2021, una odisea terrenal

Por reymc

Yo de verdad me llené de optimismo cuando comenzamos a estudiar este proyecto, hace ya un año, y sin saber aún cuándo serían aprobadas las nuevas leyes sobre las MIPYMES, de las cuales se venía ya hacía algún tiempo hablando. Decidí estudiar bien todo lo relacionado con este negocio y estuve 4 meses leyendo y viendo todo lo que encontraba publicado sobre el tema. De verdad que excepto tomar cerveza, hice mi tarea para aprender lo más posible sobre esto.

Paso el tiempo y ¡Aleluya! Llegó la gran noticia: al fin las MIPYMES serían realidad. Como ya tenía bastante estudiado el tema, mis intercambios con el MEP (a través de un correo institucional) sobre la futura resolución se hicieron asiduos. Debo decir que todas mis preguntas y dudas fueron debidamente respondidas. Me sorprendí gratamente cuando me llamaron para ser de los primeros en hacer la solicitud oficial, gracias al perfil prioritario del objeto social de la MIPYME, que es la producción y comercialización de alimentos (bebidas en este caso). Envié toda la documentación requerida a la plataforma y en pocos días me llegó la gran noticia: Me aprobaron la MIPYME! Todo el resto del proceso en la plataforma para seguir los siguientes pasos (excepto un par de demoras pequeñas) también transcurrió sin contratiempos. Ya tenía todo en regla, podría comenzar oficialmente a materializar mi proyecto.

Yo sabía honestamente que siempre iba a encontrar obstáculos e incomprensiones. Por eso me había preparado: ya tenía hecho cálculos, contactado proveedores, asesoría de consultores internacionales sobre el proyecto, el equipamiento seleccionado y la fábrica lista para recibir el pedido, estudio de pre factibilidad  contratado y en proceso, nave para la instalación de la fábrica reservada y en espera, cartas de intención con futuros clientes, posibles encadenamientos con la industria nacional ya coordinados, otros clientes en espera para firmar contratos de suministros y mil detalles más que harían esta lista más aburrida de lo que ya es. Lo mas importante quizás: La compañía extranjera lista para firmar y poner a funcionar todo el engranaje.

Comienza entonces la historia sin fin y la pregunta del siglo: "¿Como hacer una Empresa Mixta o una Asociación Económica Internacional entre una MIPYME privada y una Compañía extranjera?”. Nada, me dije yo inocentemente, hay que ir al MINCEX, más exactamente a la Ventanilla Única o Vuinex ( como se conoce), y fuimos recibidos muy correctamente.

La ley 118 y el decreto 325 (concordado) son los documentos rectores en vigor para hacer esta solicitud.  Lo paradójico de esto, es que estos documentos realmente en la práctica son inaplicables para el sector privado; excepto quizás por dos o tres acápites que podrían ser lógicos, realmente no son funcionales. En efecto, no hay en estos momentos ningún procedimiento, regulaciones o decretos leyes actuales que contemplen, guíen y faciliten estos proyectos. ¿No sabía el MINCEX como organismo rector de esta actividad que esto se le vendría encima? El MEP muy claramente informó que esta actividad estaba autorizada…¿Qué pasa ahora? Ya muy amablemente nos informan que está en proceso, pero, a ciencia cierta, todavía no hay nada concreto. 

¿Cuántas indefiniciones hay todavía? ¿Qué tiempo más habrá que esperar para atemperar a los tiempos que corren y la necesidad del país de sustituir importaciones y encadenar producciones con el resto de la industria? Habrá que tener una legislación nueva para saber como se recuperará la inversión extranjera? Cómo se podrá transferir los fondos y las utilidades de la otra parte a su país de origen? Son realmente algunas preguntas que nadie me ha respondido. 

Pero no termina todo aún: al parecer tampoco ETECSA sabe como actuar o cuál tarifa cobrar a los nuevos actores económicos, que fueron debidamente inscritos en el registro central comercial, y todavía está “analizando" como instalar una línea ADSL y brindar un dominio institucional para tener un correo corporativo, como las restantes 5 mil y pico de empresas que hay en el país… Ohh, lo olvidaba: esas empresas son Estatales... Las privadas veremos qué hacer…! Mientras tanto, esperen, que los llamaremos...

Por si fuera poco, tampoco el Banco ha cumplido su tarea: después de un mes de haber solicitado la apertura de una cuenta en MLC, aún no ha decidido si se puede o no... a pesar de que, como TCP, sí las ha abierto. La frase: “Lo llamaremos en cuanto sepamos” ya me ha causado pesadillas…

Y aquí estoy,  ya casi a fin de año. Habíamos planificado con todo el optimismo del mundo poder arrancar a producir en agosto del 2022, pero a estas alturas, no sé si en realidad podrá hacerse. Lamentablemente, para algunos las líneas de tiempo son diferentes.

Espero no haberlos aburrido.