lunes, 26 de agosto de 2024

La esperanza, el arma secreta del filósofo Byung-Chul Han

Por Francesc Miralles

Ha sido una sorpresa, hasta cierto punto, que el célebre pensador surcoreano Byung-Chul Han eligiera la esperanza como tema del libro que se publica en España en septiembre. Afincado en Berlín, este filósofo que escribe sus breves obras en alemán se había caracterizado por la crítica al capitalismo y al neoliberalismo, con libros como La sociedad del cansancio o No-cosas. Elegir la esperanza, un sentimiento o visión que parece ir a contracorriente, pero que necesitamos para sentirnos vivos, es mirar a la luz al final del túnel. Sin embargo, El espíritu de la esperanza —libro de menos de 150 páginas publicado por Herder— no refleja la visión del ingenuo que cree que, al final, todo se arreglará sin más. Se refiere a una esperanza que nace de la proactividad, ya que ilumina caminos nuevos que nadie recorrerá por nosotros. Tal como lo plantea el pensador, la esperanza nace justamente de la desesperación, de la negatividad, pero es una brújula que nos lleva a situaciones y territorios nuevos, a aquello que aún no existe.

 

Winston Churchill, un hombre que era muy proclive a las depresiones, dijo: “Si estás pasando por un infierno, sigue adelante”. Esa recomendación encierra que todo, lo bueno y lo malo, es provisional, como la vida misma.

 

Lo que mata la esperanza, según Byung-Chul Han, no es la desesperanza; bien al contrario, esta última es su punto de partida, el inicio del viaje. Tal como lo expone en el preludio del ensayo, lo contrario a la esperanza es el miedo. En sus propias palabras: “Pasamos de una crisis a la siguiente, de una catástrofe a la siguiente, de un problema al siguiente. De tantos problemas por resolver y de tantas crisis por gestionar, la vida se ha reducido a una supervivencia”. Para el coreano, vivir en esa mera supervivencia nos ancla a la depresión y al miedo. Este último nos cierra puertas y nos roba la libertad, ya que imposibilita que nos pongamos en marcha. Alguien con miedo al futuro será incapaz de organizar y crear su propio futuro. Entra en una especie de profecía de autocumplimiento.

 

Como señala Byung-Chul Han, en alemán la palabra miedo —Angst— procede, al igual que en latín, del término angostura. Es decir, cuanto mayor es nuestro temor, más angosta será nuestra área de acción. Por eso quien se angustia se siente, de un modo u otro, acorralado.

 

El antídoto es la esperanza ya que, en sus propias palabras, “va dejando indicadores y señalizadores de caminos. La esperanza es la única que nos hace poner en marcha. Nos brinda sentido y orientación (…) Y las acciones necesitan un horizonte de sentido”. Así como el miedo imposibilita, la esperanza, como la definía el filósofo danés Søren Kierkegaard, es la pasión por lo posible.

 

Resumiendo, en clave práctica, estas reflexiones, podemos concluir tres cosas:

 

1. Tener esperanza es ver nuevas posibilidades. Es decir, adelantarnos a otros escenarios que nos esperan, aunque estén lejos de nuestra situación actual. Byung-Chul Han cita, en este sentido, una Epístola a los Romanos del Nuevo Testamento: “Si lo que se espera ya está a la vista, entonces no es esperanza, porque ¿para qué esperar lo que ya se está viendo?”. Por lo tanto, hay algo de visionario en ello.

 

2. Hay esperanza pasiva y esperanza proactiva. La primera nos pone a merced de los acontecimientos. La segunda supone trabajar para que se materialice la nueva posibilidad. De hecho, el dramaturgo francés Gabriel Marcel decía que la esperanza está trenzada: “En el tejido de una experiencia en curso (…) está metida en una aventura que aún no ha terminado”. Es decir, supone estar en el proceso de dirigirnos hacia algo mejor.

 

3. La esperanza es asumir que todo es temporal. Por consiguiente, es solo cuestión de tiempo que salgamos de este trance. El problema de los desesperados es que creen haber ingresado en una condición permanente. La persona deprimida se convence de que no saldrá del pozo, mientras que quien siente que el mundo se ha vuelto en su contra cree estar condenado de por vida. Para escapar de esa angostura hay que evitar tomar la parte por el todo. Todo mal momento es solo un capítulo de la historia. El próximo puede ser distinto. Con las acciones adecuadas, los acontecimientos y las circunstancias cambiarán.

 

La poeta Emily Dickinson definía el asunto de este artículo con esta bella imagen: “La esperanza es esa cosa con plumas que se posa en el alma, y entona melodías sin palabras, y no se detiene para nada, y suena más dulce en el vendaval”.

 

Esperanza versus optimismo

 

En su último ensayo, Byung-Chul Han establece una diferenciación clara entre esperanza y optimismo, que este filósofo ve como algo pasivo y limitado. Tal como lo explica en El espíritu de la esperanza: "El optimismo carece de toda negatividad. Desconoce la duda y la desesperación (…) El optimista está convencido de que las cosas acabarán saliendo bien", aunque al mismo tiempo, señala el coreano, "desconoce el futuro como campo abierto a las posibilidades". 

 

En su crítica al optimismo a ultranza entraría la ley de la atracción mal entendida: el hecho de considerar que basta con pensar en un resultado positivo para provocarlo, sin "picar piedra" para conseguirlo. Y ese esfuerzo empieza por alimentar la misma esperanza, que según Byung-Chul Han "muchas veces hay que suscitarla y concitarla expresamente".


https://elpais.com/eps/2024-08-22/la-esperanza-el-arma-secreta-del-filosofo-byung-chul-han.html

2 comentarios:

silvio dijo...

Un agosto 2024 interminable cada vez más en crisis a la que se debe dar la cara de frente; no tenemos otra alternativa.
Por Félix Sautié Mederos

Insisto en que no tenemos otra alternativa, y hay que comenzar por buscar el consenso con los revolucionarios que saben de economía y están opinando, porque la Economía es una ciencia con leyes objetivas que no se deben violar…

La crisis que atravesamos en estos últimos días del mes de agosto 2024 está tocando fondo y se agrava con carencias, apagones y un calor creciente que tenemos que soportar estoicamente mientras que tratamos de sobrevivir en este tiempo que parece interminable; y dado las circunstancias tan complejas del momento que vivimos considero que habría que comenzar por un diálogo con los que saben de economía y están opinando.

Se está produciendo un cruce de criterios muy importante entre los especialistas revolucionarios, al que la Dirección del país no debe darle oídos sordos, porque cuando lo que se hace reiteradamente no da resultado, hay que plantearse hacerlo de otra manera y del diálogo con los que saben de seguro saldrá la verdad al respecto.

He leído con especial preocupación los últimos criterios de Dionisio Andrés Soto Arado, Fidel Vascós, Julio Carranza, Joaquín Benavides, Humberto Pérez y otros más que sería muy extenso citar, que recomiendo leerlos con detenimiento con sus especificidades interesantes e importantes. Todos coinciden en que los que se está haciendo oficialmente con la economía del país no resuelve los graves problemas que tenemos. Entonces qué ¿se espera para debatirlo? y ¿Encontrar lo que es verdad y lo que no es, para actuar en consecuencia?

Cómo expresa en su última carta publicada Humberto Pérez, yo con mis 86 años cumplidos tampoco por mi edad próxima al final de mis días me siento dispuesto a seguir arando en el mar.; y quiero alertar que es imprescindible un dialogo de fondo con los economistas cubanos que están opinando en bien del país. No se debe esperar más.

No quisiera coincidir con lo que se plantea al respecto, pero también percibo una insistencia sostenida en no debatirlo y no actuar en consecuencia. Mientras que la falta de resultados concretos y el agravamiento de las situaciones, en definitiva, es lo determinante que sucede a tener muy en cuenta.

En este sentido, coincido con lo que me ha expresado al respecto alguien muy cercano a mí; de que hay una contradicción entre las reestructuraciones y cambios que nos exigen las ciencias económicas y la necesidad de mantener la unidad y el apoyo popular que en cambio, se debería aprovechar para convertirla en una fuerza motriz que garantice el crecimiento económico y a la misma vez el apoyo a la gestión del Gobierno y por ende al proceso revolucionario sin que se parcialicen por una o por otra de esas dos alternativas motrices antagónicas entre sí .

Así lo pienso y así lo expreso como revolucionario y militante de muchos años que apoya al Gobierno de las nuevas generaciones que poseen los timones de mando de la sociedad; con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.

https://felixsautie.com/articulos.php?un-agosto-2024-interminable-cada-vez-mas-en-crisis-a-la-que-se-debe-dar-la-cara-de-frente-no-tenemos-otra-alternativa-de-nuevo-quiero-alertar

silvio dijo...

De RenéRR:

Muy interesante lo que dice Sautie' hoy en SC pero me parece que los que no quieren cambios en el gobierno tienen demasiado poder y eso nos va a costar caro...ojala' me equivoque. R3.