miércoles, 3 de julio de 2024

Estados Unidos: demolición de una república

 El lunes, la Suprema Corte de Estados Unidos determinó que los ex presidentes de ese país tienen inmunidad por todos los delitos que perpetren durante su mandato, incluidos los considerados graves, siempre y cuando los hayan cometido en el contexto de actos oficiales. Con este fallo, basta con que un tribunal menor clasifique una falta como parte de un acto oficial para que el responsable sea puesto por encima de la ley.

Como señaló la integrante de la minoría moderada de la Corte, Sonia Sotomayor, esto significa que, en cada uso del poder oficial, el presidente ahora es un monarca absoluto, lo cual es una burla no sólo a la Constitución estadunidense, sino al fundamento mismo de toda democracia liberal, modelo del que Washington se considera quintaesencia: el principio de que nadie se encuentra por encima de la ley.

Debe recordarse que tres de los seis jueces ultraconservadores que regalaron la impunidad a Donald Trump le deben su cargo, por lo que un mínimo decoro profesional, del que carecen, les obligaría a excusarse de participar en los debates que favorecen de manera personal al magnate.

Los efectos de su fallo aberrante se hicieron sentir de inmediato: apenas un día después, la sentencia que se le iba a dictar el 11 de este mes por el desvío de recursos de campaña para comprar el silencio de una ex actriz porno fue aplazada hasta septiembre.

El juez que lleva el proceso, Juan Merchan, reconoció que probablemente para entonces ya no sea necesaria, puesto que Trump podría haber burlado todo intento de hacerle responder ante la justicia.

En suma, ahora los presidentes de Estados Unidos podrán comportarse dentro de sus fronteras con la misma impunidad con que lo han hecho en el resto del mundo durante dos siglos.

Los estadunidenses conscientes de los modos en que sus mandatarios usan el poder cuando son inmunes a la ley estarán alarmados por la decisión del Poder Judicial capturado por el conservadurismo, el cual abre la puerta a la comisión de crímenes como el lanzamiento de bombas atómicas sobre civiles inermes, la masacre de My Lai, el uso de napalm, los cientos de atentados contra dirigentes que les resultan antipáticos, los asesinatos selectivos, el funcionamiento de la cárcel de Guantánamo y el robo de esa porción de territorio cubano, por traer a la mente sólo un puñado de ejemplos de las atrocidades ordenadas por los jefes del Ejecutivo de la superpotencia.

https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/07/03/editorial/eu-demolicion-de-una-republica-7153

3 comentarios:

silvio dijo...

Trump, por encima de la ley

El Tribunal Supremo de Estados Unidos dictó este lunes una sentencia que concede una amplia inmunidad a los presidentes de ese país para situarse por encima de la ley al desempeñar su cargo. Los seis jueces conservadores del tribunal, tres de ellos nombrados por Donald Trump, han estimado un recurso en el que el expresidente reclamaba inmunidad penal por los actos de su presidencia. La sentencia concede “inmunidad absoluta” a los presidentes por los actos realizados en ejercicio de las principales funciones constitucionales y reconoce “inmunidad presunta” por todos sus actos oficiales, entendiendo como tales todos en los que no se exceda de forma manifiesta en su autoridad. El alto tribunal elabora su doctrina sin ninguna base histórica o constitucional de la que asirse. Richard Nixon, único precedente de un presidente que estuvo cerca de ser imputado, recibió el perdón de su sucesor, Gerald Ford, en una admisión implícita de que no gozaba de inmunidad.

La tesis del Supremo afirma que si los actos oficiales de un presidente pudieran someterse a investigación penal cuando deje el cargo, se erosionaría la independencia del Poder Ejecutivo. Pero ningún presidente ha necesitado la inmunidad para ejercer el cargo hasta ahora. Y disponer de ella es una invitación a que la persona más poderosa del mundo se salte la ley. Las tres juezas progresistas del Tribunal Supremo han alertado de los “escenarios de pesadilla” que se convierten en posibilidades con la nueva doctrina: un presidente podría ordenar a las fuerzas especiales asesinar a un rival político, organizar un golpe militar para aferrarse al poder o recibir sobornos a cambio de un indulto.

El Tribunal ha dictado este curso varias sentencias que benefician a Trump. El efecto inmediato de la última tiene que ver con un delito cometido cuando aún no era presidente y del que ya fue declarado culpable por el jurado: el caso del soborno a la actriz porno Stormy Daniels. Ayer la Fiscalía aceptó aplazar la sentencia, prevista para el 11 de julio, para que el juez pueda sopesar el dictamen del Supremo. Con toda probabilidad, además, Trump no podrá ser juzgado antes de las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre por sus intentos de alterar los comicios de 2020. La sentencia sobre la inmunidad no lo hace del todo imposible, pero dificulta enormemente que prospere la acusación.

Más preocupante aún que ese efecto procesal son las consecuencias para un hipotético futuro mandato de Trump o de cualquier otro presidente que no se sienta obligado por la ley. Con la sentencia del Supremo en la mano, la naturaleza de la Presidencia de EE UU ha cambiado. Quien la ostente ha pasado a ser “un rey por encima de la ley”, como dice el voto particular. Donald Trump, que ha prometido deportaciones masivas de inmigrantes y ha amenazado con vengarse de sus rivales políticos, aspira a ser ese rey absoluto, no ya inmune, sino impune.

https://elpais.com/opinion/2024-07-03/trump-por-encima-de-la-ley.html

silvio dijo...

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