EN BELÉN SE HA CANCELADO LA NAVIDAD Bel Trew / The Independent
Belén. La plaza Manger de Belén es un estacionamiento fantasma. Las calles que la rodean sólo son ruinas de casas. En el centro, la iglesia de la Natividad, a la que se rinde culto como lugar de nacimiento de Jesucristo y es visitada por más de un millón de peregrinos cada año, está virtualmente vacía.
La única señal de vida es el llamado de las campanas a una misa a la que nadie acudirá. Una de las ciudades más sagradas de la cristiandad está en duelo profundo y doloroso.
Nunca hemos visto a Belén así, comenta el padre Issa Thaljieh, el párroco griego ortodoxo de la iglesia, mientras otros sacerdotes musitan plegarias al fondo.
Por lo regular, poco antes de Navidad, la plaza central de Cisjordania ocupada debe estar coronada por un árbol deslumbrante, cerca de un Nacimiento monumental. Niños y niñas exploradoras entonan canciones navideñas en inglés y árabe.
Miles de fieles cancelaron su viaje religioso
Miles de visitantes de todo el planeta se agolparían en la ciudad en una enorme fila para visitar la gruta y rendir tributo al lugar donde se dice que Jesús nació. Pero este año, con una guerra devastadora en Gaza, no hay nada de eso. Los militares israelíes también han cerrado el principal puesto de revisión a la entrada de Belén, aduciendo razones de seguridad para evitar el acceso a la ciudad famosa para muchos palestinos.
Y así, se ha cancelado la Navidad.
No podemos celebrar cuando muchos nos sentimos tristes y atemorizados por lo que ocurre en Gaza, comenta el padre Thalijeh. Expresa preocupación por sus parroquianos en el minúsculo enclave sitiado, quienes ahora se concentran temblando de miedo en las iglesias católicas y ortodoxas de la ciudad de Gaza, bajo el bombardeo israelí más intenso en la historia.
“Este año, dijimos: es mejor juntarnos, unirnos en oración… no podemos celebrar. Todo lo que podemos hacer es enviar un mensaje, el mismo que ha salido de aquí desde que Jesús nació, uno de paz y amor.”
Detrás de él, preparándose para la misa, el padre Spiridon, de 75 años, también griego ortodoxo, está de acuerdo. Llevo 54 años aquí. Nunca había visto una Navidad como ésta, ni siquiera con el covid. Nadie puede entrar, lamenta mientras un puñado de locales encienden velas en el fondo.
La Navidad se trata de amor y paz y ése es nuestro mensaje: debemos tener paz en Tierra Santa.
Israel ha impuesto un estado de sitio paralizante y un feroz bombardeo aéreo sobre Gaza en represalia por el ataque de Hamas el 7 de octubre dentro del territorio israelí, en el que militantes mataron a mil 200 personas y capturaron 240 rehenes. Desde entonces, el ministerio de Salud de Gaza, gobernada por Hamas, afirma que los ataques israelíes han dado muerte a más de 20 mil palestinos, de los cuales tres cuartas partes eran mujeres y niños. 85 por ciento de los 2.3 millones de residentes han sido desplazados y viven con acceso decreciente a comida, agua y suministros médicos.
El grupo militante palestino informó ayer que más de 200 habitantes murieron en las 24 horas previas al reporte por los incesantes bombardeos y la operación terrestre. Los ataques aéreos de antier arrasaron una vivienda en ciudad de Gaza, donde 76 personas de la familia Al Mughrabi perdieron la vida, informó la agencia noticiosa Ap.
A la par, la violencia ha estallado en Cisjordania ocupada, donde la Autoridad Palestina –dominada por los rivales de Hamas, Fatah– tiene una autonomía limitada. En las semanas pasadas, Israel ha efectuado incursiones frecuentes y devastadoras en ciudades esenciales, acciones que según los militares son operaciones de contraterrorismo. Insisten en que su objetivo son grupos militantes armados, incluyendo los afiliados con Hamas.
Desde el 7 de octubre, fuerzas israelíes han matado a 291 palestinos en Cisjordania reocupada, entre ellos 75 niños, con lo que 2023 ha sido el año más letal para los palestinos de esa zona desde que Naciones Unidas empezó a llevar la cuenta de las bajas, en 2005. De los muertos, al menos ocho fueron asesinados por colonos israelíes, cuya violencia ha ido en aumento, según grupos de derechos humanos. Cuatro israelíes, entre ellos tres miembros de las fuerzas armadas, han perecido en ataques de palestinos en Cisjordania reocupada.
También hay un número sin precedente de arrestos en ese territorio, de acuerdo con grupos palestinos e israelíes que dan seguimiento a los prisioneros, de los cuales miles están en detención administrativa, lo que significa que no se les ha acusado ni enjuiciado, y estarán cautivos de manera potencialmente indefinida.
Como parte de la represión, el ejército ha cerrado buena parte de Cisjordania, eliminando los puntos de revisión que son a su vez los únicos lugares de cruce. Esto, según pobladores locales, significa que los cristianos palestinos en Israel y otras partes de Cisjordania no pueden siquiera visitar Belén para orar en Navidad. No sabemos cuánto tiempo durará esto y qué ocurrirá en Cisjordania si la guerra en Gaza termina, comenta Shukri, un cristiano que es guía de turistas en Belén. En Navidad, este hombre de 52 años estaría normalmente llevando visitantes de todo el mundo a recorrer las vistas notables de la ciudad.
Se preocupa de que, aun si hubiera un cese el fuego en Gaza, en Cisjordania podría estallar la guerra eventualmente si aumentan las incursiones y arrestos en las ciudades. Si siguen presionando a la gente, explotará. Si arrinconamos a alguien y lo seguimos empujando, reaccionará y hará algo, señala.
Muchos en Belén tienen familiares en Gaza, a los que no pueden ayudar. Esos parientes han dicho a The Independent que temen la total extinción de la comunidad cristiana en Gaza, de unas mil personas, si las iglesias donde la mayoría de ellas se esconden continúan siendo bombardeadas.
Casi todos los cristianos de Gaza están atrapados en dos iglesias en la parte norte de la franja sitiada: el templo de la Sagrada Familia, único católico en Gaza, y la iglesia ortodoxa de San Porfirio. Las dos están separadas por 3 kilómetros. La ciudad de Gaza ha sido uno de los puntos focales en la misión israelí para eliminar a Hamas. Los tanques se acercan accionando sus cañones cada tanto, la comida y el agua se acaban. La semana pasada, líderes religiosos aseguraron que dos mujeres fueron abatidas a sangre fría por francotiradores israelíes. Nahida, abuela con 15 nietos, y su hija Samar, de 49 años– murieron cuando trataban de cruzar un patio para ponerse en lugar seguro. Los militares israelíes han negado responsabilidad en el hecho y afirman que protegen las iglesias. Un vocero del Ministerio israelí del Exterior afirmó el domingo que el incidente está en revisión.
Familiares de Nahida y Samar en Belén comentaron a The Independent que no habían podido sacarlas de Gaza.
En toda Belén, las familias están pegadas a las pantallas de televisión para saber noticias de sus seres amados en la franja. No hay lugar seguro en Gaza, y el norte es el más espantoso, expresa George, de 31 años, cuyos padres están atrapados en la iglesia donde Nahida y Samar fueron abatidas, y que pide proteger su identidad.
Todo lo que podemos hacer es orar, añade Shireen Awwad, jefe del Colegio Bíblico de Belén, quien también tiene familiares atrapados en la misma iglesia.
Sami Awad, quien es activista por la paz y director del Fondo de Tierra Santa en Beit Jala, junto a Belén, consuela a su madre, Amal, de 83 años, quien apenas puede hablar y se sienta envuelta en una sábana. Él se pasa el día observando obsesivamente la televisión, por si hay alguna noticia de su hermana y su hermano, atorados en Gaza..
Sami dice que su familia vivía en el barrio Rimal, uno de los más golpeados en los bombardeos israelíes. Su tía May, quien es sorda y ciega, no había salido de su casa en 25 años, incluso en las guerras anteriores. El bombardeo fue tan intenso, que por primera vez sus parientes tuvieron que moverla. Temerosa y confundida, gritaba cuando la sacaron de su casa.
Es el único lugar que ella conoce. Fue terrible para ella, pero, ¿qué podían hacer?, señala Sami. La familia terminó siendo desplazada en múltiples ocasiones a medida que el bombardeo se acercaba. Ahora viven en un bloque improvisado de concreto junto con 30 personas en una habitación sin agua ni electricidad.
No llores mucho si me matan
Me siento impotente. En algún momento mi tío me dijo que no llore mucho si los matan, que sería un acto de piedad, ya que sus vidas son tan desdichadas. Eso me quebró, añade después de una pausa.
De nuevo en la iglesia de la Natividad, los clérigos dicen que el mundo necesita hacer más para poner fin a la guerra antes de que el número de muertos siga creciendo. “Necesitamos que todo el mundo abra los ojos y los corazones para apoyarnos, no sólo con sus oraciones… no sólo con ayuda”, expresa el padre Thaljieh, mientras una misa sin fieles comienza en el fondo.
Necesitamos actos concretos. Necesitamos un cese el fuego, necesitamos paz.
El lunes, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, anunció que Washington encabezará una coalición de 10 países contra las autoridades hutíes de Yemen, quienes han puesto en jaque el comercio internacional mediante ataques contra cargueros y otros navíos que tengan bandera de Israel, se dirijan a ese país o sean propiedad de israelíes, hasta que Tel Aviv permita la entrada de ayuda humanitaria a la franja de Gaza.
La intervención yemení en el conflicto que se desarrolla en Medio Oriente ha supuesto un fuerte golpe a los planes de Israel y sus aliados para exterminar a la población palestina. Yemen, ubicado en la esquina suroccidental de la península arábiga, posee las condiciones para interrumpir el tráfico marítimo en el estrecho de Bab el-Mandeb, paso obligado para las embarcaciones que usan el Canal de Suez, por donde transita 10 por ciento del comercio global. Bastó con que las milicias hutíes atacaran 10 barcos para que cuatro de las cinco mayores compañías navieras del planeta cancelaran todas sus operaciones en la zona, lo que supone un desvío de varios días en rodear África. Como los hutíes no atacan a los buques rusos ni chinos, su irrupción en el tablero geopolítico supone un golpe múltiple para los intereses occidentales: encarece su comercio, refuerza la posición de sus principales competidores, trae de vuelta un desquiciamiento de las cadenas de suministro que tantos quebraderos de cabeza causó durante los últimos dos años, debilita económicamente a Israel, y obliga al bloque leal a Washington a estirar todavía más unas capacidades militares que ya se encuentran exhaustas por la entrega de armamento a Kiev y Tel Aviv.
Pese a la bravuconería con que el gobierno de Joe Biden ha anunciado su Operación Guardián de la Prosperidad en el Golfo de Adén y el mar Rojo, lo cierto es que hasta ahora no ha lanzado ningún ataque directo contra la milicia yemení. A lo largo de la semana se ha especulado que Estados Unidos sencillamente no cuenta con las capacidades para ampliar sus despliegues bélicos, y las dificultades también se reflejan en declaraciones como la del jueves, cuando el Pentágono afirmó que contaba con el respaldo de 20 países, pero se abstuvo de nombrarlos. Hasta ahora, todo indica que, a excepción de Baréin, ningún Estado árabe se sumará a la coalición, aunque nominalmente muchos de ellos son aliados cercanos de Washington.
La decisión de Biden de responder al desafío yemení con el envío de barcos de combate es el peor de los caminos posibles. Amenaza con dar dimensiones regionales e incluso globales a un conflicto local, y para colmo lo hace en defensa de un régimen neofascista que lleva adelante un genocidio contra una población inerme. Resulta especialmente deplorable que la superpotencia se muestre dispuesta a iniciar una Tercera Guerra Mundial por complicidad con Israel en la misma semana en que dos grandes medios estadunidenses sin ninguna sospecha de simpatías hacia los palestinos revelaron que las fuerzas armadas israelíes lanzaron de manera sistemática bombas del más alto poder en las áreas hacia las que ellos mismos ordenaron el desplazamiento de civiles. Fue también la semana en que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, denunció que 136 trabajadores de las Naciones Unidas fueron asesinados en Gaza en sólo 75 días, la mayor masacre de personal del organismo en toda su historia. Asimismo, es probable que mientras se leen estas líneas se haya alcanzado la macabra cifra de 100 periodistas asesinados en menos de tres meses. Nunca, en ningún país, se ha eliminado a tantos comunicadores en un año completo.
Detener toda esta barbarie no requiere que la administración demócrata derroche cientos o miles de millones de dólares en patrullar un área localizada a 11 mil kilómetros de sus costas, ni que arriesgue la vida de sus militares y su menguante credibilidad en el empeño de abrir un nuevo frente de guerra. Basta con que frene las remesas de armas y dinero a su aliado criminal de guerra Benjamin Netanyahu, y con que deje de bloquear todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que llaman a un cese al fuego en una matanza cuyas víctimas son, de manera abrumadora, mujeres y niños.
AFP: La guerra arrecia en Gaza y ensombrece la Nochebuena de Belén
Territorios Palestinos. Las operaciones militares israelíes contra Hamas se intensificaron el domingo en la franja de Gaza, en una espiral de violencia en ese territorio palestino que ensombreció la Nochebuena en Belén, situada en Cisjordania ocupada.
Los bombardeos prosiguieron sin descanso a lo largo del asediado y estrecho territorio palestino. El humo se elevaba sobre Jan Yunis (sur) y una potente explosión, grabada por la AFP desde el sur de Israel, sacudiót el centro de la Franja.
"La guerra será larga", advirtió el primer ministro israeli, Benjamin Netanyahu, tras rendir un homenaje a los 153 soldados muertos desde el inicio de la ofensiva terrestre en Gaza el 27 de octubre. El ejército anunció poco después la muerte de otro soldado.
"Estamos pagando un alto precio por la guerra, pero no hay más opción que seguir luchando", añadió el dirigente nacionalista ante los miembros de su gobierno.
El conflicto se desencadenó el 7 de octubre tras una incursión de milicianos islamistas que mataron a unas mil 140 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en datos israelíes. Los comandos también secuestraron a unas 240 personas, de las cuales 129 siguen cautivas en Gaza.
En respuesta, Israel prometió "aniquilar" a Hamas y lanzó una ofensiva terrestre y aérea contra el territorio palestino de cerca de 2,4 millones de habitantes, gobernado por Hamas desde 2007.
Según Hamas, considerado como organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, la ofensiva israelí ya se cobró la vida de 2 mil 424 personas, en su mayoría mujeres y niños.
"Nuestro pueblo está muriendo"
A unas horas de Nochebuena, la tristeza predominaba en Belén, la ciudad donde nació Jesús según la tradición cristiana, situada en Cisjordania, una región ocupada por Israel desde 1967,
Los cristianos palestinos -- unos 50 mil, de los cuales cerca de mil viven en Gaza -- tienen la atención puesta en la guerra y la alcaldía de Belén canceló gran parte de las celebraciones.
"Es difícil celebrar algo en un momento en que nuestro pueblo está muriendo", dijo a AFP Nicole Najjar, una estudiante de 18 años entrevistada en una plaza del Pesebre desierta.
El Patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, afirmó al llegar a Belén que "el mensaje de Navidad no es la violencia, sino la paz".
"Queremos la paz, sobre todo para los palestinos que la esperan desde hace demasiado tiempo",as de mortero, cientos de granadas y material de inteligencia".
La situación humanitaria en la Franja de Gaza, asediada completamente por Israel desde el 9 de octubre, es catastrófica. La mayoría de los hospitales están fuera de servicio y la población enfrenta altos niveles de inseguridad alimentaria, según la ONU.
En Rafah, ciudad del sur fronteriza con Egipto, algunos palestinos lloraban a sus familiares muertos.
"¿Dónde está la victoria de la que hablan? No se ha hecho nada salvo matar civiles", lamentó Um Amir Abu al Awf, herido en la mano y la pierna por un bombardeo contra su casa en Tel al Sultan, al oeste de Rafah.
Estados Unidos sigue expresando un férreo apoyo a su histórico aliado Israel, aunque insiste cada vez más para que baje la intensidad de su ofensiva ante las muertes de civiles.
Los mediadores egipcios y cataríes tratan de negociar una nueva tregua, después de que un acuerdo a finales de noviembre permitiese el cese de los combates durante una semana y la liberación de 105 rehenes retenidos en Gaza a cambio de la 240 palestinos presos en Israel.
Según una fuente de la Yihad Islámica, el líder de este grupo palestino aliado de Hamas, llegó a El Cairo con una delegación para conversar sobre la detención de "la agresión sionista" y el "canje de presos".
En el norte de Gaza, el ejército israelí anunció que descubrió "un depósito de armas adyacente a escuelas, una mezquita y un centro médico", que contenía "cinturones explosivos adaptados para niños, docenas de granadas de mortero, cientos de granadas y material de inteligencia".
"A cambio de un poco de comida"
Cerca del 80 por ciento de los 2,4 millones de habitantes de Gaza se ha visto desplazado por los combates, según la ONU.
Pese a la resolución aprobada el viernes por el Consejo de Seguridad de la ONU, que pedía a Israel autorizar el envío "inmediato, seguro y sin obstáculos" de ayuda vital a Gaza "a gran escala", no se ha producido un aumento significativo de las entregas.
Ante la insistencia de Washington, la resolución no incluyó el término "alto el fuego", limitándose a abogar por "crear las condiciones para un cese duradero de las hostilidades".
"Para que la ayuda llegue a quienes la necesitan, para que los rehenes sean liberados, para evitar nuevos desplazamientos y, sobre todo, para poner fin a la devastadora pérdida de vidas humanas, la única salida es un alto el fuego humanitario", declaró el domingo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.
En Rafah, donde cientos de miles de desplazados se refugiaron en campos improvisados, la población lucha por conseguir las insuficientes raciones de alimentos.
La resolución de la ONU "refuerza la decisión de Israel de matar a más civiles y prolonga la guerra contra este pueblo a cambio de un poco de comida", criticó Rami al Jalut, un habitante del norte de Gaza desplazado hasta Rafah.
9 comentarios:
EN BELÉN SE HA CANCELADO LA NAVIDAD
Bel Trew / The Independent
Belén. La plaza Manger de Belén es un estacionamiento fantasma. Las calles que la rodean sólo son ruinas de casas. En el centro, la iglesia de la Natividad, a la que se rinde culto como lugar de nacimiento de Jesucristo y es visitada por más de un millón de peregrinos cada año, está virtualmente vacía.
La única señal de vida es el llamado de las campanas a una misa a la que nadie acudirá. Una de las ciudades más sagradas de la cristiandad está en duelo profundo y doloroso.
Nunca hemos visto a Belén así, comenta el padre Issa Thaljieh, el párroco griego ortodoxo de la iglesia, mientras otros sacerdotes musitan plegarias al fondo.
Por lo regular, poco antes de Navidad, la plaza central de Cisjordania ocupada debe estar coronada por un árbol deslumbrante, cerca de un Nacimiento monumental. Niños y niñas exploradoras entonan canciones navideñas en inglés y árabe.
Miles de fieles cancelaron su viaje religioso
Miles de visitantes de todo el planeta se agolparían en la ciudad en una enorme fila para visitar la gruta y rendir tributo al lugar donde se dice que Jesús nació. Pero este año, con una guerra devastadora en Gaza, no hay nada de eso. Los militares israelíes también han cerrado el principal puesto de revisión a la entrada de Belén, aduciendo razones de seguridad para evitar el acceso a la ciudad famosa para muchos palestinos.
Y así, se ha cancelado la Navidad.
No podemos celebrar cuando muchos nos sentimos tristes y atemorizados por lo que ocurre en Gaza, comenta el padre Thalijeh. Expresa preocupación por sus parroquianos en el minúsculo enclave sitiado, quienes ahora se concentran temblando de miedo en las iglesias católicas y ortodoxas de la ciudad de Gaza, bajo el bombardeo israelí más intenso en la historia.
“Este año, dijimos: es mejor juntarnos, unirnos en oración… no podemos celebrar. Todo lo que podemos hacer es enviar un mensaje, el mismo que ha salido de aquí desde que Jesús nació, uno de paz y amor.”
Detrás de él, preparándose para la misa, el padre Spiridon, de 75 años, también griego ortodoxo, está de acuerdo. Llevo 54 años aquí. Nunca había visto una Navidad como ésta, ni siquiera con el covid. Nadie puede entrar, lamenta mientras un puñado de locales encienden velas en el fondo.
La Navidad se trata de amor y paz y ése es nuestro mensaje: debemos tener paz en Tierra Santa.
Israel ha impuesto un estado de sitio paralizante y un feroz bombardeo aéreo sobre Gaza en represalia por el ataque de Hamas el 7 de octubre dentro del territorio israelí, en el que militantes mataron a mil 200 personas y capturaron 240 rehenes. Desde entonces, el ministerio de Salud de Gaza, gobernada por Hamas, afirma que los ataques israelíes han dado muerte a más de 20 mil palestinos, de los cuales tres cuartas partes eran mujeres y niños. 85 por ciento de los 2.3 millones de residentes han sido desplazados y viven con acceso decreciente a comida, agua y suministros médicos.
El grupo militante palestino informó ayer que más de 200 habitantes murieron en las 24 horas previas al reporte por los incesantes bombardeos y la operación terrestre. Los ataques aéreos de antier arrasaron una vivienda en ciudad de Gaza, donde 76 personas de la familia Al Mughrabi perdieron la vida, informó la agencia noticiosa Ap.
A la par, la violencia ha estallado en Cisjordania ocupada, donde la Autoridad Palestina –dominada por los rivales de Hamas, Fatah– tiene una autonomía limitada. En las semanas pasadas, Israel ha efectuado incursiones frecuentes y devastadoras en ciudades esenciales, acciones que según los militares son operaciones de contraterrorismo. Insisten en que su objetivo son grupos militantes armados, incluyendo los afiliados con Hamas.
En Belén …(2)
El año más letal en Palestina
Desde el 7 de octubre, fuerzas israelíes han matado a 291 palestinos en Cisjordania reocupada, entre ellos 75 niños, con lo que 2023 ha sido el año más letal para los palestinos de esa zona desde que Naciones Unidas empezó a llevar la cuenta de las bajas, en 2005. De los muertos, al menos ocho fueron asesinados por colonos israelíes, cuya violencia ha ido en aumento, según grupos de derechos humanos. Cuatro israelíes, entre ellos tres miembros de las fuerzas armadas, han perecido en ataques de palestinos en Cisjordania reocupada.
También hay un número sin precedente de arrestos en ese territorio, de acuerdo con grupos palestinos e israelíes que dan seguimiento a los prisioneros, de los cuales miles están en detención administrativa, lo que significa que no se les ha acusado ni enjuiciado, y estarán cautivos de manera potencialmente indefinida.
Como parte de la represión, el ejército ha cerrado buena parte de Cisjordania, eliminando los puntos de revisión que son a su vez los únicos lugares de cruce. Esto, según pobladores locales, significa que los cristianos palestinos en Israel y otras partes de Cisjordania no pueden siquiera visitar Belén para orar en Navidad. No sabemos cuánto tiempo durará esto y qué ocurrirá en Cisjordania si la guerra en Gaza termina, comenta Shukri, un cristiano que es guía de turistas en Belén. En Navidad, este hombre de 52 años estaría normalmente llevando visitantes de todo el mundo a recorrer las vistas notables de la ciudad.
Se preocupa de que, aun si hubiera un cese el fuego en Gaza, en Cisjordania podría estallar la guerra eventualmente si aumentan las incursiones y arrestos en las ciudades. Si siguen presionando a la gente, explotará. Si arrinconamos a alguien y lo seguimos empujando, reaccionará y hará algo, señala.
Muchos en Belén tienen familiares en Gaza, a los que no pueden ayudar. Esos parientes han dicho a The Independent que temen la total extinción de la comunidad cristiana en Gaza, de unas mil personas, si las iglesias donde la mayoría de ellas se esconden continúan siendo bombardeadas.
Casi todos los cristianos de Gaza están atrapados en dos iglesias en la parte norte de la franja sitiada: el templo de la Sagrada Familia, único católico en Gaza, y la iglesia ortodoxa de San Porfirio. Las dos están separadas por 3 kilómetros. La ciudad de Gaza ha sido uno de los puntos focales en la misión israelí para eliminar a Hamas. Los tanques se acercan accionando sus cañones cada tanto, la comida y el agua se acaban. La semana pasada, líderes religiosos aseguraron que dos mujeres fueron abatidas a sangre fría por francotiradores israelíes. Nahida, abuela con 15 nietos, y su hija Samar, de 49 años– murieron cuando trataban de cruzar un patio para ponerse en lugar seguro. Los militares israelíes han negado responsabilidad en el hecho y afirman que protegen las iglesias. Un vocero del Ministerio israelí del Exterior afirmó el domingo que el incidente está en revisión.
Familiares de Nahida y Samar en Belén comentaron a The Independent que no habían podido sacarlas de Gaza.
En toda Belén, las familias están pegadas a las pantallas de televisión para saber noticias de sus seres amados en la franja. No hay lugar seguro en Gaza, y el norte es el más espantoso, expresa George, de 31 años, cuyos padres están atrapados en la iglesia donde Nahida y Samar fueron abatidas, y que pide proteger su identidad.
Todo lo que podemos hacer es orar, añade Shireen Awwad, jefe del Colegio Bíblico de Belén, quien también tiene familiares atrapados en la misma iglesia.
Sami Awad, quien es activista por la paz y director del Fondo de Tierra Santa en Beit Jala, junto a Belén, consuela a su madre, Amal, de 83 años, quien apenas puede hablar y se sienta envuelta en una sábana. Él se pasa el día observando obsesivamente la televisión, por si hay alguna noticia de su hermana y su hermano, atorados en Gaza..
Belén… (3 y fin)
Sami dice que su familia vivía en el barrio Rimal, uno de los más golpeados en los bombardeos israelíes. Su tía May, quien es sorda y ciega, no había salido de su casa en 25 años, incluso en las guerras anteriores. El bombardeo fue tan intenso, que por primera vez sus parientes tuvieron que moverla. Temerosa y confundida, gritaba cuando la sacaron de su casa.
Es el único lugar que ella conoce. Fue terrible para ella, pero, ¿qué podían hacer?, señala Sami. La familia terminó siendo desplazada en múltiples ocasiones a medida que el bombardeo se acercaba. Ahora viven en un bloque improvisado de concreto junto con 30 personas en una habitación sin agua ni electricidad.
No llores mucho si me matan
Me siento impotente. En algún momento mi tío me dijo que no llore mucho si los matan, que sería un acto de piedad, ya que sus vidas son tan desdichadas. Eso me quebró, añade después de una pausa.
De nuevo en la iglesia de la Natividad, los clérigos dicen que el mundo necesita hacer más para poner fin a la guerra antes de que el número de muertos siga creciendo. “Necesitamos que todo el mundo abra los ojos y los corazones para apoyarnos, no sólo con sus oraciones… no sólo con ayuda”, expresa el padre Thaljieh, mientras una misa sin fieles comienza en el fondo.
Necesitamos actos concretos. Necesitamos un cese el fuego, necesitamos paz.
https://www.jornada.com.mx/noticia/2023/12/24/mundo/en-belen-se-ha-cancelado-la-navidad-800
EEUU: necedad guerrerista
El lunes, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, anunció que Washington encabezará una coalición de 10 países contra las autoridades hutíes de Yemen, quienes han puesto en jaque el comercio internacional mediante ataques contra cargueros y otros navíos que tengan bandera de Israel, se dirijan a ese país o sean propiedad de israelíes, hasta que Tel Aviv permita la entrada de ayuda humanitaria a la franja de Gaza.
La intervención yemení en el conflicto que se desarrolla en Medio Oriente ha supuesto un fuerte golpe a los planes de Israel y sus aliados para exterminar a la población palestina. Yemen, ubicado en la esquina suroccidental de la península arábiga, posee las condiciones para interrumpir el tráfico marítimo en el estrecho de Bab el-Mandeb, paso obligado para las embarcaciones que usan el Canal de Suez, por donde transita 10 por ciento del comercio global. Bastó con que las milicias hutíes atacaran 10 barcos para que cuatro de las cinco mayores compañías navieras del planeta cancelaran todas sus operaciones en la zona, lo que supone un desvío de varios días en rodear África. Como los hutíes no atacan a los buques rusos ni chinos, su irrupción en el tablero geopolítico supone un golpe múltiple para los intereses occidentales: encarece su comercio, refuerza la posición de sus principales competidores, trae de vuelta un desquiciamiento de las cadenas de suministro que tantos quebraderos de cabeza causó durante los últimos dos años, debilita económicamente a Israel, y obliga al bloque leal a Washington a estirar todavía más unas capacidades militares que ya se encuentran exhaustas por la entrega de armamento a Kiev y Tel Aviv.
Pese a la bravuconería con que el gobierno de Joe Biden ha anunciado su Operación Guardián de la Prosperidad en el Golfo de Adén y el mar Rojo, lo cierto es que hasta ahora no ha lanzado ningún ataque directo contra la milicia yemení. A lo largo de la semana se ha especulado que Estados Unidos sencillamente no cuenta con las capacidades para ampliar sus despliegues bélicos, y las dificultades también se reflejan en declaraciones como la del jueves, cuando el Pentágono afirmó que contaba con el respaldo de 20 países, pero se abstuvo de nombrarlos. Hasta ahora, todo indica que, a excepción de Baréin, ningún Estado árabe se sumará a la coalición, aunque nominalmente muchos de ellos son aliados cercanos de Washington.
EEUU: necedad…(2 y fin)
La decisión de Biden de responder al desafío yemení con el envío de barcos de combate es el peor de los caminos posibles. Amenaza con dar dimensiones regionales e incluso globales a un conflicto local, y para colmo lo hace en defensa de un régimen neofascista que lleva adelante un genocidio contra una población inerme. Resulta especialmente deplorable que la superpotencia se muestre dispuesta a iniciar una Tercera Guerra Mundial por complicidad con Israel en la misma semana en que dos grandes medios estadunidenses sin ninguna sospecha de simpatías hacia los palestinos revelaron que las fuerzas armadas israelíes lanzaron de manera sistemática bombas del más alto poder en las áreas hacia las que ellos mismos ordenaron el desplazamiento de civiles. Fue también la semana en que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, denunció que 136 trabajadores de las Naciones Unidas fueron asesinados en Gaza en sólo 75 días, la mayor masacre de personal del organismo en toda su historia. Asimismo, es probable que mientras se leen estas líneas se haya alcanzado la macabra cifra de 100 periodistas asesinados en menos de tres meses. Nunca, en ningún país, se ha eliminado a tantos comunicadores en un año completo.
Detener toda esta barbarie no requiere que la administración demócrata derroche cientos o miles de millones de dólares en patrullar un área localizada a 11 mil kilómetros de sus costas, ni que arriesgue la vida de sus militares y su menguante credibilidad en el empeño de abrir un nuevo frente de guerra. Basta con que frene las remesas de armas y dinero a su aliado criminal de guerra Benjamin Netanyahu, y con que deje de bloquear todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que llaman a un cese al fuego en una matanza cuyas víctimas son, de manera abrumadora, mujeres y niños.
https://www.jornada.com.mx/noticia/2023/12/24/editorial/eu-necedad-guerrerista-1782
Juan Francisco Alonso: Quién era el Sol Invicto, el dios pagano de cuya fiesta la Iglesia se apropió para celebrar la Navidad y al que le debemos el domingo
Entrevista a la Dra Mirta, colaboradora de sc durante años:
Asumir Alfa y Omega del portal de Infomed
AFP: La guerra arrecia en Gaza y ensombrece la Nochebuena de Belén
Territorios Palestinos. Las operaciones militares israelíes contra Hamas se intensificaron el domingo en la franja de Gaza, en una espiral de violencia en ese territorio palestino que ensombreció la Nochebuena en Belén, situada en Cisjordania ocupada.
Los bombardeos prosiguieron sin descanso a lo largo del asediado y estrecho territorio palestino. El humo se elevaba sobre Jan Yunis (sur) y una potente explosión, grabada por la AFP desde el sur de Israel, sacudiót el centro de la Franja.
"La guerra será larga", advirtió el primer ministro israeli, Benjamin Netanyahu, tras rendir un homenaje a los 153 soldados muertos desde el inicio de la ofensiva terrestre en Gaza el 27 de octubre. El ejército anunció poco después la muerte de otro soldado.
"Estamos pagando un alto precio por la guerra, pero no hay más opción que seguir luchando", añadió el dirigente nacionalista ante los miembros de su gobierno.
El conflicto se desencadenó el 7 de octubre tras una incursión de milicianos islamistas que mataron a unas mil 140 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en datos israelíes. Los comandos también secuestraron a unas 240 personas, de las cuales 129 siguen cautivas en Gaza.
En respuesta, Israel prometió "aniquilar" a Hamas y lanzó una ofensiva terrestre y aérea contra el territorio palestino de cerca de 2,4 millones de habitantes, gobernado por Hamas desde 2007.
Según Hamas, considerado como organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, la ofensiva israelí ya se cobró la vida de 2 mil 424 personas, en su mayoría mujeres y niños.
"Nuestro pueblo está muriendo"
A unas horas de Nochebuena, la tristeza predominaba en Belén, la ciudad donde nació Jesús según la tradición cristiana, situada en Cisjordania, una región ocupada por Israel desde 1967,
Los cristianos palestinos -- unos 50 mil, de los cuales cerca de mil viven en Gaza -- tienen la atención puesta en la guerra y la alcaldía de Belén canceló gran parte de las celebraciones.
"Es difícil celebrar algo en un momento en que nuestro pueblo está muriendo", dijo a AFP Nicole Najjar, una estudiante de 18 años entrevistada en una plaza del Pesebre desierta.
El Patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, afirmó al llegar a Belén que "el mensaje de Navidad no es la violencia, sino la paz".
"Queremos la paz, sobre todo para los palestinos que la esperan desde hace demasiado tiempo",as de mortero, cientos de granadas y material de inteligencia".
La guerra arrecia… (2 y fin)
"¿Dónde está la victoria?"
La situación humanitaria en la Franja de Gaza, asediada completamente por Israel desde el 9 de octubre, es catastrófica. La mayoría de los hospitales están fuera de servicio y la población enfrenta altos niveles de inseguridad alimentaria, según la ONU.
En Rafah, ciudad del sur fronteriza con Egipto, algunos palestinos lloraban a sus familiares muertos.
"¿Dónde está la victoria de la que hablan? No se ha hecho nada salvo matar civiles", lamentó Um Amir Abu al Awf, herido en la mano y la pierna por un bombardeo contra su casa en Tel al Sultan, al oeste de Rafah.
Estados Unidos sigue expresando un férreo apoyo a su histórico aliado Israel, aunque insiste cada vez más para que baje la intensidad de su ofensiva ante las muertes de civiles.
Los mediadores egipcios y cataríes tratan de negociar una nueva tregua, después de que un acuerdo a finales de noviembre permitiese el cese de los combates durante una semana y la liberación de 105 rehenes retenidos en Gaza a cambio de la 240 palestinos presos en Israel.
Según una fuente de la Yihad Islámica, el líder de este grupo palestino aliado de Hamas, llegó a El Cairo con una delegación para conversar sobre la detención de "la agresión sionista" y el "canje de presos".
En el norte de Gaza, el ejército israelí anunció que descubrió "un depósito de armas adyacente a escuelas, una mezquita y un centro médico", que contenía "cinturones explosivos adaptados para niños, docenas de granadas de mortero, cientos de granadas y material de inteligencia".
"A cambio de un poco de comida"
Cerca del 80 por ciento de los 2,4 millones de habitantes de Gaza se ha visto desplazado por los combates, según la ONU.
Pese a la resolución aprobada el viernes por el Consejo de Seguridad de la ONU, que pedía a Israel autorizar el envío "inmediato, seguro y sin obstáculos" de ayuda vital a Gaza "a gran escala", no se ha producido un aumento significativo de las entregas.
Ante la insistencia de Washington, la resolución no incluyó el término "alto el fuego", limitándose a abogar por "crear las condiciones para un cese duradero de las hostilidades".
"Para que la ayuda llegue a quienes la necesitan, para que los rehenes sean liberados, para evitar nuevos desplazamientos y, sobre todo, para poner fin a la devastadora pérdida de vidas humanas, la única salida es un alto el fuego humanitario", declaró el domingo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.
En Rafah, donde cientos de miles de desplazados se refugiaron en campos improvisados, la población lucha por conseguir las insuficientes raciones de alimentos.
La resolución de la ONU "refuerza la decisión de Israel de matar a más civiles y prolonga la guerra contra este pueblo a cambio de un poco de comida", criticó Rami al Jalut, un habitante del norte de Gaza desplazado hasta Rafah.
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