miércoles, 12 de febrero de 2025

Correo


 Silvio, mira la foto que acabo de encontrar, que no recordaba haber tomado. Eduardo Sosa dándote en el Centro Pablo su disco, donde tú
cantas con él su canción Era miel. Enero de 2008.
Del carajo, hermano. Abrazo inmenso. Se te quiere.

Kaloián 
___________________


AMIGOS QUE SE ME VAN
“Cuando un amigo se va”
cantaba Alberto Cortés.
Y ahora soy yo: cada mes
un nuevo amigo no está.
No sé qué puedo hacer ya.
En mi terruño, tan mío,
tan de palmera y bohío,
otro amigo se me ha muerto.
Y tiene razón Alberto:
“Queda un espacio vacío”.

Se me están muriendo amigos:
Paquita, Ireno, Oliver.
Trozos del mejor ayer.
De mis sonrisas, testigos.
Voy desanudando ombligos
como un triste cirujano.
No sé qué hacer con la mano
con la que antes saludaba.
Ya nada está donde estaba.
Quiero ser feliz en vano.

Se me está muriendo gente
que debería estar viva.
Gente buena. Creativa.
Sensible e inteligente.
Sigfredo Ariel (de repente).
David Lenker (sin aviso).
Diana Lío (sin permiso).
Pompillo (sin anunciarlo).
Y yo no puedo evitarlo:
tiro el corazón al piso.

Es como si se cerrase
un capítulo, una etapa.
Como si de un viejo mapa
más de un país se borrase.
Es como si me faltase
aire para respirar.
Ya no están. No van a estar.
Es más gris cada mañana.
La Habana es menos Habana.
Lagrimales con pleamar.

Y ahora Eduardo Sosa, el Gordo,
el guajiro, el trovador.
Muerte, para, por favor.
Silencio, basta, hazte el sordo.
Eduardo Sosa va a bordo
del último vuelo. Adiós.
Escenarios y platós
visten de negros crespones.
Pero quedan tus canciones.
Y tu sonrisa. Y tu voz.

Se van amigos, a diario.
Algunos sin despedirse.
¿Así será siempre? ¿Irse?,
¿bajarse del escenario
dejando este innecesario
sabor a muerte detrás?
Es la edad. Tiempo a compás.
Cuerpo bajando peldaños.
Es la vida. Son los años.
Juventud, descansa en paz.

Alexis Díaz Pimienta

4 comentarios:

silvio dijo...

Recibido por correo con el siguiente mensaje:

No conozco a la remitente de este buzón, pero como jubilado puedo dar testimonio al igual que pueden hacerlo todos mis amigos y conocidos, que lo que esta remitente dice se ajusta totalmente a la verdad de lo que ha ocurrido y ocurre.
Fraternalmente,
Humberto Pérez


EL COSTO SOCIAL DE LA BANCARIZACIÓN
7 feb
Escrito por Saylí Alba Álvarez

La bancarización ha dejado un saldo negativo para la mayor parte de las personas en Cuba, agudizado en el sector estatal. Los trabajadores comenzaron a recibir el salario a través de tarjetas y, en teoría, la mayoría de las gestiones de compra y venta debían realizarse mediante la aplicación Transfermóvil. Sin embargo, la realidad ha distado mucho de esa idea inicial.
Un primer problema está asociado a la cantidad de trabajadores, principalmente jubilados, que no tienen teléfonos inteligentes, por tanto, no pueden acceder al servicio. Esa es la causa principal de que en las colas de los cajeros y bancos veamos a tantos ancianos o personas jubiladas.

El otro gran problema está relacionado con las micro, pequeñas y medianas empresas (Mypimes), que en su mayoría no aceptan el pago por transferencia porque esas operaciones se reflejan en sus cuentas fiscales, cosa que tratan de evitar para no tener que pagar las altas cifras del fisco a fin de año. Otras razones suyas aluden a la necesidad de tener dinero en efectivo, o simplemente te dicen: «no aceptamos pagos por transferencias», aun cuando tienen el código QR frente al mostrador y está estipulado que se efectúen tales pagos. Es cierto que existen mecanismos para denunciar esas irregularidades, incluso números de teléfonos de inspectores a los que puede llamarse y acuden al lugar; pero también es cierto que resulta muy incómodo estar denunciando constantemente el deficiente acceso a servicios de todo tipo.

Con frecuencia ha sucedido que en el banco me entregan billetes de veinte, diez, cinco y hasta tres pesos; sin embargo, cuando he intentado pagar con ellos en dichas mypimes, no los admiten, y las dependientes te dicen con toda naturalidad: «no aceptamos billetes chiquitos». Existen varias causas para esa negativa. La primera es que como los precios de casi todos los productos son tan elevados, deben dedicar mucho tiempo a contabilizar las ventas y a cuadrar las cuentas a la hora del cierre. Otra razón es que en el propio banco, cuando van a depositar, no les aceptan los llamados «billetes chiquitos».

Otra historia transcurre en las afueras de los bancos y en los cajeros automáticos. Al ser imposibles determinados pagos por transferencia bancaria, las colas son enormes, hasta el punto que se extienden por varias calles. En los cajeros casi nunca hay dinero. La población acude desde horas de la madrugada y muchos duermen en las aceras para poder asegurar un puesto cuando, al amanecer, depositen el efectivo.

Solo es posible retirar una cantidad limitada, por lo general, a mil o dos mil pesos. En el caso de extraer el efectivo en línea desde la institución bancaria, es la misma cantidad límite. Esta disposición resulta increíble y absurda, pues te impide disponer libremente de tu propio dinero depositado en las cuentas de ahorro. De tal modo, los bancos dejan de ser instituciones confiables.

Otro tanto ocurre con el salario. El trabajador que perciba un salario de seis mil pesos, debe estar tres días haciendo colas interminables para cobrar dos mil pesos cada vez. En las filas de los bancos usted puede encontrar doctores, maestros, ingenieros, cuentapropistas, obreros de todo tipo, jubilados… en fin, representantes de variados sectores sociales.

silvio dijo...

El costo social... (2 y fin)

Es cuestionable que si usted posee determinada cantidad de dinero, sea en salario, sea en cuentas de ahorro, y desea extraer una cantidad mayor a los dos mil pesos, no se le permita, como si el dinero realmente no fuera del cliente y sí de la institución.

La bancarización a estas alturas ha sido literalmente un fracaso, pues a todo lo explicado anteriormente hay que sumar también las muchas horas en que los bancos y cajeros no pueden prestar servicios por no tener electricidad o por dificultades en la conexión de los sistemas. Visto así, es un verdadero infierno.

En esta historia los más perjudicados han sido los trabajadores empleados en el sector estatal, que además de los altos precios que deben pagar por los alimentos y por todo tipo de productos y servicios, deben dedicar varios días del mes a hacer colas en el banco.

Una doctora se quejaba el otro día de que llevaba tres días sin ir a su consulta porque debía sacar efectivo para comprar comida y que sus hijos pudieran alimentarse. Un músico dijo que hacía cuatro meses no le pagaban y cobró juntos veinte mil pesos que necesitaba extraer para comprarle zapatos a su hijo. Una trabajadora de Cultura explicaba que aún no había logrado cobrar ni su primer salario, porque no tenía el PIN o contraseña de su tarjeta y como siempre había colas le era imposible hacerlas. Una maestra afirmó que sus alumnos estaban con la auxiliar pedagógica porque ella necesitaba cobrar. Un señor se lamentaba pues debía pagar treinta mil pesos a un albañil y «no lo dejan extraer esa cantidad», solo dos mil pesos, por lo que le tocará ir quince mañanas seguidas a hacer las colas del banco.

Esta situación también ha generado otros «negocios». En los grupos de Compra-Venta a cada rato aparecen publicaciones anunciando que se cambian transferencias por efectivo, donde el que transfiere debe depositar mayor cantidad de dinero del que recibirá en efectivo. Por otro lado, ya hay «clientes» que tienen sus contactos en los bancos, o sea, una especie de «cajeros» para que les «ayuden» a extraer determinada cantidad y ellos le hacen su «regalo».

Esto no parece tener solución a corto plazo y es uno de los grandes problemas que enfrenta la población. La pregunta sigue siendo ¿realmente existió una bancarización en Cuba? Sin mucho análisis económico o estratégico, y viéndolo desde la realidad del cubano de abajo, hasta este momento ha resultado un fracaso como otra de las tantas medidas desesperadas tomadas por la dirección del país, donde los perjudicados han resultado ser, en su mayoría, los trabajadores estatales que, además de enfrentar la precaria situación económica que les impide acceder al más elemental derecho básico que es la alimentación, deben ocupar una parte considerable del tiempo a las puertas de los bancos y ante los cajeros automáticos. En realidad, la bancarización ha quitado visibilidad al problema real, que parece ser a todas luces la falta de dinero en efectivo que permita acceder al servicio sin limitaciones de ningún tipo.

silvio dijo...

American Curios
Por David Brooks

De repente, reportar sobre el mundo político de Estados Unidos es reportar desde un manicomio. Peor, porque en un manicomio se supone que por lo menos la mayoría de los residentes saben que no están cuerdos, mientras aquí están seguros de que son los enviados divinos para salvar a este país.

La nueva directora de la Oficina de Fe de la Casa Blanca, la pastora Paula White, ha declarado que decirle no al presidente Trump sería decirle no a Dios. El secretario de Defensa cree que estamos en las cruzadas cristianas del siglo XII (tiene tatuada la Cruz de Jerusalén en el torso). Trump aparentemente se niega a dejar su trabajo anterior, y declara que su propuesta para ocupar Gaza es una transacción de bienes raíces para crear la riviera del Medio Oriente.

Mientras, un equipo de asaltantes enviados por el hombre más rico del planeta invade primero las oficinas de Usaid y después el Departamento del Tesoro y el Departamento de Educación, tomando control momentáneamente de las nóminas federales y los programas de asistencia federal. Sigue el asalto a otras agencias claves, como NOAA, que brindan servicios federales claves sobre monitoreo del clima y se han cerrado portales de información federal e interrumpido servicios sociales, o por lo menos eso parece, aunque nadie está seguro. Hay violaciones y cambios de normas gubernamentales sin precedente donde nadie sabe exactamente si algo es legal o no.

Los ataques contra antiguos aliados, ahora disidentes, que se atrevieron a criticar a su jefe son incluidos en una lista negra para ser investigados y perseguidos. Los medios no alineados siguen siendo el enemigo del pueblo; el estratega político del movimiento que encabeza Trump, Steve Bannon, califica a los medios de ser la oposición en este país, y sugiere abrumarlos con acciones y declaraciones espectaculares, y eso está funcionando.

El periodista y crítico Chris Hedges escribe que los multimillonarios, fascista-cristianos, estafadores, sicofantas, imbéciles, narcisistas y degenerados que han tomado el control del Congreso, la Casa Blanca y los tribunales, están canibalizando la maquinaria del Estado. Estas heridas autoinfligidas, características de todo imperio en su última etapa, mutilarán y destruirán los tentáculos del poder. Y entonces, como castillo de naipes el imperio colapsará. Agrega que los gobernantes de todos los imperios durante sus últimas etapas, incluidos los emperadores Calígula y Nerón, Carlos I, el último monarca de Habsburgo, eran tan incoherentes como el Sombrerero Loco (de Lewis Carroll).

silvio dijo...

American curios... (2 y fin)

“La tierra de los libres, casa de los valientes, el sueño americano, todos son iguales, la justicia es ciega, la prensa es libre, tu voto cuenta, los negocios son honestos, los buenos ganan, la policía está de tu lado, Dios te está vigilando, tu nivel de vida nunca bajará, y todo estará bien. La historia oficial de bullshit”, decía el gran cómico George Carlin. Y ese es, en parte, el origen del problema: que después de décadas del neoliberalismo, millones de estadunidenses se despertaron para encontrarse que todo lo prometido por las cúpulas políticas fue un engaño.

Ante ello, hubo varias expresiones de rebeldía y disidencia en movimientos sociales que sacudieron al país; altermundistas, pro inmigrantes, antiguerra, en defensa de derechos civiles y del 99 por ciento, parte de lo cual se expresó en el ámbito electoral con Bernie Sanders, la cual fue suprimida por las cúpulas. La otra vertiente fue la invitación de la ultraderecha con todas sus corrientes, incluyendo el cristianismo nacionalista y su espantosa alianza con el sionismo, el populismo ultraderechista incluyendo las milicias, y todo culminando por ahora a través del enviado divino llamado Trump. Con su triunfo, se abrieron las puertas de un manicomio para los criminalmente locos.

Pero esa locura tiene su lógica: la concentración de poder por parte de Trump y sus cuates, o lo que Paul Krugman califica de autogolpe, cuando un líder legítimamente electo usa el puesto para tomar control total, eliminando las restricciones legales y constitucionales sobre su poder.

Por ahora, hay que ubicar las salidas de emergencia de este manicomio.