Por Juan Triana Cordoví
Entre las pocas horas que Cuba estuvo fuera de la lista de países patrocinadores del terrorismo y el regreso tras la firma del flamante Trump, se coló una buena noticia de verdad: haber logrado renegociar la deuda que el país tiene con el llamado Club de París, esa que ya había sido renegociada en el 2015, después de décadas en moratoria.
La llegada de Trump a la Casa Blanca, desde mi perspectiva, incrementará sustancialmente la incertidumbre, el miedo, la precaución de “hacer negocios con Cuba”, de pensar en proyectos de inversión, de abrir líneas de crédito.
Siempre me digo que el ejercicio más fuerte al que se tendrá que enfrentar algún gobierno cubano algún día será cuando se eliminen las sanciones; cuando algún Congreso estadounidense levante al fin el bloqueo y revoque la Ley Helms-Burton.
Aunque para nada la renegociación con el Club de París compensa que Trump haya hecho sal y agua la tardía decisión de Biden, renegociar la deuda nos ofrece una magnífica oportunidad y sus efectos positivos rebasan las fronteras —y las carteras— de los países miembros del Club.
El nuevo acuerdo, del cual apenas se conoce el anuncio, debería ayudar a generar algo de confianza en posibles acreedores de los países miembros y de otros, lo cual es más que necesario si se desea revertir varios años de crecimiento negativo, incluyendo el actual.
Sin crecimiento no habrá desarrollo posible, ni reducción de la pobreza, ni mejora de la equidad, excepto que se empareje hacia abajo —en lo que sí somos expertos—. Y la prosperidad prometida seguirá siendo, cuando más, como el horizonte, una línea imaginaria que se aleja de nosotros en la medida en que nos acercamos a ella.
Nuestro país está entrampado en un círculo perverso de decrecimiento, motivado, entre otras causas, por esa baja dinámica del PIB, que a la vez condiciona la debilidad del ahorro interno, lo cual conduce a bajas tasas de inversión nacional en un bucle que alimenta nuevamente ese círculo perverso.
A ello habría que sumar la consabida asignación errónea de los escasos recursos de inversión en sectores donde difícilmente podrán ser recuperados en el tiempo estimado.
No solo inversión extranjera
Incentivar la inversión privada nacional y foránea es una de las vías para romper ese círculo perverso.
Dar al inversionista nacional, privado y/o estatal las mismas oportunidades que de forma discrecional se le otorgan hoy a algunas empresas extranjeras en el sector comercial, en el sector agropecuario o en la pesca y en sectores de la infraestructura debería ser una regla obligatoria, porque nuestro país debe crecer con las fuerzas propias también.
Encontrar nuevos socios extranjeros solo hará perdurable el efecto si los “socios nacionales” se suman y son incentivados a sumarse antes que impulsados a apartarse.
El acuerdo con el Club de París podría ser una oportunidad, aprovecharla a tiempo dependerá de la capacidad institucional para convencer a los acreedores extranjeros actuales y futuros.
Dependerá también de esa misma capacidad institucional crear incentivos a la inversión nacional, aun cuando sea pequeña, y generar la confianza imprescindible para que esos posibles inversores nacionales se decidan a arriesgar sus dineros en nuestro mercado.
Estamos mal, es muy cierto, pero podemos ir bien. No tenemos que esperar a que “nos dejen hacerlo”; tenemos que hacerlo, aunque no nos dejen.
https://oncubanews.com/opinion/columnas/contrapesos/tenemos-que-hacerlo-aunque-no-nos-dejen/
9 comentarios:
Somos las cucarachas de Silicon Valley
Por Eliane Brum
Todo lo que uso para escribir y difundir este artículo y lo que usted está utilizando para leerlo (si no lo está leyendo en papel) está controlado por los multimillonarios de Silicon Valley que apoyan explícitamente a Donald Trump, donaron dinero para las celebraciones de su regreso al poder y estuvieron en primera línea en su investidura. La otrora “mayor democracia del mundo” es, desde el 20 de enero, una oligarquía o, mejor dicho, una multimillocracia, un gobierno de multimillonarios para multimillonarios, en el que los magnates de la tecnología del siglo XXI se unen a los accionistas superricos de las corporaciones de combustibles fósiles y otros sectores que emergieron en el siglo XX. Estos multimillonarios controlan nuestra vida como en ningún otro momento de la historia y tienen el poder de determinar nuestra muerte. El 20 de enero, el mundo cambió y nuestra existencia se encogió.
El supersecretario Elon Musk (X, Tesla, Space-X), el hombre más rico del mundo; Mark Zuckerberg (Meta), que con su atuendo desenfadado ha anunciado que dejará de moderar las redes sociales que controla para que todos tengan la libertad de predicar el odio y el exterminio; Jeff Bezos (Amazon). Pero también superricos como Sundar Pichai (Google) y Tim Cook (Apple), entre otros. Son quienes dictan las reglas del mundo en el que todos hemos pasado a vivir, trabajar, relacionarnos, hablar, comunicarnos, amarnos. Y las dictarán aún más con el avance de la inteligencia artificial. En Trump II, los autoproclamados genios creativos de Silicon Valley se han quitado la máscara de hombres cool para aplaudir a uno de los peores seres humanos de la historia.
Ese mundo de internet en el que vivimos está aquí mismo, en este planeta, que en 2024 mantuvo por primera vez una temperatura media de 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales durante 12 meses, provocando los fenómenos climáticos extremos que coparon las noticias y declaraciones de los científicos que decían que estaban “desesperados”. Los principales culpables del calentamiento global son las corporaciones de combustibles fósiles y así se pronunció Trump en su investidura: “Vamos a perforar, baby, a perforar. Estados Unidos [...] tendrá más petróleo y gas que cualquier país de la Tierra. Y lo vamos a utilizar. Lo vamos a utilizar. Bajaremos los precios, volveremos a llenar nuestras reservas estratégicas hasta arriba y exportaremos energía estadounidense a todo el mundo. Volveremos a ser una nación rica. Y es ese oro líquido bajo nuestros pies el que nos ayudará a conseguirlo”.
Con este discurso, Trump decretó que Estados Unidos, históricamente el mayor contaminante del mundo, abandona el Acuerdo de París, en el que los países se comprometieron a realizar acciones para limitar el calentamiento global a 1,5 grados, el único parámetro considerado seguro para la vida. Lo que Trump anunciaba allí, ante los sonrientes multimillonarios de Silicon Valley, era que utilizaría un poder de muerte más amplio e irreversible que cualquiera de las armas empleadas en cualquier época de la historia humana, un poder de destrucción solo comparable a una guerra atómica, en la medida en que los productores fósiles son productores del calentamiento global.
Hay que hacerse una pregunta sencilla: ¿qué ocurrió en 2024 para que los multimillonarios de Silicon Valley estuvieran tan descontentos como para curvarse ante Trump y apoyar el colapso de la Tierra?
Somos las cucarachas... (2 y fin)
Un estudio de Oxfam publicado esta semana muestra que en 2024 cada multimillonario engordó su fortuna personal a un ritmo tres veces superior al del año anterior: casi dos millones de dólares al día. En el caso de los diez más ricos, entre ellos Musk, Zuckerberg y Bezos, 100 millones de dólares al día, mientras más de 3.500 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza con 6,85 dólares al día. Algunas de las cuales son migrantes a quienes Trump ha prometido expulsar, otras son refugiadas climáticas cuyo mundo quedó devastado y llaman a los muros de los países que han provocado y siguen provocando el colapso climático. Esta minoría de 2.769 multimillonarios, casi el 70% de los cuales están en el Norte Global, se enriqueció mientras los fenómenos climáticos extremos mataban y destruían en el año más caluroso de la historia.
Pero, aun así, los multimillonarios no están contentos. La violenta y obscena desigualdad que representan no les molesta, se sienten magnánimos por destinar calderilla a sus fundaciones filantrópicas. El problema es que cada centavo que el Estado gasta en políticas públicas para los más débiles y los más pobres les ofende. Cualquier regulación o límite impuesto por el interés público es un ultraje a su superioridad intelectual y moral, a su genialidad emprendedora. No quieren que ningún Estado regule su libertad de lucrarse ni limite su control sobre la vida de la humanidad. Para ellos, somos cucarachas devorándonos unas a otras en unas redes sociales que se han convertido en el coliseo contemporáneo. Si nos comportamos como ellas en lugar de votar a quienes nos desprecian y condenan a nuestros hijos, quizá tengamos una oportunidad de sobrevivir.
https://elpais.com/opinion/2025-01-22/somos-las-cucarachas-de-silicon-valley.html
LOS BRICS Y CUBA. ARMA CONTRA EL BLOQUEO. ¿Cómo lograr que sea efectiva?
Por Joaquín Benavides Rodríguez
Cuba ingreso como Socio de los BRICS a partir del 1ro. de enero del 2025. Con ello a la economía del País se le abre la posibilidad objetiva de vencer el Bloqueo norteamericano incrementado aún más por Trump, así como por las dificultades comerciales, financieras y tecnológicas asociadas a él. ¿Sera fácil y rápido? Nada de eso. Requerirá mucho esfuerzo y dedicación de todos los actores económicos, y del Pueblo en su conjunto. Y sobre todo Cambiar Todo Lo Que Deba Ser Cambiado. No habrá que cambiar nuestra concepción Socialista, ni ceder un ápice en nuestra independencia y soberanía nacional, pero sin duda será imprescindible cambiar a fondo el Modelo con el que ha operado la economía durante muchos años. Si no logramos cambiar a fondo el Modelo, con toda seguridad no nos será posible enfrentar el atraso acumulado desde 1990, ni integrarnos como socios al BRICS, lo que nos haría perder la posibilidad, casi única, de vencer al Bloqueo norteamericano, sus sanciones y de construir en el mediano y largo plazo, una economía prospera que encamine a nuestro País hacia un futuro socialista.
¿Qué aspectos del Modelo económico cubano sería imprescindible cambiar? En primer lugar, que en la economía socialista debe operar el mercado. Fue objeto de debate durante muchos años entre los revolucionarios cubanos, pero la experiencia internacional y la propia nuestra, a partir de nuestros fracasos productivos y limitaciones, han ido poniendo en evidencia que no se podrá prescindir del mercado, al menos en las relaciones entre las empresas estatales, cooperativas y privadas y entre estas y la población, durante un muy largo largo periodo de tiempo. Violar las leyes objetivas y saltar etapas, no nos acercaran jamás al progreso ni al Socialismo. De insistir en hacerlo, con toda seguridad continuaremos retrocediendo. Quien dude de esta afirmación, le sugiero que lea a Carlos Marx en la Critica al Programa de Gotha.
En segundo lugar, para cambiar el Modelo hay que partir de las condiciones objetivas de la economía cubana. La nuestra es una de las economías más abiertas que existen, lo que significa que para producir para el mercado, nacional e internacional, las empresas tienen que importar. Por lo tanto, para que las empresas, sean estas estatales, cooperativas o privadas puedan operar y comerciar con otras empresas en el mercado exterior, es imprescindible que exista un mercado cambiario legal, cuyo precio es la tasa o tipo de cambio. Sin tasa de cambio de mercado, que publique diariamente el Banco Central, no será posible que las empresas cubanas avancen en integrarse comercial y productivamente con sus similares de los países socios del BRICS.
Los BRICS y Cuba... (2)
En tercer lugar, las empresas estatales tendrían que reestructurarse en breve plazo para actuar como tales en el mercado internacional. Tanto para importar como para exportar. Tendrían que ser realmente empresas. Y las reglas de actuación tendrán que ser similares a las de las empresas de la contraparte. Por lo que los directores que firmen los contratos tienen que asumir las responsabilidades de lo que firman. Si tiene que consultar a un dirigente superior de los organismos actuales, lo mejor es poner a esos dirigentes superiores de hoy al frente de las empresas. No hacen falta OSDES que decidan. Deciden las empresas. Quizás a muchos jefes de OSDE convendría ponerlos al frente de las principales empresas. Las empresas estatales operarían en el mercado nacional e internacional en base a la competencia. Por tanto introducir innovaciones que incrementen la productividad del trabajo, la calidad y la reducción de costos, deberían constituir características principales de las empresas estatales en el nuevo modelo cubano. La dirección de las empresas estatales que incluiría sus organizaciones sindicales tendría que tener la facultad de aprobar las tarifas salariales de todos sus trabajadores, incluidos los de la dirección, siempre y cuando quedaran cubiertas totalmente sus obligaciones contractuales y con el Presupuesto del estado.
En cuarto lugar, el Modelo de gestión y administración de la agricultura habría que cambiarlo. El Ministerio de la Agricultura como organismo del Estado, no tendría facultades de administración sobre ninguna empresa estatal, cooperativa o privada. Administra y decide sobre el Presupuesto que el Estado asigna a inversiones para el desarrollo de la Agricultura. Responde por el Desarrollo de la Agricultura y la Ganadería cubana. Tiene subordinado a los Centros e Institutos de Investigación agropecuarios. Las empresas estatales de la agricultura deben ser reestructuradas en verdaderas empresas que produzcan y comercialicen según las reglas del mercado con facultades de importar y exportar. A las que están operando con grandes pérdidas y son subsidiadas por el Presupuesto del Estado, facilitarles que se conviertan en Cooperativas agropecuarias. A los pequeños propietarios privados y usufructuarios, facilitarles que se conviertan en MIPYMES agropecuarias. La ANAP mantendría su carácter de organización de masas de los campesinos cubanos, con funciones específicas de carácter social y político. Las empresas comercializadoras agropecuarias tendrían una base municipal, pero operarían según las reglas del mercado y se podrían encadenar con otras comercializadoras de otros municipios y con empresas de la industria alimentaria. Todo el proceso de producción y comercialización mayorista de alimentos debería ser financiado por crédito bancario en base a contratos que tengan en cuenta los precios de mercado.
En quinto lugar, convertir nuevamente a la Industria azucarera cubana en uno de los pilares importantes de la economía del País. Nadie puede concebir en el mundo que la economía cubana no sea capaz de producir azúcar. AZCUBA ha fracasado, entre otras cosas porque la han desvinculado del mercado azucarero mundial y que ha organizado la producción cañera y azucarera sin tomar en cuenta el mercado. Desde la misma producción de caña habría que tener en cuenta la realidad del mercado, incluida las tarifas salariales. No tiene sentido económico que no se proceda en base a esos criterios.
Los BRICS y Cuba... (3)
En sexto lugar, suprimir el subsidio universal a la población cubana a través de la libreta de abastecimientos. Esta institución, que pudo haber sido necesaria en los años 60, se convirtió casi sin darnos cuenta en un verdadero cáncer económico, que si no lo extirpamos definitivamente ahora, posiblemente no podamos romper las ataduras, incluso psicológicas como sociedad, que nos han impedido entender en toda su profundidad la necesidad de cambiar el modelo. Siempre la economía cubana tendrá que ser capaz de proteger a su población vulnerable. Y en una etapa de cambios del modelo, como la que debemos llevar acabo tiene que convertirse en parte del modelo. Habrá que precisar el concepto de vulnerable, y como parte del proceso de cambios, que la economía nacional sea capaz de garantizarle los ingresos en dinero suficientes, para que no se sienta un ciudadano de tercera clase y pueda adquirir y pagar lo necesario para vivir con dignidad. Pero el resto de los cubanos, que somos la inmensa mayoría, debemos ser capaces de contribuir a salir adelante de esta difícil y complicada situación económica y también política, con nuestro trabajo físico o intelectual, consumiendo a partir de lo obtenido por él, según los precios minoristas de mercado.
En séptimo lugar, habrá que darle solución al surgimiento del desempleo. Lograr emplear a toda la población en edad laboral, hombres y mujeres, deberá seguir siendo siempre parte de nuestra concepción socialista. La creación de empleos superfluos financiados por el presupuesto nunca será una solución realmente socialista. Mucho menos lo será mantener tasas de desempleo y sub empleo de hombres y mujeres a los cuales la economía estatal no sea capaz de ofrecerle un empleo productivo. No tiene sentido económico ni político, que en un país con problemas de oferta por falta de inversiones estatales, y de empleo por la misma razón, se limite el crecimiento del sector privado, por preocupaciones que tienen poco que ver con concepciones realmente socialistas y revolucionarias. Si el sector privado, con las MIPYMES pudiera duplicar el actual nivel de empleo invirtiendo su propio capital, brindaría a la economía cubana, socialista, un aporte importante en su reestructuración. Si en la actualidad están aprobadas alrededor de 12 mil MIPYMES, posiblemente la economía podría asimilar no menos de 60/70 mil MIPYMES adicionales, contribuyendo a que la necesidad de inversión estatal en crear empleo fuera significativamente menor. Dentro de ese total se pudiera calcular los trabajadores que emplearían los pequeños productores agrícolas privados y usufructuarios en el supuesto de que se les autorizara constituir MIPYIMES especializadas en la agricultura y la ganadería.
Los BRICS y Cuba... (4 y fin)
En octavo lugar, habría que constituir una eficiente y bien dotada Banca. Tendría que ser uno de los soportes principales en el Modelo a construir. El fracasado intento de Bancarización demostró, las enormes insuficiencias de sistema bancario. El Modelo que se propone supone que el crédito bancario tendrá que especializarse en la financiación de todas las empresas estatales, cooperativas y privadas y las instituciones bancarias constituirse en la principal vía de financiación de todas las empresas que operen en la economía nacional. El Banco Central debe establecer la tasa básica de interés bancario. A partir de ella, los bancos comerciales, que también operan en el mercado acuerdan con las empresas las tasas de interés a aplicar según el contrato con las empresas clientes.
En noveno lugar, Habrá que establecer una legislación que obligue a las empresas a pagar según lo acordado en los contratos. Deberían establecerse fuertes sanciones financieras por los incumplimientos de los contratos de pago. Sin garantías de pago el mercado no puede operar, lo que convierte al País y a las empresas en poco confiables, con graves consecuencias para que pueda operar el crédito bancario, con nefastas consecuencias para la economía de un país como Cuba, que está obligada a operar con sus empresas en el mercado internacional. Sera necesario aprobar por la Asamblea Nacional una Ley de Quiebra.
Los cambios revolucionarios que se proponen en el Modelo cubano, no podrían significar en ningún caso, el abandono de las conquistas históricas de la Revolución cubana con relación a que toda la población continúe recibiendo servicios gratuitos de educación y salud que sean comparables en su calidad y oportunidad a la de los países más avanzados. Recuperar lo que ya fue alcanzado, lamentablemente deteriorado hoy, y lograr un servicio excelente en beneficio de nuestro Pueblo, tendrían que ser siempre objetivos prioritarios de la economía cubana.
22/01/2025
De nuevo Trump...
Por Félix Sautié Mederos
Aquel dicho popular que dice que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, ha sido lo que me vino a la mente con la noticia de Trump presidente y sus ORDENES EJECUTIVAS primeras.
En esencias, quiero expresar mi percepción que continuamos en una realidad muy compleja y ahora más crítica, pero que a los cubanos de hoy no nos cabe el asustarnos, sino luchar con todo lo que tenemos hasta vencer o morir. Así las cosas…
Nuestro gran desafío con el nuevo regreso de Trump tan agresivo como siempre y quizás más, es seguir en la senda de los mambises y de Fidel victoriosos embargados con el amor a la Patria que ellos pusieron en práctica y sin mirar para atrás para no convertirnos en estatuas de sal. No hay otra alternativa que luchar y luchar, No podemos descansar y mucho menos amilanarnos.
El Bastión 2024 que se realiza en todo el país en estos momentos es una respuesta con un mensaje claro y directo al Imperialismo Yanqui, que en Cuba estamos dispuestos a luchar hasta el final y que no le tenemos miedo alguno. Allá en el mundo de hoy los que se asusten y se le subordinen siguiéndoles la rima como se dice popularmente: ¡nosotros No ¡…
Mi alerta y mi interpretación es que los “tiros” de los imperialistas, vienen por la Economía con las restricciones y prohibiciones que nos plantean para ahogarnos. Y, en eso nuestra respuesta ha de ser hacer todos los cambios que sean necesarios para fortalecernos más con la decisión de que la lucha con eficacia será lo decisivo. Hay que reestructurar lo que sea también necesario integralmente porque, con los viejos esquemas no podremos vencer a los desafíos multiplicados que de ahora en adelante irán creciendo cada vez más. Como lo dijo nuestro José Martí: Plan contra Plan; y el ejemplo por delante.
Ya no caben esperas para hacer todo lo que tenemos que hacer sin temblarnos el pulso con la unidad de todos los cubanos de bien por delante. Con los oídos bien abiertos y los pies en el estribo.
Así lo pienso y así es mi arenga de viejo combatiente con la consigna de Hasta la Victoria y Siempre Venceremos.
https://felixsautie.com/articulos.php?de-nuevo-trump-la-lucha-es-lo-decisivo-para-enfrentarlo
Jorge Dávila Miguel: ¿Quo Vadis, Cuba?
EU califica de "presidente legítimo" al opositor venezolano González Urrutia
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