El estudio confirmó la presencia en 27 familias del ADN de habitantes de Cuba hace más de 500 años.
La Habana, 18 jul.- La confirmación de la existencia de descendientes de habitantes de la isla hace más de 500 años resalta entre los hallazgos de la investigación Cuba indígena hoy. Sus rostros y ADN, uno de los premios de Ciencias Sociales 2023 de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC).
Convertido en libro, el estudio es fruto del trabajo de un equipo: la doctora Beatriz Marcheco, directora del Centro Nacional de Genética Médica; Alejandro Hartmann, director de la Oficina del Conservador de Baracoa; el doctor Enrique Gómez, del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas; y los fotógrafos Julio Larramendi y Héctor Garrido.
El volumen, publicado por Ediciones Polymita, expone una investigación única en su condición de estudio genómico combinado con la indagación de la realidad social de los individuos participantes, que integran familias con fenotipos semejantes al de los aborígenes cubanos.
Estudio novedoso
La integración de ciencia y arte, mediante la fotografía científica, le confiere al estudio peculiaridades importantes, así como un aporte a la sistematización del conocimiento histórico y de investigaciones antropológicas precedentes integradas en el texto, destaca una publicación del sitio del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
“Es novedosa la caracterización socioeconómica de las comunidades donde residen los participantes en el estudio, que evidencia la persistencia de desventajas sociales en estos grupos que fueron históricamente marginados”, indica la fuente.
Es decir, se exponen las características de 27 familias residentes en áreas ubicadas en nueve municipios pertenecientes a las provincias de Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, la región más oriental del país.
De acuerdo con la ACC, para la selección de la muestra sirvieron de orientación la reconstrucción del árbol genealógico y la historia de los apellidos. Previo consentimiento informado, las personas fueron entrevistadas sobre su historia individual y familiar, su estado de salud y condiciones de vida.
A su vez, se realizaron mediciones antropométricas y fotografías para recoger evidencia de sus características fenotípicas y se les solicitó una muestra de saliva para estudiar su ADN.
Durante la investigación se identificó la presencia en el patrimonio genético y cultural de la nación, de una herencia aborigen, en contraposición con la versión más aceptada de la extinción de los indios en Cuba.
Razón de ser
Respecto a los puntos de partida del estudio comentó Marcheco, “es conocido que la supervivencia en la cultura y la biología de los primeros habitantes de la isla ha sido cuestionada en múltiples ocasiones”.
La motivación esencial fue “conocer la relación del origen étnico de las poblaciones con fenómenos de la salud de las personas y en particular, de nuestra salud”, dijo.
A juicio de la directora del Centro Nacional de Genética Médica, “el hecho de que las nuevas tecnologías genéticas puedan contribuir al conocimiento de la historia y de la evolución demográfica de la población constituye un elemento muy motivador para nosotros, que somos del campo en particular de la salud”.
Según declaró, lo más significativo desde el punto de vista de la genética consistió en corroborar que estas comunidades y las personas que las habitan, con rasgos físicos muy similares a los descritos en los primeros habitantes de la isla, conservan en su ADN más del doble como promedio de información genética amerindia que el promedio de la población.
El estudio demostró la presencia de un 20,2 % de genes amerindios como promedio en el ADN de las 27 familias estudiadas, cuyos integrantes mostraban rasgos fenotípicos notablemente similares al de los aborígenes cubanos.
Posibilidad de integración
Investigaciones anteriores, basadas fundamentalmente en análisis antropológicos, revelaron la existencia de comunidades aborígenes en las montañas del oriente de Cuba.
Un estudio con una muestra de más de 2000 personas de todo el país arrojó que, como promedio, un 8 % de la información genética actual de la población procede de ancestros amerindios y se traslada esencialmente por la vía materna.
En esta ocasión, además de determinar la presencia de genes, “caracterizar sus modos de vida, sus costumbres sus actuares cotidianos en los contextos donde habitan, también fue un aprendizaje para los investigadores”, señaló Marcheco.
A su vez, destacó la oportunidad de interactuar con sociólogos, historiadores, artistas gráficos y fotógrafos, como Larramendi, coordinador editorial y director de Ediciones Polymita, y Garrido, quien dirigió este proyecto desde el punto de vista artístico.
Fue “una enseñanza, una oportunidad y sobre todo la posibilidad de recibir, compartir y acompañar a los participantes en el estudio, a aquellas personas que se dispusieron a mostrar sus rostros y a facilitarnos su ADN”, comentó.
Entre otros elementos positivos se refirió al valor de “integrar disciplinas para abordar un estudio, en este caso en particular, sobre la presencia en las generaciones actuales de cubanos de genes de origen amerindio”, por lo que “de algún modo esta investigación interactúa con la historia de nuestro país”. (2024)
https://www.ipscuba.net/salud-y-ciencia/premian-investigacion-sobre-adn-aborigen-en-oriente-cubano/
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