jueves, 5 de agosto de 2021

Versos Sencillos II, III, IV, V, VI (130 aniversario)

II

Yo sé de Egipto y Nigricia,
Y de Persia y Xenophonte;
Y prefiero la caricia
Del aire fresco del monte.

Yo sé de las historias viejas
Del hombre y de sus rencillas;
Y prefiero las abejas
Volando en las campanillas.

Yo sé del canto del viento
En las ramas vocingleras:
Nadie me diga que miento,
Que lo prefiero de veras.

Yo sé de un gamo aterrado
Que vuelve al redil, y expira,
Y de un corazón cansado
Que muere oscuro y sin ira.


III

Odio la máscara y vicio
Del corredor de mi hotel:
Me vuelvo al manso bullicio
De mi monte de laurel.

Con los pobres de la tierra
Quiero yo mi suerte echar:
El arroyo de la sierra
Me complace más que el mar.

Denle al vano el oro tierno
Que arde y brilla en el crisol:
A mí denme el bosque eterno
Cuando rompe en él el Sol.

Yo he visto el oro hecho tierra
Barbullendo en la redoma:
Prefiero estar en la sierra
Cuando vuela una paloma.

Busca el obispo de España
Pilares para su altar;
¡En mi templo, en la montaña,
El álamo es el pilar!

Y la alfombra es puro helecho,
Y los muros abedul,
Y la luz viene del techo,
Del techo de cielo azul.

El obispo, por la noche,
Sale, despacio, a cantar:
Monta, callado, en su coche,
Que es la piña de un pinar.

Las jacas de su carroza
Son dos pájaros azules:
Y canta el aire y retoza,
Y cantan los abedules.

Duermo en mi cama de roca
Mi sueño dulce y profundo:
Roza una abeja mi boca
Y crece en mi cuerpo el mundo.

Brillan las grandes molduras
Al fuego de la mañana
Que tiñe las colgaduras
De rosa, violeta y grana.

El clarín, solo en el monte,
Canta al primer arrebol:
La gasa del horizonte
Prende, de un aliento, el Sol.

¡Díganle al obispo ciego,
Al viejo obispo de España
Que venga, que venga luego,
A mi templo, a la montaña!


IV

Yo visitaré anhelante
Los rincones donde a solas
Estuvimos yo y mi amante
Retozando con las olas.

Solos los dos estuvimos,
Solos, con la compañía
De dos pájaros que vimos
Meterse en la gruta umbría.

Y ella, clavando los ojos,
En la pareja ligera,
Deshizo los lirios rojos
Que le dio la jardinera.

La madreselva olorosa
Cogió con sus manos ella,
Y una madama graciosa,
Y un jazmín como una estrella.

Yo quise, diestro y galán,
Abrirle su quitasol;
Y ella me dijo: "¡Qué afán!
¡Si hoy me gusta ver el Sol!".

"Nunca más altos he visto
Estos nobles robledales:
Aquí debe estar el Cristo
Porque están las catedrales."

"Ya sé dónde ha de venir
Mi niña a la comunión;
De blanco la he de vestir
Con un gran sombrero alón."

Después, del calor al peso,
Entramos por el camino,
Y nos dábamos un beso
En cuanto sonaba un trino.

¡Volveré, cual quien no existe
Al lago mudo y helado:
Clavaré la quilla triste:
Posaré el remo callado!


V

Si ves un monte de espumas
Es mi verso lo que ves:
Mi verso es un monte, y es
Un abanico de plumas.

Mi verso es como un puñal
Que por el puño echa flor:
Mi verso es un surtidor
Que da un agua de coral.

Mi verso es de un verde claro
Y de un carmín encendido:
Mi verso es un ciervo herido
Que busca en el monte amparo.

Mi verso al valiente agrada:
Mi verso, breve y sincero,
Es del vigor del acero
Con que se funde la espada.


VI

Si quieren que de este mundo
Lleve una memoria grata,
Llevaré, padre profundo
Tu cabellera de plata.

Si quieren por gran favor,
Que lleve más, llevaré
La copia que hizo el pintor
De la hermana que adoré.

Si quieren que a la otra vida
Me lleve todo un tesoro,
¡Llevo la trenza escondida
Que guardo en mi caja de oro!

 

205 comentarios:

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Pablo Arenas dijo...

Germán 15:14. Excelente tomografía de 64 cortes político social.

Benito de la Fuente Escalona dijo...

Sender: olvidé que el joven es tu amigo.
Yo le sugeriría que expusiera aquí sus ideas, con la anuencia de Silvio por supuesto. Al menos para que no vaya a ir a dar a la categoría de posible pseudociudadano. No porque él sea MUY importante; SÓLO tiene la importancia de un joven cubano con criterios propios e ímpetu y capacidad para plantearlos y sostenerlos. Necesario y suficiente.
Que yo o cualquiera coincida con él o esté totalmente en contra de lo que él piensa, puede ser. Y no pasa nada.
Tampoco que tenga que defenderse de “los cargos” que se le imputan, porque esto no es un tribunal sino sólo un sitio para comunicarnos.

Guzmán dijo...

Abrazo Victor!! quien pudiera estar en esa zona martiana sin espacio ni tiempo, solo leyendo, aprendiendo, imaginando y soñando...

marcia leiseca dijo...

José Martí escribe en agosto de 1890 los Versos Sencillos. Entre octubre de 1889 y abril de 1990 se celebra en Washington la Primera Conferencia de Naciones Americanas, precursora de la OEA. Martí lleno de ansiedad avizora el peligro que esa política significará para Nuestra América. Cito un fragmento de su prólogo a los Versos Sencillos, “y el horror y vergüenza en que me tuvo el temor legítimo de que pudiéramos los cubanos, con manos parricidas, ayudar el plan insensato de apartar a Cuba para bien único de un nuevo amo disimulado, de la patria hispanoamericana”. Termino con una cita de Roberto Fernández Retamar en su ensayo Martí en su (Tercer) Mundo. Martí enfermó de aquella ansiedad. “me echó el médico al monte” dirá a continuación: “corrían arroyos y se cerraban las nubes: escribí versos”.
Sigo con enorme interés, como ya dije, hace mucho tiempo segunda cita y la comento hace unas pocas semanas, pero me son familiares muchos de ustedes, felicito a Giordan por haber resuelto las gomas de su bicicleta...

marcia leiseca dijo...

José Martí escribe en agosto de 1890 los Versos Sencillos. Entre octubre de 1889 y abril de 1990 se celebra en Washington la Primera Conferencia de Naciones Americanas, precursora de la OEA. Martí lleno de ansiedad avizora el peligro que esa política significará para Nuestra América. Cito un fragmento de su prólogo a los Versos Sencillos, “y el horror y vergüenza en que me tuvo el temor legítimo de que pudiéramos los cubanos, con manos parricidas, ayudar el plan insensato de apartar a Cuba para bien único de un nuevo amo disimulado, de la patria hispanoamericana”. Termino con una cita de Roberto Fernández Retamar en su ensayo Martí en su (Tercer) Mundo. Martí enfermó de aquella ansiedad. “me echó el médico al monte” dirá a continuación: “corrían arroyos y se cerraban las nubes: escribí versos”.

Sigo con enorme interés, como ya dije, hace mucho tiempo segunda cita y la comento hace unas pocas semanas, pero me son familiares muchos de ustedes, felicito a Giordan por haber resuelto las gomas de su bicicleta...

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