Daniel Viglietti: Hola timpaneras y timpraneros. Aquí Daniel Viglietti abriendo otro programa de la serie Tímpano. Como todos los fines de semana en Radio El Espectador, AM-810. Para comunicarse con nosotros pueden dejar mensaje grabado en el 29 013776, durante la salida al aire del programa, o enviarnos una palomita electrónica a tímpano@adinet.com.uy
Hoy vamos al encuentro de Silvio Rodríguez, anticipándonos, en diálogo con él, a su regreso a nuestro Sur. En instantes comenzamos…
Silvio Rodríguez (cantando): Sin brillantes conclusiones
ni versículos de fuego;
sin palabras que hagan juego
con grandes decoraciones;
sin humos o presunciones,
más bien con talante exiguo
me declaro trovador antiguo.
DV: Antigua en nuestra relación como para tener la confianza de ir fragmentando canciones. Pues, como ya sabemos, en nuestro Tímpano el hilo del diálogo obliga a esa síntesis, y siempre los oyentes saben después encontrarse con las versiones musicales completas, ¿verdad? Las veces que nos hemos juntado con el trovador cubano Silvio Rodríguez son incontables.
SR (cantando): Soy de donde los patriotas
daban nombres a las calles.
Soy de un río, soy de un valle
y de una familia rota.
Soy de un pueblo en bancarrota,
de un San Antonio fiestero
donde hoy sólo el viento sopla
entero.
El primer encuentro entero con Silvio, a saber, fue en aquel año 72, en La Habana, en que grabé temas de la trova para divulgarlos en otras partes desde mi disco Trópicos; volviendo a estar juntos en Caracas, en Nicaragua, en Francia, en Argentina y Uruguay (en estos dos países cuando se restauró la democracia). Y, claro, muchas veces en la propia Cuba, donde seguimos conversando así.
SR (cantando): El nuevo trovador antiguo
se acerca a la procesión.
Le dice adiós al mundo ambiguo
y pone pie en el caracol.
Escena sucedida tanto,
anónimo el compositor.
El horizonte es el espanto;
la miniatura, el amor.
DV: Nos encontramos esta vez, en la vuelta del caracol del tiempo entonces en La Habana, cerca de la fecha del 85.º cumpleaños de Fidel Castro. Fidel, ese ejemplar histórico excepcional e irrepetible. Tuve dos encuentros habaneros con Silvio en que lo compañeril no nos dejó sin trabajo, puesto que en cada una de esas ocasiones, desde mi oficio comunicante, lo entrevisté.
SR (cantando): También nací en Centrohabana,
rumba de supervivencia,
son de perdida inocencia
en clamor de pena urbana;
venerable afrocubana
de existencia fabulosa,
hembra sobrenatural y diosa.
DV: En este cruce de caminos dialogué con Silvio una vez para Párpado, mi programa en TV ciudad, y otra para este Tímpano de radio El Espectador. Material que iremos abordando entre canción y canción de su último disco, que se llama Segunda cita, que ahora dejamos fluir hasta el final de este trovador antiguo, que dará paso a nuestra charla con el trovador mismo.
SR (cantando): Recorriendo sus esquinas
vuelvo a sentir la fragancia
de una calle de mi infancia
barrial y capitalina:
San Miguel, ángel en ruinas
de inmaculada bandera,
luz vitral de mi canción primera.
El nuevo trovador antiguo
se alinea con la procesión.
Le dice adiós al mundo ambiguo
y pone pie en el caracol.
Escena sucedida tanto,
anónimo el compositor.
El horizonte es el espanto;
la miniatura, el amor.
Ahora soy de la memoria,
ahora pertenezco al viento;
otro dirá en su momento
si fui más pena que gloria.
Lo que fue nuevo es historia
y lo que nace alza vuelo
con el sueño de tocar el cielo.
Partero fui de un futuro
escurridizo, inasible,
seguramente posible
si no le ponemos muros.
El amor es el más puro
néctar contra la tristeza.
Bienvenida su naturaleza.
El nuevo trovador antiguo
se alinea con la procesión.
Le dice adiós al mundo ambiguo
y pone pie en el caracol.
Escena sucedida tanto,
anónimo el compositor.
El horizonte es el espanto;
la miniatura, el amor.
En casa de Silvio Rodríguez, en La Habana, hay sonidos que se van a integrar al diálogo (se oyen voces y ruidos), que son los de los nietos por un lado y amiguitos, y quizá en algún momento la flauta de Niurka González, su compañera… La pregunta, Silvio, es sobre tu ida a Uruguay, porque hay mucha ansiedad, ya hace muchos años que no vas.
SR: Ehhh, sí: vamos a ir en noviembre, no recuerdo la fecha exacta. Supongo que es poco antes del 20 de noviembre o alrededor del 20 de noviembre. Sé que es en un estadio. No recuerdo el nombre del estadio.
DV: Yo creo que es el 16, me parece. Y sí, seguro es en el estadio que se llama Estadio Charrúa.
SR: Charrúa, exactamente. Por cierto, le pregunté a nuestra amiga común, María Gravina, que cosa era charrúa.
DV: Nuestra amiga poeta.
SR: Nuestra amiga poeta, gran poeta, además. Y me dijo que no conocía ese estadio, que no sabía dónde estaba, que sabía que quedaba un poco en las afueras, pero que nunca lo había visto. Y bueno, espero que algunos uruguayos conozcan donde queda el estadio (risas).
DV: Sin dudas, sin dudas… (risas)… Yo nunca he estado en el Estadio Charrúa, que recuerde, pero es nombrado, es un estadio nombrado…
SR: Ya, ya, ya…
DV: Bueno, María sacó un libro, por cierto, un libro de poesía, después de años de que no aceptaba esa idea. Bueno, finalmente salió un libro, así que seguramente va a ir a tu concierto y te lo va a dar.
SR (cantando): Me dibujó en el agua,
me imaginó y me creó.
Me dibujó en el agua,
me despertó y me olvidó.
Me dibujó en el agua
con un creyón turquí,
pero miraba lejos
cuando le sonreí.
DV: Dibujando el agua, después recordamos con Silvio habernos encontrado también en Mar del Plata, en Argentina, cuando la tercera Cumbre de los Pueblos, donde, entre otros temas, repudiamos la presencia del entonces Presidente de los Estados Unidos, el genocida George Bush. A diferencia de cuando sería recibido con complacencia en Uruguay en el 2007 por el ex presidente Tabaré Vázquez y su equipo de gobierno.
SR: Fue cuando Bush visitó Mar del Plata.
DV: Allí nos cruzamos.
SR: Allí nos vimos en aquella actividad, que se hizo en un estadio, que fue un desastre desde el punto de vista…
DV: … organizativo
SR: …y desde el punto de vista del sonido, por lo menos para los músicos…
DV: …técnico, sí…
SR: Para los músicos fue un desastre. Para los políticos fue maravillosa.
DV: (risas)… Suele ocurrir. ¿eh?
SR: (risas) … sobre todo cuando los músicos vamos invitados por los políticos… (risas) y ellos actúan también. Cuando actuamos nosotros solos, no...
DV: La actuación de ellos, siempre es mejor que la nuestra (risas)
SR: Absolutamente… (risas)
DV: Nos van a dejar sin trabajo… (risas)
SR: Exactamente: los micrófonos funcionan, la amplificación…
DV: En Argentina, cuál es tu proyecto?
SR: Mi proyecto. Vamos a hacer tres conciertos. Uno en en Córdoba, empezamos en Córdoba; después vamos a Rosario. Siempre que toco en Rosario, siempre… Volver a Rosario va a ser muy especial, porque la última vez que estuve en Rosario me fue a ver mi amigo desaparecido Roberto Fontanarrosa.
DV: Mirá, cómo no, Fontanarrosa.
SR: Y me acuerdo que me llevó a su hijo, al menor, que le gustaban mis canciones. Ya debe ser un hombre.
DV: Esa ciudad de Rosario en que nació Ernesto Guevara. Ese Che que es convocado por Silvio en varias canciones, entre las cuales una que forma parte de su disco Segunda Cita y que se llama Tonada del albedrío.
SR (cantando): Dijo Guevara el hermoso,
viendo al África llorar:
en el imperio mañoso
nunca se debe confiar.
Y dijo el Che legendario,
como sembrando una flor:
al buen revolucionario
sólo lo mueve el amor.
Dijo Guevara el humano
que ningún intelectual
debe ser asalariado
del pensamiento oficial.
Debe dar tristeza y frío
ser un hombre artificial,
cabeza sin albedrío,
corazón condicional.
Mínimamente soy mío,
ay, pedacito mortal.
DV: En La Habana, tinpaneando con Silvio Rodríguez, antes de su gira al sur.
SR: …Saltamos a Montevideo y por último terminamos la girita, porque son cuatro conciertos nada más, en Buenos Aires, en el estadio Ferro Carril Oeste.
DV: De ese estadio hablamos hace muchos años y vos me preguntaste “¿Esto se llama así, Ferrocarril”, y te dije que sí, que hay un equipo.
SR: Claro, es que era la primera vez que yo oía hablar de ese estadio.
DV: Pero ya lo conocés, el estadio?
SR: Sí, he estado ahí varias veces. Desde entonces a acá creo que hice dos conciertos o tres.
DV: Ta bien.
SR: Sí. No, es un buen lugar, es un buen lugar, cómo no.
DV: Una pregunta. No tiene nada que ver con nada que nunca te hice. ¿A vos te gusta el fútbol?
SR: Chico, de pronto, cuando existen los mundiales, acaba por seducirme la fiebre universal. Y también me interesa, bueno, pues quién gana, quién pierde, a quién le va mal, a quién le va mejor… cómo están integrados los equipos… Me maravilla cómo tantos equipos, por ejemplo europeos, están llenos de africanos y de latinoamericanos, y todas esas cosas que suceden, que son tremendas en el fútbol. Pero no: en mi país, en Cuba, siempre fuimos más beisboleros.
DV: Sin duda.
SR: Y es algo que sucede en las Antillas Mayores, sobre todo, ¿no? En las Antillas, en Puerto Rico, en República Dominicana, en Cuba. Somos países más beisboleros. Y lo que es Latinoamérica, o sea América del Sur, pues se ha volcado más hacia el fútbol.
SR (cantando): Un gigante,
cuando era infante,
lanzaba pedos
que daban miedo.
Y aquel bellaco
a un gran saco
fue traspuesto,
por molesto.
El gigante,
porque era infante,
gritó tan duro
que hasta el futuro
llegó su queja,
cierta y vieja
como un viento
descontento.
No se sabe si al fin la grey
supo tratar gigantes
poco elegantes,
pero de ley.
Dale a tu niño besos,
pues para eso
nos llora el rey.
DV: Es difícil hacer cálculos de fechas, pero hace muchos años que no vas a Uruguay. ¿Una década puede ser?
SR: Yo creo que más de una década.
DV: Yo me acuerdo de tu ida en el 85, cuando se entra al período de reapertura democrática, ¿no?, en aquel momento.
SR: Después de eso estuvimos como en dos o en tres ocasiones más. Sí, en aquel momento que fue la transición, ¿no? Nosotros creo que formamos parte de un elenco de artistas internacionales que tocamos en una plaza en Montevideo, en una plaza pública.
DV: ¿No era en el municipio de Montevideo?
SR: No recuerdo. Era una plaza pública. Había mucha gente. Y después de eso, recuerdo que en la década del 80, fui al menos una vez con Afrocuba al Estadio Centenario. Y después regresé, me parece que a principio de los 90. Volví con el grupo Diákara. No recuerdo si también estuvimos en el Centenario. Probablemente sí.
DV: Evidentemente yo estaba en esos casos ausente, estaba en gira. Porque no, no lo fijo. No, no estuve, no lo recuerdo. Llegaste a estar en los períodos que ya no eran de transición, sino de salto a los gobiernos progresistas del cambio que vino, Tabaré Vázquez, menos ahora. El gobierno de Mujica es mucho más reciente. Pero llegaste a estar.
SR: No, durante el gobierno de Tabaré no estuve nunca.
DV: Así que volvés a un Uruguay diferente en ese sentido…
SR: Sí, completamente diferente. Estuve en los gobiernos anteriores a Tabaré.
DV: Claro, claro. La época de Sanguinetti, Lacalle…
SR: Exactamente, justamente con esos presidentes, estuve. Qué curioso, no? Estuve con los menos afines y los más afines nunca me invitaron (risas).
DV: En aquel momento fue todo, también, un acto que involucró a todo el país, el cambio hacia la democracia en el 85. Bueno, ahora vas a llegar a otra etapa. Y sabes algo del Uruguay? Tenés alguna noticia de alguna referencia?
SR: Claro. Sé que Pepe Mujica es el presidente y que fue uno de los tupamaros, de lo de los rehenes tupamaros. Todo el mundo conoce perfectamente su procedencia, su trayectoria y ahora también hemos conocido, sobre todo… bueno, yo, que me intereso por conocer de la realidad de Latinoamérica y específicamente de Uruguay, he tratado de seguir sus discursos, sus proyecciones y me han parecido muy interesantes, muy valiosas. Te comentaba el otro día que sobre todo cuando se refiere a su compromiso con el pasado y con el futuro, cuando dice cosas como que siempre nos espera mucho más futuro que pasado. Parece muy interesante y muy acertada esa manera de ver la vida.
DV: ¿No lo llegaste a conocer, a Mujica?
SR: No, no.
DV: Sí recuerdo que, lo hablábamos antes de este diálogo grabado, recordábamos que en el 85 tuvimos un encuentro en casa del doctor Jorge Galeano, donde estaban algunos de los rehenes, pero no Mujica. Estaba Henry Engler, que yo te traje un material de él. Estaba Mauricio Rosencof. Bueno, pero fue en aquella primera etapa. Ahora vas a llegar y todos esos nombres forman parte de actividades que van desde la actividad central del gobierno a cosas personales, pero muy valiosas, como las que hace Engler con su actividad científica. Va a ser una experiencia muy nueva.
SR: Qué bien, qué bien.
DV: Así que te esperamos con mucho cariño y con la ansiedad de un público enorme que tenés allá. Vas a tener para rato, para cantar. No te van a dejar ir ¿eh?
SR: Bueno, yo trataré de no irme lo más posible.
DV: Bueno, muchas gracias, Silvio. Hasta Montevideo.
SR: Hasta allí, hasta allí.
DV: Es hora de ficha técnica.
SR (cantando): Quisiera dar vuelta a la rueda
que para en lo mismo:
un simple mortal que se juega
abismo y abismo.
Y, antes de darle al perchero
mis alas de atrezo,
quisiera dejar como fuero
certeza y progreso.
DV: El diálogo que yo tuve con Silvio Rodríguez en La Habana fue pautado por canciones de y por este trovador, versiones casi todas fragmentadas y que oímos en este orden: Trovador antiguo, Dibujo en el agua II, Tonada del albedrío, que oímos en versión completa, El gigante y Segunda cita, que estamos oyendo y que da título a este disco que hemos recorrido en parte.
Hasta la próxima timpaneada, les dice Daniel Viglietti en Radio El Espectador, AM-810. Chao, amigos.
12 comentarios:
Este programa Tímpano, que hacía Daniel para la radio uruguaya, debe haber salido en 2010, después de publicado Segunda Cita, el disco.
LOS PEORES ESCENARIOS
Por Jorge Gómez Barata
Debido a que en la guerra en Ucrania no existe solución militar a la vista y las posibilidades de alcanzar la paz mediante la diplomacia y las negociaciones son remotas, los observadores más responsables temen una escalada que, a mí juicio puede avanzar dos peldaños. ¿Cuáles?
El primero se relaciona con la posibilidad de que la implicación cada vez mayor y directa de Europa y Estados Unidos en el apoyo a Ucrania, incluida la entrega de armamento avanzado, conduzca a la entrada de la OTAN en combate con la consiguiente respuesta rusa que desate una guerra total entre la organización belicista y Ucrania contra Rusia.
Si ese fuera el caso, las acciones militares pudieran trasladarse a territorio ruso en el cual, desde hace más de 80 años no se libran acciones militares y al de varios países de la OTAN que en la anterior guerra fueron ocupados por los nazis. Entonces algunos de ellos fueron liberados por tropas soviéticas que, junto a la coalición aliada, derrotaron a la Alemania nazi.
En un escenario así, la guerra, con todas sus terribles consecuencias pudiera hacerse presente en Alemania, Polonia, Letonia, Lituania y Estonia, Rumania, República Checa y otros países, mientras Estados
Unidos, Gran Bretaña y Canadá, participando a distancia, aportarían armas, dinero y tropas, sin poner en riesgos sus poblaciones ni sus infraestructuras.
Para que tamaña catástrofe ocurra sería necesaria una determinación que Europa puede no tener para tomar parte en una invasión a Rusia, una empresa de proporciones faraónicas. Desatado ese vendaval anunciado por las acciones cada vez más atrevidas de Ucrania sobre territorios rusos fronterizos, llegando incluso a incursiones contra el Kremlin de Moscú y el ataque a infraestructuras rusas vitales como oleoductos, puentes y vías férreas. No sería extraño que alguna de las partes apelara a las armas nucleares.
Aunque inicialmente pudiera tratarse de municiones atómicas tácticas, obviamente el peligro de un conflicto a escala total, bajo las premisas de la destrucción mutua asegurada, se instalaría como la perspectiva más inmediata de un destino que la especie humana no merece y al cual media docena de líderes insensibles pueden conducirla.
No obstante, excluida la solución militar, al apreciar las situaciones que conducen a los peores escenarios, deben considerarse variables que modificarían las ecuaciones. Entre ellas pudieran estar: La sensatez que puede flexibilizar las posiciones y aceptar la idea de un alto al fuego y la negociación, a lo cual pueden contribuir las gestiones de paz que realizan, entre otros, Xi Jinping, presidente de China, Lula y Erdogan, mandatarios de Brasil y Tϋrkiye respectivamente, incluso el papa Francisco.
Entre las variables, incluyo el impacto que puede tener el tema de la guerra en la campaña electoral que ha comenzado en Estados Unidos y no descarto la aparición de fisuras en la alianza atlántica o situaciones
políticas internas en algunos países beligerantes que obliguen los gobiernos respectivos a moderar sus aprestos.
Hasta el momento no se registra ni la más mínima evidencia que en ningún país exista apoyo popular a la guerra.
Ante la complejidad de la situación, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha considerado que de momento no existen condiciones para la paz, con lo cual tira la toalla. Por el contrario, a la propuesta de China, se suman la gestión de cinco presidentes africanos liderados por Sudáfrica y la idea de Lula de formar “Club de Amigos de la Paz” que, aunque difícil de concretar es magnífica. Veremos. Allá
nos vemos.
https://www.poresto.net/opinion/2023/5/17/los-peores-escenarios-384133.html
Caridad Atencio: «Muerto», un poema antologable poco conocido de José Martí
LOS VAN QUE NO FUERON
Por Juan M Ferran Oliva
Si de aniversarios se trata, valga recordar el de mayo 19 de 1970 cuando Fidel anunció que no se cumplirían la meta de los 10 millones. Como es sabido, consistía en producir dicha cantidad de toneladas de azúcar en la zafra de 1990. Había sido anunciada a bombo y platillo. Una consigna machacona enraizó en los medios asegurando que
DE QUE VAN, VAN
Hace 53 años del aciago anuncio.
Todo el país se había puesto en función del propósito. Pareciera que al cumplirla quedarían resueltos todos los problemas de la economía cubana.
En la fecha del anuncio la zafra aún no había concluido, faltaban 20.000 caballerías de caña (268 ha.) por cortar y moler. Pero ya se sabía que no se llegaría a la meta olímpica pregonada.
En agridulce discurso de dos horas se dedicaron tres cuartas partes a realzar la devolución de 11 pescadores que habían sido secuestrados por el enemigo con la bendición de Washington. Era el tema anunciado y la buena noticia. La malla llegó como coda final; los últimos 15 minutos fueron dedicados a la infausta noticia del incumplimiento.
El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones. Esta lo fue, y muy costosa.
En 1968 ingresé en el Ministerio del Azúcar (MINAZ). Fui destinado a un pequeño grupo de investigadores. Como recepción me dieron a leer un fundamentado informe en el que se planteaba una capacidad potencial de alrededor de 8 millones TM en la zafra 1969/1970. Así fue. El entonces ministro –Orlando Borrego- expresó dicho resultado en una reunión con militares de alto rango. Al poco tiempo fue destituido del cargo. Desconozco las razones, pero lo tronaron.
El periodo anterior a 1990 fue escenario del infantilismo revolucionario. Incluso se pretendió llegar al comunismo quemando etapas. Fueron ignoradas las leyes de la economía que tarde o temprano pasa cuentas. Muchas de aquellas lluvias trajeron los actuales lodos.
La catástrofe puso punto final al aquelarre ideológico vivido entre 1966 y 1970. Ya por entonces había quedado casi todo en manos estatales. Se creía que socialismo y nacionalización eran concomitantes. Craso error. En 1968 la ofensiva revolucionaria había confiscado el resto de la economía del país, con la excepción del campesinado tradicional y algunos transportistas privados. No quedaba nada por estatalizar.
A partir de 1970 se inició la evolución con la preparación de las condiciones para pasar al modelo santificado por la URSS, única solución viable dadas las circunstancias. Un alza inusitada en los precios mundiales del azúcar despertó el apetito inversionista dirigido al área capitalista. Fue frenado rozando 1974 por una comisión de ajuste . Finalmente, en 1975 se implantó el modelo de economía centralmente planificada que rigió los 3 quinquenios siguientes.
Los VAN que no fueron... (2 y fin)
El incumplimiento de la obstinada meta fue una derrota moral . Sin embargo resultó válida la intención de incrementar capacidades. En años posteriores se hicieron sentir los resultados con cifras productivas que rondaban los 8 millones. El error consistió en fijarse un propósito olímpico. La gesta fue denominada popularmente zafra de las estrellas pues al frente de cada central se colocó un cuadro político. Los había de la pesca, la mecánica, la química, el Partido, la administración, etc. Por lo general. solo conocían del azúcar que servía para endulzar el café. Muchas tareas importantes fueron afectadas para sumarlas al esfuerzo de los Diez Millones.
Abundaron las anécdotas. Algunas ciertas, otras fantaseadas y anónimas. Corrían de boca en boca. Una de las apócrifas narra que uno de aquellos dirigentes ubicado al frente de un central, se hallaba en el comedor obrero apurando el almuerzo de pie y recostado a una columna. El menú del día incluía fideos. Dos obreros hacían fila. Uno de ellos aquejado de machismo, al enterarse de la carta, expresó con arrogancia:
los hombres machos no comen sopa.
De inmediato el compañero le advirtió que el jefe se hallaba a unos metros ingiriendo, precisamente, caldo. A lo que el engreído añadió:
y si la comen, la comen de pie.
Seguramente los partícipes de aquella carrera guardan memorias verdaderas de su tránsito azucarero. Lo único que ha quedado yace en el ámbito farandulero. Es el nombre de una orquesta que aun sobrevive: LOS VAN VAN.
Y la mordaz memoria de algunos, como la mía.
Dicen que que cuando pasan cosas importantes cada uno recuerda donde estaba y qué hacía. Aquela noche de mayo 19 yo me encontraba en el balconcito del apartamento de Germán Piniella y su familia, escuchando el discurso que ocurría a pocas calles de distancia. En los días anteriores Noel, Pablo y yo habíamos estado cantando sobre un camión del ICAIC, frente a la embajada de EEUU, reclamando la devolución de nuestros pescadores, que habían sido detenidos por fuerzas navales norteamericanas. Recuerdo que Pablo hizo una canción sobre el secuestro.
Una semana después de aquella noche escribí lo siguiente:
A los veintisiete días de mayo del año setenta
un hombre se sube sobre sus derrotas,
pide la palabra
momentos antes de volverse loco.
No es un hombre,
es un malabarista de una generación.
No es un hombre,
es quizás un objeto de la diversión;
un juguete común de la Historia
con un monograma que dice: «bufón».
Ese hombre soy yo.
Pero debo decir que me tocó nacer
en el pasado y que no volveré.
Es por eso que un día me vi en el presente,
con un pie allá donde vive la muerte
y otro pie suspendido en el aire,
buscando lugar,
reclamando tierra del futuro para descansar.
Así estamos yo y mis hermanos,
con un precipicio en el equilibrio
y con ojos de vidrio.
Ahora quiero hablar de poetas,
de poetas muertos y poetas vivos,
de tantos muchachos hijos de esta fiesta
y de la tortura de ser ellos mismos.
Porque hay que decir que hay quien muere
sobre su papel,
pues vivirle a la vida su talla tiene que doler.
Nuestra vida es tan alta ―tan alta―
que para tocarla casi hay que morir,
para luego vivir.
Yo no reniego de lo que me toca,
yo no me arrepiento pues no tengo culpa,
pero hubiera querido poderme jugar
toda la muerte allá, en el pasado,
o toda la vida en el porvenir que no puedo alcanzar.
Y con esto no quiero decir que me pongo a llorar.
Sé que hay que seguir navegando.
Sigan exigiéndome cada vez más,
hasta poder seguir
o reventar.
Buena Fe canta al amor y la reconciliación, afirma el cubano Israel Rojas
Por Armando G. Tejeda
Madrid. Amenazas, difamaciones como que son “terroristas que recaudan fondos para la dictadura en Cuba”, insultos y campañas para boicotear sus actuaciones son algunas de las situaciones que ha sufrido en los días pasados en su visita a España el grupo de trova cubana La Buena Fe.
Su director, Israel Rojas, se mostró contrariado, básicamente porque tanto él como el resto de la agrupación pertenecen a una tradición musical que le canta “al amor, a la reconciliación y a la paz” y por eso no entienden tanto odio y crispación en su contra, sólo por no asumir el ideario de los cubanos en el exilio y mantener su criterio en relación con la situación en la isla.
En entrevista con La Jornada, Rojas explicó los pormenores de esta campaña que están padeciendo y por la que ya les cancelaron dos conciertos.
–¿Por qué esta campaña contra ustedes?
–Hay una serie de plataformas que dominan desde la red el espacio virtual de todo lo que se relaciona con Cuba y que se manejan desde el exterior de la isla con una agenda específica en contra del gobierno cubano. Es un sistema de medios que una de las líneas prioritarias que aplica es el asesinato artístico o civil de cualquier creador que tenga capital artístico o poder de convocatoria al interior del país y que no se oponga al gobierno cubano. Buena Fe ha tenido una posición absolutamente de crítica constructiva con el proceso cubano. No hemos sido, por decirlo de alguna forma, amables con el gobierno, pero también entendemos que esa crítica siempre ha sido para construir y que ni la independencia y soberanía de nuestro pueblo está en juego. Sí estamos comprometidos con la construcción del socialismo, de una sociedad mejor, con el levantamiento del bloqueo y con la necesidad de que entre Cuba y Estados Unidos haya un entendimiento sin condicionamientos.
–Y entiendo que esa postura incómoda al llamado exilio cubano, sobre todo a los sectores más ultras…
–Así es. A partir de ahí nos sitúan en el radar para perpetrar nuestro asesinato mediático, artístico y civil. No hemos cedido a esas presiones y nos negamos a desnaturalizar nuestra música. Hacemos trova y ésta siempre ha estado ligada a los procesos sociales, así que es irracional que alguien que sigue los pasos de Silvio Rodríguez o Pablo Milanés no tenga una opinión propia y se deje callar. Y esos ataques contra nosotros empezaron alrededor de 2010, pero en los años recientes han sido feroces, sobre todo a raíz de la construcción de fenómenos culturales como “Patria y vida” o de toda esa aparente intelectualidad adversa al gobierno cubano en la diáspora o en la isla. De alguna forma quieren demostrar que no hay nadie que apoye al gobierno, y nos atacan porque somos de las pocas agrupaciones que no damos nuestro brazo a torcer. Nuestro espectáculo no es político, no hacemos un concierto militante, de hecho muchas de nuestras canciones tienen alta dosis de crítica a la realidad social cubana. No hacemos loas a Fidel ni a Lenin ni a Evo Morales ni a Hugo Chávez. Hablamos de amor, de reconciliación y de paz.
Buena Fe... (2 y fin)
–Entiendo que el primer boicot que sufren en España es en el concierto de Madrid…
–Así es. Hemos tocado en París, Miami, Ginebra y aquí mismo, en Madrid, lo hemos hecho ocho o nueve veces, y nunca ha habido problema, pero en esta ocasión llegaron tres personas de esos grupos y se pusieron a gritar consignas con su manera de ver el mundo, como “Patria y vida” o “libertad para los presos políticos de Cuba”. No me enteré de lo que pasaba, pues de inmediato se resolvió la situación porque fueron desalojados de la sala de conciertos.
–¿A partir de ahí se intensificó la campaña en su contra?
–Así es. Comenzaron el acoso a cada una de las salas donde teníamos previsto presentarnos, con un ciberacoso insoportable y alguno de los dueños se atemorizó, así que nos cancelaron las actuaciones de Zamora y Salamanca. Pero a raíz de todo esto se inició una campaña de solidaridad que ha provocado que mucha gente nos abra las puertas para dar más conciertos en España.
–¿Qué cree que les molesta tanto de la música que hace su grupo?
–Se sienten traicionados porque dicen que la crítica social que hemos hecho siempre, desde nuestro origen, no es para destruir al gobierno cubano. He dicho que es una aberración pensar que nuestras canciones busquen el colapso social, porque sí queremos la transformación social, pero por una vía pacífica y democrática en los cánones de Cuba, institucional y tranquila, como ya ocurre en el país. A lo mejor me gustaría que el proceso fuera más rápido y que la participación democrática sea más directa, pero nada más.
–¿Y decir esto en Cuba no le ha supuesto ningún problema?
–Jamás. Quizás algún militante de extrema izquierda o comunista ortodoxo se sienta un poco mal, pero nunca me han prohibido una canción, ni he dejado de hacer los conciertos en libertad. Sabemos cantar y lo vamos a hacer donde nos convoquen. Nada ni nadie va a callar nuestra voz.
https://www.jornada.com.mx/notas/2023/05/19/espectaculos/la-buena-fe-canta-al-amor-y-la-reconciliacion-afirma-el-cubano-israel-rojas/?from=homeonline&block=espectaculos&opt=articlelink
AP: Revelan escaneo digital completo del Titanic
Incluye fotos.
Esto que le está pasando a Buena Fe me trae a la memoria algo que escribí hace la bobería de 12 años:
Si no quieres tumbar al gobierno
Si no quieres tumbar al gobierno
nunca esperes justicia por dote.
La mentira cubrirá tus huesos
y habrá perros ladrando tu nombre.
Si no quieres tumbar al gobierno
poco importa que alumbres o sanes.
Da lo mismo que seas honesto
donde odiar es lo más honorable.
Si no quieres tumbar al gobierno
no hagas rap, rocanrol, polonesa.
No se va a publicar tu concierto
ni aunque cante contigo la tierra.
Si no quieres tumbar al gobierno
callarás que no fuiste emigrante.
Sólo existe la cruz del exilio;
cualquier otro dolor es cobarde.
Si no quieres tumbar al gobierno
pagarán tu familia, tus hijos;
te pondrán maquillaje de hierro
y dirán que eres un asesino.
Si no quieres tumbar al gobierno,
da lo mismo que seas García Márquez.
Te caerán toneladas de estiércol,
aunque firmes Miguel de Cervantes.
(2009)
Perdón, 14
Milena Recio: Israel Rojas: “Lo mío es el fuego y no la antorcha”
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