Por Julio Carranza
Dicen algunos en diferentes textos y ocasiones, que el problema fundamental de Cuba pasa por la política, más allá de la crisis económica; que el problema del país es multicausal. Y yo digo que sin dudas hay razón en esa afirmación, pero debo aclarar que, desde nuestra perspectiva, no por la política contrarrevolucionaria y agachada, frágil frente a las agresiones permanentes de los EEUU a la soberanía del país, sino por una política de cambios, renovación y democratización revolucionaria, autónoma, firmemente antiimperialista.Creo que no todo debe ser continuidad. Seamos claros: ruptura en las formas y en las políticas, continuidad en los principios de soberanía nacional, justicia social y desarrollo económico y democrático, mismos que han acompañado al proyecto de la nación cubana desde el siglo XIX y, sobre todo, desde 1959; desde Céspedes, Agramonte, Maceo y Martí, hasta Villena, Mella, Guiteras y Fidel.
También hubo en esa historia de todo, no solo auténticos patriotas; también hubo, y en abundancia, colonialistas, autonomistas, plattistas, etc. Cómo hoy, ¿o no?
Reiteramos que necesarios e irrenunciables son los mismos principios, pero también imprescindibles son las transformaciones: nueva política, más profunda, más participativa, más transparente; en definitiva, más revolucionariamente democrática. Claro que hay mucho que cambiar, y no solo a nivel económico.
Aquí hay que ver todas las causas, las internas económicas y políticas, a las cuales muchos hemos dedicados análisis extensos y detallados, y las externas que también pesan y bastante, inaceptables porque agreden a la nación, más allá de que, obviamente, no son las únicas causantes de la actual crisis y de que no está en manos del país eliminarlas; pero sí denunciarlas con claridad y avanzar a pesar de ellas. Es lo que aquellos que afirman estas cosas que aquí refiero no tocan ni con el pétalo de una rosa, a pesar del pasado del que muchos vienen. ¿Por que? Pues, por razones obvias, tiene que ver con el tipo de “política” y de “alianzas” que tienen en la mente. Como suele decirse popularmente, "una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa".
Los cambios políticos deben tomar como premisa la agresión a que está sometida la nación por parte del imperio mayor que ha existido y que obviamente está esperando cualquier situación oportuna para poner esta isla bajo su control. Es una vieja, permanente y declarada aspiración; no hay misterio. Los cambios han de ser, además, para impedir eso precisamente.
Quiero decir: los cambios políticos necesarios, que implican transparencia, participación real, discusión y debate, rendición de cuentas, remoción de la unanimidad complaciente, cambios en sistema electoral, etc, además de la reforma económica integral en la que tanto hemos insistido, tienen que tener en cuenta el bloqueo y la política agresiva de los Estados Unidos. Lo demás, en abstracto, tomando como referente la “democracia”* como un ente meramente formal, es una ingenuidad, en el mejor de los casos, cuando no una toma de partido clara contra la nación cubana, un neoplattismo en su esencia.
Cuando el diagnóstico es objetivo, integral, basado en evidencias, seguramente vamos a encontrar muchas coincidencias, hágalo quien lo haga. “La verdad es la verdad, dígala Agamenon o su porquero”, (Juan de Mainera, heterónimo de Antonio Machado dixit). Pero en el tratamiento, en la terapéutica, las diferencias son enormes; dependen del tipo de sociedad, del tipo de soberanía, de las aspiraciones que cada quien tiene en la cabeza. Unas coinciden con el interés y el proyecto nacional, otras definitivamente no, cosas que deberían quedar claras.
7 de enero 2025
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* interpreto que se refiere a las tradicionales "democracias representativas", en crisis hoy prácticamente en todo el mundo. srd
6 comentarios:
De Joaquín Benavides:
July, muy bueno. Dejas claro la diferencia entre los que defendemos cambios en el marco de los principios revolucionarios y socialistas, y los que defienden a veces sutilmente, y otras no tanto, cambios de tintes anexionistas. Para Cuba, desde 1959, la independencia nacional siempre estará ligada al socialismo.
Un abrazo,
Joaquin
Por un 2025 con esperanzas por el futuro
Por Félix Sautié Mederos
De nuevo vivimos las experiencias del inicio de un nuevo año, en estas circunstancias con grandes incertidumbres; más de las que lógicamente se nos crean cuando iniciamos algo nuevo que en este caso es específicamente un año nuevo.
El mundo se encuentra al borde de una nueva guerra mundial, la tercera que bien pudiera ser la última para la sobrevivencia de la humanidad, en tanto que en la Web se nos informa que Israel hizo detonar una pequeña bomba nuclear en Siria; y en lo referido a Cuba vivimos estos días con muchas angustias, escaseces y amenazas de mayores agresiones desde el Norte Revuelto y Brutal; que pronto será presidido por Mr. Trump quien se ha encargado de advertirnos que en su regreso a la Casa Blanca será especialmente agresivo con Cuba; mientras que se rodea para su gestión de gobierno de personajes provenientes de la Mafia anticubana de Miami.
Este es el panorama de nuestra realidad existencial cubana de este inicio de año y fue el sentido de mi mensaje de Felicitación general por el nuevo año que titulé “MIS DESEOS PARA EL 2025…” (1) con la finalidad de plantear que mi principal propósito para el 2025 fuera que “EN EL NUEVO AÑO NO PERDER LAS ESPERANZAS…”; porque la esperanza constituye un motor espiritual principal de la existencia humana en el tiempo.
Pero las esperanzas en mi criterio tienen que fundamentarse para su existencia en algo concreto; y eso, es lo que considero que aún falta mucho para lograrlo en hechos concretos y es lo que quiero alertar porque con urgencia lo necesitamos; y el tiempo constituye una variable determinante.
En primera instancia pienso que es decisivo aumentar la credibilidad con resultados concretos y no con anuncios, aunque de entrada sean pocos para ir arrancándole pedazos a la situación económica tan difícil con la que comenzamos el presente 2025.
En ese sentido me preocupa muy especialmente el anuncio de una dolarización parcial de la economía, sin mucha más explicación imprescindible al respecto. En relación con esto quiero recordar algo que el prestigioso economista revolucionario cubano José Luis Rodríguez (2) nos refiere en el sentido que Fidel no implementó ninguna decisión económica importante si no contaba con la comprensión y apoyo de la población.
Quiero pues llamar la atención al respecto porque el ejemplo de Fidel es esencial para todo lo nuevo que se haga, muy en especial en temas tan decisivos como el de la dolarización que se ha anunciado; sin mayores explicaciones con el que no estoy de acuerdo.
Finalmente propongo que el artículo publicado por el eminente economista cubano José Luis Rodríguez con el título Algunas ideas esenciales sobre el pensamiento económico del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz se convierta en un libro de estudios para la formación de los economistas cubanos.
Así lo pienso y así lo expreso con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.
(1) https://felixsautie.com/articulos.php?mis-deseos-para-el- 2025
(2) Algunas ideas esenciales sobre el pensamiento económico del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz (Parte 1)
https://felixsautie.com/articulos.php?por-un-2025-con-esperanzas-en-el-futuro
Mi generación de trovadores admiraba –amaba, se podría decir– las etapas trovadorescas anteriores –el feeling y la llamada trova tradicional–. Pero nuestras canciones inevitablemente también partían de nuestras propias referencias epocales, tal y como les pasó a los trovadores que nos precedieron. O sea: si aportamos algo, fue porque fuimos continuidad y ruptura.
No parece posible avanzar sin rupturas. Continuidad significa seguir en movimiento, y cada nuevo paso es una ruptura de la inercia. Si interpretamos continuidad como una repetición idéntica de lo anterior, en realidad no nos estaremos moviendo sino haciendo una suerte de pantomima. Dios nos libre.
De René RR:
Contigo y con Benavides en la ultima Cita.R3.
Trump: verborrea peligrosa
La Jornada / https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/01/08/editorial/trump-verborrea-peligrosa-8893
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, prepara el terreno para su vuelta al poder con declaraciones cada vez más agresivas y delirantes. Después de insistir en su añeja idea de comprar Groenlandia a Dinamarca y amenazar –sin que viniera a cuento– con restablecer el control colonial estadunidense sobre la zona del Canal de Panamá, ayer generó inquietud internacional al decir que no descarta la coerción económica o la vía militar para lograr esos objetivos. Al mismo tiempo, mantiene su permanente golpeteo verbal contra México, al que ayer calificó como un lugar muy peligroso, gobernado por los cárteles del narcotráfico, que se encuentra realmente en apuros, en muchos apuros y deja pasar a millones de personas a territorio estadunidense. De una manera que sólo puede tener lógica dentro de su mente, ello le llevó a asegurar que cambiará el nombre del Golfo de México por Golfo de América, denominación que consideró apropiada y dotada de un lindo sonido.
Es necesario analizar por partes tal cadena de despropósitos. Su presión sobre Dinamarca, que incluye un viaje de su hijo a la isla, se inscribe en su tendencia a humillar a los países europeos desde su primer mandato a sabiendas de que el Viejo Continente, y en particular los miembros de la Unión Europea, padecen una debilidad política e institucional aguda y de que sus dirigentes están dispuestos a soportar cualquier vejación antes de marcar un alto a Washington. La actual actitud del magnate exhibe también que los europeos no aprendieron nada entre 2017 y 2021: en vez de reafirmar su autonomía y buscar una política internacional que reduzca su dependencia de Estados Unidos, se sumaron –y Copenhague con más entusiasmo que la mayoría– a las provocaciones contra Rusia y se entramparon en la guerra librada por la OTAN con las vidas de soldados ucranios. Dado que Europa carece de la capacidad económica, industrial y de inteligencia para sostener el conflicto, y que un triunfo absoluto de Moscú lo pondría a las puertas del Espacio Schengen, Trump cuenta con una herramienta de chantaje que evidentemente no duda en utilizar.
Las bravatas en torno al Canal de Panamá deben entenderse tanto en el marco de la agresividad imperialista contra América Latina que Cuba y Venezuela sufren más que el resto de la región, como en el contexto de la guerra multidimensional con que la Casa Blanca pretende descarrilar el ascenso económico y tecnológico de China.
Trump: verborrea... (2 y fin)
En lo tocante a México, y sin ignorar los desafíos reales en materia de seguridad, está claro que los estadunidenses son los menos autorizados para señalar las posibles fallas en el combate al crimen organizado: es Washington el que no puede detener las drogas en su propia frontera, el que lava el dinero de los cárteles, el que no mueve un dedo para reducir la demanda de estupefacientes, el que diseña las rutas de tránsito de las sustancias ilícitas y, en suma, el que muestra lo que sólo puede ser una completa incompetencia o un sometimiento a los grupos delictivos. Es también absurdo que México sea acusado de ser un lugar peligroso por el único país que ha lanzado una bomba atómica sobre seres humanos, el que más guerras ha iniciado en el siglo reciente, el que asesina o secuestra a dirigentes de otras naciones, entrena y financia terroristas desde Miami hasta Afganistán, derroca gobiernos establecidos democráticamente, posee bases militares en todo el globo y bombardea a discreción cualquier rincón del planeta.
Bajo esta luz, se aprecia que los dichos del inminente presidente estadunidense son manifestaciones de la bravuconería intimidatoria que despliega para inhibir a su contraparte en cualquier negociación. Usó este discurso para ganar dos elecciones y ahora lo emplea con el fin de poner sobre rieles el inicio de su segundo mandato, darle la espectacularidad a la que es afecto y presentar supuestos beneficios instantáneos de su gobierno. Aunque Estados Unidos ya no posee los recursos diplomáticos, políticos, financieros y militares para moldear el mundo de acuerdo con sus intereses, sí tiene los suficientes medios para ocasionar enormes daños. En este sentido, los discursos hostiles y mendaces como el que ahora endereza contra México incitan al odio y ponen en riesgo la integridad física y las libertades de millones de personas. Por ello, la fanfarronería con que apacigua las paranoias de su electorado se convierte en un factor de riesgo dentro y fuera de las fronteras estadunidenses y habrá que responder a ella con tanta inteligencia como firmeza.
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