Entró pidiendo permiso
para aliviarse del frío
y se acomodó en mi pecho
cual pichoncito en su nido.
Andando el tiempo se fue
acostumbrando a mi abrigo
y al cabo ha ocurrido que
se ha acuartelado conmigo.
Anduvimos por el mundo
cada cual su signo al viento
y un Cupido vagabundo
flechó de blanco un momento.
Cosidos con hilo fino
a una misma estrella, alados,
inventamos un destino
para dos enamorados.
Entró pidiendo permiso
humildemente, y el frío,
vencido por cuánto beso,
huyó del corazón mío.
Vicente Feliú Miranda
Alamar, Zona 1. Marzo de 1994.
2 comentarios:
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