Por Rebeca Chávez
Emoción, indagación, exaltación,
vivir en el permanente desafío de la Revolución.
Alfredo Guevara
Alfredo Guevara más de una vez me contó que, cuando trabajaba en el equipo que redactaba la Ley de Reforma Agraria, hablaba siempre del “proyecto cine cubano” y un día Fidel le dijo: “está bien, preséntalo”.
Ni más ni menos estaba por nacer el primer proyecto cultural de la Revolución. Se fundaba en un escenario deslumbrante que proponía unir arte e industria. Un desafío lleno de preguntas y de riesgos, y así lo sentía el equipo que escribía la futura Ley. Por eso afirmo que Alfredo Guevara nació con el ICAIC el 24 de marzo de 1959 y no un 31 de diciembre, hace casi cien años.
“Los grandes movimientos y momentos revolucionarios, las corrientes que cambian la historia van siempre acompañadas, o son precedidas, o provocan movimientos artísticos con caracteres propios…” y eso se propuso Alfredo Guevara y su equipo que “el cine cubano (ICAIC) un movimiento artístico que acompaña a la Revolución en esta etapa y, que surgida de ella, refleja y protagoniza con más fuerza, resonancias e influencias…”
Tengo la impresión de que Fidel intuía desde abril de 1957, con Rebeldes en la Sierra –la entrevista filmada para la CBS por Bob Taber–, el inmenso poder que podía ser el cine para comunicar ideas. Ese recuerdo puede ser la explicación esencial de que, en medio de su intenso batallar para rehacer Cuba, Fidel desata la (su) imaginación y encuentra tiempo para hacer realidad el sueño del cine… inculcarnos la idea que era posible soñar todo.
Nada está aislado. Se podía amanecer combatiendo en Girón o alfabetizando en lejanos parajes y escuchar como una banda sonora infinita “La Reforma Agraria va.” Emoción, indagación, exaltación, polarización… vivir en el permanente desafío de la Revolución. Cómo testimoniar vivencias, visiones contradictorias para contar en los primeros filmes documentales y de ficción historias y conflictos que también protagonizaban los que se estrenaban como cineastas.
Para Lunes de Revolución, Alfredo le precisa a Fausto Canel: “Un cine no es revolucionario por los temas que toca sino por como toca esos temas. Si un cine es sincero y artística y técnicamente eficaz, no importa el tema que toque, será siempre revolucionario. Revelar los mecanismos internos de la realidad y de su poesía, y entregarlos al hombre, hacer del hombre dueño de su destino y capaz de ejercer todas sus potencias, eso es ser revolucionario... Tenemos conciencia de que nos acercamos a un instrumento de incalculable valor y posibilidades, complejo, difícil, codiciado, peligroso y de indiscutible y probada eficacia”. La realidad real –siempre ella— estaba y está ahí, esperando, quiere ser vista, ser tomada en cuenta. ¿Cómo mirar sin ver? la diversidad desde la aventura del arte. Todas las historias comienzan con una situación dramática, presente de formas muy diferentes en el cine…
Busco (y encuentro) "¿No van a hablar de la película?" pregunta Fidel Castro en 1961.
La película es el documental PM que recrea el universo nocturno en los bares habaneros donde confluyen marinos, braceros, prostitutas, música, religión y rumba. Fue exhibido en la TV y el cine a escasos dos meses de los combates en Girón. PM pretexto(?) de miradas encontradas, agudas y discrepancia sobre qué cine cubano hacer o exhibir. Contrastes y confrontación conviviendo en la Revolución.
Es junio del 61 y en la Biblioteca Nacional el presidente Dorticós dice: ¨la reacción frente a la medida tiene importancia como síntoma; y esta reunión (duró tres sábados) no es fecunda si hasta las últimas consecuencias no se discute esos problemas fundamentales de conceptos y de principios¨...Los creadores viven intensos diálogos, intercambio y desafío de tendencias para definir rol de la cultura que implicará exclusión, censura y control.
En debates –muy difíciles pero amplios– se asume la libertad de expresión en la creación y la cultura. Tomás G. Alea –Titón– pregunta: ¨qué debe hacer el artista frente a la Revolución… qué es lo quiere hacer la Revolución frente a los artistas. (…) Hay otro problema: excesiva centralización... corremos el peligro de que una sola tendencia sea la que pueda servir dentro de un medio…que no sobrevivan otras tendencias que pueden ser igualmente valiosas¨. Todo en 1961.
El ICAIC generó un movimiento cultural que desbordó lo cinematográfico, ha cimentando una visión más abarcadora de sus objetivos iniciales. El público dejó de ser espectador pasivo; con sus afiches surgió una nueva concepción de la publicidad y la propaganda y, años después, una experiencia única, irrepetible, con la música y el Grupo de Experimentación Sonora. El cine no lo conciben aislado de otras artes sino mezclándose, interactuando con ellas y cada semana el Noticiero ICAIC Latinoamericano da fe de ello.
El ciclo cine/ICAIC como un ámbito o terreno casi personal de Alfredo termina, ocurre bastante antes de su muerte física. La estructura inicial fue debilitando lentamente su activa y fuerte vinculación con los creadores y apagándose la atmósfera de creación… que impactara desde una alianza mágica, desde lo estatal que no impidió ni interfirió la libertad de creación para hacer un cine abierto a las contradicciones, que producía obras que invitaba a la polémica y la confrontación de ideas desde las pantallas. Esta forma de hacer fue maravillosa, nos legó un camino y una obra extensa. Pero el ICAIC tiene que ser otro. 65 años después la pregunta es: ¿qué ICAIC?
Busco (y encuentro) Dice Alfredo: “impedir que se infiltren, que dominen, que perturben, que dañen las relaciones naturales entre los creadores en el arte y la literatura y el Poder revolucionario, en una de las más importantes de las instituciones de la cultura… Maduré en el cine junto a dos grandes cineastas, Cesare Zavattini y Luis Buñuel, y con algunos de los productores más hábiles, informados y preparados de aquellos años (… ) Con unos y otros aprendí que nada puede iniciarse o planearse con vocación de éxito, o reduciendo el riesgo de quedar sumido en el disparate, sin algo muy simple, elemental y, por paradoja, comúnmente olvidado y hasta desconocido: el diseño.”
"Diseñar es prever –le escribe a Raúl Castro en el 2008– y no se puede diseñar sin conocer a fondo y en todas sus vertientes la realidad real; sin establecer o descubrir lo que es o pudiera ser la corriente principal…” En el 2005 le dice a Silvio “a ciertos niveles tiene que haber creatividad, y que el que no sea creativo, el que no sea culto, el que no esté preparado, no debe ser dirigente de nada, porque sin cultura no se puede dirigir nada. Vivimos en la sociedad del saber y el que no tenga el saber en sus manos no puede tener a los demás en sus manos.”
Todavía hoy la censura y exclusión, los llamados a la provocación, las amenazas no son buenos aliados para el debate; lo cancelan, mutilan las posibilidades de razonar, discernir… "Las tendencias, los grupos y las personas no renuncian jamás a, de algún modo, insertar en las reglas del juego sus posiciones.” Lo que ha pasado una y otra vez tiene mucho que ver con esto.
Vivimos un escenario de imágenes/ideas multiplicadas hasta el infinito, eso impone un importante trabajo en la creación y no sólo desde el ICAIC. Es imprescindible aceptar y asumir que hay etapas vencidas por los cambios y reajustes en la sociedad cubana y el ICAIC representa un legado espiritual que es lo que le permitirá intentar hacer esta renovación que unirá lo estructural con lo ideológico y los retos y desafíos del debate. No hacerlo, con la impronta del momento, es entregarse sin defender razones ni ideas.
Cine cubano una historia de 65 años llena de obras que necesitan volver de la memoria a la cotidianidad. Retomar las ideas, definiciones, objetivos y el espíritu de los fundadores para hacer en el cine “la segunda Reforma Agraria” Nada está aislado.
Marzo 23 de 2024
“Los grandes movimientos y momentos revolucionarios, las corrientes que cambian la historia van siempre acompañadas, o son precedidas, o provocan movimientos artísticos con caracteres propios…” y eso se propuso Alfredo Guevara y su equipo que “el cine cubano (ICAIC) un movimiento artístico que acompaña a la Revolución en esta etapa y, que surgida de ella, refleja y protagoniza con más fuerza, resonancias e influencias…”
Tengo la impresión de que Fidel intuía desde abril de 1957, con Rebeldes en la Sierra –la entrevista filmada para la CBS por Bob Taber–, el inmenso poder que podía ser el cine para comunicar ideas. Ese recuerdo puede ser la explicación esencial de que, en medio de su intenso batallar para rehacer Cuba, Fidel desata la (su) imaginación y encuentra tiempo para hacer realidad el sueño del cine… inculcarnos la idea que era posible soñar todo.
Nada está aislado. Se podía amanecer combatiendo en Girón o alfabetizando en lejanos parajes y escuchar como una banda sonora infinita “La Reforma Agraria va.” Emoción, indagación, exaltación, polarización… vivir en el permanente desafío de la Revolución. Cómo testimoniar vivencias, visiones contradictorias para contar en los primeros filmes documentales y de ficción historias y conflictos que también protagonizaban los que se estrenaban como cineastas.
Para Lunes de Revolución, Alfredo le precisa a Fausto Canel: “Un cine no es revolucionario por los temas que toca sino por como toca esos temas. Si un cine es sincero y artística y técnicamente eficaz, no importa el tema que toque, será siempre revolucionario. Revelar los mecanismos internos de la realidad y de su poesía, y entregarlos al hombre, hacer del hombre dueño de su destino y capaz de ejercer todas sus potencias, eso es ser revolucionario... Tenemos conciencia de que nos acercamos a un instrumento de incalculable valor y posibilidades, complejo, difícil, codiciado, peligroso y de indiscutible y probada eficacia”. La realidad real –siempre ella— estaba y está ahí, esperando, quiere ser vista, ser tomada en cuenta. ¿Cómo mirar sin ver? la diversidad desde la aventura del arte. Todas las historias comienzan con una situación dramática, presente de formas muy diferentes en el cine…
Busco (y encuentro) "¿No van a hablar de la película?" pregunta Fidel Castro en 1961.
La película es el documental PM que recrea el universo nocturno en los bares habaneros donde confluyen marinos, braceros, prostitutas, música, religión y rumba. Fue exhibido en la TV y el cine a escasos dos meses de los combates en Girón. PM pretexto(?) de miradas encontradas, agudas y discrepancia sobre qué cine cubano hacer o exhibir. Contrastes y confrontación conviviendo en la Revolución.
Es junio del 61 y en la Biblioteca Nacional el presidente Dorticós dice: ¨la reacción frente a la medida tiene importancia como síntoma; y esta reunión (duró tres sábados) no es fecunda si hasta las últimas consecuencias no se discute esos problemas fundamentales de conceptos y de principios¨...Los creadores viven intensos diálogos, intercambio y desafío de tendencias para definir rol de la cultura que implicará exclusión, censura y control.
En debates –muy difíciles pero amplios– se asume la libertad de expresión en la creación y la cultura. Tomás G. Alea –Titón– pregunta: ¨qué debe hacer el artista frente a la Revolución… qué es lo quiere hacer la Revolución frente a los artistas. (…) Hay otro problema: excesiva centralización... corremos el peligro de que una sola tendencia sea la que pueda servir dentro de un medio…que no sobrevivan otras tendencias que pueden ser igualmente valiosas¨. Todo en 1961.
El ICAIC generó un movimiento cultural que desbordó lo cinematográfico, ha cimentando una visión más abarcadora de sus objetivos iniciales. El público dejó de ser espectador pasivo; con sus afiches surgió una nueva concepción de la publicidad y la propaganda y, años después, una experiencia única, irrepetible, con la música y el Grupo de Experimentación Sonora. El cine no lo conciben aislado de otras artes sino mezclándose, interactuando con ellas y cada semana el Noticiero ICAIC Latinoamericano da fe de ello.
El ciclo cine/ICAIC como un ámbito o terreno casi personal de Alfredo termina, ocurre bastante antes de su muerte física. La estructura inicial fue debilitando lentamente su activa y fuerte vinculación con los creadores y apagándose la atmósfera de creación… que impactara desde una alianza mágica, desde lo estatal que no impidió ni interfirió la libertad de creación para hacer un cine abierto a las contradicciones, que producía obras que invitaba a la polémica y la confrontación de ideas desde las pantallas. Esta forma de hacer fue maravillosa, nos legó un camino y una obra extensa. Pero el ICAIC tiene que ser otro. 65 años después la pregunta es: ¿qué ICAIC?
Busco (y encuentro) Dice Alfredo: “impedir que se infiltren, que dominen, que perturben, que dañen las relaciones naturales entre los creadores en el arte y la literatura y el Poder revolucionario, en una de las más importantes de las instituciones de la cultura… Maduré en el cine junto a dos grandes cineastas, Cesare Zavattini y Luis Buñuel, y con algunos de los productores más hábiles, informados y preparados de aquellos años (… ) Con unos y otros aprendí que nada puede iniciarse o planearse con vocación de éxito, o reduciendo el riesgo de quedar sumido en el disparate, sin algo muy simple, elemental y, por paradoja, comúnmente olvidado y hasta desconocido: el diseño.”
"Diseñar es prever –le escribe a Raúl Castro en el 2008– y no se puede diseñar sin conocer a fondo y en todas sus vertientes la realidad real; sin establecer o descubrir lo que es o pudiera ser la corriente principal…” En el 2005 le dice a Silvio “a ciertos niveles tiene que haber creatividad, y que el que no sea creativo, el que no sea culto, el que no esté preparado, no debe ser dirigente de nada, porque sin cultura no se puede dirigir nada. Vivimos en la sociedad del saber y el que no tenga el saber en sus manos no puede tener a los demás en sus manos.”
Todavía hoy la censura y exclusión, los llamados a la provocación, las amenazas no son buenos aliados para el debate; lo cancelan, mutilan las posibilidades de razonar, discernir… "Las tendencias, los grupos y las personas no renuncian jamás a, de algún modo, insertar en las reglas del juego sus posiciones.” Lo que ha pasado una y otra vez tiene mucho que ver con esto.
Vivimos un escenario de imágenes/ideas multiplicadas hasta el infinito, eso impone un importante trabajo en la creación y no sólo desde el ICAIC. Es imprescindible aceptar y asumir que hay etapas vencidas por los cambios y reajustes en la sociedad cubana y el ICAIC representa un legado espiritual que es lo que le permitirá intentar hacer esta renovación que unirá lo estructural con lo ideológico y los retos y desafíos del debate. No hacerlo, con la impronta del momento, es entregarse sin defender razones ni ideas.
Cine cubano una historia de 65 años llena de obras que necesitan volver de la memoria a la cotidianidad. Retomar las ideas, definiciones, objetivos y el espíritu de los fundadores para hacer en el cine “la segunda Reforma Agraria” Nada está aislado.
Marzo 23 de 2024
5 comentarios:
Hoy hacen 65 años de la fundación del ICAIC. Yo tenía 12 años y seguramente leí algo o escuché algún comentario que no recuerdo. Apenas 8 años después me iba a dar perfecta cuenta de lo que significaba el ICAIC y quienes trabajaban allí para un joven aspirante a creador: la diferencia entre poder ser y posiblemente tener que dejar de ser.
Gracias a quienes hicieron posible el arte cinematográfico cubano, aquella libertad. Gracias a los que conocí más de cerca y me ayudaron a crecer: Alfredo, Santiago, Julio, León, Saúl.
Gracias.
Gaza y Haití: la indolencia de Occidente
En la franja de Gaza y en Haití se desarrollan dos desastres humanitarios de tal magnitud que puede aplicárseles cualquier adjetivo sin riesgo de caer en la hipérbole. En las Antillas se ha borrado todo rastro del Estado y la sociedad ha quedado a merced de bandas criminales que controlan 80 por ciento de la capital, donde vive una cuarta parte de la población. Estos grupos asfixian a los habitantes impidiendo la circulación, extorsionando, asaltando, sometiendo a niñas y mujeres a todo tipo de violencias sexuales; todo ello en ausencia de una autoridad que pueda ponerles alto o siquiera plantarles cara. El crecimiento de 119 por ciento en el número de homicidios ya indicaba la degradación que sufre el país, y el 4 de este mes la fuga de 97.5 por ciento de las personas encarceladas puso de manifiesto ante el mundo el caos y la incertidumbre en que se encuentra sumida la primera nación de América Latina y el Caribe en ganar su independencia.
En Oriente Próximo, al menos 25 mil mujeres y niños han muerto víctimas del genocidio que Israel perpetra contra el pueblo palestino desde octubre pasado. Es imposible determinar el número de heridos y mutilados. Las fuerzas de ocupación han arrasado o invadido todos los hospitales; prohíben la llegada de ayuda humanitaria y bombardean a los convoyes de alivio que logran evadir su cerco. En semanas, Israel asesinó a más periodistas y niños de los que han muerto en conflictos armados que duraron años. Tras casi cinco meses, los gazatíes están muriendo de hambre mientras Tel Aviv bombardea de manera indiscriminada su último refugio en preparación de un asalto terrestre cuyo único desenlace posible es una masacre aún peor que las que ha cometido hasta ahora.
Distintas y distantes, las tragedias de Palestina y Haití tienen en común la indolencia de la comunidad internacional y el haberse originado en el colonialismo: en el de los franceses que poblaron la mitad occidental de La Española con cientos de miles de seres humanos reducidos a la esclavitud, y en el de los sionistas de múltiples nacionalidades europeas que declararon suya una porción de Levante, expulsaron a sus pobladores árabes y erigieron ahí un Estado de apartheid.
Gaza y Haití... (2 y fin)
Frente al genocidio, los dirigentes occidentales expresan su apoyo al inexistente derecho de Israel a la autodefensa: inexistente, dado que se trata de una potencia ocupante en territorio ajeno, y por lo tanto el único que puede invocar tal derecho es el pueblo palestino. Algunos líderes condenan de manera retórica los excesos del régimen de Benjamin Netanyahu, pero siguen enviándole el armamento más avanzado para masacrar a un pueblo que se defiende con rifles del siglo pasado, misiles artesanales y, muchas veces, con los escombros de sus hogares destruidos por las bombas y los buldóceres israelíes. Ante la espiral de barbarie que asola a Haití, Occidente finge que la situación no tiene ningún vínculo con la historia centenaria de expolio e intervencionismo que el territorio insular ha padecido a manos de las potencias coloniales. Mientras evaden su responsabilidad, los gobernantes de los países ricos ofrecen una empatía meramente retórica que no alivia la miseria generalizada, la cual impide consolidar una institucionalidad funcional y es el sustrato en que germinan los grupos antisociales. Para ilustrar lo mucho que los autoproclamados guardianes de la democracia y los derechos humanos podrían hacer por Haití si tuvieran la voluntad, basta con decir que Estados Unidos, la Unión Europea y los siguientes ocho principales donantes a Kiev han gastado en mantener andando la guerra en Europa del Este un monto que equivale a entre 11 y 15 veces el conjunto de la economía haitiana.
Un aspecto inquietante del posicionamiento de Occidente y buena parte de la comunidad internacional ante las catástrofes en Gaza y Haití es su manera de referirse a ellas como un riesgo latente, como una amenaza que está por concretarse, cuando la realidad es que se han desenvuelto por décadas y se han tornado insoportables desde hace meses. La negativa a reconocer hechos tan atroces como evidentes sólo puede interpretarse como una estrategia para des-entenderse de la suerte de los 11 millones de haitianos y los 2 y medio millones de gazatíes. A estas alturas, queda claro que las únicas salidas viables pasan por un bloqueo diplomático y financiero total a Tel Aviv, así como por una transferencia masiva de recursos a Puerto Príncipe, y que cualquier propuesta de solución que omita estas medidas debe rechazarse como mera hipocresía.
https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/03/23/editorial/gaza-y-haiti-la-indolencia-de-occidente-5890
Apuntes Postsoviéticos
Juan Pablo Duch
Por su estratégica ubicación, el Cáucaso del sur –formado por Armenia, Azerbaiyán y Georgia– se consideraba una región que, al desintegrarse la Unión Soviética en 1991, debería quedar en la órbita de Rusia, que se atribuyó el papel de sucesor natural por su tamaño, población, economía y, sobre todo, por concentrar en un solo arsenal el armamento nuclear que tenían Ucrania, Bielorrusia y Kazajistán.
Como los nuevos países independientes heredaron los rencores étnicos y las disputas territoriales que se originaron de modo arbitrario en la época totalitaria de Iósif Stalin, en los primeros años de la era postsoviética Rusia intentó asumir el liderazgo que reclamaba y ejerció de mediador, instalando sus tropas en los conflictos que estaban desangrando a los tres países del Cáucaso del sur y en las guerras que estallaron entre ellos.
Treinta y tres años después del colapso soviético, la situación es otra muy distinta: Armenia, que buscó la protección del Kremlin para contener a su vecino azerí que insistía en recuperar el enclave de Nagorno-Karabaj, pone en entredicho la conveniencia de mantener su alianza con Rusia; Azerbaiyán se acerca cada vez más a Turquía, cuya ayuda militar resultó decisiva para derrotar a Armenia y, en esa medida se aleja de Rusia, y Georgia no puede perdonarle al Kremlin que haya apoyado a los separatistas de Abjazia y Osetia del sur, siendo uno de los pocos países que reconocieron su independencia.
Ereván, Bakú y Tiflis creen que pueden garantizar mejor su soberanía distanciándose de Moscú, mientras el Kremlin sigue obsesionado con derrotar el régimen neonazi de Kiev, lo cual reduce las posibilidades de ejercer presión sobre ellos. Rusia misma puso en bandeja de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) el escenario para desempeñar un papel más decisivo en el Cáucaso del sur al cederle la mediación entre armenios y azeríes, que siguen sin poder ponerse de acuerdo en la delimitación de las fronteras, sin lo cual es imposible firmar un tratado de paz.
En ese contexto, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, acaba de visitar Armenia, Azerbaiyán y Georgia para reiterar que está abierta la puerta para su tan eventual como futuro ingreso a la alianza noratlántica, confirmando que Bruselas tiene el Cáucaso del sur en la mira.
https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/03/23/columnas/apuntes-postsovieticos-3074
Fallece el pianista italiano Maurizio Pollini
AFP
Roma. El pianista italiano Maurizio Pollini, un virtuoso intérprete de Chopin y Beethoven, falleció el sábado a los 82 años, anunció el Teatro de La Scala en Milán.
En los últimos años había estado delicado de salud y se había visto obligado a cancelar algunos conciertos.
La Scala calificó al pianista de "uno de los grandes músicos de nuestro tiempo y referencia fundamental en la vida artística del teatro durante más de 50 años".
Desde 1958 hasta su último recital en febrero de 2023, Pollini tocó en La Scala 168 veces, detalló, sin incluir innumerables talleres con estudiantes y conferencias.
"Pollini fue un intérprete capaz de revolucionar la percepción de compositores como Chopin, Debussy y el propio Beethoven, y de promover (...) la escucha de las vanguardias históricas, sobre todo de Schönberg, y de la música actual", subrayó La Scala.
Nacido el 5 de enero de 1942 en Milán, en el seno de una familia de artistas, Pollini irrumpió en la escena de la música clásica en 1960, cuando, con 18 años y siendo el más joven del concurso, ganó el concurso Chopin de Varsovia.
Arthur Rubinstein, presidente del jurado, dijo que el joven prodigio "ya tocaba mejor que cualquiera de nosotros".
Medio siglo después, Pollini corrigió la cita de Rubinstein diciendo: "Tocaba 'técnicamente' mejor que cualquiera de los miembros del jurado".
"Siempre pensé que lo dijo para burlarse de los colegas del jurado. Alguien adulteró esa frase quitando el 'técnicamente' y se convirtió en un cumplido exagerado", dijo Pollini en un documental de 2014.
En lugar de embarcarse directamente en la escena de los conciertos, Pollini dejado de lado su carrera para estudiar, explicando que tocar de inmediato habría sido "un poco prematuro para mí".
A finales de los 60, Pollini participó en conciertos improvisados en fábricas y programas para estudiantes y trabajadores en La Scala, dirigidos por su amigo Claudio Abbado.
Pollini realizó su primera gira en Estados Unidos en 1968.
De los años 70 a los 90, realizó una serie de grabaciones con el prestigioso sello Deutsche Grammophon, al tiempo que maduraba para convertirse en un aclamado intérprete de Ludwig van Beethoven, Robert Schumann, Franz Schubert y Johannes Brahms.
Los álbumes de Pollini se llevaron numerosos premios, entre ellos un Grammy en 2007 a la mejor interpretación instrumental solista (sin orquesta) por Chopin: Nocturnos.
Le sobreviven su hijo y su esposa.
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