Por Juan Torres López
El primer caso de coronavirus se detectó el 1 de diciembre de 2019 en Wuhan. Han pasado, por tanto, 120 días y, según las estadísticas internacionales que acabo de leer cuando escribo estas líneas, desde entonces han muerto en el mundo 37.091 personas. Es seguro que muchas más, porque en algunos países no se está contabilizando, por ejemplo, a quien muere en su casa o en una residencia de ancianos.
Desde hace semanas, docenas de hospitales están saturados y el personal sanitario está sobrecargado. Esto es así porque en casi todos los países del mundo se han realizado recortes de gasto en los últimos años, sobre todo durante y después de la pasada crisis. Aunque los medios no suelen incidir en las circunstancias más escabrosas, todos sabemos que la situación es muy difícil. Se han encontrado ancianos muertos desde hacía días en residencias y las morgues empiezan a no poder acoger más cadáveres.
Esto ocurre en los países más avanzados, mientras que en otros más pobres, donde comienza a propagarse el virus, ni siquiera hay posibilidad de recibir atención médica de la sanidad pública. En Estados Unidos hay alrededor de cuarenta millones de personas sin seguro médico, lo que ha obligado al Gobierno a tomar medidas para evitar una propagación fatal del virus, garantizando que se hagan las pruebas de detección también a quienes se encuentren en esta situación. En Italia, nos cuentan que en muchos hospitales tienen que elegir a qué enfermo colocan un respirador para dejar morir a otro.
Es un drama, pero no es el único que se está produciendo en el mundo. En el mismo periodo en el que, según las cifras oficiales, han muerto esas 37.091 personas por el coronavirus, también han fallecido 2,95 millones(80 veces más) por hambre; 1,2 millones (33 veces más) por no haber podido recibir atención médica; 720.000 (20 veces más) por accidentes laborales; 96.000 mujeres (2,5 veces más) por no tener suficiente atención médica en el embarazo y 672.000 niños (18,1 veces más) han nacido muertos por esa misma razón. Y tantas muertes de seres humanos por estas causas evitables se vienen produciendo todos los años, aunque es cierto que se pueden ir reduciendo.
Cuando los estudiantes entran en las facultades de Ciencias Económicas lo primero que aprenden es que todo eso, la insuficiencia de medios como la que ahora tenemos para afrontar la pandemia, se produce porque los recursos son escasos. Les enseñan que, por esta razón, hay que elegir. Sí, exactamente lo mismo que tienen que hacer los sanitarios en algunos hospitales cuando no disponen de respiradores para todos los infectados por el coronavirus que lo necesitan.
Pero eso es mentira.
En nuestro planeta no hay escasez de recursos, no falta dinero, sino que hay un orden de prioridades que antepone el beneficio, el armamento, el despilfarro o su concentración en pocas manos a la satisfacción de las más básicas necesidades humanas. Eso es lo que de verdad explica que los recursos y el dinero que hay de sobra en nuestro planeta para proporcionar una vida digna a todos los seres humanos no se utilicen para ello.
Tengo entendido que un respirador homologado de los que se usan contra el coronavirus cuesta unos 15.000 euros. Ya sé que las comparaciones son odiosas, pero a veces nos sirven para hacernos una idea de las magnitudes que utilizamos para una y otra cosa. Por ejemplo, con lo que ha cobrado cualquiera de las grandes figuras del fútbol europeo en estos cuatro meses últimos se podrían comprar unos 2.000 respiradores (el doble de los que parece que ahora va a comprar España con ugencia); con el presupuesto anual del F.C. Barcelona unos 45.000; o 140.000 con el presupuesto de los 346 carros blindados que va a adquirir el Ejército español de aquí a 2030.
Los gastos de todos los Gobiernos del mundo suman unos 20 billones de dólares. Si se tiene en cuenta que, según los datos que proporciona el Banco Internacional de Pagos, en todo el mundo se mueven cado años unos 14.900 billones (millones de millones) de dólares, resulta que, con una tasa de menos de 15 céntimos por cada 100 dólares de transacción financiera, y sin necesidad de pagar ni un solo impuesto más en ningún lugar del mundo, se podría sufragar todo ese gasto público. Y cubrir la satisfacción adicional de las necesidades básicas y dignas de toda la población mundial costaría unos pocos céntimos más, en términos porcentuales, de todo ese astronómico volumen de transacciones, la mayor parte del cual no paga impuesto alguno.
Sin necesidad de recurrir a esa tasa –hoy día no es muy difícil de establecer porque la gran mayoría de esas transacciones dejan huella digital–, hay otras fórmulas quizá más inmediatas de obtener dinero: según el Fondo Monetario Internacional, en los paraísos fiscales se ocultan unos siete billones de dólares de las grandes empresas y fortunas; lo escondido allí por españoles supondría unos 140.000 millones de euros y la evasión fiscal anual en España se mueve entre 40.000 y 70.000 millones, según las estimaciones. Si todas las grandes empresas y bancos cumplieran con sus obligaciones fiscales (se calcula que evaden un 30% de sus ingresos) y se prohibieran de verdad los paraísos fiscales, habría bastante dinero para resolver una buena parte de las principales carencias del mundo de nuestros días.
Ahora bien, ni siquiera combatir la elusión fiscal y generar nuevos tipos de impuestos (que podría permitir que la presión fiscal fuera 200 veces más baja que la actual) son la única fuente de creación de dinero. Si se necesita con mayor urgencia, los bancos centrales pueden proporcionar todo el que sea necesario de un día para otro.
La Reserva Federal de Estados Unidos anunció hace unos días que realizaría "compras ilimitadas de títulos" para evitar que su precio se desplome. Eso significa que se va a crear dinero sin límite para comprar, entre otras, las acciones de empresas que durante años han estado dedicando miles y miles de millones a comprar sus propias acciones. Así las revalorizaban y sus propietarios aumentaban su capital. Y ahora que sus cotizaciones se vienen abajo, la Reserva Federal pone dinero sin límite para evitar que se arruinen.
El actual candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, el senador Bernie Sanders, solicitó en 2011 una auditoría de la Reserva Federal y al realizarse se encontró con que ésta había gastado en secreto, sin dar ningún tipo de información, 16 billones de dólares en dar préstamos sin interés a las mayores empresas y bancos del planeta. Para ellos tampoco hubo escasez cuando necesitaron ayuda y la recibieron prácticamente regalada: el banco central de Estados Unidos creó dinero de la nada para sacar a flote a quienes habían provocado la crisis.
Ahora, asustados por la enorme tragedia económica que puede suponer la pandemia del coronavirus, los bancos centrales vuelven a poner dinero, aunque, como acabo de decir, para comprar acciones o dando dinero al 0% a la banca privada para que ésta haga negocio prestando a tipos de interés bastante más altos a los Gobiernos y a las empresas.
Y mientras tanto, los hospitales se saturan careciendo de medios, muchas personas mueren por falta de recursos materiales y de personal, miles de empresas están a punto de cerrar por la inactividad forzada y millones de personas se van al paro.
Es una doble tragedia. La del virus y la del comportamiento criminal -vamos a llamar ya a las cosas por su nombre- de quienes pueden disponer de todo el dinero necesario para afrontar con medios suficientes la emergencia sanitaria y, sin embargo, prefieren crea artificialmente la escasez, la que produce el miedo con el que se favorece el sometimiento y la carencia que mata a millones de seres humanos.
No estoy reclamando que los bancos centrales despilfarren el dinero, ni que los gobernantes puedan disponer de él a sus anchas para malgastarlo. Hay multitud de vías para establecer controles que garanticen su buen uso. Se trata, simplemente, de ponerlo allí donde ahora mismo es imprescindible que esté para evitar una catástrofe humana y económica.
Nos están engañando cuando dicen que no hay más recursos.
No es que falte el dinero sino que sobran la maldad, la avaricia y la mentira, "los tres monstruos -como dijo Máximo Gorki- que han socavado y amedrentado al mundo con la fuerza de su cinismo".
https://blogs.publico.es/juantorres/2020/03/31/dinero-hay-lo-que-falta-es-voluntad-de-salvar-a-las-personas/
204 comentarios:
«El más antiguo ‹Más antiguo 201 – 204 de 204Silvio: se nos ha ido Luis Eduardo, tu hermano y el mío.
Su poesía, al igual que la tuya y la de Joan Manuel, ha acompañado toda mi vida. No miento si digo que era como un miembro más de mi familia. Recuerdo tantos conciertos en que os disfrutè juntos... Dos poetas comprometidos que nunca habéis cedido ni os habéis vendido. Otro motivo más para admiraros y amaros.
Que la tierra le sea leve.
Cuídate tú mucho, por favor.
Rectifico una frase de mi comentario de 0:46. Debe leerse:
"Hay muchas cosas que perfeccionar y seguiremos pensando juntos, oponiéndonos y criticando cuando lo consideremos pertinente, para juntos echar palante"
ASUNTO ESENCIAL;¿ESTAREMOS LUCHANDO CONTRA LA NATURALEZA HUMANA?(R. Correa)
El tema sobre el que discuten Giordan y Miguel Ernesto es decisivo .Está en zona fronteriza entre la biología y la política .Creo que todo dirigente responsable debiera dominarlo en detalle .Comienzo por recordar una aguda interrogante de Engels –resumiendola-¿dime que necesitas y te diré quien eres? Como seres vivientes los humanos asumimos la responsabilidad de satisfacer nuestras necesidades .En un sentido antropológico se entiende que son todas ;las materiales y las espirituales .Sino se encuentra el equilibrio entre ambas no es posible alcanzarla plenitud .El texto de Russel citado acerca de la felicidad es fundamental. En este punto los expertos mencionan el nivel de la racionalidad en el circuito de la vida humana . Son inevitables la relaciones conflictivas en el escenario antropológico entre las necesidades fisiológicas y las espirituales .Ese estallido entre ambas solo puede ser gestionado con eficacia cuando los gobiernos le dan base científica a sus decisiones y garantiza una dirección efectiva de los procesos sociales y económicos .La naturaleza del sistema político de cada país inclina hacia unas o hacia otras . Sería algo simplista decir que el socialismo garantiza inclinación hacia las espirituales .Puede intentarlo ,sin lograrlo porque para ello hay que saber . Muy pocos han logrado este equilibrio . Aquí es donde entra el papel de la ética y la funcionalidad del sistema educativo de una nación .Su fin último es el de evitar los excesos de una u otra tendencia .Como yo lo veo ;ni mucha materialidad ni demasiada espiritualidad .Los extremos conducen a la irracionalidad .Por los menos si consideramos a la mayoría de los seres humanos que habitan el planeta hoy .El socialismo se equivoca cuando trata al ser humano como debiera ser .El capitalismo también cuando se arrodilla ante el ser humano como es .Se trata del tema del hombre viejo y el hombre nuevo de San Agustín .(Ese invento es de origen cristiano no marxista) Uno se empecina en el viejo y el otro enfatiza en el nuevo; pecan de unilateralidad .Prefiero el concepto martiano de creer ¨en el mejoramiento humano¨La biología nos enseña que en todos los seres del universo-dentro de cada uno de ellos-se enfrentan dos fuerzas : factor uno , la voluntad del individuo en prevalecer y autoafirmarse y la otra-factor dos- la de integrarse a un grupo mayor ,construir redes de supervivencia y de relaciones .La primera se mueve alrededor del yo .Es vital que las personas aprenda a controlar su ego .En muchos países eso se enseña en las escuelas .También el tema se toca en los programas de formación de dirigentes .Cuando estos pierden el control del ego las consecuencias para la sociedad pueden ser terribles .Miren a Trump .
Tengo algunos ejemplos de la sociedad cubana ,pero lo voy a dejar para mis memorias ,si el COVID me lo permite .El otro se mueve en torno al nosotros . No se puede asesinar del todo al ego porque se mata al mismo tiempo la individualidad ,que no es lo mismo que el individualismo .Otra tarea para el sistema educativo .Si la sociedad no permite el surgimiento de individualidades fuertes ,no hay quien impulse el desarrollo .El socialismo debe pensar bien este asunto ,porque me parece que no lo tiene claro .Pues de él se derivan decisiones básicas ,por ejemplo el tema de la dirección en exceso centralizada(que ahora hace falta por el COVID ,pero que si se queda mucho tiempo nos debilitará frente al otro COVID que es el bloqueo).El exceso de centralización oprime la motivación personal-factor uno-y desengancha el compromiso personal con el colectivo (la agricultura cubana por ej.) eliminando la motivación .Al mismo tiempo obstruye la obtención del logro colectivo –factor dos .Como se ve estos asuntos terrenales tienen conexión con temas abstractos de la ciencia .Repito lo esencial ;encontrar el equilibrio ,tan difícil para el temperamento cubano .Tanto Giordan como Miguel Ernesto tienen parte de razón Por último, no se me olvida decir que la complejidad del asunto la atrapó hace mucho tiempo un poeta ,cuando escribió un monologo que comienza ;SER O NO SER , THAT IST DE QUESTION . Los buenos poetas coinciden con la ciencia con frecuencia ; la naturaleza conflictiva del ser humano tan difícil de gestionar .Por último nuestros editores nos deben libros tan esenciales como EL GEN EGOISTA de Dawking cuya tesis principal en mi opinión es que si existe una tendencia genética hacia el egoísmo y no se comprueba que haya un gen de la solidaridad ,entonces hay que priorizar esta en la enseñanza . Incluiría también el tema de la humildad virtud que solo alcanzan las individualidades fuertes y que actúa como un interferón contra el egoísmo ,pero que no se encuentra en nuestros programas de enseñanza .El libro es progresista ,a pesar que está en la bibliografia básica del sistema educativo de USA .Nos deben también el texto de Russell y los de Maturana .Pero parece que como no son marxistas temen editarlo .Con ese criterio nunca hubieran publicado a Darwin ,porque no era miembro del partido ,pero contribuyó como pocos al materialismo dialéctico .Hace mucho que no doy clases .El tiempo lo utilizo para distribuir libros como los citados , y ofrecer comentarios breves ,entre los cuales incluyo los de Trump porque hay que conocer al enemigo y videos de Jack Ma .Incluyo además un conjunto de citas de El Capital que alumbran sobre la condición humana puesto que de eso se trata .Perdón por la extensión pero la polémica entre Giordan y Miguel Ernesto lo justifica y elevan la calidad de SC.
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