jueves, 23 de marzo de 2023

Plegaria


Por Juan M Ferran Oliva

Nota previa: 

La edad me ha obligado a enclaustrarme en mi torre de marfil. Estoy apartado de la praxis cotidiana de la política y la economía. Me limito a leer lo que alegan diversos autores que hacen críticas o propuestas. De todas maneras, pienso que lo esencial es la transformación del modelo cubano, que al parecer arrastra rezagos dogmáticos. Son las rémoras que imposibilitan una solución tipo China o Rusia. La primera manteniendo un Partido llamado comunista y la segunda se eleva en medio de un capitalismo heredero de las glorias del pasado. Como es sabido, ambos han logrado superar positivamente el viejo modelo que ha engrosado la tonta de los socialismos utópicos. No son perfectos, pero los considero aliados porque el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Como dijo alguien: lo importante no es el color del gato  sino que cace ratones.

De todas formas, SINE DIE* es la válvula de escape de mis avatares nonagenarios. En ocasiones apelo a temas curiosos, a pinceladas de humor y muy espaciadamente a regurgitaciones literarias. Tal es el presente caso basado en una historia más o menos real que ocurrió en el entorno catalán de mi madre que lo recibió de oídas. Puede que ocurriera en su aldea de origen, o en otra de la cercanía comarcal. La historia huele a siglo XIX.

☀ ☁ 

La carreta se encaminó hacia la salida del pueblo[1] donde había una fuente. Antón llenó su cántaro con el agua fresca salida de los brocales mientras la mula bebía en el abrevadero. Extrañamente ninguna mujer hacia la colada en el lavadero instalado junto al manantial. El café aledaño estaba cerrado dando la sensación de un pueblo desierto. Reanudada la marcha, el carro se dirigió hacia el camino de los campos sembrados.   Las ruedas hollaron el suelo levantando una cortina de polvo que el viento dispersó por encima de los árboles y de las fachadas de las últimas casas de la villa.

La senda, estrecha y sinuosa, se definía entre los márgenes de piedra de los minifundios. Por ambos lados, avellanos, olivos y vides plantadas en hileras llenaban los espacios del suelo entre los cercados. De vez en cuando un trozo sembrado de trigo o de cebada y alguna cabaña solitaria rompían la monotonía del paisaje. Asentadas sobre el horizonte las montañas marcaban frontera a la comarca.

La población era un de las tantas surgidas en torno a un castillo feudal. Al extremo opuesto de la ruta iniciada por Antón, como testigos de piedra, se alzaban las ruinas de un castillo. Había sido la fortaleza de los hidalgos que originalmente señoreaban aquellas tierras. El pueblo se desarrolló dentro de la muralla y posteriormente el crecimiento urbano ultrapasó el corralón fortificado dando paso a los arrabales periféricos. El muro se diluyó convirtiéndose en pared de nuevas construcciones. Aún se mantenía incólume la torre de guarda del castillo y otras que daban cobijo a aves de todo tipo. En algunos rincones los pequeños reeditaban batallas entre moros y cristianos.

En sucesivas generaciones las tierras pasaran a manos de diferentes propietarios grandes y pequeños. El viejo régimen cedió paso a una incipiente burguesía rural y sucesivas divisiones las convirtieron en minifundios.  Antón poseía una heredad compuesta por unas pocas hectáreas dispersas entre cinco lotes reducidos y lejanos. 

De los primitivos nobles del feudo no quedaban descendientes conocidos. En un momento dado llegaron a ser la familia preeminente de la región. Muchos de sus miembros participaron en la historia de su tiempo luchando en apoyo o en contra del señor de turno o participando en contiendas y conquistas. No faltaron quienes integraran las cortes y desarrollaran funciones remarcables. El linaje terminó durante el conflicto entre la Generalidad y el rey Felipe IV. El entonces virrey de Cataluña -Conde de Santa Coloma- murió dramáticamente en medio de los alborotos del Corpus de Sangre de junio de 1640. Era señor de aquellas tierras. El hecho marcó la ruptura de Cataluña y la monarquía precipitando el inicio de la Guerra de los Segadores. Sin embargo, la villa se declaró partidaria de la Generalidad e incluso el castillo fue hospital del ejercido catalán

Antón salió inopinadamente de la casa solariega. Se proponía llegar a la más apartada de sus tierras. No lo hizo de madrugada, según costumbre, sino algo más tarde, en momentos en el resto de la familia concurría a la iglesia. Llegaría a su destino en el entorno del mediodía.  Al tomar el camino abandonó las bridas y dejó conducir a la mula seguro de que no erraría la ruta tantas veces recorrida. Su perro de raza indefinida y color aleonado se encargaría de garantizar la marcha ladrando y mordiendo los belfos de la bestia si esta se parase a comer cualquier brizna de hierba aparecida a su paso. 

Como hereu Antón pasó a ser jefe de familia y alcanzó tierras y vivienda. Caterina, su mujer, le parió cinco hijos.  Cuatro emigraran a La Habana y el benjamín se ganaba la vida como jornalero en la localidad; vivía en la propia casa solariega. Quedaban muchas bocas por mantener porque le nacieran nietos y la dote de nuera no fortaleció sustancialmente el patrimonio familiar.

Aquel año la comarca sufrió una intensa sequía que amenazaba los cultivos y, consiguientemente, el bienestar de la colectividad. No se recordaba otra tan aguda en muchos años. Los sembrados decaían y las hojas de los árboles perdían coloración agotados por la sed. Las fuentes menguaban su caudal e, incluso, algunas se secaban obligando a sus usuarios a buscar agua en lugares lejanos. El tema se convirtió en protagonista de las conversaciones. Los demás problemas, que no eran pocos, pasaron a roles secundarios.

En medio de la angustia colectiva brotó la idea de apelar al concurso divino. Y se instrumentó un plan de funciones piadosas que tendría como conclusión una gran procesión coronada con las imágenes de los santos patrones del pueblo. Los creyentes acogieron la propuesta con entusiasmo, pero el cura propuso cautela argumentando que la desgracia era un castigo divino. Según parece, las secretas confesiones que recibía arrojaban un saldo negativo de acuerdo con la moral al uso. En realidad, temía que la religión quedase mal parada. ¿Qué pasaría si después de tanto ceremonial no lloviese?  Algunos infieles vergonzantes manifestaron arrogantemente su escepticismo y decidieron no apelar a Dios. Pero la sequía insistió y llegó el momento en que se afiliaron al bando de los que optaban por el remedio celestial. Antón fue la única excepción. 

El plan se puso en práctica con plegarias, toque de campanas, exposición de figuras sacras, cantos litúrgicos, homilías, rosarios, confesiones, comuniones y otras manifestaciones piadosas. El frenesí por el agua junto a la exaltación litúrgica acarreó una histeria mística que se agudizó a medida que se acercaba el momento climático de la gran procesión.

Llegado el día, todos se congregaron en la iglesia y sus alrededores. Esgrimían estandartes, pendones y todo tipo de proclamas piadosas. Hombres y mujeres, jóvenes y viejos, todos con ropa de circunstancias esperaban el inicio de la solemne ceremonia.  Las ausencias fueran migradas. La de en Antón fue una de ellas, pero nadie se extrañó pues era un notorio descreído. Finalmente se inició la multitudinaria marcha bajo el sol radiante de la mañana.

En aquellos instantes ya Antón se encontraba a suficiente distante de la villa. La familia no estaba enterada de su misteriosa salida y en ningún momento informó a nadie de su propósito. Tras más de una hora de trayecto, el carro, medio vacío, se arrastraba por el polvoriento camino que llevaba a la más lejana de las tierras de la familia. De un bolsillo de su chaleco Antón sacó la petaca y el librito de papel y lio un cigarrillo de negras fibras. Una vez hecho quedó contando de sus labios. Le dio fuego con su encendedor de yesca. Si fue inusitada la hora de salida no lo fue menos el cargamento.

En lugar de hoces, azadas y otros instrumentos propios de las labores agrícolas, en el fondo del carruaje yacía una cruz con un Cristo lacerado que dirigía su mirada patética hacia el cielo. La factura ingenua sugería la obra de algún imaginero local dotado de más devoción que oficio. Destacaba su tamaño de más de un metro, proporción desusada en una imagen casera. Se le atribuían facultades milagrosas y durante generaciones ocupó un lugar de honor en la estancia principal de la casa solariega. Se decía que la familia en ocasiones críticas había apelado a su gracia, siendo escuchada en todo momento. Otros parientes y vecinos acudían ocasionalmente a pedirle mercedes, lo que despertaba no pocos celos por parte de los capellanes de turno. Por vez primera salía de la casa subrepticiamente obedeciendo a la misteriosa decisión de su dueño.

Ya el sol se acercaba al cenit y comenzaron a sentirse sus cálidas caricias. Algunas sacudidas al entrar el carro en un tramo accidentado sacaron a Antón de su modorra. Lanzó el cabo de cigarrillo que ya le quemaba los labios y acomodado mejor sobre el pescante del carro, tomó las bridas y apuró a la mula que aquella mañana se mostraba perezosa y marcaba el paso más despacio que de costumbre. Acechó el horizonte y exclamó un reniego al ver la pureza del cielo en el que no se dibujaba ni una sola nube. Maldiciendo y refunfuñado pensó en la penuria que le esperaba. Por milésima vez calculó cuanto le quedaría tras pagar los tributos y otros gastos insoslayables y repasó las medidas emergentes que debía establecer para la sobrevivencia familiar.

El polvo le había secado la garganta. Tomó la bota de vino colgada de la barandilla del carro, destornilló el pitorro y bebió un sorbo breve de tinto. Retomó el vuelo del pensamiento que lo llevó a la lejana Cuba, donde sus hijos hacían las Américas. Antón la imaginó llena de palmeras y chumberas, según le sugirieran unas fotografías de la guerra del África colgadas en la barbería. Sonrió regodeándose en tan cándida imagen. Si no fuera por los años, el mismo habría enrumbado hacia la entonces soñada isla.

Sus fantasías fueron rotas por un murmullo llegado desde lejos.  Puso atención y atalayó el horizonte intentando localizar el lugar del que procedía lo que fue convirtiéndose en una salmodia. Finalmente vio una larga hilera humana precedida por una imagen religiosa portada por cuatro robustos jóvenes. A su frente un sacerdote de alba y bonete dirigía lo que se evidenciaba como una manifestación piadosa. A la izquierda un monaguillo levantaba un descolorido estandarte y a la derecha otro manipulaba un humeante hisopo. Antón reconoció a los pobladores del lugar vecino que también rogaban por lluvia. Se cruzaban en su camino y paró el carro para contemplarlos. 

Lio otro pitillo y esperó un instante. La caravana desfiló delante de él y el capellán le dirigió una mirada hostil. Lo conocía. Unos pocos lo saludaron a desgano con la mano o la cabeza y sin interrumpir el ruego. Otros fingieron que no lo veían. El grupo se alejó y cesaron los ladridos de la perra que al igual que su amo se mostraba irreverente. Pasada la fervorosa comitiva Antón atizó la mula y reanudó la marcha, canturreando desafinadamente una tonadilla que había aprendido de unos jornaleros que vinieron durante la anterior vendimia.

En aquel instante en el pueblo su familia regresaba de la procesión. Al llegar a la casa descubrieron asombrados la huella del enorme crucifijo que ornaba la pared de la estancia principal y que había desaparecido.

Ya iniciaba la tarde cuando el carro llegó a su destino en aquella singular jornada. Antón lo dirigió hacia la cabañuela de piedra que albergaba cosechas y daba abrigo en caso de necesidad. Desenganchó la bestia y la dejó paciendo en el corral anejo. Sacó del carro una cesta que contenía un pan con pescado salado, se sentó en un banco adosado a la pared y comió poco a poco, haciendo breves pausas para escanciar vino en su garganta. Terminada la frugal pitanza miró de nuevo el horizonte. Ni la más mínima nube sugería esperanzas de lluvia. La agrietada tierra, pregonaba su sed. El viento levantaba por doquier remolinos. Entonces tomó un hacha y cortó pequeños pedazos de leña. Escogió un lugar propicio bajo un viejo roble próximo a la cabaña y levantó un montículo de ramas secas ansiosas por quemar. Volvió al carro y tomó una cuerda que lanzó sobre la rama del árbol y cayó al suelo por la otra banda. Un nuevo viaje para llevar el pesado crucifijo hasta el pie del árbol. Lo ató a la cuerda y tiró de ella hasta hacerlo colgar por encima de la pila de leña, alejado del suelo. Introdujo hojas y paja seca en medio del montículo leñoso y le prendió fuego con las chispas de su encendedor. Al rato brotó un hilillo de humo blanco. Sopló suavemente con una caña la lumbre naciente y surgieron pequeñas llamas rojas que no tardaron en expandirse. Estimulada por el viento, la pira se agrandó. El fuego estaba encendido.

Antón retrocedió unos pasos y contempló complacido el insólito espectáculo. El humo se enredaba en el crucifijo y alguna que otra llama acariciaba su pie. La sonrisa sarcástica del campesino se transformó en mueca trágica. Su rostro se congestiono y entonces, exigiendo más que rogando, dirigió al cielo su mirada y profirió arrogante, con los brazos abiertos:


Si de verdad existes envía la lluvia que salve a tu hijo del fuego o se convertirá en cenizas.

 

Fue toda una imprecación que evidenció el agnosticismo del reclamante. Un ateo hubiera cerrado todas las puertas. Declararse incapaz de escrutar los misterios del más allá, era una forma no comprometida. Un por si acaso oportunistamente empleado por Antón.

Mas calmado, lio un nuevo cigarrillo y lo encendió con una brasa de la hoguera. Después se alejó un poco para contemplar el dantesco espectáculo y esperar, socarronamente, la llegada de la lluvia celestial.



[1] El pueblo pudiera ser Figuerola, Rocafort, Sarral, Santa Coloma de Queralt o cualquier otro parecido. Se basa en una historia que me contó mi madre


* SINE DIE (sin día o sin fecha) es el marco en el que Juan M Ferran Oliva presenta sus escritos (nota de srd)

 

lunes, 20 de marzo de 2023

A 20 años de una cita con ángeles

Desde los tiempos más remotos
vuelan los ángeles guardianes,
siempre celosos de sus votos
contra atropellos y desmanes.
Junto a las cunas infantiles,
junto a los tristes moribundos,
cuentan que velan los gentiles
seres con alas de otro mundo.

Cuando este ángel surca el cielo
no hay nada que se le asemeje.
El fin de su apurado vuelo
es la sentencia de un hereje.
No se distraiga ni demore,
todo es ahora inoportuno.
Va rumbo al campo de las flores
donde la hoguera espera a Bruno.

Se lanza un ángel de la altura,
caída libre que da frío.
La orden de su jefatura
es descender hasta Dos Ríos.
Es diecinueve y también mayo,
monte de espuma y madre sierra,
cuando otro ángel, a caballo,
cae con los pobres de la tierra.

Dicen que al filo de la una
un angelote compasivo
pasó delante de la luna,
sobrevolando los olivos.
Y cuentan que con mala maña
fue tiroteado su abanico,
justo a la hora que en España
se asesinaba a Federico.

Un bello arcángel aletea
junto a un gran pájaro de hierro.
Procura que un hombre lo vea
para ahuyentar cien mil destierros.
Pero el arcángel se sofoca
y un ala azul se le lastima,
y el ave negra abre la boca
cuando atraviesan Hiroshima.

Dejando un surco luminoso
por sobre Memphis, Tennessee,
pasó volando presuroso
un ser alado en frenesí.
Iba vistiéndose de luto,
iba llorando el querubín
e iba contando los minutos
de Dios y Martin Luther King.

El ángel pasa bajo un puente,
después rodea un rascacielos.
Parque Central, lleno de gente,
no se da cuenta de su vuelo.
Cuánta utopía será rota
y cuánto de imaginación,
cuando a la puerta del Dakota
las balas derriben a John.

Septiembre aúlla todavía
su doble saldo escalofriante.
Todo sucede un mismo día
gracias a un odio semejante.
Y el mismo ángel que allá en Chile
vio bombardear al presidente,
ve las dos torres con sus miles
cayendo inolvidablemente.

Desesperados, los querubes
toman los cielos de la tierra
y con sus lápices de nubes
pintan adioses a las guerras.
El mundo llena los balcones
y exclama al fin: «Esta es mi lucha».
Pero el señor de los cañones
no mira al cielo ni lo escucha.

Pobres los ángeles urgentes
que nunca llegan a salvarnos.
¿Será que son incompetentes
o que no hay forma de ayudarnos?
Para evitarles más dolores
y cuentas del psicoanalista,
seamos un tilín mejores
y mucho menos egoístas.


Al borde de una laguna
tres brujas montan caldero
y baten un mundo espeso.
Una le pone la luna,
otra, sangre de cordero,
y otra, los últimos besos.

De Camelot vuelan señales
en los dragones y los cuernos,
y hay un silencio de animales
mientras se anuncian los infiernos.

El odio al otro es nuestra suerte,
la sangre ajena es nuestra viña.
Cuando profanen y den muerte
seremos aves de rapiña.

Dos contrahechos del Norte
y un enano de alcahuete,
sádicos abominables,
reclutan tribus y cortes
para gestión de grilletes
y corazones de sable.

Y una vez más, como tragedia,
ronda el olor a carne rota
de calabozo de Edad Media,
donde callaban al ilota.

Y una vez más, contra el impulso
de besar y abrazar a gentes,
ceder al último recurso
de ojo por ojo y diente a diente.


Tomando en cuenta la santa inocencia,
voy a cantarle a la vieja Bagdad
donde mis sueños bebieron esencias
y donde, en noches de luminiscencia,
de niño, zarpaba siguiendo a Simbad.

Algo debiera hechizar portaviones,
alguien debiera apretar un botón
que reciclara metralla en razones
y poderío en conmiseración.

Qué solo está Sinuhé
de amor y de fe.
Qué solo está Sinuhé.
¿Qué tal sigue usted?

Bajo las ruinas vagan inquilinos
de las leyendas que fueron maná.
Pasa la sombra infeliz de Aladino,
sin una lámpara para el camino
y sin el secreto de Alí Babá.

Algo debiera embrujar los misiles,
alguien debiera hacer estallar
el hongo de los derechos civiles
de los fantasmas que pueblan Bagdad.

Qué solo está Sinuhé
de amor y de fe.
Qué solo está Sinuhé.
¿Qué tal sigue usted?

Ahora es escoria el papel sorprendente
de Sherezada en su lecho nupcial.
La orden de fuego la dio un disidente
de la cultura, la carne, la mente,
el sueño y la vida que no sea virtual.

Mil y una noches para la malicia,
mil y una noches de intimidación,
mil y una noches de fuego y codicia,
mil y una noches sin dios ni perdón.

Qué solo está Sinuhé
de amor y de fe.
Qué solo está Sinuhé.
¿Qué tal sigue usted?


Alabada sea la mano
buena para remediar.
Alabado el olvidado,
alabado el olvidado
en cualquier rincón del mar.

Alabado sea el dolor,
lumbre de profundidad.
Alabado el amor
aunque sea necesidad.

Cada vez
son más enanos los tal vez
y crece la condenación
de los así será.
Los perdidos reinventan la ocasión
del colmillo animal.

Alabado el todavía
que me sirve una canción.
Alabado cada día,
alabado cada día
de labor e ilustración.

Alabada la verdad
como material de luz.
Alabada mi ciudad
cuando baja de la cruz.

Poco amor:
el verdadero da dolor.
La voz de las antenas va
sustituyendo al dios.
Cuando finalice la mutación,
nueva edad media habrá.

Quien ayer me daba un beso
ahora me trata de usted.
Yo no quiero aprender eso,
yo no quiero aprender eso
ni al derecho ni al revés.

Búsquenme la buena mano,
necesito al curador.
Después de haber sido hermano
es muy triste ser señor.


Quiero cantarte un beso,
mas todo se confunde
entre un millón de huesos
y derrumbes.
Así que el beso huye
con ojos de reproche,
mientras la sangre fluye
por las noches.

La muerte se ha regado
por toda la pradera.
A aquel que la ha sembrado,
¿qué le espera?
Dicen que el responsable
nunca ha gastado cuernos,
sino un traje impecable
en los infiernos.

Y vuelve la necesidad
de repasarme dónde estoy,
si existe o no la humanidad
y si se ha visto hoy.

La esfera, agonizando,
todos los días explota
y nadie está mirando
que está rota.
Treinta y cinco mil niños
mataron ese día.
La tele no hizo un guiño
todavía.

Y vuelve la necesidad
de repasarme dónde estoy,
si existe o no la humanidad
y si se ha visto hoy.

Grandes ilusionistas,
con hazañas de alarde,
dicen que son altruistas
los cobardes.
Mientras el poderoso
más ordena y más traga
y el pequeño ripioso
siempre paga.

Y vuelve la necesidad
de repasarme dónde estoy,
si existe o no la humanidad
y si se ha visto hoy.

Creí que nadie estaba,
que nada respondía,
pero el amor velaba
todavía.
Y el viejo centinela,
en medio del desierto,
prendió infinitas velas
por los muertos.

Y vuelve la necesidad
de repasarme dónde estoy,
si existe o no la humanidad
y si se ha visto hoy.

sábado, 18 de marzo de 2023

Mi Abajo el Bloqueo

Lo primero, como cubano, es dar las muy sentidas gracias a las amigas y amigos que desde muchas partes del mundo nos apoyan, nos inspiran a luchar contra el bloqueo.

 

Chomsky ha dicho que los que votan contra el bloqueo en la ONU debieran pasar de condenarlo a no tolerarlo. Y es cierto, porque el bloqueo jamás lo va a levantar ese gobierno y ese sistema imperial que está cada vez más en crisis.

 

Los que hemos sufrido durante más de seis décadas esta tortura somos los que con más razón no podemos admitirla. Resistir, aprender y ser consecuentes con el aprendizaje son formas de combatir este propósito neocolonial e incluso genocida, que fue como lo calificó Gabriel García Márquez.

 

Por eso todo lo que hagamos para librarnos de la influencia brutal y a veces sutil del bloqueo nos va a acercar siempre a la independencia de la que esta medida tan atroz pretende separarnos.

 

Yo creo que los cubanos podemos hacer mucho para no tolerar el bloqueo. Y por supuesto que no me refiero a rendirnos. Me refiero a perfeccionar nuestra sociedad para hacerla cada vez más justa, más inclusiva y democrática; me refiero a luchar por conseguir una sociedad sostenible, basada en la ciencia, nunca en el dogma, y profundamente humanista.

 

Por eso: 

Abajo el bloqueo

Abajo todo lo que lo sostiene

Abajo el odio

y que viva Cuba libre y soberana.

martes, 14 de marzo de 2023

Sobre Arte y Ciencia

Por Dr. Giraldo Alayón García

Hace un par de décadas, escuchaba un programa sobre la llamada música culta en la BBC de Londres y un comentarista comenzó a hablar de la simbología oculta en algunas obras de Handel, Haydn y Bach donde, supuestamente, expresaban sus heréticas ideas sobre el orden imperante (los sistemas monárquicos) y las religiones “oficiales”, catolicismo y anglicanismo (a pesar de que estos tres autores eran obedientes cortesanos y, aparentemente, fervorosos creyentes). Posterior a eso, ya con más atención de esa posibilidad, he tratado de documentarme sobre este tema, y he conocido que no sólo en la música sino en casi todas las manifestaciones artísticas hay signos ocultos, simbologías poco evidentes.

La Ciencia, tal como ya les escribí, pienso, es la mejor herramienta para explicar la realidad y sus hechos, La Naturaleza. Pero… ¿qué es el Arte? Pudiera decirse que es la visión personal y subjetiva del artista de lo que le rodea… Por favor no pretendo establecer definiciones.

Si nos vamos al arte pictórico, las herejías son aún mayores y, quizás, más evidentes. ¿Qué decirles de un Leonardo da Vinci, pintando maravillas y a la vez diseccionando cadáveres humanos y de animales (robados de cementerios y de las calles) y reproduciendo las piadosas historias de las leyendas del catolicismo como el más aplicado de los creyentes? ¿O de ese excepcional Miguel Angel, decorando la Capilla Sixtina y desconfiando de todo el dogma allí representado? ¿O de Goya, el pintor español, haciendo retratos de la realeza y a su vez recreando lo más oculto de las miserias humanas?

En 1959 el físico inglés Charles Percy Snow publicó un artículo titulado “Las dos culturas”, en el cual exponía la teoría de que había dos formas de exponer la realidad: la humanística (artística) y la científica, y que ambas no se correspondían entre sí y tenían sus propios códigos y jergas. Este trabajo trajo cierta influencia en el mundo anglosajón, pero a la postre ha sido muy criticado porque se afirma que estuvo basado en cómo se dividía la enseñanza (de aquel entonces) en Gran Bretaña y no reflejaba una tendencia universal. De ahí que con posterioridad se hablase de la Tercera Cultura, más a tenor de estos tiempos de síntesis y de teorías de la complejidad, en el cual se aplican múltiples enfoques y saberes.

Casi todas las canciones llevan algún mensaje; unos muy simples, otros enrevesados, ocultos y múltiples. Algunas incluso son el resumen de un pensar o hasta de una metodología.

“Los demás” (1979) escrita y cantada por el artista argentino-español, Alberto Cortez (1940-2019), es una denuncia del egocentrismo humano, de la banalidad, de la estupidez y la arrogancia. Pero, en Antropología, quizás sea la causa de casi todos los conflictos y problemas el no reconocimiento del “otro”… el diferente… y hay toda una disciplina denominada Otredad (Alteridad) que pretende profundizar en las raíces de este agudo problema… Vuelvan a escucharla.

La Fábula de los Tres Hermanos (1980) del disco Rabo de Nube, de Silvio Rodríguez Domínguez (1946), nos cuenta como tres estrategias de viaje y conquista no fueron, a la postre, exitosas. Pero... ¿Qué hay detrás de esta aparente y hasta simpática idea?: el conocimiento objetivo de la realidad; los límites que nos impone la propia Naturaleza que, aún con nuestras mejores herramientas cognitivas, no llegamos a abarcar y siempre hay un margen para buscar e indagar… Esa es la Ciencia y sus métodos ante la vastísima complejidad del Universo; y esa es la garantía de que la ciencia cambie con la nueva evidencia y no nos ate dogmáticamente al pasado, al presente y ni siquiera a un hipotético futuro.

Dicen los físicos especialistas en el Mundo Cuántico (el de las partículas elementales) que cuando tratamos de medir un fenómeno ya lo estamos modificando, así que en esencia lo conocemos aproximadamente. En biología, cuando vamos a estudiar organismos, procesos, interacciones, nuestra presencia es un factor perturbador… Entonces ¿hay certeza en el conocimiento del Mundo?

Interesante pregunta, pues en Ciencia trabajamos con hipótesis (a verificar) y teorías (que tratan de explicar y ajustarse a los hechos). Pienso, y es mi criterio, que siempre será un proceso de aproximación… Mediten en ello.

lunes, 13 de marzo de 2023

Entró pidiendo permiso


Entró pidiendo permiso

para aliviarse del frío

y se acomodó en mi pecho

cual pichoncito en su nido.


Andando el tiempo se fue

acostumbrando a mi abrigo

y al cabo ha ocurrido que

se ha acuartelado conmigo.


Anduvimos por el mundo

cada cual su signo al viento

y un Cupido vagabundo

flechó de blanco un momento.


Cosidos con hilo fino

a una misma estrella, alados,

inventamos un destino

para dos enamorados.


Entró pidiendo permiso

humildemente, y el frío, 

vencido por cuánto beso,

huyó del corazón mío.




Vicente Feliú Miranda

Alamar, Zona 1. Marzo de 1994.

viernes, 10 de marzo de 2023

De Joaquín Benavides a Carlos Alzugaray*

Estimado Alzugaray:

El bloqueo americano se acabará, si es que se acaba algún día, cuando con nuestra política económica y en su implementación seamos capaces de desarrollar al País, a pesar de que el bloqueo formalmente exista. Que sean los Estados Unidos los que se preocupen de que comenzamos a salir de la crisis sin contar con ellos. En Estados Unidos están los cubanos con los que sí será necesario tener acordada una politica en que siempre se consideren parte del Pais y de su economia. Que sean ellos los que defiendan su relación con Cuba, principalmente económica. La relación espiritual con el Pais en que nacieron no la podrá acabar jamás ningún gobierno norteamericano demócrata ni republicano, siempre que nuestro Gobierno no olvide en ningún momento que ellos son tan cubanos como los que vivimos aquí, y por tanto deben ser considerados con los mismos derechos siempre que cumplan con las leyes del País que es también suyo. Las relaciones oficiales con ese País tienen que ser llevadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores, pero el derecho de los cubanos que viven en Estados Unidos de establecer relaciones económicas con Empresas cubanas, tiene que ser un asunto principalmente de los cubanos que viven en ese País, con las autoridades de ese País. Ellos votan en las elecciones y deben utilizar el poder que les da ese derecho para defender la política que les permita establecer relaciones económicas con su País de origen.

Pero nuestro Gobierno tiene también la obligación de favorecer, sin restricciones, que los cubanos que vivan en cualquier parte del mundo puedan establecer relaciones de negocios, comerciales o de inversión con las empresas cubanas, privadas, estatales o cooperativas, según el interés mutuo y solo sujetas a lo que establece la ley cubana. 

Hay que cambiar las reglas del juego con el Gobierno de Estados Unidos. Pero para lograrlo, hay que asumir que pasarle por encima al Bloqueo y a las sanciones es un asunto del Pueblo cubano en su conjunto. Y que el concepto de ser cubano está por encima de diferencias políticas e incluso ideológicas. Lo que sí tiene que ser irrenunciable es la Independencia del País. Para los que vivimos en él y para los que habiendo nacido en Cuba y residen en cualquier otro lugar del mundo se sienten cubanos, hay algo que nos debe unir: la Independencia de Cuba, por la cual viene luchando nuestra nación desde hace 155 años. Marti vivió más tiempo fuera de Cuba que en Cuba.  ¿Y qué cubano puede negar que para todos es el apóstol de nuestra independencia? 

La base de nuestra política internacional tiene que ser profundamente Martiana. Dejemos de quejarnos y construyamos el País entre todos los cubanos. 

Un abrazo,
Joaquin Benavides

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*A propósito de este artículo: https://jovencuba.com/contexto-pesimista/

jueves, 9 de marzo de 2023

Héctor Garrido: los rostros de Cuba Indígena

Por Marcel Villa Márquez / 

A fines del año pasado salió a la luz el libro «Cuba Indígena Hoy: sus rostros y ADN», el cual es parte de un proyecto que además incluirá una exposición y un documental. Liderado por Héctor Garrido, reconocido fotógrafo andaluz residente en La Habana, el proyecto arroja luces sobre la existencia aún de descendientes de los indígenas cubanos. Para ello se conformó un equipo multidisciplinar, el cual trabajó durante cinco años en el estudio de más de 30 comunidades, la mayor parte de ellas en las regiones montañosas del oriente de Cuba. A propósito de Cuba Indígena y lo que representa este proyecto, POB Magazine conversa con Héctor Garrido.

¿Cómo surge Cuba Indígena?

Alejandro Hartman, el historiador de la ciudad de Baracoa, llevaba más de diez años intentando convencerme de que hiciera una gran exposición fotográfica sobre las comunidades indígenas de Cuba. Su objetivo era demostrar que, a diferencia de lo que defendía la tesis comúnmente aceptada, los indígenas cubanos no se habían extinguido del todo. Cuando finalmente me convenció para llevar a cabo este trabajo, empecé a pensar que abordar el fenómeno desde la fotografía no era suficiente, y que se necesitaba estructurar un proyecto mayor, que implicara además un punto de vista científico y riguroso.”

¿Cuántas especialidades están involucradas?

“El proyecto es multidisciplinario y muy complejo, en él se mezclan ciencia y arte desde el inicio. Así, tiene una parte fotográfica importante, pero una científica tan importante como esa, sino más. Las dos piezas principales fueron la obtención del fenotipo y el genotipo. Lo primero es el aspecto físico de las personas, el cual se registró a través de los retratos, lo segundo consiste en la información genética y se obtuvo mediante muestras de saliva o sangre.”

“A este trabajo principal se unieron otras disciplinas representadas en cinco especialistas principales: Alejandro Hartmann, historiador; Beatriz Marcheco, genetista; Enrique Gómez Cabezas, sociólogo y etnógrafo; y dos fotógrafos, Julio Larramendi y yo mismo. Larramendi, que actuó además como coordinador editorial del proyecto, se enfocó en la documentación etnográfica, el cómo viven y las particularidades de cada una de las comunidades, yo en cambio me concentré principalmente en los retratos.”

“La doctora Beatriz Marcheco actuó además como Directora Científica del proyecto, creando y supervisando los protocolos necesarios para la obtención de datos y muestras genéticas, así como su posterior tratamiento. Al tercer año de ejecución, Cuba Indígena creció definitivamente al comenzar a filmarse un documental para cine, en el cual aún estamos trabajando. Y ahí se incorpora un nuevo equipo técnico y de producción dirigido por el cineasta Ernesto Daranas.”

¿Para aquellos interesados en el libro, de qué manera pueden adquirirlo?

“Ya se hizo una primera edición institucional de 500 ejemplares, pero esos se están distribuyendo exclusivamente en centros de estudios, universidades y bibliotecas, así como en las comunidades que han participado en el proyecto. La edición venal está actualmente en proceso, y esa trataremos de que pueda adquirirse en las librerías. Todos los fondos que se recauden irán en beneficio de las comunidades estudiadas.”

¿No le parece irónico que Cuba Indígena haya sido liderado justamente por un español?

“Al principio sí me parecía un poco irónico, pero tuve presente desde un inicio que era una propuesta de Alejandro Hartman y que yo acudía al llamado de un cubano. Aunque sí es cierto que durante estos años anduve preguntándome por qué yo. Exactamente me hacía esta pregunta: «¿quién te manda a ti a hacer esto?». Y sucedió que cuando la doctora Marcheco me entregó los resultados de mi análisis genético, para mi sorpresa, incluían una increíble noticia: resulta que tuve una tatarabuela que fue india, taína y cubana. Y ahora siento que quizás era ella quién me llamaba a mí a hacer este proyecto y, en definitiva, a ayudar a darle voz a los indígenas. Ahí se ocultaba para mí el llamado y la magia de este proyecto.”

¿Cómo fue fotografiar en esos lugares?

“Fueron cinco años en los que hemos viajado muchas veces a Oriente. Hemos convivido con esas comunidades y en ocasiones durante bastante tiempo, por ejemplo, en la penúltima de las expediciones estuvimos viviendo en la montaña dos meses y medio. Y al final acabas muy implicado. Cuando uno llega a lugares tan apartados, quizá los lugares de más difícil acceso de este país, los primeros días eres un visitante, un extraño y una singularidad. Conforme el tiempo pasa dejas de ser esa nota discordante y pasas a ser invisible, lo que para un fotógrafo es maravilloso, para luego convertirte en parte de la comunidad y acabar trabajando con ellos en aquello que la comunidad necesite. Así, un día estás arreglando un vara en tierra y al siguiente estás cargando guano para construir un bohío. Y formas tan parte de eso como ellos forman parte de tu fotografía, y se convierte en un intercambio simbiótico hermoso. Eso ocurre cuando pasas el tiempo compartiendo tu vida con ellos.”

Supongo que haya sido todo un desafío en cuestiones de técnica 

“Pues sí, hay que destacar que detrás del grupo principal de especialistas hubo un equipo de producción sin el que hubiera sido imposible llevar a cabo este proyecto. En ocasiones tuvimos que llevar con nosotros toneladas de material, para poder trabajar y vivir en esas estancias tan largas. De todo; incluso generadores eléctricos, ya que debíamos recargar baterías y trabajar con computadoras, para así poder volcar las fotos y datos recogidos diariamente. Pero estoy bastante acostumbrado a trabajar de esa manera, ya que gran parte de mi carrera como fotógrafo ha sido acompañando expediciones científicas en diferentes partes del mundo. He trabajado en todos los climas y en todos los continentes, desde Australia a la Antártida.”

Se puede decir que este trabajo ha representado mucho para usted sentimentalmente

“Los vínculos que se han creado con algunas de estas familias son ya de por vida. El último niño nacido en la comunidad La Ranchería durante el tiempo que estuvimos, es ahora mi ahijado. Se trata del bisnieto del cacique Panchito. Esa convivencia de cinco años hace que al fin seamos familia. ¿Bueno, quién sabe si realmente somos familia? ¡Teniendo en cuenta ese hallazgo mágico de mi tatarabuela es probable que podamos tener hasta algún antepasado en común!”

martes, 7 de marzo de 2023

Los mundos de Goya y Fabelo

 Por Virginia Alberdi Benítez

Imagen promocional de la exposición Mundos, Goya y Fabelo Foto: Ilustrativa

De alguna manera Francisco de Goya habita en la obra de Roberto Fabelo, pero la mayor coincidencia entre el aragonés y el camagüeyano transcurre en la mirada con que ambos, cada cual en su tiempo, escrutaron los sueños, pesadillas, abismos y estremecimientos del alma humana, nunca en abstracto, sino en relación directa con la vida social que incide en la creación.

Por esa razón Mundos, Goya y Fabelo acapara la atención del panorama artístico madrileño desde mediados de febrero, y seguramente lo hará hasta el 30 de julio, cierre de la exposición acogida por el Centro Cultural Conde Duque.

La exhibición comprende 160 grabados goyescos de las series Los caprichos y Los desastres de la guerra en diálogo con 13 obras del artista cubano, entre ellas las instalaciones Liderazgo, conformada por 21 piezas de atractivo cromatismo que reproducen las figuras de rinocerontes, y Sobrevivientes, cucarachas gigantes dotadas de elementos antropomórficos, que ocuparon en una ocasión la fachada del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana (mnba), y ahora dividen su presencia entre el Conde Duque y la Casa de América.

«Sentir a Goya como un ángel guardián es una de las cosas que me ha acompañado a lo largo de mi vida», manifestó Fabelo a propósito de la iniciativa de la Fundación Ibercaja, al respaldar la curaduría de los especialistas Marisa Oropesa, Mario Hernández y Jorge Fernández, este último director del mnba.

El historiador de arte cubano recordó que «Fabelo, al igual que Goya, no se aleja de su contexto: sus elucubraciones personales están vinculadas a las conmociones sociales de su época; son, a la vez, interrogantes que se plantea sobre sí mismo y cuestionamientos acerca de la propia validez o eficacia de lo que él mismo crea». Y subrayó: «En ambos casos, la inspiración surge del contexto en el que viven los artistas, para luego crear obras que trascienden el lugar y el momento al que se adscriben y ser portadoras de un significado universal».

Los caprichos surgieron entre 1796 y 1798. Su factura aseguró a Goya un lugar prominente en el arte del grabado. A través de sus estampas, y mediante un derroche de fabulación, el artista clava sus dardos, con una gran carga satírica e hiperbólica, en vicios, miserias y taras sociales que aludían a un momento de profunda crisis en la España de la época; imágenes válidas para todos los tiempos, al igual que las de Los desastres de la guerra, concebidos de 1810 a 1820, donde refleja la experiencia de la insurrección contra el dominio napoleónico y la estela de crueldad, fanatismo, terror, injusticia y muerte resultantes del conflicto bélico.

En cuanto al repertorio visual de Fabelo, los curadores tuvieron a bien refrescar unas palabras que publiqué en Granma en 2014, en ocasión de una muestra en el Museo de Arte Latinoamericano de Long Beach, California: «La filiación expresionista de Fabelo se empata con la tradición occidental que ha ido trazando hitos desde los grabados de Alberto Durero, las abismales composiciones de El Greco y Los Caprichos de Goya. Pero también se relacionan con la sensibilidad barroca latinoamericana, que nos llega tanto en la arquitectura vernácula como en la eclosión poética de la literatura de Alejo Carpentier y Gabriel García Márquez».

Mundos, Goya y Fabelo coloca en primer plano la obra de un artista cubano en el que confluyen la fuerza de la expresión plástica, y el reconocimiento social.

https://www.granma.cu/cultura/2023-03-05/los-mundos-de-goya-y-fabelo-05-03-2023-21-03-48

domingo, 5 de marzo de 2023

Europa se atraganta con la cesta de la compra: ¿se puede frenar la escalada?

 Un litro de leche se vende a 90 céntimos en un supermercado de Madrid, a 92 céntimos en Londres, a 1,05 en Berlín y a 1,54 euros en París. El kilo de manzanas oscila entre los 1,46 euros de Roma y los 2,69 euros de Bruselas. El precio de la misma cesta de la compra, elaborada por este periódico con 10 productos básicos de ocho ciudades europeas, va de los 16,96 euros en la capital española a los 26,55 euros en La Haya. Esta comparación tiene una representatividad muy limitada, porque los productos no son exactamente los mismos y el poder adquisitivo y los salarios de sus ciudadanos tampoco. Pero ilustra un problema generalizado: todos estos bienes han subido en el último año más que nunca.

El IPC alimentario se le ha ido de las manos a Europa: la tasa armonizada escaló al 18,4% interanual en enero en la UE, según los últimos datos detallados de Eurostat. En 14 países, el incremento fue superior, como Alemania (20,5%) y Portugal (21,1%). En el resto está por encima de los dos dígitos: en España en el 15,5%, en Francia en el 14,4% y en Italia en el 12,6%. La escalada ha erosionado el poder adquisitivo de los ciudadanos y ha encendido el debate sobre cómo atajar la situación y si alguien en el sector de la alimentación está sacando partido.

La cesta de la compra es víctima de una combinación insólita de factores, según coinciden la gran mayoría de expertos y de los sectores agrario y alimentario, El incremento de los costes, que empezó en 2021 y empeoró con el estallido de la guerra en Ucrania hace un año, es el principal causante, agravado por una menor producción en el campo por las malas cosechas. “Estamos ante una tormenta perfecta: subida de energía, de materias primas y fertilizantes; sequías y heladas que han reducido las cosechas y la oferta… es un problema que no se puede simplificar”, advierte Manuel Hidalgo, profesor de Economía de la Universidad Pablo de Olavide.

En un supermercado de Madrid, un cliente busca entre los lineales la leche más barata. Es uno de los productos que más ha subido en el último año, un 33,4% en el caso de España. También el aceite de oliva (un 30,5%). “Me fijo más en los precios y comparo mucho, también entre comercios”, asegura el consumidor. ¿Nota diferencias entre ellos? “Siempre hay algunas diferencias”. Entre países, también hay disparidades: la cesta de la compra elaborada para este reportaje contiene 10 productos: pan, pollo, yogures, leche, café, pasta, huevos, patatas, tomates y manzanas. La más cara es la holandesa (ver gráfico), seguida de Londres, París, Berlín, Bruselas, Roma, Lisboa y Madrid.

Mientras los costes de la energía se han moderado, los de la alimentación siguen creciendo, para preocupación de las familias con menos recursos, que tienen que dedicarle cada vez más porcentaje de su renta. Un 52% se fija ahora más en los precios que antes de la pandemia, un 31% más que en 2020, según una encuesta publicada en enero con 5.000 participantes de 10 países (incluida España) por la Universidad de Aarhus (Dinamarca) en colaboración con el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología, dependiente de la UE. El 54% opina que la guerra es la principal causa, pero un 48% también piensa que el incremento de costes se está repartiendo mal y el conflicto “ha permitido a los distribuidores y fabricantes obtener más ganancias”, según señalan los autores de la encuesta.

Un pepino a 3,29 euros

Las redes sociales alientan el debate. En Alemania bullen estos días con comentarios sobre los precios de las hortalizas. “¡Un pepino por 1,89 y ni siquiera es orgánico!”, exclama una usuaria de Twitter que muestra la foto de las estanterías casi vacías en un supermercado. Otros suben fotos de los precios disparados de pimientos a 7,99 el kilo o tomates a 5. El récord parece ser un pepino (sí, la unidad) a 3,29 euros.

La mayor economía de la zona euro es una de las que más está sufriendo las subidas de precios de los alimentos. Y las quejas por el precio récord del pepino son el reflejo de un problema que está sufriendo ahora Europa y que añade más leña al fuego: el cierre este invierno de los invernaderos en el centro del continente y el Reino Unido —funcionan con gas y ahora no resultan rentables— ha producido una reducción de la oferta de hortalizas y ha disparado los precios. En el Reino Unido, que también sufre la decisión de Marruecos de limitar sus exportaciones para cubrir su propia demanda interna, varios supermercados han racionado estos productos.

Todo esto se ha traducido en una mayor demanda de los productores de Almería y Murcia, la llamada huerta de Europa. Ha caído la producción de pepinos y pimientos, mientras los precios se han disparado en las subastas agrícolas en el último mes: un 120% el pepino, un 104% el pimiento y un 60% el tomate, según fuentes del sector, que estiman que la situación se normalizará en unas semanas.

Las hortalizas no son lo único que se ha encarecido en Alemania. Productos tan básicos como la mantequilla han subido casi un 40% en un año. El Gobierno tripartito de Olaf Scholz ha aprobado distintas medidas para aliviar los efectos de la inflación, pero ninguna enfocada directamente al precio de los alimentos. En septiembre, el tercer paquete de ayudas incluyó un pago único de 300 euros para jubilados y otro de 200 euros para estudiantes. También en septiembre el Ejecutivo decidió frenar el precio de la electricidad y el gas. En paralelo, la nueva renta ciudadana, el sistema de protección social antes llamado Hartz IV, ha subido unos 50 euros por persona al mes.

Los ciudadanos del Reino Unido también están sufriendo la crisis del coste de la vida que afecta a toda Europa. Al incremento del coste de la energía, Londres debe sumar las consecuencias negativas del Brexit, que ha encarecido y complicado el abastecimiento de los supermercados. La inflación se sitúa en el 10,1%, pero la subida de la cesta de la compra, según Kantar, está muy por encima de esa cifra. En el primer mes de 2023, los precios de los alimentos básicos subieron un promedio del 16,7% (un 13,3%, según la patronal del sector).

El Gobierno británico puso en marcha, a mediados de 2022, el programa Help for Household (Ayuda para los Hogares), coordinado por el empresario y exdirector ejecutivo de la empresa de distribución de comida a domicilio Just Eat David Buttress. No es una rebaja directa y generalizada de los precios de una cesta de la compra básica. El Ejecutivo ha aumentado las subvenciones directas en una gama de situaciones que contemplan tanto a las familias de renta baja, como el número de menores dependientes, pensionistas o ciudadanos con discapacidades. Las ayudas, distribuidas entre 2023 y 2024, suponen un único pago que oscila entre los 170 y los 340 euros.

La presión del coste de la vida sobre los ciudadanos se ha traducido en una oleada de huelgas, en aquellos sectores donde los salarios permanecen congelados desde hace más de una década, y donde los sindicatos retienen afiliados y fuerza de convocatoria. Ferrocarriles, autobuses, metro, personal sanitario, bomberos o profesores han protagonizado paros discontinuos desde el final del pasado verano.

Medidas sobre la mesa

La discusión sobre qué hacer ante la subida de precios se ha ido calentando en el Viejo Continente. En España, el diagnóstico de la situación y cómo aliviar las subidas ha provocado un cisma entre los socios del Gobierno. El Ejecutivo ha aprobado la rebaja del IVA de algunos productos básicos y un cheque de 200 euros para las familias con ingresos menores de 27.000 euros. El ministro de Agricultura, Luis Planas, considera que la subida de precios ha tocado techo y, aunque ha advertido de que las bajadas de precios serán lentas, ha descartado de momento nuevas iniciativas.

Desde Unidas Podemos han pedido ir más allá: primero la formación fue partidaria de topar los precios de los alimentos y después propuso bonificar determinados productos, sin importar el nivel de renta, con cargo a las arcas públicas. De forma paralela, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha insistido en su iniciativa de acordar con la distribución una cesta asequible con cargo a sus márgenes, que según afirma están disparados. Y ha recordado a Planas que la Ley de Ordenación del Comercio Minorista permite intervenir márgenes empresariales o fijar precios en casos excepcionales.

“Hay que identificar bien los problemas antes de tomar medidas porque pueden ser inútiles o contraproducentes”, advierte el economista Manuel Hidalgo sobre la posibilidad de topar precios. Pone como ejemplo de posible buena política, por las circunstancias concretas que se dieron, el control de precios que se impuso a las mascarillas en España durante la pandemia para evitar abusos. “Pero en el caso de los alimentos no sirven este tipo de medidas porque es un problema principalmente de costes”, añade. En Hungría, el Gobierno de Viktor Orbán intervino el año pasado en el mercado para limitar los precios de un grupo de alimentos y el resultado ha sido el contrario del perseguido. El IPC de los alimentos es el que más ha subido en la UE, casi un 50% anual, debido en parte a que, según los expertos, los comercios han encarecido otros productos para compensar las pérdidas generadas por la medida.

Tomás García Azcárate, ingeniero agrónomo del CSIC y experto en política agraria europea, es partidario de “políticas selectivas” que apoyen a los que “lo necesitan”, como ampliar el cheque de 200 euros. Limitar precios como ha hecho Budapest o bonificarlos de forma generalizada, como ha hecho Grecia —el Gobierno asumirá el 10% del coste de la cesta de la compra desde febrero pasado y durante seis meses—, le parecen iniciativas erróneas desde “el punto de vista económico y ético”.

La realidad es que en pocos países europeos el debate en torno a las subidas de precios de los alimentos está siendo tan crispado como en España. La secretaria general de Podemos y ministra, Ione Belarra, llegó a llamar en febrero “capitalista despiadado” a Juan Roig, presidente de Mercadona, y desde la formación se ha acusado a los supermercados de estar “forrándose”. El ministro Planas no coincide con este diagnóstico. Afirma que hay competencia en el mercado, que la cadena alimentaria funciona y existen controles, como lo prueba el hecho de que la Agencia de Información y Control Alimentarios impusiera el año pasado 272 sanciones a empresas alimentarias, la gran mayoría por incumplir los plazos de pago y anomalías en los contratos.

Ni el sector agrario, ni los distribuidores son culpables de agravar la escalada de precios de los alimentos, según García Azcárate: “En mis 40 años estudiando este mercado, nunca había visto una situación con este problema de oferta e inflación de costes. La idea de que hay un malo de la película que asalta a los consumidores no cuadra con la realidad”.

Los datos de Agricultura indican que los precios que pagan agricultores y ganaderos por lo que necesitan para producir, desde semillas a fertilizantes, crecieron en conjunto un 33,4% anual en noviembre. Pero los precios que percibieron por sus productos subieron menos, un 23,4% de media, y la renta agraria cayó un 5,5% en 2022. Es decir, no han trasladado toda la subida de costes. Esta tendencia de contención se mantiene en el siguiente eslabón de la cadena, la industria, donde los precios subieron un 17,2% en el mismo periodo, según los datos del INE. Y en la venta final al público, en los distribuidores, donde el incremento fue del 11,3% (el IPC alimentario de noviembre pasado).

Desde la asociación agraria COAG se destaca la diferencia de hasta el 500% que hay entre un producto fresco desde el origen hasta el punto venta. Aunque el Ministerio avisa en su web de que en estas comparaciones en bruto hay que tener en cuenta todos los costes asociados de mantener una cadena alimentaria en marcha para el conjunto del sector (desde mano de obra, a mantenimiento de instalaciones y todos los costes de producción y adaptación a las demandas medioambientales). También hay que tener en cuenta que los precios de origen pueden bajar y en el lineal seguir altos, porque hay “un efecto de reposición”, explica García Azcárate, que hace que tenga que pasar un tiempo entre un momento y otro.

¿Es realmente competitiva la distribución en Europa? En España, Mercadona es líder, con una cuota del 25%, seguida por Carrefour (9,8%), Lidl (6%), Dia (4,4%) y Eroski (4,3%). Un reparto insuficiente, según la ministra Díaz. Suficiente, según los expertos de mercado de Kantar y Nielsen IQ. En Francia, las cinco mayores empresas suman un 78% y, en el mercado portugués, más del 50% está en manos de dos firmas.

Nueva tasa en Portugal

Portugal, donde las subidas de los precios de los alimentos están por encima del 20%, ha sido tajante en las medidas que ha tomado en relación con las empresas. El primer ministro, el socialista António Costa, descartó bajar el IVA a los productos alimentarios, pero las grandes cadenas de distribución tendrán que pagar una tasa temporal del 33% sobre sus beneficios extraordinarios de 2022 y 2023. Hay 108.000 personas que se benefician, además, de una cesta con una veintena de productos esenciales que financia el Gobierno, aunque es una medida anterior a la inflación. En septiembre se aprobó un paquete de medidas valoradas en 2.400 millones para compensar a las familias y a los pensionistas por la inflación.

Un movimiento llamado Vida Justa, creado en las áreas metropolitanas de Lisboa donde se concentran más familias con pocos ingresos, organizó hace una semana una manifestación en la capital para exigir que se limite el precio de los bienes esenciales, se suban los salarios y se frene la especulación inmobiliaria sobre la vivienda. El país vive una ola de protestas por los bajos salarios y la precariedad laboral en diversos sectores. El salario mínimo profesional portugués es de 760 euros. Si alguien quiere hacer una ensalada, tendría que gastar el 5% del salario mínimo para comprar un kilo de tomates corazón de buey.

La sombra de la duda planea sobre los márgenes de fabricantes y distribuidores. A nivel global, cadenas como la estadounidense Kroger, la holandesa Ahold Delhaize y la británica J Sainsbury aseguran que sobreviven con márgenes operativos del 4% o menos. En comparación, grandes fabricantes como Unilever y Nestlé trabajan con márgenes del 16% o 17%, según analizaba hace unos días Aimee Donnellan, columista de Reuters Breakingviews experta en el sector. En las últimas presentaciones de resultados, en febrero, ejecutivos de estas últimas empresas se han comprometido a responder al incremento de los costes subiendo los precios para proteger esos márgenes.

La distribución asegura que no puede hacerlo tan fácilmente porque pierde clientes, según explicaba Donnellan. En junio de 2022, la británica Tesco retiró de sus estanterías productos de Kraft Heinz por una disputa sobre precios. Ahold Delhaize dejó de vender KitKat y Nescafé (de Nestlé) por motivos similares. Lo mismo hizo la cadena francesa Casino, que no aceptó una subida del 22% del precio del agua Evian y Volvic de Danone.

Respecto a España, el conjunto del sector de la distribución asegura que sus márgenes son muy ajustados (entre el 1% y el 3% de las ventas). El Banco de España publicó en diciembre un análisis en el que concluye que, en los tres primeros trimestres de 2022, las empresas de comercio y hostelería registraron repuntes de sus márgenes. Pero no se refiere de forma específica a la distribución alimentaria. Sobre esta industria, la institución dice en el mismo documento que habría “experimentado caídas de rentabilidad”, como otros subsectores afectados por “el impacto negativo de los costes”.

Mercadona tiene previsto publicar sus resultados de 2022 este mes. Dia, cuarto operador en España, acaba de publicar sus cuentas y sigue en pérdidas. Carrefour también ha obtenido beneficios a escala global (no da el detalle por países). El grupo francés g anó 1.566 millones, lo que deja un margen neto del 1,7% de su facturación. El operativo fue de 2,9%, dos décimas inferior al de 2021.

Cesta asequible en Francia

En Francia, el Gobierno se ha enfrascado en un forcejeo con las grandes firmas de distribución, entre ellas Carrefour, para convencerlas de que, a partir del 15 de marzo, garanticen el precio mínimo posible en una serie de productos alimentarios. Se trata de contener —por la persuasión, y no con medidas obligatorias— la inflación en la alimentación. Para el presidente, Emmanuel Macron, la subida de precios en la alimentación es un motivo de preocupación. El temor que el malestar estalle en algún momento, aunque por ahora lo que saca a centenares de miles de franceses a las calles no es la inflación, sino la reforma de las pensiones. Las demandas de salarios más altos ya motivaron en otoño huelgas en las refinerías. Podrían volver.

El Gobierno ya ha gastado 110.000 millones de euros desde 2021 para contener la subida del gas y la electricidad. Así mantuvo la inflación en los niveles más bajos de la UE el año pasado. Pero Macron no quiere gastar un euro, como sí hizo con la energía, con la alimentación, y aboga por un acuerdo voluntario con las empresas, acuerdo que debería concretarse en los próximos días. “El presidente no es capaz de proponer otra cosa que la caridad a las multinacionales de la alimentación, hay que dejar de capitular ante la inflación”, ha denunciado el diputado de extrema derecha Jean-Philippe Tanguy.

Macron confía en que la presión pública lleve a las multinacionales a contener los precios por propia iniciativa. El modelo es Total Energies, que hace unos días se comprometió, después de anunciar resultados estratosféricos, a que la gasolina diésel no superase en 2023 el precio de 1,99 euros por litro en las estaciones de servicio francesas.

Protestas en Bélgica

Las tensiones de precios en Bélgica son considerables y en los últimos meses ha habido protestas para pedir subidas salariales ante la escalada inflacionista. El precio de los alimentos escaló un 19,2% en enero en tasa armonizada, por encima de la media de la UE. El instituto belga de estadística calcula que los huevos han subido en los últimos meses un 38,6%; la leche, un 33,5%; el pan, el 20%; el pescado, un 15,7% y la carne, el 14,8%.

Desde que comenzaron a subir los precios en Bélgica, el Gobierno de coalición, formado por siete partidos, ha desplegado medidas muy similares a las de otros países europeos. A finales de 2022, por ejemplo, liberó unos 26 millones para la cesta de la compra de los hogares más vulnerables (unos 450.000). Se aumenta de 475 horas a 600 horas al año el tiempo que podrán trabajar los estudiantes con cotizaciones reducidas y sin perder otras ayudas familiares. Pero donde se puso más acento fue, sin duda, en las ayudas para pagar la factura energética: extensión del bono social a un millón de hogares, bajada del IVA del gas y la electricidad al 6% o rebaja en impuestos especiales a gasolina y gasóleo.

Rebaja fiscal en Italia

Tampoco se ha escapado Italia de la subida de la cesta de la compra, aunque la tasa armonizada está por debajo de la media, en el 12,6%, según Eurostat. Según las asociaciones de consumidores, las familias gastaron de media el año pasado 700 euros más en alimentación.

El Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni ha prometido medidas para paliar la escalada de precios. Por el momento, ha rebajado entre dos y tres puntos la llamada cuña fiscal (la diferencia entre el salario que paga un empleador y lo que un trabajador se lleva a casa). Se trata de una medida en la línea de las impulsadas por el Ejecutivo precedente guiado por Mario Draghi que sirve para aumentar los salarios en la práctica entre 10 y 30 euros mensuales. Meloni también tanteó un descenso del IVA al 5% para alimentos de primera necesidad como el pan o la leche que no llegó a aprobarse.

Escalada en los Países Bajos

En los Países Bajos, el IPC armonizado se situó en el 17,7% en enero, según Eurostat. Ha subido la leche, el queso y los huevos, la carne y el pescado, las verduras... mientras en los últimos meses ha bajado el precio de los cereales y también las grasas alimentarias, pero el ajuste no se ha notado todavía en el bolsillo del consumidor. Los análisis más recientes publicados por los expertos del banco Rabobank apuntan la posibilidad de que los precios empiecen a descender hacia finales del verano.

En 2023, el sueldo medio holandés es de 40.000 euros brutos anuales, señala el Instituto de Investigación Financiera ADP. Un paquete de pan integral de molde (compra estándar en el hogar) vale 2,49 euros. Si se compra uno diario, sería un gasto de 74 euros mensuales.

Con información de Marc Bassets (París), Tereixa Constenla (Lisboa), Manuel V. Gómez (Bruselas), Lorena Pacho (Roma) e Isabel Ferrer (La Haya).

https://elpais.com/economia/2023-03-05/europa-se-atraganta-con-la-cesta-de-la-compra-se-puede-frenar-la-escalada.html