Hago un paréntesis en la preparación de mis clases para hoy, primero de mayo, reflexionar sobre los derechos ciudadanos en Cuba. El día internacional de los trabajadores conmemora las protestas contra el poder capitalista, que en 1886, costó la vida a decenas de obreros, por las cuales hoy millones de trabajadores disfrutan de jornadas de 8 horas diarias de trabajo y dio pie a otras muchas reivindicaciones sindicales y logros sociales.
Yo, como trabajador de la educación, además de agradecer a todos aquellos que desde siglos atrás lucharon por los derechos que hoy nos parecen algo común y consustancial a nuestras vidas, también quisiera resaltar la necesidad de alcanzar otros derechos que nos acercarían a tener un mejor país independientemente de las agresiones externas.
Parte de esos derechos es que las voces del pueblo, además de ser escuchadas, también sean canalizadas a través de mecanismos alternativos para que todo aquel que no esté de acuerdo con las políticas gubernamentales las pueda expresar sin temor y pueda encontrar formas legales, sin ayudas o influencias de gobiernos e instituciones extranjeras, para organizarse y proponer soluciones a los problemas que enfrentamos, ya que, por las vías electorales, no podemos ejercer ese derecho.
Cuando esos mecanismos para encausar problemas, aspiraciones y reivindicaciones no existen, o son ineficaces o ficticios, cuando el poder traza líneas rojas que dejan un margen muy estrecho de acción, cuando las supuestas reuniones, encuentros, eventos y debates entre el gobierno, sus instituciones y la ciudadanía son cuidadosamente diseñados para que el guion no tenga sorpresas incómodas, entonces se alimenta el camino para la ilegalidad, el mercenarismo, la intervención extranjera en asuntos internos y sobre todo para una división profunda de la sociedad.
Las agresiones y bloqueo estadounidense por décadas han obligado a establecer un estado de cuasi guerra permanente que han radicalizado las políticas y limitado las libertades ciudadanas. Esto pudiera ser entendible, sobre todo en los inicios de la Revolución cuando faltaba un mayor fortalecimiento de las instituciones y estrategias para resistir esas agresiones.
Pero la extensión por décadas de esas respuestas radicales a las amenazas latentes, programas de subversión y ataques reales de todo tipo por parte de los Estados Unidos, han tenido un impacto negativo todavía mayor para el desarrollo mismo de la sociedad cubana. Con el argumento de defenderse del enemigo se ha renunciado a principios básicos por los cuales se hizo la Revolución y se le ha entregado el poder de decisión al enemigo para el avance de políticas revolucionarias y democráticas dentro de nuestro país.
Es un círculo vicioso que usan los que desean la destrucción del sistema socio-político cubano, primero, financiar acciones que en sus países no serían toleradas si tuvieran el mismo objetivo, y después acusar al gobierno cubano de no respetar los derechos humanos. Pero más absurdo y contraproducente es cuando, para defenderse del enemigo y por la acción de algún individuo o grupo pequeño pagado desde el exterior, el gobierno cubano acciona de la misma forma que el enemigo quiere para seguidamente acusarlo de ser una dictadura, mantener las razones para no quitar el bloqueo y amplificar su campaña de desprestigio internacional que a su vez daña todo el movimiento progresista internacional.
¿No es suficientemente fuerte el sistema político cubano para, sin tolerar acciones hostiles ni perder la dignidad como país, actuar bajo las leyes constitucionales y los principios de defender la dignidad de cada persona al enfrentar acciones desestabilizadoras? ¿No sería la aceptación de la no homogeneidad y de la existencia de diferencias una forma de lidiar y a la vez ser resilientes ante posibles agresiones de ese tipo? Si la gran mayoría del pueblo está con la Revolución, si los medios de difusión masiva están en manos del poder, si la verdad de la Revolución es más grande que cualquier campaña difamatoria, ¿por qué tener que neutralizar y usar la fuerza cuando un joven estudiante o cualquier ciudadano sale con un cartel a la calle? ¿Por qué aplicar prisión domiciliaria sin el debido proceso judicial a varios ciudadanos?
Es cierto que la situación es extremadamente crítica entre el impacto del bloqueo estadounidense, las ineptitudes internas y la pandemia. Es cierto que cualquier gobierno estuviera en una situación vulnerable si además está siendo atacado constantemente. Y es por esto por lo que no son momentos propicios para crear escándalos, provocaciones y de seguir guiones de gobiernos que en realidad no quieren lo mejor para Cuba y su pueblo. Pero aquí el asunto no es ponerse del lado o no de los supuestos mercenarios, o desestabilizadores o provocadores pro-imperialistas. El asunto principal es velar por los principios, la legitimidad y la legalidad en el accionar propio del estado. Porque un accionar equivocado y fuera de la ley por parte de las fuerzas policiales, tiene peores consecuencias y genera más daño a nuestro país que las propias provocaciones de un ciudadano, o un grupo de jóvenes.
Esa unidad que se nos incita a mostrar, que se quiere hacer ver para mostrar la fortaleza de un sistema y de la Revolución es una imagen construida y poco realista. Primero, porque en cualquier grupo humano existe la diversidad de criterios y segundo porque es imposible que exista unidad hacia un proyecto cuando las opciones que quedan si disientes son callarse, o emigrar, o luchar por vías legales pero inefectivas o buscar como último recurso la protesta y el activismo y caer preso. La mejor y más efectiva unidad hacia un proyecto de país es la que surge de la participación ciudadana, donde todos los grupos sean representados y donde se reconoce la diversidad y la convivencia entre desiguales, pero garantizando las mismas oportunidades dentro de la ley.
Yo estoy expresando mi criterio libremente y no voy a caer preso ni tampoco voy a perder mi empleo. Es decir, en Cuba uno sí puede expresar sus criterios y contradictoriamente puede que algunos ciudadanos se expresen más en redes sociales que ciudadanos corrientes en otros países. Esto se debe en parte a que, al no haber en Cuba una prensa legal que refleje la realidad desde otros ángulos y visiones fuera de los del gobierno, con opiniones diversas y contrastantes, que inciten a pensar, a decidir, entonces muchos nos sentimos incitados a expresarnos a pesar de no ser expertos ni en periodismo ni de la realidad socio-política del país. Sin embargo, aunque en mi país no me pasen cosas terribles como le puede pasar a un chofer negro en los Estados Unidos, o a un periodista en México, o a un activista comunitario Colombiano, o a un manifestante en Chile o a un disidente chino o activista ruso, lo cierto es que en Cuba, mi querido país, al cual regresé por sus inmensas virtudes, además de por mi familia, es muy difícil la tarea de querer cambiar las cosas y mucho menos de lograrlo.
Si gestiones tan mundanas como reclamar durante 6 meses un paquete perdido o robado, o pedir durante un año el cambio de posición de un foco de largo alcance para yo poder dormir tranquilo o que arreglen las bombas de agua para que le llegue agua a un familiar, o que me homologuen un título doctoral por más de 20 meses cuestan tanto trabajo y además, en ninguno de los casos se ha resuelto, mucho menos se puede esperar cambiar una ley, una política o impulsar una reivindicación gremial como ha ocurrido con el no reconocimiento oficial del derecho de los arquitectos, ingenieros y otros profesionales a ejercer de forma independiente después de muchas cartas, reflexiones y reuniones.
El capitalismo salvaje del siglo XIX asesinaba a los manifestantes y su sistema judicial condenó a varios a la pena capital. El capitalismo neoliberal de hoy en día mata de muchas formas, ya sea por problemas de salud, por promover la esclavitud ilegal, o por dejar a millones de personas desamparadas sin servicios básicos como agua, educación y salud y si sigue el curso actual, destruirá la humanidad misma por el cambio climático. La violencia policial en muchos países es mucho peor que en Cuba sin que se les acuse a sus gobiernos y sistemas de no defender los derechos humanos.
Es por eso que cambiar no quiere decir ser como los otros, como los peores ejemplos de nuestros vecinos, cambiar quiere decir mejorar porque nuestro sistema, a pesar de sus beneficios, no ha logrado ser suficientemente democrático ni participativo, ni generador de riquezas y causa, en muchos cubanos, desilusión, desesperanza, desidia, doble moral, ilegalidades y la emigración de ciudadanos y profesionales valiosos.
Que un grupo de jóvenes inconformes quieran provocar desestabilidad, o simplemente protestar, sean mercenarios o no, es una consecuencia y reacción al estado de las cosas en el país, que se acrecientan, y repito, con el bloqueo, la ineptitud interna y los efectos de la pandemia. No se le puede achacar toda la responsabilidad a los que, por motivo de leyes que no dan espacio a disentir, las infringen.
El uso de la fuerza, el abuso policial, las detenciones arbitrarias y culpar a esos grupos de sus acciones sin ver las causas sistémicas es un grave error y a largo plazo contribuirá al gradual desprestigio de las fuerzas policiales y de seguridad cubanos y al mismo gobierno, no ya ante los ojos del mundo, sino peor aún ante los ojos, los corazones y las mentes de los muchos cubanos que todavía aspiramos a construir una sociedad inclusiva, democrática, próspera y sostenible y que no queremos que dependa de que el presidente de los Estados Unidos decida quitarnos el bloqueo y dejar de ser hostiles hacia Cuba.
214 comentarios:
«El más antiguo ‹Más antiguo 201 – 214 de 214Por supuesto cuando digo dejan me refiero a los EEUU y la élite. El país que más lucha contra las drogas fuera de su pais pero el que mas la consume wat a fuk.perdón me fui por las ramas...
Silvio te quiero
Hay que aprender de los canadienses..o de nosotros mismos los yoruguas. .bueno saludos!!!
Un abrazo, Guzmán, viva Rocha
Nueva entrada, damas y caballeros
Vamo y vamo Silviooooo!!!
Patriaesvirtud 13:08
Leí detenidamente su escrito, y le voy a responder la parte que me toca pues hablé en otra entrada sobre la mano levantada en una reunión..para ello tendré que ir un poco más atrás.
Por el año 80 estaba yo en Pre y en una reunión del aula se estaba analizando sancionar o casi botar a un compañero de aula por ser religioso y además novio de una muchacha que se iría del país, el se negó a participar en los famosos actos de repudio y por supuesto que había que "analizarlo" ahí estaban todos los "factores"la FEEM, UJC, y otros, para no hacer el cuento muy largo cuando se pidió votar por su sanción: fuimos dos los que votamos en contra...para que hablar!, de pronto pasamos a ser el centro de los ataques, y terminamos con el cartel de (frase exacta): "Flojos políticos" Nunca olvidaré esa reunión.
El tiempo pasó, me gradué y otra vez tuve que levantar la mano para disentir en una reunión (esta vez fui yo solo), al jefe que no le gustó lo que le dije y que tiempo después me enteré que se había ido del país (tengo que ser sincero), no me botó del trabajo, me hizo la vida un yogur y nada de lo que proponía lo aprobaba, tuve tres sanciones por llegar tarde (pleno periodo especial) y una sancion (ahí si me botaron) por faltarle el respeto y decirle comemierda e ignorante en otra reunión. Yo tenía razón y todos los factores (PCC, UJC, CTC) lo sabían, pero a pesar de reclamar, sencillamente se defecaron en mis reclamos. Años después me encontré con un participante de esos hechos, el muy cabron después de 15 años, me dice: compadre es que tu eras muy conflictivo. Ahí mismo lo mandé a....
Bueno patriaesvurtud, esa es parte de mi historia, yo no culpo de eso a La Revolución (y si lo hiciera seria un comemierda más de los que abundan mucho por ahí). Pero si!, pasa y pasa bastante a menudo y uno se siente desprotegido, encabronado y con más ganas que nunca de luchar contra las arbitrariedades.
Es que si el 2020 fue un año de terrible conmoción, desconcierto y duelo, donde el instinto de superviviencia nos ayudó a reunir toda la fortaleza para seguir siguiendo, en el 2021 nos ha caído una especie de síndrome post-traumático y bastante agotamiento (aunque ya se va viendo la lucecita al final del túnel). Así que hay que tratar de tomarse las cosas con calma, descansar lo más que se pueda y disfrutar de lo que sea posible, que no somos de hierro, como se dice en inglés, we are only human. ~ Saludos
Silvio, 18:37, se me olvidaba decir que SC viene siendo, según mi criterio, algo así como un contra ejemplo, porque claramente no todo es malo con la redes.
Yamiris, 19:15, malayibiri@gmail.com sin la s… @malayibiris en Télegram.
Saludos !!!
Malayibiri ...pruebo ahora gracias. ..Oye yo creo que tú no aclaras antes....para q Silvio te hablé...tú a mi no me engañas....eso te pasa siempre....jajaja.
Abrazo💙
Rafael, gracias por identificarte (no publicaré tus datos). Bienvenido a Segunda cita (fíjate en que hay una nueva entrada)
reymc. ...te creo...eso le ha pasado a una mucha gente...tengo historias de esas muy cercanas....y también cómo a ti a mi me hierve la sangre las arbitrariedades, injusticias y los oportunistas y tramposos que actúan por conveniencias y le hacen talco a cualquiera que "tenga criterios diferentes y conflictivos"....
O ES QUE ACASO LOS ANONIMOS RAUL CASTRO LOS TUVO QUE AUTORIZAR Y QUE SE LES DIERA EL MISMO SEGUIMIENTO Y SERIEDAD COMO SI FUERA UNA QUEJA O DENUNCIA CON NOMBRE Y APELLIDOS.....por amor al arte???...
NO , porque la gente tiene miedo de criticar y que lo "desaparezcan"...con mil trampas y justificaciones...A la vez que estas "marcado"...que olvídate que no escapas....te empiezan a echar pa un lado....y lo menos que puedes hacer para "sobrevivir"...es buscar otro trabajo...
Gracias una vez más reymc💙
Estoy plenamente de acuerdo con esta Entrada de Abel Tablada. El actual período de transición al socialismo en Cuba presenta una heterogeneidad social que genera, entre otras causas, ideas, criterios y posiciones diferentes en cuanto a la solución de los problemas que confrontamos creados por el bloqueo y la permanente agresión de Estados Unidos, a nuestras propias ineficiencias en la conducción y aplicación del proceso revolucionario y ahora a la pandemia de la COVID-19. Esta realidad hay que aceptarla y enfrentar la batalla en el campo de las ideas con inteligencia y comprensión hacia las distintas opiniones en base a la libertad de expresión refrendada por la Constitución cubana de 2019. Uno de los mayores logros de la Revolución Cubana ha sido la formación cultural y política de la inmensa mayoría de la población, lo que permite el debate de opiniones con respeto y sin hostilidad a quienes piensen diferente. Las voces del pueblo deben ser escuchadas y canalizadas mediante procedimientos legales y convincentes aplicados por el Estado y las organizaciones sociales. Además, hay que empoderar al pueblo directamente de manera que los ciudadanos participen de forma creciente en las decisiones de los asuntos públicos mediante convocatorias cuyos acuerdos alcanzados por votación mayoritaria de los convocados tengan, en su caso, carácter vinculante. Las decisiones de carácter público no deben ser tomadas exclusivamente por el Estado, sino también por los ciudadanos mediante las distintas modalidades de la democracia directa. Es así como concibo la democracia en el socialismo pues, teniendo en cuenta que el pueblo es el soberano, hay que establecer una fluida relación entre el Estado y la sociedad civil para que la ciudadanía no tenga que acudir a las acciones de calle para pedir un diálogo con las autoridades. El diálogo debe ser permanente, llevado a cabo de forma natural, convenido por las partes y con resultados mutuamente aceptables. De esta manera se facilita aislar a los poquísimos cubanos que deciden convertirse en agentes de una potencia extranjera y actuar como quinta columna dentro del territorio nacional contra la Revolución. La represión del Estado debe circunscribirse, cumpliendo el debido proceso, a quienes violen la legislación vigente. Me opongo a los llamados mítines de repudio, a las acciones violentas de las llamadas brigadas de acción rápida, al acoso de los ciudadanos para impedir que salgan de sus viviendas o que transiten por la calle y al impedimento de los ciudadanos cubanos a entrar y salir del territorio nacional sin que medie decisión de tribunal competente.
Realmente el último párrafo es un buen resumen Conclusivo de lo antes expresado; me sumo al criterio de Silvio y añado la necesidad de aplicar por parte de las autoridades un análisis verdaderamente dialéctico y creativo a estas realidades, aunque hablemos de los daños del bloqueo debemos hacer mucho, mucho énfasis en nuestras insuficiencias, causas internas de nuestra pobre economía actual.
La pregunta que yo me hago es ¿llegará a la conciencia de quien tiene que llegar estas palabras?
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