Por Pascual Serrano
Desde hace unos años, la izquierda ha apostado por las defensas de las minorías como eje de su discurso y estrategia política. La idea de interesarse por los derechos de los colectivos minoritarios parecía justa y coherente con los planteamientos sociales de la izquierda. Sin embargo, el resultado puede terminar siendo catastrófico, tanto en lo electoral como en el plano del ideario de la izquierda.
Como en tantas ocasiones, basta observar lo que sucede en Estados Unidos para apreciar hacia donde vamos. Allí, los Demócratas llevaban años apostando por los sectores latinos, árabes y negros, dejando a un lado a los blancos de clase trabajadora.
El resultado ya lo hemos comprobado, los blancos pobres se han sentido despreciados por los Demócratas y han votado a Trump, y las minorías raciales han votado en función de discursos políticos y no en función de identidades raciales. Al fin y al cabo, las encuestas mostraron que los latinos, cuando están legalizados en Estados Unidos se consideran antes que nada, estadounidenses y no salvadoreños ni mexicanos. Se llama integración y es bueno para una sociedad.
Trump comprendió que la izquierda (es un decir, tratándose del Partido Demócrata) le estaba ofreciendo en bandeja al colectivo más numeroso y frustrado de la sociedad estadounidense, por tanto, el que ansiaba más un cambio: los obreros o desempleados blancos. No olvidemos que ocho estados donde ese colectivo es mayoría se han bautizado como el “cinturón del suicidio”. En Arizona, Colorado, Idaho, Montana, Nevada, Nuevo México, Utah y Wyoming (el Oeste Montañoso de Estados Unidos), las tasas de suicidio son las más altas del mundo. Allí, en 2023, 49.316 personas se quitaron la vida (una cada 11 minutos).
La gran mayoría eran hombres, blancos, cristianos, heterosexuales, es decir, el colectivo considerado hoy por nuestra izquierda como el gran privilegiado y, por tanto, el más olvidado en las reivindicaciones y, de este modo, se ha convertido en el gran caladero de votos para la derecha y la ultraderecha. Se suicidan en ese colectivo y se suicida la izquierda entregando ese colectivo a la ultraderecha, en Estados Unidos y también en España.
Es preocupante cómo ahora, lo que fue seña de identidad de la izquierda, la defensa de las mayorías, se ha convertido en un sacrilegio.
La fascinación identitaria que domina en la izquierda en estos tiempos le ha llevado a pensar que la gente vota en función de su sexo, su identidad u orientación sexual, su raza o su religión. Entonces, dividieron el mundo entre las identidades supuestamente desfavorecidas y las supuestamente favorecidas. El problema es que los casi 50.000 que se suicidaron en esos estados del oeste montañoso profundo de Estados Unidos, son para la izquierda grupo social privilegiado por ser hombres blancos heterosexuales cristianos. La única opción política que les daba palmaditas en la espalda fue la ultraderecha y como, además, esa población es mayoría, ganó Trump.
Mientras tanto, las minorías solo quieren ser ciudadanos integrados en su país, escuchan las propuestas electorales y no votan porque el candidato sea mujer, racializado, género fluido o minoría religiosa.
Lo que ha pasado en EE.UU. es la crónica del suicidio anunciado de la izquierda.
Una vez más, los ciudadanos muestran más madurez de lo que preveían algunos estrategas de la izquierda, y la ultraderecha más capacidad para aprovecharse de eso.
Ahora solo nos queda aprender de la lección en España para tratar de evitar un resultado similar al de EE.UU. en las próximas elecciones.
https://mundoobrero.es/2025/01/14/la-trampa-de-las-minorias-en-estados-unidos-y-en-espana/
1 comentario:
A partir de ahora son Trump y su administración quienes deben ser considerados responsables de cada muerte palestina.
Por Jonathan Cook
Las excusas que Israel ha dado para renovar el genocidio:
1. Israel dice que está tratando de obligar a Hamás a liberar a los cautivos en Gaza.
Sin embargo, como sabemos por los que ya han sido liberados, el bombardeo indiscriminado de Gaza sólo aumenta las posibilidades de que los cautivos sean asesinados. No existe ningún escenario plausible en el que el lanzamiento de bombas de 2.000 libras suministradas por Estados Unidos sobre Gaza haga que los israelíes retenidos en Gaza estén más seguros o los traiga antes a casa.
En cualquier caso, Israel tenía una forma fácil y conocida de recuperar a los últimos cautivos. Debían ser liberados en la segunda fase del acuerdo de alto el fuego, ya muy pasada su fecha de aplicación. Pero hace semanas Israel decidió romper el acuerdo que había firmado e imponer nuevos términos en los que el resto de los cautivos tendrían que ser devueltos – y sin que Israel cesara su fuego o se retirara del enclave, como había acordado hacer.
Lo que demuestra la vuelta de Israel al genocidio es que el gobierno israelí prefiere matar al resto de cautivos -vaporizándolos con el último cargamento de bombas de 2.000 libras de Trump- antes que hacer una concesión para garantizar su liberación o poner cualquier limitación a su capacidad de masacrar a la población de Gaza.
2. Israel afirma que Hamás estaba rearmándose y planeando un nuevo ataque.
Como siempre Israel invierte la verdad. Fue Israel quien fue rearmado por la administración Trump con las bombas que ahora destrozan a los niños de Gaza. Hamás -aislado del mundo exterior- no tenía ninguna ruta obvia para rearmarse.
Y en cuanto a los planes para otro 7 de octubre, tanto Hamás como el mundo se sorprendieron de que sus combatientes consiguieran salir del diminuto y asediado territorio de Gaza la primera vez. Hamás asumió que sería una misión suicida. Lo consiguió sólo porque Israel se había vuelto tan complaciente en sus 17 años de asedio del enclave, que imaginó que los 2,3 millones de personas que vivían allí estaban permanentemente sepultadas.
Israel suponía que los palestinos nunca lograrían encontrar una salida del gigantesco campo de concentración que Israel había construido para ellos. Es poco probable que Israel vuelva a bajar la guardia.
En otras palabras, Israel miente descaradamente sobre sus razones para reanudar la matanza. Miente como lo ha hecho una y otra vez durante los últimos 18 meses.
Israel siempre tuvo la intención de reiniciar el genocidio tan pronto como la administración Trump hubiera podido atribuirse el mérito de negociar el alto el fuego. Entonces podrían trabajar juntos para inventar una nueva serie de pretextos -basados en mentiras sobre quién estaba violando el alto el fuego- para justificar por qué había que asesinar a más niños de Gaza.
Desde luego, Joe Biden y sus funcionarios deben ser juzgados en La Haya por los primeros 15 meses del genocidio. Pero son Trump y su administración los responsables de cada muerte palestina de aquí en adelante.
https://rafaelpoch.com/2025/03/18/a-partir-de-ahora-son-trump-y-su-administracion-quienes-deben-ser-considerados-responsables-de-cada-muerte-palestina/#more-2029
Publicar un comentario