viernes, 7 de marzo de 2025

Una de las distorsiones más lamentables...

Por Soledad Cruz Guerra

Una de las distorsiones más lamentables de nuestro proceso revolucionario ha sido confundir los alertas, las preocupaciones, la crítica a lo que no funciona, a lo que resulta inoperante, a lo errado, con ataques a la Revolución y establecer una especie de pacto de silencio para no darle armas al enemigo, que existe y lo ha manifestado con creces desde el comienzo de nuestra historia emancipadora, pero que se ha ensañado en los mas recientes 65 años.

Es cierto que como sistema se ha intentado quitarnos ese lastre. En los años inaugurales se estableció un punto en todas las reuniones de crítica y autocrítica que fue perdiendo eficacia, porque suele ser difícil encajar cualquier señalamiento crítico para cualquier terrícola y mucho más autocriticarse, detectar objetivamente en que nos equivocamos a pesar de las buenas intenciones. Y más difícil aún, cuando se vive una contienda como la cubana, bajo una lupa que siempre exageró defectos y no reconoció logros.

Opiniones críticas siempre hubo de todos los temas, contradicciones también, desacuerdos, que entre los revolucionarios verdaderos expresaban el interés por enfrentar lo que consideraban dañino a la Revolución, aunque no pocos se ganaron cuando menos el calificativo de conflictivos y cuando más fueron acusados de buscar protagonismo, querer fastidiar o estar confundidos. Es una larga historia que intentó resolverse bajo el concepto de crítica constructiva y crítica destructiva.

Pero lo cierto es que, a pesar de los departamentos para recoger la opinión del pueblo, las asambleas con los trabajadores, las reuniones de rendición de cuentas, los congresos que denunciaron el síndrome del silencio, el secretismo; a pesar de que hubo un notable movimiento de la opinión, la critica, los análisis, de secciones dedicadas a los reclamos de los lectores en la prensa de los años 80, no se propició una cultura del diálogo, la polémica, el debate, ni se aprovechó en su más útil posibilidad la opinión, la crítica, el debate, la polémica como formas de participación ciudadana, de gestión comunitaria de los problemas que se iban generando en la sociedad, sobre todo a partir de la crisis de los 90.

Llegaron Internet, las redes sociales, la nuevas plataformas comunicacionales y se produjo el gran desbordamiento, aupado por la guerra mediática, pero también porque la situación económica se fue deteriorando y con ella, como suele ocurrir en las crisis profundas, se han producido involuciones en los ámbitos éticos, morales, espirituales.

Negar esa parte poco amable, dramática de la realidad, es darle fuerza al enemigo que las revela como descubrimiento, porque los temas más álgidos no tienen eco en la prensa, ni las tantas preguntas que se hacen los ciudadanos sobre temas que no entienden, que van desde la construcción de edificios que rompen la armonía urbanística hasta celebraciones fastuosas en un barrio que va perdiendo su notable arquitectura; desde y hasta temas menos estéticos de las penurias cotidianas que empobrecen la dignidad de quienes no sufren los rigores en que vive la mayoría y les resultan exagerados los pronunciamientos que alertan sobre los peligros internos que amenazan la República, mientras los externos se intensifican jornada tras jornada, luego de la llegada del nuevo emperador al vecino norte.

En circunstancias tan críticas como las que se viven en Cuba, hay que escuchar al que se preocupa, al que sufre por lo que sufren los otros, al que quiere hacer sugerencias, al que quiere sembrar, al que no está indiferente y quiere participar y ser consecuente con esos llamados a desarrollar la crítica, a fomentar el pensamiento crítico, porque el pensamiento crítico no sólo se ejerce contra los desmanes del enemigo, también frente a las arbitrariedades de los camaradas.

No hay mejor servicio a quienes quieren destruirnos, como sistema y nación, que la ineficiencia, la improvisación, la inadecuada elección de prioridades, la prepotencia de no aceptar los errores. No hay mejor servicio a la desunión que no escuchar la diversidad de inquietudes, propuestas, sugerencias, que no debatir tantos temas que lo ameritan, porque está en juego la soberanía de la nación y, para defenderla, hay que incluir a todos los dispuestos. Ese es el sostén seguro de la unidad.

2 comentarios:

silvio dijo...

De René RR:

Muy buen artículo el de la entrada. René3

silvio dijo...

De nuevo en el Block de Silvio un llamado a la conciencia. Ahora de Soledad Cruz con el título “Una de las distorsiones más lamentables”
Por Félix Sautié Mederos

Un planteamiento valiente y de importancia esencial en estos momentos tan complejos y acuciantes. MI ALERTA Y APOYO DECISIVO.

De nuevo no puedo quedarme en silencio, cuando encuentro publicados llamados generales a la conciencia revolucionaria reitero, en momentos tan complejos y acuciantes que vivimos; y que pueden lanzarnos al precipicio que Raúl nos señaló que estamos bordeando.

En este caso, quiero referirme a un enjundioso artículo escrito mi colega de muchos a quien aprecio muy especialmente Soledad Cruz Guerra.

Como siempre lo ha hecho, en forma valiente y audaz Soledad incursiona en un tema agudo del que muchos huyen para “no quemarse”; pero Soledad revolucionaria a carta cabal no le teme a nada ni a nadie cuando se plantea enfrentar una verdad necesaria a la verdadera defensa de nuestra Revolución Socialista a noventa millas de un Imperio que nos ataca y amenaza con todas sus fuerzas.

Soledad señala el camino fácil de la condena a ultranza de cualquier crítica por muy justa que esta sea por parte de quienes no quieren complicarse la vida haciendo realidad palpable los justos propósitos de la enmienda que forman parte de una autocrítica rectificadora que nos conduce al perfeccionamiento efectivo de lo que hacemos para construir el socialismo sobre las bases sólidas de la justicia social.

En este orden de pensamiento, quiero citar dos párrafos esenciales del llamado de Soledad, aunque recomiendo muy encarecidamente tomarlo muy en consideración en el conjunto del texto.

“En circunstancias tan críticas como las que se viven en Cuba, hay que escuchar al que se preocupa, al que sufre por lo que sufren los otros, al que quiere hacer sugerencias, al que quiere sembrar, al que no está indiferente y quiere participar y ser consecuente con esos llamados a desarrollar la crítica, a fomentar el pensamiento crítico, porque el pensamiento crítico no sólo se ejerce contra los desmanes del enemigo, también frente a las arbitrariedades de los camaradas.

No hay mejor servicio a quienes quieren destruirnos, como sistema y nación, que la ineficiencia, la improvisación, la inadecuada elección de prioridades, la prepotencia de no aceptar los errores. No hay mejor servicio a la desunión que no escuchar la diversidad de inquietudes, propuestas, sugerencias, que no debatir tantos temas que lo ameritan, porque está en juego la soberanía de la nación y, para defenderla, hay que incluir a todos los dispuestos. Ese es el sostén seguro de la unidad.”

Así lo pienso y así lo expreso y así lo apoyo, con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.

https://felixsautie.com/articulos.php?de-nuevo-en-el-block-de-silvio-un-llamado-a-la-conciencia-ahora-de-soledad-cruz-con-el-titulo-una-de-las-distorsiones-mas-lamentables