Por Laidi Fernández de Juan
Uno de los dichos populares que nos acompaña dice “Hay que estar aquí y no en la cola del pan”. Sin embargo, la realidad que vivimos obliga a estar no solo aquí, sino también en la cola del pan. Quien vive y/o trabaja en condiciones diferentes a la inmensa mayoría del pueblo, independientemente de su buena voluntad, pierde contacto con la realidad. Perder contacto con la realidad significa no saber con exactitud el nivel astronómico de los precios de todos los productos y servicios; la brutal carencia de medicamentos en la farmacia, incluyendo aquellos normados por tarjetones; el maltrato al cual somos sometidos cuando hay que realizar algún trámite burocrático; la agónica situación del sistema eléctrico nacional, cuyos cortes de luz no siempre son informados a tiempo, y en esto último quiero detenerme. Conozco el canal de telegram que comunica las afectaciones diarias, pero ni en este sitio la información es tan veraz como se cree. Creer que esto funciona sin problemas es otra forma de estar desconectado de la realidad. Amistades y familiares que no viven en La Habana, sufren muchísimo más que los habaneros. Basta con revisar Facebook, o recibir llamadas y mensajes de queridos colegas, para saber los agrios comentarios de quienes padecen doce, catorce y más horas sin electricidad, y que tampoco disponen de vías que les comuniquen oportunamente la duración de sus apagones. No saber con antelación el momento en que ocurrirá un apagón, y también esos fugaces instantes de elevación y descenso del voltaje eléctrico, más allá de las comprensibles molestias que acarrea el terrible calor que padecemos, significa el gran riesgo de la rotura de equipos electrodomésticos que no solo fueron adquiridos con gran sacrificio, sino cuyos arreglos constituyen un gasto tan descomunal, que muchas veces resulta imposible asumir. No poder asumir un gasto significa que ni salarios ni pensiones son suficientes en esta realidad que vivimos, la cual, como sabemos, debe su crudeza en gran medida al férreo bloqueo impuesto desde hace más de sesenta años. Vivir bloqueados significa buscar, encontrar y sostener mecanismos alternativos que garanticen una existencia digna, aunque el costo sea muy superior al regulado en otros países, y las vías para tales propósitos resulten poco ortodoxas, y no siempre comprendidas. No comprender las nuevas formas de mercado constituye otra manera de estar desconectado de la realidad. No aceptar que no existe otra alternativa, al menos por ahora, que permita la adquisición de alimentos es, simplemente, no entender los enrevesados caminos que hay que sortear en aras de que existan disponibles productos de variada naturaleza, aunque no sea suficiente el poder adquisitivo de una gran mayoría, en la cual nos incluimos los artistas. “La cultura es lo primero que hay que salvar”, dijo Fidel en circunstancias difíciles, y esta realidad que vivimos obliga a estar conectados a ella no solo salvando las manifestaciones artísticas, sino también salvando cultura de la solidaridad, estimulando la empatía, rescatando nuestra ancestral bondad hacia el prójimo. Salvar la solidaridad significa rechazar el egoísmo, comprender al colega que sufre, ayudar al más necesitado, porque, hablando en plata, solo asi seremos capaces de librarnos de la barbarie del despiadado sálvese quien pueda que nos acecha, a la vuelta de la esquina. Sí, definitivamente para saber cómo vivimos hoy, hay que estar en la cola del pan.
Mayo, 2024.
7 comentarios:
Curiosa teoría económica recientemente anunciada en Estados Unidos
El economista se llama Mark Faber y es analista de inversiones y neuroventas además de empresario inmobilario.
Cuando el Gobierno estudiaba lanzar un proyecto de ayuda a la economía americana, Mark Faber escribió en su boletín mensual un comentario con mucho humor:
«El Gobierno Federal está estudiando la posibilidad de conceder a cada uno de nosotros una suma de $600 USD. Si gastamos ese dinero en Walmart, ese dinero va para China. Si gastamos el dinero en gasolina, va para los árabes. Si compramos un ordenador, el dinero va para la India. Si compramos frutas, irá para México, Honduras o Guatemala. Si compramos un buen coche, el dinero irá para Alemania o Japón. Si compramos tonterías, se va para Taiwan, y ningún centavo de ese dinero ayudará a la economía americana. El único medio de mantener ese dinero en USA es gastándolo en putas o cerveza, considerando que son los únicos bienes todavía producidos aquí. Lo que es yo, como buen patriota, estoy haciendo mi parte…»
Respuesta de un economista español, igualmente de buen humor:
«Estimado Mark: Realmente, la situación de los norteamericanos es cada vez peor y lamento informarle que la Budweiser fue recientemente comprada por la brasilera AmBev. Por tanto, le quedan solamente las putas. Ahora, si las putas deciden mandar su dinero a sus hijos, le advierto que esos dólares irán prácticamente en su totalidad al Gobierno y Congreso Nacional de Chile donde está la mayor concentración de hijos de puta del mundo gracias a la irresponsabilidad política de sus ciudadanos.”
https://www.elclarin.cl/2021/01/07/curiosa-teoria-economica-recientemente-anunciada-en-estados-unidos/
Miley… (2 y fin)
Milei ha aterrizado esta mañana en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) a bordo del avión presidencial; un Boeing 757 del Estado argentino. Aunque el viaje se ha presentado como una visita presidencial; en realidad, la agenda de Milei durante sus casi tres días en Madrid está casi vacía.
El presidente argentino no ha pedido reunirse con el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, lo que constituye un gesto insólito en un mandatario latinoamericano que pisa por primera vez España tras tomar posesión del cargo y evidencia las malas relaciones entre los dos ejecutivos. El presidente español no felicitó a Milei tras su victoria electoral y los dos gobiernos tuvieron a principios de mayo su primer incidente diplomático después de que el ministro de Transportes, Oscar Puente, insinuara que el nuevo mandatario argentino consume estupefacientes, a lo que la Casa Rosada contestó con un durísimo comunicado descalificatorio contra Sánchez.
Milei tampoco ha pedido audiencia con el Rey, a pesar que Felipe VI acudió a su toma de posesión, el pasado 10 de diciembre en Buenos Aires. Además de la presentación del libro, la agenda de Milei en Madrid se limitaba inicialmente a un entrevista, el sábado por la tarde, con el líder de Vox, Santiago Abascal, y a su participación en el mitin del partido ultra, el domingo en la plaza madrileña de Vistalegre. Para justificar el carácter oficial de la visita, a cargo del erario público, el nuevo embajador de Argentina en Madrid, Roberto Bosch, le organizó a última hora una reunión este sábado por la mañana en su residencia con directivos de empresas españolas con intereses en su país.
https://elpais.com/espana/2024-05-17/milei-vende-en-madrid-sus-recetas-ultraliberales-la-justicia-social-es-aberrante.html
De RenéRR:
Muy buena entrada la de Laidi Fernandez de Juan; yo agregaria que si pones la TV es como si aqui no existiera la "cola del pan". Felicidades por el disco. R3.
Muy recomendable:
Juan Triana Cordoví: Pensiones vs. tasa de cambio en Cuba: la urgencia de parar la inflación
En Cuba viven hoy alrededor de 800 mil personas que reciben como ingreso no más de 1500 pesos al mes. Llevado a dólares estadounidenses considerando cualquiera de las tres tasas que se usan hoy en nuestro país, y dividiendo por los 30 días de un mes, nos daría respectivamente los siguientes valores:
A la tasa de 25 cup por dólar: 2 usd/día.
A la tasa de 120 cup por dólar: 0,41 usd/día.
A la tasa de 395 cup por dólar: 0,12 usd/día.
Suponiendo una población estable en el país de 10 millones de habitantes, esas 800 mil personas equivalen al 8 % de la población.
La Organización de las Naciones Unidas estima que la línea de pobreza extrema se encuentra en 2,15 usd/día en términos de paridad del poder adquisitivo (PPA). Los resultados mostrados en los incisos a, b, c no están considerados en términos de PPA, por lo que debe tenerse en cuenta que existen diferencias. No obstante, es posible pensar que esas 800 mil personas están muy cerca o por debajo del límite considerado por Naciones Unidas.
No es para regodearme en “lo mal que estamos” que acudo a estas cifras. Lo he hecho solo para ilustrar cuán urgente es poner freno a la inflación, a su dinámica en espiral, que prácticamente se ha convertido en un galope desenfrenado.
Esa dinámica desbocada afecta a todos, es verdad; pero fundamentalmente a quienes tienen menores ingresos, a los jubilados, pensionados y a una buena parte de los asalariados.
La inflación y su dinámica se han convertido, además, en el enemigo número uno de la estabilidad de los negocios; de todos: de los estatales, de los privados y de los que mantienen en Cuba inversionistas extranjeros; porque genera incertidumbre en el futuro, con la consiguiente pérdida de confianza y retraimientos del comercio y la inversión.
Aunque la corriente más ortodoxa en economía sostenga que la inflación es un fenómeno estrictamente monetario, parecen existir otras razones que explican al menos parte de el fenómeno.
En el caso de la economía cubana actual, muchos economistas han señalado entre sus causas no solo asuntos estrictamente monetarios, como pueden ser el incremento de la cantidad de dinero en circulación, una descontrolada emisión monetaria, etc. Mencionan, además, razones asociadas a la economía real que señalan causas estructurales del fenómeno, desde aquellas relacionadas con la debilidad de la oferta y la producción nacional, hasta las que tienen que ver con las expectativas de los operadores “informales”, alimentadas estas tanto por la incertidumbre en el futuro como por la posibilidad de lograr “pingües ganancias” aprovechando la oportunidad que ese mercado desestructurado les ofrece.
Hoy los tres grandes agentes de la economía —las familias, las empresas y el Estado— se encuentran atrapados y entrampados en ese fenómeno que es la inflación.
Sin duda la responsabilidad principal recae sobre esa misma autoridad monetaria que ha preferido —o no ha tenido más remedio que— dejar el mercado monetario en manos de esos operadores informales, y ha facilitado que las señales sobre la tasa de cambio sean emitidas en base a “intenciones de compra y venta” y no de operaciones reales.
Y esa tasa de cambio, la de El Toque, sin ser la causa de la inflación, sí la alimenta día a día porque mueve las expectativas de compradores y vendedores hacia arriba, lo cual es un comportamiento “racional” dentro de la irracionalidad y la oligopolización del mercado cambiario cubano.
Pensiones vs. tasa... (2)
Lo que ocurre hoy me recuerda lo que pasó en 2001 cuando el atentado a las Torres Gemelas. Luego del ataque, los operadores informales comenzaron a “vocear” una tasa de cambio muy diferente a la que CADECA sostenía. Lo hicieron así por dos o tres días; sin embargo, no pudieron mover el precio del dólar, entre otras razones porque CADECA aguantó el envite y ello evitó la apreciación del dólar estadounidense. Es cierto que hoy la situación es muy distinta y CADECA apenas si respira, mientras que los bancos ya colapsaron.
Pero volvamos a esa tasa que rige el mercado cambiario informal cubano. Supongamos que la tasa deje de ser publicada a partir de mañana; es muy probable que oferentes y demandantes vuelvan a utilizar algún sitio como Revolico, tal cual se hacía antes de la tasa que se anuncia en El Toque.
Puede que no sea más “democrática” la forma en que se fija el valor de la tasa, pero la concurrencia conduciría a una tasa que generaría un entorno en el cual algunas de esas operaciones se realizarían, aun cuando quizá no sea el valor de la mediana de la serie de valores de las múltiples intenciones de compra-venta.
Entonces, como en la época pre-Toque, quien quiera conocer la tasa se preguntará: ¿A cuánto está el dólar en Revolico? Tampoco en este caso habría modo de saber si esas operaciones se efectúan o no, pero existiría un valor referencial “surgido” de ese mercado. ¡La tasa de Revolico!
Habría que decir que en ese caso el problema no estaría en Revolico, sino en la existencia de un vacío regulatorio, en la ausencia de un régimen cambiario adecuado y de un mercado cambiario confiable; en la inexistencia de instrumentos adecuados de intervención en el mercado monetario, en la incapacidad para encontrar “anclas” que frenen la dinámica inflacionaria; en la inconsistencia de la política económica que pretende controlar la inflación sin recortar gastos presupuestarios.
Sucede más bien todo lo contrario: la política económica eleva los aranceles a la importación por afanes recaudatorios e impone un impuestos del 10 % a las importaciones por el mismo propósito con efectos negativos sobre la oferta de bienes y sobre los precios finales de esos bienes, que mantiene en la limbósfera procedimental por más de dos años el derecho de las pymes a recibir inversión extranjera directa.
Es una política económica que no ha logrado enhebrar en los últimos ocho años una política de desarrollo productivo del país y le niega a las pymes la posibilidad de usufructuar tierras para la producción agropecuaria; que ha vuelto a endeudarse después de haber logrado una renegociación exitosa de la deuda externa en 2015; que ha mantenido, contra la evidencia y las necesidades, tasas de inversión de menos del 4 % en la agricultura, de menos del 1 % en la pesca y de menos del 2 % en la industria de la caña de azúcar por más de seis años y se toma todo el tiempo del universo para hacer la reforma de la empresa estatal que reconoce como imprescindible.
¿Se puede pretender en esas condiciones no vivir una situación de inflación galopante y estancamiento económico? ¿Hay mejor caldo de cultivo para que prosperen esas tasas del mercado informal?
Pensiones vs. tasa... (3 y fin)
Es obvio, además, que no hay razones objetivas ni señales en la economía real para que los que participan en ese mercado cambien sus expectativas al alza de la tasa de cambio. Esto no es un detalle menor en las condiciones del “mercado cambiario cubano”. Y esas expectativas son alimentadas por la tendencia sostenida al alza de la tasa de cambio, sirven de señal tanto a oferentes como a demandantes de dólares y se ha convertido en “formadora de precios” de los bienes finales.
Parece que nuestra práctica estuviera de forma permanente en la antípoda de la Ley de Ockhan, aquella que reza que, en igualdad de condiciones, la solución más sencilla suele ser, también, la más probable. No estaría de más, de vez en vez, recurrir a la navaja de Ockhan para intentar salir de estas situaciones tan complejas.
Pero mientras nos ponemos de acuerdo acerca de la validez de las tasas y de sus métodos de estimación, mientras discutimos si es políticamente adecuado abrir más espacio al sector no estatal, mientras llenamos el estómago de nuestras computadoras con nuevas metodologías y retahílas de distorsiones y medidas, aquellos 800 mil seres humanos que mencionamos al principio ven empeorar su situación, día tras día, sin una respuesta adecuada a su problema esencial.
Salim Lamrani: Gaza, la bancarrota moral de Occidente
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