domingo, 11 de febrero de 2024

Hind Rajab, la niña de Gaza que murió rogando ayuda durante horas rodeada de cadáveres

Por Antonio Pita

Cada 15 minutos muere un menor palestino en Gaza, según los datos del Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás. Sus nombres figuran en una lista, pero suelen quedar en el anonimato, engullidos por el avance de una guerra que deja cada día un centenar de muertos y acaba de superar los 28.000. Una de estas víctimas, Hind Rajab, de cinco años, se ha convertido entre los palestinos en símbolo del horror de la invasión israelí. También de las dificultades de los servicios de emergencia para auxiliar en medio de los bombardeos más intensos desde la II Guerra Mundial, para lo que precisan luz verde del ejército israelí, que puede tardar horas o no llegar nunca. El cadáver de Hind fue hallado el sábado en el coche desde el que la niña, atemorizada, pidió ayuda por teléfono durante tres horas a la Media Luna Roja palestina y a su madre, rodeada de los cadáveres de seis familiares y con el sonido de los disparos de fondo.

El 29 de enero, el ejército ordenó evacuar Tel Al Hawa, un barrio de Gaza capital convertido en zona de enfrentamientos. Bashar, de 44 años, y Anam, su esposa de 43, metieron en el coche a cuatro de sus hijos y a su sobrina Hind. Poco después, un familiar contactó desde Alemania a la Media Luna Roja Palestina. Las comunicaciones son tan malas en Gaza, que era quien mejor podía transmitirles la información que había pasado desde dentro del vehículo la hija mayor, Layan, de 15 años: el ejército israelí había abierto fuego contra el coche y solo ella y Hind seguían con vida, escondidas entre los cadáveres.

Hind Rajab, la niña palestina de cinco años asesinada por el ejército israelí en Ciudad de Gaza mientras pedía auxilio por teléfono a la Media Luna Roja y a su madre

La Media Luna Roja telefoneó a Layan. “¡Nos están disparando; hay un tanque cerca!”, se la oye responder angustiada en el audio de la llamada, difundido por la organización. El coordinador le pregunta entonces si está escondida. Ella responde que sí. “¿Estáis todos en el coche?”, prosigue el sanitario. Layan no alcanza a responder. Se oye una larga ráfaga de disparos y gritos de la adolescente. El operador dice varias veces “¿Aló?”, cada vez con menos convicción, pero al otro lado de la línea no hay más que silencio. La llamada apenas dura 40 segundos.

El coordinador vuelve a llamar y responde Hind. Rana Al Faqeh, una de las personas que habló con ella, contó que estuvieron más de tres horas en línea con interrupciones: “Las palabras que más repetía eran ‘Ven, recógeme’, ‘venid, recogedme’, ‘¿qué hora es?’, ‘¿cómo de lejos está tu casa de la mía?”. También decía que se empezaba a hacer de noche y a ella le daba miedo la oscuridad”. A veces dejaba de hablar, frustrada porque nadie venía. El coordinador de salud mental se puso al teléfono para explicarle cómo respirar hondo para tranquilizarse.

La Media Luna Roja ha difundido este extracto de la conversación, que acabó cortándose entre sonidos de disparos:

― ¡Recógeme, ven!

― ¿Voy a recogerte?

― De verdad, tengo miedo. Venid. ¡Llama a alguien para que venga y me recoja!

― Bien, cariño, voy a ir a recogerte. Un voluntario de la [Media] Luna [Roja] está haciendo la coordinación para que podamos ir y cogerte.

― [Se oyen disparos] ¿Hay disparos a tu alrededor?

― ¡Sí, recogedme!

― Cariño, de verdad que quiero ir a recogerte, pero no está en mi mano ahora mismo.

En medio, Hind habló también con su madre, antes y después de la muerte de su prima. La progenitora ha relatado la conversación a la cadena de televisión Al Jazeera, que no desvela su nombre: “Me dijo: ‘Mamá, estoy viva. Layan se ha convertido en mártir, pero yo estoy viva’. Me decían [de la Media Luna Roja] que tenía que colgar, todo el mundo me lo decía, pero yo decía que no, que quiero hablar con mi hija. Recitábamos juntas el Corán y rogábamos a Dios. Cuando colgaba la Media Luna, la llamaba y me decía: ‘Mamá, no me dejes sola, tengo hambre, tengo sed y estoy herida’. Le dije: ‘¿dónde estás herida?’. ‘Mamá, estoy herida en la mano, la espalda y la pierna”.

Un niño se acerca al coche del que el sábado fue rescatado el cadáver de Hind Rajab, de cinco años, en Ciudad de Gaza.

Hasta el sábado al alba, en el que se han retirado las tropas israelíes, fue imposible acceder a la zona. El Kia Picanto negro en el que murieron Hind y sus seis familiares está lleno de balazos, con los cristales y las puertas delanteras dañados. A pocos metros se encuentra la ambulancia que fue a rescatar a la niña. Es un amasijo calcinado con olor a descomposición por los 12 días que llevan los cadáveres de los dos sanitarios que iban en su interior: Yusuf Zeino y Ahmed al Madhun, según los vídeos difundidos tanto por la organización como por televisiones en el lugar.

Nebal Farsaj, portavoz de la Media Luna Roja, explica que mientras hablaban con la pequeña gestionaban en paralelo el permiso de las autoridades militares israelíes para acercarse a la zona. No existe interlocución directa. Se lo pidió el Ministerio de Sanidad de la Autoridad Nacional Palestina, en Ramala, que contactó al COGAT, el organismo del Ministerio de Defensa israelí que se encarga de los asuntos civiles de Gaza y Cisjordania.

“Cuando el Ministerio de Sanidad recibió la luz verde, mandamos la ambulancia. Estábamos al teléfono a la vez con Hind y con el equipo. Al llegar, nos dijo que podían ver el coche en el que estaba Hind y mencionaron que un láser estaba apuntando a la ambulancia. En ese momento se oyeron disparos y quizás explosiones, no teníamos claro lo que pasaba. Perdimos la conexión. Durante 12 días pensamos que a lo mejor habían sido arrestados y por eso no teníamos noticias de ellos”, señala Farsaj. Consultado por este periódico, el ejército israelí ha asegurado que está investigando el incidente.

Fuente: https://elpais.com/internacional/2024-02-11/hind-rajab-la-nina-de-gaza-que-murio-rogando-ayuda-durante-horas-rodeada-de-cadaveres.html

4 comentarios:

silvio dijo...

Gaza: Washington, corresponsable

La sobresaturada localidad palestinas de Rafá, en el sur de la franja de Gaza, espera con angustia la anunciada incursión terrestre de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés). Unos 2 millones 300 mil personas se hacinan en una ciudad que tenía hasta hace unas semanas una población de 280 mil, padecen la escasez de todo –agua, comida, electricidad, vivienda, servicios médicos–, mientras el régimen de Tel Aviv las conmina a abandonar el sitio, por más que evidentemente no tienen adónde ir: el resto de Gaza es blanco de bombardeos y la frontera con Egipto está cerrada. La propia Rafá ha sido blanco en múltiples ocasiones de ataques aéreos y terrestres que han matado a un elevadísimo número de civiles –44, sólo ayer, 12 de ellos, niños– y las dependencias de la ONU que todavía mantienen personal en Gaza han alertado sobre la inminencia de una tragedia aun mayor que la que han padecido los gazatíes en poco más de cuatro meses de la ofensiva israelí.

La masacre en curso, perpetrada a la vista de todo el mundo, ha llevado al gobierno egipcio, tradicionalmente obsecuente ante los crímenes de guerra de su vecino, a amenazar con la suspensión de los tratados de paz de Camp David entre El Cairo y Tel Aviv si se concreta la ofensiva sobre Rafá; se trata de una advertencia grave, si se considera que Egipto e Israel se enfrentaron en la segunda mitad del siglo pasado en cinco guerras consecutivas, y que una toma de posición firme por parte del régimen de Abdel Fatah Sisi podría llevar a otros países árabes e islámicos a reagruparse en un frente antisraelí.

Sin embargo, no son los vecinos árabes de Israel los que tienen la capacidad y la fuerza para detener el genocidio que está siendo perpetrado en contra del pueblo palestino.

El único gobierno del mundo capaz de parar la barbarie y ordenar al de Tel Aviv que deje de avanzar sobre Rafá es el de Estados Unidos.

En efecto, Washington ha sido y es el principal proveedor militar de las IDF, su fuente de financiamiento y su paraguas diplomático. Bastaría con suspender todo ese respaldo e imponer algunas sanciones económicas contra Tel Aviv para que el régimen de Benjamin Netanyahu se viera obligado no sólo a suspender el asalto a Rafá, sino a retirar sus fuerzas de Gaza y aceptar la única solución posible para la tragedia que viven tanto palestinos como israelíes desde hace más de siete décadas: la conformación de un Estado palestino en Cisjordania, Gaza y Jerusalén oriental. Más aún, la Casa Blanca tiene la influencia necesaria para alinear a los gobiernos de Europa occidental en apoyo a un programa semejante.

Ayer, la presidencia de Joe Biden expresó a Netanyahu que un operativo militar en Rafá no debería llevarse a cabo sin un plan creíble y realizable que garantice la seguridad y el apoyo a las más de un millón de personas que se encuentran allí, una condición a todas luces irrealizable. Las dimensiones de la barbarie perpetrada por Israel en Gaza son una más que sobrada justificación para que la Casa Blanca adopte ya una postura clara e inequívoca de rechazo al exterminio de palestinos y obligue a los gobernantes de Tel Aviv a abandonar su estrategia de tierra arrasada y limpieza étnica en los territorios palestinos e interrumpir un operativo que recuerda de manera inevitable al que aplicaron los nazis en el gueto de Varsovia. La oficina oval tiene la capacidad de impedir que una atrocidad semejante se repita en pleno siglo XXI y, si no lo hace, será corresponsable de ella.

https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/02/12/editorial/gaza-washington-corresponsable-8269

silvio dijo...

American Curious
Por David Brooks

¿Una estrella pop es la clave para el futuro de la democracia en el país más poderoso del mundo? Las contiendas electorales de Estados Unidos se han convertido en megaespectáculos y, pues, los artistas son mucho más talentosos que los políticos en bailar, cantar, actuar, expresarse. Y, ni hablar, gozan de mucho más respeto y confianza del publico.
Pero este año el show –aún no se sabe si es tragedia, comedia o tragicomedia– se estrena con una superestrella en medio de todo: Taylor Swift. Durante las últimas semanas, estalló la acusación entre fanáticos trumpistas de que Swift es una arma secreta contra ellos en un complot financiado por George Soros y el estado profundo, que incluye que en el Supertazón ya se arregló que Kansas City gane el campeonato, y Swift, con su novio, Travis Kelce, una de las estrellas de ese equipo, endosarán la candidatura del demócrata Joe Biden (este reportero ahora está obligado a ver el partido por si acaso ahí se decide la elección).

El propio Trump se ha sumado por primera vez al debate nacional sobre Swift y la elección. En una publicación, Trump afirma que él promulgó una ley que benefició a Swift y a otros artistas. “No hay manera de que ella pueda endosar al chueco Joe Biden… y ser desleal al hombre que hizo que (ella) ganara tanto dinero. Además de eso, me cae bien su novio, Travis, aunque pueda que sea un liberal y probablemente no me aguanta”.

También circulan memes abordando esto, como otro para el Supertazón que tiene al mariscal de campo del equipo de San Francisco junto a una imagen de Jesús, y abajo una imagen de Travis mostrando su brazo vacunado contra el covid-19 (fue promotor de la vacunación, provocando ira entre la ultraderecha) y junto a él, una imagen de Swift, y el lema es: Equipo Jesús vs Equipo Soros.

¿Cómo es que Swift se ha vuelto tan poderosa en el juego político, a tal nivel que ambos partidos están fascinados con ella? Es la artista pop más popular de Estados Unidos (y hay quien dice que del mundo) hoy día. Según una encuesta de Morning Consult del año pasado, 53 por ciento de los adultos estadunidenses dicen que son fans de Swift, la abrumadora mayoría de ellos son blancos, casi una mitad son milenials (entre 27 y 45 años de edad –ella tiene 34), y la mayoría se identifican como demócratas. Un 40 por ciento del electorado empadronado dicen tener una percepción positiva de Swift –más que cualquier otra figura pública incluyendo al presidente y Beyonce, según una encuesta de NBC News. Tiene 272 millones de seguidores en Instagram. Ninguna otra figura pública goza de tanto reconocimiento y presencia.

silvio dijo...

American…(2 y fin)

Se ha reportado que la campaña de Biden espera con ansias que Swift –siempre cuidadosamente distante de la pugna política– los endose, mientras la campaña de Trump está estudiando cómo lanzar una guerra sagrada en su contra.

Swift es una voz generacional, y esa generación fue de hecho clave para la victoria de Biden en 2020, señala Jeet Heer en The Nation. Otros analistas han señalado que Swift no será gran factor en hacer que votantes cambien de bando entre Trump y Biden, pero sí en promover la participación en las urnas, algo determinante para los demócratas, sobre todo ante el bajo entusiasmo generado por Biden. Cada vez que ha instado a sus fans a empadronarse, decenas de miles la obedecen; son el “ejército swiftie” y son potencialmente muy poderosos.

No es la primera vez que una artista tiene influencia en los espectáculos electorales de este país. Vale recordar que en el último mes de la primera campaña presidencial de Barack Obama en 2008, el candidato no convocó a otros políticos o ex presidentes para acompañarlo en la recta final, sino a alguien que sabía que tenía un perfil público de mucha mas confianza entre el publico –el Jefe, Bruce Springsteen. Él ahora dice que es un swiftie.

Y por supuesto, la aportación de los artistas a la conciencia política en este país ha sido clave desde sus inicios hasta la fecha. Tal vez aparecerá un político pop por ahí y este espectáculo electoral se volverá un musical.

https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/02/12/mundo/american-curios-david-brooks-5967

silvio dijo...

Antonio Pita: Israel rescata por primera vez a dos rehenes civiles en Gaza y provoca al menos 67 muertos en la operación