jueves, 2 de agosto de 2012

La obra pictórica de Osmar Yero como ilusión de perpetuidad

Por Emilia Sánchez

La última producción de Osmar Yero insiste recurrentemente en motivos que obligan a visualizar ideas sobre el destino del hombre, cuando la redondez del planeta, el ambiente irregular de las ciudades, la figura humana acompañada sólo de peces y aves, la presencia inmanente del mar y la geometría de unos mosaicos invasivos sirven de apoyo a la acción que aquel realiza desde el absurdo y la inconformidad. Porque un ser solitario rodeado de tiburones y objetos a la deriva, o flotando ingrávido como gaviota, o sentado a horcajadas sobre su isla, o asido al minutero de un reloj gigante, o colgado de una mariposa, proyecta imágenes de una existencia estremecida,  pretendidamente superada con el pretexto de la  poetización.



La figura humana preside cada cuadro, porque en ellos se debaten sus dramas, aunque la representación sea un individuo aislado de sus semejantes, con la faz encubierta, como un ente que espera semi-escondido de sí mismo a que ocurra algo que le movilice. Y está ahí el mensaje proclamado por el pintor, para quien el fondo dibujado no implica un simple decorado, al formar parte activa de las estampas centrales y  adjudicarle en su concepción -llena de eticidad- las huellas de aquel desventurado estatismo. Pudiéramos pensar que estamos ante lienzos afiliados al naturalismo mágico a la manera del  arte cretense antiguo, apegados también a una figuración expresionista, que no desprecian, tampoco, las tensiones del surrealismo cuando incursionan en la realidad del sueño. Pero el artista, buen conocedor de tales escuelas, ha querido borrar fronteras estilísticas, ubicado como dueño y señor de sus visiones, en un ámbito de perspectivas diversas, dando con ellas el resumen de su  conocimiento del arte y de sus complejas vivencias.

¿Qué le podría deber la pintura de Yero, en el año 2012, al arte minoico, y a esas dos, ya lejanas, corrientes de vanguardia? En el primer caso, tal vez la señal antigua esté -por la captación de una modernidad entonces anticipada- en la anti-solemnidad,  en el dinamismo reminiscente dirigido hacia la  preferencia por lo profano y episódico, la omisión de  sombras o la yuxtaposición entre composición y colorido, aun cuando valdría la pena indagar, también, si el modelo cretense en el uso de la tablilla de loza fue asunto inspirador, tanto  como  el tema reiterado de los peces. Del expresionismo,  ha privilegiado la silueta del anti-héroe, consiguiendo la captación de su flujo psicológico sobre la superficie del cuadro, de modo que el creador quede incluido en el objeto artístico,  mostrando su rechazo para permanecer en la periferia, con el explícito propósito de exteriorizar creencias y burlas, de defender una actitud que mezcla juegos con verdades. Del surrealismo, ha escogido la ubicación en un punto mediador entre arte y sociedad,  mundo exterior e  interior, fantasía y realidad, sueño y vigilia; ha aprovechado la falta de divorcio que existe entre la acción y el acto inconsciente, por lo que pinta con la voluntad del abandono hacia una carga semántica de cosas reales -lo cual se traduce dentro de los cuadros en una subversión de las relaciones entre esas cosas-, posición que da riendas sueltas al arbitrio de la subjetividad, cuando la imagen altera las leyes del orden natural y social.  Esta pintura, por tanto, resulta cauce desinhibidor para la individual libertad expresiva, es autora de novedosos referentes.

Ante tal diversidad ¿se puede  inferir que esta obra  trata sobre problemas de un mundo imaginario o que el pintor  construyó un orbe  artístico basado sólo en la fabulación? Nada de eso. Y se manifiesta  esa negación cuando las escenas de estos cuadros  incitan a reflexionar sobre la cotidianidad y los conflictos deparados por el día a día, en nuestra época y nuestro país. Sólo que esas contradicciones,  captadas con maestría y dominio,  conmueven en más de un sentido, porque trasmiten la certeza de que en arte no vale brindar soluciones, sino provocar el impulso que obligue al espectador a identificar los problemas y encontrar sus propios remedios. De manera que estas obras  exponen el código estético  de Yero y confirman la fortaleza -nunca debilidad- que él atribuye al ser humano, en la medida que este es capaz de soportar cualquier arbitrariedad sin desaparecer. Ello nutre cada cuadro, bien sea por el abandono con que ese hombre representado se entrega a animales feroces, por la aceptación de un espacio que le distancia de su implícita actividad humana, porque establece el diálogo con su isla entera sobre sucesos que ocurren en dirección al norte o por defender personales valores, espada en mano, que le son iluminados cuando  duerme una especie de sueño eterno, recostado a la Estatua de la Libertad, o persiste insistentemente en detener el tiempo. Son obras que llevan la faz humana al  plano primero y desde ella pretenden trasmitir  un elemental mensaje sobre las ilusiones.

Cada cuadro de esta muestra contiene suficientes elementos objetivos tomados en el instante que violentan sus relaciones comunes con la realidad y, en este sentido, proyectan una imagen de fuerte carga lírica, muchas veces subrayada desde el título. Hay un elemento  en todas estas obras, sin embargo, que no debe pasarse por alto, la cual  tiene que ver con el recurso utilizado como ligazón para cada detalle: se trata de los mosaicos, que trascienden el aspecto meramente técnico; con ellos, la concepción geométrica queda fundida a la línea espontánea y ondulante, como si  artista y artesano se  unieran para discernir la nueva ritualidad de la vida. Ese sello  -quizás de máxima importancia por reinscribirse en el pasado y el presente cultural de la región natal de Yero, Camagüey, ciudad exhaustivamente delineada por él- da a los cuadros una tónica de buen oficio y contribuyen a la representación sobrepasadora de la existencia habitual.

Es estimulante  estar ante lienzos que proponen buscar la explicación de algunos “por qué” de este mundo, de frente a la labor de un artista empeñado en entender los dilemas generados por y contra el hombre, colocado él a favor  del afán de perpetuidad de la especie humana. Distendida la mirada hacia su universo -a la vez real y fabuloso-  vislumbraremos algunas de las  aspiraciones posibles e imposibles de nuestro  individual paso inmediato.

215 comentarios:

«El más antiguo   ‹Más antiguo   201 – 215 de 215
Anónimo dijo...

Está claro que Borges no creía en la dictadura del proletariado.

Lectora dijo...

Curiosity en Marte

Lectora dijo...

Formas de propiedad (Ultimo jueves de Temas)

Lien dijo...

Otro Oro para Cuba en Judo con Mijaín, el Intocable!!!!!!!!!!!!!... y una plata que sabe a tres de oro en Salto con pértiga donde una cubanita inesperadamente desbancó a las campeonas y les faltó así, pero así... me están mirando??? así de poquito para ser ORO!!!

Estamos en el potente y supersticioso lugar 13 del medallero!!!!!!

Los quiero, en casa veo los doyles de Osmar Yero y los recuerdo... y al reloj tierra y yo abrazada a las manillas... queriéndolo galopar!!!

No puedo leerlos... los quiero, me voyyyy...

Silvioooo, un besoooooooooo!!!

Patricia Moda dijo...

Es clarísimo Anónimo q Borges no creía en la dictadura del proletariado, te diré q con la cita de Borges q pusiste estoy bastante de acuerdo.
Tengo una nota escrita por Martí, de cuando murió Marx, q también deja en claro q no creía en la dictadura del proletariado, él tampoco.
¿La tienes? a mi me gustó mucho, es siempre tan profundo Martí.
Patricia

Anónimo dijo...

Es clarísimo que Martí, aún con su brillantez, no pudo estar al tanto del significado de Marx. A mi me basta con que el 18 de mayo de 1895, el día antes de su muerte, escribiera a Manuel Mercado:

"Mi hermano queridísimo:
"Ya puedo escribir: ya puedo decirle con qué ternura y agradecimiento y respeto lo quiero, y a esa casa que es mía, y mi orgullo y obligación; ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber —puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo— de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser, y como indirectamente, porque hay cosas que para logradas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades demasiado recias pª alcanzar sobre ellas el fin. Las mismas obligaciones menores y públicas de los pueblos, —como ese de Vd. , y mío,— más vitalmente interesados en impedir que en Cuba se abra, por la anexión de los imperialistas de allá y los españoles, el camino, que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de nuestra América al Norte revuelto y brutal q. los desprecia, —les habrían impedido la adhesión ostensible y ayuda patente a este sacrificio, que se hace en bien inmediato y de ellos. Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas;— y mi honda es la de David..."

Patricia Moda dijo...

Ey querido Anónimo! no entiendo q tiene q ver esto con la dictadura del proletariado, q es de eso q creí estábamos hablando.
Para mi es muy digno, sumamente digno, luchar por la independencia de todo colonialismo, y por la justicia social, pero la dictadura del proletariado va más allá, q tiene q ver con la concepción misma del hombre, y de esto hablaba Martí en su artículo, por eso es tan profundo.
Patricia

Antílope dijo...

PModa, el anónimo concuerda contigo en que Martí no alcanzó a entender el marxismo y dice que para él es suficiente que Martí amara y estuviera dispuesto a dar la vida por la independencia de su patria (como en efecto hizo). Todo parece indicar que este anónimo es cubano y muy amante de su patria también. Como lo soy yo anónimamente. Un abrazo.

Patricia Moda dijo...

gracias patricia c, me pareció q lo decía como un menos lo de "no pudo estar al tanto...", ya q para mi no, para mi entendía perfectamente lo q decía Marx y no estaba de acuerdo con ese punto de las luchas de clases.

Será q no entendí al querido anónimo q es claro q es cubanísimo, no estoy segura.
Yo también les mando un abrazo a ambos,
Patricia

Antílope dijo...

Dije anónimamente porque creí que saldría como anónimo uf :P

Patricia Moda dijo...

jajaja, me había sonado extraño tu anónimamente.
Patricia

Patricia Moda dijo...

Bueno, no quiero marear más al dueño de casa, pero a mi también me salió mal el "no estoy segura" pareciera q lo digo por lo de cubanísimo, pero de eso estoy segurísima.
Patricia

Mariana dijo...

http://www.facebook.com/miradasdelatinoamerica les comparto esta página con el permiso de Silvio, se que le va a agradar, ya que es sobre Latinoamérica y sus imagenes, rostros, costumbres. Imagenes retratadas por mi compañero de vida. Espero pasen y lo disfruten. Saludos a tod@s.

silvio dijo...

Mensajes de la Dra. Emilia Sánchez a tres segundaciter@s:

A Kitty: convendrás conmigo en que la obra de Yero, además de hermosa, porta una singularidad dentro de la plástica cubana actual. No son azulejos pegados al lienzo, es efecto creado sobre la propia pintura. Me alegra que compartas, como yo, su disfrute. ¡Y qué sorpresa ver un poema hecho hace tanto tiempo! (Admiré tu disposición para reproducirlo). Gracias, Emilia.

A Valtierra: esas dos impresiones que mencionas tan exaltadamente ¿pudieran fundirse en el único impulso del cariño? Mil abrazos, amigo, Emilia.

A Animal de Fondo: como es evidente que, para usted, la crítica sobre la obra de Yero ha sido insuficiente, tal vez le resulten asequibles, en otro tono, los propósitos conjuntos entre cuadros y lenguaje escrito. Lea, por favor, el soneto hecho a la sombra de la pintura titulada “Para subir al cielo” (van adjuntos). Créame que pueden no estar reñidos el verbo y el pincel. Saludos, Emilia Sánchez.

A continuación reproduzco el soneto, pero no tengo forma de reproducir el cuadro
(nota de srd)

Ascenso/descenso

Llena el hombre de sueños la maleta
y asciende ilusionado la escalera,
quizás creyendo dar con la quimera
que le señale el tránsito y la meta.

A dos pasos la imagen cambiaría
pues -desprovisto de ropaje y carga-
siente en los ojos la expresión amarga
y el cuerpo retorcido en agonía.

¿Es el mismo o es otro quien concluye
el arribo a la cima... quien no huye,
sino se palpa, cual bestia desnuda,
(en época de tantos deshielos)
ante ámbitos cerámicos de cielos
que le descubren solitaria y muda?

Anónimo dijo...

Ay Silvio, qué sorpresa. Gracias a ti Emilia. Espero seguir leyéndote de vez en cuando y de cuando en vez. Un abrazo.

Kitty

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