Ayer supe la triste noticia de que el excelente oboísta y director Jorge Rivero había muerto. Yoyi, como le decíamos sus viejos amigos, hacía décadas que vivía en México y falleció mientras ensayaba para varios conciertos con la Filarmónica de Jalisco.
Era de una personalidad desbordada, intensa, de esas que evidencian claramente lo que les gusta o lo que no.
Hace algo más de 30 años yo grababa con Diákara algunas canciones para un disco (que publicamos hace poco) y él se apareció en el estudio de Miguel Angel de Quevedo, en Coyoacán. Escuchándonos, se enamoró de la melodía de Variaciones sobre un viejo tema y quiso hacerla con su oboe. Ahí lo pueden escuchar.
Tenga buen viaje por la eternidad Jorge Rivero. Mis muy sentidas condolencias a sus familiares, amigos y compañeros.
Entre Marisela Berti y Yoyi, años 80s, casa de Frank Fernández |
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