miércoles, 19 de mayo de 2021

Humboldt 7: El crimen infinito

Por Ricardo Alarcón de Quesada

 

Jimenito

 

A pesar del tiempo transcurrido desde el 20 de abril de 1957 se siguen publicando textos relacionados con la masacre ocurrida en la tarde de aquel Sábado Santo que giran, fundamentalmente, alrededor de la delación que condujo al asesinato de Fructuoso Rodríguez, Juan Pedro Carbó, José Machado y Joe Westbrook.


Acerca del delator, sus motivos, su vida y milagros, se ha escrito más, mucho más que sobre sus víctimas. No faltan elucubraciones y falacias que desvirtúan los hechos e incluso cuestionan su culpabilidad. Es como si aquellos compañeros fueran asesinados de nuevo, una y otra vez, hasta el infinito.


Siento el deber de rescatar su memoria. Los cuatro fueron mis amigos y compañeros y Fructuoso fue mi jefe en la Universidad de La Habana, con el compartí luchas y sueños que me obligan a salvarlo del olvido.


Para ello me valdré de recuerdos que me acompañan día y noche.


Lo que sigue es solo una porción de lo que debería ser, y con el favor de Dios, será un escrito mucho más extenso que permita aquilatar mejor lo que Fructuoso y sus hermanos significan para nuestra Historia.


Romper con Fructuoso


Ingresé a la Universidad en 1954 y muy pronto me involucré en las luchas estudiantiles. Matriculé en Derecho y en Filosofía y Letras y en esta última integré como Vicepresidente la lista que encabezaba Eugenia Escalona (Susa) quien más tarde militaría en el Directorio Revolucionario y sería la esposa de Guillermo Jiménez Soler (Jimenito).


En aquellos tiempos había 13 escuelas en la UH, cada una con una Asociación de Estudiantes cuyos Presidentes, electos por voto directo por los alumnos de cada Facultad, elegían entre ellos, a los dirigentes de la FEU.


Nuestra candidatura había sido organizada y era dirigida por Fructuoso Rodríguez, entonces Presidente de la Asociación de Agronomía y el más fiel amigo de José Antonio Echeverría y su principal respaldo en el liderazgo de la Federación. Fructuoso se movía por toda la Colina y encabezaba la batalla para liberarla de los remanentes que aún persistían del bonchismo y eran la base de la oposición a José Antonio.


La mayoría del alumnado de Filosofía eran muchachas. Entre las excepciones, estaba Laureano Batista Falla, de una de las más adineradas familias cubanas y compañero de aula de quien escribe estas líneas.


En cierta ocasión Laureano me pidió conversar a solas. Lo hicimos a la sombra de los frondosos jagüeyes que aun se alzan a la entrada del edificio Dihigo.


Laureano me ofreció los votos de las alumnas de Villanueva, monjitas y seglares, que por estar también matriculadas en nuestra Escuela podían votar en sus elecciones.


Precisó, de modo enfático, que habría una condición, una sola condición: que rompiéramos con Fructuoso.


Obviamente no había nada más que hablar pero la curiosidad me hizo preguntarle “¿Por qué Laureano?”. Y él respondió que para ellos Fructuoso era un revolucionario radical y que si sus ideas triunfasen Cuba no volvería a ser igual.


Se efectuaron las elecciones y, efectivamente, vi llegar varias camionetas de la Universidad Católica. Resultó ganadora Amparo Chaple, conocida militante de la Juventud Socialista. Más abajo explico el enredado proceso que llevó a tal desenlace. Debo apresurarme a subrayar que aunque perdimos, ganamos, ya que Amparo, rompiendo la disciplina de su organización, dio a José Antonio un voto decisivo. Quizás esa actitud tenga algo que ver con su trayectoria después de 1959, en la que apenas llegó a ocupar un puesto secundario en el servicio diplomático aunque siempre tiene el respeto y la admiración de quienes la conocimos.


“Es lo mismo”


Fructuoso fue, entre los dirigentes de aquella FEU, el más tenaz defensor de la unidad revolucionaria. Solo él llevó como Vicepresidente de su Asociación a un conocido militante de la JS, Antonio Massip, quien poco podía aportarle en términos de votos en Agronomía.


En algún momento en 1955 me anunció que se iba a crear el Directorio Revolucionario y me invitó a ser miembro de esa organización y cuando le respondí que ya formaba parte del M-26-7 me dijo no importa, es lo mismo, en la Universidad seguiremos trabajando juntos”. Y así fue. Por cierto, idéntica orientación recibí de Ñico López, primero, y luego de Gerardo Abreu Fontán, que instruyeron a los veintiseístas de la Colina a seguir la dirección de José Antonio y Fructuoso.


D’Strampes 220


José Garcerán de Vall y Vera, miembro de la Dirección del M-26-7, vivía con su madre en esa dirección a pocas cuadras de la casa de mis padres. Desde niños jugábamos por esas calles y nos visitábamos con frecuencia. Allí encontró refugio Fructuoso el 14 de marzo de 1957. Lo visité diariamente y hablamos extensamente sobre lo humano y lo divino. Le comuniqué por instrucciones de Faustino Pérez la petición de Fidel de que se le uniera en la Sierra Maestra. Me pidió trasladase su gratitud pero agregando que él debía permanecer en La Habana para reorganizar el Directorio en aquellas dificilísimas circunstancias.


Analizamos las acciones necesarias para continuar la lucha hasta la tarde en que fueron a buscarlo para llevarlo a otro lugar. Al despedirnos quedamos en que él me avisaría para volvernos a reunir.


El Sábado Santo


En la mañana del 20 de abril recibí un mensaje de Fructuoso, según el cual al día siguiente me recogerían para llevarme adonde él estaba.


Me faltaba un mes y un día para cumplir veinte años de edad, pero de golpe mi vida cambió para siempre. En la tarde falleció mi padre a sus 49 años y tuve que ir al hospital de Emergencias a identificar su cadáver y hacer los engorrosos trámites con la funeraria de Infanta y Carlos III. En medio de todo aquello me pareció notar un inusual despliegue de esbirros.


Esa noche durante el velatorio de papá en nuestra casita viboreña Garcerán resumió la jornada así: la verdad es que la vida es del caray”.


Las elecciones universitarias


Al comienzo del curso 1954-1955 conocí a un personaje, Leonel Alonso, que supuestamente sería mi compañero de aula, quien de inmediato me anunció que aspiraba a ser el próximo Presidente de la FEU, algo que estuvo a punto de lograr. El primer paso hacia esa meta era ganar la presidencia de la Escuela, lo que consiguió con el apoyo de la Juventud Socialista que controló nuestra Asociación.


Leonel, sin embargo, enfrentó un obstáculo insuperable: el sistema y los métodos de enseñanza de Filosofía y Letras, que se apartaban bastante de los prevalecientes en el resto de la Universidad. Además de la calidad de su claustro, en nuestra Escuela existía la asistencia obligatoria a clases, las pruebas periódicas, los seminarios, talleres y conferencias que anticipaban lo que se generalizaría en 1962 con las Reformas Universitarias.


Nunca lo vi en alguna de esas actividades ni tampoco, por cierto, en las manifestaciones y actos de protesta contra la dictadura. Un día pasó lo que tenía que pasar. Leonel irrumpió bruscamente en un local, interrumpió y le faltó el respeto a una profesora y esta, lógicamente, lo denunció ante la dirección de la Escuela, la cual propuso al Consejo Universitario la suspensión de derechos de Leonel.


La Asociación de Estudiantes decidió ir a la huelga en respaldo de su líder y para llevarla a cabo organizó una asamblea general. Me senté en medio de mis compañeras. Arriba estaban Leonel, la vicepresidenta Amparo Chaple y la Secretaria de la Asociación.


Se me ocurrió pedir la palabra para oponerme a la huelga, argumentando que la dirección de la Escuela había cumplido con su deber. Leonel me respondió con tono melodramático. Las palabras del compañero” -dijo- “me han herido profundamente, sus palabras me han llegado hasta la clavícula” y al decir esto movió el brazo en arco y posó su mano en la cadera. Se escucharon algunas risas. Las muchachas que lo acompañaban en la tribuna movieron sus manos indicándole que levantara la suya. Leonel repitió lo que había dicho y al hacerlo repitió también el mismo gesto. Así estuvo con su mano donde ya dije mirando asombrado a lo que ya era una carcajada generalizada. La huelga” fracasó.


La campaña electoral se desarrolló con dos candidaturas, la nuestra y la de Amparo Chaple, y se caracterizó por la cordialidad que siempre existió entre nosotros.


Llegó el día en que concluiría la presentación de candidaturas ante Nantilde León, profesora de Lengua Griega y Secretaria General de la Escuela. Iba a terminar la mañana y con ella las inscripciones, cuando llegó el jefe de la JS universitaria, Raúl Valdés Vivó, con los papeles correspondientes a Leonel. Nantilde se los devolvió señalando que el Consejo Universitario había ratificado la sanción contra él.


Raúl presentó entonces los de Adolfo Rivero, también de la JS y cuya aspiración nadie conocía. Nantilde miró al reloj, ya había pasado el mediodía y rechazó también tal candidatura.


Hubo protestas y algún grito, pero pronto todo estaba en calma. Salíamos del edificio cuando Raúl se quejó –“ustedes no tienen sportmanship– y recibió la réplica inmediata, tajante, de Fructuoso: aquí no estamos jugando a la pelota”.


Nuestra candidatura tuvo que enfrentar lo que en aquella Cuba se llamaba voto negativo”, la convergencia de diversos factores, que pese a sus contradicciones, unían sus votos para derrotar a un enemigo común. En nuestro caso eran la oligarquía criolla (Laureano), los restos del “bonchismo” (Leonel) y la JS. Se unieron para derrotarnos a Susa y a mí, aunque en verdad su objetivo era derrotar a José Antonio y a Fructuoso.


Aunque perdimos la elección, la conducta valerosa, digna, de auténtica comunista, de Amparo, al votar por José Antonio convirtió el revés en victoria.


Leonel mantuvo el favor de sus aliados de izquierda”. Después del 59 fue Embajador, hasta que un buen día se robó los fondos de su Misión Diplomática y se fue a Miami a luchar por la libertad de Cuba.


En cuanto a Valdés Vivó debo decir que aunque tuvimos grandes diferencias, antes y después del 59, también libramos juntos algunas batallas y, con el andar del tiempo, aprendimos a respetarnos e incluso tratarnos cordialmente.


Sobre los vínculo entre el M-26-7 y el Directorio


La mejor definición me la dio Fructuoso y la repito: Es lo mismo”.


También di cuenta de que el 14 de marzo se escondió en la casa de Pepe Garcerán, uno de los jefes del Movimiento y amigo mío desde la infancia. Estoy seguro que hubo otros casos de ayuda a los perseguidos por el ataque a Palacio y la toma de Radio Reloj. Debo relatar uno que guardo siempre en la memoria.


Fue en la tarde del 13 de marzo y en la calle 23 entre 24 y 26, no lejos de donde estaba el tenebroso Buró de Investigaciones. En ese lugar pudimos ubicar a Joe Westbrook y a Carlos Figueredo (el Chino), este último herido. El asunto fue materia de una de las primeras producciones del ICAIC (Historias de la Revolución).


Marcelo Pla, uno de los principales jefes de las Brigadas Juveniles del Movimiento, que estudiaba Medicina logró curar al Chino en aquellas limitadísimas condiciones.


A modo de conclusión


Varias veces vi en la Plaza Cadenas (hoy Agramonte) a Juan Pedro y a Machadito ayudando a repartir textos del PSP y la JS. Quien los haya conocido a ellos, a Joe y a Fructuoso, sabe que los mártires de Humboldt 7 estaban muy lejos del anticomunismo. Si no los hubieran asesinado, ellos habrían estado a la vanguardia de nuestro pueblo en la brega por alcanzar el socialismo y la sociedad comunista.


Por aquellos años leí bastante a Jean-Paul Sartre, incluyendo Materialismo y Revolución, donde encontré una advertencia iluminadora: para el estalinista el enemigo principal no es la burguesía sino el revolucionario que no pertenece al partido.


Creo además con William Faulkner: the past is never dead. It is not even past.

208 comentarios:

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reymc dijo...

Buenos días
Ya lo dije en mi entrada anterior! Estuvo buena la Conferencia de prensa del Ministro de economía de Papúa Nueva Guinea!
Y mejores los 35 comentarios que enviaron los papuenses al sitio!

Antílope dijo...

El link sobre la entrevista a Pepe Menéndez en Conversando en tiempos de... no funciona. ~ Saludos

Patricia Moda dijo...

Feliz cumpleaños a Ricardo Alarcón!

Que justo que cumpla años en la entrada con su nombre 😃

Rene Rodriguez Rivera dijo...

Felicidades para Alarcon.R3.

silvio dijo...

Hay nueva entrada

Rene Rodriguez Rivera dijo...

Primer celular cubano...estoy ahorrando porque seguro lo venderán en CUP.R3.

Lebis dijo...

Egunon Silvio
Egunon segundaciteras
Interesante artículo sobre lo que está pasando entre la frontera Hispanomarroqui y el conflicto saharaui.

https://www.naiz.eus/eu/iritzia/articulos/marruecos-ceuta-y-el-sahara-occidental
España es la responsable desde 1975 de la ocupación marroquí de la República Árabe Democrática Saharaui y desde entonces práctica la política del avestruz.
Y de la ONU que decir...
Gora herri askeak!!! Vivan los pueblos libres!!!

Frank Dubrocq dijo...

Del FB de Carlos Varela:

"Leoni Torres además de ser mi amigo es un gran cubano que con su trabajo, su humildad y su honestidad se ha ganado el cariño y el respeto de muchos dentro y fuera de Cuba.
En estos días he leído insultos y ofensas contra él, hasta el punto de decirle traidor!
Traidor por hacerse una foto?
En serio?
Hasta dónde vamos a llegar?

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