viernes, 20 de enero de 2023

¡Solavaya!

Por Juan Maria Ferran Oliva

Solavaya es una expresión cubana brotada espontáneamente al ver pasar un entierro. Es un rechazo a lo malo magnificado en la muerte. No he encontrado el término en ningún diccionario. 

Se me ocurre despedir el recién terminado año 2022 con un sonoro ¡solavaya!  Es lo que merece por sus muchas zancadillas al desenvolvimiento cubano. Ya han transcurrido 19 días de su cese.

El Partido/gobierno se ha visto agobiado por la lucha con la pandemia, la agudización del bloqueo, la inclusión de Cuba como país terrorista, el incendio del hotel Saratoga, la catástrofe del puerto matancero, los efectos del ciclón en Occidente, las resultas de la guerra entre Rusia y Ucrania, la crisis económica mundial y su inflación externa galopante, las restricciones al turismo, los renacientes  apagones internos, el acoso de las virulentas fake news de Internet y otras desgracias que se me escapan.

Biden, el cagalitroso[1] gobernante demócrata, no honró la práctica de acercamiento a Cuba iniciada por Obama. Pensó que estaba a punto de cuajar el propósito del bloqueo y prosiguió el camino de Trump. Incluso apretó aún mas el acelerador . 

La prensa enemiga difunde como inmediata la caída del régimen. Así lo llaman, y autocalifican al suyo como democracia. Pasan por alto la discriminación y que todas sus acciones van encaminadas al mantenimiento de su privilegiada situación. Por mucho que le pese, Estados Unidos ha dejado de ser unipolar. No tiene amigos sino intereses.

El subyugante American way of life  llega a Cuba por efecto demostración a través de visitantes, referencias, el cine y otras vías. La crítica situación interna ha disparado las apetencias de expatriarse. Se estima que durante el año fenecido la cifra de emigrados ha crecido enormemente. Se habla de unos 200.000. Por lo general utilizan vías indirectas en su camino a Miami. Suelen ser personas jóvenes y calificadas que aspiran a mejores condiciones de vida. La legislación norteamericana aprobada recientemente tiende a regular las salidas. Quienes se marchan reducen el número de consumidores, son probables emisores de remesas, pero también son pérdidas de personal calificado y joven. 

Hay algunas luces.  Se me ocurre la ampliación de las oportunidades para los  privados, también conocidos como cuentapropistas. Este último nombre intenta encapuchar su condición pequeño burguesa o capitalista. También es positivo el anunciado cese de los apagones para el fin de año, logrado apretadamente. Tampoco se han producido nuevas protestas masivas. 

Las buenas nuevas son mayormente expectativas. Cuba ha multiplicado sus nexos con los crecientes gobiernos progresistas de América Latina. El presidente, personalmente, reafirmó alianzas con Argelia, Rusia, China y Turquía. La flexibilización de sanciones a Venezuela por parte de EEUU posibilita el aumento de su producción petrolera, su principal rubro de exportación a Cuba.

En una ocasión unos inversionistas foráneos expresaron a un funcionario cubano que tanteaba negocios:

Uds. los comunistas no creen en Dios, pero sí en milagros. Nosotros creemos en Dios, pero no en milagros.

Recientemente se retransmitió por la TV un  viejo serial titulado El año que viene. La acción tiene lugar antes de 1959 y dramatizaba la esperanza de los pobres en que algo milagroso los sacase de la miseria. Posiblemente la lotería o su pariente menor, la  bolita.

Qué nos depara el 2023. Se mantienen las amenazas. Quien sabe si un milagro, pues la lotería no tendría sentido. No haré pronósticos. El horno no está para galleticas. Insto al partido/gobierno a apurar la recuperación, antes de que nos quedemos sin población laboral.  

Siguiendo el ritual corresponderá a 2023, si no me equivoco,  el lema de Año 64 de la Revolución.  Pero una revolución no es eterna, es un salto en la evolución. La cubana termino en 1968 con la Ofensiva Revolucionaria, que convirtió en estatal a todo lo productivo. Erróneamente se pensaba que socialismo equivalía a nacionalización. Le siguió la evolución de un modelo ineficiente y  fallido. Actualmente, dígase lo que se diga, intentamos sobrevivir y las consignas que pretendan otras glorias no hacen más que aferrarse al capital político de tiempos pasados, ya convertidos en historia.

Esperemos menos inconvenientes, más efectividad en la dirección del Partido/gobierno y  algo de suerte.

Ah... y Cubavisión va por todos ¿?



[1] Cagalitroso es otro termino cubano no aceptado en los diccionarios. Se aplica a ancianos muy afectados por la edad. Intenta Biden moverse a saltos como Obama. Es lo que le habrán  recomendado sus asesores de imagen. Pero la edad se impone. 

 

 

1 comentario:

silvio dijo...

Anoche falleció José Miyar Barrueco, más conocido por Chomi.

Fue un trabajador incansable; colaborador muy cercano de Fidel y autor de algunas fotos que circularon en los 70s.

Cuando yo y las canciones que hacía éramos proscritos, Chomi me invitaba a la CUJAE, donde me hacían pequeños programas televisivos para los universitarios.

Mi abrazo en su eternidad.