sábado, 30 de noviembre de 2019

Del libro "José Tey Saint-Blancard, su última cita de honor"

Por Yolanda Portuondo López

            MIGUEL DEULOFEU: Hay otras anécdotas que reflejan su preocupación política, tanto desde el punto de vista teórico como desde el punto de vista de clase, y es aquella en que se enfrenta a un dirigente mujalista en los ferrocarriles.Ya aquí estamos entrando en otro tópico sobre Pepito, y es que en el hay una triple condición social: estudiante, trabajador en los ferrocarriles y maestro.

           RENÉ RODRÍGUEZ: Sería en 1954 o en 1955, cuando un día, estando sentado en La Placita, me pidió que lo acompañara para darle un recibimiento a un amigo que venía en el tren. Casi llegando, me dijo que era un dirigente sindical. Me causa sorpresa: "Que extraño que tu le vas a dar un recibimiento!" Me respondió: "Sí, pero tú verás de qué tipo".
Se había puesto de acuerdo con un grupo de trabajadores, entre ellos estaba Negrito Castellanos, que vivía en Corona. Claro, esto lo supe después, en aquel momento lo desconocía.
Nos paramos en el andén. Tampoco recuerdo si iba otro compañero con nosotros. Estuvimos un rato hablando con los trabajadores y por fin llegó el tren.

El coche en que venía el dirigente se detuvo justamente delante de René y Pepito. De inmediato, apareció en la escalerilla un hombre joven, con bigotes.

             RENÉ RODRÍGUEZ: Y enseguida un grupo de paniaguas comenzaron a decir: “¡Viva Bolaños!”, y aquel hombre muy sonreído  Pepito se adelanta, le tiende la mano, se la agarra bien fuerte y le dice: "Tengo mucho gusto en conocer a un vendepatria, batistiano, degenerado", y otra serie de cosas que no se pueden publicar.
Aquel hombre estaba pálido, blanco como un papel, no sabía qué hacer y Pepito seguía con la mano agarrada. Salieron dos o tres que venían con él, lo zafaron y trataron de empujar a Pepito, pero vinieron los trabajadores y empezaron a gritarle: "¡Abajo Batista!"
Bolaños se retiró con su claque. Allí se formó una situación muy áspera, difícil, una alteración tremenda con aquellos gritos "Abajo Batista"; entonces Pepito me dice: "No corras". Salimos caminando hacia la Alameda; ya en la calle me dijo: "Bueno, ahora si quieres corre, no vaya a ser que vengan más". Salimos corriendo, cruzamos la Alameda y subimos por la calle Trinidad hasta el parque, donde nos sentamos.

Tal fue el impacto de aquel incidente que, a más de veinte años, en el momento en que entrevistamos a René Rodríguez, nos manifestó: "Nunca se olvida la visión aquella de que mientras gritábamos ‘abajo Batista’ y nos íbamos retirando por el andén, los trabajadores ferroviarios sujetaban a un soldado del ejército que intentaba sacar el plan de machete y atacarnos".

           RENÉ RODRÍGUEZ: Al principio yo pensaba que él iba a hacer algún tipo de propaganda, o tal vez dar unos gritos desde lejos, o bien una manifestación en contra de aquel hombre; pero nosotros dos allí solos, parados, nunca lo hubiera imaginado. Es verdad que teníamos la proteccion de un grupo de trabajadores, pero se necesitaba además la audacia de Pepito y su gran valor personal. Ese fue el recibimiento a Javier Bolaños. Algo que al cabo de los años no deja de asombrarme.

martes, 26 de noviembre de 2019

Música, sueños y canciones

Fue una tarde linda. Lola Calviño y el ICAIC nos invitaron a los exintegrantes del Grupo de Experimentación Sonora a acercarnos al segundo piso del organismo, al rincón donde quedaba nuestra aula de estudio y ensayos. De los que fuimos aquel grupo pudimos estar sólo cuatro: Leo Brouwer, Pablo Menéndez, Gerónimo Labrada y yo. Somos los únicos sobrevivientes, además de Pablo Milanés y Leoginaldo Pimentel, que no estaban en Cuba. Pero había bastante gente: algunos compañeros de por entonces y muchos otros nuevos, todos visiblemente felices de estar allí, repartiendo amabilidades. 

A las 15:30 se develó una tarja conmemorativa de los 50 años transcurridos y después cruzamos la Avenida 23, para conversar sobre el GES en la sala Fresa y Chocolate. La charla fue conducida con muy buena energía por Joel del Río.  Y los protagonistas de aquellos avatares fuimos contando cosas en la medida que surgieron interrogantes y memorias.

Yo pasé casi todo el tiempo con una especie de sensación de presencia de los que ya no están (Noel, Sergio, Eduardo, Sara, Emiliano, Leonardo, Caturla, Averoff, Ana, Lucas, Bejerano, Norberto, Elósegui, Smith, Armando Guerra, el gallego Iztueta, Germinal Hernández y por supuesto Alfredo). O fue que me hubiera gustado que estuvieran, para recordar pasajes escabrosos y hacer bromas que sólo nosotros entenderíamos.

Son muchas las cosas que están cumpliendo medio siglo por estos días. Música, sueños y canciones, un buen montón.






lunes, 25 de noviembre de 2019

Ciudad

A Eusebio 

Soy una centenaria ciudad
de murallas y puerto.
Soy a diario una nueva verdad,
enterrando a mis muertos. 

He soñado, sueño y soñaré
que soy mejor que nunca.
He llorado, lloro y lloraré
si mi ilusión se trunca.

Yo vi tanto llover
y vi tanto escampar,
pero nunca sabré
lo que falta mirar.

Mi mañana tendrá 
cierto viejo sabor;
mi mañana será 
de placer y dolor. 

Soy una luminosa ciudad
en proyecto y en ruinas,
viva piedra de azul claridad
terrenal y marina. 

Soy una veterana ciudad,
una sobreviviente
del salitre, del sol, de la edad
y de su propia gente.

                  
                                                        (1º de junio 2019)

jueves, 21 de noviembre de 2019

El duro aprendizaje de la izquierda

Por Jorge Gómez Barata

La derecha latinoamericana no quiere cambiar nada y la izquierda ha querido cambiarlo todo.

El socialismo del siglo XX creó un paradigma, según el cual, una vez tomado el poder, se creaba una nueva economía, se transformaban las estructuras sociales, incluidos la cultura y el derecho, se suprimía toda oposición y se construía una sociedad nueva. El proceso se consideró irreversible, lo cual suponía ejercer el poder para siempre.


En la política latinoamericana la derecha y las corrientes afines operan con todas las ventajas. Tienen el tiempo, el clero, los empresarios y la mayor parte de la intelectualidad a su favor. Poseen la experiencia de haber gobernado doscientos años. Sus activos políticos son predominantes y los ampara la ideología dominante.


La derecha controla las estructuras económicas, los bancos y las entidades financieras, las instituciones estatales, los sistemas judiciales, los medios de difusión, el favor de las instituciones militares y, en muchos casos, la mayoría de la opinión pública. Cuentan también con el lumpen y los desclasados. Los delincuentes no son socialistas. El conjunto forma una especie de “Entente cordial”.


Sin tradición, recursos ni tiempo; sólo con la razón histórica y las simpatías de parte del electorado, encarando los prejuicios anticomunistas, el progresismo trata de solventar la enorme deuda social expresada en pobreza y hambre, desempleo, atraso tecnológico, analfabetismo, déficits de atención a la salud, precariedad de la vivienda, así como la discriminación y la exclusión social de los sectores más deprimidos, en especial de los pueblos originarios.


Ante la carencia de recursos, los gobiernos de izquierda que heredan países endeudados, con las arcas vacías y sofocados por la corrupción y la ineficiencia de la administración, deberán aplicar políticas sociales, generar empleos, promover obras de infraestructuras, construir escuelas, hospitales, caminos carreteras y acueductos, todo lo cual implica considerables aumentos del gasto público. A ello se suman los gastos militares para tranquilizar y privilegiar al estamento.


Debido a que el dinero lo tienen los ricos y las empresas extranjeras, creyendo ser consecuentes con la experiencia del socialismo del siglo XX se acude a las recetas de nacionalizar, expropiar, establecer el control de cambios y en ocasiones echar mano a las reservas internacionales del país. En este empeño, en ocasiones se recurre a prácticas autoritarias.


Porque obviamente uno o dos períodos presidenciales no bastan para semejantes realizaciones, los gobiernos de izquierda acuden a la reelección y, cuando las constituciones no lo permiten, promueven el cambio de la letra, con lo cual se crean nuevas tensiones. Casi siempre, la solución suele ser peor que el problema. Bolivia es la experiencia más reciente.


Debido a la reacción conservadora, la desmesura de las tareas, la falta de recursos y la hostilidad foránea, con reiterada frecuencia se crean situaciones insostenibles para los gobiernos progresistas y de izquierda. Los casos de Brasil, Ecuador y Bolivia son los ejemplos más recientes.


En el breve período histórico transcurrido desde el triunfo de la Revolución Cubana, la izquierda latinoamericana tuvo oportunidades y reveses, de unas y otros quedan las obras y las enseñanzas entre ellas, no confundir deseos con realidades, no sobrestimar las fuerzas propias ni subestimar al adversario, no repetir errores ni acariciar utopías.


Además de heroísmo, capacidad de convocatoria y coherencia, se necesita realismo y sentido del momento histórico. Allá nos vemos.


Fuente: http://www.poresto.net/2019/11/21/el-duro-aprendizaje-de-la-izquierda/

lunes, 18 de noviembre de 2019

Tsunami democrátic*

Por Juan M Ferran Oliva
Corren días de acontecimientos fuera de serie. Desde el pasado día 10 he seguido por Tele Sur los sucesos de Bolivia. Me impresiona la masiva participación de los pueblos originarios en el proceso. Defienden su identidad simbolizada en la Wimphala. La derecha cuenta con el apoyo de las fuerzas armadas. Tiene el poder. Renuevan la práctica de los Golpes de Estado tradicionales.
Sobre Evo Morales hay criterios a favor y en contra. Su origen étnico es rechazado por sus enemigos. El tiempo le dará o quitará la razón. No oso criticar. Bolivia es un mundo diferente y las extrapolaciones son mecanicistas. De cualquier modo hay que reconocer que Evo devolvió su dignidad a los indígenas y transformó el país. Bolivia es tierra de minerales. Antes fue el estaño, ahora se le añaden los hidrocarburos, el litio y otros que constituyen su riqueza material, y quizás su desgracia. Han sido causantes de numerosos escamoteos territoriales y asonadas militares. 
Tan complicada madeja de circunstancias impide conclusiones prematuras. Los acontecimientos continúan en pleno desarrollo. Hasta ahora resultan indecisos. Lamentablemente el poder parece inclinarse hacia los golpistas. Me limito a pensar que falló el argumento de evitar muertes y una guerra civil.  Ya son varias las víctimas entre el desarmado pueblo. Serán muchas más. No seria raro que se desatase una contienda, puede que sea la única solución popular.
Nuestra óptica política es diferente. La Revolución cubana siguió el patrón de la dictadura del proletariado. Se manifiesta en el monopolio partidista sobrepuesto al Estado. No confronta organizaciones contrarias, pero sí a contrarios. ¿Cuántos? No lo sé. En los demás países que se pretenden socialistas se enfrentan ideologías extremas organizadas en partidos. Bolivia es uno de tales casos[1]. Los pasados manuales los hubieran considerados revisionistas.
Hago un paréntesis para referirme a la profesionalidad de Tele Sur[2].  Contrasta con nuestra prensa nacional absorta en un cansón proselitismo y en temas insustanciales. No es por falta de buenos periodistas.
Otro acontecimiento notable es el chileno. Casi un mes de protestas populares aspiran a un cambio trascendente. El neoliberalismo ha agotado su credibilidad y un alud imparable de manifestaciones lo rechaza. Las masas retan a la represión carabinera que se anota ya varios muertos. Es asombrosa la explosión popular tan prolongada y firme. El Poder aún no cede.
En Argentina triunfó electoralmente la izquierda. En Perú hay crisis política. También hay protestas en el Ecuador presidido por el felón Lenin Moreno. En Brasil gobierna el émulo de Trump que retuvo en prisión a Lula para evitar su competencia electoral; ya lo han liberado, pero ¿hasta cuándo? . En Honduras y Haití tampoco faltan  las protestas. Guatemala va hacía Guatapeor. En Colombia siguen los incontables asesinatos políticos, vergüenza de la humanidad. Venezuela y Nicaragua continúan afrentando los ataques de Washington. México planta cara Estados Unidos.  El continente arde en noticias.  ¿Cuba? Bien, gracias. Sólo es agredida por el bloqueo repudiado por el resto del Mundo pero vigente debido a la prepotencia imperialista. Ah… y, sobre todo, al llamado bloqueo interno. 
Salgo del Continente y me refiero a España donde el PSOE[3], que no es ni socialista ni obrero, ha pactado con Podemos, una entidad que flirtea con la izquierda.  La altanería de Pedro Sánchez lo desgastó en las elecciones. La ultra derecha ganó posiciones. El españolista Albert Rivera, abatido por sus ambiciones electorales, dimitió como presidente del Partido Ciudadanos[4]. Es una buena noticia. La mala es que muchos de los votos que perdió fueron a parar a Vox, fascista sin careta. 
En Cuba es recibido su Majestad Felipe VI de España y su esposa la Reina Leticia[5]. Vienen oficialmente en ocasión del 500 Aniversario de La Habana. Son los primeros reyes españoles en visitar oficialmente la que durante 400 años fue su colonia.    El despliegue mediático ha sido discreto.  El Gobierno ha tomado en cuenta el papel económico de empresarios españoles en Cuba, y la propia posición del Estado español rechazando el bloqueo norteamericano que perjudica a sus capitalistas en la Isla. El protocolo y los intereses nacionales obligan. Se trata de dos Estados con ideologías antagónicas.
Su Majestad[6] representa un caduco modo de Estado y es continuador de la estirpe gubernamental española. Son aguas pasadas, pero Felipe sigue la real tradición. El primero de octubre de 2017 se efectuó el referéndum catalán sobre la independencia. Tres días después, el joven rey se expresó en su contra y justificó la represión ordenada por Rajoy. Lo mismo hubiera hecho su travieso padre Juan Carlos, su bisabuelo Alfonso XIII y todos sus antecesores.
En estos momentos en Cataluña también hay serias movilizaciones que paralizan la economía. Son varias las semanas y millones los participantes. Ellos las llaman Tsunami DemocràticProtestan contra las arbitrarias sentencias a los patriotas catalanes y reclaman la independencia. En el democrático Reino de España hay presos políticos. La prensa cubana apenas se entera. De todo conozco gracias a Tele Sur de Venezuela.
No nos engañemos. Los victimarios son socios comerciales, no hermanos ideológicos. Me permito recordar a las Dos Españas aludidas por Antonio Machado[7]. La  del Borbón no es la buena.


[1] Algo similar ocurrió en la Península Ibérica durante el Medioevo. El monarca en la Corona de Castilla imponía su criterio. En la vecina Corona de Aragón,  debía pactar por separado con cada poder local. Por supuesto, era más fácil gobernar en la primera.
[2] En el acontecer boliviano destaca su corresponsal Freddy Morales.
[3] PSOE; Partido Socialista Obrero Español
[4] El partido nació en Cataluña como Ciutadans. Se opone a la independencia catalana. Fue presidido por. Albert Rivera.
[5] Las reglas del juego monárquicas se han aflojado. En diciembre de 1936 abdicó Eduardo, entonces Rey de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Lo hizo por amor. Casó con una plebeya norteamericana.  Felipe VI es acompañado por la Reina Leticia, una periodista plebeya que adquirió sangre azul con el matrimonio morganático.. ¡Hasta la aristocracia se democratiza.!
[6] Ver SINE DIE 72 de octubre 22. De Nuevo el Rey.
[7] Españolito que vienes/al mundo, te guarde Dios. Una de las dos Españas/ha de helarte el corazón. Cantares. Antonio Machado.
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*Sine Die 80

viernes, 15 de noviembre de 2019

Dimensión de Eusebio

Querido Eusebio. La primera vez que nos cruzamos no tuve forma de adivinar tu verdadera dimensión. Como sé que recuerdas, fue en la oficina que Aida tuvo en San Ignacio y Empedrado. Aquella mañana entraste un momento, le susurraste algo y después continuaste con tu paso silencioso y tu camisa de todos los cubanos. Fueron tan tenues tu entrada y tu salida que pude haber soñado tu presencia. Pero enseguida aquella entrañable mujer me contó que habías estado expuesto a “las crueles realidades de nuestras vidas”. Tú no lo supiste, pero desde ese instante estuve contigo. 

Esto debió ocurrir hace apenas medio siglo. No recuerdo si Aida mencionó que eras el nuevo Historiador de la Ciudad. La verdad es que por entonces hablábamos poco de lo que éramos, siempre estábamos en lo que queríamos ser. En una ciudad donde cada jornada era historia vivísima del mundo, podían ser invisibles un estudioso, una funcionaria genial, un trovador.

Después empecé a distinguirte, siempre fugazmente, más allá de terceras y cuartas filas, como si prefirieras los perfiles bajos, como si huyeras de las luces. “Debe ser un vampiro”, pensé una vez que te vi al amparo de las sombras, desplegando tus artes. Pero llegaron los setentas y apareciste aquel equipo de arquitectos al que aporté, casualmente, unas fotos. Entonces comenzaba a perfilarse lo que venías bordando con paciencia de chino, y tuve un atisbo de tu dimensión. Por eso un día, en Camagüey, cuando develabas la placa de Agramonte, te dije bajito: “Hermano, yo creo que Ud. también va para el bronce”.

Nunca olvido aquella semana en que Alfredo nos hizo coincidir y tu explicabas el día que
fundaron Venecia, en una plaza San Marcos que para mi sorpresa se anegaba, cerca de Caffe Florian, con Fina y con Cintio bajo el Puente de los Suspiros, donde hubo aquellas fotos. Luego, en la noche, nos descubríamos merodeando La Fenice, locos y emparentados por el mismo apetito.

Somos tan distintos, querido Eusebio, y a la vez tan iguales, que sobrecoge. Tú estuviste junto a tu madre hasta el fin, y yo vivo con la mía hasta que uno de los dos se vaya. Tú, aún cuando lo amado no siempre te ha correspondido, contra viento y marea has continuado amando. Y lo mejor es que has sabido hacerlo dejando fuera lo banal, maravilla cada vez más extraña.

Hoy, cuando tu obra y tu dimensión se hacen casi inabarcables, te confieso que me veo en ti, querido Hermano; no en tu incomparable estatura, benefactora de la ciudad y del país, sino en el cotidiano afán por extraer del fondo de nosotros lo que nos hace buenos.

Gracias por eso, desde y para siempre.

2 de julio y 2017
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Silvio querido: Leal me ha pedido que te envíe este mensaje de gratitud por tu comentario Dimensión de Eusebio que leyó con emoción. Me lo dictó, como tantas otras cosas en días en que debe reposar físicamente hasta su total recuperación y en momentos donde como debes suponer, la actividad intelectual es bien intensa. Un abrazo, Magda Resik

Hermano Silvio:
Desde el retiro para la recuperación de mi salud, en medio de rumores infundados de que me fui o me voy, te puedo asegurar que han representado un afectuoso aliento tus palabras publicadas en Segunda Cita con esa foto que me trae muy buenos recuerdos. Provienen de quien siempre he admirado por tantas y tantas razones. Nadie como el poeta que eres podría haber resumido en líneas tan breves pero intensas lo que ha sido la vocación de nuestros días. Y te aseguro Silvio, que cuando llegue de verdad la hora postrera, iré para decirte al oído hermano una verdad que compartimos: yo me muero como viví.
Te abraza, Eusebio.


19 de noviembre, 11:46

martes, 12 de noviembre de 2019

La contrarrevolución de Bolivia

Por Jorge Fuentes*
              
La última vez que vi a Evo Morales fue el 20 de octubre en la tarde. Con el fotógrafo norteamericano Noah Friedman-Rudovsky[1], lo había acompañado durante varias jornadas. El 19 pasamos la noche en un hotel de Villa Tunari, en El Chapare y al otro día, a las 5 de la mañana, nos sentamos a la mesa en una gran nave donde el movimiento campesino había organizado el desayuno, consistente en un gran plato de pescado frito, sopa, arroz y yuca. Había allí unas doscientas personas y a eso de las siete, salimos a pie con el presidente hacia el colegio electoral donde debía ejercer el voto. Fui filmando detrás de él, mientras Noah se adelantaba con otra cámara; Evo se viraba constantemente a hablar con la gente o regresaba sobre sus pasos al oír a alguien conocido que lo llamaba, y eso me permitía tener siempre un buen plano que aproveché, prácticamente, hasta que echó la boleta en la urna. 

Regresamos a Villa Tunari y dejamos al presidente en la alcaldía, para dos horas más tarde reunirnos con él en el avión que nos trasladaría a La Paz. Lo vi muy sereno y contento de cómo habían ido las cosas en aquella zona en la que se inició como líder sindical de los cocaleros y dirigente político. Le comenté a Noah que este era su mundo y tuve que repetirlo, porque el americano no copió la metáfora ni que me estaba refiriendo a un ambiente específico del que la vida como presidente no había podido separarlo. Se notaba cansado el Evo, ocupó como siempre el primer asiento derecho del avión, pero en cuanto despegamos fue a acostarse y me cedió su puesto desde el que había mayor visibilidad, creo que no adivinaba todo lo que iba a pasar a partir de esa misma noche.

Aterrizamos en el aeropuerto de El Alto y nos despedimos con la idea de verlo el próximo día, pero eso ya no fue posible. A las ocho la radio y la televisión dieron el parte del Tribunal Superior Electoral que decía que con un corte del 83% de los votos, la candidatura del MAS, integrada por Evo Morales y Álvaro García Linera, había ganado con el 45.28, seguida de Carlos Mesa del Comité Ciudadano con 38.16, Chi Hyun Chung del Partido Democrático Cristiano con 8.77 y Oscar Ortiz, de Bolivia dice No, con 4.5. 

Tal y como estaban las cosas se esperaba una segunda vuelta, ya que la ley electoral establece que para vencer en la primera es necesario el 51 por ciento o sacando el 40, un 10 por ciento o más sobre el que mayor cantidad de votos obtenga. Pero el presidente confiaba en el voto de su mundo, el movimiento campesino indígena, que en todas las elecciones anteriores le había dado el triunfo. 

Al siguiente día, con todos los votos contados, se dio la noticia de que Evo había superado a Carlos Mesa por más del 10 por ciento. Esta vez lo supe por Noah que entró por un momento a la casa en la que estábamos viviendo y también me dijo que la oposición estaba organizando una manifestación frente al TSE. Me explicó que iba a tratar de llegar a la presidencia y se fue, pero me dejó una cámara y una mini grabadora. Ya estaba entrada la noche y hacía mucho frío, tomé un taxi y me dirigí a la Plaza Murillo, el MAS se había movilizado y tenía tomado el lugar, agitaban banderas, un ciego cantaba cuecas, la gente bailaba. Me dediqué a filmar al ciego que era un excelente cantante y podía ser un elemento importante si hacíamos un documental con el material rodado. Con algún trabajo conseguí otro taxi, porque con motivo de las elecciones había feriado y pocos carros en la calle, quería pasar por el centro a ver como estaban las cosas y al mismo tiempo ir acercándome al TSE que se encontraba cerca. Noté que muchas personas se movían en la misma dirección en que yo iba y al llegar al final del Prado vi la multitud que ocupaba varias cuadras de la avenida. Me situé en el puente que hay arriba de la calle para tener una visión general, pero no podía escuchar lo que gritaban y bajé. Al principio los gritos eran de “fraude” y más tarde, “indio cochino”, “indio asqueroso”, “indio, aprende a bañarte”, “indio de mierda”. Enseguida se me hizo evidente que más que una crisis de institucionalidad por un supuesto error del TSE era una crisis de intolerancia clasista. 

Catorce años les resulta (a los blancos y mestizos racistas y los indios ingenuos) demasiado, se supone que ya es hora de volver a la normalidad (su normalidad). Están cansados de ver cholas en los ministerios y en otros cargos públicos, les molesta ese color tierra de los indígenas en lugares desacostumbrados, que quien los represente en el mundo sea un indio, que ese indio haya cambiado el país como ellos no pudieron y cambiado la realidad de que Bolivia fuera, junto con Haití, el segundo país más pobre de Latinoamérica. Les molesta también ver la juventud de los ministros, ministras, diputados y diputadas, muchos de ellos indígenas. 
Evo podría tener todos los defectos, pero la solución no era Mesa[2] (de quien parece han olvidado toda su historia con y después del Goni)[3]. 
Cuando entrevisté a Evo por primera vez[4], hace 10 años, le pregunté que si las fuerzas revolucionarias habían llegado al poder o al gobierno, si aquello era una revolución o un cambio hacia un gobierno bueno. Por suerte para la memoria, esa entrevista no sólo está, fragmentada, en el documental que hice, se publicó completa en la revista Casa de las Américas[5]. Temía que no hubiera calado en grandes mayorías el compromiso moral e ideológico necesario para cambiar radicalmente las cosas. Estoy seguro de que ningún otro presidente le ha dedicado tantas horas de trabajo activo al cargo (comenzando todos los días a las cinco de la mañana), cambiando todo el estilo de la burocracia palaciega. Tampoco nadie en su cargo ha visitado tantas veces los departamentos y los municipios. Pero han creado una leyenda negra con todos sus defectos, reales e inventados por la propaganda reaccionaria. 

Hay una extraordinaria confusión a la hora de separar lo esencial de lo secundario y la oposición (desde Mesa hasta ¨el chino¨ Chi[6] y ahora Camacho[7]) se dedica a dar por ciertas las leyendas y las exageraciones. Mucha gente educada en la democracia burguesa necesita de la alternancia que es truco viejo para justificar más de lo mismo. Lo que está en crisis es la democracia representativa que debe ceder ante la participación popular, en una institucionalidad donde todos los seres humanos sean iguales, lo cual es inaceptable para muchos en Bolivia donde el racismo es un hecho estructural.

Los burgueses y los miembros de la alta clase media (en algunos casos también indígenas) quieren hacer creer que cualquier gobierno electo los representará a todos, presentan como de todos al estado y al gobierno. Caer en esa trampa es de una ingenuidad inadmisible. Un gobierno de Carlos Mesa o de Fernando Camacho será reaccionario y racista como lo fueron los anteriores al de Evo durante muchos años, defenderá los intereses que le corresponde como cualquier otro gobierno burgués, intereses que conocemos bien.

Al regresar me he mantenido informado, se ha desatado el golpe de estado que tenían preparado mucho antes de las elecciones. Se puede hacer trampas, pero no una trampa de casi 700,000 votos, ganar en 6 de los 9 departamentos y tener mayoría en la cámara y el senado[8]. Consultemos a expertos en el asunto y nos dirán que esa trampa es demasiada trampa y no puede hacerse. Pero la OEA que desde el principio estaba por la segunda vuelta, declaró en su informe de auditoría: ¨…teniendo en cuenta las proyecciones estadísticas resulta positivo que el candidato Morales haya quedado en primer lugar y el candidato Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana en segundo. Sin embargo, resulta improbable estadísticamente que Morales haya obtenido el 10% de diferencia para evitar una segunda vuelta¨. De cualquier modo, en la OEA no se podía confiar, el propio Evo les había pedido que las conclusiones fueran técnicas y no políticas lo cual era un imposible. 

La posición de nuevas elecciones sin Evo y Lineras, la del golpe, desconoce la auditoría de la OEA. Cuando se promovió una auditoría vinculante, los racistas y los ingenuos, pedían segunda vuelta, eso se fue transformando con los paros, las manifestaciones, las golpizas y humillaciones a los más humildes y en las últimas horas con los motines de policías. 

La contrarrevolución está de fiesta, tanto que se le ha dado poca importancia al documento de la OEA del que sólo puede inferirse que hay que ir a segunda vuelta. La OEA acepta que Evo ganó la primera vuelta, del mismo modo que lo aceptaron todos los candidatos el día 20. A la OEA le hubiera convenido algo menos brutal que lo que ha sucedido, una maniobra en la que funcionaran las instituciones, decisiones del parlamento, que Evo se hubiera mantenido en su mandato constitucional hasta enero, etc. Pero Camacho y sus tropas fascistas le sacaron el show del guión del golpe.  Los racistas burgueses han encendido el país y pasado por encima de quien han tenido que pasar. Evo pidió que se reunieran todos los partidos que en las elecciones del día veinte obtuvieron los votos para sus parlamentarios y encontrar una solución negociada que terminara con la violencia. Se negaron, porque lo que querían era hacerse del poder que no han podido ganar en las elecciones en más de diez años. 

El gobierno de Evo Morales no sólo dio a los indígenas bolivianos, que son mayoría, la dignidad que merecen; también hizo crecer al país como ningún otro de la región y ese crecimiento se convirtió en desarrollo, que no siempre sucede. El gobierno del MAS hizo justicia a los siempre olvidados y dio bienestar al resto de los sectores, incluidos los burgueses y oligarcas de las regiones agrícolas más favorecidas. 

Bolivia lleva más de diez años, en términos de crecimiento, al frente de América Latina y a pesar de todos los esfuerzos de desestabilización, que no empezaron con estas elecciones, ha gozado de una estabilidad ejemplar. Pero impera en algunos la idea “democrática” (no de un cambio social, una revolución, un empoderamiento de las masas obreras y campesinas) de que no importa cuál sea el gobierno que surja de las elecciones, porque lo importante es que cambien las caras, lo cual es de una irresponsabilidad absoluta. 

El pueblo volvió a elegir al candidato del MAS, Evo Morales, con el peso contundente del voto indígena, esa mayoría campesina que no se ha dejado llevar por cuentos de camino. Quien piense que con Carlos Mesa, con Camacho o cualquier otro reaccionario las cosas estarán mejor (¿para quién?) es un ingenuo o un canalla. 

La contrarrevolución está en las calles de Bolivia imponiéndose, no va a tener piedad y ha puesto al país al borde de una guerra civil. El presidente Evo Morales ha sido depuesto por un golpe de estado que lo obligó a renunciar. Poco a poco, en la medida que avanzaba la violencia, lo iban abandonando ministros, alcaldes, gobernadores y diputados, amenazados con las golpizas, el secuestro y la muerte de sus familiares más queridos, que fue el método de última hora de los fascistas. 

Después de verlo con Álvaro en la televisión, solo e indefenso, la tristeza y la indignación me acompañaron durante todo el día y empecé a preocuparme por la vida de ambos, que sin duda está en peligro. El guión llevaba mucho tiempo hecho y había llegado la oportunidad de quitarse de encima al indio; entonces le dieron el golpe de estado que lleva varios días desarrollándose y que ahora están consolidando con la participación de la policía y la traición del ejército (a la Constitución) que no hizo absolutamente nada por cuidar los bienes, las personas y restablecer el orden. Los jefes del ejército y la policía le sugirieron al presidente que renunciara, revelando su papel en el golpe. 

Dar una lucha ahora contra los fanáticos y paramilitares fascistas, sería desgastar a las fuerzas revolucionarias que podrían actuar en mejores momentos, perder cuadros muy jóvenes, pero con gran futuro, y hacer responsable al presidente de la sangre que se derrame, que sería mucha. 

Evo Morales hizo esa lectura y tomó una decisión muy valiente. Estuvo en El Chapare, en su mundo, con sus hermanos del movimiento campesino indígena que van a dar la vida por él y por Bolivia si hace falta. La policía tuvo órdenes de aprehenderlo y Camacho, que es quien manda desde un lujoso hotel del exclusivo barrio del sur de La Paz, lo ratificó, en contra de lo que dijo el jefe de la policía, que demostró con su actuación que le rinde cuentas. 

El presidente de México le ofreció asilo al presidente de Bolivia, con una embajada donde todavía se encuentran muchos de sus colaboradores cercanos. Evo, primer presidente indígena de la historia de América del Sur, tuvo que huir de un país que convirtió en paradigma de Latinoamérica. Pero este no es el final. No sabemos cuándo, pero el pueblo boliviano volverá a tener la palabra y el poder. 

La Habana, 11 de noviembre


[1] Fotógrafo-reportero en periódicos y revistas de Latinoamérica, su obra ha sido publicada en diversos órganos de prestigio, entre ellos el New York Times.
[2]Carlos Mesa fue vicepresidente de  Gonzalo Sánchez de Lozada al tener que huir este, por los sucesos de la llamada Guerra del Gas en los que hubo 70 muertos y cientos de heridos, se convirtió en presidente de la República, cargo al que más tarde renunció ante una nueva crisis.
[3] Apodo de Sánchez de Losada                                         
[4] ¨Volveré y seré millones¨, documental, ICAIC 2009.
[5] Casa de las Américas no. 253, 2009
[6] Candidato del Partido Democracia Cristiana que se convirtió, en las elecciones del 20 de octubre, en la tercera fuerza política del país. 
[7] Jefe visible de los cívicos de Santa Cruz y del golpe de estado, ha desatado la violencia fascista y la persecución contra Evo y los militantes de la izquierda, aunque dice que no quiere ser candidato no hay por qué creerle de cualquier modo es quien tiene el poder. Afirma que Evo traerá cubanos para defenderse. Una de sus consignas es que Bolivia no es Cuba ni Venezuela. 
[8]Votantes: 6,400,500-Participación:88.31%-Votos válidos:6,137,671-En blanco:93,507-Nulos:229,337-Evo:2,889,359 (47.08)-Mesa:2,240,920(36.51)-Chi:539,075 (8.78)-Ortiz:260,212 (4.24)-Senadores:
MAS 21-CC 14-PDC 0-Bolivia dice NO 1-Diputados: MAS 67-CC 50-PDC 9-Bolivia dice NO 4.
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*Jorge Fuentes: Cineasta y poeta cubano, profesor de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños.

lunes, 11 de noviembre de 2019

El golpe en Bolivia: cinco lecciones

Por Atilio A. Borón
La tragedia boliviana enseña con elocuencia varias lecciones que nuestros pueblos y las fuerzas sociales y políticas populares deben aprender y grabar en sus conciencias para siempre. Aquí, una breve enumeración, sobre la marcha, y como preludio a un tratamiento más detallado en el futuro.  Primero, que por más que se administre de modo ejemplar la economía como lo hizo el gobierno de Evo, se garantice crecimiento, redistribución, flujo de inversiones y se mejoren todos los indicadores macro y microeconómicos la derecha y el imperialismo jamás van a aceptar a un gobierno que no se ponga al servicio de sus intereses.
Segundo, hay que estudiar los manuales publicados por diversas agencias de EEUU y sus voceros disfrazados de académicos o periodistas para poder percibir a tiempo las señales de la ofensiva. Esos escritos invariablemente resaltan la necesidad de destrozar la reputación del líder popular, lo que en la jerga especializada se llama asesinato del personaje (“character assasination”) calificándolo de ladrón, corrupto, dictador o ignorante. Esta es la tarea confiada a comunicadores sociales, autoproclamados como “periodistas independientes”, que a favor de su control cuasi monopólico de los medios taladran el cerebro de la población con tales difamaciones, acompañadas, en el caso que nos ocupa, por mensajes de odio dirigidos en contra de los pueblos originarios y los pobres en general.
Tercero, cumplido lo anterior llega el turno de la dirigencia política y las elites económicas reclamando “un cambio”, poner fin a “la dictadura” de Evo que, como escribiera hace pocos días el impresentable Vargas Llosa, aquél es un “demagogo que quiere eternizarse en el poder”. Supongo que estará brindando con champagne en Madrid al ver las imágenes de las hordas fascistas saqueando, incendiando, encadenando periodistas a un poste, rapando a una mujer alcalde y pintándola de rojo y destruyendo las actas de la pasada elección para cumplir con el mandato de don Mario y liberar a Bolivia de un maligno demagogo. Menciono su caso porque ha sido y es el inmoral portaestandarte de este ataque vil, de esta felonía sin límites que crucifica liderazgos populares, destruye una democracia e instala el reinado del terror a cargo de bandas de sicarios contratados para escarmentar a un pueblo digno que tuvo la osadía de querer ser libre.
Cuarto: entran en escena las “fuerzas de seguridad”. En este caso estamos hablando de instituciones controladas por numerosas agencias, militares y civiles, del gobierno de Estados Unidos. Estas las entrenan, las arman, hacen ejercicios conjuntos y las educan políticamente. Tuve ocasión de comprobarlo cuando, por invitación de Evo, inauguré un curso sobre “Antiimperialismo” para oficiales superiores de las tres armas. En esa oportunidad quedé azorado por el grado de penetración de las más reaccionarias consignas norteamericanas heredadas de la época de la Guerra Fría y por la indisimulada irritación causada por el hecho que un indígena  fuese presidente de su país. Lo que hicieron esas “fuerzas de seguridad” fue retirarse de escena y dejar el campo libre para la descontrolada actuación de las hordas fascistas -como las que actuaron en Ucrania, en Libia, en Irak, en Siria para derrocar, o tratar de hacerlo en este último caso, a líderes molestos para el imperio- y de ese modo intimidar a la población, a la militancia y a las propias figuras del gobierno. O sea, una nueva figura sociopolítica: golpismo militar “por omisión”, dejando que las bandas reaccionarias, reclutadas y financiadas por la derecha, impongan su ley. Una vez que reina el terror y ante la indefensión del gobierno el desenlace era inevitable.
Quinto, la seguridad y el orden público no debieron haber sido jamás confiadas en Bolivia a instituciones como la policía y el ejército, colonizadas por el imperialismo y sus lacayos de la  derecha autóctona.  Cuándo se lanzó la ofensiva en contra de Evo se optó por una política de apaciguamiento y de no responder a las provocaciones de los fascistas. Esto sirvió para envalentonarlos y acrecentar la apuesta: primero, exigir balotaje; después, fraude y nuevas elecciones; enseguida, elecciones pero sin Evo (como en Brasil, sin Lula); más tarde, renuncia de Evo; finalmente, ante su reluctancia a aceptar el chantaje, sembrar el terror con la complicidad de policías y militares y forzar a Evo a renunciar. De manual, todo de manual. ¿Aprenderemos estas lecciones?
Fuente: http://atilioboron.com.ar/el-golpe-en-bolivia-cinco-lecciones/

sábado, 9 de noviembre de 2019

La libertad de Lula cambia escenario político en Brasil

Por Eric Nepomuceno

Río de Janeiro. Por la mañana, Lula da Silva decidió aceptar la orientación de sus abogados, que presentaron un pedido de libertad inmediata luego de la decisión adoptada el jueves por el Supremo Tribunal Federal.

A las 16:15 de la tarde, el juez encargado de su detención firmó la orden de liberación, luego de 580 días de cárcel. A las 17:42, Lula salió de su celda. Cuando faltaban ocho para las seis, el preso político más conocido del planeta apareció en la entrada de la sede de la Policía Federal en Curitiba, capital del estado de Paraná.
Luciendo un elegante blazer oscuro, camiseta oscura y jeans, surgió más delgado que cuando ingresó a prisión, pero aparentando buena forma física.

Fue recibido por familiares, amigos, correligionarios y su actual novia, la socióloga Rosangela da Silva.

Lo primero que hizo fue dirigirse al grupo que desde su detención, en abril del año pasado, armó un campamento –la vigilia Lula livre–, que a cada mañana gritaba ¡Buen día, presidente Lula, y luego ¡Buenas tardes, presidente Lula!, hasta llegar al ¡Buenas noches, presidente Lula!

Empezó por agradecer a los militantes del campamento: Ustedes no tienen idea de la dimensión de que yo esté aquí hablándoles, dijo. Ustedes eran el alimento de la democracia que yo necesitaba para resistir a la torpeza y a la canallada que una parte podrida del Estado brasileño hizo conmigo y con la democracia.

Luego, llevó la platea a sonoras carcajadas al presentar a Rosangela da Silva: Logré cometer la hazaña de, pese a estar preso, conquistar una novia, y que ella aceptara casarse conmigo cuando yo saliese de aquí.

Mezclando momentos de chiste y risas con otros, de duras críticas al ex juez y actual ministro de Justicia del gobierno ultraderechista, Sergio Moro, al fiscal Deltan Dallagnol y a algunos comisarios de la Policía Federal, Lula parece haber calculado bien el tono de lo que serán sus pronunciamientos ahora que está libre. La parte mentirosa de la Policía Federal, el costado mentiroso y canalla de la Fiscalía Federal, y Moro, ellos no han encarcelado al hombre, intentaron matar una idea, dijo.

Fue un discurso corto (no más de 15 minutos) e improvisado, como es habitual en él. Se espera muy pronto un acto de grandes proporciones que será realizado posiblemente en San Bernardo, municipio vecino a San Pablo, donde está la sede del sindicato de metalúrgicos que él presidió en tiempos de la dictadura y fue la cuna del Partido de los Trabajadores (PT).

La defensa de Lula, a su vez, reiteró que seguirá reivindicando la anulación del juicio que lo condenó sin pruebas, basado solamente en convicciones del entonces juez Moro, pedido ese ahora reforzado por las revelaciones de la publicación digital The Intercept Brasil, del periodista estadunidense Glenn Greenwald.

El material ya revelado puso en claro que mucho más que juez, Moro fue el verdadero coordinador de la acusación, orientando los pasos de los fiscales supuestamente comandados por Dallagnol.

Si la batalla jurídica de los defensores del ex presidente no tiene fecha para terminar, el tiempo de la vuelta de Lula al ruedo político empezó a ser contado ayer.

Antes había dos expectativas sobre qué haría el ex presidente al recobrar la libertad. La primera indicaba que tomaría rumbo al centro, buscando apoyo para intentar un muy remoto frente opositor. La segunda: que comandaría una intensa campaña contra el gobierno de Bolsonaro, concentrando fuego en su programa económico y en las pérdidas de los trabajadores.

La posibilidad de que Lula abriese espacio para una especie de inflexión rumbo al centro fue ampliamente discutida por dirigentes del PT, y descartada por todos, empezando por el ex presidente.

Lula reiteró siempre que una vez en libertad fortalecería la oposición al gobierno ultraderechista y señalaría los daños sociales provocados por las medidas económicas del neoliberalismo fundamentalista del equipo económico de Paulo Guedes, ex funcionario del dictador Augusto Pinochet en Chile.

No busca, sin embargo, un combate directo con Bolsonaro, pues sería necesario bajar a la grosería que caracteriza a la actuación del actual presidente.
La opción adoptada consiste en apuntar cada acto del gobierno y señalar las consecuencias, con destaque para el desempleo y el número de brasileños que volvieron a una situación de pobreza extrema y miseria.

Además, en los actos públicos que ocurrirán a partir de ahora, trazará comparaciones entre el cuadro actual y el que existía en Brasil bajo sus dos mandatos. Hoy, son 12 millones de desempleados, otros 26 millones de sub empleados o con empleos precarios, 13 millones de miserables, es decir, exactamente el inverso de sus tiempos en la presidencia.

Además, podrá rememorar programas sociales como Mi Casa, mi vida, de viviendas populares, o el Ciencias sin Fronteras, de concesión de becas en el exterior, o el de financiación para cursar universidades, que están siendo debilitados por Bolsonaro.

Un Lula en estado puro está de regreso a las calles. Y con eso empezó un vuelco radical en el escenario político de Brasil: Bolsonaro no sufrirá sólo los efectos de los desastres que él y su clan familiar producen a cada día. Ahora, además, se oirá la voz de Lula.

Sábado 9 de noviembre de 2019.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2019/11/09/mundo/022n1mun