viernes, 30 de diciembre de 2022

Qué niño luce un barco en el océano

                                                               A Haydée Santamaría

 

El más profundo mundo 

en todo está de vuelta.

Las formas se adelantan, 

destrozan la miseria.

Montañas van abajo, 

las aguas se almacenan.

Ha amanecido el ser humano.

 

En la corriente 

llueven las manos.

¡Qué niño luce un barco 

en el océano!

 

Por otras partes llueven

los fuegos del infierno.

Giran, lloran y huyen:

escapan del momento.

Y aquí se está regando,

segundo por segundo,

una canción de todo el mundo.

 

En la corriente 

llueven las manos.

¡Qué niño luce un barco 

en el océano!

 

Y cuántos hijos no tendrán

sus mejores padres.

Cuántas escuelas  

se llenan de su sangre.

En cuáles muros 

cabrán sus destinos:

entre los muros 

del patio más grande.

 

No tiene hojas la historia

para contarlo todo.

No hay negro en el espacio

más negro que este lodo

que va barriendo el tiempo

con sangre, hierro y viento.

El universo está despierto.

 

En la corriente 

llueven las manos.

¡Qué niño luce un barco 

en el océano!


(1968)

1 comentario:

silvio dijo...

De Eusebio Leal Spengler sobre Haydée Santamaría:

Haydée pudo ver que nada se debe quedar como nace, porque lo que no se transforma no existe; supo que es preciso distinguir entre el arte popular y el populero y se dio perfecta cuenta de que dentro de la cultura ella había podido ser un punto de equilibrio. Es la mujer que supo que el pueblo entiende la belleza más que nadie, porque ella misma llegó a luchar contra la tiranía por pura sensibilidad, por intuición de que el sacrificio es ascenso en la escala humana y de que es bello. Una lección es Haydée, una consciencia que marcó la ruta de para qué han de utilizarse siempre el poder moral y el poder político.

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