Por Ignacio Ramonet
Unos días después del acuerdo entre Rusia y Turquía que permitió acabar con la interminable batalla de Alepo, leí en un célebre semanario francés el siguiente comentario: “La permanente crisis de Oriente Medio está lejos de resolverse. Unos piensan que la solución pasa obligatoriamente por Rusia, mientras que otros creen que todo depende de Turquía. Aunque lo que queda claro ahora es que, de nuevo y definitivamente –por lo menos cabe desearlo–, Rusia tiene en sus manos los argumentos decisivos para poner punto final a esa crisis”. ¿Qué tiene de particular este comentario? Pues que se publicó en la revista parisina L’Illustration... el 10 de septiembre de 1853.
O sea, hace ciento sesenta y tres años la crisis de Oriente Medio ya era calificada de “permanente”. Y es probable que lo siga siendo... Aunque un parámetro importante cambia a partir de este 20 de enero: llega un nuevo presidente de Estados Unidos a la Casa Blanca: Donald Trump. ¿Puede esto modificar las cosas en esta turbulenta región? Sin ninguna duda, porque, desde finales de los años 1950, Estados Unidos es la potencia exterior que mayor influencia ejerce en esta área y porque, desde entonces, todos los presidentes estadounidenses, sin excepción, han intervenido en ella. Recordemos que el caos actual en esta zona es, en gran parte, la consecuencia de las intervenciones militares norteamericanas decididas, a partir de 1990, por los presidentes George H. Bush, Bill Clinton y George W. Bush, y por el (más reciente) azorado apoyo a las “primaveras árabes” estimuladas por Barack Obama (y su secretaria de Estado Hillary Clinton).
Aunque globalmente la línea que defendió el candidato republicano durante su campaña electoral fue calificada de “aislacionista”, Donald Trump ha declarado en repetidas ocasiones que la Organización del Estado Islámico (OEI o ISIS por sus siglas en inglés) es el “enemigo principal” de su país y que, por consiguiente, su primera preocupación será destruirlo militarmente. Para alcanzar ese objetivo, Trump está dispuesto a establecer una alianza táctica con Rusia, potencia militarmente presente en la región desde 2015 como aliada principal del Gobierno de Bachar el Asad. Esta decisión de Donald Trump, si se confirma, representaría un espectacular cambio de alianzas que desconcierta a los propios aliados tradicionales de Washington. En particular a Francia, por ejemplo, cuyo Gobierno socialista –por extrañas razones de amistad y negocios con Estados teocráticos ultrarreaccionarios como Arabia Saudí y Qatar– ha hecho del derrocamiento de Bachar el Asad, y por consiguiente de la hostilidad hacia el presidente ruso Vladímir Putin, el alfa y el omega de su política exterior (1).
Donald Trump tiene razón: las dos grandes batallas para derrotar definitivamente a los yihadistas del ISIS –la de Mosul en Irak y la de Raqqa en Siria– aún están por ganar. Y van a ser feroces. Una alianza militar con Rusia es, sin duda, una buena opción. Pero Moscú tiene aliados importantes en esa guerra. El principal de ellos es Irán, que participa directamente en el conflicto con hombres y armamento. E indirectamente pertrechando a las milicias de voluntarios libaneses chiíes del Hezbolá.
El problema para Trump es que también repitió, durante su campaña electoral, que el pacto con Irán y seis potencias mundiales sobre el programa nuclear iraní, que entró en vigor el 15 de julio de 2015 y al que se habían opuesto duramente los republicanos en el Congreso, era “un desastre”, “el peor acuerdo que se ha negociado”. Y anunció que otra de sus prioridades al llegar a la Casa Banca sería desmantelar ese pacto que garantiza la puesta bajo control del programa nuclear iraní durante más de diez años, a la vez que levanta la mayoría de las sanciones económicas impuestas por la ONU contra Teherán.
Romper ese pacto con Irán no será sencillo, pues se firmó con el resto de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Francia, el Reino Unido, Rusia) y Alemania, a los que Washington tendría que enfrentarse. Pero es que, además, como se ha dicho, el aporte de Irán en la batalla contra el ISIS, tanto en Irak como en Siria, resulta fundamental. No es el momento de enemistarse de nuevo con Teherán. Moscú, que ve con buenos ojos el acercamiento de Washington, no aceptará que esto se haga a costa de su alianza estratégica con Teherán.
Uno de los primeros dilemas del presidente Donald Trump consistirá, pues, en resolver esa contradicción. No le resultará fácil. Entre otras cosas porque su propio equipo de halcones, que acaba de nombrar, parece poco flexible en lo que respecta a las relaciones con Irán (2).
Por ejemplo, el general Michael Flynn, su asesor de Seguridad Nacional (lo que Henry Kissinger fue para Ronald Reagan), está obsesionado con Irán. Sus detractores le definen como “islamófobo” porque ha publicado opiniones que muchos consideran abiertamente racistas. Como cuando escribió en su cuenta de Twitter: “El temor a los musulmanes es perfectamente racional”. Flynn participó en las campañas para desmantelar las redes insurgentes en Afganistán y en Irak. Asegura que la militancia islamista es una “amenaza existencial a escala global”. Igual que Trump, sostiene que la Organización del Estado Islámico es la “mayor amenaza” a la que se enfrenta EE.UU. Cuando fue director de la Agencia de Inteligencia para la Defensa (AID), de 2012 a 2014, dirigió la investigación sobre el asalto al consulado estadounidense de Bengasi, en Libia, el 11 de septiembre de 2012, en el que murieron varios “marines” y el embajador norteamericano Christopher Stevens. En aquella ocasión, Michael Flynn insistió en que el objetivo de su agencia, como el de la CIA, era “demostrar el papel de Irán en ese asalto” (3). Aunque jamás haya habido evidencia de que Teherán tuviera cualquier participación en ese ataque. Curiosamente, a pesar de su hostilidad hacia Irán, Michael Flynn está a favor de trabajar de manera más estrecha con Rusia. Incluso, en 2015, el general viajó a Moscú, donde fue fotografiado sentado al lado de Vladímir Putin en una cena de gala para el canal estatal de televisión Russia Today (RT), en el que ha aparecido regularmente como analista. Posteriormente, Flynn admitió que se le pagó por hacer ese viaje y defendió al canal ruso diciendo que no veía “ninguna diferencia entre RT y el canal estadounidense CNN”.
Otro antiiraní convencido es Mike Pompeo, el nuevo director de la CIA, un ex militar graduado de la Academia de West Point y miembro del ultraconservador Tea Party. Tras su formación militar fue destinado a un lugar de extrema tensión durante la Guerra Fría: patrulló el “Telón de Acero” hasta la caída del Muro de Berlín en 1989. En su carrera como político, Mike Pompeo formó parte del Comité de Inteligencia del Congreso y se destacó en una investigación que puso contra las cuerdas a la candidata demócrata Hillary Clinton por su pretendido papel durante el asalto de Bengasi. Ultraconservador, Pompeo es hostil al cierre de la base de Guantánamo (Cuba) y ha criticado a los líderes musulmanes de Estados Unidos. Es un partidario decidido de dar marcha atrás con respecto al tratado nuclear firmado con Irán, al que califica de “Estado promotor del terrorismo”.
Pero quizás el enemigo más rabioso de Irán, en el entorno de Donald Trump, es el general James Mattis, apodado “Perro Loco”, que estará a cargo del Pentágono (4), o sea, ministro de Defensa. Este general retirado de 66 años demostró su liderazgo militar al mando de un batallón de asalto durante la primera guerra del Golfo en 1991; luego dirigió una fuerza especial en el sur de Afganistán en 2001; después comandó la Primera División de la Infantería de Marina que entró en Bagdad para derrocar a Sadam Hussein en 2003; y, en 2004, lideró la toma de Faluya en Irak, bastión de la insurgencia suní. Hombre culto y lector de los clásicos griegos, es también apodado el “Monje Guerrero”, alusión a que jamás se casó ni tuvo hijos. James Mattis ha repetido infinitas veces que Irán es la “principal amenaza” para la estabilidad de Oriente Medio, por encima de organizaciones terroristas como el ISIS o Al Qaeda: “Considero al ISIS como una excusa para Irán para continuar causando daño. Irán no es un enemigo del ISIS. Teherán tiene mucho que ganar con la agitación que crea el ISIS en la región”.
En materia de geopolítica, como se ve, Donald Trump va a tener que salir pronto de esa contradicción. En el teatro de operaciones de Oriente Próximo, Washington no puede estar –a la vez– a favor de Moscú y contra Teherán. Habrá que clarificar las cosas. Con la esperanza de que se consiga un acuerdo. De lo contrario, hay que temer la entrada en escena del nuevo amo del Pentágono, James Mattis “Perro Loco”, de quien no debemos olvidar su amenaza más famosa, pronunciada durante la invasión de Irak: “Vengo en son de paz. No he traído artillería. Pero, con lágrimas en los ojos, les digo esto: si me fastidian, los mataré a todos”.
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(1) Aunque, como se sabe, hay elecciones el próximo mes de mayo en Francia, a las cuales el actual presidente socialista François Hollande, muy impopular, ha decidido no volverse a presentar. El candidato conservador con mayores posibilidades de ganar, François Fillon, ha declarado, por su parte, que reorientará la política exterior francesa para normalizar de nuevo las relaciones con Moscú.
(2) Léase Paul Pillar, “Will the Trump Administration Start a War with Iran?”, The National Interest, 7 de diciembre de 2016.
(3) Léase The New York Times, 3 de diciembre de 2016.
(4) James Mattis necesitará que el Congreso le conceda una excepción para esquivar la ley que exige que pasen siete años entre salir del Ejército y acceder a la jefatura del Pentágono.
Fuente: http://www.monde-diplomatique.es/?url=editorial/0000856412872168186811102294251000/editorial/?articulo=b013574d-1e69-4a5d-aa02-3c712b0a2e42
26 comentarios:
Immanuel Wallerstein: El mundo en la era de Trump: ¿qué podemos esperar?
En cuanto a la pérdida de valores, de buenas costumbres, de civilidad que padecemos, muy condicionada por condiciones materiales de existencia, creo que a eso se une una especie de anarquía que se ha impuesto, donde no existe una autoridad que imponga el orden. Muchas veces la legislación para que las cosas sean como deben ser, existe, pero no aparece quien la haga cumplir. Botar basura en cualquier lugar no solo es motivo de una multa (contravención) sino incluso, cuando se convierte una zona en un tiradero, se constituye en delito contar la salud pública, y surge una responsabilidad penal y civil exigible no solo a los ciudadanos, sino también a las autoridades administrativas e incluso políticas de una localidad. El Código Civil, por ejemplo, permite reclamar indemnización por daños o perjuicios pero casi nadie reclama, casi nadie exige, y los responsables siguen impunes y se reproduce una y otra vez el actuar irresponsable en sus diferentes manifestaciones. Muchas veces los hechos denunciados por CubaDice, por ejemplo, son hechos que debieran denunciarse y llevarse a juicio, no solo por lo penal, también por lo administrativo y por lo civil, pero no se hace, todo se queda en la queja, como si el Derecho no estuviera para hacer valer la Ley y proteger el orden y sembrar valores y promover la responsabilidad so pena de sufrir perjuicios por actitudes inadecuadas. Cuando el Derecho se vuelva a poner de moda para proteger y restablecer la legalidad y el orden quebrantado, cuando la responsabilidad vuelva a exigirse no solo de palabra, sino con acciones ante los tribunales, y estos actúen rápida y eficazmente, tendremos muchos menos problemas y mucho más orden,y tendremos mejores gobernados y también gobernantes.
Cuando alcanzaremos la paz?
Norma, no me parece que la pérdida de valores y buenas costumbres dependan necesariamente de las condiciones materiales de la gente. Se puede ser pobre y ser considerado y cívico. Casos sobran. Pero, sea por lo que sea, atentar deliberadamente contra el patrimonio colectivo no debiera quedar impune. El respeto al país físico debiera ser parte sustancial del patriotismo y el compromiso de este pueblo.
UNHCR
ACNUR
La Agencia de la ONU
para los Refugiados
ACNUR ve señales esperanzadoras entre las ruinas de Alepo
04 de enero 2017
...
"En una declaración el mes pasado, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados Filippo Grandi dijo que todavía existe un “grave riesgo” de que el desplazamiento y el sufrimiento no terminarán en Alepo, y se repetirán en otras guerras. “Para garantizar la protección de los civiles por doquier, el conflicto en Siria debe cesar, ahora, y sin atraso”, dijo."
http://www.acnur.org/noticias/noticia/acnur-ve-senales-esperanzadoras-entre-las-ruinas-de-alepo
Silvio querido, yo no quise decir lo contrario a tu afirmación de que "Se puede ser pobre y ser considerado y cívico". No asocio la pobreza o la riqueza con una condición ética, eso sería demasiado simplista, tampoco reduzco las condiciones materiales de existencia a niveles de pobreza o riqueza, aunque son variables de esa ecuación. Te doy la razón en que hay muchísimos ejemplos de pobres muy cívicos y decentes (y de lo contrario) y de ricos que son verdaderos delincuentes, faltos de ética y desalmados (y de lo contrario), es decir, no se puede ser absolutos, pero no es menos cierto que la crisis económica genera otras crisis a nivel de superestructuras, que "el hombre piensa como vive" siguiendo a Marx o siguiendo a Martí en "Maestros Ambulantes" y lo cito:
"Ser bueno es el único modo de ser dichoso.
Ser culto es el único modo de ser libre.
Pero, en lo común de la naturaleza humana, se necesita ser próspero para ser bueno."
En las condiciones materiales de existencia se encuentran muchas causas de la pérdida de valores que nos aquejan. Esas condiciones materiales no están absoluta o únicamente asociadas con niveles de ingresos, vuelvo y repito, y sí con la pérdida de la eficacia de algunas instituciones (casi categorías) imprescindibles para el normal desarrollo de una sociedad ordenada. Sin embargo... esta es una discusión clásica, antigua y abierta, aquí hay mucha tela ;)
¿Qué podemos esperar?
Nada y todo...
Es más o menos lo que predijiste vos, Silvio, con la "Ley de Murphy", en aquel entonces.
La actualidad, viene a ser algo similar a esa "Ley"; de este magnate excéntrico caprichoso y con poder, puede resultar "sorprendentemente lo mejor" o "nefastamente lo peor".
Así es que, como dice Wallerstein, "del segundo elemento de su estilo político":
"Aceptó el remordimiento penitente, pero no la ambigüedad acerca de su persona."
Entonces...
Voy a apostar por mi primera opción...
...pues, habrá que aprender a jugar a la "ruleta rusa"...
Que se le va hacer!!! :@...
Me encanta este blog, súper instructivo y necesario!! Lo lamento muchísimo por los que no tienen la posibilidad de acceder a él, por los que la tienen y no la conocen, y más aún por los que la conocen y no la usan. Gracias Silvio!!!
Con permiso:
Bajo mi punto de vista,Trump es,por encima de cualquier otra cosa,vanidoso,amante del poder y soñador de unos EEUU como primera potencia mundial.
Cualquier decisión que tome,irá encaminada a satisfacer estas tres premisas.
Pienso que si toma una decisión que beneficie a alguien,será a una minoría y que la mayoría será olvidada.
Y pienso igualmente que las decisiones populistas que tome,serán para desdicha de la mayor parte de la población,tanto en su propio país,como en otros países.
No creo que una persona de su tesitura vaya a pensar en el interés general,a no ser que él mismo sea beneficiado y recoja sus dividendos.
Vanidad,poder,Gran Nacion. No creo que nada bueno pueda salir de esa mezcla. Ojalá me equivoque.
Emir Sader: 2017 apunta hacia un mundo multipolar
Graziella Pogolotti: Ciencia, cultura, nación
DEMOCRACIAS INTERVENIDAS
Por David Brooks
http://www.jornada.unam.mx/2017/01/09/opinion/025o1mun
En Washington hay gritos de protesta y condena, más investigaciones y un intenso debate sobre una barbaridad, algo inaceptable, algo tan terrible que la propia democracia está en riesgo: un gobierno extranjero se atrevió a lanzar una “campaña de influencia” para manipular el proceso político interno de Estados Unidos.
La CIA, la FBI y la Agencia de Seguridad Nacional ofrecieron briefings al presidente Barack Obama y al presidente-electo Donald Trump, presentaron sus resultados ante el Congreso y emitieron un informe al público resumiendo sus conclusiones sobre cómo el gobierno de Vladimir Putin ordenó e implementó una campaña que incluyó sembrar y difundir “noticias falsas”, hackear y filtrar correos electrónicos tanto de la campaña de Hillary Clinton como del Comité Nacional Demócrata, y que todo esto era, primero, para minar la confiabilidad del proceso electoral, pero al final, para beneficiar la campaña de Trump y dañar a Clinton.
Suponiendo que todo, o parte de esto, sea cierto, no deja de llamar la atención que los directores de inteligencia, sus supuestos jefes en la Casa Blanca y en el Congreso y un amplio coro de analistas e intelectuales del establishment se atrevan acusar y condenar a un gobierno extranjero de intromisión en los asuntos políticos internos de otra nación, sin reconocer que Estados Unidos lo ha hecho, y lo sigue haciendo, en todo el mundo y desde hace décadas.
Estados Unidos ha intervenido para influir en los resultados de elecciones de otros países por lo menos 81 veces entre 1946 y el año 2000, según el experto Dov Levin de la Universidad Carnegie Mellon. Eso no incluye golpes de Estado o intentos para derrocar gobiernos –los famosos “cambios de régimen”– sino sólo intentos directos para influir en una elección a favor de una fuerza política. Si se incluyen éstas, el número de intervenciones es mucho más alto.
Entre los ejemplos más prominentes tanto de intentos de influir sobre el resultado de una elección como en golpes de Estado está el caso de Salvador Allende en Chile, donde Estados Unidos no sólo apoyó el golpe del 11 de septiembre de 1973, sino que intervino en la contienda electoral de 1964 en la que la CIA invirtió más de 4 millones de dólares en proyectos encubiertos para prevenir su elección; algo que repitió sin éxito en 1970.
También están el derrocamiento de Mohammed Mossadegh en Irán, en 1953, para imponer al cha, fiel aliado de Washington; el caso de Jacobo Arbenz, en Guatemala, en 1954; Patrice Lumumba, del Congo, en 1961; la abierta interferencia en las elecciones de Jean-Bertrand Aristide, en Haití, y de Daniel Ortega, en Nicaragua, a principios de los 90, así como la instalación de Hamid Karzai, agente pagado de la CIA, como presidente de Afganistán después de la invasión estadunidense. Y claro, no se puede olvidar en esta lista más de medio siglo de intervenciones políticas para promover el “cambio de régimen” en Cuba.
Sólo en este nuevo siglo, las intervenciones incluyen el apoyo al golpe de Estado en Honduras contra Manuel Zelaya en 2009, algo justificado por Hillary Clinton cuando era secretaria de Estado en el primer periodo de Obama, el intento para prevenir la relección de Slobodan Milosevic en Serbia en 2000, el apoyo implícito de Washington del fracasado golpe de Estado contra Hugo Chávez, y múltiples acusaciones de los gobiernos de Bolivia y Ecuador, entre otros, por interferencia en los asuntos políticos internos.
Y mientras acusa a Rusia, Washington no comenta que intentó influir en la elecciones rusas en 1996 a favor de Boris Yeltsin. También apoyó a Vaclav Havel en la desaparecida Checoslovaquia y a candidatos presidenciales del Partido Laborista en Israel.
DEMOCRACIAS INTERVENIDAS (2 y fin)
Estas prácticas tienen décadas: la primera operación de la CIA para influir en una elección fue realizada pocos meses después de su creación, en 1947, cuando apoyó a los democristianos contra una coalición de izquierda en Italia, en 1948, con éxito. Tim Weiner, periodista Premio Pulitzer y autor de la excelente historia de la CIA (Legacy of Ashes), comentó en entrevista con la radio pública WNYC que “después de su éxito en Italia, la CIA tomó esta fórmula –la cual incluía emplear millones de dólares para promover campañas de influencia– y la aplicó por todo el mundo en lugares como Guatemala, Indonesia, Vietnam del Sur, Afganistán y más”. Weiner subrayó que todo esto se hace con la aprobación de la presidencia de Estados Unidos.
Hubo incluso esfuerzos más complicados y controvertidos, como los revelados por el escándalo Irán-Contra durante el régimen de Reagan, que incluyeron operaciones encubiertas dentro de este país. Otto Reich –feroz opositor de los gobiernos revolucionarios de Cuba y Venezuela y otros regímenes de izquierda en el hemisferio– desde su Oficina de Diplomacia Pública en el Departamento de Estado supervisó un esfuerzo de propaganda política dentro de Estados Unidos logrando insertar información y lo que ahora se llaman “noticias falsas” en medios estadunidenses a favor de los contras nicaragüenses sin divulgar su vínculos con el gobierno estadunidense. Una investigación dentro del Departamento de Estados lo acusó de haber supervisado “actividades prohibidas de propaganda encubierta”.
Como reportamos hace unas semanas, Ariel Dorfman, en un artículo del New York Times titulado “Ahora, Estados Unidos, ustedes saben cómo se sintieron los chilenos”, recordó la intervención de Estados Unidos en Chile y comentó que era “irónico que la CIA –la misma agencia a la cual le valía nada la independencia de otras naciones– ahora está gritando foul porque sus tácticas han sido imitadas por un poderoso rival internacional”. Sin embargo, dijo que “nada justifica que ciudadanos en cualquier lugar deben tener su destino manipulado por fuerzas fuera de la tierra que habitan”. Pero, a la vez, señaló que Estados Unidos “no puede, en buena fe, denunciar lo que se le ha hecho a sus ciudadanos decentes hasta que esté listo para enfrentar lo que hizo tan frecuentemente a los igualmente decentes ciudadanos de otras naciones… Si hay un momento para que Estados Unidos se vea al espejo, para reconocer y rendir cuentas, ese momento es ahora”.
No creo que haya una "era Trump" así como no hubo, a pesar de expectativas mucho mayores, una "era Obama". El primer presidente negro de los EEUU pasó con más pena que gloria.
Para mí, es inconcebible que el "magnate" haya podido torcerle el brazo a demócratas, republicanos y grandes medios de comunicación con su sola retórica. Yo creo que Trump es el aventurero sin partido que está destinado a convertirse en un cadáver político luego de hacer el "trabajo sucio" que no hizo Obama más que parcialmente, y sin que los partidos tradicionales deban pagar el costo político.
Pienso que va a replegar a los EEUU de frentes que perdió la administración Obama, asumiendo el precio de que Rusia aparezca como ganadora por su culpa, aun cuando Rusia y China ya eran ganadoras antes de las elecciones en los EEUU.
No creo en la aparente contradicción entre el ajuste que practicará en los EEUU y sus declaraciones populistas. Lo único real es el ajuste. Lo poco que hizo Obama como políticas inclusivas, lo va a desmantelar. Para la ideología yanqui, su economía debe convertirse en "competitiva", lo que supone un ajuste, la mayor explotación de los trabajadores, tibiamente adornado por alguna medida proteccionista que no puede ir más allá de sus alianzas con otras potencias capitalistas.
Hillary Clinton fue preservada por los tres millones de votos que obtuvo por sobre Trump y por las sospechas sembradas sobre una intervención de Putin, y Bernie Sanders fue retirado de la contienda por los propios demócratas con maniobras impropias. Los republicanos ya dejaron en claro que no tienen responsabilidad por el triunfo del empresario, ni por las medidas que tome.
La "era Trump" creo que se reducirá a un ajuste brutal que incluye un ataque contra los inmigrantes, el desmantelamiento de lo poco que queda del Estado de Bienestar, y una mayor explotación de la mano de obra estadounidense. No tiene margen para aventuras populistas: el déficit fiscal y el endeudamiento de los EEUU son explosivos y amenazan la credibilidad del sistema financiero internacional, que es la principal herramienta de dominación. El surgimiento de alternativas emergentes (proyectos de grandes bancos regionales, p. ej.), pienso, se basa en esas debilidades objetivas.
Sólo espero que los parlamentarios yanquis no vayan a perder el control sobre este personaje y sus "perros locos", y que no se precipite una crisis internacional aun mayor que la que padecemos, y que todo quede como un bruto ajuste interno.
Bueno .., no puedo saber si estoy teniendo un ataque de imaginación, pero, en todo caso, el resultado es una historia bastante fantasiosa ...
Querido Silvio, queridos todos:
Por acá está “chiflando el mono”, aunque realmente hace más aire que frío, sobre todo en esta loma de Jesús del Monte. Pero para los cubanos es el momento de sacar los abrigos, los monos, los gorros, aunque sean dos días, porque eso duran los inviernos aquí.
La llegada de Trump al poder desata miles de especulaciones, porque su lenguaje de campaña ha traslucido, más que todo, prepotencia, estupidez y arrogancia. Las expectativas de un retroceso en materia de concordia y estabilidad en el mundo son reales. La paz en el mundo, la posibilidad de una coexistencia pacífica, se ven una vez más amenazadas, con pretextos cada vez más pueriles. Y de esta amenaza no escapa ningún país, sea directa o indirectamente.
Nosotros estamos muy desconfiados de sus pasos ulteriores, y es por eso que necesariamente tenemos que abogar, ahora más que nunca, por resolver los problemas internos que no nos permiten ser más eficientes. Hay muchas cosas que se pudieran hacer, sobre todo en el ahorro y aprovechamiento de nuestras propias capacidades.
No podemos seguir sustentando nuestra economía y desarrollo en los convenios con países amigos, porque estos tienen también sus propias amenazas y dificultades, sin fiscalizar lo que tenemos, con voluntad y sistematicidad. Recientemente se ha puesto de manifiesto el descontrol existente sobre uno de los principales rubros, el petróleo, con datos que muestran el desvío millonario de este vital producto hacia el mercado negro. Y eso ocurre igualmente en otros sectores, donde se aprecia, por las denuncias de la propia prensa, que se trafica y se roba descaradamente al Estado, y por ende al pueblo. Alimentos, materiales de construcción, medicamentos y otros artículos de primera necesidad, que no llegan a su destino, y complican aún más la situación económica que atravesamos.
Con relación a las indisciplinas sociales y la falta de civismo, es real la pérdida de valores que se manifiesta, como también que esta pérdida no tiene que ver con las posibilidades económicas; en el pasado existía un principio para las clases más desfavorecidas: “Pobres, pero honrados”. Ante la falta de recursos económicos, su riqueza era su educación, sus modales, y su honestidad. Pero, como dice Silvio, a los que tratan de mantener normas éticas de convivencia los etiquetan como burgueses, y eso no es de ahora. Hace muchos años se gestó esa descomposición social, que ya hoy se manifiesta en su nivel más agudo. Desapareció de nuestro lenguaje la categoría de persona decente, y aquí tenemos las consecuencias. Pero también concuerdo con Norma, en que hace falta la acción enérgica de las autoridades, aplicando lo legislado y exigiendo su cumplimiento. De eso adolecemos, desgraciadamente.
Los quiero muchísimo, besos a todos.
Silvio trovador de la esperanza y segundaciteros:
Definitivamente la era Trump pinta terrible, el hombre es una contradicción con patas, su gabinete son tremendos reaccionarios, llenos de odios.
Aquí en México, la xenofobia de Trump llegó al cinismo de inhibir las inversiones de industrias automotrices como Ford, Fíat y Volvo.
Y si aunamos el clima político del país, se nos vienen tiempos duros, pero la sociedad civil nos organizamos de manera natural, aún sin líderes, ya no hay credibilidad en los políticos, aún los de izquierda, o centro democrático.
Hoy estaremos en la megamarcha, a lo largo del país, y como decía López Obrador: Solo el pueblo puede salvar al pueblo.
Los quiere
Guadalupe
P.D. Por cierto hoy inició mi jubilación, movilizada!
Meryl Streep y su potente discurso contra Trump sin ni siquiera mencionarle
"Hollywood está lleno de extranjeros, de forasteros. El único trabajo de un actor es sacar a la luz la vida de personas diferentes (...) Si expulsan a los extranjeros solo veremos fútbol o artes marciales mixtas, que desde luego no son arte"
"La falta de respeto invita a la falta de respeto, la violencia incita a la violencia", continuó. "Cuando los poderosos usan su posición para intimidar a los demás, todos perdemos".
"Necesitamos que la prensa defienda y saque a la luz todas las historias, que hagan que los poderosos respondan de sus actos. Todos tenemos que apoyar a nuestros periodistas porque los vamos a necesitar", agregó Streep.
Por su parte, Trump ha contestado que es una de las actrices más sobrevaloradas de Hollywood
Suma y sigue, haciendo amigos/as. Qué opinan?
Besos
Muy de acuerdo con la observación, de la Dra. Graziella:
... "Un error de apreciación puede poner en juego, tanto el destino de nuestro pueblo como el de la humanidad. Subordinar la apertura hacia el conocimiento a la obtención de ganancias prescindiendo de consideraciones éticas y de las exigencias reales de la sociedad es tentación suicida."
...
Buen comienzo de semana para todos.
Muchos besitos Silvio.
Se fue un grande, el pensador que acuñó el término 'modernidad líquida'. Autor contemporáneo imprescindible. Que la tierra le sea leve.
El filósofo Zygmunt Bauman muere a los 91 años
“Además de tratarse de una economía del exceso y los desechos, el consumismo es también, y justamente por esa razón, una economía del engaño. Apuesta a la irracionalidad de los consumidores, y no a sus decisiones bien informadas tomadas en frío; apuesta a despertar la emoción consumista, y no a cultivar la razón.”
ZYGMUNT BAUMAN
=(
Con permiso:
¿Porqué están muriendo osos en Asturias?
La NASA publica una foto de la Tierra y la Luna vistas desde Marte
Daniel Ortega, lo opuesto a Trump, asumo un nuevo mandato presidencial de cinco años en Nicaragua. Felicitaciones al pueblo nicaraguense y en especial a Arlen.
Buena semana trovador y abejas.
Hola Silvio, empecé hace muy poquito a seguir tu blog, desconocía su existencia. Te escucho desde hace muchos años, desde que tengo 16 años y ya estoy con .... Vos y Chico Buarque son mis grandes amores de la música.
¿Qué esperar de Trump? Yo tengo la esperanza que los desatinos de este hombre conduzcan por fin a su caída. Resta saber cómo van a actuar el resto de los países-imperio de Europa y Asia cuando les toque lidiar con esta bestia.
Besos mil
Hay una nueva entrada
Lo único bueno de que sigan saliendo pelmazos como Trump es que nos da la oportunidad de repensarnos como humanos y de buscar mejorar cómo mejorar cada uno (y a nuestro entorno cercano)
Y mientras tanto, la vida sigue, afortunadamente:
"El poder de abajo
Es inédito en América Latina que decenas de pueblos y naciones indígenas decidan dotarse de un gobierno propio. La reciente decisión del quinto Congreso Nacional Indígena (CNI) de crear un Concejo Indígena de Gobierno, luego de la consulta y aprobación por 43 pueblos, que se propone gobernar este país, tendrá hondas repercusiones en el país y el mundo".
http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/El_poder_de_abajo
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