Por Ignacio Ramonet
La 16 Cumbre BRICS+ se celebra del 22 al 24 de octubre en Kazán, Rusia. Esta cumbre contará con la participación de los cinco países recientemente cooptados: Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Irán y Etiopía. La nueva alianza BRICS+ de 10 miembros definirá las grandes orientaciones del grupo para una asociación más sólida que está transformando radicalmente la geopolítica mundial.
Unos 59 países de Asia, África, Europa del Este y América Latina han expresado interés en unirse a los BRICS+, entre ellos Turquía, lo que es considerable, pues Turquía es miembro de la OTAN y aspira a integrar la Unión Europea. Otros candidatos a unirse a los BRICS+ son Venezuela, Colombia, Bolivia, Cuba, Honduras, Bielorrusia, Indonesia, Tailandia, Malasia, Kazajistán, Argelia, Kuwait, República Democrática del Congo, Nigeria, Gabón y Serbia. Las candidaturas de Venezuela, Colombia, Honduras y Bolivia, en particular, constituyen un grave revés para Estados Unidos, que pierde influencia en su otrora “patio trasero”.
En 2023, el comercio en el seno de los BRICS aumentó significativamente y se espera que alcance 500 mil millones de dólares en 2024. La iniciativa clave de los BRICS es su proyecto de desdolarización, para reducir su dependencia del dólar estadunidense, favoreciendo el uso de sus propias monedas. China y Rusia están liderando esfuerzos con acciones concretas para realizar este proyecto. Cinco países exportadores de petróleo forman ahora parte de los BRICS+.
Si estas naciones deciden exigir el pago del petróleo en monedas locales, el impacto sobre el dólar estadunidense podría ser muy significativo. Esto fortalecería la autonomía de los BRICS en las finanzas internacionales y reduciría su dependencia del dólar estadunidense y de los sistemas financieros occidentales como el SWIFT. Las discusiones están dando paso a acciones concretas, permitiendo el uso de las monedas BRICS o incluso una posible nueva moneda común.
Este desarrollo es un elemento clave de la agenda BRICS+ 2024, cuyo objetivo es fortalecer su papel en el escenario financiero global. Se trabaja para desarrollar una plataforma multilateral de pagos digitales BRICS Bridge, destinada a mejorar la eficiencia del sistema comercial entre los miembros.
Los países del Sur Global están mostrando el deseo de instaurar un orden financiero alternativo que permita eludir tanto al FMI como al dólar gracias, en particular, al Nuevo Banco de Desarrollo BRICS+, cuya gestión está actualmente a cargo de Dilma Rousseff, que reúne todas las condiciones para convertirse en el gran banco del Sur Global porque “prestará dinero con la perspectiva de ayudar a los países y no de asfixiarlos”.
Recientemente, Vladimir Putin también planteó la idea de construir un propio Parlamento BRICS. Dicho Parlamento, una ONU alternativa, permitiría la transformación de BRICS+ en una organización con vocación de desafiar y compensar el desequilibrio existente hoy en el seno de las Naciones Unidas.
Por otra parte, los BRICS están también estrechando lazos con la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO), fundada en 2001 por China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán y Tayikistán, a los que se han unido India y Pakistán en 2016, Irán en 2021 y Bielorrusia en 2024. El objetivo de la SCO es garantizar la seguridad colectiva contra el terrorismo, el extremismo y el separatismo.
El atractivo de los BRICS también se siente en Europa, donde países como Serbia aspiran a ser miembros de BRICS+ y al mismo tiempo candidatos a la UE. Algunos miembros de la Unión Europea desean explorar oportunidades de colaboración con los BRICS. Por ejemplo, con respecto a África, estiman que sería relevante explorar sinergias entre la ayuda europea y la asistencia de los BRICS, respetando los principios de no interferencia y de identidad cultural y política de los países africanos. Esta cooperación podría ofrecer oportunidades prometedoras para colaboraciones constructivas entre la UE y los BRICS.
Los BRICS son la punta de lanza de lo que llamamos el Sur Global, o sea, los países antiguamente llamados del Tercer Mundo, donde viven las tres cuartas partes de la humanidad, principales víctimas de los efectos nocivos de la globalización, pero que poseen la mayor parte de la diversidad genética, especies únicas y ecosistemas frágiles del planeta y que se niegan a alinearse con uno u otro de los poderosos del Norte Global, el otro nombre para Occidente.
El denominador común entre esos países es su antigua condición de colonias o protectorados de ciertos países del Norte Global. En este sentido, el surgimiento del Sur Global está en la línea de la Conferencia Tricontinental celebrada en La Habana en 1966. El Sur Global cuestiona el actual orden mundial.
El trato tan diferente aplicado por el Norte Global a Rusia e Israel durante los actuales conflictos en Ucrania y Gaza, respectivamente, suscita un sentimiento de protesta entre los países del Sur Global: la convicción de que Occidente no aplica las mismas reglas en todas partes, y muestra un profundo cinismo.
Ya no se puede ignorar el ascenso de los BRICS+ y, en términos más generales, de todo el Sur Global. Estados Unidos y sus aliados occidentales están muy preocupados por el ascenso de estas nuevas potencias que cuestionan el orden mundial dominado –desde hace cinco siglos– por Occidente y rechazan, más particularmente, la hegemonía y las ambiciones unipolares de Washington.
5 comentarios:
Un lamento recorre Europa: ya nadie nos escucha
Por Beñat Zaldua
Lo ha verbalizado esta semana el ministro de Exteriores luxemburgués, Xavier Bettel, pero era un secreto a voces: “Ya nadie nos escucha”. El también ex primer ministro del pequeño ducado europeo fue contundente tras una frustrante reunión de ministros de la Unión Europea (UE) en la que lograron acordar por los pelos una inocua e insignificante declaración para criticar, muy levemente, los ataques del ejército israelí contra los cascos azules de la ONU en Líbano. Ni una violación tan flagrante del derecho internacional genera consenso.
Merece la pena rescatar las frases de un Bettel que supo captar la esencia del momento. “En la UE somos 500 millones, pero en la escena internacional no somos más que confeti”, lamentó. “Entre Estados Unidos, China y Asia, ya casi nadie nos escucha”, añadió. “Muchos de nuestros conciudadanos tienen preguntas y nosotros no tenemos respuestas”, concluyó.
¿Cómo se ha convertido Europa en un chiste en la arena internacional? Esta misma semana encontramos algunas respuestas. Para muestra, tres botones. Para empezar, la ausencia total de una política común, coherente y legible ante el genocidio que Israel está perpetrando en Gaza y la extensión de sus ataques a Líbano.
Por no ponerse de acuerdo, no se han puesto de acuerdo ni la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ni el hasta ahora vicepresidente y responsable de la Acción Exterior, Josep Borrell, que ha puesto cierto contrapunto –insuficiente, a todas luces– a la adhesión inquebrantable de Von der Leyen a cualquier cosa que provenga de Tel Aviv. Ay, los complejos alemanes.
Segundo botón: Ucrania. Las ayudas prometidas a Ucrania no se acaban de cumplir y el escenario parece acercarse a un bloqueo del que sólo se podría salir mediante la negociación. No parece realista pensar que nadie pueda ganar esa guerra de forma absoluta. No es, en realidad, una mala noticia.
Es posible que para Europa sea la mejor posible, pero en vez de levantar esa bandera, opta por un silencio incómodo que no hace sino revelar la tutela exterior de la UE: ocurrirá una cosa u otra en función del resultado de las elecciones estadunidenses. Así de crudo. Nadie va a mover un dedo hasta que se aclare quién ocupará el despacho oval.
La irrisoria posición europea, especialmente la alemana, ha vuelto a quedar de manifiesto en el segundo aniversario del mayor acto de sabotaje realizado en las últimas décadas. Hablamos de la destrucción de los gasoductos Nord Stream, que drenaban gas ruso a la locomotora alemana a través del mar Báltico. Es el crimen que nadie parece querer investigar, lo cual ya resulta elocuente.
Sin ser concluyentes, las pocas investigaciones periodísticas realizadas y las informaciones filtradas, lejos de apuntar a Moscú, señalan a Kiev, Varsovia e incluso Washington, principal beneficiaria de la destrucción de los gasoductos. Pero nadie en Europa parece querer pedir explicaciones, por si acaso.
Tercer botón. Si no intentan salvar parte de su pretendida inspiración humanista en Oriente Medio ni buscan una paz justa en Ucrania, ¿a qué se dedican los responsables de Exteriores de la UE? A replegarse sobre sí misma, a encerrarse en sus laberintos y sellar sus fronteras ante lo que millones de europeos sienten estúpidamente como la mayor amenaza a sus vidas: la migración.
Italia ha estrenado esta semana los centros de internamiento para migrantes en Albania. En Bruselas los llaman pomposamente return hubs, pero es difícil no acordarse de una cárcel al ver las imágenes. A cambio de sacos llenos de euros, Italia externaliza así sus fronteras y expulsa por la vía rápida a los migrantes en situación administrativa irregular. El primer desembarco ha sido un rotundo fracaso, porque un juez decretó ayer que debían ser devueltos a Italia, al considerar que sus países de origen, Egipto y Bangladesh, no podían considerarse seguros en plenitud.
Un lamento... (2 y fin)
Pero pese al contratiempo, la primera ministra ultraderechista de Italia, Georgia Meloni, ya ha triunfado. Los centros de internamiento de migrantes en terceros países, rechazados por ilegales en 2018 por la propia Comisión Europea, son ahora la iniciativa de moda en Bruselas, abrazada sin demasiado disimulo por la propia Von der Leyen, que en su día se opuso.
Pero no sólo es Italia. Es también Polonia, a la que el resto de socios europeos ha permitido esta semana suspender el derecho al asilo, y son también los 15 países de la UE –más de la mitad– que ya en mayo pidieron seguir la estela del proyecto italiano, entonces todavía contestado. Muchos de ellos son además países bálticos y del Este de Europa con cifras irrisorias de población extranjera.
De hecho, no es que no reciban apenas a gente, es que pierden población local, en un declive demográfico en algunos casos impactante. El naufragio es cósmico, porque en países de emigrantes, miles de personas sienten que su mayor problema son los inmigrantes.
Es cierto, como señala Bettel, que Europa no tiene respuestas, pero eso sería perdonable si al menos se acertara en las preguntas.
https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/10/19/opinion/un-lamento-recorre-europa-ya-nadie-nos-escucha-7478
CUBA: Colapso eléctrico genera apagón en todo el país
Afp, Reuters, Xinhua
La Habana. Cuba sufrió una caída total del sistema eléctrico a raíz de la salida de servicio de su principal central termoeléctrica, informó el ministerio de Energía y Minas, y se declaró en “emergencia energética”, con buena parte de su territorio en la oscuridad.
La salida de servicio de la Central Termoeléctrica Antonio Guiteras en la occidental provincia de Matanzas, provocó una falla total en la red del país que dejó a aproximadamente 10 millones de personas sin electricidad.
Al cierre de esta edición el Ministerio de Energía y Minas de Cuba informó que “está muy incipiente todavía el proceso de restauración”, pero “ya en estos momentos tenemos un nivel de generación de energía eléctrica” que servirá para arrancar las termoeléctricas y las plantas flotantes en varias regiones del país.
Horas antes, el presidente Miguel Díaz Canel señaló en X como principal causa de la “emergencia energética” el “arreciamiento de la guerra económica y persecución financiera y energética de Estados Unidos”, por el embargo que Washington aplica contra la isla desde 1962.
El mandatario también publicó el jueves en la misma red social que “no habrá descanso hasta su restablecimiento”, y que el gobierno dedica “absoluta prioridad a la atención y solución de esta contingencia energética de alta sensibilidad”.
“Tras la salida imprevista de la CTE(Central Termoeléctrica) Antonio Guiteras (…) a las 11 de la mañana de hoy (viernes) se produjo la desconexión total del Sistema Electroenergético Nacional” informó el Ministerio de Energía y Minas de Cuba.
Lázaro Guerra, director general de Electricidad del ministerio, precisó que cuando la CTE “el sistema colapsó, o sea, está en cero total desde esa hora”, y que el gobierno trabajaba para restablecer el servicio lo antes posible.
El apagón obligó ayer a las autoridades a restringir al mínimo las actividades de la población: se cerraron escuelas, industrias no esenciales, discotecas y centros de recreación y se envió a la mayoría de los empleados estatales a sus casas, exceptuando a empleados de industrias estatales de alimentos y atención médica en los hospitales, quienes se mantienen en funciones. Las medidas tenían como objetivo conservar la energía y priorizar el servicio a los hogares.
Cuba recuperará termoeléctricas e incrementará producción nacional de crudo
Debido a que la falta de combustible es el factor que más incide en la actual situación energética, Cuba aprobó ayer un programa de gobierno que contempla la progresiva recuperación de las termoeléctricas y los emplazamientos. El incremento de la producción de crudo nacional es una prioridad, así como el uso de las fuentes renovables de energía, a la vez que se implementarán medidas para proteger el consumo de los hogares, entre otras, informó la cancillería cubana.
López Valdéz, director de la Unión Nacional Eléctrica, añadió que se dedicarán al menos cuatro años a trabajos de fondo en varias CTE. Otras acciones se deben orientar al arreglo de las líneas de transmisión y a la medición de la electricidad.
Por lo pronto, ayer se descargó en Holguín un buque de fuel oil para las plantas y de manera adicional se situarán otras dos mil toneladas de diésel a los motores de las termoeléctricas. El barco se retrasó 5 días debido al mal tiempo, lo que significó atrasos en la continuidad del combustible hacia otros puertos.
https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/10/18/mundo/cuba-logra-generacion-parcial-para-restaurar-red-electrica-tras-apagon-6903
No va a estallar la tercera guerra mundial, pero lo que viene no es mucho mejor
Por Alfredo González Ruibal
Desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022 nos han advertido en varias ocasiones de que la tercera guerra mundial es, de nuevo, una posibilidad. Ha amenazado con ello Putin repetidas veces, pero también Zelenski, militares y analistas de toda convicción y los científicos del Doomsday Clock, que calculan el riesgo que existe de un apocalipsis provocado por seres humanos.
El caso es que, casi dos años después de la invasión, todavía no tenemos guerra mundial a la vista. Al menos no del estilo de las dos pasadas. Y aunque es cierto que el ser humano es impredecible, las posibilidades de un conflicto global, sea con armas atómicas o convencionales, parece hoy algo más bien remoto. Existen varias razones para ello.
En primer lugar, porque la disuasión nuclear funciona. A (casi) nadie le interesa el fin de la humanidad.
En segundo lugar, porque es difícil conseguir que la gente se inmole en una gran hecatombe bélica. Lo es porque vivimos bajo regímenes mayoritariamente democráticos donde la opinión pública cuenta, porque la mayor parte de la población mundial tiene más que perder hoy que en 1914 o 1939, porque recordamos lo que fueron las guerras mundiales pasadas y por que no existen grandes ideologías opuestas con las que movilizar al personal.
Finalmente, un conflicto a escala planetaria es muy difícil porque en 1939 había 67 países y hoy 195. En 1939 llegaba con que tres naciones se pelearan entre sí para desatar una hecatombe auténticamente mundial. Hoy es bastante más complicado. Además, y en relación con esto, actualmente vivimos en un contexto multipolar. No hay dos bloques ni tres ni cuatro, sino un montón de actores con agendas bien distintas e incluso incompatibles. Aunque tuviéramos muchas ganas, sería realmente difícil ponernos de acuerdo para organizar una guerra mundial.
Pero que no nos amenace un conflicto a gran escala no significa que el futuro de la paz sea halagüeño. Mientras nos angustiábamos con una más que improbable confrontación global, se ha ido imponiendo otro tipo de guerra igualmente terrible: una sin límite alguno, donde cualquier crimen está permitido. Una forma de guerra que se extiende ya por parte del Próximo Oriente, casi todo el Sahel y distintas regiones de Latinoamérica. Es la que practica el yihadismo en África y el narco en México. Es la forma de guerra que ha devastado Siria desde 2011.
Todos estos conflictos tenían en común su carácter más o menos localizado y que los crímenes que cometían las partes implicadas eran ampliamente repudiados por la comunidad internacional. Parecía claro que este tipo de enfrentamientos era propio de estados paria o de actores no estatales (terroristas, narcos, milicias). Parecía claro hasta octubre de 2023.
La respuesta de Israel al ataque de Hamás ha demostrado que un Estado formalmente democrático puede comportarse exactamente igual o peor que un señor de la guerra o un "estado canalla" (rogue state) y continuar recibiendo el apoyo de los gobiernos occidentales. Se ha dicho ya numerosas veces: las implicaciones de la barbarie de Gaza van mucho más allá de Israel, Palestina y el Próximo Oriente. Se está poniendo en tela de juicio el orden que surgió del fin de la segunda guerra mundial.
No va a estallar... (2 y fin)
La cuestión es, quizá, aún más grave.
Recientemente publiqué un libro que trataba de contar la historia de la guerra en perspectiva arqueológica y de larga duración (Tierra arrasada. Un viaje por la violencia del Paleolítico al siglo XXI). Ahí trataba de demostrar que algunas de las ideas dominantes sobre la violencia colectiva son erróneas. Ideas como que la guerra total no empieza hasta la era contemporánea, que a lo largo de la historia nos hemos vuelto progresivamente más pacíficos o, todo lo contrario, que los conflictos se han vuelto cada vez más letales y devastadores. Cuando observamos el pasado en un marco de milenios, ninguna de estas hipótesis se sostiene. Lo que se advierte, como mínimo desde hace 7000 años, son ciclos de violencia. Existen períodos en que el conflicto se encuentra constreñido por ciertas normas y otros en los cuales desaparece cualquier tipo de restricción. En estos últimos, la violencia contra no combatientes y los crímenes más abyectos se convierten en algo habitual.
Si no lo evitamos, es probable que nos adentremos en un nuevo ciclo de violencia generalizada que puede durar décadas e implicar no solo a países periféricos y estados fallidos. De hecho, 2023 ya fue el año con más conflictos desde el final de la guerra fría. Las guerras que se vienen serán entre estados, paraestatales y civiles—, guerras más allá de cualquier marco jurídico y constricción moral. En los que nadie estará a salvo. Y a nadie se castigará por exceder límites, porque no habrá límites.
Los culpables de este nuevo ciclo de violencia salvaje no serán solo narcos, terroristas y dictaduras. Serán también los estados muy democráticos y muy civilizados que decidieron, un mes de octubre de 2023, que las leyes de la guerra y el derecho humanitario se pueden respetar sí o no, dependiendo de quién comete los crímenes y quién los sufre.
https://blogs.publico.es/otrasmiradas/87783/no-va-a-estallar-la-tercera-guerra-mundial-pero-lo-que-viene-no-es-mucho-mejor/#md=modulo-portada-fila-de-modulos:4x15-t2;mm=mobile-medium
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