Por Jorge Fuentes
Se acaba de saber que Irán ha lanzado más de cien drones y misiles balísticos contra Israel, como respuesta al bombardeo a su consulado y barrio, en Siria, en días anteriores. Al mismo tiempo, Israel no detiene sus ataques en el sur de Gaza, donde los palestinos están muriendo de bala y de hambre.
¿Se le puede llamar civilización a este momento del desarrollo humano? ¿O desarrollo a la barbarie en la que realmente vivimos? ¿A dónde nos conduce, a corto plazo, esta situación irresponsable provocada por la avaricia y el desenfrenado control de los recursos del mundo? ¿Desde cualquier perspectiva ideológica de análisis, es posible hacer algo? ¿Hay manera de detener lo que sucede? ¿Es que la riqueza o el bienestar van a ser sinónimos de la opresión, la discriminación, la imposición, la ignominia y el asesinato?
El peligro es enorme y Occidente ni nadie responde. ¿Para qué es la ONU? ¿Para qué bien o qué mal fue inventada?
Israel lleva seis meses matando palestinos de todas las edades y llega ya a la cifra de más de 32 mil muertos. No queda nada en pie en territorio de Gaza, y ahora colonos israelitas, con armas suministradas por su gobierno, están atacando a los palestinos de Cisjordania.
Ciego y sordo el mundo ve (y deja) morir a sus hijos. El país más poderoso demuestra su poder, con un control casi total de la información y la política. Demostración y señal de que no va a dejar cambiar las cosas ni a ceder en su liderazgo.
El universo se acerca, desde la región donde nació y murió Jesús, a la tercera y última guerra. Entre la sangre se levanta un mundo con poderes nuevos a muy pocos metros del abismo infinito.
2 comentarios:
Superar el "coitocentrismo"... (2)
La sexóloga, socióloga y miembro de la junta directiva de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología (AEPS) Norma Ageitos Urain se remonta a que el conflicto empieza en la forma en la que nombramos a lo que hacemos antes de la penetración. “La palabra preliminares significa que antecede o se antepone a la acción principal, es decir, el coito. Con este término le quitamos importancia a todo lo que sucede en el previo, como si una relación sexual no estuviera completa hasta que el pene entra en la vagina”. Ageitos pone el ejemplo de una carta de un restaurante y hace una analogía entre quedarse solo con un plato principal o pensar que se tiene todo un menú de posibilidades entre las que escoger para generar placer a las dos partes involucradas en el acto. “Lo importante es tener una educación sexual en donde sepamos que lo importa es el deseo y el placer, no llegar a una meta a través de un rito”.
La sexóloga explica que dentro de las sexualidades no normativas, los genitales, la excitación y muchas veces incluso los orgasmos no necesariamente forman parte del sexo. “Se busca explorar otras sensaciones más allá del falocentrismo”. Los datos lo avalan. “Las mujeres heterosexuales son el grupo que menos orgasmos consigue, ya que solo un 65% de las veces que mantienen relaciones llegan al clímax. Contrariamente, en el primer puesto están los hombres heterosexuales, con un porcentaje de orgasmos del 95%, le siguen los gays (89%), los varones bisexuales (88%), las lesbianas (86%) y las mujeres bisexuales (66%)”, según un estudio sobre la frecuencia de los orgasmos llevado a cabo entre diferentes universidades norteamericanas y publicado en Archives of Sexual Behavior.
El placer más allá del falocentrismo
Para Cecilia Bizzotto, socióloga y portavoz de JOYClub en España, vivimos en una sociedad coitocentrista: “Creemos que todo el sexo pasa por los genitales y se ha vuelto una sexualidad finalista. Si no hay un orgasmo, es un mal sexo, con lo que no se suele acabar hasta que alguno de los dos lo alcance, usualmente el hombre”.
Superar el "coitocentrismo"... (3 y fin)
Bizzotto ha elaborado una encuesta a 195 personas en la que preguntaba cuáles eran sus principales fantasías o propósitos sexuales para el 2024. Esta se ha saldado con unos resultados sorprendentes. Entre más de una docena de posibilidades, entre las cuales estaba desde practicar juegos sensoriales, posturas innovadoras o BDSM, las opciones más votadas fueron el sexo en grupo y explorar la sexualidad más allá del coito. Ganas no faltan.
Sin embargo, según los expertos, el coitocentrismo siempre ha ido de la mano de la religión. “La virginidad es una concepción de la sexualidad enfocada hacia lo genital, y lleva el peso de muchas cosas, con los juicios morales que implica”, asegura Álamo, que recuerda que la única diferencia entre la penetración y otras prácticas dentro de las relaciones sexuales es que puede haber un riesgo de embarazo con la primera.
Algo está cambiando, sin embargo, pues para Álamo “las nuevas generaciones que vienen van a tener relaciones sexuales llenas de un cúmulo de experiencias que no se centran en la penetración”. En esto coincide Almudena M. Ferrer, sexóloga experta en formación y artífice de Bodysex que ha podido notar cómo ahora hay una tendencia a hablar cada vez más de sexualidad y a intentar salirse de lo convencional. “Cada vez somos más conscientes del daño que nos ha hecho el coitocentrismo y estamos tomando las riendas de nuestro placer”. Ferrer cree que llegará un día en donde la gente ya no pregunte: ¿pero follaron o se quedaron en los preliminares? Ese día, entenderemos que el sexo es tan amplio como la forma de entender las relaciones.
https://elpais.com/smoda/bienestar/2024-04-14/superar-el-coitocentrismo-como-el-sexo-con-penetracion-esta-perdiendo-puntos.html
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