Por Carlos Fazio
En medio de una fractura geopolítica y geoeconómica epocal, signada por la transición del modelo unipolar globalista/atlantista hegemonizado por Estados Unidos (el llamado Occidente colectivo que tiene de brazo armado al Pentágono y la OTAN y su buró político/financiero corporativo privado en Davos, Suiza, con sus perros guardianes, el Banco Mundial y el FMI), a otro multipolar, cuyos principales centros de poder emergentes son las naciones del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la séptima Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en Buenos Aires, será escenario de una discusión estratégica sobre modelos de integración regional.
La cumbre de la Celac, mecanismo intergubernamental que agrupa a 33 países con independencia de sus sistemas políticos y económicos (unidad en la diversidad), se da en el contexto de la guerra comercial-financiera-tecnológica de las administraciones Trump/Biden contra China, nación definida como “principal amenaza” a la hegemonía imperial en la Estrategia de Seguridad Nacional que orienta el accionar del Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Sin ambages, en diciembre último el secretario de Defensa, general Lloyd Austin, dijo que EU “debe usar su poder militar para frenar la influencia de China en el orbe”, y mientras arma a Taiwán, ha buscado incluir al gigante asiático como objetivo de la OTAN en la región Indo-Pacífico.
A su vez, la guerra híbrida por delegación de EU contra Rusia en Ucrania, que China no quería, está dirigida a impedir militarmente la integración euroasiática, eje fundamental de la estrategia de la Nueva Ruta de la Seda del presidente chino, Xi Jinping. El sabotaje anglosajón contra los gasoductos rusos Nord Stream en el Báltico, buscó romper nexos vitales de Europa comunitaria (Alemania, en particular) con Rusia y China. Ucrania forma parte y es prolegómeno de la guerra fría de Joe Biden contra China en Asia Oriental.
La Ruta de la Seda, red de infraestructura multimodal (carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, parques agroindustriales) que abarca los cinco continentes, permitió que en la última década la inversión extranjera directa (IED) de China en América Latina creciera casi siete veces, situándose en 171 mil millones de dólares, desplazando a EU como principal inversor regional.
En ese marco de relaciones geopolíticas y geoeconómicas complejas se inscriben sendas guerras de la administración Biden contra China: la de los chips y la del litio. Los chips informáticos avanzados son la columna vertebral de las capacidades económicas y militares de la era digital. La tecnología es la base del poder militar y también de la productividad económica y la posición competitiva en el mercado mundial. Y Biden, como antes Trump, intenta por todos los medios bloquear el desarrollo tecnológico chino, aislándolo de las cadenas mundiales de suministro de chips de última generación; lo que forma parte de la estrategia provocadora de EU contra China en Taiwán.
Paralelamente, con el telón de fondo del asimétrico y neomercantilista T-MEC (Tratado México, EU, Canadá), durante la décima Cumbre de Líderes de América del Norte a principios de enero, Biden, Justin Trudeau y Andrés Manuel López Obrador acordaron impulsar una industria de chips subregional para frenar la dependencia de semiconductores de Asia. Asimismo, como parte de la repotenciación de México como país maquilador −dada las ventajas para la relocalización de empresas asiáticas en su territorio ( nearshoring)−, Biden y Trudeau consiguieron que las corporaciones privadas de EU y Canadá tengan “preferencia” en la explotación del litio mexicano (declarado con un tono épico similar al de la expropiación petrolera de Lázaro Cárdenas, de “utilidad pública” y “reservado en exclusiva para México y los mexicanos” según la reforma a la Ley Minera del 20 de abril de 2022).
Es decir, en la disputa por el liderazgo de la transición energética que está en el centro de la actual confrontación geopolítica −donde los países de América Latina constituyen un importante reservorio de recursos naturales críticos como las tierras raras y el litio, que junto con el níquel, el cobalto y el manganeso es un componente crítico de las baterías−, la flamante Asociación de Seguridad de Minerales, creada por EU con Canadá, Reino Unido, la Unión Europea, Australia, Japón y Corea del Sur (la “OTAN metálica” la bautizó Reuters), no tendrá que usar contra México el sambenito que el Comando Sur del Pentágono esgrime en el Triángulo del Litio (Chile, Argentina y Bolivia): que China y Rusia están allí para “socavar” a EU y la democracia. Además de que la cooperación táctica y estratégica de las fuerzas armadas de México y EU busca alcanzar hacia 2030 una gran “compatibilidad operativa” como “socios en defensa” para la protección de Norteamérica y la promoción de la seguridad y el liderazgo regional.
Ante la rebelión directa de Rusia y China contra la unipolaridad globalista de EU, Davos y sus vasallos europeos –dirigida a imponer un gobierno mundial al margen de la ONU con los valores y las reglas extraterritoriales de Washington−, y de cara a los procesos golpistas impulsados por el complejo militar industrial y los poderes fácticos en Perú, Brasil y Bolivia en la coyuntura, la reunión de la Celac tiene la alternativa de profundizar los intentos de una integración regional consensuada, como herramienta estratégica basada en la autodeterminación, la soberanía, la cooperación, la complementariedad económica y la solidaridad; sin el neomonroísmo de la Alianza para el Progreso, la OEA y el ALCA.
Una integración regional con enfoque de multipolaridad y multilateralismo; sin medidas coercitivas unilaterales y sanciones ilegales desestabilizadoras, exenta de militarización, bases castrenses y paramilitarismo. Libre de colonialismo interno y externo y que valorice el legado multicultural y la memoria histórica de los pueblos originarios. Que coloque al hombre y la mujer de a pie como centro de sus políticas económicas y no al Dios mercado, eje de la corrupción, que significa acumulación de dinero y poder por medio del soborno, la extorsión y el asesinato. Una integración con horizontes del buen vivir/vivir bien, y por qué no, socialista.
Fuente: https://www.jornada.com.mx/2023/01/23/opinion/015a1pol?from=homeonline&block=opinion
2 comentarios:
Exhorta AMLO a Celac a reprobar encarcelamiento de Castillo en Perú
En un mensaje enviado a través de un video a propósito de la celebración de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) que se efectúa en Buenos Aires, el presidente Andrés Manuel López Obrador exhortó a los participantes a reprobar lo que le hicieron al presidente Pedro Castillo –“fue una infamia” – y la forma como se está reprimiendo al pueblo de Perú.
En el video, López Obrador sostiene que “no debemos dejar sólo al pueblo hermano del Perú, hay que suscribir conjuntamente un comunicado para exigir el cese de la represión; que se abra el diálogo para que sea el pueblo el que decida en democracia, es decir, en elecciones limpias y libres sobre el destino del Perú. No al autoritarismo y libertad para Pedro Castillo porque fue injustamente encarcelado”.
Durante su mensaje, reivindicó la importancia de la integración de todo el continente, pero no dejó de lado los recientes disturbios ocurridos recientemente en Brasil. Abrió un espacio y expresó su respaldo al presidente brasileño, Luis Inazio Lula da Silva: “reiterar nuestra solidaridad con Lula, con el pueblo de Brasil que decidió libremente elegir a su presidente. No podemos aceptar intentos, mucho menos golpes de estado ni militares ni técnicos. Se tiene que respetar la libertad y la auténtica democracia, es el pueblo el que manda en la democracia. No las oligarquías”.
López Obrador recordó el planteamiento que recientemente hizo al presidente de Estados Unidos, Joe Biden y al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau para avanzar en la integración del continente. Recordó que la Unión Europea comenzó como Comunidad Económica Europea. Al explicar que la postura de México la fijará el canciller, Marcelo Ebrard, dijo que “nosotros buscamos la unidad, la integración, el sueño de nuestro libertador, Bolívar, pero no sólo la unidad , la unión, estrechar nuestras relaciones entre América Latina y el caribe sino en todo el continente americano, eso lo acabo de expresar en la visita de Trudeau y Biden”.
Subrayó que es mucho más lo que nos une que lo que divide a los países de la región, pues se busca el bienestar entre los pueblos, a pesar de que haya diferencias políticas o ideológicas. Así lo ha hecho México con el presidente Guillermo Lasso, de Ecuador o con el presidente Mario Abdó de Paraguay.
En esa referencia abrió un nuevo espacio para señalar que “no se nos va a olvidar que cuando se cerró el espacio aéreo en la misión para salvarle la vida a Evo (Morales) para traerlo a México y se cerraron todos los espacios aéreos, una acción vergonzosa de los gobiernos de los países vecinos a de Bolivia, en Paraguay se permito que aterrizara el avión de la Fuerza Aérea Mexicana para cargar combustible, esa fue una decisión soberana que no va a olvidar, de modo que tenemos que buscar la unidad.
Adelantó que los acuerdos que se impulsen en el seno de la Celac, México los respaldará, “lo que ustedes acuerden lo vamos a secundar nosotros apoyamos la resolución de la Celac, ya les puedo decir por anticipado, porque es mucho más lo que nos une que lo que nos puede separar”.
https://www.jornada.com.mx/notas/2023/01/24/politica/exhorta-amlo-a-celac-a-reprobar-encarcelamiento-de-castillo-en-peru/?from=homeonline&block=primeraojeada
Celac: esperanzas y amenazas
La reunión cumbre de la Comunidad de Naciones Latinoamericanas y Caribeñas (Celac) se inaugurará hoy en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, en un momento en el que en los principales países de la región gobiernan proyectos políticos con sentido social, democrático y soberanista.
Tras el ciclo regresivo en el que subieron al poder las derechas representadas por Jair Bolsonaro, en Brasil; Mauricio Macri, en Argentina, así como el golpismo cívico-militar en Bolivia, se respiran en Latinoamérica nuevos aires de esperanza, fortalecida por el retorno a la presidencia brasileña de Luiz Inácio Lula da Silva y el gobierno de Gustavo Petro, en Colombia.
Asimismo, el clima resulta especialmente propicio para fortalecer a la propia Celac, un foro que fue deliberadamente debilitado en años anteriores y es, sin embargo, de crucial importancia para el desarrollo y la integración de América Latina.
No debe ignorarse, sin embargo, que el encuentro se da en un contexto en el que las derechas continentales llevan a cabo una ofensiva brutal en contra de los gobiernos establecidos.
Luego de perder el control del Poder Ejecutivo en sus respectivos países, las oligarquías político-económicas desplazadas en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile y México, entre otras, han emprendido campañas judiciales, legislativas y mediáticas, no sólo orientadas a obstaculizar la puesta en práctica de políticas sociales, medidas democratizadoras y posturas soberanistas, sino también a desplazar del poder a gobernantes y partidos progresistas.
Más todavía, tales campañas se realizan bajo el signo de una inocultable coordinación internacional, particularmente con las derechas y ultraderechas europeas, pero también con los sectores racistas y soberanistas de Estados Unidos, que tienen a Donald Trump como su principal exponente y vocero. En este contexto, es por demás preocupante que las amenazas procedentes de los ámbitos reaccionarios del país anfitrión hayan logrado disuadir al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de hacerse presente en la cumbre.
A los amagos de agresión al mandatario venezolano, cínicamente festejados por el ex presidente argentino Macri, se añadió la petición de la derechista Propuesta Republicana a la oficina antidrogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés) de que detuviera a Maduro a su llegada al aeropuerto bonaerense de Ezeiza, en lo que constituye una provocación golpista, un abierto intento desestabilizador y un llamado a la intervención extranjera en Argentina.
Ante esta beligerancia reaccionaria, las tareas principales de los mandatarios y representantes reunidos en Buenos Aires consisten principalmente en reactivar la cooperación, los organismos y los procesos de integración regionales, a fin de que el subcontinente pueda disponer de instrumentos para contrarrestar la perversa influencia de la Organización de Estados Americanos –una entidad que es claramente irreformable–, así como avanzar en la creación de consensos para reactivar las economías nacionales después los devastadores efectos de la pandemia de covid-19 y el conflicto bélico en Ucrania, además de hacer frente a derechas cada vez más cercanas al fascismo.
https://www.jornada.com.mx/notas/2023/01/24/opinion/celac-esperanzas-y-amenazas-20230124/?from=homeonline&block=opinion
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