martes, 17 de septiembre de 2013

Puntualizando


Debo aclarar que no invité a Robertico Carcassés a mis conciertos en los barrios. De la misma forma que no he querido hacer “un show” de esos conciertos, asumiéndolos como parte de la función natural de un músico, tampoco he invitado a otros, sino que he preferido tomar nota de los colegas que voluntariamente se han ido ofreciendo. En este caso está Robertico, desde hace mucho.

Tomé la decisión de que fuera precisamente en los próximos dos conciertos, al enterarme de que había sido sancionado a una separación indefinida de su función social.

Creo que Robertico cometió una gran torpeza al escoger el acto por la liberación de Los Cinco para lanzar su pliego de reclamaciones. Hubiera preferido que lo hiciera en otro concierto, en un disco, en otro ámbito, porque considero que la lucha por la libertad de Los Cinco es una bandera sagrada del pueblo de Cuba, muy por encima de otras consideraciones.

Lamentablemente, a la torpeza de mi compañero siguió otra por parte de la institución que rige el trabajo de los profesionales de la música en Cuba.

Por repudio a prácticas de este tipo en otros tiempos, por rechazo a la idea de que volvieran a instaurarse, tomé la decisión de invitar a mis próximos conciertos al músico sancionado, porque un error no debe conducir a otro, pero sobre todo porque me parece espantoso que la causa de Los Cinco pueda usarse como pretexto para un acto de represión.

Como ciudadano cubano, Robertico tiene derecho a manifestar en su país lo que piensa. Me parece un error lamentable que lo haya hecho en el acto por nuestros héroes atiterroristas, que han sacrificado sus vidas por la seguridad del pueblo. Asimismo tampoco estoy de acuerdo con la sanción desmedida de prohibirle a un músico realizar su función.

Cuando una persona pública se expresa controversialmente, le corresponde a la opinión pública ponderarlo. Espero que más temprano que tarde comprendamos esto y actuemos en consecuencia.

Vivan Gerardo, Ramón, Fernando, Antonio y René.



NOTICIA: La Habana, martes 17 de septiembre de 2013, 17:45 hs.

Autoridades del Ministerio de Cultura se reunieron hoy con Robertico Carcassés y las conversaciones fueron tan positivas que han decidido dejar sin efecto la sanción.

Dicen que la gente hablando se entiende. Ojalá así sea siempre.

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La Habana,  18 de septiembre de 2013, 08:47

No he tenido noticias de que cuando Robertico Carcassés terminara su actuación, la noche del 12 de septiembre, hubiera espectadores del concierto ofendidos. 

Ni siquiera eso pasó temprano, a la mañana siguiente.

¿Por qué? 

Porque si alguien logró escuchar lo que dijo, en medio del caos visual y sonoro que caracterizó la escena durante toda la noche, lo más probable es que no le diera tanta importancia (que fue lo que a mi me sucedió). 

Por otra parte, el elenco que pasó por allí era tan dispar y asombroso como para que se cantara o dijera cualquier cosa, además de los esperados reclamos a favor de Los Cinco. 

La octogenaria Juana Bacallao, ser que amo, se despidió pidiendo que regresaran los cinco “porque estaban muy buenos”, nada raro dentro del estilo que la hace una gloriosa singularidad de nuestra cultura. 

Las reacciones adversas aparecieron a media mañana del día siguiente, cuando empezaron a llegar cables exaltando un supuesto “revire” de Robertico en las mismas narices de un “régimen” que esa prensa suele calificar de dictatorial y persecutorio. 

La prensa provocadora de siempre estaba marcando un guión que algunos en Cuba se creyeron y empezaron a seguir a pie juntillas.

A mi modo de ver, eso es lo que más daño nos ha hecho.

Y nos puede seguir destrozando, si no comprendemos que debemos escribir nuestro propio guión y no seguirnos portando como los perros de Iván Pavlov ante ciertos estímulos.

Llegar a nuestras propias conclusiones, no esperar a lo que dice el de enfrente para una interpretación de la realidad, yo lo considero parte de ese cambio de mentalidad que nos ha pedido nuestro Presidente. Esa evolución nos convertiría en ciudadanos de una era en que algunos viejos asuntos pueden tratarse de una nueva manera, lo que nos permitiría, incluso, dejar atrás un poco de enajenación.

Yo creo que si logramos ser ese tilín mejores, hasta nuestros hijos van a vernos más cercanos y menos aburridos.

sábado, 14 de septiembre de 2013

El viejo árabe y su hijo

Un viejo árabe vivía en Idaho, Estados Unidos, desde hacía 40 años...

Quería plantar patatas en su jardín, pero arar la tierra ya era un trabajo muy pesado para él. Su único hijo, Ahmed, estaba estudiando en Francia.

Entonces el anciano decide mandarle un correo electrónico, explicándole el problema:

- Querido Ahmed: Me siento mal porque no voy a poder plantar mis patatas este año. Estoy muy viejo para arar la parcela. Si tú estuvieras aquí, sé que removerías la tierra por mí. Que Alá esté contigo. Te quiere, tu Papá.

Al día siguiente recibe un correo electrónico de su hijo:

- Querido Papá: Por todo lo que más quieras, no revuelvas la tierra del jardín. Ahí es donde tengo escondido aquello. Te quiere, Ahmed.

A eso de las cuatro de la madrugada, aparecen la Policía local, agentes del FBI, de la CIA y representantes del Pentágono que dan vuelta a toda la tierra del jardín, buscando materiales para construir bombas, Antrax o lo que fuera... Pero no encuentran nada y se retiran.

Esa misma mañana el viejo árabe recibió otro correo electrónico de su hijo:

- Querido Papá: Seguramente la tierra del jardín ya está lista y podrás plantar las patatas. Es lo mejor que pude hacer desde aquí. Te quiere, tu hijo Ahmed.




miércoles, 11 de septiembre de 2013

Los 15 de Los 5


Queridos amigos:

Recuerdo hoy cuando llegué a la penitenciaria de Florence. Iba con una sentencia de vida a cuestas. Ingresaba en lo que algunos reclusos llamaban "el cementerio de hombres vivos". Muchos de los que allí conocí estaban destinados a morir en esa u otra prisión del sistema federal. Sus posibilidades en las cortes de lograr una fecha de salida eran nulas. Algunos ya habían cumplido mucho tiempo encarcelados. La violencia era el pan de cada día entre aquellos muros. No era fácil encontrar a alguien lo que pudiéramos llamar normal y pacifico. Casi todos arrastraban algún hecho violento en su record, fuera y dentro de la prisión. Personas con desajustes mentales abundaban en aquel lugar.

Recuerdo, en algunas conversaciones con los mas veteranos entre las rejas, que varios decían que cuando se llegaba a los 15 años ya comenzaban a aflorar los trastornos psicológicos y físicos, que nadie podía aguantar tanto tiempo, que era cuando "la prisión es prisión".

Y, bueno, hoy cumplimos nuestros 15 sin el menor síntoma de locura ni el menor vestigio de pesimismo, todo lo contrario, cada día mas claros y creativos, cada día mas optimistas y serenos.

Me atrevo a decir que recluso alguno jamás ha recibido la cantidad de cartas que hemos recibido en este prolongado injusto encierro, cartas llenas de hermandad y de amor, cartas de personas de todas las edades desde todas las latitudes y en especial cartas de muchos niños, con su peculiar manera de expresar su sincero cariño y su amor a la patria.

Las muestras de solidaridad no se han detenido ni han disminuido desde que se dio a conocer nuestra situación al pueblo y al mundo.

La ruda vida en prisión me demostró que un hombre inocente, con convicciones puras, querido por su pueblo y por muchos amigos, jamás perderá su cordura ni dejará se quebranten su integridad y su moral, así esté en la celda mas aislada en la que lo puedan poner.

Dijo el Apóstol de nuestra Independencia, José Martí: "Un principio justo desde el fondo de una cueva puede mas que un ejército".

Nuestro eterno agradecimiento por su apoyo gigante y constante, que nos hace ser resistentes y sentirnos libres.

Cinco abrazos fuertes.
¡Venceremos!

Antonio Guerrero Rodríguez
11 de septiembre de 2013
Prisión Federal de Marianna.

martes, 10 de septiembre de 2013

Una canción con 40 años



santiago de chile (1973)

Allí amé a una mujer terrible,
llorando por el humo siempre eterno
de aquella ciudad acorralada
por símbolos de invierno.

Allí aprendí a quitar con piel el frío
y a echar luego mi cuerpo a la llovizna,
en manos de la niebla dura y blanca,
en calles del enigma.

Eso no está muerto:
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el vil soldado.

Allí, entre los cerros, tuve amigos
que entre bombas de humo eran hermanos.
Allí yo tuve más de cuatro cosas
que siempre he deseado.

Allí nuestra canción se hizo pequeña
entre la multitud desesperada:
un poderoso canto de la tierra
era quien más cantaba.

Eso no está muerto:
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el vil soldado.

Hasta allí me siguió, como una sombra,
el rostro del que ya no se veía.
Y en el oído me susurró la muerte
que ya aparecería.

Allí yo tuve un odio, una vergüenza,
niños mendigos de la madrugada.
Y el deseo de cambiar cada cuerda
por un saco de balas.

Eso no está muerto:
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el vil soldado.



miércoles, 4 de septiembre de 2013

Cintas amarillas

Alocución de René González, Luchador antiterrorista y Héroe de la República de Cuba, en la TV el 3 de septiembre de 2013.

Queridos compatriotas:
Ante todo les pido excusas por irrumpir en este momento. Sé lo que significa este espacio para la familia cubana y les prometo que seré breve, pero es necesario que esta alocución llegue a la mayor audiencia posible.
Como se sabe, el próximo 12 de septiembre se cumplirán 15 años de nuestros arrestos. Todos los años se hace una jornada tanto nacional como internacional para demandar que se nos haga justicia, pero queremos que la jornada que se realizará este año entre el cinco de septiembre y el seis de octubre sea una jornada única, sea una jornada especial, protagonizada por ustedes.
Quince años en la vida de un ser humano es mucho tiempo. Los hijos crecen, se convierten en hombres, en adolescentes; familiares fallecen y no están más con nosotros; y parte de la población cubana ha nacido en estos quince años.
Yo cumplí mi sentencia íntegramente, pero tenemos que impedir que eso suceda con mis cuatro hermanos por todo lo que implica y, aunque es duro decirlo, tenemos que recordar que eso para Gerardo implica que si los designios del gobierno norteamericano se cumplen, él moriría en la cárcel.
Durante estos años hemos tenido como protagonista del cariño al pueblo cubano. Ese cariño se ha manifestado de todas las formas posibles en las cartas, en los mensajes, en los dibujos de los niños y ese cariño es el que queremos que sea en esta ocasión el protagonista de la jornada.
Yo he tenido ocasión de sentirlo, de vivirlo, de palparlo, de experimentarlo en las calles de Cuba, de todas las formas posibles y en cualquier punto geográfico de la Isla y ese es el cariño que le estamos pidiendo que se manifieste en esta ocasión, donde ustedes lo hagan de la forma en que quieran, con toda la diversidad que nos caracteriza como cubanos y en la mejor manera que cada cual considere en su aula, en su centro de trabajo, en su barrio, en su proyecto comunitario, que puede ser capaz de manifestarlo.
Para la jornada se están preparando iniciativas que serán anunciadas, pero creemos que lo más importante es que cada uno de ustedes se una a esas iniciativas a su manera, de la forma en que considere que puede hacerlo.
Yo solo tengo para el pueblo una exhortación personal, que requiere de una historia. Yo quiero que este 12 de septiembre en el país se produzca un terremoto: un terremoto hermoso, un terremoto de amor, un mensaje del pueblo cubano al pueblo norteamericano a través de un símbolo que para el norteamericano medio es un símbolo de amor, es un símbolo de cariño y es un símbolo que ellos lograrán entender en su idioma;  y ese símbolo es la cinta amarilla.
Quiero que el doce de septiembre el país se llene de cintas amarillas y que el visitante o el corresponsal extranjero que esté en la Isla no puedan ignorarlo. Que ese día la Isla de Cuba se sacuda y aparezcan cintas amarillas en los árboles, en los balcones, en las personas, como quiera que se les ocurra usarlas, en las mascotas, como ustedes lo decidan, que esas cintas amarillas llenen al país y que no pueda ser ignorado, que no pueda dejarse de reportar al mundo que el pueblo cubano está esperando por cuatro de sus hijos que están presos en Estados Unidos.
La cinta amarilla es un símbolo que ha entrado en la cultura del norteamericano, que se inició durante la Guerra Civil inglesa cuando las esposas de los combatientes los esperaban con cintas amarillas.
Luego fue transmitido a la Guerra Civil de los Estados Unidos y a través del tiempo con sus altas y sus bajas, ha ido cambiando de significación hasta que en los años setenta del siglo pasado una canción que hizo época la volvió a poner en la cultura norteamericana.
La canción es una hermosa historia de un preso que está al salir de la cárcel y que lo único que le pide a su prometida es que si aún lo ama, ponga una cinta amarilla en un árbol. A través de la letra, de la lírica de la canción, se va desarrollando la ansiedad de ese hombre que va a salir de la cárcel y su espera por saber si en el árbol va a estar la cinta amarilla y cuando él llega al lugar lo que ve en el árbol son cien cintas amarillas.
A partir de ese momento esa cinta se ha convertido en un símbolo para el norteamericano que espera a alguien en una misión en el exterior, que espera a un soldado, que espera a un ser querido y ese es el mensaje que queremos que ustedes le hagan llegar al pueblo norteamericano: que sepan que el pueblo cubano está esperando a cuatro de sus hijos. Que no es solamente la familia, que no es solamente quien los conoce personalmente, sino que hay un país, hay un pueblo que está esperando a cuatro de sus hijos injustamente encarcelados en los Estados Unidos.
Contamos con ustedes para eso, confiamos en ustedes. Queremos que sea una jornada distinta y también queremos que sea la última jornada y creo que este es el momento de traerlos a casa y para eso contamos con el apoyo de ustedes.
Muchas gracias.
(Transcripción Danay Portal/Cubadebate)

sábado, 31 de agosto de 2013

Masters of war

Bob Dylan

Come you masters of war
You that build all the guns
You that build the death planes
You that build the big bombs
You that hide behind walls
You that hide behind desks
I just want you to know
I can see through your masks.

You that never done nothin'
But build to destroy
You play with my world
Like it's your little toy
You put a gun in my hand
And you hide from my eyes
And you turn and run farther
When the fast bullets fly.

Like Judas of old
You lie and deceive
A world war can be won
You want me to believe
But I see through your eyes
And I see through your brain
Like I see through the water
That runs down my drain.

You fasten the triggers
For the others to fire
Then you set back and watch
When the death count gets higher
You hide in your mansion
As young people's blood
Flows out of their bodies
And is buried in the mud.

You've thrown the worst fear
That can ever be hurled
Fear to bring children
Into the world
For threatening my baby
Unborn and unnamed
You ain't worth the blood
That runs in your veins.

How much do I know
To talk out of turn
You might say that I'm young
You might say I'm unlearned
But there's one thing I know
Though I'm younger than you
Even Jesus would never
Forgive what you do.

Let me ask you one question
Is your money that good
Will it buy you forgiveness
Do you think that it could
I think you will find
When your death takes its toll
All the money you made
Will never buy back your soul.

And I hope that you die
And your death'll come soon
I will follow your casket
In the pale afternoon
And I'll watch while you're lowered
Down to your deathbed
And I'll stand o'er your grave
'Til I'm sure that you're dead.



Señores de la guerra

Vengan señores de la guerra, 
ustedes que construyen todas las armas, 
ustedes que construyen los aviones de muerte, 
ustedes que construyen las grandes bombas, 
ustedes que se esconden detrás de paredes, 
ustedes que se esconden detrás de escritorios, 
sólo quiero que sepan 
que puedo ver detrás de sus máscaras. 

Ustedes que nunca hicieron nada 
excepto construir para destruir, 
ustedes juegan con mi mundo 
como si fuera juguetito de ustedes, 
ponen un arma en mi mano 
y se esconden de mis ojos 
y se dan vuelta y corren alejándose 
cuando vuelan rápidas las balas 

Como antes Judas, 
mienten y engañan. 
Una guerra mundial puede ganarse 
(me quieren hacer creer) 
pero veo a través de sus ojos, 
y veo a través de sus cerebros, 
como veo a través del agua 
que corre por mi alcantarilla. 

Ustedes ajustan los gatillos 
para que otros disparen 
y luego retroceden y observan. 
Cuando el número de muertos asciende 
se esconden en sus mansiones 
mientras la sangre de los jóvenes 
se escapa de sus cuerpos 
y se entierra en el barro. 

Ustedes arrojaron el peor miedo 
que alguien pudo haber lanzado: 
el miedo a traer niños 
al mundo 
por amenazar a mi bebé 
aún no nacido ni nombrado 
no merecen la sangre 
que corre por sus venas. 

¿Cuánto sé 
como para hablar cuando no corresponde? 
Ustedes podrían decir que soy joven, 
podrían decir que no tengo educación, 
pero hay una cosa que sé, 
pese a ser más joven que ustedes: 
incluso Jesús nunca 
olvidaría lo que ustedes hacen. 

Déjenme preguntarles una cosa: 
¿el dinero que tienen es tan bueno 
como para comprarles el perdón? 
¿Piensan que tendría ese poder? 
Creo que encontrarán 
cuando les llegue la hora de la muerte 
que todo el dinero que hicieron 
nunca servirá para recuperar sus almas. 

Y espero que mueran 
y que la muerte les llegue pronto; 
yo seguiré sus ataúdes 
en la pálida tarde, 
y observaré mientras los bajan 
hasta su lecho último, 
y me quedaré parado frente a sus tumbas 
hasta asegurarme que estén muertos.


(1963)

Fuente: http://www.songstraducidas.com/letratraducida-Masters_of_War_27985.htm
Notas: http://www.taringa.net/posts/info/1124311/Senores-de-La-Guerra---Master-Of-War.html

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El ataque a Siria es contra Irán

Robert Fisk
Fuente:  http://www.jornada.unam.mx/2013/08/30/opinion/021a1mun

Antes que comience la guerra occidental más estúpida en la historia del mundo moderno –desde luego me refiero al ataque a Siria que ahora todos tendremos que tragarnos–, bien se puede decir que los misiles crucero que con tanta confianza esperamos que barran una de las ciudades más antiguas de la humanidad no tienen nada que ver con Siria. La intención es dañar a Irán.

Se trata de golpear a la república islámica ahora que tiene un presidente nuevo y vibrante –en oposición al orate Mahmud Ajmadineyad–, y cuando tal vez comienza a ser un poco más estable.

Irán es enemigo de Israel. Por tanto, es enemigo de Estados Unidos. Así pues, lancen los misiles contra el único aliado árabe de Irán.

No hay nada placentero en el régimen de Damasco. Tampoco estos comentarios deslindan al régimen en lo referente al gaseo masivo. Pero tengo la edad suficiente para recordar que cuando Irak –entonces aliado de Washington– usó gas contra los kurdos de Halabja, en 1988, no tomamos Bagdad por asalto. De hecho, ese ataque tuvo que esperar hasta 2003, cuando Saddam Hussein ya no tenía gas ni ninguna otra de esas armas que alimentaban nuestras pesadillas.

También recuerdo que la CIA sostuvo en 1988 que Irán era culpable de los ataques con gas en Halabja, palpable mentira enfocada en el enemigo de Estados Unidos al que Saddam combatía por cuenta nuestra. Y en Halabja murieron miles, no cientos. Pero así son las cosas. Distintos días, distintos raseros.

Y supongo que vale la pena señalar que cuando Israel dio muerte a más de 17 mil hombres, mujeres y niños en Líbano, en 1982, en una invasión supuestamente provocada por el intento de asesinato del embajador israelí en Londres por la OLP –fue Abu Nidal, amigo de Saddam, quien arregló ese ataque, pero eso no importa ahora–, Washington se limitó a llamar a los dos bandos a ejercer contención. Y cuando, meses antes de esa invasión, Hafez Assad –padre de Bashar– envió a su hermano a Hama para exterminar miles de rebeldes de la Hermandad Musulmana, nadie musitó una palabra de condena. Las reglas de Hama, es como mi viejo amigo Tom Friedman tituló cínicamente a aquel baño de sangre.

Como sea, en estos días hay una Hermandad diferente, y Obama no se animó siquiera a decir ¡bu! cuando un presidente electo democráticamente, miembro de esa organización, fue derrocado.

Pero aguarden. ¿Acaso Irak, cuando era nuestro aliado contra Irán, no usó también gas contra el ejército iraní? Claro que sí. Yo vi a las víctimas de ese perverso ataque de Saddam, con heridas como las de la batalla de Ypres, en la Primera Guerra Mundial –debo añadir que oficiales estadunidenses recorrieron más tarde el campo de batalla y rindieron un parte a Washington–, y no lanzamos ni siquiera una maldición al respecto. Miles de soldados iraníes en la guerra de 1980-88 murieron envenenados por esa arma vil.


Yo viajé aquella noche de regreso a Teherán en un tren de militares heridos y en verdad olí la sustancia; hubo que abrir las ventanillas de los corredores para liberar el tufo del gas. Esos jóvenes tenían heridas sobre heridas, literalmente. Tenían horribles llagas en las que flotaban otras aún más dolorosas, cercanas a lo indescriptible. Sin embargo, cuando se les envió a hospitales de Occidente para recibir tratamiento, los periodistas escribimos, luego de contemplar evidencias de la ONU más convincentes de las que probablemente llegaremos a obtener desde el exterior de Damasco, que eranpresuntas víctimas del gas.

Entonces, ¿qué, en nombre del cielo, estamos haciendo? Después de que incontables miles han perecido en la atroz tragedia de Siria, de pronto –ahora, luego de meses y años de prevaricación– nos molestan unos cuantos cientos de muertos. Terrible. Inconcebible. Sí, es cierto. Pero el trauma de esta guerra debió impulsarnos a la acción en 2011. Y en 2012. Pero ¿ahora? ¿Por qué?

Sospecho que sé la razón. Creo que el despiadado ejército de Bashar Assad tal vez está ganando contra los rebeldes que armamos en secreto. Con ayuda del Hezbolá libanés, el aliado de Irán en Líbano, el régimen de Damasco destrozó a los rebeldes en Qusayr y quizá esté en el proceso de acabar con ellos en el norte de Homs. Irán está profundamente involucrado en proteger al gobierno sirio. Por tanto, una victoria de Bashar es una victoria para Irán. Y Occidente no puede tolerar victorias iraníes.

Y ya que estamos en el tema de la guerra, ¿qué pasó con esas magníficas negociaciones israelí-palestinas de las que tanto alardeaba John Kerry? Mientras expresamos angustia por los perversos ataques con gas en Siria, la tierra de Palestina sigue siendo engullida. La política del Likud israelí –seguir negociando la paz hasta que no quede nada de Palestina– continúa a toda marcha, razón por la cual la pesadilla del rey Abdalá de Jordania (mucho más potente que las armas de destrucción masiva con las que soñábamos en 2003) sigue creciendo: que Palestina acabará siendo en Jordania, no en Palestina.

Pero si hemos de creer a las tonterías que salen de Washington, Londres, París y el resto del mundocivilizado, es sólo cuestión de tiempo para que nuestra veloz y vengativa espada aniquile a los damasquinos. Observar a los líderes del resto del mundo aplaudir esta destrucción es tal vez la más dolorosa experiencia histórica que debe soportar esta región. Y la más vergonzosa. Excepto porque también estaremos atacando a musulmanes chiítas y sus aliados ante el aplauso de musulmanes sunitas. Y de eso están hechas las guerras civiles.