Tendrá que hacerlo para que Cuba siga siendo Cuba. Es parte de nuestra nacionalidad
Por Joaquín Benavides Rodríguez
Hablar de la industria azucarera es hablar de la caña de azúcar. Y para que la industria azucarera cubana renazca, tendrá que ser sobre la base de que la caña de azúcar se convierta de nuevo en el cultivo mas importante de la agricultura cubana.
Me voy a referir a dos experiencias que con relación a la caña de azúcar que tuve, relacionadas con el compañero Fidel, en dos ocasiones de mi vida como cuadro Revoluciónario.
En 1964 yo era miembro del Buró del Partido Unido de la Revolución Socialista (PURSC) en la provincia de Matanzas. El Primer Secretario era el cro. Raul Garcìa Pelaèz. Una mañana nos convocan a todos los miembros del Buró Provincial, pues Fidel había anunciado que quería reunirse con todos los miembros del Buró. Cuando llego nos saludo a todos, y se sentó en el centro de la mesa grande en que se reunía el Buró regularmente. De inmediato comenzó a hablar del tema para el cual nos había convocado. Era sobre la caña de azúcar y la política equivocada que venia siguiendo el país con respecto a ese cultivo.. Comenzó con explicarnos como Alvaro Reynoso había demostrado que para las condiciones de Cuba la caña de azúcar era el cultivo mas productivo económicamente. comenzando a sacar cuentas en un papel para demostrarnos que una hectárea de caña de azúcar producía en términos internacionales mas alimentos que los que veníamos sembrando en el país, utilizando algunas de las mejores tierras con regadío. Las comparo una por una cada una de ellas para demostrarnos que en términos de divisas y de calorías una hectárea de caña de azúcar convertida en azúcar y exportada a los precios del mercado internacional permitía sustituir en términos de calorías con creces lo que se obtenía en la misma hectárea sembrando otros alimentos, de los que tradicionalmente se sembraban en el país. Su tesis que demostró con cálculos exhaustivos era que una hectárea de tierra sembrada de caña de azúcar en optimas condiciones, vendido el azúcar producido en el mercado internacional, era capaz de sustituir con creces adquiriéndolos en ese mercado, los alimentos que podían obtenerse con cualquiera de las otras producciones en las mismas hectáreas de tierra. O sea que era económicamente mas ventajoso, dedicar las mejores tierras con regadío a la producción de caña de alto rendimiento. Producir azúcar para vender en el mercado internacional y con lo obtenido comprar mas alimentos, que los que podrían obtenerse utilizando buenas tierras para producirlos. Solicito opiniones y todos estuvimos de acuerdo.
Después pasó a explicar que venía a exponer el Plan de sembrar en la provincia 500 caballerías de tierra con regadío, unas 6600 hectáreas, como siembras de frío, para tenerlas listas para la zafra siguiente, y que fueran capaces de producir 120 mil arrobas por caballería. El traía el plan y venía a exponerlo para que el Partido lo controlara y exigiera a la agricultura que lo cumpliera. Explicó en detalle como había que sembrarla, incluyendo la tecnología a aplicar y las condiciones agrotécnicas, e incluso de acidez que había que lograr en las tierras que se destinaran a las siembras. No la sembraba el Partido; por la siembra respondía la agricultura; pero teníamos la obligación de controlar como se hacía y se cumplía la tecnología de siembra y de preparación de las tierras. Tenía que estar sembrada en la próxima campaña de frío. El Buró encargó a tres miembros del mismo de esa tarea, y en marzo del siguiente año estaban sembradas las 500 caballerías de caña con regadío. En la primera zafra en que se cortaron, que fue la de1965/66 las 500 caballerías habían rendido mas de 120 mil arrobas por caballería. Esa fue parte de la contribución de la agricultura de Matanzas a la zafra de los 10 millones, en la que esa provincia cumplió su plan y produjo 1 millón de toneladas de azúcar.
Para mí significó una clase magistral de como sembrar caña para obtener altos rendimientos, que no la he olvidado en sus aspectos principales pasados ya 61 años. Aprendí que si la caña se siembra bien y de acuerdo a los requerimientos agrotécnicos que exige el cultivo se pueden obtener altos rendimientos, que en condiciones de riego pueden ser de alrededor de 120 mil arrobas por cada 13,43 hectáreas, en cada uno los primeros 3 a 5 años de zafra posteriores a sembrarla.
Mi segunda experiencia fue en 1980. El 10 de enero de ese año, Fidel realizó una importante reestructuración del Consejo de Ministros. Fui citado a su despacho y ahí me designó como Ministro de Trabajo. Aun recuerdo su recomendación: ¨Nunca pierdas el contacto con los trabajadores en la base¨, me dijo. Cuando vayas a proponer algo importante, trata de conocer como piensan los trabajadores previamente. La entrevista fue breve. Me dio la mano y se excusó de que había otros compañeros esperando para darles igualmente posesión de sus nuevas responsabilidades. No recuerdo exactamente la cifra, pero fuimos bastante más de 10 compañeros, entre los que recuerdo a Ricardo Cabrisas, a los que ese día nos daba posesión como ministros del gobierno cubano.
Dentro de los 120 días posteriores a mi nombramiento, presente al Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros la propuesta de llevar a cabo una Reforma General de Salarios. Fue aprobada. Unas semanas después, me viene a ver el compañero Antonio Esquivel, quien colaboraba con el Comandante en Jefe en esa época en la Oficina de Coordinación y Apoyo. Me comunica que el Comandante quería que le presentara propuestas de como estimular salarialmente las actividades de la industria azucarera incluyendo la zafra. La zafra de 1979 no había sido buena y la que iba transcurriendo y casi finalizando de 1980 estaba dando señales muy preocupantes. De inmediato llame al compañero Martell Rosas, Secretario General del Sindicato azucarero y le informe el mensaje que me había enviado Fidel. Se entusiasmo mucho y me propuso que ambos fuéramos juntos a visitar y entrevistarnos con trabajadores y dirigentes, de empresas industriales y también de brigadas de obreros y dirigentes de la agricultura cañera que trabajaban en el cultivo de la caña, pero que también lo hacían en las actividades de la zafra azucarera, tanto en la agricultura como en la industria y en las actividades de transporte y aseguramiento en la zafra,y que cambiaban de trabajo en los meses de no zafra en que había que preparar la siguiente.
En cuanto comenzamos a entrevistarnos con los obreros y los dirigentes industriales y de la agricultura cañera, con mucha experiencia de zafras, y en el cultivo agrícola de la caña de azúcar, se nos hizo evidente que en la agricultura, en general, el trabajo mas duro y exigente, era el que se hacia en la siembra, cultivo y sobre todo en la cosecha, de la caña. Cualquier obrero agrícola prefería trabajar en cualquier otro cultivo, que en la caña. Las tarifas salariales no diferenciaban suficientemente los trabajos que se realizaban en un cultivo permanente y de importancia económica como la caña de azúcar con las de otros cultivos menos exigentes en sus características agrotécnicas para los rendimientos económicos futuros.
Los centrales azucareros, tenían una plantilla mínima, fija, para obreros que trabajaban todo el año, y una la plantilla de zafra, que la completaban para comenzar la zafra. Había obreros, que se movían de una provincia para otra, para presentarse a trabajar al comenzar la zafra, y que cuando terminaba regresaban a su lugar de origen, a buscar trabajo, que no siempre conseguían, hasta la próxima zafra. Habían pasado 20 años de la nacionalización de los centrales azucareros y el sistema y condiciones laborales de trabajo para los obreros de la industria continuaba siendo el mismo que el existente antes de 1959.
Las propuestas que presentamos al Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, conciliadas totalmente con el Sindicato azucarero y el Ministerio del azúcar, proponían y fueron aprobadas, básicamente lo siguiente:
Tarifas incrementadas para todas las labores en la agricultura cañera, desde la preparación de la tierra, la siembra, el cultivo, el corte de la caña y su transportación, mediante un coeficiente que las incrementaba por sobre las de las demás labores de la agricultura. Trabajar en la agricultura cañera garantizaba a los obreros agrícolas salarios superiores a los de cualquier otro cultivo.
En la industria, se establecieron plantillas para todo el año. El trabajador azucarero, por primera vez tendríatrabajo todo el año en su central. Habían pasado 20 años de la nacionalización por la Revolución de los centrales azucareros y la economía del país permitió que se pudiera hacer en ese momento. Se incrementaron las tarifas para hacerlas congruentes con el resto de la industria y se incrementaron ademas, con un coeficiente del 30% por sobre las tarifas del resto de la industria del país. Se incluyo en ellas al transporte y al ferrocarril azucarero. El Comité ejecutivo y especialmente el compañero Fidel insistiósiempre que tenían que ser solo para la industria azucarera y el transporte vinculado a la zafra, y en las pocas ocasiones que algún sector reclamo igual tratamiento salarial, el siempre defendió que a la industia azucarera, por sus características e importancia para la economía del país, había que darle un tratamiento diferenciado.
La zafra de 1981 fue exitosa. Fue la primera de una serie de zafras exitosas durante ese quinquenio, y durante casi 10 años. Siempre he estado convencido que no fueron solo las medidas salariales las que hicieron posible el repunte de la industria azucarera y la agricultura cañera. Coincidieron con los cambios en el Sistema de Dirección de la economía, que fueron los que realmente permitieron los cambios en el sistema salarial, no solo de la zafra azucarera. Se fueron aplicando en el mismo momento en que se venia llevando a cabo la Reforma General de Salarios. Después de los difíciles años del decenio de los 70, la economía del país comenzaba a reorganizarse y avanzar.
Ya había terminado la zafra de ese año 1981 y un día, en una actividad que se estaba celebrando en el Palacio de Convenciones, en un pasillo del Palacio, me llama Fidel, me dirijo hacia el, y cuando me acerco me da un abrazo, y me dice,casi al oído, ¨Felicidades,has salvado la zafra y también al país¨ Solo atiné a decirle gracias. Me dio una palmada en el hombro y nos separamos. Fue su evaluación de los cambios en la organización laboral y salarial en la actividad azucarera y la zafra.
Acaba de concluir la zafra del 2025. Si no la mas baja, es una de las peores en cuanto a producción, en la larga historia de la industria azucarera cubana. Yo acabo de cumplir 89 años de edad, y 68 de haberme incorporado como combatiente clandestino en el Movimiento 26 de Julio en la ciudad de Matanzas.
Me atrevo a afirmar y a defender la opinión de que es imprescindible, para salvar la Industria azucarera cubana, reconstruirla sobre otras bases. A las bases de como reconstruirla le dedicaré otro artículo. Pero tendrá que ser inexcusablemente sobre las bases de que produzcan para el mercado.
Mercado orientado a la exportación, regulado por el Estado Socialista, con el espíritu de Jesús Menéndez, de defensa de los interesas de los trabajadores y que a su vez mantengan un interés material, a través de su salario en el rendimiento azucarero de las cañas que procesa el central. Es una cultura en la eficiencia azucarera, que al perder contacto con el mercado externo, en la practica ha desaparecido como indicador de eficiencia de la industria.
Reconstruir esa cultura de mas de un siglo de experiencia de producción, demorará años y esfuerzos con los dirigentes y técnicos de la producción, pero habrá que lograrlo.
Finalmente, unos números y cálculos:
En el día de hoy el precio de la tonelada de azúcar crudo en el mercado de Nueva York esta a 426,59 USD la tonelada. Significa que si la industria azucarera hubiese producido 1 millón de toneladas de azúcar para la exportación, significarían ingresos por 426,6 millones de dolares. Suponiendo que el Banco Central estableciera una tasa de cambio de 370 pesos por dolar, aproximadamente la que se cotiza hoy en el mercado informal; por la venta a las exportación de ese millón de toneladas de azúcar crudo, las empresas que la produjeron recibirán del banco 157838 millones de pesos. El Banco Central ingresaría a sus arcas 426,7 millones de dolares, las empresas que produjeron el azúcar y lo exportaron ingresarían 157838 millones de pesos.
De ahí el fisco cobraría sus impuestos. y el resto iría a las cuentas en pesos de las empresas productoras. Como cada una de esas empresas tiene depositado su dinero en un banco, si este conoce de verdad el negocio bancario, le financiaría los gastos para la preparación de la próxima zafra, a un bajo interés, incluyendo los gastos externos, y dentro de ellos la importación del petroleo para la próxima zafra.
Profundizaré sobre este tema en un próximo artículo. Ahora solo he pretendido explicar brevemente la importancia estratégica para la economía cubana de organizar sobre las bases del mercado a cada uno de los centrales azucareros, que operando como empresas, se organicen para producir para la exportación y que, a partir de la existencia de una tasa de cambio oficial, puedan operar con financiamiento bancario, tanto para sus gastos en pesos como en divisas que le permitan crecer hasta el límite de sus capacidades agrícolas e industriales.
Hasta aqui este articulo, Prometo dos màs.
22/06/25