Por Jorge Fuentes
jueves, 26 de diciembre de 2024
El mensaje de la Asamblea de Cineastas
miércoles, 25 de diciembre de 2024
Canción de Navidad
El fin de año huele a compras,enhorabuenas y postalescon votos de renovación.Y yo, que sé del otro mundoque pide vida en los portales,me doy a hacer una canción.La gente luce estar de acuerdo,maravillosamente todoparece afín al celebrar.Unos festejan sus millones,otros, la camisita limpia,y hay quien no sabe qué es brindar.Mi canción no es del cielo,las estrellas, la luna,porque a ti te la entrego,que no tienes ninguna.Mi canción no es tan sólode quien pueda escucharla,porque a veces el sordolleva más para amarla.Tener no es signo de malvadoy no tener tampoco es pruebade que acompañe la virtud.Pero el que nace bien parado,en procurarse lo que anhelano tiene que invertir salud.Por eso canto a quien no escucha,a quien no dejan escucharme,a quien ya nunca me escuchó,al que en su cotidiana luchame da razones para amarle,a aquel que nadie le cantó.Mi canción no es del cielo,las estrellas, la luna,porque a ti te la entrego,que no tienes ninguna.Mi canción no es tan sólode quien pueda escucharla,porque a veces el sordolleva más para amarla.(diciembre de 1988)
sábado, 21 de diciembre de 2024
Cubano
Me alcé en La Demajagua
y muy poco después
recorrí el largo cuerpo de la isla
al lado del Titan;
si buscan con paciencia encontraran mi rostro
perdido, casi irreconocible,
entre esa masa que en agosto de 1933
se echó a la calle, ansiosa
de ajustarle las cuentas al tirano;
me golpearon y torturaron en los años cincuenta
y abandoné mis libros de estudiante,
mis herramientas, mis poemas,
mi pequeño negocio, mis dos bueyes
para volverme ese soldado que lo arriesgara todo
cerrándole el paso a los americanos
en los años sesenta.
Pero quiero recordar, tambien,
que he vivido del contrabando por trescientos años
y ni se sabe cuántos burlándome de todo, a mi,
el hijo de españoles negociantes y negros cimarrones,
de trashumantes chinos y gallegos y haitianos,
de isleños, de judios y de árabes;
a mi, el rey del trago y de la mesa y de la fiesta,
el canalla rumbero,
el guardián de su casa, el sostén de sus hijos, el amante hipotético de todas las mujeres,
hay que marchar delante.
Hay que ser el Mayor en la llanura,
el genio de Marti pasando hambre,
Ernesto Che Guevara durmiendo sobre el suelo,
igual que sus soldados
o Fidel en el Moncada.
Para las ordenes absurdas
tengo el “se acata pero no se cumple”
y la risa en los labios.
Necesito saber a donde voy
y ver que llego.
Ténganlo todo en cuenta, compañeros.
jueves, 19 de diciembre de 2024
Al día siguiente...
19 de diciembre de 1969 (viernes)
Comenzamos a bajar desde el Sahara español, por lo que hemos pasado por Mauritania, Senegal, Guinea portuguesa, Guinea, Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil, Ghana, Togo, Dahomey, Camerún y Gabón. Hemos visto la costa varias veces, pero no sé en cual de esos países. Ahora estamos frente al Congo portugués, a donde es muy probable que entremos. Nos encontramos en los 5º de latitud sur, 3º longitud oeste.
El contacto con el “Mar del Plata” lo haremos frente a Sudáfrica, con posibilidades de entrar a puerto.
También es probable que tengamos que entrar de nuevo a Las Palmas, para hacer petróleo antes de marchar rumbo a Cuba (no sé cuándo llegaremos).
Leí otros seis capítulos de Sinuhé y me dormí después de las 2.
miércoles, 18 de diciembre de 2024
Un día como hoy, hace 55 años...
18 de diciembre (jueves)
Hoy es la cosa.
Almorcé y estoy algo nervioso porque sé que de un momento a otro me vendrán a buscar.
Hoy todos se divierten a costa de todos,
Los certificados no están terminados aún, pero quedan pocos.
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Ya me tiraron.
Tomé en el camarote de Gregorio.
Hubo ofendidos, alterados, propasados, pero cuando a uno se le ocurrió mencionarme yo mismo me zambullí y después serví de verdugo.
A muchos les tocó más de una vez.
Estoy borracho. Creo que no podré cantar .
La tripulación se desató como una horda.
La gente sudaba y respiraba, sedienta de los oficiales.
Los perseguían por las tripas de la nave y los arrojaban a la piscina de agua salada.
Fue una fiesta de subordinados.
El único que se salvó -por supuesto- fue Batista, el capitán, que lo miraba todo con su tabaco sonriente.
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A la 5 de la tarde pasamos la línea del Ecuador: latitud 0, longitud 5º oeste.
martes, 17 de diciembre de 2024
La guitarra voladora me cantó de madrugada
El 17 de diciembre de 1965, fallece María Teresa Vera.
Por Miguel Ojeda*
La guitarra voladoraEn mi sueño, un Guanajay,
con sus poderes de anciana.
Me contó de pocas hembras
Su madre que sueña soles,
20 años de esperanzas.
Me habló antes de un febrero
Hierrezuelo en alboradas.
Viajes y discos inmensos,
La Historia se escribe a manos
Ahora parte la guitarra
María Teresa que viste
¡ A tu Vera yo te sigo;
*Miguel Ojeda.
Maestro de radialistas.
Distinción por la cultura cubana.
Laureado de la cultura.
Sellos, Micrófonos y Medallas de La Radio Cubana.
lunes, 16 de diciembre de 2024
A 10 años de la fugaz reconciliación EEUU-Cuba
Al mediodía del 17 de diciembre de 2014, el presidente Barack Obama en Washington y el presidente Raúl Castro en La Habana asombraron al mundo con un anuncio televisivo simultáneo: Estados Unidos y Cuba habían acordado normalizar relaciones diplomáticas y poner fin a más de medio siglo de amargo conflicto. “Como resultado de un diálogo al más alto nivel”, informó el presidente Castro a su país, “hemos logrado avanzar hacia la solución de algunos temas de interés mutuo”.
El lenguaje de Obama fue mucho más dramático. “Hoy, Estados Unidos elige soltar las cadenas del pasado para alcanzar un mejor futuro: para el pueblo cubano, el pueblo estadunidense, para todo nuestro hemisferio y para el mundo”, anunció. En la privacidad de la Oficina Oval, Obama fue aún más efusivo. “Como diría Joe Biden”, comentó el presidente a sus asistentes en la Casa Blanca, “este es un acuerdo chingón”.
Y lo era. Por coincidencia, nosotros dos nos encontrábamos en La Habana el “17 D”, como llaman hoy los cubanos a esa fecha icónica, cuando se divulgó la noticia del dramático acontecimiento. La euforia pública fue instantánea. La gente desfiló en las calles para celebrar, los autos sonaban el claxon, las iglesias tocaban las campanas. Meseros y conductores de autobuses nos estrechaban la mano, chocaban nuestras palmas en alto, incluso nos abrazaban. “Por fin podré comprar una nueva camioneta Ford”, exclamó un chofer de los clásicos automóviles estadunidenses que dan servicio de taxi en Cuba, resumiendo las esperanzas del pueblo cubano por un futuro mejor.
Después de más de 50 años de constante hostilidad en Estados Unidos hacia Cuba –con predominio de peligrosos episodios de la guerra fría, como la invasión de Playa Girón, la Crisis de los Misiles, conjuras asesinas de la CIA, la violencia terrorista de los exiliados y el persistente bloqueo comercial estadunidense–, la reconciliación entre Washington y La Habana restableció plenos lazos diplomáticos, normalizó los viajes de estadunidenses, expandió el comercio e inició la colaboración en áreas claves de interés mutuo. En marzo de 2016, Obama se convirtió en el primer presidente estadunidense en viajar a La Habana desde la revolución. “He venido a sepultar el último remanente de la guerra fría en las Américas”, declaró en su mensaje al pueblo cubano. “La ruta en la que estamos ahora continuará más allá de mi gobierno”.
El optimismo de Obama resultó equivocado. Hacia finales del segundo año del gobierno de Donald Trump, la histórica apertura hacia La Habana estaba prácticamente cerrada. Una por una, Trump rescindió las autorizaciones ejecutivas de Obama al viaje y el comercio, remplazándolas con un montón de nuevas y duras sanciones, las cuales se mantuvieron casi sin alteración en la era de Biden.
Diez años después de la apertura, la euforia y el dinamismo económico que generó han desaparecido. La economía cubana casi ha colapsado, golpeada por la enorme escasez de alimentos, medicinas, combustible y electricidad, que ha creado una funesta crisis humanitaria para el pueblo. Los que pueden abandonan la isla en tropel; los que no, enfrentan crecientes privaciones. Diez años después de las grandes esperanzas generadas por la reconciliación, muchos cubanos experimentan un profundo sentimiento de desesperación ante el futuro.
Y puede que lo peor esté por venir. Con la resurrección de Donald Trump, y su designación del extremista de derecha Marco Rubio como secretario de Estado, Cuba enfrenta un retorno a la era de la guerra fría, de intervención en busca de un cambio de régimen. A medida que crezcan las tensiones en los próximos meses, el décimo aniversario de la reconciliación sirve de recordatorio de que existe una alternativa productiva a una postura de hostilidad y cambio de régimen: una alternativa que debería ser atractiva para un presidente decidido a reducir la migración irregular, bloquear la influencia hemisférica de China y Rusia, y evitar conflictos sin sentido en el extranjero.
La deténte cubana
El acuerdo histórico entre Estados Unidos y Cuba fue producto de la valentía política y de un tenaz compromiso de ambas partes con la diplomacia creativa. La valentía pertenece en su mayor parte a Obama, quien estaba decidido a enfrentar un intrincado desafío de política exterior que había atormentado a diez de sus predecesores en la Casa Blanca. Obama sentía también intensa presión de importantes naciones latinoamericanas, encabezadas por México, para que cumpliera sus promesas de campaña de 2008, de “escribir un nuevo capítulo” en la historia de las relaciones cubano-estadunidenses.
Al principio de su segundo término presidencial, en los primeros meses de 2013, Obama encargó a su consejero adjunto de seguridad nacional, Benjamin Rhodes, abrir un canal trasero hacia Cuba con el objetivo de cambiar fundamentalmente el futuro de las relaciones entre los dos países. Con astucia, decidió evitar ir paso a paso y buscar en cambio un paquete completo. “Si voy a hacer esto”, instruyó a Rhodes, “quiero hacer lo más que podamos de una vez”.
La diplomacia ultrasecreta entre Washington y La Habana ocurrió durante reuniones furtivas en Canadá, Trinidad y Tobago y, finalmente, en el Vaticano, en Roma. Rhodes y Ricardo Zúñiga, especialista de Seguridad Nacional sobre América Latina, representaron a Obama; Raúl Castro asignó a su hijo, el mayor Alejandro Castro, y a otro funcionario militar. En el curso de 18 meses, los dos lados negociaron tanto un intercambio de prisioneros –canjeando al subcontratista de Usaid Alan Gross y a un infiltrado de alto nivel de la CIA, capturados en La Habana, por tres agentes cubanos, parte de los “cinco de Cuba”, encarcelados en Estados Unidos desde 1998– como el proceso para normalizar las relaciones. El 16 de diciembre, el presidente Obama llamó directamente a Raúl Castro desde la Oficina Oval para concluir los detalles del acuerdo. “En esa habitación”, relató un asistente de la Casa Blanca que estuvo presente, “había una percepción de un momento histórico”.
En sus presentaciones televisivas, los dos presidentes delinearon los contornos de una nueva relación. Como gesto humanitario, Cuba acordó liberar a 53 presos políticos y colaborar con la Cruz Roja Internacional y Naciones Unidas sobre derechos humanos y condiciones de las prisiones. Obama se comprometió a revisar la designación de Cuba como Estado patrocinador de terrorismo y aflojar las restricciones al viaje y el comercio. Ambos países acordaron reinaugurar formalmente sus embajadas, que fueron cerradas cuando el gobierno de Dwight Eisenhower rompió relaciones diplomáticas con Cuba, en enero de 1961, pero reabrieron como “secciones de interés” durante el gobierno de James Carter.
El proceso de normalización avanzó con rapidez. Después de una revisión oficial, en abril de 2015 la Casa Blanca retiró a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo internacional, y ambos países reabrieron oficialmente sus embajadas ese verano. En preparación para su histórico viaje a la isla, en marzo de 2016, Obama aflojó significativamente las restricciones a los derechos de los estadunidenses a visitar la isla, permitiendo que los viajeros individuales se trasladaran bajo la amplia categoría “persona a persona”. Para facilitar los viajes, el gobierno reanudó el servicio aéreo comercial regular; por primera vez en más de medio siglo, los viajeros pudieron volar de Cuba a Estados Unidos en aerolíneas como American Airlines, Delta, United y Jet Blue. Obama también autorizó que los cruceros de su país atracaran en puertos cubanos. “Tenemos enorme confianza en el pueblo estadunidense como embajador de las cosas que nos importan”, dijo en su momento el hombre clave de la Casa Blanca en Cuba, Benjamin Rhodes. “Creemos que es la mejor forma de conectar al pueblo cubano con el mundo”.
Compromiso positivo: una historia de éxito
La luna de miel de la détente con Cuba duró apenas dos años. Pero incluso en ese corto lapso, produjo resultados mesurables. Aunque los derechistas de línea dura, encabezados por el senador Marco Rubio y el ex senador Robert Menendez, atacaron a Obama por no negociar la capitulación del gobierno cubano, la breve era de reconciliación tuvo un éxito abrumador, según cualquier norma razonable de objetivos de política exterior.
Para expandir la cooperación en áreas de intereses estratégicos e internacionales mutuos, Washington y La Habana establecieron una comisión bilateral para supervisar el trabajo de 18 grupos de trabajo diplomático, incluso en temas de seguridad nacional como migración y combate al narcotráfico y al terrorismo. Dos de los grupos también emprendieron pláticas sobre asuntos contenciosos: derechos humanos y reclamos sobre propiedad.
El relajamiento de restricciones a los viajes expandió la libertad de viajar para residentes en Estados Unidos que deseaban ver Cuba por sí mismos. Durante el primer año de la normalización, el número de visitantes estadunidenses a Cuba creció de 92 mil a 163 mil; después de que Obama restauró el servicio aéreo comercial y autorizó que los cruceros incluyeran puertos cubanos, las compuertas del viaje estadunidense a la isla se abrieron de modo exponencial. Además de los 517 mil cubanos que visitaron a sus familias en 2016, más de otros 600 mil viajeros estadunidenses pusieron pie en la isla en 2016 y 2017, antes de que las restricciones impuestas por Trump entraran en vigor.
La corriente de viajeros estadunidenses dio un impulso inmediato a la economía cubana, en particular al tambaleante sector privado. El número de emprendedores cubanos que atendían a los turistas –taxistas, restauranteros, guías de turistas, artistas, músicos, hoteleros privados, entre otros– se multiplicó de la noche a la mañana. Los alquileres de Airbnb ilustran el dramático impacto financiero.
En 2015, cuando Obama autorizó a Airbnb a empezar a trabajar con propietarios cubanos de casas que querían alquilar habitaciones a visitantes estadunidenses, el sitio registró unas 2 mil reservaciones; para 2019 el número se había elevado a 35 mil. Cuba se convirtió en el mercado de crecimiento más rápido de Airbnb, lo que expandió en mucho las oportunidades de empleo para dueños de viviendas, cocineros, limpiadores de casas, pintores, carpinteros, choferes y guías. Durante el viaje de Obama a La Habana, en marzo de 2016, un miembro republicano de su comitiva de negocios, el ex secretario de Comercio Carlos Gutierrez, caracterizó la estrategia del presidente como “una gran jornada de derechos humanos” porque favoreció la causa de independencia económica individual y libertad para que los cubanos “desarrollen su propia visión de futuro”.
El viaje presidencial incluyó también a ejecutivos de alto nivel de Airbnb, PayPal, Google y los hoteles Marriott, entre otros representantes empresariales. Junto con Obama, se reunieron con varios cientos de emprendedores cubanos, lo que envió una clara señal de apoyo al sector privado. En un despliegue de “diplomacia beisbolera”, Obama llevó también a los Mantarrayas de Tampa Bay a que dieran un juego de exhibición con un equipo cubano de estrellas. Incluso, Obama apareció como invitado en el programa de televisión más popular de Cuba, expresando su gratitud por la amabilidad y apoyo que recibió durante su visita. Y ante el gobierno de la isla, expresó su certeza de que Cuba y Estados Unidos, que habían sido enemigos cercanos durante más de medio siglo, podrían coexistir de manera pacífica y así lo harían. “El bloqueo va a terminar”, predijo Obama durante una conferencia de prensa con Raúl Castro. “Este es un nuevo día entre las dos naciones”.
El retroceso trumpista
En los días siguientes al viaje de Obama, funcionarios de la Casa Blanca creían con optimismo que el proceso de normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba no sólo era exitoso, sino también “irreversible”. “El hecho del asunto es que el pueblo estadunidense y el cubano, de manera abrumadora, desean que esto ocurra”, dijo Ben Rhodes en junio de 2016. “Alguien que quiera descarrilar este proceso tendría que trabajar contra los deseos abrumadores de su propio pueblo”, afirmó. “Este barco ha zarpado”.
Sin duda, la apertura de Obama hacia Cuba fue inmensamente popular tanto en su país como en el extranjero. Los aliados de Washington en todo el mundo la aplaudieron, el papa Francisco la bendijo, al pueblo cubano le encantó, y el público estadunidense en general la apoyó, con inclusión de más de la mitad de los cubano-estadunidenses. Incluso, una revisión interdepartamental realizada en los primeros cinco meses de Trump en el cargo concluyó que el compromiso positivo de Obama fue un éxito de política exterior. Pero, si bien el compromiso produjo resultados dramáticos, en especial en el frente diplomático, dos años no fueron tiempo suficiente para que echara raíces. Ningún sector interno significativo, en particular los poderosos consorcios empresariales estadunidenses, desarrolló un interés suficiente en esa política como para invertir escaso capital político en defenderlo de Donald Trump.
Durante la campaña presidencial de 2016, Trump prometió a los conservadores cubano-estadunidenses que desmantelaría la política de Obama. El 16 de junio de 2017, repudió la normalización y resucitó el cambio de régimen, diciendo a una vociferante multitud de cubano-estadunidenses en Miami: “Con efecto inmediato, cancelo el pacto completamente unilateral del pasado gobierno con Cuba”. Nuevas reglamentaciones restringieron los viajes, impusieron límites a las remesas y bloquearon los negocios con compañías cubanas manejadas por los militares, entre ellas la mayoría de los hoteles. Los grupos de trabajo diplomático que atendían asuntos de interés mutuo fueron desarticulados.
Ese otoño, después de que varios ejecutivos de la embajada estadunidense reportaron misteriosos síntomas neurológicos (conocidos más tarde como “síndrome de La Habana”), el Departamento de Estado redujo el personal a un grupo esquelético y expulsó a la mayor parte del personal de la embajada cubana. Con eso el trabajo diplomático se redujo al mínimo y se detuvo el proceso de visados, lo que puso fin a los intercambios culturales y educativos.
En 2019, el consejero de Seguridad Nacional John Boltón lanzó la política de “máxima presión” para cortar todos los envíos de intercambio extranjero hacia Cuba. El gobierno eliminó los viajes educativos de persona a persona, prohibió que los visitantes permanecieran en la mayoría de los hoteles y redujo drásticamente el servicio aéreo. Interrumpió los embarques de petróleo venezolano a Cuba mediante sanciones a los transportistas y presionó a países latinoamericanos para que cancelaran sus convenios de servicio médico con Cuba. Trump puso en práctica el Título III de la Ley de Libertad Cubana y Solidaridad Democrática de 1996 para desalentar a los inversionistas extranjeros, amenazándolos con litigios en tribunales estadunidenses por lucrar con propiedades nacionalizadas.
En sus meses finales, el gobierno limitó las remesas familiares de cubano-estadunidenses y luego obligó a Western Union a dejar de hacer envíos a la isla. En una acción de despido, pocas semanas antes del ascenso de Joe Biden al poder, Trump volvió a colocar a Cuba en la lista del Departamento de Estado de gobiernos patrocinadores del terrorismo, con lo que coartó la capacidad de Cuba de participar en actividad financiera internacional.
En conjunto, estas medidas constituyeron las sanciones más severas desde que se impuso el bloqueo en la década de 1960 y tienen un costo anual de miles de millones de dólares para la economía cubana. Luego vino el Covid-19. Afectada por problemas estructurales típicos de las economías de planificación central y debilitada por las sanciones estadunidenses, la economía cubana era como un paciente con condiciones preexistentes. La industria turística estuvo cerrada durante casi dos años, con pérdida de ingresos por más de 6 mil millones de dólares. Las visitas familiares cesaron, lo que cerró el principal canal que quedaba para las remesas, las cuales cayeron de 3 mil 700 millones de dólares estimados en 2019 a 2 mil 400 millones en 2020 y mil 900 millones en 2021. Para cuando Trump dejó el cargo, Cuba estaba en crisis y poca huella quedaba de la política de compromiso de Obama.
Biden: medidas a medias
La elección de Joe Biden en 2020 parecía prometer algún alivio. Durante la campaña, criticó el impacto de las políticas de Trump sobre las familias cubanas y prometió restaurar la política de normalización de Obama “en gran parte”. Pero nunca lo hizo. La política interna tuvo que ver, como siempre ocurre con la política hacia Cuba. El primer jefe de gabinete de Biden, Ron Klain, era un veterano de la estrecha derrota de Al Gore en 2000, luego de que el entonces presidente Bill Clinton devolvió a Elián González, de 6 años, a su padre en Cuba. Esa acción desató una tormenta en la comunidad cubano-estadunidense de Miami que costó la presidencia a Gore. Para Klain, Cuba siguió siendo el “tercer riel” de la política en Florida. El estilo personal de Biden también tuvo su parte. En asuntos contenciosos, gustaba de consultar con antiguos colegas del Senado. Con respecto a Cuba, lo hizo con el presidente del Comité de Relaciones Exteriores, Bob Menendez, senador demócrata por Nueva Jersey, feroz opositor a cualquier compromiso, cuyo voto de calidad en el dividido Senado era esencial para la agenda legislativa de Biden.
Bajo presión de América Latina, Biden ofreció algunas medidas a medias para evitar un boicot de la novena Cumbre de las Américas, celebrada en 2022. Eliminó limitaciones a las remesas y restauró en parte el viaje de persona a persona, pero mantuvo la prohibición de hospedarse en hoteles del gobierno. Luego de un retraso de dos años, aprobó cambios de reglamentos para ayudar al sector privado emergente cubano, pero mantuvo restricciones financieras que limitaban su capacidad de aprovechar las nuevas reglas. Más importante es que dejó a Cuba en la lista de estados patrocinadores del terrorismo, pese a que el secretario de Estado admitió en público, y el presidente mismo en privado, que no tenía por qué estar allí.
El resultado ha sido una incoherente política híbrida, con elementos de compromiso injertados en la política trumpista de cambio de régimen. Al acercarse la era Biden a su fin, pocos indicios hay de que el presidente vaya a utilizar sus últimos días en el cargo para cumplir las promesas sobre política hacia Cuba que hizo en 2020.
Trump recargado
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca podría presagiar un retorno a la “máxima presión”, en especial con Marco Rubio como secretario de Estado y Michael Waltz como consejero de Seguridad Nacional. Rubio y los cubano-estadunidenses del Capitolio sin duda la impulsarán, como hicieron en el primer gobierno de Trump. Señalarán que 72 por ciento de los cubano-estadunidenses de Florida votaron por él y que una encuesta reciente de la Universidad Internacional de Florida (UIF) encontró que casi tres cuartas partes de ellos apoyan la máxima presión para promover un cambio de régimen.
Sin embargo, reiniciar la máxima presión agitaría un avispero. Luego de ocho años de intensas sanciones exacerbadas por los errores políticos del gobierno cubano, la isla padece una crisis económica y social sin precedente. La vida es tan difícil y las perspectivas para el futuro tan sombrías, que más de un millón de cubanos –casi 10 por ciento de la población– han emigrado en los diez años pasados. De ellos, tres cuartas partes se han dirigido a Estados Unidos: 650 mil han llegado sin documentos a la frontera sur. Si Trump adopta políticas que profundicen la crisis cubana, la nueva avalancha de migrantes podría empequeñecer esos números, lo que complicaría seriamente sus planes de poner fin a la inmigración irregular.
No es probable que los cubano-estadunidenses apoyen cerrar la frontera sur a migrantes cubanos, y la ley de inmigración prohíbe la discriminación con base en la nacionalidad. Si el gobierno intenta hacer una excepción para los cubanos, esa política sin duda será disputada en tribunales. Los planes de Trump de deportar a inmigrantes indocumentados podrían enfrentar problemas aún mayores. Al separar a migrantes cubanos recientes de sus familias, muchas de las cuales pagaron miles de dólares a traficantes para que los trajeran, se causaría una tormenta política en el sur de Florida. Setenta y dos por ciento de los participantes en la encuesta de la UIF apoyan el perdón humanitario para cubanos inmigrantes y la mitad planean traer a Estados Unidos a familiares que permanecen en Cuba.
En política exterior, sanciones más severas contra Cuba complicarían las relaciones con México. La presidenta Claudia Sheinbaum apoya a Cuba enviando petróleo barato. En 2023, su mentor y predecesor, Andrés Manuel López Obrador, advirtió al gobierno de Biden que la migración cubana disparada por las sanciones estadunidenses causaba problemas a México y complicaba la cooperación con Washington en temas migratorios. La cooperación con México, como aprendió Trump en su primer periodo, es indispensable para limitar la migración indocumentada y el tráfico de narcóticos por la frontera sur, ambas prioridades para Trump.
Agravar las sanciones contra Cuba también podría complicar el deseo de Trump de mejorar relaciones con Rusia. Los vínculos de Moscú con La Habana se han estrechado en años recientes, extendiéndose más allá de la cooperación económica hacia una “asociación estratégica”. Cuba ha defendido la argumentación rusa para la invasión de Ucrania, lo que la convierte en un aliado valioso en el Sur Global. Y Putin sin duda valora tener un enclave en el vecindario cercano a Estados Unidos, aunque sea sólo como una espina geopolítica al lado de Washington. En suma, Rusia tiene un claro interés en la supervivencia del régimen cubano.
Si las sanciones logran desestabilizar a Cuba al punto de que el Estado caiga y surja la violencia, la presión de los cubano-estadunidenses para una intervención militar de Washington será inmensa. Funcionarios electos cubano-estadunidenses exigieron intervención en julio de 2021, en respuesta a la supresión gubernamental de manifestaciones en toda la isla, aun cuando esas manifestaciones, pacíficas en su mayoría, sólo duraron pocos días. La intervención estadunidense envenenaría las relaciones con América Latina por una generación.
Es notoria la inclinación de Donald Trump por las transacciones. Prometió a los cubano-estadunidenses que sería duro con Cuba si votaban por él y lo hicieron, en números casi sin precedente. Pero también es notorio que actúa por interés propio, de modo que, si una política de apretar tuercas con Cuba le causa fuertes dificultades para realizar su política de inmigración –el centro de su atractivo electoral–, podría optar por no hacer nada o incluso buscar alternativas que impliquen cierto nivel de compromiso. Enviar alimentos y medicinas como ayuda humanitaria, canalizados por medio del Comité Internacional de la Cruz Roja y la organización Cáritas de la Iglesia católica, reduciría la presión migratoria sin beneficiar directamente al gobierno. Autorizar medidas para facilitar el desarrollo del sector privado cubano, al que Trump dijo apoyar en su primer periodo, tendría el mismo resultado.
La lección principal de la fugaz reconciliación que comenzó hace 10 años, el 17 de diciembre de 2014, es que el compromiso beneficia a ambos países, y que líderes audaces y decididos pueden lograrlo. El entusiasmo con que cubanos, estadunidenses y personas de todo el mundo abrazaron la perspectiva de paz entre Estados Unidos y Cuba subrayó cuánta falta hace esa reconciliación. Tanto Barack Obama como Raúl Castro hablaron de reconstruir puentes entre sus naciones, y ambos reconocieron que sería difícil poner fin a décadas de animosidad.
Ha resultado más difícil de lo que cualquiera esperaba en los días felices que siguieron a aquel 17 de diciembre, pero los vínculos que ligan a Cuba y Estados Unidos –de familia, comercio, cultura y los intereses compartidos que resultan de vivir uno al lado del otro– vencerán con el tiempo la resistencia incluso de los políticos más recalcitrantes. Como reconoció Henry Kissinger hace medio siglo, el “antagonismo perpetuo” entre Estados Unidos y Cuba no necesita ser algo normal.
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*Peter Kornbluh y William M. LeoGrande son coautores de Diplomacia encubierta con Cuba: Historia de negociaciones secretas entre Washington y La Habana (Fondo de Cultura Económica, 2015). Este artículo está adaptado de un artículo en Foreign Policy.
Traducción: Jorge Anaya
domingo, 15 de diciembre de 2024
Una contribución desde la academia para enfrentar la crisis en Cuba
Por Humberto Blanco Rosales
El CEEC realiza desde 1995 sus seminarios anuales, con participación de académicos y especialistas de diversas instituciones. Este año se celebra el 35 aniversario de su creación.
Académicos y especialistas de diversas instituciones participaron en el Seminario Anual del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC) que, bajo el título: Entre lo hecho y lo impostergable”, estuvo dedicado al análisis de los grandes retos económicos y sociales que enfrenta Cuba en el momento actual.
La presentación y debate del resultado de sus investigaciones serán publicadas en 2025, en la oncena entrega de la serie de libros “Miradas a la Economía Cubana”.
La cita se concretó los días 4 y 5 de diciembre, en el Hotel Meliá Cohíba. En esta ocasión tuvo la connotación especial de realizarse como culminación de las actividades por el 35 aniversario de la fundación del Centro, ocurrida el 29 de mayo de 1989.
A propósito de esta celebración, el Seminario fue precedido el día 3 de diciembre de un acto solemne en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, en la cual se pronunciaron palabras alegóricas a la trayectoria del CEEC y de tributo a antiguos integrantes, asi como de reconocimientos a profesores del Centro con una larga y destacada trayectoria en las Ciencias Económicas.
Además se recibieron diplomas de reconocimiento de más de 20 entidades académicas, gobiernos territoriales, empresas y organismos.
Unas 90 personas asistieron a los dos días del Seminario, la mayor asistencia registrada en la historia de estos eventos científicos que de forma ininterrumpida se efectúan desde 1995. Como es habitual se dieron cita, además del claustro del CEEC, profesores e investigadores de diversas entidades de la Universidad de La Habana y de otras instituciones académicas con las cuales el Centro sostiene relaciones de colaboración, así como empresarios de los sectores estatal y privado, funcionarios de entidades gubernamentales, estudiantes de la carrera de Economía y algunos medios de prensa.
El evento contó con dos conferencias de inauguración y clausura a cargo de los académicos Martín Rama, de la Universidad de la República de Uruguay (UDELAR) y Julio Carranza, del CEEC, respectivamente. El experto uruguayo disertó acerca de los retos para una inserción de Cuba en instituciones financieras internacionales, señalando opciones, ventajas y riesgos, así como las acciones y alianzas que se considera necesario emprender.
Al concluir el Seminario, el doctor Julio Carranza, hizo una síntesis de los principales asuntos tratados en los dos días. Contextualizó la compleja situación internacional actual y sus impactos para Cuba e insistió en la necesidad de una reforma integral, impostergable y profunda de la economía cubana, en la cual se conecten, en secuencia adecuada, las transformaciones en lo macroeconómico, sectorial, microeconómico y social, con énfasis en dos direcciones urgentes: la transformación de la empresa estatal y del sistema de producción agropecuaria.
Finalmente, destacó dos factores a modo de conclusión: la necesidad de una visión sistémica y la presión del tiempo, al que calificó de variable muy crítica.
Primer día de sesiones
El Seminario tuvo un total de cuatro paneles, en los cuales, como ya es habitual, profesores y colaboradores del CEEC presentaron un total de 12 ponencias que abarcaron desde la inserción internacional de la economía cubana y la macroeconomía hasta la política social, pasando por el análisis de algunos sectores clave y del sistema empresarial.
Este año, se introdujo la novedad de incorporar comentaristas en cada uno de los paneles, quienes con sus observaciones y criterios contribuyeron a enriquecer las exposiciones y propiciar los debates posteriores.
A continuación de la conferencia inaugural, el primer día se desarrollaron dos paneles. El primero bajo el título “Situación macroeconómica e institucional”, estuvo moderado por Carranza con los comentarios de Carlos Enrique González, ambos del CEEC, y las siguientes tres ponencias:
-Crisis económica y vulnerable inserción externa: la urgencia de transformaciones postergadas. Antonio Romero Gómez – Centro de Investigaciones de la Economía Internacional (CIEI) – UH.
-Apuntes para un programa de estabilización macroeconómica. Dr. Carlos Lage Codorniu – PNUD y MSc. Karina Cruz Simón – CEEC-UH.
-Instituciones y desarrollo: la reforma y sus límites. Dr. Juan P Triana – CEEC-UH.
Este panel, además de evaluar la crítica situación del país en cuanto a los desequilibrios macroeconómicos, analizó las serias limitaciones en su sector externo, la inserción internacional de la economía y en las reglas del juego (instituciones) vigentes, su relación con los problemas estructurales de larga data que padece la economía cubana y las transformaciones aún pendientes. Así, en sus reflexiones adelantaron un conjunto de posibles transformaciones y alternativas para poder revertir tal situación.
El segundo panel del día, titulado “Desafíos sectoriales en el contexto actual”, tuvo los comentarios del Dr. Leandro Zipitría de la Universidad de la República de Uruguay y fue moderado por el Dr. Humberto Blanco, del CEEC. Se presentaron tres ponencias contentivas de reflexiones y propuestas de cambios en tres sectores cuya situación actual y significado para la urgente dinamización de la economía y la solución de carencias básicas de la población son cruciales:
-Sector agropecuario en Cuba: reformas pendientes. Dra. Anicia García – CEEC-UH / Consultora PMA.
-Reformas al turismo en Cuba: viejos y nuevos desafíos. Dr. Miguel A Figueras y Dra. Niurka Cruz Sosa – CEEC-UH.
-Infraestructura física en Cuba: estado actual y perspectivas. Dr. Ricardo Torres Pérez – American University
Segundo día de sesiones
El segundo día de sesiones, jueves 5, también contó con dos paneles, además de la conferencia de clausura. En ambos se trataron otras dos importantes dimensiones de las transformaciones por realizar, también bajo la óptica de abordar una evaluación de la situación actual en la temática presentada, causas subyacentes y transformaciones necesarias.
El primero de ellos: Distorsiones microeconómicas y empresariales, con los comentarios del Dr. Martín Rama (UDELAR) y la facilitación de la sesión a cargo de la MSc. Consuelo Ameneiro, del CEEC, tuvo tres ponencias relativas a los actores económicos, el sistema bancario y el modelo productivo vigente:
-La banca comercial en Cuba: avances y caminos por recorrer. Dr. Francisco F. Borras – CEEC-UH.
-La segmentación del modelo productivo en Cuba: causas y consecuencias. MSc. Ricardo González Águila – CEEC-UH.
-El sistema empresarial en Cuba: una transformación impostergable. Dra. Ileana Diaz y Dr. Humberto Blanco – CEEC-UH.
Finalmente, el segundo panel del día de cierre del Seminario, bajo el nombre “Escenario actual de las políticas públicas” abordó en tres ponencias temas de alto impacto por su transversalidad y relación con el desarrollo sostenible de la nación. Este panel contó con los comentarios de la Dra. Mayra Espina, del Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo y como moderadora a la Dra. Niurka Cruz, del CEEC.
Las ponencias fueron:
–El sistema cubano de ciencia, tecnología e innovación: apuntes para una reforma. Dr. Guillermo Andrés Alpízar – Universidad de Pisa.
–La política social en Cuba 2019-2024: apuntes para una reforma. Dra. Dayma Echeverria – CEEC-UH / Consultora PMA
Dra. María del Carmen Zabala, FLACSO- UH
–Encuentros y desencuentros de la sostenibilidad y la equidad en el modelo de desarrollo cubano: reflexiones para el debate.
Dra. Silvia Odriozola Guitart – Facultad de Economía, UH.
Con la realización de este Seminario, uno de los de mayor impacto en los 35 años de historia del CEEC por su calidad académica y organizativa, el amplio debate suscitado, la pertinencia de las temáticas tratadas y la crítica situación por la que atraviesa el país, el Centro se ratifica como referencia ineludible en los estudios sobre la economía y la sociedad cubanas y por su activa contribución, con reflexiones y propuestas, al desarrollo sostenible del país.
sábado, 14 de diciembre de 2024
El duro relato de una doctora de EEUU al explicar la situación en Gaza
Alejandra Martins / BBC News Mundo
La doctora Tanya Haj-Hassan es especialista en cuidados intensivos pediátricos y durante la última década viajó múltiples veces a Gaza a enseñar medicina.
Pero nada preparó a esta médica estadounidense para la escala de lo que vio allí en los últimos 14 meses.
En un reciente testimonio ante un Comité de Naciones Unidas en Nueva York, Haj Hassan no pudo contener las lágrimas al relatar su experiencia como voluntaria en un hospital en la zona central de Gaza.
"Como uno de los pocos observadores internacionales a los que se les permite ingresar a Gaza, puedo decirles: pasen solo cinco minutos en un hospital allí y les quedará dolorosamente claro que los palestinos están siendo intencionalmente masacrados, matados de hambre y despojados de todo lo necesario para sustentar la vida", afirmó la médica en su testimonio.
"Nuestros colegas están siendo asesinados en cifras récord…Hemos sostenido las manos de niños que respiraban por última vez sin más que un extraño para consolarlos", agregó.
La ofensiva israelí en Gaza se inició tras el ataque de Hamás en el sur de Israel del 7 de octubre de 2023, en el que murieron cerca de 1.200 personas y más de 200 fueron tomadas como rehenes.
Desde entonces, las operaciones militares israelíes en Gaza han dejado cerca de 44.000 fallecidos, incluyendo más de 17.000 niños, y más de 100.000 heridos, según datos del Ministerio de Salud de Gaza.
Más de 11.000 personas siguen desaparecidas, presuntamente bajo escombros, según la defensa civil palestina.
A continuación, te presentamos la conversación que Tanya Haj-Hassan mantuvo con BBC Mundo.
La pediatra Tanya Haj-Hassan examina a un niño herido en el Hospital Mártires de Al Aqsa en Deir al Balah, en la zona central de Gaza. |
Usted dijo en su testimonio ante la ONU que basta pasar cinco minutos en un hospital de Gaza para saber qué está ocurriendo allí. Háblenos sobre su experiencia.
Los hospitales están llenos de pacientes heridos, mutilados, moribundos, enfermos de epidemias, demacrados, muy, muy delgados.
Soy médica. Nos especializamos en mantener la vida. Y en el hospital en el que estuve se ve que todo lo que quisiéramos brindar a los pacientes para mantener su salud, desde la seguridad frente a lesiones traumáticas y enfermedades hasta nutrición, es imposible y los pacientes están muriendo por todas esas cosas.
En las guerras normalmente cuando entras a un departamento de emergencias la mayoría de las personas heridas que verás serán hombres jóvenes en edad de luchar.
En Gaza estamos viendo gente desde la cuna hasta la tumba, desde recién nacidos hasta ancianos, mujeres, hombres, familias enteras, por lo que está muy claro que Israel está matando a los palestinos en Gaza indiscriminadamente por medios violentos, pero también mediante el hambre, las enfermedades y condiciones que han sido generadas deliberadamente para que la vida no sea sostenible.
¿Podría compartir con nosotros algunas de las historias que mencionó en su testimonio?
Cuando estuve en Gaza hice anotaciones en un pequeño diario. Aquí lo tengo.
Déjame leerte algunas anotaciones. "14 de marzo, hepatitis A rampante, varias víctimas mortales, falleció un bebé con marasmo (desnutrición calórica grave)"…
Otro día escribí: "Un médico de cuidados intensivos con un brazo fracturado intubó a un paciente. El médico había sido herido en un ataque israelí, regresó al trabajo con un brazo enyesado y realizaba los procedimientos necesarios usando solo sus dedos porque no podía mover el brazo...
Tengo tantos casos en mi diario. Sohan, Heba, Mashan, Hassan, Ali, Ibrahim…
Háblenos del primer caso que relató en la ONU, háblenos de la madre…
La recuerdo muy bien. La trajo su marido. Ella estaba en una silla de ruedas y se sostenía el estómago. Tenía la mirada en blanco; traté de hablarle pero no respondía.
El esposo me dijo que había dado a luz hacía siete días. Y le dije, ¿dónde está el bebé? y él sacudió la cabeza y dijo: 'No podemos encontrar ni al bebé ni a su hermanito pequeño, creemos que están atrapados bajo los escombros'.
Ella simplemente estaba muda. Los niños a menudo llegaban con esa misma mirada al servicio de emergencia, en silencio, con las pupilas muy dilatadas, con la mirada perdida.
Es el puro trauma. Honestamente, yo ni siquiera puedo encontrar las palabras para describir lo que vi. No puedo imaginar cómo ellos procesan en su mente lo que les está sucediendo.
Habló en la ONU de Mohamed, el niño de 5 años con las manos muy pequeñas…
Te leo lo que escribí en mi cuaderno. "Mohamed, 5 años, lesión de entrada y salida por el cráneo, parece un disparo, no hay camas de cuidados intensivos".
Estaba demasiado inestable para llevarlo a una tomografía computarizada y murió en la mesa de reanimación.
El diario dice: "Llevado a la morgue, sin padres, manos y pies tan pequeños, últimas expresiones: de dolor".
Nosotros los médicos lo llevamos a la morgue porque no tenía familiares sobrevivientes.
He llorado tantas veces por las historias que estoy leyendo.
En pediatría, en otros lugares donde he trabajado, rara vez sucede que un niño muera sin nadie a su alrededor.
Normalmente tienes a una madre al lado de la cama que está sollozando, tienes una familia que está de duelo, ellos deciden cómo quieren enterrar al niño.
En Gaza es diferente. En el caso de Mohamed no había nadie, creen que mataron a la familia en el mismo ataque.
Estoy hablando de niños, pero obviamente esto le está pasando a madres, padres, primos, hermanos, hijos, hijas, a todos.
Quiso enviarnos esta foto que aparece arriba, cuando intenta salvar a dos primos de los que habló ante la ONU, Mohammad y Massa…
Eran muy pequeños, intentamos reanimarlos en la misma camilla. Llegaron entre muchas víctimas cuando un edificio de apartamentos entero fue alcanzado por un misil y se derrumbó, y más de 40 personas murieron, incluyendo varios miembros de la familia extendida de Mohammad y Massa.
Mohammad era muy pequeño y pálido y no podíamos determinar dónde estaba sangrando. Ni siquiera con una ecografía pudimos encontrar una vena para ponerle una vía intravenosa. Estaba deshidratado, sus vasos sanguíneos estaban colapsados.
Probablemente tenía una hemorragia en alguna parte, tal vez en su cerebro. Murió en la mesa mientras intentábamos reanimarlo.
Y Massa inicialmente se veía bien pero comenzó a perder el conocimiento. Le hicimos un escáner de la cabeza, tenía una lesión cerebral traumática y entró en coma.
Necesitábamos sangre para ambos niños y recuerdo que el banco de sangre dijo que la sangre se estaba acabando y que no tenía ningún tipo O negativo para darnos debido a la gran cantidad de pacientes.
Los propios habitantes de Gaza están desnutridos y están donando sangre.
Cuando me fui de Gaza Massa estaba en cuidados intensivos. Escuché que sus padres resultaron heridos, no sé si sobrevivieron. Incluso si Massa sobrevive tendrá probablemente una discapacidad importante.
Pero quiero enfatizar que estos no son casos excepcionales. Cada persona que conocí en Gaza perdió parientes, amigos, colegas, vecinos a los que mataron.
"En la sociedad civil estamos hartos de las mentiras, de la hipocresía, de la propaganda, del intento de justificar lo injustificable". |
Usted se refirió especialmente a los ataques contra los trabajadores de la salud en Gaza. La Organización Mundial de la Salud dijo en octubre que desde el 7 de octubre de 2023 mataron en Gaza a cerca de 1.000 trabajadores de la salud.
Los trabajadores sanitarios y los centros sanitarios han sido un objetivo durante años.
Incluso yo escribí sobre esto en un artículo en la revista The Lancet en 2014, cuando una UCI pediátrica recibió tres impactos.
Pero desde octubre del año pasado los trabajadores de la salud han muerto en cifras récord. Los mataron, los hirieron, los detuvieron ilegalmente. Y los que fueron liberados denunciaron torturas físicas, psicológicas y sexuales.
No tengo una explicación, no sé por qué apuntarías contra los trabajadores de la salud a menos que estés tratando de destruir todo lo necesario para sustentar la vida. Los médicos representan la esperanza, la voluntad de mantenerse vivo.
Pregunté a algunos de mis colegas que fueron detenidos y liberados por qué pensaban que eran un objetivo y uno de ellos relató: "Los soldados israelíes me llamaron con las palabras: 'Tú, la persona de la bata, ven conmigo'", y uno de los enfermeros relató "A mí me dijeron 'tú, el enfermero, ven aquí'".
Así que ni siquiera los llamaron por su nombre cuando fueron detenidos sino por su profesión.
En su testimonio leyó mensajes de sus colegas en Gaza. Y no pudo contener las lágrimas con el mensaje de Saed, un enfermero: "Quiero que todo el mundo sepa que soy un ser humano, un ser humano creado por Dios".
Usted ha hablado de la deshumanización de los palestinos, ¿cómo explica que el mundo no esté tomando medidas más enérgicas para protegerlos?
Honestamente, no sé cómo se puede permanecer en silencio ante este nivel, esta gravedad y velocidad de destrucción humana. A menos que veas las vidas palestinas como de menor valor.
Ha habido un excepcionalismo en lo que respecta a los palestinos y sus derechos.
No sólo desde octubre del año pasado, durante toda mi vida.
Y sé que los medios tienen un papel muy importante que desempeñar en eso.
En muchos medios principales los niños palestinos nunca son niños, pero los niños israelíes son niños. Los palestinos no tienen nombres, los israelíes tienen nombres. Los palestinos mueren pasivamente por alguna causa desconocida, nunca son asesinados activamente por un perpetrador identificado. Es realmente impactante.
No recuerdo qué medio de comunicación en Reino Unido describió a soldados israelíes de las brigadas de los Altos del Golán que murieron en un ataque como "víctimas adolescentes". Tenían 19 años y eran oficiales del ejército de ocupación.
Pero en el caso de los palestinos de 14 años que están siendo encarcelados bajo detención administrativa sin cargos y enfrentan tribunales militares, de alguna manera no es noticia que sean niños.
Yo soy pediatra. Sé lo que técnicamente es un niño y lo que técnicamente no es un niño, y a los niños palestinos no se les permite ser niños. Son despojados de su inocencia. Son despojados de su humanidad y de su identidad. Siempre son anónimos.
Dra. Haj-Hassan, usted dijo ante la ONU que algún día "alguien desenterrará estos testimonios" y "tendremos que enfrentarnos a lo que ocurrió…". ¿Puede explicar esto?
Existe un tratado llamado Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.
Es que no se puede curar el genocidio, sino prevenirlo. Luego se castiga a los responsables.
Hemos fracasado en prevenir el genocidio. Y no me refiero sólo desde octubre del año pasado. La población palestina ha estado sometida a una lenta limpieza étnica durante décadas.
Dos tercios de la población de Gaza son refugiados de otras partes de Palestina. Durante mi testimonio dije que en 2019, cuando estaba en el hospital Al Shifa en Gaza, fui testigo personalmente de un adolescente que recibió un disparo en el cuello mientras protestaba pacíficamente durante la llamada Gran Marcha del Retorno.
Israel y países como EE.UU. y Reino Unido rechazan que lo que está sucediendo en Gaza sea un genocidio y aseguran que los israelíes tienen derecho a defenderse ante la amenaza de Hamás.
Amnistía Internacional, un comité de Naciones Unidas, y la propia proclamación de intención genocida de Israel no están de acuerdo con esa posición. Pienso que esto ya no es un tema de debate.
¿Qué acciones pidió ante la ONU?
¿Qué acción espero? He estado esperando acciones durante décadas. He estado esperando que se respeten todas las resoluciones de la ONU, pero se han violado una y otra vez.
Y en particular en cuanto al veto estadounidense a un cese el fuego en Gaza una y otra vez en el Consejo de Seguridad, ¿cómo se justifica vetar una resolución para detener atrocidades?
Honestamente, como pueblo, y cuando digo como pueblo me refiero a los trabajadores de la salud y todos en la sociedad civil, estamos hartos de las mentiras, de la hipocresía, de la propaganda, del intento de justificar lo injustificable.
Finalmente, Dra Haj-Hassan, usted terminó su testimonio diciendo que la valentía de los trabajadores sanitarios palestinos debería ser un ejemplo para todos nosotros. Y acabó con una pregunta: ¿qué estamos arriesgando?
Tuve varios colegas en el hospital donde trabajaba antes, en un país del Norte global, que me llamaron aparte para decirme "estamos de acuerdo con lo que estás haciendo, estamos orgullosos de ti". Pero lo hicieron discretamente, tras puertas cerradas.
Otros colegas me dijeron: "Desearía poder hablar sobre esto como lo haces tú, pero sustento a mi familia y me preocupa el impacto que esto tendría en mi trabajo".
Básicamente, la gente está preocupada por la clara opresión contra aquellos que hablan en contra del genocidio y a favor de proteger al pueblo palestino.
Entonces yo hice esa pregunta en la ONU, la hice porque hablar siempre tendrá un costo.
Ni una sola persona en la historia que luchó contra la injusticia, que luchó por el fin de la esclavitud o por el fin del apartheid sudafricano no pagó un precio.
Todo el mundo tendrá que pagar un precio cuando rechaza una injusticia tan generalizada, tan arraigada en estructuras de poder dominantes.
¿Qué consecuencias hubo en su caso?
Algunas personas arriesgan no solo perder el empleo sino incluso la seguridad. Yo he recibido múltiples amenazas de muerte. Y conozco a muchas personas que han hablado y han recibido amenazas de muerte.
Ustedes entrevistaron al Dr. Hussam Abu Safiya en el hospital Kamal Adwan. Él perdió a su hijo, él mismo hace unos días resultó herido. Y se niega a salir de su hospital.
Nuestros colegas palestinos han perdido mucho y aún así continúan trabajando de acuerdo con sus valores.
La pregunta que hice en la ONU está dirigida a todos los que nos sentimos cómodos o nos preocupa sacrificar esa comodidad al decir algo que sabemos que debería decirse, pero tenemos miedo de cómo será recibido.
Mi pregunta está dirigida a todos los que están sentados en casa, que están horrorizados por lo que está sucediendo, pero que no hacen nada porque tienen miedo de las repercusiones.