jueves, 18 de septiembre de 2025

¿Qué podría haber hecho Cuba de no existir el bloqueo?

Por Elisabeth Naranjo y Wennys Díaz Ballaga

 «No es posible expresar en números, en cifras, el daño emocional, la angustia, el sufrimiento y las privaciones que el bloqueo genera en la familia cubana. Así ha sido por varias generaciones, más del 80 % de los cubanos nacieron después del comienzo del bloqueo», denunció el miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla. 

Las consecuencias de esa política se evidencian dramáticamente en las carencias que enfrenta nuestra población, subrayó al presentar ante la prensa nacional y extranjera la resolución del proyecto titulado Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba, que los días 28 y 29 de octubre, considerará la Asamblea General de Naciones Unidas.

Significó que el daño en esta etapa asciende a más de 7 556 millones de dólares (MDD) que, en comparación con el informe del periodo precedente, aumentó en un 49 %, debido al recrudecimiento de las medidas para asfixiar la economía del país.

También recalcó que a ello se le añade la política migratoria motivada por el Gobierno de Estados Unidos, la cual ha acentuado los flujos migratorios desde Cuba que, en un cálculo objetivo, ha derivado en la pérdida de personal calificado y fuerza de trabajo de nuestro país, lo que se cuantifica en 2 570 MDD.

El Canciller cubano informó que el deterioro acumulado en estas más de seis décadas de bloqueo se cuantifica en 170 677 MDD, que «al valor del oro, para evitar las fluctuaciones del dólar en el Banco Central, es equivalente a dos billones 103 000 MDD».

«¿Qué podría haber hecho Cuba, por encima de lo mucho y bueno que se ha hecho en estos 60 años, con esa cifra exorbitante, para una economía pequeña como la nuestra?», cuestionó Rodríguez Parrilla.

«Es una cifra extraordinaria para cualquier economía del mundo, no solo para una insular y en desarrollo como la de nosotros. De no haber habido bloqueo, en el último año el Producto Interno Bruto de Cuba habría crecido 9,2 %, uno de los crecimientos más altos en el hemisferio», destacó.

Insistió en que el bloqueo constituye el principal obstáculo para la capacidad de nuestro Sistema de Salud de obtener equipamiento, piezas de repuesto e insumos, con una expresión directa en el deterioro de varios indicadores.

En este sentido, argumentó que la Isla no puede acceder con normalidad a tecnologías y medicamentos avanzados de fabricación estadounidense.

Añadió que la Casa Blanca se encarga de perseguir la colaboración médica internacional cubana, con el fin de privarnos de intereses legítimos sustentados en modelos de cooperación que cumplen los estándares de la Cooperación Sur-Sur y de las Naciones Unidas y que, como regla, no implican ingresos para nuestro país, sino que es una colaboración solidaria con familias de bajos ingresos en lugares remotos.

Respecto a la persecución, mencionó el asedio, por medio de sanciones y amenazas de represalias, a las transacciones a Cuba desde terceros países, lo que resultó en que 40 bancos extranjeros se negaran a realizar operaciones y se rechazaran 140 transferencias bancarias, tal como sucede con las persecuciones a los suministros de combustible.

Reiteró que los daños y perjuicios del bloqueo en el sector de las comunicaciones y la informática implicaron directamente, en el caso de la empresa Etecsa, una cifra de 73 MDD; así como un deterioro progresivo de las capacidades de transportación de pasajeros, debido a la imposibilidad de acceder a piezas de repuesto.

«Las medidas, políticamente motivadas, anunciadas en mayo de 2024 por parte de Estados Unidos, supuestamente para favorecer al sector no estatal de la economía, mediante servicios digitales y financieros, jamás se han hecho realidad», expuso el Ministro.

Reafirmó que, entre las medidas más severas aplicadas, solo en los últimos meses, se incluyen:

La reincorporación de Cuba a la fraudulenta y calumniosa lista arbitraria de países que supuestamente patrocinan el terrorismo.

La imposibilidad de interponer demandas en tribunales de Estados Unidos en violación del derecho internacional y la soberanía de un tercer Estado, en cortes estadounidenses, en virtud del Título III de la ley Helms-Burton.

La imposición del nuevo memorando presidencial número cinco, del 30 de julio, por el Presidente de EE. UU., para reforzar la política de máxima presión económica como un instrumento criminal, ilegal y genocida, a fin de lograr objetivos de dominación, en armonía con el propósito declarado de generar un cambio de régimen, y destruir el orden constitucional cubano.

Estados Unidos «ignora el desprecio mayoritario de la opinión pública, de sus ciudadanos, de sus electores, de sus contribuyentes, de los cubanos residentes en el exterior y de la comunidad internacional» hacia esta política, afirmó.

En 2024 se produjeron más de 2 000 eventos públicos y documentos, declaraciones, resoluciones, y más de 1 700 pronunciamientos contra el bloqueo y contra la inclusión de Cuba en la infame lista.

En octubre de ese mismo año, el Comité para la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, órgano independiente de expertos de las Naciones Unidas, reconoció el impacto del bloqueo y de la lista en el disfrute de la libertad de las mujeres y niñas en Cuba.

«Si bien el bloqueo genera penuria, escasez y sufrimiento en todas nuestras familias, no logra y no logrará jamás su propósito de poner de rodillas a nuestro pueblo, de hacernos renunciar a la Constitución vigente (…) No nos hará renunciar a nuestra Revolución ni al socialismo. El pueblo cubano ha dado sobradas muestras de su capacidad de resistencia, creatividad y determinación.

«La economía cubana, cuando se ha encontrado en el pasado, aún en peores escenarios de aplicación de medidas adicionales del bloqueo, ha tenido y tendrá la capacidad de encontrar salidas y acelerar el curso de su recuperación, a partir de la conciencia de nuestro pueblo, con consenso mayoritario, de la comprensión de las causas», reafirmó.

Por otra parte, sobre el contexto internacional, denunció el despliegue militar del Gobierno de Estados Unidos en el Caribe, enfilado contra la República Bolivariana de Venezuela y el presidente constitucional y legítimo, Nicolás Maduro Moros. Advirtió que tal situación también amenaza a Cuba y a toda nuestra América, y que no va en concordancia con el concepto de paz y de seguridad regionales.

El Canciller cubano significó que el secretario de Estado Marco Rubio, los congresistas anticubanos y otros políticos de extrema derecha de EE. UU., traicionan el interés nacional de su país, la voluntad de sus electores, incluido el de los inmigrantes latinoamericanos y caribeños, y pretenden generar una guerra en nuestra región.  

Instó a la comunidad internacional a movilizarse en defensa del derecho internacional y de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas: así como a la Asamblea General de la onu y al Consejo de Seguridad, a cumplir sus obligaciones y a ejercer sus prerrogativas al mandato de la Carta.

 

EL BLOQUEO EN CIFRAS

  • Dos meses (1 600 MDD) equivalen al costo del combustible para satisfacer la demanda de electricidad normal en el país.
  • 5 días equivalen al financiamiento necesario para la reparación de alguna de las grandes centrales termoeléctricas (cien MDD aproximadamente cada una).
  • 12 días (250 MDD) equivalen al costo anual de mantenimiento (sin incluir combustible e inversiones).
  • Diez minutos (148 966,82 dólares) equivalen al financiamiento necesario para cubrir la demanda de prótesis auditiva para los niños y adolescentes en situación de discapacidad, que cursan la educación especial en el país.
  • Dos meses (1 600 MDD) equivalen al financiamiento, durante un año, para la entrega de la canasta familiar normada a la población.
  • 16 días equivalen al financiamiento para cubrir las necesidades clave del cuadro básico de medicamentos de todo el país (339 MDD).
  • 14 horas (12 MDD) equivalen al costo de adquisición de la insulina necesaria para cubrir las necesidades de todos los diabéticos del país.
  • 4 meses (2 850 MDD) permitirían financiar la adquisición de los ómnibus necesarios para el transporte público del país.
  • 2 horas (1,4 MDD) equivalen al costo de la adquisición de los medicamentos para el tratamiento de las patologías de siquiatría, cardiología, neurología, así como para los alimentos para niños con deficiencias genéticas y con enfermedades endocrino-metabólicas.
  • 19 minutos (280 506 dólares) equivalen al costo de las sillas de ruedas que necesita la escuela Solidaridad con Panamá, y todas las demás del país para atender las necesidades del Sistema de Educación Especial para niñas y niños y adolescentes, con discapacidades motoras e intelectuales.


miércoles, 17 de septiembre de 2025

Fallece el músico cubano Julián Fernández, antiguo miembro del grupo Moncada


 El músico cubano Julián Fernández, miembro del grupo Moncada, falleció este lunes en Santo Domingo, República Dominicana, ciudad en la que residía desde hace más de 30 años. Según informó a DIARIO DE CUBA el periodista y poeta cubano-dominicano Alfonso Quiñones, Fernández murió "aquejado de una lucha intensa contra un cáncer que venció en dos oportunidades anteriores".

Fernández, multinstrumentista, arreglista y cantante folclórico, destacó en la música gracias a su versatilidad, tocando bajo, contrabajo, tres, guitarra, tumbadoras, pailas, batería, percusión menor y afrocubana. Fue músico de grabación de Los Van Van y NG la Banda, además de miembro de los grupos Irakere y Diákara.

De igual forma, Fernández acompañó al músico cubano Willy Chirino en sus presentaciones en República Dominicana. Asimismo, en la televisión de su tierra adoptiva produjo y condujo durante 20 años el programa De donde son los cantantesy fue fundador de la banda del popular programa televisivo Divertido con Jochy, de la que formó parte durante 13 años.

Fernández también fue productor discográfico y trabajó en publicidad. "Se le conoce como el primer looper en español y de música latina", apuntó Quiñones. Además, compuso la música de la película Dossier de ausencias, producida por Quiñones y dirigida por Rolando Díaz, así como de otros filmes y obras teatrales.

El músico cubano mantuvo durante varios años el proyecto UnoNaMá, con el cual se presentaba en solitario ejecutando loops de diferentes instrumentos de cuerda y percusión, así como con su propia voz, interpretando un amplio repertorio cubano y dominicano.

Sobre el fallecido, Díaz escribió en su perfil de Facebook: "¿Qué puedo decir de Julián Fernández? Ese hombre culto, calmado, amigo, simpático, ingenioso, del que tanto aprendí trabajando juntos y hablando de trajines cotidianos en Santo Domingo, durante mis años dominicanos".

"Uno de los buenos cubanos que he admirado; músico y persona cercana, solidaria, de primera línea", agregó.

Fernández es el segundo exintegrante del grupo Moncada en fallecer este año, tras la muerte en enero de José Alberto Himely Torriente, uno de sus fundadores y percusionista histórico.

La enciclopedia digital oficialista Ecured destaca de Moncada su "manera desenfadada de hacer música, con recursos que muy poco tienen que ver con el academicismo, y donde prima un concepto de conjunto, que rebasa con creces cualquier virtuosismo personal. Moncada no es ni ha sido nunca una sola persona, sino un colectivo donde cada uno es cada quien, pero todos a la vez son una sola cosa: el grupo". Una parte de ese grupo se fue con Himely Torriente, y ahora se va otra con Julián Fernández.

https://noticias.cubitanow.com/fallece-el-msico-cubano-julin-fernndez-antiguo-miembro-del-grupo-moncada

martes, 16 de septiembre de 2025

Israel inicia su ofensiva terrestre en Ciudad de Gaza, donde aún permanecen 600.000 civiles

Las tropas avanzan hacia el centro de la capital, como prometió Netanyahu, mientras el ministro de Defensa celebra: “Gaza arde” 

Por Antonio Pita (El País)

Decenas de intensos bombardeos desde cazas, drones y tanques han sembrado el pánico en Ciudad de Gaza la madrugada de este martes y dado inicio a la anunciada ofensiva terrestre en la capital de la Franja, pese a que —tras dos años de constantes desplazamientos forzosos y sin lugar seguro al que huir— aún siguen allí 600.000 civiles. Una fuente militar israelí ha anunciado formalmente el comienzo de la “principal fase” de la ofensiva terrestre, con la movilización de dos divisiones, en un “gran paso en despliegue de fuerzas y operaciones terrestres”. 

Los residentes hablan de ataques constantes y tanques en las calles, mientras las tropas —tras semanas confinadas a los alrededores— han comenzado a “moverse hacia el centro” de la ciudad, según la fuente militar. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, la califica como una “poderosa operación” y su ministro de Defensa, Israel Katz, celebra que “Gaza arde”, justo cuando una comisión independiente de investigación nombrada por Naciones Unidas acusa a Israel en un informe de cometer un genocidio en la minúscula Franja palestina.

El ejército, ha señalado la fuente militar, ha movilizado dos divisiones a las que “se unirán otras más adelante”. Las tropas efectuarán un movimiento “combinado y gradual” en la ciudad, una de las escasas localidades de la Franja que no lucen desde el cielo completamente devastadas, como un paisaje lunar. Las Fuerzas Armadas —que mantienen a los palestinos confinados en apenas un 12% de un territorio que, ya antes de la invasión, era el más densamente poblado del mundo— ya han ido arrasando barrios con explosiones controladas, según se puede ver en las imágenes de satélite. Controlan hasta el 40% del ámbito municipal.

Antes del anuncio de la ofensiva, hace un mes, y del inicio de las órdenes de desplazamiento forzoso, había en torno a un millón de personas. El ejército calcula que el 40% ―400.000 civiles― ha escapado.

Los bombardeos masivos de la madrugada, que llegaron a oírse en el centro de Israel debido a su potencia, han sido la habitual carga previa a un avance por tierra. Los vídeos en redes sociales permiten escuchar los gritos de la población ante la sucesión de ataques en medio de la oscuridad. 

El recuento de las morgues de los hospitales cifra en 38 los muertos desde el alba. En las imágenes se pueden ver niños y adolescentes entre las víctimas. Cada día, la invasión causa decenas de muertos, algunos de ellos por inanición, por la estrategia del Gobierno de Netanyahu de usar el hambre como arma de guerra. El Ministerio de Sanidad del Ejecutivo de Hamás ha anunciado otras tres en las últimas 24 horas, con un total de 428, entre ellos 146 menores.

Netanyahu ha aprovechado su declaración en uno de los casos judiciales por los que se encuentra imputado para anunciar el inicio de la operación. Poco antes, el portavoz del ejército en lengua árabe, Avichay Adraee, emitió un comunicado en el que señalaba que las tropas “han comenzado a desmantelar la infraestructura terrorista en Ciudad de Gaza”. “Es una zona peligrosa de combate. Quedaros en la ciudad os pone en peligro”, ha advertido a la población en un tuit.

La ofensiva terrestre ha comenzado apenas horas después de que el secretario de Estado de EE UU, Marco Rubio, despegase de Tel Aviv hacia Qatar tras reunirse con Netanyahu y comparecer en una rueda de prensa conjunta en la que manifestó un apoyo sin fisuras a su estrategia bélica.

Ya en Qatar, Rubio ha dicho que quedan “ya no meses, sino días y quizás algunas semanas”, para alcanzar un eventual alto el fuego. Y ha puesto toda la responsabilidad en Hamás. “Los israelíes han comenzado a operar allí […] Nuestra principal opción es que esto termine mediante un acuerdo negociado en el que Hamás diga: ‘Vamos a desmilitarizarnos, ya no representaremos una amenaza”, ha señalado.

Rubio reiteró lo que había asegurado poco antes, con Netanyahu a su lado: “Hamás debe dejar de existir”. Israel y EE UU coinciden en exigir al movimiento islamista, que hace meses que apenas lanza cohetes contra Israel y solo efectúa emboscadas contadas a los soldados dentro de Gaza, que entregue sus armas y se rinda; y admiten que, aunque suceda, seguirán con su plan de controlar militarmente Gaza, mantener allí tropas y promover la limpieza étnica de su población, en torno a los dos millones.

La prensa israelí ha dado cuenta de un enfrentamiento entre el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, y el liderazgo político durante el encuentro que Netanyahu, varios de sus ministros y altos mandos militares mantuvieron en vísperas de la ofensiva iniciada este martes. “El primer ministro no nos ha dicho cuál es la siguiente etapa. No sabemos para qué prepararnos. Si quieren un Gobierno militar, que digan ‘Gobierno militar”, se quejó Zamir durante el encuentro.

https://elpais.com/internacional/2025-09-16/israel-inicia-su-ofensiva-terrestre-en-ciudad-de-gaza-donde-aun-permanecen-cientos-de-miles-de-civiles.html

lunes, 15 de septiembre de 2025

Raúl Incertis, médico español en Gaza: “Perdí la cuenta de los niños que vi morir”

Por Raúl Incertis

 Mi nombre es Raúl Incertis Jarillo, soy médico de urgencias y anestesista, y de abril a julio de este año he estado trabajando como voluntario en dos hospitales de Gaza. No soy quién para decir si en Gaza hay o no un genocidio, pero durante mi estancia allí perdí la cuenta de los niños heridos que llegaban solos al hospital porque su familia había muerto en un bombardeo. Recuerdo a una niña de seis años: tuve que coger su brazo amputado y carbonizado para apartarlo porque nos entorpecía a la hora de intentar ayudarla a agarrarse al hilo de vida del que pendía. Recuerdo también que vestía una camiseta de tirantes con ovejitas estampadas que tuvimos que cortar para explorarla. Murió y no me acuerdo de su nombre. Porque, por aquel entonces —a las tres semanas de mi llegada a Gaza— ya había perdido la cuenta de los niños mutilados, amputados, aplastados o quemados a los que había tenido que atender junto a mis compañeros. Y de los muertos.

Hay una nube negra en mi cabeza, hecha de imágenes abyectas, que me impide recordar. Muchos se morían delante de nosotros, pese a nuestros esfuerzos por curarlos. De esos, de los que se morían en el transcurso de la atención médica, también perdí la cuenta. Igual que de las camionetas o de las carretas tiradas por burros famélicos que entraban en el hospital con cadáveres amontonados en su interior, camino de la morgue, que no paraba de recibirlos. Entraban y salían, como en una fábrica donde entran y salen los operarios, pero muertos. La mayoría de ellos mantenía un rictus de espanto que reflejaba lo que había sido su última emoción antes de ser asesinados.

Yo no puedo decir qué es y qué no un genocidio, pero a partir de una fecha determinada no parábamos de recibir a diario, e incluso varias veces al día, civiles con disparos en la cabeza y en el tórax. Eran personas, como tú o como yo, que estaban haciendo cola para recibir ayuda humanitaria, y allí los israelíes les habían disparado a matar con rifles, artillería de tanques y granadas lanzadas desde morteros o drones. Cuarenta, sesenta, noventa heridos de golpe. Una mañana recibimos más de doscientos. Te tropezabas con heridos que yacían en el suelo, te tropezabas y te caías con ellos. Muchos eran niños y mujeres. Había tantos que no podías atenderlos a todos, y muchos se morían esperando una ayuda que nunca llegaba. 

En medio de ese caos de muertos, cuerpos mutilados y familiares histéricos, al menos tenía claro a quién debía atender primero: a los niños. Una de las más pequeñas a las que atendimos, de un año y medio, fue tiroteada en el tórax en brazos de su madre. Provenía, como casi todos, de uno de los puntos de distribución de comida de la Fundación Humanitaria de Gaza, el reparto de ayuda organizado por Estados Unidos e Israel. Deberían cambiarle el nombre a esa fundación. Es de mal gusto llamarla así.

Será otro el que tenga que decir si esto es o no un genocidio, pero a la doctora Alaa, pediatra del hospital, le amputaron casi toda el alma, dejándole menos de una décima parte. Un bombardeo israelí mató a nueve de sus diez hijos y a su marido mientras ella estaba de guardia en el hospital. No sé de dónde pudo sacar la fortaleza para, tres días después y cubierta de ropa de luto, acercarse a los médicos que habíamos atendido a su único hijo sobreviviente, Adam, para darnos las gracias. De esos, de los padres que habían perdido a sus hijos, también perdí la cuenta, de las mujeres y hombres que vi en el suelo en estado catatónico o lanzando alaridos de dolor al ver a su hijo recién muerto en una camilla. A todos mis compañeros, sin excepción, les han asesinado familiares de primer o segundo grado.

A ellos también les asesinan. Tengo que reprimir su recuerdo, porque, a veces, me viene a la mente la imagen de Ahmed, enfermero instrumentista con quien compartí horas y horas en el quirófano, que murió de una bomba en su chabola junto a sus tres hijos pequeños. Nadie me arrancaba una sonrisa como él. A pesar de sufrir como sufren todos, y de malvivir como malviven todos, hacinados en chabolas como si fueran ganadería intensiva, cada vez que me veía, se le iluminaba el rostro de alegría y me chocaba la mano con entusiasmo, para después obsequiarme con un halago que me hacía sentir mejor persona. Su mujer, embarazada y sanitaria como él, estaba de turno en el hospital cuando los israelíes bombardearon, a propósito, su tienda de lona.

Todos los días, especialmente por la noche, recibíamos a familias enteras que habían sido bombardeadas en sus chabolas en los campos de desplazados, en la “zona humanitaria” de Al Mawasi, que es donde el ejército había indicado a la población que acudiera para no ser atacada, y donde les ha indicado ahora que acudan. Deberían cambiarle el nombre a esa zona. Muchos de mis amigos de allí piensan que el sarcasmo no es necesario. Saben que su futuro nunca será tan hermoso, ni de lejos, como el pasado que no pueden evocar, porque está repleto de dolor y ausencia. Y su presente es infernal. Al menos, que no se burlen de ellos. 

Otros deberían ser los que digan si esto es o no un genocidio, pero recorrí Gaza de arriba abajo y hay algo que sí sé: no se puede vivir allí.

https://elpais.com/internacional/2025-09-14/raul-incertis-medico-espanol-en-gaza-perdi-la-cuenta-de-los-ninos-muertos.html

domingo, 14 de septiembre de 2025

Palabras de homenaje al Dr. Eusebio Leal Spengler en ocasión del aniversario 83 de su nacimiento

11 de septiembre de 2025 

Por Homero Acosta Álvarez

Distinguidas autoridades.

Colaboradores, compañeros de trabajo, amigos de Leal y todos aquellos que nos acompañan con motivo de la ocasión.

Un abrazo especial para Javier, su hijo, que como siempre está aquí recordando la memoria de su padre. 

Deseo expresar mi gratitud a la dirección de la Oficina del Historiador de la Ciudad por la invitación para decir unas palabras en tan señalado día. Lo hago no en razón de mi responsabilidad estatal y política, sino por la condición de amigo de Eusebio.

Mucho me honran, conociendo que también otros podían hacerlo. Atesoro varias de sus sentidas dedicatorias y cartas que en más de una ocasión me dirigió.

Leal me acogió como uno de sus amigos, tal vez el último de ellos y así lo hizo saber. En los últimos 15 años de su vida tuve el privilegio de sellar una amistad que trascendió al ámbito familiar. Como prueba de ello, me designó por testamento como su albacea, mandato que cumplí con lealtad a su voluntad.

Fueron tiempos de muchos encuentros, intercambios, apoyos, consejos, confesiones y complicidades, de lo humano y lo divino. Difícil de olvidar.

Para preparar estas palabras volví a su reencuentro, a sus libros, entrevistas, discursos, escritos en distintas publicaciones y que, como siempre, impresionan y nos conmueven.

Como cada año en esta fecha, el recuerdo de Leal nos convoca, precisamente aquí, en el otrora Palacio de los Capitanes Generales, Museo de la Ciudad de La Habana, lugar por donde comenzó a labrar su fecunda obra.

A este sitio, en agosto de 1959, llegó Eusebio. Un joven de apenas 16 años, con muchas inquietudes y deseos de abrirse mundo.

Apenas unos meses del triunfo revolucionario que lo arrastró en su torbellino. El antiguo Ayuntamiento Municipal se transformaba en una nueva estructura administrativa, y Eusebio es ubicado en el Departamento de Ingresos. Le impresionaba toda la actividad que allí se desarrollaba, en particular, me contaba, la cantidad de abogados que trabajaban y casi todos de apellidos compuestos e ilustres. En ese entonces apenas tenía un 4to. grado de escolaridad.

Duros años habían pasado desde su nacimiento en que su madre Silvia, sola con él, trabajaba las labores domésticas para apenas sobrevivir. Leal debe abandonar la escuela en 5to. grado para apoyar a su mamá y así realiza pequeños trabajos, entre ellos mensajero de farmacia.

En esos primeros momentos de su llegada al Gobierno Municipal conoce al ilustre Historiador de la Ciudad, el Dr. Emilio Roig de Leuschering, y a su esposa María Benítez Rojo. Este encuentro cambió para siempre el rumbo de su vida. Roig lo impulsó en la lectura de la historia y él le correspondió. Estudió por sí mismo y, de manera regular, se incorporó a la Educación de Obreros y Campesinos y alcanzó el 6to. grado. Con orgullo recordaba que ese título de graduado le había sido entregado por el líder obrero Lázaro Peña.

Leal participó en la Campaña de Alfabetización en 1961 en barrios de La Habana y formó parte de las Milicias Nacionales Revolucionarias.

Al morir el Dr. Roig en 1964, al que siempre se refería como su «maestro y predecesor de feliz memoria», la Oficina del Historiador parecía que concluiría su existencia. Más de uno advirtió que allí terminaba todo. La interrogante era ¿cómo entregar esa oficina a un joven advenedizo y sin titulación alguna?

Solo que la tenacidad y el ímpetu de Leal, unido al apoyo de María Benítez, lo impidieron. De esa forma logró ser nombrado oficialmente como Historiador en 1967, con apenas 25 años y siendo un «impreparado», como solía decir.

A la par de sus estudios históricos de manera autodidacta, su primera tarea fue convertir el Palacio de los Capitanes Generales en el Museo de la Ciudad, al abandonar la Administración Municipal ese inmueble, lo que se logra en 1969.

Serían años de duros trabajos, en los que Eusebio no era solo el director, sino también un obrero, aparecía removiendo escombros, carretilla en mano, trasladando ladrillos, en fin, un verdadero constructor. Tiempos en los que algunos le tildaban de loco, aunque reconocían que era muy trabajador.

Rememoraba Eusebio que en una ocasión recibirían en el museo la visita de la entonces Ministra de Cultura de la Unión Soviética. En ese momento se encontraba en restauración la calle de madera y Leal colocó un cartel que señalaba «Obra en reparación». Hasta él llegó un funcionario, nunca me dijo su nombre, supongo un burócrata de turno, y le dijo que la calle debía estar lista para la visita, sin aceptar los argumentos lógicos del historiador. Pocos días después se apareció con camión y un vehículo cilindro para llevar a cabo el asfaltado. Leal se acostó en la calle y dijo que únicamente pasando sobre su cuerpo podían realizar aquel disparate. De ese modo, logró salvarla.

Esos años le ganaron la simpatía de muchos intelectuales, políticos y dirigentes revolucionarios. Leal siempre recordaba en especial a Celia Sánchez, a Haydée Santamaría y Aida, su hermana, René Rodríguez Cruz, Antonio Núñez Jiménez, Carlos Rafael Rodríguez, Raúl Roa García, Armando Hart Dávalos y Alfredo Guevara, entre otros.

Mantuvo intercambios permanentes con los principales historiadores, como José Luciano Franco, Hortensia Pichardo y su esposo Fernando Portuondo.

En esos primeros años de la década del 70, en que ya el Museo de la Ciudad acogía varias de sus salas más importantes, entre ellas la de las Banderas, conoció a Fidel y a Raúl Castro, en algunas de sus visitas con delegaciones extranjeras.

Leal se enfrentaba a otro problema de envergadura y que, de algún modo, podía limitarlo en el futuro. No tenía título universitario. Ya tenía un reconocimiento en Cuba y en el exterior por sus múltiples trabajos y  conferencias, pero no contaba con estudios académicos oficiales.

En 1974 solicita su ingreso a la Universidad de La Habana para cursar Licenciatura en Historia. No había antecedentes de alguien sin estudios de bachiller o de lo que se llamaban estudios de nivelación pudiera acceder a la educación superior.

Ilustres juristas del ámbito universitario fueron consultados, como los profesores Tirso Clemente, Miguel Ángel Cabrera Benítez, Delio Carreras Cuevas y Julio Fernández Bulté, los que emitieron sus criterios para encontrar una solución. Leal contaba con avales escritos a su favor por José Luciano Franco, Juan Marinello, Francisco Pividal Padrón, Mariano Rodríguez Solveira, Manuel Rivero de la Calle, el capitán René Pacheco Silva (Director de la Oficina de Asuntos Históricos de la Secretaría de la Presidencia), Antonio Núñez Jiménez y Raúl Roa García.

Fue sometido previamente a un tribunal de la Escuela de Historia, presidido por el Dr. Sergio Aguirre e integrado por las doctoras María del Carmen Barcia y Berta Álvarez, el que de manera unánime recomendó su ingreso excepcional, atendiendo a los conocimientos históricos que había alcanzado de manera autodidacta.

La primera pregunta del presidente de ese tribunal quedará grabada para siempre en su vida. ¿Qué buscas en la Universidad? Respuesta: «Busco la sabiduría y la vida eterna». Muy profética.

Así le acoge el Alma Mater. Ingresa en septiembre de 1975.

En la Universidad también enfrenta nuevas tribulaciones. Eusebio siempre recordaba sus tiempos en ella, sus dificultades para entender la filosofía marxista, en particular las categorías del materialismo histórico y dialéctico, sus ausencias continuas por razones de trabajo y, sobre todo, el apoyo de sus compañeros, en especial, el de Raida Mara Suárez, su fiel escudera y una verdadera hermana para él. Destacaba sobremanera en las asignaturas históricas.

Se gradúa, finalmente, como Licenciado en Historia en febrero de 1980.

La otra parte de la historia, dura también para él, es tal vez más conocida.

De gran regocijo para Cuba fue la inclusión por la UNESCO en 1982 del Centro Histórico de la Cuidad de La Habana y su sistema de fortificaciones en la Lista del Patrimonio Mundial. La labor de Eusebio en ese logro fue encomiable, lo que dio un nuevo impulso a la labor de rescate patrimonial.

Una pequeña anécdota personal. Corría el año 1981, me encontraba cursando el onceno grado en la Escuela Vocacional Lenin y nuestro profesor de Cultura nos llevó al Museo de la Ciudad. Para muchos era nuestra primera visita a dicha institución. Allí nos recibió Eusebio Leal, un desconocido para todos, quien luego de darnos una explicación de las principales salas, compartió sus ideas de lo que sería la transformación de La Habana Vieja en un centro cultural y el nuevo epicentro de la vida de la capital. Puedo asegurarles que todos nosotros nos quedamos con mucho escepticismo, es más, cuestionábamos esas ideas. Nos preguntábamos cómo abandonar El Vedado y la Rampa para retornar a esa Habana Vieja, oscura y descolorida.

Leal era consciente de que para avanzar con mayor celeridad en la obra restauradora se necesitaban más recursos.

Un hito trascendente sería la aprobación por el Consejo de Estado, de la mano del Comandante en Jefe, del Decreto-Ley 143 de 1993, mediante el cual se implantó un modelo único para el manejo y la gestión y restauración patrimonial de un centro urbano, ejemplo para el mundo, como reconoció la UNESCO.

Recordemos como antecedente que Fidel, durante la Cumbre Iberoamericana de Cartagena de Indias, Colombia, en 1993, tras sobrevolar el Centro Histórico de dicha ciudad preguntó a Leal: ¿Qué más podemos hacer por La Habana Vieja? Su respuesta: «Reforzar el principio de autoridad». Así se hizo.

Como él explicara, se unió a la tenacidad y el empeño, el apoyo y la voluntad política para emprender esa labor. No bastó con ello, Fidel le autorizó un préstamo de un millón de dólares, que a los dos años multiplicaron los recursos a tres millones. La Oficina, religiosamente, no solo honró ese compromiso, sino que cada año entregó a Fidel un millón de dólares, lo que es también expresión concreta de una positiva gestión financiera y administrativa. A mediados de la segunda década del 2000 los ingresos totales de la Oficina superaban ya en muchos millones aquella cifra inicial.

Leal tenía una visión social y humana de la restauración patrimonial y de la revitalización integral, y ello fue clave en la labor de la Oficina. No se trataba solo de transformar un inmueble de valor histórico, o un museo, o un área determinada. Era imprescindible acompañarlo de la transformación de la vida de la gente y que esta fuera parte de la obra y se beneficiara de ella.

Ahí están como ejemplos su programa de viviendas, incluido el Malecón habanero, las escuelas, el Hogar Materno, el Centro para niños discapacitados, el Centro para la atención de ancianos en el antiguo Convento de Belén, entre otras significativas obras.

Desde el Centro Histórico desarrolló una importante labor de promoción y fomento de la cultura, que lo convierten en un verdadero mecenas. En sus museos creó aulas para los estudiantes e instituyó un programa sociocultural amplio y diverso en cada una de sus instituciones.

No hay manifestación de la cultura artística que no contara con su apoyo. De ello pueden dar fe la Basílica del Convento de San Francisco de Asís, la sede de la compañía de danza Liszt Alfonso, o la de Isabel Bustos (Compañía Danza-Teatro Retazos), la Orquesta sinfónica del Mozarteum de La Habana, los importantes artistas plásticos que cobijó, las galerías, los disímiles festivales que promocionó, entre otros.

Como historiador, Leal nos deja una obra de incuestionable valor. Tenía una visión muy clara al abordar los estudios históricos. Negaba los absolutismos y maniqueísmos. Era contrario a los dogmas preestablecidos. Siempre repetía que a la historia debía entrarse con la cabeza descubierta, con respeto y objetividad. Examinó, desde una mirada muy propia y con fundamento, buena parte de los más álgidos temas históricos cubanos y universales. El análisis de nuestros próceres de las guerras  independentistas: Céspedes, Agramonte, Maceo, Gómez, Martí, y de los principales protagonitas y de los sucesos acaecidos en esascontiendas. Como pocos situó con equilibrio el análisis de la República, con sus luces y sus sombras; evaluó con profundidad los hechos vinculados a la Revolución cubana, y los procesos independentistas de América y sus líderes.

Trasciende por su vehemencia y pasión al narrar la historia. Con su palabra convencía y conquistaba a favor de sus tesis. A esto contribuían sus grandes dotes de orador y privilegiada memoria.

Destaco, además, que no rehuía el debate de los asuntos de la política cultural de la Revolución, sus aciertos y desaciertos; y también tomó partido con valentía y no siempre a favor de donde soplaba el viento, pero con una posición revolucionaria, en temas sociales peliagudos, como los relativos a la emigración cubana, la homosexualidad, el racismo, la educación, la diversidad, la exclusión social, u otros.

Hombre de fe, que siempre le acompañó y la cual nunca renegó, como decía, como acto de libertad. Recordemos que fue el primer religioso reconocido que resultó electo miembro del Comité Central del Partido Comunista en 1991, condición de la que siempre se enorgullecía. Valga recordar su frase a Fidel: «Sabía que llegaría a obispo, por la Iglesia o por el Partido».

Demostró siempre su compromiso revolucionario y defendió en todos los escenarios la verdad de la Revolución cubana. Su lealtad a Fidel y a Raúl resultó incólume.

De esa relación con Fidel se conoce más. De sus vínculos con Raúl habría que ampliar en otra ocasión. Leal lo llamó General Presidente y también lo consideró su benefactor, el cual le apoyó y mostró su preocupación en momentos difíciles, especialmente durante su enfermedad.

Brindó grandes servicios a la patria. Puede afirmarse que no era solo un embajador cultural sino que fue un hombre trascendente en la política exterior revolucionaria.

Permanentemente, muchos de los embajadores extranjeros acreditados en La Habana solían tener encuentros con él para intercambiar y obtener su visión de nuestra realidad de primera mano y de los problemas del escenario internacional.

Convirtió el Centro Histórico en un espacio ecuménico en el que cohabitaban diversas denominaciones religiosas, desde la católica Catedral de La Habana, las iglesias ortodoxas rusa y griega, un templo evangélico, las iglesias protestantes, hermandades masónicas, la sinagoga, hasta las religiones de origen africano y la sala de rezos musulmana.

Podemos afirmar que contribuyó de manera decisiva al fortalecimiento de las relaciones de dichas instituciones con el Estado cubano.

Trabajamos juntos en diversos proyectos que requerían del asidero jurídico. Recuerdo en particular el Decreto-Ley 325 modificativo del 143, aprobado por el Consejo de Estado el 16 de octubre de 2014; el Decreto-Ley mediante el cual se crea la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales y el Acuerdo del 20 de agosto de 2010, que restablece la Academia de la Historia de Cuba, al frente de la cual sería designado el gran historiador y su amigo, recientemente fallecido, el querido Dr. Eduardo Torres-Cuevas, al cual admiraba por su prolífica labor.

Su tenacidad y empeño crecieron en los últimos tiempos, incluso cuando su enfermedad lo limitaba. En esos momentos de vida pudo hacer realidad la culminación de la restauración del Capitolio Nacional, una de las obras más complejas que emprendió; la colocación de la estatua ecuestre de José Martí, réplica de la existente en el Parque Central de Nueva York, después de más de veinte años de intentarlo; la creación del Centro para las Relaciones Culturales Cuba-Europa, en el Palacio del Segundo Cabo, y la restauración del Castillo de Santo Domingo de Atarés.

Estimados compañeros y amigos:

Se suele decir que hombres de su calibre, después de muertos, nos acompañan. Diría más, luchemos porque Eusebio Leal siempre nos acompañe.

Estamos ante un hombre excepcional, amante de la belleza en toda su amplitud. Nos lega una obra invaluable, que, aunque no fuera su pretensión, trasciende a su tiempo; pasa sin dudas a la posteridad. Convirtió las utopías y sueños en realidades tangibles y admirables.

A lo largo de su fecunda vida recibió importantes reconocimientos en Cuba y en el extranjero. Es quizás el cubano que mayor cantidad de universidades nacionales y extranjeras le otorgaran el título de Doctor Honoris Causa.

Una de sus grandes satisfacciones era haber podido ver nacer y crecer una obra como la llevada a cabo en el Centro Histórico y también aportar al proceso revolucionario cubano.

También sintió las angustias y los dolores, como diría: «Mis vestiduras han sido diana de incontables agresiones, de las cuales me defendí como pude».

Forjó una coraza que tuvo abolladuras. En lo personal sufrió desgarramientos que llevó siempre consigo. Navegó buena parte en aguas turbulentas, no siempre con el viento a favor y con la vela henchida, sino con fuerte viento en contra y así todo supo llegar a su destino.

Un hombre como él, tuvo adversarios, sufrió las incomprensiones y también enfrentó batallas, en ellas, muchas victorias y algunos reveses. De cada uno de esos combates o altercados emergía reforzado, renovado, rejuvenecido y auténtico, aunque lacerado. Cada cierto tiempo le escuchaba decir, en términos militares: «Paso a la defensa circular», en señal de resistencia.

Como es sabido por algunos, la oficina de Eusebio tuvo varias sedes: el Palacio de los Capitanes Generales, el Palacio Lombillo, el Palacio de San Felipe y Santiago de Bejucal, la Casa Pedroso y, por último, la Casa de Francisco Arango y Parreño, y él me subrayó: «terminaré aquí, en Amargura».

Comparto, frente a los desafíos de hoy, al igual que algunas de sus colaboradoras más cercanas, la siguiente interrogante: ¿Qué haría Leal en estas circunstancias? Busquemos en él las respuestas.

Eusebio fue un hombre que amó profundamente a su patria, Cuba y a su ciudad, La Habana; que soñó a favor de un socialismo próspero y sostenible, a favor del bienestar y la dignidad del pueblo.

Su agonía mayor, decía, era lo que le restaba por hacer. Su eterna inconformidad con lo realizado.

Fue también un apóstol, en el sentido de que con su palabra nos trajo un mensaje a los cubanos de hoy y del futuro. Muchos son los discípulos que seguimos su prédica.

Un día tan especial como hoy te recordamos como las piedras de las que Fina García-Marruz nos habló, y sentimos tu ausencia. Te extrañan mucho también los adoquines y las calles que durante tantos años pisastes en tu infinito caminar. Que hoy, por ti, vuelvan a doblar las campanas, a tenderse las sábanas blancas en todos los balcones de tu Habana, y que la linterna de la cúpula del Capitolio ilumine con más fuerza a nuestro pueblo. Gracias por todo, Leal.

Muchas gracias.

sábado, 13 de septiembre de 2025

Avanza la purga cultural de Trump; busca borrar a las minorías de la historia de EU

 Por Jim Cason y David Brooks

Washington y Nueva York., El presidente estadounidense, Donald Trump, ha lanzado una revolución cultural que busca rescribir la historia oficial de su país, borrando narrativas sobre las vidas y luchas de pueblos indígenas, afroestadounidenses, latinos, inmigrantes y gays al censurar literatura y exhibiciones museográficas, así como promover a artistas conservadores “patrióticos”, cuyas cualidades principales parecen ser una lealtad absoluta al mandatario.

Exhibiciones que celebran la experiencia inmigrante y la vida de la comunidad latina ya se han removido de recintos nacionales; obras de teatro y música encabezada por artistas de la comunidad LGBT han sido canceladas en sitios públicos como el Centro Kennedy, en Washington, mientras la Casa Blanca sigue elaborando directrices para más cambios de este tipo. Directores de museos nacionales ya renunciaron o fueron despedidos.

A finales de agosto, el actual director de los museos del Instituto Smithsoniano (complejo de 19 recintos y centros de investigación públicos más importante del país) se reunió con Trump después de que la Casa Blanca emitió una larga lista de obras de arte que ordenaba retirar de exhibiciones públicas. Todo esto “se siente un poco como censura”, comentó en entrevista con el Washington Post Spencer Crow, ex director del Museo Nacional de Historia Estadunidense.

La purga de arte y cultura ya está avanzada. En una visita al Museo Nacional de Historia Estadunidense, La Jornada confirmó que toda la galería nombrada Historia Latina, auspiciada por la familia Molina, la cual el museo describió como “la primera galería dedicada a la experiencia y contribuciones latinas a Estados Unidos”, cerró tres meses antes de lo programado. “Está clausurada por renovaciones”, comentó un empleado del recinto a La Jornada sin más explicación. Varias de las obras de esta exhibición estaban incluidas en una lista publicada por la Casa Blanca de piezas que no eran “consistentes” con la visión del presidente Trump sobre la cultura nacional.

“¿Así se sentían los artistas de la Alemania de Hitler?”

Entre las obras en esa galería se encontraba El 4 de julio desde el sur de la frontera, dibujo del artista y caricaturista mexicano Felipe Galindo Feggo. Según la lista de la Casa Blanca, esta obra se vincula con un artículo publicado en el sitio de la ultraconservadora Federalist Society, quejándose de que “se muestra a migrantes observando los fuegos artificiales del Día de la Independencia a través de una apertura en el muro fronterizo entre Estados Unidos y Mexico”. Esta obra, junto con otra que afirma que “Estados Unidos se robó un tercio del territorio de México en 1848 con el Tratado de Guadalupe Hidalgo”, aparentemente ofendieron al presidente y a su equipo.

“¿Así se sentían los artistas de la Alemania de Hitler cuando sus obras eran etiquetadas como ‘arte degenerado’?’, preguntó Feggo en un comentario enviado a La Jornada.

“El arte es poderoso. Los artistas no deben ser acosados, censurados ni silenciados. La libertad de expresión es un pilar fundamental de la democracia, y cualquier intento de suprimirla debe ser resistido con firmeza”, concluyó.

En el centro de otra galería se exhibe una estatua de unos tres metros de altura parecida a la de la Libertad, pero en esta versión la figura tiene piel morena, un jitomate en una mano y porta una canasta de la misma verdura en la otra. Su pedestal dice: “Yo también soy estadunidense”.

La figura de papel maché, creada por la artista Kat Rodriguez, se hizo famosa porque fue cargada por jornaleros agrarios durante una marcha de 377 kilómetros por la justicia en Florida organizada por trabajadores mexicanos, haitianos y guatemaltecos de la Coalición de Trabajadores de Immokalee en demanda de mejores condiciones de trabajo y protección de los derechos laborales. La obra fue donada al Smithsoniano.

Pero la Casa Blanca decidió que esta información e imágenes no son parte de la historia oficial.

Un representante del museo rehusó confirmar a La Jornada si la estatua y otras obras serán retiradas. Pero un recorrido por una exhibición llamada De muchas voces, cuentos, vidas, nos volvemos Estados Unidos, deja dudas sobre si será tolerada mucho más por este gobierno.

A unos pasos de la estatua, hay otras exhibiciones en torno a cómo la frontera compartida con México, el éxito de los inmigrantes profesionistas, la lucha por la justicia de los afroestadunidenses y la de los derechos de la cominidad LGBT forman parte del mosaico llamado “Estados Unidos”.

Para Donald Trump y sus aliados, esta historia requiere ser blanqueada. “El Smithsonian está fuera de control; todo lo abordado es sobre qué tan horrible es nuestro país, qué tan mala era la esclavitud”, escribió el mandatario en sus redes sociales en agosto. Un comentarista preguntó: “¿cuál fue la parte buena de la esclavitud?”

“Restaurar la verdad”

Las acciones más recientes de la Casa Blanca dan seguimiento a una orden ejecutiva emitida en marzo con la intención proclamada de “Restaurar verdad y sanidad a la historia estadunidense”.

Trump explicó en esa orden que “es la política de mi gobierno recordar a los estadunidenses nuestro legado extraordinario, el progreso consistente en volvernos una unión más perfecta y el historial sin igual de promover la libertad, la prosperidad y el florecer humano”.

En sus instrucciones para implementar esa orden, la Casa Blanca declaró que el propósito de esta evaluación es “asegurar el alineamiento con la directriz del presidente de celebrar el excepcionalismo estadunidense”, entre otras cosas.

Los primeros pasos en este esfuerzo incluyeron el despido del bibliotecario del Congreso y el archivista nacional, el remplazo de toda la junta directiva del Centro Kennedy y decretos que instruyen al Servicio de Parques y otros monumentos nacionales a evaluar su literatura y programas con el fin de excluir contenido “negativo” sobre Estados Unidos y retirar todo lo crítico para el 17 de septiembre.

El presidente también logró recortar el financiamiento tanto de la televisión como la radio públicas, así como del Fondo Nacional de las Artes y el de Humanidades. Además, nombró un equipo para “evaluar” las artes, incluyendo la música y otras expresiones culturales asociadas con instituciones federales. 

Esta “revolución cultural” ha sido acompañada por esfuerzos de censura ya impulsados anteriormente alrededor de Estados Unidos. Se registraron más de 10 mil intentos separados para prohibir libros en este país en 2024, según el PEN American Center.

Todas estas medidas han sido condenadas por bibliotecarios, historiadores, artistas y otros trabajadores culturales.

“Contar la historia de Estados Unidos tiene que abarcar la historia plena y compleja de su pasado y presente, incluyendo una evaluación honesta de males e injusticias, y un reconocimiento del proyecto sin la finalidad de crear una unión más perfecta”, declaró Hadas Harris, del organismo mundial de escritores.

“El esfuerzo de este gobierno de rescribir la historia es una traición a nuestras tradiciones democráticas y un esfuerzo muy preocupante de sacar la verdad de las instituciones que cuentan nuestra historia nacional, que abarca desde el Smithsoniano hasta nuestros parques nacionales.”

https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/09/12/cultura/avanza-la-purga-cultural-de-trump-busca-borrar-a-las-minorias-de-la-historia-de-eu