en este momento en la política estadounidense no están en el mismo nivel. Los dos partidos moribundos (la vieja ortodoxia republicana y los demócratas) están atrapados por la inercia y carecen de una visión seria para el país. En cambio, los populistas seguidores de Trump y los socialistas democráticos representan movimientos políticos reales. En este contexto, las únicas elecciones significativas serían entre Trump y un candidato de los socialistas democráticos.
La gran apuesta ... (2 y fin)
¿Deberían entonces los socialistas democráticos separarse oficialmente del Partido Demócrata? Yo les aconsejaría un pragmatismo con principios: apuntar a los objetivos centrales de los que depende su supervivencia y luego admitir todo aquello que se muestre prometedor para promoverlos. Esto implica abrazar la democracia electoral cuando la democracia electoral funciona, pero también la movilización popular, o incluso métodos más radicales cuando las circunstancias lo exijan.
Para explicar lo que quiero decir veamos un ejemplo reciente. En julio, tras su drástica ruptura con Trump, Elon Musk anunció que iba a lanzar un nuevo partido, America Party. Musk, que no nació en Estados Unidos y por tanto no puede ser candidato a la Presidencia, intentó superar a Trump anteponiendo el tecnofeudalismo al populismo. Pero al final el proyecto no prosperó.
En cambio, el nuevo partido de izquierda de Zarah Sultana y Jeremy Corbyn en el Reino Unido sí resulta prometedor, y algunas encuestas muestran que alrededor de un tercio de los jóvenes y de los votantes laboristas están dispuestos a transferirle sus lealtades. Subsiste, sin embargo, la incertidumbre, y, como corresponde a un partido de izquierdas, los dos líderes terminaron de inmediato trenzados en una disputa pública.
De modo que una elección significativa en el Reino Unido sería entre el movimiento ultraderechista Reform UK de Nigel Farage y la nueva izquierda, con un Partido Laborista inerte que se uniría a los excéntricamente moribundos conservadores en los márgenes. Es verdad que en una confrontación tan directa, se puede predecir sin temor a equivocarse que ganaría Farage, así como Boris Johnson se impuso a Corbyn en 2019. Pero Corbyn logró adueñarse por algún tiempo del control del laborismo, y todo el establishment tembló.
En última instancia, a la hora de decidir la mejor estrategia no hay respuestas basadas en principios. Unas veces hay que tratar de capturar un gran partido dominante; otras veces se necesita una división. Creo que Mamdani hizo bien en quedarse por ahora dentro del Partido Demócrata, ya que eso le permitió movilizar la base popular del partido contra el poder establecido. Si hubiera intentado enfrentarse solo a las otras tres fuerzas políticas, habría perdido.
Tras su victoria, Mamdani debe lanzarse de forma decidida a tomar el control del Partido Demócrata del Estado de Nueva York. Al mismo tiempo, debe forjar una red de vínculos con los socialistas democráticos del resto del país y (siguiendo el consejo de Sanders) interpelar con sutileza a los trabajadores y agricultores de bajos ingresos que votaron a Trump y están decepcionados con él. El futuro del proyecto que encarna Mamdani está en quitarle a Trump votantes decepcionados, no ganar el centro inerte. Solo un izquierdista radical puede ganarse a los trumpistas de clase trabajadora, un electorado cuya desconfianza hacia el establishment todavía está totalmente justificada.
https://elpais.com/ideas/2025-11-16/la-gran-apuesta-roja-de-mamdani.html
De Julio Carranza:
Así es Joaquín, en economía no hay magia y si dejas un espacio vacío alguien lo ocupa. Una tasa oficial y respaldarla!!, si la estableces y no la respaldas es igual que si nada o peor. El abordaje ha de ser integral
Un fuerte abrazo!!
July
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De acuerdo Vascos, pero lo menos importante de lo que expresa Joaquín es lo de la ilegalidad, lo esencial, como el dice, es establecer un mercado cambiario oficial, regularlo y respaldarlo, si eso se hace bien, el mercado ilegal pasaría a ser marginal.
Un abrazo
July
De Fidel Vascós:
Por la intensidad de las noticias periodísticas de los últimos días parece que el gobierno implantará de inmediato un tasa de cambio oficial, única y flotante del dólar con el CUP para toda la economía cubana. Al respecto hay que tener en cuenta que hoy hay varias tasas de cambio. La más importante para el aumento de la producción y las exportaciones es la que se aplica para las empresas estatales de 24 CUP X 1 USD, o sea, si la empresa exporta 1 USD en su contabilidad se anotan 24 CUP de exportaciones y el USD pasa a la cuenta centralizada del Estado. Cuando la empresa necesita importar materia prima por valor de 1 USD tiene que pedírselo al Estado y comprarlo con 24 CUP o algo más. Esta es la tasa que si se modifica devaluando el CUP, por ejemplo, 300 CUP X 1 USD, disparará la inflación en esa misma proporción si no se introducen subsidios del Presupuesto. Para tomar esta decisión habría en paralelo que elaborar un Programa integral que incluya, entre otras medidas, elevar los salarios estatales y las jubilaciones en la misma proporción que la tasa de cambio para no afectar a la población. Si esta tasa no se modifica y el gobierno sólo implanta una tasa oficial y única para el mercado minorista informal significaría declarar oficialmente otra tasa en este mercado como ilegal sujeta a persecución penal lo que estaría dirigido a obstaculizar la circulación monetaria hoy informal con la consecuencia de una posible reducción de la oferta minorista en ese mercado. Así las cosas, parece que en pocos días sabremos cuál será la decisión del gobierno.
Fidel Vascós
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