Por Juan Antonio Sanz
La hoja de ruta que parece guiar al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y a su gabinete ultraderechista asusta incluso a Washington, el principal aliado de Tel Aviv en el mundo. Desde que estalló la guerra de Gaza en octubre, jamás había sido tan alto el riesgo de un conflicto regional.
Tras esta huida hacia delante de Netanyahu subyace una maquiavélica apuesta por sobrevivir políticamente a sus gravísimos errores, que incluyen los fallos de inteligencia aprovechados por los milicianos de Hamás para los ataques del 7 de octubre pasado, pero también la obstinada apuesta de implicar a Estados Unidos en una conflagración de consecuencias imprevisibles.
La Casa Blanca ya empieza a seguir con nerviosismo los pasos (y los traspiés) de sus protegidos israelíes. Aunque siguen manteniendo fuerzas suficientes en Oriente Medio como para sostener otra guerra más en la región, los asesores del presidente Joe Biden ya calculan en riesgos electorales e ingentes gastos bélicos la soberbia de Netanyahu y el extremismo radical de sus aliados en el Gobierno de Tel Aviv.
Israel avanza sin frenos hacia la que puede ser una conflagración en Oriente Medio que empiece en el Líbano, continúe en Siria y el mar Rojo, y reviente en una contienda abierta con Irán. El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, indicó este jueves al asesor de la Casa Blanca Amos Hochstein que el tiempo se agota para impedir una guerra abierta en el sur del Líbano con la guerrilla de Hizbulá, aliada de Irán.
Cerca de 80.000 israelíes han sido evacuados de las cercanías de esa frontera con el Líbano, donde, según confirmó Gallant en una ominosa amenaza, se avecina "una nueva realidad".
Israel recurre al terrorismo de estado
Un punto de inflexión en las acciones israelíes ha sido el asesinato en Beirut del número dos de la milicia palestina Hamás, Saleh al Arouri, con lazos muy fuertes con Hizbulá y el propio régimen de Teherán.
El asesinato de Al Arouri demuestra paradójicamente que Israel podría haberse ahorrado una guerra y la matanza de más de 22.000 palestinos en su devastación de Gaza. Simplemente, podría haber recurrido al terrorismo de estado, como ha hecho en otras ocasiones, por ejemplo en Navidad, cuando asesinó en Damasco a Seyyed Razi Mousavi, un alto mando de la Guardia Revolucionaria de Irán.
Y EEUU replica
Y no es Israel el único que recurre a la ejecución de líderes aliados de Irán con atentados. Este jueves, un dron presuntamente estadounidense acabó con la vida de Mushtaq Talib Al Saidi, comandante de una brigada del grupo proiraní Al Nujaba, en el este de Bagdad.
El ejército iraquí culpó del ataque a la coalición internacional convocada por EEUU para combatir a los rebeldes hutíes de Yemen. Esta facción yemení proiraní, ha declarado la guerra a Israel por el ataque a Gaza y ha causado ya un parón considerable en la circulación de mercancías por el mar Rojo.
Pero Irak no colinda con el mar Rojo, de forma que se constatan las sospechas de que EEUU está usando esta coalición para sus propios intereses geopolíticos en Oriente Medio.
Con la muerte del líder palestino Al Arouri y los juramentos de venganza por parte de Hamás, Hizbulá y Teherán, el futuro de la guerra entre Israel y los palestinos es más incierto que nunca y no parece quedar constreñido al plazo de entre seis meses y un año que el ejército israelí ha dado para concluir su campaña en Gaza.
Y si antes en la extensión del conflicto parecía interesado el Eje de Resistencia islamista que, con respaldo iraní, reúne a Hamás, Hizbulá, la Yihad Islámica, los hutíes de Yemen y otros grupos de Siria e Irak, ahora es Israel el que parece apostar por ampliar el área de guerra como parte de su venganza por lo ocurrido el pasado 7 de octubre.
La crisis actual estalló con el masivo asesinato de 1.200 civiles y militares israelíes y de otros países a manos de terroristas de Hamás ese día. Israel respondió con una violencia brutal y bombardeó e invadió Gaza. Decenas de miles de palestinos han muerto bajo las bombas israelíes y cerca del 85 por ciento de la población de la Franja ha tenido que abandonar a la fuerza sus hogares y dirigirse al sur, hacia la frontera con Egipto, convertida en un callejón sin salida.
El doble atentado en Irán acerca la guerra regional aún más
Pero siempre la cosa se puede poner peor en Oriente Medio. A la conmoción por la muerte de Al Arouri le siguió una mayor, con el doble atentado perpetrado en un cementerio de la ciudad iraní de Kermán donde se homenajeaba al general Qasem Soleimani, asesinado hace cuatro años en un ataque estadounidense con drones.
Más de ochenta personas murieron en los atentados de Kermán, en el mayor ataque terrorista contra la república islámica desde que en 1979 los ayatolás llegaron al poder.
Inmediatamente, muchas miradas en el régimen islámico iraní se dirigieron a Israel. El Gobierno del ultraconservador Netanyahu ha indicado en diversas ocasiones que Irán podría estar detrás de los ataques del 7 de octubre o al menos en su preparación y logística.
No obstante, Israel siempre que ha recurrido al asesinato político lo ha hecho de forma abierta y "quirúrgica", no con una matanza. Por eso parece más plausible la autoría reivindicada por el Estado Islámico, también deseoso de la extensión del conflicto palestino-israelí en Oriente Medio.
La pista israelí tenía fuerza si lo que se pretendía con este ataque era exacerbar la tensión con Irán a fin de movilizar e implicar más a Estados Unidos en el conflicto de Gaza, dada su reacción contra algunos de los pasos que está dando Tel Aviv.
EEUU maniobra con la obcecación de Netanyahu
En EEUU, crece la condena a Israel por el exterminio de civiles palestinos a manos de su ejército, y en la propia Casa Blanca hay muchas dudas sobre el futuro que quiere deparar Israel a Gaza cuando la guerra termine, si termina, y Hamás sea aniquilado, si es que puede ser aniquilado.
El secretario de Estado estadounidenses, Antony Blinken, llegó este jueves a Israel precisamente para tratar de resolver el rompecabezas de la estrategia israelí para Oriente Medio.
No obstante, las piezas de ese puzzle secreto que Tel Aviv depara para Palestina se van conociendo y, si bien en un principio Netanyahu solo anticipaba un control temporal de Gaza una vez que se derrotara a Hamás, las cosas parecen haber cambiado y mucho.
Netanyahu ya descarta que quien se ocupe de Gaza al terminar la guerra sea la Autoridad Nacional Palestina, rival político de Hamás y que gobierna en una Cisjordania convertida en un queso de gruyere por la miríada de colonos israelíes que la ocupan ilegalmente.
La construcción del “Gran Israel”
Son cada vez más los ministros del gabinete de Netanyahu que apuestan por una salida "voluntaria" de la población palestina de Gaza y la reocupación de este territorio por colonos judíos. Los radicales israelíes no perdonan que en 2005 tuvieran que abandonar la Franja los muchos colonos ilegales que se habían ido asentando protegidos por el ejército a semejanza de lo ocurrido en Cisjordania, otro de los futuros escenarios de la expansión de la actual guerra.
La creación de ese Gran Israel es el precio a pagar por Netanyahu a los ultranacionalistas que lo apoyan y con el que tentar a los israelíes más moderados que ahora hierven en ira y venganza por la masacre de Hamás en octubre.
Tanto la muerte de Al Arouri como la masacre de Kermán ocurren, pues, en el peor de los momentos, cuando se recrudece la guerra de Gaza, Israel se plantea militarmente atacar el Líbano para acabar con los grupos de Hamás allí estacionados y asestar un golpe definitivo a Hizbulá, y cuando un creciente número de ministros israelíes aboga ya abiertamente por la expulsión de los palestinos de Gaza.
Esta posibilidad ha sido rechazada por todos los gobiernos árabes, pues llevaría a la desestabilización definitiva de Oriente Medio. El Gobierno de Catar, mediador entre Israel y Hamás, por ejemplo, indicó que el reasentamiento de los palestinos en el extranjero bloquearía todas las oportunidades de paz.
La propia ONU ha indicado que el traslado forzoso de la población de un territorio ocupado está prohibido por el derecho internacional.
Incluso Estados Unidos ha excluido por completo el éxodo palestino. Un portavoz de la Casa Blanca indicó este martes que EEUU rechazaba las palabras de los ministros Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, dos de los políticos israelíes que incitaron a los colonos de su país a ocupar Gaza cuando concluyera la guerra.
Una filtración a la prensa desveló este jueves que el Gobierno de Netanyahu ha iniciado ya conversaciones con varios países para alojar a población palestina desplazada y la República del Congo se ha mostrado dispuesta a aceptar a esos deportados.
La UE propone que la comunidad internacional decida el estatus de Gaza
El alto representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell, se ha manifestado en contra de que el destino de Gaza lo decida solo uno de los dos contendientes.
"Las dos partes nunca serán capaces de llegar a un acuerdo. La paz solamente se podrá alcanzar de forma duradera si la comunidad internacional se involucra dramáticamente en conseguirlo e impone una solución", dijo Borrell en Lisboa.
El jefe de la diplomacia europea apuntó que esa solución "impuesta desde el exterior" podría provenir de actores internacionales como la propia UE, Estados Unidos o los países árabes.
Lo imprescindible, según el político, es resolver cuanto antes la guerra, pues, de lo contrario "todo el Oriente Medio se verá envuelto en llamas".
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