sábado, 23 de diciembre de 2023

Masacre en Gaza y comparaciones que salvan vidas

Por  Maciek Wisniewski

Ya muchos lo han dicho muchas veces: las comparaciones son la manera en que conocemos el mundo. Llegamos a comprender algo nuevo y desconocido al relacionarlo con algo viejo y familiar y ante lo que sabemos actuar. Desde hace 11 semanas los civiles palestinos en Gaza no sólo han estado sufriendo ataques indiscriminados de la máquina militar israelí (bit.ly/4aoz99c) alimentada sin cesar por Estados Unidos –con saldo de más 20 mil muertos, en su mayoría niños y mujeres, decenas de miles de heridos y 2 millones de desplazados–, sino también la “máquina cognitiva global” que hace todo para deshumanizar e invisibilizarlos. Sobre sus cabezas no sólo caen bombas, también palabras –al ser comparados por Israel, por ejemplo, con los “nazis” (bit.ly/3SfQiLx)– y algo incluso más letal que ellas: sus prohibiciones a rebours (bit.ly/486JXHH). Igual ha sido durante las masacres anteriores (bit. ly/3RFLZrk).

Mientras Israel goza de privilegios derivados del sufrimiento del pueblo judío (véase: Norman Finkelstein, The Holocaust Industry, 2000), pudiendo hacer, decir y comparar literalmente todo a todo (que “Palestina libre” es el “nuevo Heil Hitler”, que el lema “desde el río hasta el mar” es “genocidio” (bit.ly/47bZx3e), etcétera), buena parte del mundo está atado por un “manual de buena conducta”, según el cual, hay comparaciones “prohibidas”. Prohibidas porque su aplicación en caso de los palestinos los humanizaría y al mundo lo dotaría de un lenguaje útil para comprender lo que está pasando y de una base firme para llevar a cabo acciones efectivas para detenerlo (el “¡Nunca Más!” aplicado a todos).

Mientras Israel ha ido comunicando sus intenciones en Gaza –hacer inhabitable el enclave, causar el máximo número de muertes sea directa o indirectamente por hambre y enfermedades y expulsar a su población restante al desierto en Sinaí en Egipto, disfrazando todo de “transfer humanitario” (bit.ly/3vhnSr4)–, mezclándolas con mentiras para tapar su limpieza étnica y/o genocidio, comparable a su vez, si bien no con el propio Holocausto, pero sí con otros genocidios coloniales (bit. ly/3ShQ3jq), nosotros, seguimos condenados a ir desglosándolas una y otra vez.

Pero, ¿qué hacer si las “prohibidas” son precisamente las comparaciones adecuadas? Apropiárselas. Usarlas como herramientas de crítica y vías para salvar vidas, porque de lo contrario formarán parte –como eran originalmente– de la máquina de muerte y opresión.

He aquí dos ejemplos: 1. “Campo de concentración”. Cuando Giorgio Agamben comparó a Palestina ocupada con un “campo de concentración”, en referencia a cómo los soldados israelíes, “los guardias en él”, atacaron barcos que iban hacia a Gaza para romper su cerco, las críticas no cesaban. Cuando Norman Finkelstein –cuyos padres sobrevivieron guetos y campos nazis e n Polonia–, preguntó, después de que Hamas traspasara la valla del “campo Gaza”, si los guardias en los campos de concentración “tenían el derecho a defenderse” –en alusión a la principal justificación de la operación punitiva israelí–, las críticas no cesaban. Cuando José Saramago comparaba Gaza con “Auschwitz”, las críticas no cesaban. Pero cuando un político israelí propuso hoy que Gaza quedara “permanentemente vaciada y arrasada”, “convertida en museo como Auschwitz” y que los refugiados de allí fueran enviados por la marina israelí a los campos en Líbano (bit.ly/48eFTVW), nadie dijo nada.

2. “Gueto”. Cuando Zygmunt Bauman comparaba el muro de apartheiden Cisjordania con el “muro de gueto de Varsovia”, las críticas no cesaban. Cuando Masha Gessen –cuyo bisabuelo contrabandeó armas para levantamiento en el gueto de Białystok (cualquier analogía con Gaza es, desde luego, prohibida)–, acaba de comparar a Gaza con los “guetos nazis”, escribiendo que, hoy, el gueto allí, tal como en su momento los guetos de Varsovia o Białystok “estaba siendo liquidado” (bit.ly/3TCUCFG), las críticas no cesaban. Casi se canceló la entrega del Premio Hannah Arendt que Gessen ganó hace unos meses; la misma Arendt que –una comparación que hoy causaría un Armagedón–, después de la masacre de palestinos en Deir Yassin (1948) por milicianos sionistas pertenecientes a un predecesor del partido Likud de Netanyahu −que, de hecho, en su estatuto de los 70 sí habla de “establecer la supremacía judía ‘desde el río hasta el mar’”−, los comparó con los “nazis”.

Gessen no ha inventado nada (y así lo ha reconocido). En el mismo contexto, la misma comparación hizo, por ejemplo, Ilan Pappé (bit.ly/3v3N5VU), pero no era “provocación”, sino afán de encontrar analogía más apropiada, ya que la metáfora de “cárcel al aire abierto” le parecía insuficiente; y “gueto” (espacio asilado, sobrepoblado por gente empobrecida, controlada, pero no gobernada por los que construyeron la valla alrededor de él), mucho más adecuada. En efecto, es lo que han construido los israelíes (o “guetocampo”, si aceptamos a Agamben). Y en efecto, es lo que están liquidando cuando se vieron incapaces de controlarlo (tal como pensaban Netanyahu et al.).

La mayor diferencia entre Gaza y los guetos judíos en Europa ocupada –añadía Gessen– es que la mayoría de los habitantes de Gaza todavía está viva y el mundo aún puede hacer algo al respecto (bit.ly/3RTKOpi). Por eso, para salvar vidas, a pesar de las críticas y prohibiciones, comparemos. Tal como la misma Gessen y otros hace unos años comparaban los centros de detención estadunidenses para migrantes con “campos de concentración”. Para entender. Para llevar a cabo acción, para detener lo que ya está pasando y evitar lo que aún puede pasar.

https://www.jornada.com.mx/noticia/2023/12/23/opinion/masacre-en-gaza-y-comparaciones-que-salvan-vidas-807

5 comentarios:

silvio dijo...

ONU: Avala Washington acuerdo solo para ayuda humanitaria en Gaza

Nueva York y Washington. El gobierno de Joe Biden finalmente permitió que el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) apruebe una resolución sobre Palestina, pero obligó a que se retirara todo texto que se refiriera a un cese el fuego o a una pausa, y la resolución únicamente llama a agilizar la entrega de ayuda humanitaria en Gaza –pero ni aún así votó a favor, sino que se abstuvo, aunque con ello permitió que se aprobara un pronunciamiento desde el seno de las Naciones Unidas después de vetar intentos anteriores.

El autoproclamado líder mundial en asuntos de democracia, derechos humanos y seguridad, que sigue usando la frase de nación indispensable, rehusa reconocer que, por lo menos en torno a este tema, es el país paria y aislado, con el mundo negándose a reconocer su liderazgo.

El voto en el Consejo de Seguridad se había postergado un par de veces esta semana para buscar una fórmula que complaciera a Estados Unidos, y la condición principal era no aceptar nada en torno a un cese el fuego ni un freno sobre la ofensiva militar de Israel contra la franja de Gaza. Washington se abstuvo mientras 13 de los 15 miembros del Consejo sufragaron a favor. Rusia también se abstuvo. Y la demora y el texto final sin mención de una pausa ocurrió mientras se registraba que el saldo mortal de la guerra de Israel contra Gaza había superado 20 mil civiles.

En la ocasión anterior en que se intentó votar una resolución a favor de un cese el fuego en el Consejo de Seguridad, Washington emitió el único voto en contra (hasta su aliado europeo más cercano, Gran Bretaña, sólo se abstuvo).

Manejar el tema de los crímenes de guerra

Joe Biden efectivamente se está encargando de cómo manejar el tema de los crímenes de guerra para Israel, comentó Trita Parsi, vicepresidente ejecutivo y analista del Quincy Institute en Washingtonal comentar sobre el voto de ayer en el Consejo, subrayando que la resolución queda casi sin significado.

Los cambios que impuso Biden ayudarán a asegurar que la matanza de Israel continúe mientras minimiza la mirada de la ONU sobre lo que cada vez más parece un genocidio.

Mientras, el aislamiento internacional de Washington sobre este tema ha quedado registrado en la Asamblea General, donde tres cuartas partes de los países miembros votaron a favor de un cese el fuego, dejando a Estados Unidos –junto con Israel y otros ocho países– como los únicos en contra.

Y, minado su credibilidad ya bastante erosionada con la supuesta postura oficial de la Casa Blanca a favor de una solución de dos estados y en la que el propio Biden declaró a fines de octubre que su gobierno permanece comprometido con el derecho de autodeterminación, votó en contra de otra reciente resolución que sólo reafirma el derecho a la autodeterminación de Palestina.

La votación realizada el pasado martes fue: 172 a favor y sólo cuatro en contra (Estados Unidos, Israel, Micronesia y Nauru) –no se puede estar más aislado en el planeta respecto de un asunto relevante.

silvio dijo...

ONU: Avala… (2)

Postura oficial divide a estadunidenses

La postura oficial de la Casa Blanca tampoco funciona políticamente en casa, donde la guerra de Israel en Gaza divide al electorado, pero donde los que oponen a que Washington apoye la guerra en el enclave palestino está generando repudio entre algunos sectores electorales claves para Biden. Casi tres cuartas partes de los sufragantes de entre 18 y 29 años de edad –un segmento que tiende a votar por los demócratas– desaprueban la manera en que Biden maneja el conflicto, según una encuesta reciente de The New York Times. Y la ira contra la política de Biden entre los sectores árabe-estadunidenses, entre otros, podría jugar un papel crítico en ciertos estados determinantes para la elección presidencial del 4 de noviembre.

A la vez, la estrategia de espaldarazo incondicional a Israel contra los palestinos nutre un nuevo movimiento que exige un cese el fuego y denuncia la complicidad del gobierno de Biden en lo que llaman genocidio. No ha pasado semana sin que se manifiesten expresiones de protesta, actos de desobediencia civil, interrupciones de eventos, bloqueos de carreteras y más, alrededor de Estados Unidos, con notables esloganes de nuevas alianzas de judíos y árabes estadunidenses junto con amplia gama de aliados en símbolo de paz.

En Nueva York, activistas llegaron a las afueras de la principal organización sionista judía de cabildeo, Aipac, donde proyectaron sobre su fachada los montos de dinero que han donado a líderes legislativos demócratas, incluyendo al de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, y al de la minoría de ese partido en la Cámara baja, Hakeem Jeffries, entre otros.

Al mismo tiempo, se están sumando otros sectores al movimiento contra la guerra de Israel y el apoyo estadunidense, los cuales también son estratégicos para Biden en el terreno electoral, como el sindicato nacional automotriz, UAW. Shawn Fain, el nuevo dirigente del UAW, quien encabezó una de las huelgas más grandes y exitosas este año, proclamó ante un grupo de legisladores: “El único camino hacia la paz y la justicia social es un cese el fuego.

“Nosotros, los sindicalistas, sabemos que tenemos que luchar por todos los trabajadores y los que sufren alrededor del mundo… Eso implica que tenemos que restaurar los derechos básicos de agua, alimento, combustible y asistencia humanitaria en Gaza… Llamo al resto del movimiento laboral a que se sume en esta misión por la paz y la justicia social por toda la humanidad”, declaró Fain durante el evento en Washington.

silvio dijo...

ONU: Avala…(3 y fin)

Crece la oposición a la guerra

Otros sindicatos han respondido con solidaridad, y participaron en ese mismo evento representantes del sindicato electricista UE y el gremio de los trabajadores del servicio postal. En una creciente red nacional de agremiados a favor de un cese de las hostilidades, se han integrado secciones locales y estatales de diversos gremios obreros, incluyendo del magisterio, conductores, de servicios y más.

Un creciente número de artistas y músicos famosos siguen agregando iniciativas en las recientes semanas llamando al gobierno estadunidense a promover el alto el fuego inmediato, entre ellos: Joaquin Phoenix, Cate Blanchett, Jon Stewart, Susan Sarandon, Patti Smith, John Cusack, Alfonso Cuaron, Ani DiFranco, Annie Lennox, Ben Affleck, Bradley Cooper, Dua Lila, Peter Gabriel, Oscar Isaac, Tom Morello, Michael Shannon, Michael Moore, Mark Ruffalo, Viggo Mortensen, Marisa Tomei, Tony Kushner.

Además de Lupita Nyong’o, Jim Jarmusch, Jennifer Lopez, Rosario Dawson, Alan Cumming, Zack de la Rocha , entre otros (https://www.artists4ceasefire.org/ y https://musiciansforpalestine.net/2023-letter/)

Con la cancelación de las festividades navideñas en Belén anunciadas por las autoridades religiosas de la cuna del palestino-judío con nombre de Jesús, a causa de la matanza en Gaza, los disidentes estadunidenses, junto con millones más alrededor del mundo, intentan rescatar con sus gritos y protestas algo del mensaje navideño de paz.

https://www.jornada.com.mx/noticia/2023/12/23/mundo/onu-avala-washington-acuerdo-solo-para-ayuda-humanitaria-en-gaza-7237

silvio dijo...

El trabajo anterior es obra de David Brooks y Jim Cason

silvio dijo...

Cuanto lo lamento…

Fallece Cristina Pacheco, periodista y colaboradora de 'La Jornada'

21 de diciembre de 2023 13:23
Ciudad de México. 21 de diciembre de 2023. Cristina Romo Hernández, mejor conocida como Cristina Pacheco, falleció este jueves a los 82 años, un par de semanas después de que la periodista anunció su retiro de la vida pública debido a problemas de salud. Considerada una de las figuras claves para comprender parte de la cultura mexicana del más reciente siglo, la también editora y colaboradora de La Jornada, donde publicó durante más de 30 años su columna Mar de Historias, nació el 13 de septiembre de 1941 en San Felipe Torres Mochas, Guanajuato, y fue esposa del reconocido escritor José Emilio Pacheco. Si algún rasgo la caracterizó fue el dar voz y recoger mediante la entrevista los testimonios de la gente, sus preocupaciones, costumbres, infatigables luchas y su eterna esperanza.