jueves, 6 de julio de 2023

El socialismo cubano

Por Jesús Arboleya

El blog Segunda Cita, de Silvio Rodríguez, ha acogido en los últimos días un debate sobre la conceptualización del socialismo cubano y su aplicación en Cuba. Artículos de Fidel Vascós, Antonio Díaz Medina y del propio Silvio, han traído a colación interesantes reflexiones sobre un asunto que considero vital para una adecuada comprensión del sistema cubano y sus alternativas.

Marx estudió el capitalismo de su época y estableció las regularidades que podían explicar su nacimiento y posible evolución. La estructura económica en cada etapa del desarrollo de la humanidad estuvo en el centro de su análisis y la lucha de clases, correspondiente en cada caso, fue considerada la expresión política de los cambios de estas estructuras.

Constituyó un análisis económico, pero con fines de investigación histórica, que tampoco excluyó otros aspectos de la sociedad, como la superestructura, ni pretendió establecer recetas respecto al camino hacia el comunismo, que algunos después denominaron “socialismo”, un término poco utilizado por Marx y creo que nunca para explicar el tránsito hacia el comunismo. Como dice Medina, esta visión fue denominada “materialismo histórico” y sus principales enseñanzas son la aproximación científica a los problemas sociales y la dialéctica como método. El dogmatismo contradice la propia naturaleza del marxismo.

Para Marx, el comunismo implicaba la abolición de la propiedad privada y, por ende, la explotación del hombre por el hombre. Debía ser la consecuencia lógica de un desarrollo extraordinario de las fuerzas productivas, capaz, incluso, de hacer desaparecer al Estado, como instrumento de la clase dominante. En términos históricos, significaba superar la prehistoria de la humanidad, la formación de un “hombre nuevo”, al decir del Che.

El problema para los revolucionarios ha sido cómo intervenir en este proceso, a partir de la bandera del comunismo. Ni siquiera Marx tuvo siempre la paciencia necesaria para leer las “condiciones objetivas” y prever su desenlace a corto plazo, mucho menos sus discípulos. De las luchas políticas surgieron los primeros estados socialistas, paradójicamente, donde la teoría marxista menos previó este surgimiento, como Rusia, China, Vietnam y también Cuba. El socialismo de inspiración marxista –hay otros que no vienen al caso- han sido el resultado de revoluciones populares, encabezadas por dirigentes excepcionales, que se vieron precisados a “inventar” sus respectivos socialismos, en las condiciones más difíciles y contra las fuerzas dominantes a escala internacional.

Como todos los de su tipo, el socialismo cubano nació y creció en estado de guerra permanente. Su naturaleza antineocolonial y antimperialista, así como su importancia geopolítica, determinaron el antagonismo con Estados Unidos y explican la naturaleza patriótica del sistema. Impedir su éxito ha sido el objetivo de la política norteamericana hacia Cuba. Muchos dicen que el bloqueo ha fracasado, pero en realidad ha sido un límite básico al potencial desarrollo del modelo socialista en Cuba, así como la fuente de dificultades a veces insoportables para muchos cubanos.

La Revolución cubana constituyó un soplo de frescura para el movimiento comunista internacional y amplió su influencia en el Tercer Mundo, pero hacia lo interno sucumbió a la influencia del “socialismo real” soviético, con una economía que terminó atada a los presupuestos del CAME. No vale la pena discutir sobre sus posibles virtudes o defectos, fue un modelo diseñado para un mundo que dejó de existir, en eso estriba el principal problema de la economía cubana en la actualidad.

Reformar el socialismo cubano constituye una necesidad, que transita por varios condicionamientos. En primer lugar, adecuarlo al escenario internacional en el que debe funcionar, que no es otro que el capitalismo globalizado y el apogeo de su influencia ideológica. En segundo lugar, alcanzar niveles de eficiencia económica que permita atenuar los efectos del bloqueo. En estos momentos, no hay nada más revolucionario ni patriótico que mejorar la economía nacional, para lo cual se impone una lucha a muerte contra el burocratismo, concebido como una deformación de las funciones necesarias de la burocracia estatal. Por último, hacer efectiva la democracia popular, único recurso para imponer el poder de los trabajadores, como dice Medina. La violación de este principio califica entre las mayores desgracias del socialismo.

Se requiere revisar el propio concepto de socialismo y sus bases de sustentación. Aunque, como vimos, Marx definió el tránsito hacia el comunismo a partir de transformar la propiedad privada en propiedad social, también es cierto que lo concibió como un proceso, relacionado con el desarrollo de las fuerzas productivas a escala mundial. En el ínterin, no hay otra alternativa que funcionar en muchos casos con instrumentos heredados del capitalismo, siempre y cuando no distorsionen la esencia del modelo ni sus objetivos estratégicos. Igual ha ocurrido con todos los tránsitos del modelo económico y social imperante, la acumulación originaria del capitalismo en buena medida se obtuvo mediante el actuar de los imperios feudales y el trabajo esclavo a gran escala.

El socialismo no puede ser definido a partir de reglas exactas e inmutables, es un tránsito, por eso resulta tan difícil explicarlo más allá de sus objetivos. El eclecticismo acompaña al socialismo desde sus orígenes y debiera ser considerado una de las virtudes del sistema. De hecho, para creer en el socialismo se requiere de una gran dosis de imaginación y solidaridad humana. Mientras el capitalismo exacerba el individualismo como vía para la emancipación, el socialismo obliga a pensar en términos colectivos.

Hace años, un amigo me comentó que no existían películas o novelas sobre la vida en el comunismo, debido a que nadie podía describir esa realidad. “Estamos dispuestos a morir por algo que ni siquiera podemos imaginar”, me dijo, y no dejó de tener razón, la construcción de la utopía ha sido uno de los déficits del discurso socialista. Vaya, que tampoco funciona el “teque”, para entendernos y superarnos, hay que promover el debate nacional, sin miedo ni mediocridades.

6 comentarios:

silvio dijo...

Arboleya, al menos hay una novela que describe un hipotético comunismo establecido en todo -o en casi todo- el mundo: se trata de La nebulosa de Andrómeda, del soviético Ivan Efremov. Este libro salta de sus primeros capítulos en un planeta hostil y distante a la vida en nuestra vieja Tierra, donde se vive en una suerte de armonía universal -por cierto no exenta de diversidad. Una interesante es la negativa de unos cuantos millones de humanos de que la sociedad se encargue de la educación de sus hijos, o sea que prefieren continuar las viejas costumbres familiares y "vivir a la antigua". Todas estos núcleos humanos viven en un mismo lugar (si mal no recuerdo en la isla de Madagascar) pero el resto del mundo vive prácticamente en una sociedad completamente autosuficiente, sin explotación del hombre por el hombre, en la que muchas de las contradicciones actuales no tienen lugar. Por cierto, hay opiniones diversas sobre un montón de cosas y discutirlas no es problemático sino lo natural.

silvio dijo...

Redes sociales: medios sin brújula

El presidente Andrés Manuel López Obrador exhortó a Mark Zuckerberg, director general de Meta, a que tome las decisiones pertinentes para evitar que su nueva red social, Threads, reproduzca los peores vicios de la plataforma a la cual busca hacer competencia, Twitter. En su llamado, el mandatario pidió al dueño de las mayores redes sociales del planeta (Facebook, Instagram y WhatsApp) que en su nuevo emprendimiento opte por privilegiar la calidad sobre la cantidad, no apueste por el lucro fácil, es decir, que construya un espacio donde se difunda comunicación auténtica y no tenga cabida la manipulación informativa.

Debe recordarse que Twitter se ha creado una deplorable fama por permitir la proliferación de cuentas falsas y automatizadas (los denominados bots), las cuales son empleadas por actores políticos y corporativos para posicionar sus figuras y productos, con el resultado de una constante manipulación de la opinión pública y una imposibilidad práctica para discernir entre las opiniones reales de la ciudadanía y los mensajes generados en despachos de mercadotecnia. El ambiente en el sitio de microblogueo empeoró a un ritmo acelerado desde que fue adquirido por el magnate Elon Musk, quien ha implementado estrategias radicales en busca de la nunca alcanzada rentabilidad de la empresa. En este esfuerzo, se ha llevado por delante tanto la experiencia de los usuarios como a los equipos de moderación que mantenían a raya (si bien es cierto que con un éxito muy relativo) los discursos de odio y las agresiones coordinadas contra ciertas personas y grupos.

Más allá de los conocidos inconvenientes de Twitter y de los que presente el nuevo aspirante a desbancarla, el problema de fondo radica en que las dinámicas del mercado entregaron a las redes sociales una serie de funciones para las que no fueron diseñadas y para las cuales resultan notoriamente inapropiadas. De un modelo de negocio basado en la extracción de datos personales para la colocación de publicidad, plataformas como Google, Facebook, Instagram, WhatsApp, Snapchat, Twitter, TikTok, YouTube y otras se han convertido a todos los efectos prácticos en medios de comunicación, en los cuales se crean y difunden contenidos de todos los géneros periodísticos, desde la noticia hasta la opinión, pasando por crónicas, reportajes y análisis. En el caso de la empresa de Musk, se le asignó de manera creciente el papel de una especie de vocería de los actores políticos de todos los niveles y todos los signos, hasta el punto de que muchas carreras se construyeron con base en tuits, como bien ejemplifica el ex presidente estadunidense Donald Trump, ahora dueño de su propia red social.

El lado oscuro de esta refuncionalización de las redes sociales consiste en la absoluta falta de experiencia de los propietarios, accionistas y ejecutivos de estas plataformas en el manejo de medios de comunicación y en la formulación de líneas editoriales. Estas personas de negocios, convertidas sin buscarlo en directoras de medios, no tienen idea alguna de la diferencia entre público y mercado ni entre audiencias y clientes, por lo cual las confunden de una forma que no por inconsciente es menos nociva para el derecho a la información y la construcción de ciudadanía...
(sigue)

silvio dijo...

Redes sociales... (2 y fin)

Esta prensa improvisada ha levantado ingentes capitales pese (o gracias) a su carencia de escrúpulos editoriales e incapacidad de entender lo que significa la comunicación como necesidad humana y la información como oficio con reglas y códigos de importancia inestimable para la vida civil. Ante un escenario tan exasperante como peligroso, cabe esperar que el exhorto de López Obrador llegue a oídos de su destinatario, pues Zuckerberg y sus colegas deben entender la magnitud del problema al que deben hacer frente. Quienes controlan las estructuras en las que crecientemente se construye la opinión pública, tienen el imperativo ético de combatir la desinformación. Lo anterior no significa renunciar a la legítima búsqueda de ganancias, sino dotar a sus empresas de una credibilidad mínima, de tal modo que puedan ofrecerlas como un espacio para colocar anuncios comerciales sin menoscabo de la independencia editorial, como ha planteado desde sus orígenes la prensa escrita y digital.

silvio dijo...

Sáhara Occidental. 50 años del Frente Polisario, en imágenes

En mayo de 2023, el Frente Polisario cumplió 50 años de existencia. La organización, que lleva todo ese tiempo luchando por la independencia del Sahara Occidental, es la única representante legítima del pueblo saharaui ante la ONU.

Formado por estudiantes, trabajadores, soldados y refugiados, el Frente Polisario, de ideología socialista y panárabe, cumple cinco décadas de lucha por la autodeterminación de la República saharaui que sigue sin lograr. Pese al apoyo mostrado en muchos rincones del planeta, su día a día resulta complicado.

El fotógrafo Andoni Lubaki ha recogido con su cámara distintos momentos de la vida de este movimiento de liberación y su historia interminable. En estas fotografías hay desde retratos de cargos políticos y militares a personas que han perdido a familiares, pasando por movilizaciones e incluso a niños jugando en los campamentos saharauis.

silvio dijo...

IPS-Cuba, Sábado 8 de julio de 2023

silvio dijo...

Confirma Fiscalía de Nayarit asesinato de corresponsal de La Jornada