miércoles, 15 de octubre de 2025

Familia presidencial de EU agregó 5 mil mdd a su fortuna sólo en septiembre

 Por Jim Casón y David Brooks

Washington y Nueva York., Donald Trump, su familia y sus amigos cercanos están usando la presidencia para ganar miles de millones de dólares para sus cuentas personales al manejar el negocio del gobierno, algo que muchos acusan de ilegal y actos de corrupción. 

“Trump no está sólo lucrando mientras sirve de presidente, sino que está usando el poder del puesto para beneficiarse en cada vuelta”, explica Rebecca Jacobs, de la organización dedicada a vigilar la rendición de cuentas del gobierno Citizens for Responsability and Ethics in Washington (CREW).

“En su primer periodo ganó más de 1.6 mil millones de dólares, de acuerdo con sus declaraciones tributarias personales. En su segundo periodo, Trump está otra vez más monetizando la presidencia al cometer mayores abusos por conducto de su cargo y lucrando de maneras aún más claramente corruptas.”

A principios de septiembre, el mandatario y su familia agregaron 5 mil millones de dólares a su fortunas personales cuando la nueva moneda digital WLFI, de World Liberty Financial, se estrenó en los mercados financieros, calculó The Wall Street Journal.

La organización de protección al consumidor Public Citizen acusó que es “la mayor corrupción en la historia presidencial” de este país.

Donald Trump Jr, el hijo del mandatario, calificó estas acusaciones de “tonterías completas”, y la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que “ni el jefe del Ejecutivo ni su familia han participado ni participarán en asuntos financieros que conlleven conflictos de intereses”; sin embargo, la evidencia indica otra cosa.

Steve Witkoff, un ex inversionista en bienes raíces que ahora es el principal negociador del mandatario republicano para los acuerdos de paz en Medio Oriente y Europa, se pasa gran parte de su tiempo viajando entre países para verse con líderes de Arabia Saudita, de Emiratos Árabes Unidos (EUA) e Israel. Dos de los hijos de Witkoff, Zack y Alex, también son frecuentes visitantes a Medio Oriente, reuniéndose con varios de estos mismos líderes para proponerles posibles negocios.

Invierte jeque y EAU recibe chips restringidos a China

Zack Witkoff recién anunció una inversión de 2 mil millones de dólares en la moneda digital World Liberty Financial por parte del jeque Tahnoon bin Zayed al Nahyan, asesor de seguridad nacional de Emiratos y, a la vez, jefe del fondo soberano de los EAU con 1.5 billones de dólares de valor.

“Dos semanas después, la Casa Blanca acordó permitirle acceso a los EAU a cientos de miles de los chips de computadora más avanzados y escasos, una herramienta crucial en la carrera de altas apuestas para dominar la inteligencia artificial”, reportó The New York Times.

“Muchos de los microprocesadores serían enviados a G42, una empresa de tecnología controlada por el jeque Tahnoon, a pesar de que hay preocupaciones de seguridad nacional de que los chips podrían ser compartidos con China”. El rotativo señala que no pueden comprobar que las transacciones están relacionadas una a la otra, por lo que “provocaron preocupaciones de conflicto de intereses”.

A principios de octubre, Jared Kushner, yerno del presidente –casado con su hija Ivanka–, se sumó de nuevo a las negociaciones de paz en Medio Oriente, viajando con Witkoff para reunirse con líderes árabes.

Kushner, quien fue el alto funcionario de la Casa Blanca en el primer periodo de Trump, creó un fondo privado de inversiones después de dejar la Casa Blanca y una de las primeros depósitos que obtuvo fueron 2 mil millones de dólares del fondo soberano de Arabia Saudita.

“Despreciable”, quien pregunte de los negocios

“¿La Casa Blanca decidió que es apropiado que Jared Kushner esté trabajando sobre asuntos que involucran a Qatar, los EAU y Arabia Saudita, tres países que en combinación le han entregado más de 2.5 mil millones de dólares para su empresa de inversiones?”, preguntó un reportero a la secretaria de prensa, Karoline Levitt, hace unos días. Su respuesta fue: “pienso que es francamente despreciable que estés intentando sugerir que es inapropiado”.

Kushner fue quien manejó la iniciativa de 55 mil millones de dólares en la compra de la empresa de videojuegos Electronic Arts por el Fondo Soberano Saudita, reportó Bloomberg. Ese mismo fondo fundó el Torneo de Golf LIV, que patrocina competencias en los clubes de Trump aún cuando es presidente.

Según CREW, el mandatario ha ganado millones de parte de los gobiernos y empresas extranjeras que han acudido a usar sus clubes y hoteles exclusivos alrededor del país.

Para 2026, la Casa Blanca ha propuesto que la reunión del Grupo de los 20 debería realizarse en el hotel Trump National Doral, en Florida, a un costo aún no divulgado.

“En los seis meses recientes, los jefes de Estado de cuatro países se han alojado en propiedades de Trump”, reporta CREW.

Hoteles, clubes y souvenirs

“En un solo día de marzo, Trump jugó un partido de golf con el presidente Alexander Stubb, de Finlandia, en su club de golf en Palm Beach, donde también realizaba una visita el senador Lindsey Graham. Esa noche, el mandatario republicano fue el anfitrión de su par (ecuatoriano) Daniel Noboa y su esposa en (su mansión personal) Mar-a-Lago”. Los gobernantes de Costa Rica, Rodrigo Chaves Robles, y Javier Milei, de Argentina, también han sido invitados a los clubes del magnate.

“Trump usa la presidencia para publicitar sus negocios”, escribe Jacobs. Aparte de la moneda meme $Trump, que ha generado miles de millones para el presidente y su familia, tiene a la venta biblias, relojes y otra mercancía con su apellido como marca. Sus demandas legales a CBS y ABC, por supuestos reportajes falsos, también han resultado en millones para su eventual biblioteca.

“Trump y sus socios han ganado cientos de millones de dólares de sus negocios cripto”, acusó recientemente la senadora demócrata Elizabeth Warren, quien hizo que se incluyera en el registro oficial del Congreso una lista de lo que llama “los primeros” 100 actos de corrupción del gobierno de Trump.

De hecho, no hay duda de que esta presidencia será recordada como el mejor ejercicio de promoción de marca en la historia del país. Hoteles con su apellido, un nuevo sitio de venta de farmacéuticos llamado TrumpRx, gorras (incluyendo algunas con el lema Trump 2028 –insinuando que él o uno de sus hijos se lanzará para la presidencia después de que bajo la ley será el fin de su segundo y último periodo en la Casa Blanca–), todo a la venta en la tienda para visitantes en la Casa Blanca, son sólo algunas de las “mercancías presidenciales”.

Además, la dependencia que produce las monedas y billetes oficiales de Estados Unidos anunció que en el 250 aniversario de la fundación de este país, emitirán una moneda de un dólar con la efigie del actual presidente en ambos lados.

En otras oportunidades para lucrar, el gobierno tiene la intención de abrir un programa farmacéutico en línea, a principios de 2026, que beneficiaría a una empresa que acaba de colocar a uno de los hijos de Trump en su junta directiva, reportó The Wall Street Journal.

Algunos analistas sostienen que hay actos oficiales que resultan en acuerdos con empresas de medios, bufetes de abogados y hasta universidades, por lo que algunos críticos han denunciados esos hechos como sobornos a plena vista y/o extorsión. “Sólo hemos visto la punta del iceberg cuando se trata del daño que esta corrupción causará al pueblo estadunidense. El impacto de los intentos de la familia Trump y allegados para la compraventa de la política y los políticos continuará rebotando”, acusó Bartlett Naylor, de Public Citizen.

La Casa Blanca, al parecer, puede ser un buen negocio.

https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/10/13/mundo/familia-presidencial-de-eu-agrego-5-mil-mdd-a-su-fortuna-solo-en-septiembre

martes, 14 de octubre de 2025

Una gira a tiempo...

                                Por Félix Sautié Mederos

 No soy un crítico de arte ni mucho menos, soy un simple cubano fan  de Silvio trovador que como tal voy a opinar, siempre revolucionario que he luchado mucho por nuestra Revolución cubana, atacada en máximo por el Bloqueo criminal que los de la derecha niegan pero que mata día a día;  y entonces, cuando vivo los años finales de mi vida todo aquello que comparte mis luchas revolucionarias me estimula a seguir viviendo mis muchos años (87) para continuar defendiendo mi “Socialismo fidelista” con que he vivido la mayor parte de mi tiempo de existencia terrenal hasta el momento presente. 

Así las cosas, en este tiempo intenso y extenso de mi vida de que les escribo, surgió Silvio imagen de la Revolución, ser humano con virtudes y defectos como todos somos, que con orgullo digo es mi amigo y camarada del alma, que forma parte de los que no nos cansamos de enfrentar al IMPERIO CRIMINAL que nos ataca. Así veo a Silvio y no puedo decir otra cosa para nunca traicionar a la verdad de mi vida: quiero ratificarlo hoy cuando ha salido de  gira para llevar a Cuba por donde quiera que pasa.  

En mi opinión política vivimos ahora tiempos muy complejos y difíciles, y Silvio trovador incansable ha salido de gira por NUESTRA AMÉRICA, para defender lo que hay que defender a toda costa y cantar lo que hay que cantar para enfrentar al IMPERIO y decir que Cuba vive y vivirá siempre porque sus hijos la sabrán defender en todo momento, de los cuales SILVIO es un adelantado en el tiempo.

Así lo pienso y así veo esta gira de Silvio 2025 por NUESTRA AMÉRICA DEL ALMA.

https://felixsautie.com/articulos.php?una-gira-a-tiempo-necesaria-que-confirma-que-silvio-es-silvio-y-a-la-vez-es-cuba-que-canta

jueves, 9 de octubre de 2025

Si La Habana es la capital de todos los cubanos...

Por Félix Sautié Mederos 

La realización de una gran movilización para la limpieza y mantenimiento de La  Habana, tardíamente en realidad pero efectiva en su actual realización, me motiva a escribir de nuevo sobre un tema que he tratado muchas veces dado la importancia que le confiero a LA HIGIENE Y LA IMAGEN DE NUESTRA CAPITAL; donde nací y vivo actualmente. Que es también la primera ciudad socialista del Continente Americano; y  que además ha sido declarada Ciudad Maravilla. 

En este orden de pensamiento, confieso que no me puedo abstraer de mi condición de habanero “rellollo” ni del juicio crítico sobre lo que hacen y como cumplen sus funciones quienes han ostentado y ostentan la “dirección” de nuestra ciudad Capital en el pasado reciente y actualmente. 

En consecuencia, comienzo por decir que en ninguna circunstancia, se podría justificar en mi opinión, el abandono en que vivimos; y así comienzo mi juicio crítico y mi respuesta a la pregunta que al respecto ha hecho el Presidente en su participación en las reuniones de análisis que sobre el  tema se han realizado en estos días. Considero que al Bloqueo siempre hay que responderle con actividad y respuestas concretas útiles y valientes; y mantener limpia La Habana por encima de todo es una de ellas.

Estoy muy de acuerdo con lo que se ha planteado de que la continuidad y la sistematicidad en lo que se está haciendo es un requisito básico que debe mantenerse en estas medidas actualmente. Lo contrario es totalmente condenable y requiere que se tomen medidas drásticas al respecto con los cuadros responsables que no cumplan con sus responsabilidades en este orden de cosas. 

Así lo pienso y así lo expreso con mi apoyo y saludo a la gran movilización de limpieza y mantenimiento de la Habana en la actualidad con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.

https://felixsautie.com/articulos.php?si-la-habana-es-la-capital-de-todos-los-cubanos-requiere-prioritariamente-la-atencion-de-todos-los-cubanos

miércoles, 8 de octubre de 2025

¿Qué ocurrió el 7 de octubre de 2023?

Editorial de La Jornada

Se cumplieron ayer dos años de la violenta incursión realizada en el sur de Israel principalmente por la organización fundamentalista Hamas, hecho que detonó el genocidio que desde entonces ha estado llevando a cabo en Gaza el régimen de Tel Aviv. Los hechos del 7 de octubre de 2023 son sin duda abominables y condenables, pero hasta la fecha se carece de un panorama completo de lo ocurrido. La versión del gobierno israelí ha sido retomada en forma acrítica y masiva por los grandes medios, y aceptada por muchos segmentos de la opinión pública en forma simplista: una acción de terrorismo gratuito a gran escala que se cobró la vida de mil 139 israelíes –de los cuales, 766 eran civiles–, además de tres mil 400 heridos y 251 secuestrados que fueron llevados a Gaza; una atrocidad que surgió de la nada y que justificaría la barbarie posterior del exterminio de gazatíes y la destrucción de sus ciudades como una obligada acción defensiva israelí en contra de Hamas. 

Dejando de lado una historia de despojo, ocupación, represión y asesinato de palestinos que dura ya 77 años y que ha ido ocurriendo en violación de los principios básicos de la legalidad internacional y a pesar del rechazo de la voluntad mayoritaria de los países, expresada en innumerables resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas, lo que obligaría a ver los hechos del 7 de octubre con una mirada más objetiva, debe considerarse que en días, meses y años posteriores a tales sucesos ha surgido información que obliga a reconocer que lo sucedido en esa fecha fue mucho más complejo que una carnicería perpetrada por terroristas.

El primer elemento de la versión israelí que se demostró falso fue el de que los milicianos palestinos habían decapitado a niños y bebés; la ONU, tras una investigación, determinó en marzo del año pasado que no había pruebas creíbles de que hubieran cometido violencia sexual generalizada en el curso de la confrontación, y señaló que la investigación no había podido culminar debido a obstrucciones del gobierno de Israel.

La organización palestina, por su parte, defendió la incursión como una acción bélica dirigida contra objetivos militares israelíes –de hecho, los atacantes sufrieron mil 609 bajas mortales y acompañaron la acción en tierra con un intenso bombardeo de cohetes sobre diversas zonas de Israel– y aseveró que muchas de las muertes se produjeron como consecuencia de fuego cruzado o por acción de las propias fuerzas de Tel Aviv, como habría sido el caso en el festival de música de Reim, a donde sus efectivos habrían llegado por una confusión y habrían sido atacados, junto con la concurrencia, por helicópteros israelíes. Asimismo, afirmó que algunos de los muertos civiles eran colonos israelíes armados que trataron de presentar resistencia a la incursión.

Más inquietante aún, en su edición del 7 de julio de 2024 el diario israelí Haaretzconsignó que en la incursión Tel Aviv puso en práctica la llamada Directiva Hannibal, que prescribe el asesinato de militares o civiles israelíes que se encuentren en riesgo de ser capturados por fuerzas contrarias a Israel. Tal consigna habría sido aplicada al menos en tres cuarteles en los que se habían infiltrado los combatientes de Hamas, lo que indicaría que un número indeterminado de los muertos israelíes fueron ultimados por sus compatriotas. Y resulta desconcertante que el régimen que encabeza Benjamin Netanyahu supo por medio de sus servicios de inteligencia, con una antelación que iba de un año a varias horas, según las fuentes, que el ataque se produciría y que no hizo nada para prevenirlo.

Incluso hay testimonios de soldados israelíes según los cuales se les ordenó suspender las rondas rutinarias de vigilancia en la frontera de Gaza horas antes de la incursión palestina.

En suma, lo que realmente sucedió en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023 sigue siendo en buena medida desconocido. En cambio, lo evidente e innegable es que esa confrontación fue usada como detonador de una masacre mucho más extendida y masiva, que es la que aún está en curso en Gaza, en la que han perdido la vida casi 70 mil personas –niñas, niños, mujeres y ancianos, en su mayoría–; de la destrucción de localidades gazatíes sobre las que Israel ha arrojado más de 200 mil toneladas de bombas, y de un genocidio con el que se pretende consumar el despojo final de territorio palestino por parte del régimen de Tel Aviv.

https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/10/08/editorial/que-ocurrio-el-7-de-octubre-de-2023

lunes, 6 de octubre de 2025

La sociedad israelí, ante la masacre de Gaza: entre la indiferencia y el entusiasmo

Por Antonio Pita

 “Explosiones, explosiones, solo quiero oír explosiones. Y mirar hacia allí y solo ver el mar”. Nadav Hazen tiene 24 años, es de la localidad israelí de Sderot, a menos de dos kilómetros de Gaza, y cuenta que acude todos los días al mirador del municipio —“mi perro se ha quedado sordo de los bombardeos”, ilustra— para ver desde lo alto cómo progresa la invasión israelí de la Franja, que este martes cumple dos años. “Hay que acabar con todo eso”, dice señalando al minúsculo enclave palestino. “Yo quiero que haya un hotel y un casino. Y vivir allí”.

Desde la distancia, en realidad, no se ve mucho. En parte porque tampoco queda mucho que ver.Es más bien un fondo plano y gris solo roto de vez en cuando por las nubes de polvo que levantan los vehículos militares israelíes al moverse o las que causan los bombardeos. Normalmente, suena el fuego de artillería y los más acostumbrados o quienes han venido a festejar los ataques ni se inmutan. Solo alguno se sobresalta. Un grupo de adolescentes celebra: “Mira, aquí podemos grabar un [vídeo para] TikTok”. Decenas de israelíes se acercan cada día a contemplar el espectáculo de la guerra a este mirador. Algunos están para celebrar los bombardeos; otros, por morbo, curiosidad o la extraña sensación de ver en directo lo que retransmite la televisión. 

Para apreciar el detalle hay un telescopio, como los de los miradores turísticos. Cuesta cinco shekels, poco más de un euro. También una máquina expendedora de refrescos y comida, porque algunos vienen con mantas, picoteo y narguile (pipa de agua) incluso de madrugada, cuando más bombardea Israel. Una familia se pelea por aprovechar el tiempo que da el telescopio para mirar. “Mira, ahí queda en pie un edificio”, dice uno. “¡Hijo, ven a ver el humo y los escombros!”, apremia el padre.

Meir Sterman, de 39 años, viene con su familia y propone una solución para Gaza: “Derruirla por completo” y que “cada uno de los países que critica a Israel” acoja a 30.000 de sus habitantes. Daniel, de 16 años, también quiere “aplanar” Gaza. “A lo mejor entonces Hamás se rinde. Si no metiésemos [en referencia a permitir que entre] ninguna ayuda, generaría presión sobre la sociedad. Y si de verdad hubiese hambre en Gaza, la guerra se acabaría en dos días”, añade. Cree que la solución “más moral” es la “emigración”, el eufemismo de la limpieza étnica de Gaza, “para que no haya más heridos”. “Somos un pueblo que celebra la vida y tenemos el ejército más moral del mundo”, tercia su padre, Doron, de 60. 

El fenómeno no es nuevo. Ya había israelíes que se acercaban a ver los bombardeos durante la ofensiva Plomo Fundido sobre Gaza de 2008. Sus 1.400 muertos en tres semanas parecían entonces muchos, pero esa misma cifra se alcanzó en solo dos días en octubre de 2023, cuando los bombardeos contra la Franja arreciaron a raíz del sangriento ataque de Hamás en Israel, que supuso la jornada más sangrienta en la historia del país, con casi 1.200 muertos y más de 250 rehenes. 

Lo novedoso es más bien cómo las opiniones recogidas en ese mirador están ahora más cerca que nunca del mainstream, del discurso socialmente aceptado y repetido en las calles, la política y los medios de comunicación. Por supuesto, no representan a todos los israelíes, pero el trauma y la sensación de vulnerabilidad que generó la jornada del 7 de octubre de 2023han disparado de golpe las tendencias de las dos últimas décadas: derechización social, deshumanización, demonización o condescendencia paternalista hacia los palestinos y crecimiento del ultranacionalismo de base religiosa.

Esas posiciones alcanzan ahora cada vez más capas de la población, incluidos a muchos de quienes se definen de izquierdas. El discurso genocida, en defensa de la limpieza étnica o de animalización de los palestinos (o de los árabes y musulmanes en general) no es anecdótico en Israel. Más aún cuando la identidad colectiva se articula en torno a la necesidad de un Estado judío y un ejército fuertes para jamás sufrir un nuevo Holocausto, tras el exterminio nazi de seis millones de judíos antes de su creación.

Consensos

Ori Goldberg viene analizando sin concesiones los consensos en su sociedad, la israelí. Es analista independiente, doctorado en Estudios de Oriente Próximo por la Universidad de Tel Aviv, y ha ganado cierta popularidad en la red social X por su condición de voz en el desierto. Para ilustrar el cambio operado por su sociedad desde 2023, recurre a la famosa distinción entre el ello, el yo y el superyó que acuñó el creador del psicoanálisis, Sigmund Freud.

“Es como que nuestro yo y superyó cambiaron de lugar”, resume. “El yo eran las fantasías sobre cómo nos encantaría que todos los palestinos se fueran, no necesariamente matarlos. Era la parte de la que no se habla. El superyó se centraba en la diplomacia, en la solución de dos Estados. El 7 de octubre se escapó la ilusión de que podríamos normalizar la ocupación [militar de los territorios palestinos], así que nos vimos plenamente legitimados para perseguir fantasías, no principios respetuosos. Ese es el cambio: hablar de limpieza étnica, de destrucción, de que no hay inocentes en Gaza, de perpetrar un genocidio y luego ignorarlo o negarlo, se volvió no solo normal sino normativo”. 

Es, también, lo que cuentan los datos. En una encuesta de este mismo agosto, aChord (un centro afiliado a la Universidad Hebrea de Jerusalén que trabaja desde la psicología social para promover la coexistencia) pidió a los encuestados puntuar del 1 al 6 su grado de acuerdo con una frase que se oye en Israel con relativa frecuencia: “No hay inocentes en Gaza”. Un 76% de los judíos israelíes le dio entre un 4 y un 6. El apoyo es más pronunciado entre los votantes de algunos de los partidos de la coalición de Benjamín Netanyahu con la derecha radical y ultraortodoxos, la más derechista de las siete décadas de historia del país, pero notable entre quienes optaron en las últimas elecciones, en 2022, por formaciones hoy en la oposición.

“Hay muchos aspectos difíciles en las relaciones entre grupos: miedo, hostilidad, odio, percepción de superioridad, etc. Pero la deshumanización y la percepción de que no hay inocentes al otro lado es la más difícil y peligrosa de todas, y la que ha conducido a situaciones terribles y horribles a lo largo de la historia una y otra vez. En este sentido, la sociedad israelí está al borde del abismo o, de hecho, ya está en él”, escribió al respecto en Facebook el director general de AChord, Ron Gerlitz.

¿Cómo casa este dato con las imágenes de decenas de miles de personas manifestándose cada semana desde hace dos años, sobre todo en Tel Aviv, para pedir “un acuerdo que ponga fin a la guerra”? Porque no son en absoluto incompatibles. Una encuesta publicada esta misma semana por el Instituto para la Democracia de Israel es particularmente reveladora. Arroja —como todos los sondeos desde hace ya más de un año— una mayoría social a favor del “fin de la guerra” (incluso descontando la opinión del 20% de palestinos con ciudadanía israelí, abrumadoramente favorables). Una reciente del canal 12 la cifraba en el 74%. Incluso del 60% entre quienes votaron a partidos en el Ejecutivo.

En esta del think-tank Instituto para la Democracia de Israel, un 60,2% de judíos israelíes considera que ha llegado el momento de ponerle fin. Y más de la mitad escoge la opción “claramente”. Pero, a diferencia de otras, pregunta también el principal motivo. Solo un 2,3% elige la respuesta “para dejar de causar daños a los residentes de Gaza y comenzar la reconstrucción de la Franja”. Obtienen más puntuación estas razones: “Continuar los combates pone en peligro a los rehenes” (50,4%), “la guerra ya ha logrado la mayoría de lo posible” (15,8%), “el daño económico y social [para Israel] es demasiado grande” (14,5%) y “es necesario detener el deterioro del estatus internacional de Israel” (6,4%).

Una encuesta de agosto del mismo think-tankapuntaba en la misma dirección. Una pregunta era: “¿En qué medida le preocupan, o no, personalmente las informaciones sobre la hambruna y el sufrimiento entre la población palestina de Gaza?” Un 55,6% de los consultados judíos respondió: “Nada”. Un 23,4%, “poco”. Casi un 70% de los encuestados cree, además, del todo o bastante las informaciones de su ejército sobre si los muertos que causa con sus bombardeos en Gaza son civiles o milicianos. En otro sondeo, un 78% considera que las Fuerzas Armadas “se esfuerzan por evitar causar sufrimiento innecesario a los palestinos en Gaza”.

No es solo la indiferencia —o entusiasmo— por las víctimas “del otro lado”. En todo conflicto armado, cada parte realza en mayor o menor medida el sufrimiento propio e ignora o relativiza el ajeno. Es, sobre todo, que la mayoría social parece abrazar posiciones antaño consideradas más extremistas y defiende la comisión de crímenes contra la humanidad o de genocidio. 

“Exiliar a los palestinos”

Por ejemplo, la limpieza étnica de Gaza. La apoya, encuesta tras encuesta, una amplia mayoría de los judíos. Un 82% en la que la Universidad Estatal de Pensilvania (EE UU) encargó en marzo a la empresa demoscópica israelí Grupo Geocartografía. Un 72%, entre todos los israelíes (por lo que previsiblemente también supera el 80% entre la mayoría judía), con la expresión “exiliar a los palestinos”. La hizo el canal 13 de la televisión nacional un mes antes, cuando Trump habló de “limpiar” Gaza de su población para crear la Riviera de Oriente Próximo, algo que no contempla su nuevo plan de paz. En la del canal 12, también entre todos los israelíes y usando el verbo “trasladar” a los gazatíes, lo apoya un 58% de los votantes de la oposición.

En el sondeo de Geocartografía, un 56% de los judíos israelíes va más allá y apoya el famoso transfer (la expulsión forzosa a otros países) de sus conciudadanos étnicamente palestinos. Son casi dos millones de personas, el 20% de la población israelí. El gran defensor de la idea era el extremista Meir Kahane. En los años noventa, el Supremo ilegalizó su partido, Kaj, por su radicalidad y racismo. Hoy, cada año se ven más pegatinas en las calles con la frase “Kahane tenía razón”. Un diputado del partido de Benjamín Netanyahu, Nissim Vaturi, acaba de declarar abiertamente en televisión que, a su juicio, “el interés israelí es que no haya ningún árabe aquí”. “Si pudiéramos expulsar a todos, ya lo habríamos hecho”, añadió.

La encuesta de Geocartografía preguntó también a los ciudadanos si compartían que, “al conquistar una ciudad enemiga, el ejército israelí debería actuar de manera similar” a como lo hicieron en el relato bíblico los israelitas “cuando conquistaron Jericó bajo el liderazgo de Josué, es decir, matar a todos sus habitantes”. Un 47% estuvo de acuerdo. 

Negación

Daniel Bar Tal lleva décadas analizando el conflicto palestino-israelí desde la perspectiva de la psicología social. Profesor emérito de la Universidad de Tel Aviv y expresidente de la Sociedad Internacional de Psicología Política, ha publicado ensayos como Cayendo en el regalo envenenado: el caso del conflicto israelí-palestino. Ahora trabaja en un nuevo concepto (“bestialización”) para ilustrar el proceso que ha observado. “La sociedad israelí se vio extremadamente sorprendida por la acción de Hamás y se sintió muy amenazada y humillada. Y no puede superarlo. Los secuestrados, además, le recuerdan que eso no ha acabado”. El resultado, argumenta, es una suerte de “negación” colectiva de los estragos que su ejército nacional causa en Gaza. “No quieren verse, ni a sus hijos, como los perpetradores. Lo hemos visto también en Rusia, Turquía, Estados Unidos o Bosnia”, señala por videoconferencia. 

Tel Aviv, sábado por la noche. Decenas de miles de personas se manifiestan para presionar por un acuerdo para liberar a los rehenes. Suena el nombre de Netanyahu desde el estrado y la multitud lo abuchea. Las víctimas palestinas no reciben mención y se respeta, y mucho, al ejército que efectúa los bombardeos.

Todo gira en torno a los 48 rehenes israelíes aún en manos de Hamás. “El plan de Trump va a traerlos de vuelta, por lo que ya es suficientemente bueno para mí. El resto de detalles, francamente, me importan menos. Es lo más importante y urgente”, dice Yoav Shelhav, de 60 años. “Cuando ves las imágenes de las condiciones en las que están, son inaguantables. No puedo ni siquiera imaginar ponerme en su sitio”. 

A Hadas le apena, en cambio, que el plan haya tenido que llegar de EE UU y no del Gobierno de Netanyahu. “Está el discurso de que Irán quiere matarnos. Irak, Líbano, Siria… Que lo único que quieren los países árabes es arrojarnos al mar. Crecí con estas cosas, pero nunca me dieron miedo. Teníamos cierta confianza en nosotros mismos, en que éramos fuertes. Lo que de verdad sentimos en los últimos dos años y medio [desde las protestas contra la reforma judicial de Netanyahu, en 2023] es que este Gobierno está destruyendo Israel desde dentro”, asevera Hadas, originario de Haifa pero con tres décadas ya en Tel Aviv. 

La carencia general de alimentos en Gaza se debe a la decisión del Gobierno de Netanyahu de utilizar el hambre como castigo colectivo y arma de guerra, que provoca muertos diarios por inanición y llevó a la ONU en agosto a declarar la hambruna en la zona de la capital. Pero, en el epicentro de las protestas, la plaza de Tel Aviv rebautizada como de los Rehenes y los Desaparecidos, los activistas colocaron medio pan de pita, en referencia a lo que comía uno de los rehenes, en una mesa larga en recuerdo a los ausentes que simula las de la cena de shabat.

De hecho, el foro que representa a los rehenes fue de los primeros en convertir la ayuda humanitaria en herramienta de presión. En octubre de 2023, criticó al Gobierno por ceder ante Washington y aceptar “gratis” que entrasen los primeros cargamentos desde Egipto. Yoav Gallant —el entonces ministro de Defensa y hoy con orden de arresto del Tribunal Penal Internacional por presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad en Gaza— pronunció, a raíz del ataque masivo de Hamás, una frase que Sudáfrica incluyó en la demanda por genocidioque presentó contra Israel en la corte de La Haya: “No habrá electricidad, ni alimentos, ni combustible. Todo está cerrado. […] Nos enfrentamos a animales humanos y actuamos en consecuencia”.

Uno de los principales críticos del denominado sionismo liberal es el conocido periodista del diario Haaretz Gideon Levy. “[La sociedad] Se queda impactada con cada vídeo, desconcertada por el destino de los rehenes demacrados y los soldados muertos. Pero, cuando escuchan noticias de una horrible masacre en un hospital, bostezan, desinteresados”, escribía recientemente. “Se preocupan por la vida de 20 rehenes mientras ignoran que su país mata a un promedio de 20 inocentes por hora”.

El mensaje en los medios

Un factor fundamental es la retroalimentación entre público y medios de comunicación. Una escena del pasado julio en el plató del canal 13 de televisión muestra el estado de ánimo al respecto. Una periodista, Emmanuelle Elbaz-Phelps, asegura: “La guerra en Gaza causa muchos muertos palestinos”. Ante un intento de interrumpirla, añade: “No, no silencies esto. Son cosas que cuesta decir en los platós israelíes, pero es importante hacerlo”. La corta entonces uno de los presentadores, Eyal Berkovich, que afirma: “Con todo el respeto, y tengo mucho por ti: no necesito preocuparme de lo que pasa en Gaza”.

Yinon Magal, el presentador estrella del canal de televisión 14, el favorito de los partidarios de Netanyahu, difundió en Twitter un vídeo cruel con tono cómico cuando Israel y EE UU introdujeron en agosto un nuevo sistema de reparto de ayuda humanitaria, en el que una multitud compite para no morir de inanición y decenas han perdido la vida por fuego israelí. Magal aparece sentado en un parque, tirando migas de pan a unas palomas mientras les dice: “Venid, coged ayuda humanitaria antes de que os haga a la parrilla […] Bibi [Netanyahu] sabe lo que hace, hasta la victoria total. Todas acabaréis fritas, no os preocupéis”.

La hambruna causa risa en ese canal. En aquellas fechas proliferaban las imágenes de niños esqueléticos en Gaza. Uno de los comentaristas se queja de las acusaciones y bromea con que, en realidad, “algunos tienen que bajar de peso”. “Podemos llamarlo inanición selectiva”, responde el presentador. “En las imágenes vemos niños delgados y padres gordos y sanos, incluso con sobrepeso”. Ponen entonces la imagen de una madre con su hijo de cuatro años, que murió desnutrido, y dicen: “Es la imagen de alguien que se ha comido toda la comida de su hijo”. “A lo mejor se ha comido a su hijo”, añade otra, entre las risas de todos.

Zvi Yehezkeli, su comentarista de asuntos árabes, aplaudía en otra cadena, i24, “el asesinato de periodistas palestinos que muestran al mundo una imagen completamente distorsionada y sirven los intereses de Hamás”. “Aún quedan muchos que siguen causando daño reputacional en una batalla en la que no estamos sobresaliendo”, afirmaba. Por esas fechas, el periodista israelí Avraham Grinzig respondía al anuncio del Reino Unido de que reconocería el Estado palestino este septiembre con la frase: “No pasa nada. Con la ayuda de Dios, para septiembre no quedará qué reconocer”.

Tabú

Cambiemos de lugar y de lenguaje. 19 de septiembre por la mañana. Decenas de activistas israelíes judíos se han coordinado por su cuenta (no convoca ninguna organización) para intentar llegar a la valla fronteriza con Gaza y desplegar carteles con un término absolutamente tabú entre sus conciudadanos. “Genocidio”.

La protesta avanza bajo un sol de plomo y en medio del polvo durante más de una hora. La policía arresta a algunos y advierte a otros, pero decide dejarlos llegar a la frontera. Las pancartas y lemas los sitúan en los márgenes políticos de su país, sobre todo porque este percibe —a menudo con razón— las comparaciones con el Holocausto como una negación o relativización de su gravedad. “Basta de supremacía judía desde el río [Jordán] hasta el mar [Mediterráneo]”, “Detengamos el genocidio”, “Libertad para el gueto de Gaza”, “La tercera generación del Holocausto está cometiendo un genocidio”. En su boca, como israelíes judíos, suena   distinto.

“Desafortunadamente, somos una minoría”,admite Roni Federman, de 60 años, con una pancarta en apoyo a la flotilla de ayuda humanitaria hacia Gaza interceptada finalmente la pasada semana. “Aunque la mayoría en Israel apoya el fin de la guerra, está menos interesada en lo que le sucede a la población de Gaza. Todos los días vemos imágenes impactantes, pero no en la televisión israelí. Todos los días decenas de asesinados, niños que rompen a llorar... Es imposible no estar en contra; es imposible callar.”

Galit Samuel, de 56 años y también de Tel Aviv, escoge los términos que sabe cómo suenan en su país. “Es una guerra de exterminio, la Shoá [Holocausto] palestina que están cometiendo los israelíes. Un completo fracaso moral”.

https://elpais.com/internacional/2025-10-06/la-sociedad-israeli-ante-la-masacre-de-gaza-entre-la-indiferencia-y-el-entusiasmo.html?event_log=oklogin

sábado, 4 de octubre de 2025

Mercado en la agricultura. Propuesta

Por Fidel Vascós 

Benavides:

Estoy de acuerdo en establecer el mercado en la agricultura, que es el objetivo de tu artículo. Muy importante lo que señalas sobre el papel del banco que con  sus créditos debe jugar un papel decisivo en este empeño. No obstante, soy del criterio de que el mercado debe actuar según sus propias leyes y categorías y no  estar sujeto a decisiones administrativas de instituciones estatales, salvo cuando ocurran afectaciones puntuales a la población. Por eso, no creo que el gobierno municipal sea el organizador de la concurrencia de las empresas en el mercado, sino que la concurrencia debe ser libre a decidir por los propios productores agropecuarios y sus clientes y suministradores. 


Tampoco estoy de acuerdo en crear una empresa estatal comercial municipal con el objetivo de beneficiar los productos comprados a los productores agropecuarios y venderlos a las empresas comerciales mayoristas y a las empresas industriales de la industria alimentaria. Esto se parece mucho a lo que hay hoy con la Empresa de Acopio y que no funciona. 


La relación entre los productores agropecuarios y las empresas comerciales mayoristas y de la industria alimentaria deben ser directas entre ellos y no a través de un intermediario estatal. Si los productores agropecuarios no pueden beneficiar sus productos, ya surgirán cooperativas y empresas no estatales para cubrir esa necesidad las cuales también podrían beneficiarse de los créditos del banco estatal. 


El banco es una empresa concurrente en el mercado monetario. Opino que, a su vez, pudieran existir bancos y casas financieras no estatales. 


Lo que el gobierno municipal debe priorizar es garantizar el abastecimiento de productos a los consumos sociales mediante el manejo de los precios y los subsidios que lo hagan atrayente a los productores. En cuanto al flujo de la información estadística, todos los centros informantes del municipio deben informar únicamente al órgano municipal de estadística oficial del país y éste informar al órgano de planificación municipal y demás usuarios del municipio y, desde luego, al órgano provincial de estadística. 


Un abrazo.


Fidel Vascos

martes, 30 de septiembre de 2025

Mercado y socialismo

Por Joaquín Benavides Rodríguez

 En un excelente artículo con el título, ASPECTOS CLAVES PARA REPENSAR LA ECONOMIA SOCIALISTA DE LA TRANSICION, el compañero Luis Marcelo Yera, expresa tres afirmaciones que son claves para entender a la luz del pensamiento de Marx y Engels, la relación no contradictoria entre Mercado, Planificación y el Socialismo. Estas son:

 

1.    Hay una idea errónea en que el mercado se contrapone a la planificación. El mercado está asociado en realidad a la competencia, y, por ende, a la existencia del dinero.

2.     Mientras exista el dinero habrá compraventa y, por derivación, mercado.

3.    Lo que se opondría a la planificación es la competencia y la producción anárquicas, pero no el mercado que es el ambiente de compraventa donde se justifica la producción.

 

Mientras países como China y Vietnam, gobernados por Partidos Comunistas, organizan su creciente economía utilizando la planificación, pero sin renunciar al mercado en las relaciones entre las empresas, nosotros en Cuba, continuamos negando el papel objetivo del mercado en las relaciones entre las empresas estatales y con la población. No acabamos de convencernos, a pesar de las evidencias objetivas, que la Ley del Valor funciona en todo el periodo de tránsito hacia el Comunismo, al que según Carlos Marx llegara la humanidad, cuando ¨el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando con el desarrollo de los individuos en todos los aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, solo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en sus banderas: ! De cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades! ¨.

 

¿Alguién en su sano juicio puede pensar que nuestra sociedad, y la economía que la sustenta, que hoy tiene dificultades para garantizar la alimentación y la salud de todos sus hijos e hijas, debe continuar negándose a aplicar consecuentemente la Ley del Valor, o sea el mercado, al menos, en las relaciones entre las empresas propiedad del Estado, los trabajadores y la población? ¿Quién debe decidirlo?

 

En mi opinión, el Consejo de Estado tiene facultades más que suficientes para decidirlo, dándole facultades al Presidente de la Republica para que comience a actuar en consecuencia e informe al IX Congreso del Partido a celebrarse en el Primer trimestre del 2026. Al menos en la actividad agropecuaria y la industria alimentaria las relaciones económicas basadas en el mercado, deberían de iniciarse a la mayor brevedad posible. No se debería continuar solicitándole a las municipios y provincias que tomen decisiones y hagan propuestas. Se les debería entregar por la Dirección del País, la decisión de como actuar, al menos como primer paso, para introducir los principios del mercado en las relaciones entre las empresas estatales, privadas, los productores agrícolas, el banco y la población.

 

Estamos comenzando a conmemorar el Centenario de Fidel. Estoy convencido que Fidel actuaria. Ya estaría realizando experiencias que le permitieran profundizar en el método de como llevar a cabo la introducción del mercado en la economía comenzando por la agricultura y la industria alimentaria.

 

¿Por qué no actuamos como lo haria Fidel en las presentes circunstancias?

 

 29/09/2025


El derecho internacional y la ley del más fuerte

Por Ramón Soriano 

Maquiavelo, depurado y desterrado por los Médici de Florencia, se retiró a una pequeña propiedad en San Casciano in Val de Pesa y escribió durante varias noches su experiencia y opiniones políticas en su obra,  El Príncipe, que tiene hoy la misma vigencia que cuando fue escrita en 1513. Es una monografía que debiera leerse en los institutos, porque cuenta cómo son las cosas de la política y no cómo deberían de ser. La falta de entendimiento de que Maquiavelo escribía como sociólogo y no como ético,  desde la sociología y no desde la moral, fue causa de la quema de sus escritos por la Iglesia católica. Lo que expongo a continuación tiene la misma finalidad: describir los asuntos políticos, no cómo deberían ser, sino cómo realmente son. Y espero tener mejor suerte que Maquiavelo y que ningún Gobierno queme mis escritos. Que la cancelación escrituraria está a la orden del día otra vez en nuestro país.  

Creo que el mejor método de ver y comprobar la fortaleza del derecho internacional es hacer un repaso de la situación y competencias reales de los tres poderes internacionales: legislativo, ejecutivo y judicial. 

Poder legislativo internacional

El Poder legislativo aprueba normas jurídicas, pero sus normas no son respetadas. La causa es el enorme desequilibrio de poder en la estructura de Naciones Unidas entre un Consejo de Seguridad, una especia de poder supremo intocable, y una Asamblea General carente de decisiones vinculantes. Estamos asistiendo al espectáculo de una Asamblea General  clamando por el alto el fuego de Israel contra Gaza y sin embargo el veto de Estados Unidos, miembro del Consejo de Seguridad,  impide que el fuego acabe. Es un hecho reiterado que las normas jurídicas de Naciones Unidas se comportan como las normas programáticas y orientativas de los Estados en materia de derechos sociales. Son norma jurídicamente válidas, pero carentes de eficacia

Muchas normas vigentes no se aplican en la esfera internacional, porque son normas impotentes con pérdida de eficacia desde su promulgación o en desuso, porque ya no se aplican, a pesar de su vigencia. Sucede lo mismo con los derechos de los Estados, donde no faltan normas impotentes y en desuso, pero no llegan a ser tan numerosas como este tipo de normas en la esfera supraestatal. Por otro lado, los Estados se muestran tibios tanto al reconocimiento de las normas supraestatales como, sobre todo, a su práctica, a pesar de que algunos Estados declaran como derecho interno los tratados internacionales, como es el caso de España.

 La falta de eficacia de las normas supone un problema de falta de confianza de la ciudadanía en el derecho. ¿Por qué va a sentirse uno obligado, si otros no respetan las normas que debe cumplir? Últimamente lo vemos en el genocidio de Palestina. Naciones Unidas ha exigido a Israel el cumplimiento de sus resoluciones desde el nacimiento del Estado de Israel. Entre ellas la creación de un Estado palestino. Pero Israel no cumple las resoluciones y Naciones Unidas se desacredita. En la actualidad todas las resoluciones de Naciones Unidas para  detener el genocidio palestino han sido desobedecidas por Israel, que es miembro de Naciones Unidas, con la complicidad de Estados Unidos, también miembro de Naciones Unidas.

Son numerosos los campos del derecho internacional que son constantemente vulnerados. Tenemos en la mente la foto fija del derecho humanitario internacional, quebrantado constantemente por el Gobierno israelí, pero ahí tienen los casos -ya van tres- de destrucción de embarcaciones venezolanas por Estados Unidos sin respeto a los procedimientos jurídicos internacionales. Estados Unidos no detiene e investiga, sino que directamente destruye ¿Pruebas? Ninguna. La que el hegemón quiera inventarse. ¿Derecho internacional? No. La ley del más fuerte.

Poder judicial internacional

El Poder judicial internacional también tiene serios problemas para que sus normas sean respetadas. Con ocasión del genocidio palestino se ha puesto de manifiesto la ineficacia de uno de los más importantes órganos de justicia de Naciones Unidas, la Corte Penal Internacional, creada en 2002 por el Estatuto de Roma. Nos sirve de ejemplo paradigmático. No es que no se haga caso a la Corte Penal Internacional, que sirva para poco; es que es perseguida por realizar su tarea. El presidente estadounidense Trump ha sancionado a algunos miembros de la Corte por involucrar en sus decisiones a soldados de su país. La Corte ha dictado órdenes de detención de Netanyahu, primer ministro israelí,  y éste se desplaza sin problemas por Bielorrusia, Hungría o Estados Unidos  y nadie le detiene. El descrédito de la Corte no puede ser mayor. Únicamente ha condenado a seis personas y todas de países del Sur Global, no del poderoso Occidente.  ¿Tantos recursos humanos y materiales, tantos costes, para que en 22 años la Corte Penal Internacional  haya condenado a seis personas?.

La Corte nace ya herida de muerte por su dependencia respecto al Consejo de Seguridad y porque únicamente este Consejo, la Fiscalía y los Estados pueden presentar una denuncia. Es una inmensa laguna, porque los Estados giran alrededor de intereses creados y mutuas obligaciones les impiden actuar con libertad e imparcialidad. El Estatuto de Roma debió de abrir la legitimidad procesal activa a organizaciones no estatales, que no presentan las rémoras inmovilizantes de los Estados.

Poder ejecutivo internacional

El secretario general de Naciones Unidas es un político mendicante por los Estados, para que se cumplan las resoluciones de la organización mundial a la que representa, que muchas veces colisionan con los intereses de las poderosas potencias reunidas en el Consejo de Seguridad. Lo estamos viendo con frecuencia en los telediarios: el suplicante secretario general, António  Guterres, llamando sin éxito al cumplimiento de las decisiones de  Naciones Unidas. El secretario general es un moderador de las relaciones internacionales; influye, aconseja, pero no manda. Nada que ver con las decisiones del jefe del Gobierno de un Estado.

El Poder ejecutivo internacional no pasa de ser un convidado de piedra, al que se le hace caso o no según le convengan a los Estados de primer nivel. Su incapacidad se manifiesta en los conflictos en los que se practica la destrucción de los derechos humanos y se ejecuta el genocidio de un pueblo, porque por encima del secretario general y sus comisarios está la zona de influencia que controla cada una de las pocas potencias poderosas del mundo. La primera potencia, Estados Unidos, incluso se desentiende de Naciones Unidas, y practica su internacionalismo distintivamente estadounidense (expresión creada por la influyente escuela  neoconservadora), actuando unilateralmente, sin hacer caso a Naciones Unidas ni a sus aliados. Lo vimos en la guerra del presidente G. Bush, acompañado por Aznar y Blair, contra Irak en marzo de 2003.  Y en varias campañas bélicas del presidente Obama. También Obama, premiado con el Nobel de la Paz, practicó el internacionalismo estadounidense a su aire, unilateralmente, al margen del dictado de Naciones Unidas.

Conclusión

Ha desaparecido en gran parte el derecho internacional como lo hemos conocido, sobre todo el derecho internacional humanitario, que comenzó con las Convenciones de Ginebra regulando la  guerra a finales del siglo XIX, a las que ha hecho añicos la complicidad de Israel y Estados Unidos y la cobardía de la Unión Europea. Estamos ante otro derecho internacional en gestación, cuyo norte y formas son todavía imprecisas, y es complicado aventurar ya un pronóstico. Lo único fiable es asegurar que se tratará de un nuevo derecho internacional vigilado y controlado por las grandes potencias, que no se fían unas de otras. Probablemente un derecho internacional fundamentalmente convencional con escasas normas jurídicas, que tendrá como objeto acotar las zonas de influencia de los Estados hegemónicos.  

Hemos vuelto en la esfera internacional al estado de naturaleza, que predicaba la teoría contractualista del derecho -desde los iusnaturalistas hispanos de los siglos  XVI-XVII a los liberales franceses del XVIII-. Esta teoría diseña  el paso del estado de naturaleza, donde imperaba la ley de la fuerza, a la sociedad civil, la cual crea mediante un contrato social un Estado protector de los derechos de las personas. Hemos vuelto hacia atrás. Estamos en los comienzos de un recorrido en sentido contrario: del Estado democrático al Estado absoluto. El desmantelamiento de un edificio jurídico que tanto tiempo y esfuerzos ha costado construir.  

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