11 de septiembre de 2025
Por Homero Acosta Álvarez
Distinguidas autoridades.
Colaboradores, compañeros de trabajo, amigos de Leal y todos aquellos que nos acompañan con motivo de la ocasión.
Un abrazo especial para Javier, su hijo, que como siempre está aquí recordando la memoria de su padre.
Deseo expresar mi gratitud a la dirección de la Oficina del Historiador de la Ciudad por la invitación para decir unas palabras en tan señalado día. Lo hago no en razón de mi responsabilidad estatal y política, sino por la condición de amigo de Eusebio.
Mucho me honran, conociendo que también otros podían hacerlo. Atesoro varias de sus sentidas dedicatorias y cartas que en más de una ocasión me dirigió.
Leal me acogió como uno de sus amigos, tal vez el último de ellos y así lo hizo saber. En los últimos 15 años de su vida tuve el privilegio de sellar una amistad que trascendió al ámbito familiar. Como prueba de ello, me designó por testamento como su albacea, mandato que cumplí con lealtad a su voluntad.
Fueron tiempos de muchos encuentros, intercambios, apoyos, consejos, confesiones y complicidades, de lo humano y lo divino. Difícil de olvidar.
Para preparar estas palabras volví a su reencuentro, a sus libros, entrevistas, discursos, escritos en distintas publicaciones y que, como siempre, impresionan y nos conmueven.
Como cada año en esta fecha, el recuerdo de Leal nos convoca, precisamente aquí, en el otrora Palacio de los Capitanes Generales, Museo de la Ciudad de La Habana, lugar por donde comenzó a labrar su fecunda obra.
A este sitio, en agosto de 1959, llegó Eusebio. Un joven de apenas 16 años, con muchas inquietudes y deseos de abrirse mundo.
Apenas unos meses del triunfo revolucionario que lo arrastró en su torbellino. El antiguo Ayuntamiento Municipal se transformaba en una nueva estructura administrativa, y Eusebio es ubicado en el Departamento de Ingresos. Le impresionaba toda la actividad que allí se desarrollaba, en particular, me contaba, la cantidad de abogados que trabajaban y casi todos de apellidos compuestos e ilustres. En ese entonces apenas tenía un 4to. grado de escolaridad.
Duros años habían pasado desde su nacimiento en que su madre Silvia, sola con él, trabajaba las labores domésticas para apenas sobrevivir. Leal debe abandonar la escuela en 5to. grado para apoyar a su mamá y así realiza pequeños trabajos, entre ellos mensajero de farmacia.
En esos primeros momentos de su llegada al Gobierno Municipal conoce al ilustre Historiador de la Ciudad, el Dr. Emilio Roig de Leuschering, y a su esposa María Benítez Rojo. Este encuentro cambió para siempre el rumbo de su vida. Roig lo impulsó en la lectura de la historia y él le correspondió. Estudió por sí mismo y, de manera regular, se incorporó a la Educación de Obreros y Campesinos y alcanzó el 6to. grado. Con orgullo recordaba que ese título de graduado le había sido entregado por el líder obrero Lázaro Peña.
Leal participó en la Campaña de Alfabetización en 1961 en barrios de La Habana y formó parte de las Milicias Nacionales Revolucionarias.
Al morir el Dr. Roig en 1964, al que siempre se refería como su «maestro y predecesor de feliz memoria», la Oficina del Historiador parecía que concluiría su existencia. Más de uno advirtió que allí terminaba todo. La interrogante era ¿cómo entregar esa oficina a un joven advenedizo y sin titulación alguna?
Solo que la tenacidad y el ímpetu de Leal, unido al apoyo de María Benítez, lo impidieron. De esa forma logró ser nombrado oficialmente como Historiador en 1967, con apenas 25 años y siendo un «impreparado», como solía decir.
A la par de sus estudios históricos de manera autodidacta, su primera tarea fue convertir el Palacio de los Capitanes Generales en el Museo de la Ciudad, al abandonar la Administración Municipal ese inmueble, lo que se logra en 1969.
Serían años de duros trabajos, en los que Eusebio no era solo el director, sino también un obrero, aparecía removiendo escombros, carretilla en mano, trasladando ladrillos, en fin, un verdadero constructor. Tiempos en los que algunos le tildaban de loco, aunque reconocían que era muy trabajador.
Rememoraba Eusebio que en una ocasión recibirían en el museo la visita de la entonces Ministra de Cultura de la Unión Soviética. En ese momento se encontraba en restauración la calle de madera y Leal colocó un cartel que señalaba «Obra en reparación». Hasta él llegó un funcionario, nunca me dijo su nombre, supongo un burócrata de turno, y le dijo que la calle debía estar lista para la visita, sin aceptar los argumentos lógicos del historiador. Pocos días después se apareció con camión y un vehículo cilindro para llevar a cabo el asfaltado. Leal se acostó en la calle y dijo que únicamente pasando sobre su cuerpo podían realizar aquel disparate. De ese modo, logró salvarla.
Esos años le ganaron la simpatía de muchos intelectuales, políticos y dirigentes revolucionarios. Leal siempre recordaba en especial a Celia Sánchez, a Haydée Santamaría y Aida, su hermana, René Rodríguez Cruz, Antonio Núñez Jiménez, Carlos Rafael Rodríguez, Raúl Roa García, Armando Hart Dávalos y Alfredo Guevara, entre otros.
Mantuvo intercambios permanentes con los principales historiadores, como José Luciano Franco, Hortensia Pichardo y su esposo Fernando Portuondo.
En esos primeros años de la década del 70, en que ya el Museo de la Ciudad acogía varias de sus salas más importantes, entre ellas la de las Banderas, conoció a Fidel y a Raúl Castro, en algunas de sus visitas con delegaciones extranjeras.
Leal se enfrentaba a otro problema de envergadura y que, de algún modo, podía limitarlo en el futuro. No tenía título universitario. Ya tenía un reconocimiento en Cuba y en el exterior por sus múltiples trabajos y conferencias, pero no contaba con estudios académicos oficiales.
En 1974 solicita su ingreso a la Universidad de La Habana para cursar Licenciatura en Historia. No había antecedentes de alguien sin estudios de bachiller o de lo que se llamaban estudios de nivelación pudiera acceder a la educación superior.
Ilustres juristas del ámbito universitario fueron consultados, como los profesores Tirso Clemente, Miguel Ángel Cabrera Benítez, Delio Carreras Cuevas y Julio Fernández Bulté, los que emitieron sus criterios para encontrar una solución. Leal contaba con avales escritos a su favor por José Luciano Franco, Juan Marinello, Francisco Pividal Padrón, Mariano Rodríguez Solveira, Manuel Rivero de la Calle, el capitán René Pacheco Silva (Director de la Oficina de Asuntos Históricos de la Secretaría de la Presidencia), Antonio Núñez Jiménez y Raúl Roa García.
Fue sometido previamente a un tribunal de la Escuela de Historia, presidido por el Dr. Sergio Aguirre e integrado por las doctoras María del Carmen Barcia y Berta Álvarez, el que de manera unánime recomendó su ingreso excepcional, atendiendo a los conocimientos históricos que había alcanzado de manera autodidacta.
La primera pregunta del presidente de ese tribunal quedará grabada para siempre en su vida. ¿Qué buscas en la Universidad? Respuesta: «Busco la sabiduría y la vida eterna». Muy profética.
Así le acoge el Alma Mater. Ingresa en septiembre de 1975.
En la Universidad también enfrenta nuevas tribulaciones. Eusebio siempre recordaba sus tiempos en ella, sus dificultades para entender la filosofía marxista, en particular las categorías del materialismo histórico y dialéctico, sus ausencias continuas por razones de trabajo y, sobre todo, el apoyo de sus compañeros, en especial, el de Raida Mara Suárez, su fiel escudera y una verdadera hermana para él. Destacaba sobremanera en las asignaturas históricas.
Se gradúa, finalmente, como Licenciado en Historia en febrero de 1980.
La otra parte de la historia, dura también para él, es tal vez más conocida.
De gran regocijo para Cuba fue la inclusión por la UNESCO en 1982 del Centro Histórico de la Cuidad de La Habana y su sistema de fortificaciones en la Lista del Patrimonio Mundial. La labor de Eusebio en ese logro fue encomiable, lo que dio un nuevo impulso a la labor de rescate patrimonial.
Una pequeña anécdota personal. Corría el año 1981, me encontraba cursando el onceno grado en la Escuela Vocacional Lenin y nuestro profesor de Cultura nos llevó al Museo de la Ciudad. Para muchos era nuestra primera visita a dicha institución. Allí nos recibió Eusebio Leal, un desconocido para todos, quien luego de darnos una explicación de las principales salas, compartió sus ideas de lo que sería la transformación de La Habana Vieja en un centro cultural y el nuevo epicentro de la vida de la capital. Puedo asegurarles que todos nosotros nos quedamos con mucho escepticismo, es más, cuestionábamos esas ideas. Nos preguntábamos cómo abandonar El Vedado y la Rampa para retornar a esa Habana Vieja, oscura y descolorida.
Leal era consciente de que para avanzar con mayor celeridad en la obra restauradora se necesitaban más recursos.
Un hito trascendente sería la aprobación por el Consejo de Estado, de la mano del Comandante en Jefe, del Decreto-Ley 143 de 1993, mediante el cual se implantó un modelo único para el manejo y la gestión y restauración patrimonial de un centro urbano, ejemplo para el mundo, como reconoció la UNESCO.
Recordemos como antecedente que Fidel, durante la Cumbre Iberoamericana de Cartagena de Indias, Colombia, en 1993, tras sobrevolar el Centro Histórico de dicha ciudad preguntó a Leal: ¿Qué más podemos hacer por La Habana Vieja? Su respuesta: «Reforzar el principio de autoridad». Así se hizo.
Como él explicara, se unió a la tenacidad y el empeño, el apoyo y la voluntad política para emprender esa labor. No bastó con ello, Fidel le autorizó un préstamo de un millón de dólares, que a los dos años multiplicaron los recursos a tres millones. La Oficina, religiosamente, no solo honró ese compromiso, sino que cada año entregó a Fidel un millón de dólares, lo que es también expresión concreta de una positiva gestión financiera y administrativa. A mediados de la segunda década del 2000 los ingresos totales de la Oficina superaban ya en muchos millones aquella cifra inicial.
Leal tenía una visión social y humana de la restauración patrimonial y de la revitalización integral, y ello fue clave en la labor de la Oficina. No se trataba solo de transformar un inmueble de valor histórico, o un museo, o un área determinada. Era imprescindible acompañarlo de la transformación de la vida de la gente y que esta fuera parte de la obra y se beneficiara de ella.
Ahí están como ejemplos su programa de viviendas, incluido el Malecón habanero, las escuelas, el Hogar Materno, el Centro para niños discapacitados, el Centro para la atención de ancianos en el antiguo Convento de Belén, entre otras significativas obras.
Desde el Centro Histórico desarrolló una importante labor de promoción y fomento de la cultura, que lo convierten en un verdadero mecenas. En sus museos creó aulas para los estudiantes e instituyó un programa sociocultural amplio y diverso en cada una de sus instituciones.
No hay manifestación de la cultura artística que no contara con su apoyo. De ello pueden dar fe la Basílica del Convento de San Francisco de Asís, la sede de la compañía de danza Liszt Alfonso, o la de Isabel Bustos (Compañía Danza-Teatro Retazos), la Orquesta sinfónica del Mozarteum de La Habana, los importantes artistas plásticos que cobijó, las galerías, los disímiles festivales que promocionó, entre otros.
Como historiador, Leal nos deja una obra de incuestionable valor. Tenía una visión muy clara al abordar los estudios históricos. Negaba los absolutismos y maniqueísmos. Era contrario a los dogmas preestablecidos. Siempre repetía que a la historia debía entrarse con la cabeza descubierta, con respeto y objetividad. Examinó, desde una mirada muy propia y con fundamento, buena parte de los más álgidos temas históricos cubanos y universales. El análisis de nuestros próceres de las guerras independentistas: Céspedes, Agramonte, Maceo, Gómez, Martí, y de los principales protagonitas y de los sucesos acaecidos en esascontiendas. Como pocos situó con equilibrio el análisis de la República, con sus luces y sus sombras; evaluó con profundidad los hechos vinculados a la Revolución cubana, y los procesos independentistas de América y sus líderes.
Trasciende por su vehemencia y pasión al narrar la historia. Con su palabra convencía y conquistaba a favor de sus tesis. A esto contribuían sus grandes dotes de orador y privilegiada memoria.
Destaco, además, que no rehuía el debate de los asuntos de la política cultural de la Revolución, sus aciertos y desaciertos; y también tomó partido con valentía y no siempre a favor de donde soplaba el viento, pero con una posición revolucionaria, en temas sociales peliagudos, como los relativos a la emigración cubana, la homosexualidad, el racismo, la educación, la diversidad, la exclusión social, u otros.
Hombre de fe, que siempre le acompañó y la cual nunca renegó, como decía, como acto de libertad. Recordemos que fue el primer religioso reconocido que resultó electo miembro del Comité Central del Partido Comunista en 1991, condición de la que siempre se enorgullecía. Valga recordar su frase a Fidel: «Sabía que llegaría a obispo, por la Iglesia o por el Partido».
Demostró siempre su compromiso revolucionario y defendió en todos los escenarios la verdad de la Revolución cubana. Su lealtad a Fidel y a Raúl resultó incólume.
De esa relación con Fidel se conoce más. De sus vínculos con Raúl habría que ampliar en otra ocasión. Leal lo llamó General Presidente y también lo consideró su benefactor, el cual le apoyó y mostró su preocupación en momentos difíciles, especialmente durante su enfermedad.
Brindó grandes servicios a la patria. Puede afirmarse que no era solo un embajador cultural sino que fue un hombre trascendente en la política exterior revolucionaria.
Permanentemente, muchos de los embajadores extranjeros acreditados en La Habana solían tener encuentros con él para intercambiar y obtener su visión de nuestra realidad de primera mano y de los problemas del escenario internacional.
Convirtió el Centro Histórico en un espacio ecuménico en el que cohabitaban diversas denominaciones religiosas, desde la católica Catedral de La Habana, las iglesias ortodoxas rusa y griega, un templo evangélico, las iglesias protestantes, hermandades masónicas, la sinagoga, hasta las religiones de origen africano y la sala de rezos musulmana.
Podemos afirmar que contribuyó de manera decisiva al fortalecimiento de las relaciones de dichas instituciones con el Estado cubano.
Trabajamos juntos en diversos proyectos que requerían del asidero jurídico. Recuerdo en particular el Decreto-Ley 325 modificativo del 143, aprobado por el Consejo de Estado el 16 de octubre de 2014; el Decreto-Ley mediante el cual se crea la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales y el Acuerdo del 20 de agosto de 2010, que restablece la Academia de la Historia de Cuba, al frente de la cual sería designado el gran historiador y su amigo, recientemente fallecido, el querido Dr. Eduardo Torres-Cuevas, al cual admiraba por su prolífica labor.
Su tenacidad y empeño crecieron en los últimos tiempos, incluso cuando su enfermedad lo limitaba. En esos momentos de vida pudo hacer realidad la culminación de la restauración del Capitolio Nacional, una de las obras más complejas que emprendió; la colocación de la estatua ecuestre de José Martí, réplica de la existente en el Parque Central de Nueva York, después de más de veinte años de intentarlo; la creación del Centro para las Relaciones Culturales Cuba-Europa, en el Palacio del Segundo Cabo, y la restauración del Castillo de Santo Domingo de Atarés.
Estimados compañeros y amigos:
Se suele decir que hombres de su calibre, después de muertos, nos acompañan. Diría más, luchemos porque Eusebio Leal siempre nos acompañe.
Estamos ante un hombre excepcional, amante de la belleza en toda su amplitud. Nos lega una obra invaluable, que, aunque no fuera su pretensión, trasciende a su tiempo; pasa sin dudas a la posteridad. Convirtió las utopías y sueños en realidades tangibles y admirables.
A lo largo de su fecunda vida recibió importantes reconocimientos en Cuba y en el extranjero. Es quizás el cubano que mayor cantidad de universidades nacionales y extranjeras le otorgaran el título de Doctor Honoris Causa.
Una de sus grandes satisfacciones era haber podido ver nacer y crecer una obra como la llevada a cabo en el Centro Histórico y también aportar al proceso revolucionario cubano.
También sintió las angustias y los dolores, como diría: «Mis vestiduras han sido diana de incontables agresiones, de las cuales me defendí como pude».
Forjó una coraza que tuvo abolladuras. En lo personal sufrió desgarramientos que llevó siempre consigo. Navegó buena parte en aguas turbulentas, no siempre con el viento a favor y con la vela henchida, sino con fuerte viento en contra y así todo supo llegar a su destino.
Un hombre como él, tuvo adversarios, sufrió las incomprensiones y también enfrentó batallas, en ellas, muchas victorias y algunos reveses. De cada uno de esos combates o altercados emergía reforzado, renovado, rejuvenecido y auténtico, aunque lacerado. Cada cierto tiempo le escuchaba decir, en términos militares: «Paso a la defensa circular», en señal de resistencia.
Como es sabido por algunos, la oficina de Eusebio tuvo varias sedes: el Palacio de los Capitanes Generales, el Palacio Lombillo, el Palacio de San Felipe y Santiago de Bejucal, la Casa Pedroso y, por último, la Casa de Francisco Arango y Parreño, y él me subrayó: «terminaré aquí, en Amargura».
Comparto, frente a los desafíos de hoy, al igual que algunas de sus colaboradoras más cercanas, la siguiente interrogante: ¿Qué haría Leal en estas circunstancias? Busquemos en él las respuestas.
Eusebio fue un hombre que amó profundamente a su patria, Cuba y a su ciudad, La Habana; que soñó a favor de un socialismo próspero y sostenible, a favor del bienestar y la dignidad del pueblo.
Su agonía mayor, decía, era lo que le restaba por hacer. Su eterna inconformidad con lo realizado.
Fue también un apóstol, en el sentido de que con su palabra nos trajo un mensaje a los cubanos de hoy y del futuro. Muchos son los discípulos que seguimos su prédica.
Un día tan especial como hoy te recordamos como las piedras de las que Fina García-Marruz nos habló, y sentimos tu ausencia. Te extrañan mucho también los adoquines y las calles que durante tantos años pisastes en tu infinito caminar. Que hoy, por ti, vuelvan a doblar las campanas, a tenderse las sábanas blancas en todos los balcones de tu Habana, y que la linterna de la cúpula del Capitolio ilumine con más fuerza a nuestro pueblo. Gracias por todo, Leal.
Muchas gracias.
7 comentarios:
SOLO LOS PUEBLOS PODRÁN ALCANZAR LA PAZ
Por Gabriel Impaglione
Los empleados del mes de las corporaciones están para otra cosa, nada podemos esperar de ellos.
El canciller alemán Friedrick Mertz dice una cosa y hace otra. Habla de la paz y acelera la guerra. La crisis en el pais está en alza pero su popularidad baja y el 70% de la ciudadanía lo mira con desconfianza. En el rumbo de su colega Macroleón, pareciera estar más preocupado por agradar a los poderes que mueven los hilos de los políticos europeos que dar respuestas a los alemanes. Cientos de empresas buscan relocalizarse en el exterior por los altísimos costos de la energía. O se trasladan o quiebran. Grandes marcas ya están -o estarán pronto- en EEUU y otras seguirían camino hacia el Oriente. La gente paga impuestos, paga la electricidad y el gas a precio de oro y mira como su Estado quema dinero en Ucrania, tanto en armamentos que son destruidos apenas ingresan a Kiev como fondos que no siempre terminan en sus destinos. Entonces manifiestan contra el Gobierno y Mertz dice que defiende la democracia y la libertad de Europa. Quién la agrede? Seguramente las corporaciones que han conectado los dólaresductos transatlánticos y dejarán en ruinas estas colonias. No serán las bombas rusas, serán las corporaciones, pero los políticos como Mertz, von der Leyen, Macroleón y Starmer no se dan cuenta.
Mertz se hace propaganda hablando mal de Putin y de Rusia pero eso no le bastará para reposicionar a Alemania como locomotora industrial de Europa, ni mucho menos, aun fabricando armas a granel. Creen que en los próximos 3 años Alemania perderá más de cien mil puestos de trabajo por su política de "exportación de plantas fabriles". Eso significa desocupación y pobreza. O dirigentes como Mertz creen que el tendal de pobres podrá reivindicarse vistiendo el uniforme contra Rusia? La Alemania de la energía verde hoy piensa en ojivas nucleares, misiles y tanques, abandonando el pacifismo que la caracterizó desde la caida del furher. Será la perversa revancha familiar del canciller contra Rusia, que ha tenido padre y abuelo vinculados al tercer reich? Europa debería verse en el espejo alemán. Esa decadencia es la que viven los paises europeos, aun aquellos más pobres. O abandonan las pulsiones guerreristas y se dedican a fortalecer sus economías y dar bienestar a sus pueblos o se convertirán en un cuarto mundo elegante y cruel (muchos no están muy lejos).
La von der Leyen dijo que "estamos al comienzo de otra crisis sanitaria mundial". Esto sí que da miedo. Otro covid? Otra clausura? Otro enorme negocio con las multinacionales?
La perversión de estos tiempos congela la nuca. EEUU convoca a delegados de Hamas a Doha, Qatar, para revisar documentos y acercar posiciones para la paz con Israel. Casualmente en el lugar de la reunión cazas de Tel Aviv lanzan misiles y todos mueren. Qatar aliado -y sostén- de norteamericanos y europeos no se defiende de la incursión y el bombardeo. En Qatar está la base yanki más grande de Medio Oriente. Para qué les sirvió esa presencia defensiva? Acordó esas muertes? Permitió el ataque? La gran contradicción de los potentes paises del mundo árabe puede saltar hacia cualquier parte. Israel no anda con medias tintas, donde puede ataca y EEUU aplaude. El mundo está harto de tanta infamia y exterminio.
El primer ministro polaco Radoslaw Sikorky habló de reforzar el flanco este de la OTAN y refiriéndose al caso de los drones agregó que "los soviéticos" dan respuestas mentirosas sobre el asunto. Dijo "los soviéticos". En qué hora del mundo se quedó Sikorsky? Sabe del muro de Berlín? Esta es la estatura intelectual y crítica de muchos de los políticos europeos. No es un dato menor.
Solo los pueblos ... (2 y fin)
En Argentina, la "jefa" habló en un acto en Tucumán, dos minutos de nada, como quien charla en la cola de la verdulería. Agradeció "para que nosotros HABRAMOS llegado a este momento" y pidió esperanza. En el Gobierno las hostilidades con la gramática y las ideas se suman al combate contra discapacitados, universidades, hospitales, jubilados, científicos y trabajadores. La estatura intelectual tiene que ver con el nivel decisional y la falta de panorama para razonar en procura del bien general. Cómo se llega a esto? Bueno, aplicando políticas de destrucción masiva del pensamiento crítico. En algunos ámbitos tanto la Europa virreinal como Argentina no se diferencian mucho.
En Washington el Congreso aprobó 400 mil millones de dólares de su presupuesto 2026 para Ucrania. Otro indicador que la guerra seguirá por mucho tiempo.
Polonia comprará 180 tanques K2 Black Panter a EEUU, cada uno cuesta 32 millones de dólares. Cuánto pueden durar en batalla 180 tanques ante drones y misiles? Rusia fabrica 1000 tanques por año y actualiza otros tantos de su flota soviética a precios de oferta por temporada. La escalada bélica no es simétrica. Nunca lo será. Todo lo que pueden fabricar EEUU y Europa en un año se ve superado solo por la FR varias veces, sin contar el apoyo logístico coreano y chino.
Si esas montañas de dólares se invirtieran en salud, educación, bienestar social, ciencia y técnica, fuentes de energía alternativas y lucha ambiental, otra sería la historia del mundo.
No solo es culpa de políticos fantoches que hacen de amantes de intrépidos lobbistas. Es culpa nuestra. Es culpa de los pueblos. En nuestro nombre se enriquecen y ponen al borde del abismo el único planeta que podemos dejar a nuestros hijos.
Marcos Roitman Rosenmann: La Unidad Popular en Chile: horizonte para el siglo XXI o pasado sin futuro
NOSTALGIA POR LAS INVASIONES
Por Antonio Gershenson
Próximamente, conmemoraremos una de las decisiones más esperadas por la humanidad: el alto a la amenaza de guerra nuclear. Los protagonistas fueron el país de las invasiones, Estados Unidos de América, en el sector occidental, de acuerdo con el mapamundi, y por el otro lado, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas… la tan querida URSS, para millones, y la multitemida y repudiada para innumerables países capitalistas, junto con los cuestionables movimientos religiosos de derecha recalcitrante, portadores de las peores ideas de democracia, libertad y paz mundial.
La Unión Soviética, como se le llamaba coloquialmente, fue un bastión que durante 69 años sostuvo cierto equilibrio político, económico y militar entre los países que llegaron a ser potencias después de la Segunda Guerra Mundial.
La contención liderada por la URSS se reflejó en sus relaciones diplomáticas, económicas y de intercambio científico y cultural, en general, entre los países que coincidían con las propuestas geopolíticas de la época, es decir, el socialismo, y en la fase superior, el comunismo.
Por cierto, hoy recordamos que un 14 de septiembre de 1867, en la ciudad de Hamburgo, la editorial Meissner publicó el primer tomo de la gran obra de Carlos Marx, El capital. Propuesta teórica que, hasta la fecha, sigue siendo una gran alternativa.
Al mismo tiempo que la Unión Soviética en Rusia, en América, Estados Unidos se jactaba de ser ganador de la Segunda Guerra Mundial y se adjudicaba el papel de controlador mundial, argumentando que su postura política estaba encaminada a detener el avance del peligroso comunismo.
Una filosofía, un concepto y un sistema de vida totalmente desconocido para los funcionarios del gobierno de Dwight D. Eisenhower. En los discursos del presidente estadunidense sólo resaltaba la animadversión del sistema económico del país más emblemático de ese momento. Nunca le importó que, por ejemplo, fueron el ejército soviético y los aliados comunistas en Europa los que aportaron uno de los frentes más importantes para la derrota del Führer. La rendición de la Alemania nazi, definitivamente, no fue a causa de la llegada del ejército estadunidense a Europa.
La propaganda anticomunista fue ampliamente difundida en todos los noticieros del mundo. Por primera vez, la población en general escuchamos hablar de los misiles SS-4, de los alcances de las armas soviéticas y su alcance de tres millas, con potentes ojivas de tres megatones; de las armas convencionales de medio alcance llamadas MRBM y los temibles misiles de mayor alcance, conocidos como IRBMS. Pero nadie habló de las bombas que Estados Unidos tenía preparadas para, con toda la conciencia destructiva, amenazar a todo el mundo.
Escuchamos constantemente la historia del “heroico” piloto del avión U2, que fue derribado por el ejército cubano asesorado por los soviéticos en la isla, sin la explicación de que era la decisión de la mafia militar del gobierno de Kennedy lo que provocó la violación de territorio soberano cubano. No se trataba de una simple acción de reconocimiento para saber si esos misiles soviéticos eran operables. La idea de la invasión directa a Cuba era uno de los principales objetivos. Se frotaban las manos los militares ante la posibilidad de derrocar al comandante Fidel Castro y poner fin a la supuesta amenaza comunista, tan cerca de las costas de Florida.
Fueron 13 días de suspenso mundial. El gobierno demócrata estaba dispuesto a todo, aunque la postura del presidente, junto con la del primer mandatario soviético, Nikita Jrushchov (no obstante las declaraciones anticomunistas del primero), no dieron prioridad a la guerra.
Nostalgia por ... (2 y fin)
Jrushchov propuso varias alternativas que fueron rechazadas por Kennedy, no obstante la tensión política que estaban causando los misiles, se detuvo la invasión a la isla y la utilización de armas nucleares.
El tema de la crisis de los misiles es muy amplio; a partir de ese momento, la correlación de fuerzas determinó las políticas públicas diplomáticas posteriores, no sólo de Estados Unidos, Cuba o de la propia Unión Soviética, también de otros países que insistieron en el control de las armas nucleares. Hasta el momento, son 116 naciones las que se declaran zona libre de armas nucleares.
Debido a la crisis de octubre, o como se le ha conocido por décadas, la crisis de los misiles, un gobierno, junto con todo su pueblo, ha sufrido una de las peores políticas de coerción económica y política que ha sufrido nación alguna: el llamado bloqueo a Cuba. Y, lo peor del caso, es que los gobiernos estadunidenses insisten en alimentar sus propuestas trasnochadas e invadir, no sólo Cuba, otros países también están en su enfermizo sueño de opio.
https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/09/14/opinion/nostalgia-por-las-invasiones
Brasil: ahora, a ver qué pasará
Por Eric Nepomuceno
La semana terminó con datos concretos. El desequilibrado ultraderechista Jair Bolsonaro fue condenado a 27 años y tres meses de cárcel. Seis de sus auxiliares más directos, cinco de ellos militares retirados, también están sujetos a penas que van de 19 a 26 años de cárcel.
Ahora entramos en una nueva etapa. Acorde a la legislación, todos, Bolsonaro inclusive, pueden recurrir. Pero como las penas fueron determinadas por el Superior Tribunal Federal (STF), instancia máxima de la Justicia, a lo sumo lograrán alguna reducción de sus condenas. Nada, en todo caso, que los libre de ser enviados a una cárcel por un periodo mínimo de seis años, acorde a la condena de cada uno.
En el caso de Bolsonaro, su mejor perspectiva es que de los 27 años y tres meses tenga que permanecer detenido solamente 14 años y medio.
El juicio terminó formalmente el viernes, cuando los abogados de defensa podrían pedir más tiempo para analizar las decisiones. Pero desde el día anterior ya se sabía que la condena impuesta por el Superior Tribunal Federal sería validada. La sorpresa ocurrió el jueves, cuando uno de los integrantes del STF, el juez Luiz Fux, optó por declarar inocente a Bolsonaro.
En Brasil, el STF –que cuenta con 11 integrantes– suele trabajar dividido en grupos de cinco, y muy raramente actúa con todos sus integrantes. El motivo de esa división es el elevadísimo número de casos que recurren a la instancia máxima de la Justicia.
La acusación contra Bolsonaro y sus cómplices fue juzgada por uno de los grupos de cinco.
El jueves le tocó el turno de votar a Fux. Su intervención duró casi 13 horas y sorprendió a todos, inclusive a sus colegas de toga. Con enfática vehemencia, que no era esperada y mucho menos el larguísimo tiempo de voto, dijo no haber encontrado vestigios concretos de la participación de Bolsonaro en la planificación de un intento de golpe para impedir la toma de posesión de Lula da Silva, luego de su victoria frente a Bolsonaro en las elecciones de 2022, quizá la más disputada en la historia de la República brasileña.
En seguida votó la jueza Cármen Lúcia, cuya participación duró poco menos de dos horas. Con énfasis similar al de su colega, condenó a Bolsonaro. Y por fin vino el voto del juez Cristiano Zanin, confirmando el voto de la magistrada.
Quedan pendencias. La defensa de Bolsonaro puede pedir reducción de la pena que le fue impuesta, pero nadie –ni siquiera sus abogados– parece creer en esa posibilidad.
Y queda una alerta: sondeos muestran que mientras 50 por ciento de los encuestados creen en la culpa del ultraderechista en el intento de llegar a un golpe de Estado, 40 por ciento dicen no creer y 10 por ciento no se manifiestan.
Tampoco se sabe hacia dónde el juez Alexandre de Moraes, que preside el juicio, determinará que el ultraderechista sea conducido. La defensa argumenta que a raíz de la edad de Bolsonaro –70 años– y de la fragilidad de su salud, él sea conducido a prisión domiciliar. Situación en que, a propósito, ya se encuentra, por haber violado determinaciones del mismo juez Moraes.
Si quedan unas tantas dudas y tendencias, se impone una certeza concreta: nunca en la historia de la República brasileña la instancia suprema de Justicia actuó con semejante severidad y de tal manera para imponer la tan necesaria –y que valga la repetición– justicia.
Antònia Crespí Ferrer: “¿Cuál es la diferencia biológica fundamental entre hombres y mujeres?”: Oklahoma realiza exámenes ideológicos ‘America-First’ a los profesores
El test consta de 34 preguntas que buscan poner el foco en la opinión de los maestros sobre la religión o su perspectiva sobre los derechos de las personas trans.
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