Cuando hablamos de Barroco en la música, pensamos en Alemania e Italia. Nombres como Bach y Händel, de un lado, y del otro Vivaldi o Monteverdi, forman parte de nuestra cultura musical. En el día de hoy hemos optado por abrir este concierto con una sonata del barroco francés, escrita por Michel Blavet, afamado flautista que perteneció al círculo de músicos de la corte de Luis XV. Con esta “Obertura a la francesa”, con refinamiento y elegancia, comenzamos nuestro programa.
Aprovechamos la ocasión para varios festejos: en el segmento que continúa celebramos al maestro Leo Brouwer en su cumpleaños 85.
La Sonata de primavera fue escrita en 2020, dedicada a una servidora. El Equinoccio de Primavera (1er movimiento) nos introduce en un lenguaje en el que el compositor evoca a la naturaleza y sus procesos, en una obra de gran profundidad. A modo de interludio, sigue el Preludio epigramático Nº 1, que Leo regaló a Malva por su 15 cumpleaños. De esta forma nos trasladamos al Amazonas y al Orinoco, al infinito caudal de Nuestra América, con el estreno mundial del primer movimiento de Danza de las Aguas, otrora Mitología de las Aguas, en su versión para flauta y piano, dedicada especialmente a Malva y a mí.
Estamos también conmemorando 100 años de la muerte de Gabriel Fauré. Su Pieza de Concurso fue escrita como un ejercicio de lectura a primera vista, para el concurso de flauta del conservatorio de París. La Sicilienne es una de las partes más conocidas de Pelléas y Mélisande, y su Fantasía Op. 79, dedicada a Paul Taffanel, combina con elegancia y maestría la dulzura y el virtuosismo del instrumento de viento más cercano a la voz humana.
Fauré conoció la obra de Schumann por su maestro Camille Saint-Saëns; se dice que apreciaba su música para piano más que ninguna otra, así que hemos querido intercalar estas Romanzas de Schumann, originalmente escritas para oboe o violín. Fauré fue un gran maestro. Nombres como Ravel, Koechlin, Enescu, las hermanas Boulanger, entre otros, pasaron por su clase.
Por último, dedicamos todo este concierto a otro gran Maestro cubano, formador de grandes músicos: Feliz cumpleaños 80 a nuestro querido Frank Fernández; gracias por la música y por el magisterio de toda una vida.
Niurka González Núñez
Programa
Sonata 4 op.2 “La Lumagne” en sol menor, de Michel Blavet (1700-1768)
Adagio
Allemande (Allegro Moderato)
Sicilienne (Lent)
Presto
Le Lutin (Allegro Vivace)
Homenaje a Brouwer por su 85 cumpleaños
Primer movimiento de la Sonata de la Sonata de Primavera para flauta sola Leo Brouwer (1939-)
Preludio epigramático I ** Leo Brouwer (1939- )
Moderato Cantabile
Primer movimiento de Danza de las aguas para flauta y piano
Amazonas y Orinoco **
Entre Schumann y Fauré
Romanzas op. 94 Robert Schumann (1810-1856)
Romanza I Nicht schnell (Moderato)
Morceau de Concours Gabriel Fauré (1845-1924)
Romanza II Einfach, inning Robert Schumann (1810-1856)
Sicilienne from Pelléas et Melisande Gabriel Fauré (1845-1924)
Romanza III Nicht schnell Robert Schumann (1810-1856)
Fantasie op. 79 Gabriel Fauré (1845-1924)
** Estreno mundial, cortesía del Maestro Leo Brouwer y de Ediciones Espiral Eterna
3 comentarios:
Yo tenía 10 años cuando, un día como hoy, mi abuela Isabel, con prisas y angustia, fue a sacarme de mi escuela en la sesión de la tarde. Cuando salimos, me llamó la atención ver a todos corriendo por la habitualmente tranquila calle San Miguel. De lejos se oía la balacera, aunque por entonces no era raro escuchar tiros en lontananza.
13 de marzo de 1957.
Giordan Rodríguez Milanés: Editorial personalísimo
Mi hija Violeta nació un día como hoy, de madrugada. La mamá me despertó y me dijo que era la hora y, a petición suya, fuimos a pie desde 23 y 24 hasta el Hospital Ramón González Coro, en 21 entre 4 y 6. Íbamos despacio. Ella muy consciente de que aquella caminata le beneficiaba; yo conteniendo mi nerviosismo. Cuando la dejé ingresada caminé hasta 23, cogí una guagua y volví a casa, a buscar ropitas y otras cosas que se nos habían quedado. Debo haber tardado poco más de una hora (me di un baño para despejarme). Cuando volví al hospital y pregunté por la situación de la recién ingresada, la señorita de recepción me felicitó por ser padre. Pensé que había un error, pero no lo había. Así me enteré. Aún no amanecía.
Hoy también cumple, nada menos que 80, el amigo y cómplice musical Frank Fernández, a quien conocí a principios de los 70, cuando volvió del Conservatorio Chaikovski con brillantes notas. Además del tremendo pianista y músico que siempre ha sido, por entonces se involucró con los jóvenes que tratábamos de encaminar lo que se llamó el Movimiento de la Nueva Trova (MNT). Igualmente colaborábamos con él en las galas que dirigía cada 4 de abril, día de la UJC y los Pioneros. Frank tuvo la nobleza de ayudarme a terminar mi primer disco. Y en los años siguientes me ayudó a producir, con mucha complicidad creativa, unos cuantos más. Cuando nos conocimos, yo era un cabal militante de la anticultura. Pero aprendí con él, e incluso traté de afinar mi voz desvencijada.
Más que muchísimas felicidades a los dos.
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